Partida Rol por web

El Liceo: Escuela de Superhéroes

Capítulo 2: Horario escolar

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08/05/2016, 20:09
Narrador

Horario escolar

 

Lunes

Martes

Miércoles

Jueves

Viernes

9:00

Lengua y literatura

Historia y filosofía

Lengua y literatura

Historia y filosofía

Técnicas de Rescate Civil

10:00

Matemáticas

Cultura Alienígena

Cultura Alienígena

Matemáticas

Vuelo

11:00

RECREO

12:00

Ciencias

Introducción a la Superciencia

Ciencias

Introducción a la Superciencia

Viaje Dimensional

13:00

Viaje Dimensional

Ética Superheroica

Ética Superheroica

Vuelo

Entrenamiento de Combate

14:00

COMEDOR

16:00

Entrenamiento de Combate

Educación física

Técnicas de Rescate Civil

Educación física

Tutorías

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08/05/2016, 21:23
Rita

La Gaceta del Liceo

Por RikyGris

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10/05/2016, 10:01
Narrador

Capítulo 2: Horario escolar

El Liceo, al día siguiente

Tras la Ceremonia del Nombramiento y un sueño de unas siete horas, amanecía un nuevo día en el Liceo, la escuela de superhéroes de Barcelona.

Los despertadores sonaron – o no, según cada uno – con tiempo suficiente como para que a las 11:30 todos estuviesen preparados para ir a donde quiera que tuviesen que ir. La cafetería había estado abierta toda la mañana, recibiendo a los novatos que se habían ido despertando a horas dispares. En aquel momento el pasillo de los dormitorios estaba lleno de estudiantes emocionados, listos para comenzar su primer día de clase.

El ambiente era el que se podría esperar de una escuela internado cualquiera. Los adolescentes charlaban entre ellos animadamente, algunos más despiertos que otros. Todos iban vestidos con ropa de calle, pues aún no les habían proporcionado ningún uniforme. ¿Sería necesario llevar uniforme a todas horas?

Los estudiantes noveles no estaban solos, pues con bastante puntualidad habían ido llegando los mentores para reunir a sus grupos.

Averno, con su característica nube rojiza, se apareció frente a los estudiantes del Grupo 1. Mientras sus protegidos se reunían frente a él miró entre el gentío hasta dar con los componentes del Grupo 4, les guiñó un ojo antes de irse con su grupo.

El Grupo 2 era el del chico de los guantes. Parecía menos animado que Averno, o quizá más relajado. Se cruzó de brazos mientras el Grupo 2 se reunía a su alrededor. Algunos pudieron oír como sus protegidos lo llamaban por su nombre en clave. “Midas”.

Cuarzo, la chica del cuerpo mineral, era la encargada del Grupo 3. Era bastante alta, por lo que sobresalía entre la multitud de estudiantes allí reunidos. A la luz del día y con más tranquilidad que la del día anterior, los adolescentes pudieron ver como el cuerpo de la muchacha relucía. Los rayos de sol le arrancaban destellos rosados al mineral de su cuerpo, en un espectáculo de luces realmente bello.

Al mentor del Grupo 5 ya lo conocían bien. Era Hermes, a quien no habían visto durante la noche anterior. El veterano, aunque sonreía a sus protegidos, parecía increíblemente cansado. Saludó con la mano al Grupo 4, y se acercó a ellos.

- Hola chicos – saludó nada más llegar hasta los novatos -. Siento no haber podido asistir ayer a la ceremonia – se disculpó, desviando levemente la mirada hacia el suelo – pero me han dicho que os han puesto nombres muy chulos.

La situación parecía algo incómoda para el telequinético.

- Salara sigue en la enfermería, parece que no va a despertar por sí sola – informó con un deje de tristeza en la voz.

Guardó silencio durante unos segundos, incapaz de decir nada más.

- Bueno, será mejor que me vaya. Ahí viene vuestro encargado.

Hermes se alejó tan rápido como había venido. Se reunió con su grupo y comenzó a explicarles lo que iban a hacer a continuación.

Pero, ¿quién era el encargado de sustituir a Salara aquella mañana?

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10/05/2016, 10:06
Señor Bosch

- Buenos días, estudiantes – saludó el Señor Bosch con su típica voz severa.

El subdirector, enfundado en un elegante traje, ofrecía una imagen completamente impecable. Ni siquiera parecía que un robot maligno le hubiese pegado una paliza el día anterior.

Carraspeó.

- Yo me encargaré de acompañarles hasta su primera clase.

Aquello parecía extraño. ¿Es que no tenía nada más que hacer el subdirector?

- Aunque antes de eso iremos a buscar los uniformes.

Con aquellas palabras comenzó a andar, esperando que los estudiantes le siguiesen sin rechistar.

De camino a allá donde fuese que se estaban dirigiendo, el subdirector les preguntó con total naturalidad.

- ¿Están contentos con los nombres que recibieron la noche pasada?  

Notas de juego

Podéis describir vuestra mañana antes de reuniros con el Señor Bosch.

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11/05/2016, 01:21
Moussa Dakar

Tras los duros combates del día anterior y las intensas emociones vividas durante el bautismo de fuego, Moussa había caído rendido en la cama. Aunque como bien pudo comprobar Aitor, el senegalés resultó ser tan sumamente inquieto dormido, como lo era cuando estaba despierto. Durante su descanso, no hubo un solo momento en el que se parase quieto más de unos pocos minutos. Se revolvía y giraba en la cama dando la sensación de que bajo las sábanas, había toda una horda de ratones. Aunque lo peor de todo quizás era cuando susurraba entre sueños. Normalmente eran cosas imposibles de comprender, pero en otras ocasiones soltaba frases como: "Tranquilas nenas, hay Moussa de sobra para todas jeje" o "Le aseguro agente que no tengo ni idea de donde ha salido todo ese dinero"

Por suerte para Aitor, fueron más bien pocas las veces que Moussa hablaba y cuando lo hacía, siempre era en unos suaves susurros. Aunque la maldición que soltó cuando el despertador comenzó a sonar, fue bastante más audible. Aún así, tras desconectar el aparato con un manotazo, no tardó mucho en ponerse en movimiento. Dormir le encantaba, pero después de las experiencias vividas el día anterior, estaba deseoso de descubrir que nuevas le traída el día.

Haciendo gala del remolino de actividad que era, comenzó a ir y venir mediante pequeños "Atajos" Primero una visita a las duchas, luego al comedor para tomar algunas provisiones e incluso se ofreció a traerle algo a Aitor. Para cuando llegó la hora de ponerse en marcha, Moussa ya estaba preparado. Se había vuelto a poner la ropa de la noche anterior, no estaba muy sucia y aún no olía mal, así que era perfecta.

Hermes fue de los primeros a los que vio, el muchacho parecía muy apenado por la profesora pokemon. Aquello era muy raro, al final empezaría a pensar que estaban liados o algo así. Aunque aquello debería de ser algo muy raro ¿No? Salara le caía bien, pero no era ni remotamente humana. En fin, no era cosa suya juzgar a nadie, así que hiciesen lo que quisiesen.

-Er...¡Hermes! Ahora soy Atajo, no suena mucho a superhéroe, pero parece el nombre de un tío de una banda ¿A que mola? Me recuerda a dos tíos que conocí, les llamaban el huesos y el piernas, eran...buena mala gente.    -Indicó asintiendo con la cabeza.    -No te preocupes por no acudir, Bro. Lo primero era lo primero y oye...¿No iban a venir ayer unos tíos para ayudar?  -Moussa se cruzó de brazos y con cierto aire pensativo, se frotó la barbilla con la mano.   -Si quieres puedo tratar de reunir al SG4 y nos vamos a buscar a Megamind. Seguro que su nave ha dejado una estela que Zenitram puede rastrear de alguna forma. Nos presentamos en su casa, le damos una paliza, le sonsacamos la forma de hacer despertar a Salara y yo me quedo con su nave. ¿Qué te parece? 

Claro que sus palabras no fueron escuchadas por el telekinético, pues tan rápido como se había acercado, se había largado. Bueno, Hermes le parecía una especie de capitán América español, es decir, uno de esos que siempre hacen lo correcto. Por lo que dudaba mucho de que se apuntase en aquella cruzada.

Entonces, como surgido de la nada, Bosch hizo su aparición provocando que Moussa se sobresaltase. El viejo ninja desde luego sí que sabía ser sigiloso cuando se lo proponía.

-Déjame adivinar...sacaste la carta más baja y te tocó ir con nosotros ¿A que sí? Eso...o vienes a vigilar lo que hacemos...pues vas a tener suerte, de momento seguiremos las clases.    -Indicó a la vez que lanzaba una mirada hacia Hermes. Aquello era una lástima, pues la idea de ir a por Megamind y darle otra paliza le gustaba. Sobretodo la parte en la que se quedaba con su nave.  -Todos tenemos nombres molones, yo soy Atajo. Oye ¿Cual es tu nombre en clave? y lo más importante...¿Cuando me vas a dejar ver esa Katana maldita tuya? ¿Donde la conseguiste? ¿Por qué dicen que está maldita? ¿Vamos ahora a verla? Puedo abrir un portal si quieres y así no tendrás que andar mucho...

 

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11/05/2016, 14:20
Sara Carrión

Tenía que reconocer que a pesar de los problemas, el primer día había acabado bien, al menos para ellos, los novatos. Salara seguía teniendo problemas y eso era lo que le impedía mostrar más alegría.

Había conseguido dormir bien. Sin nada que interrumpiera su sueño, pues Diana era además muy silenciosa. Todavía estaba pendiente por aclararse si se cambiaría de habitación o no. Diana era una chica diferente. Tenía aspecto de ser muy madura y a la vez, un poco solitaria. Por lo que estaba viendo, era muy amiga de la lectura. Sara también leía, pero no tanto. Para qué negarlo, Sara últimamente veía demasiadas series y eso le impedía dedicarse a los libros. Las series le atrapaban con más facilidad y eso le impedía pensar, cosa que agradecía.

Por la mañana, se había aseado rápidamente, tratando de quedar limpia, pero sin retrasarse. No quería dar ninguna mala sensación. Recurrió a otro de sus vestidos, uno verde ahora, pues, en realidad, no había traído demasiada ropa, porque no había querido dar la impresión de ser una niña pija.

Había dado los buenos días a Diana y tratado de ayudarla en lo posible, pero manteniendo algo de distancia, porque pensaba que ella lo iba a preferir así.

Ya fuera, caminaron por los pasillos, todo el grupo cuatro. Viendo enseguida a los otros veteranos. Ella seguía pendiente de Averno. La primera vez que lo vió quería mantenerse alejada de él, y ahora lo que no quería es que se escapara antes de tener una pequeña charla.

"Hermesto" les comentó lo de Salara y el cambio de veterano, así que cuando llegó el doctor Bosch y tan sano, ella ladeó un poco la cabeza, no muy segura de que fuera él.

- Señor Bosch, qué bien se ve usted hoy.

Dijo mezclando zalamería con ironía.

- Qué suerte que ustedes dos sean tan buenos amigos.

Sonrió, refiriéndose a Albert y a Moussa. Pensando que quizá con esa frase podría sacar alguna pista más. En ese momento, pensó que la espada podría tener algún tipo de poder regenerativo. Era una situación curiosa. Le resultaba muy extraño que Bosch realmente fuera a ocuparse de ellos y se quedó pensando en alguna forma de descubrirle, si de verdad era un metamorfo y no él.

Más o menos entonces le pasaron el periódico de la escuela y alucinó con lo bien que les estaba dejando aquella chica de las gafas. Aquello les haría destacar sin duda, y al destacar, también les podía convertir en los representantes de ese curso, lo que conllevaría responsabilidades, pero ella estaba dispuesta a asumirlas.

- Estupenda la foto. Y mira, Moussa, estás cayendo muy bien a la gente. Es genial.

Le diría que aquello le daría mucha publicidad, pero estando el jefe, o falso jefe, delante, era mejor ser precavida.

 

 

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11/05/2016, 15:21
Diana Castelló

Diana tardó poco y menos en quedarse dormida al llegar a la habitación... normalmente se habría pegado un buen rato leyendo hasta que le entrara el suelo, pero aquel día había sido completamente extenuante, agotador. La chica cayó en la cama, y tal como aterrizó se quedó, toda la noche, ni un sonido, ni un quejido, nada. Cuando dormía la chica era completamente estática, tranquila, incluso se podría decir que estuviera muerta... pero no, respiraba.

Al día siguiente, la joven despertó minutos antes de que sonara el reloj, así que lo apagó antes de que sonara, y se dio una ducha larga y abundante. Puede que pudiera cambiar su aspecto, pero el olor era algo que no podía cambiar, así que aprovechó que Sara aún dormía para ducharse a solas, no es que le pasara algo con la Alicantina, pero había veces que necesitaba estar a solas.

Al salir, dejó la habitación impoluta, si había algo que Diana no soportaba era el desorden, así que hizo su cama y recogió las pocas cosas que había traído consigo. Se dirigió a la cafetería, necesitaba un desayuno copioso, después de todas las energías que habían derrochado el día anterior, unas pocas hamburguesas no eran suficientes... lo que Ms Justice hacía requería muchísima energía, y lo había descubierto a base de desmayos y desnutrición severa.

Cuando dio con el resto de sus compañeros los miró a todos y cada uno con una sonrisa en la cara, se alegraba de verdad de que el problema del día anterior no se hubiera ido de las manos y no tuvieran más que arañazos y moratones, amén de algún rayo láser que se había ido de madre. No dijo nada, no fuera que Rudy se sintiera mal, pero miró disimuladamente a Sara unos instantes buscando cualquier signo de dolencia o cualquier pista que le dijera que su compañera aún estaba dolorida. Desistió justo en el momento en que vieron a Averno.

- ¿Que pasa diablito? .- Dijo con todo bromista -. ¿Dormiste bien? ¿o con la siesta de ayer tuviste suficiente? .- Sonrió, intentaba hacerse la graciosa, intentaba sacarle los colores al mentor del Grupo 1 -. Es broma.

Siguió su camino hasta que se encontró a Hermes, el cual debió haber pasado la noche cuidando de Salara... se notaba de verdad que sentía algo por ella, no parecía un cariño fraternal o simple compañerismo.  Cuando el chico se vino abajo delante de los novatos, Diana se acercó a él y le puso la mano en el hombro, podría llegar a entender por lo que estaba pasando, y quería que supiera que no era el único que se preocupaba y que si necesitaba hablar, ella estaba allí, pero no lo dijo.

Cuando el subdirector llegó la chica sonrió abiertamente.

- Me alegro que esté usted bien Señor Bosch, ayer parecía bastante herido.- Dijo la chica claramente preocupada, no intentaba ser pelota, de verdad se preocupaba por la gente -. Bueno, como sea, me alegro de verlo bien.

En el momento en que el subdirector hizo alusión a sus nombre, la mirada del a chica se encendió, de verdad le gustaba su nuevo nombre, si solo los demás supieran...

- Yo soy Ms Justice .- Sonrió abiertamente -. Fue uno de los nombres que me puso Rudy por la tarde, y a Averno le pareció adecuado... y a mi definitivamente me gusta.- Buscó a Rudy con la mirada y le sonrió también, claramente se había creado un vínculo entre los dos.

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11/05/2016, 17:07
Rudy Vergara

Peep peep peep. Las 9:00.

-¡AAAGHHH, DROIDES! -grité mientras me despertaba de repente. Con los ojos como platos y por culpa del susto destruí el despertador de un manotazo.

Al parecer había pasado factura la batalla del día anterior contra los robots. O tal vez era culpa de haber dormido poco. ¿Pero como iba a dormir? Tenía que escribir el fanfiction sobre lo ocurrido, tenía que contar la de poderes chulos que había visto. Siempre con anonimato claro. Bueno, y también jugué con una amiga inhumana de América al World of Battlecraft. Kamala sí que alucinaba con todo lo que le contaba. ¡Qué pena que viviese tan lejos! Podríamos luchar juntos contra el crimen.

-Lo siento, Iván. Me asusté -dije mientras seguía tumbado en mi cama. Había pasado la noche en calzoncillos, pues desde que tenía los poderes la temperatura de mi cuerpo había aumentado. Y seguí en ropa interior cuando me levante, a ver si Iván se fijaba un poco en mí. No intenté ocultar nada.

-Vaya, Rudy. Estás hecho un perturbado pensé.

Encendí mi portátil, revisé las visitas del fanfiction y puse a cargar un capítulo del anime del anime que había salido el día anterior. Luego me levanté, cogí mi toalla, me puse una camiseta y me dirigí a las duchas. Me dio un pequeño infarto cuando apareció Moussa, pero le sonreí y seguí a lo mío.

Al acabar, fui al comedor, donde recibí a otro pequeño infarto por parte de Moussa que me hizo hacer estallar una manzana, cogí unos siete croissants y un batido de chocolate (en este país se llamaba caca lata o algo así, jeje) y volví a mi cuarto al ver el anime.

En cuanto lo acabé fui a encontrarme con los demás, allí estaban algunos ya. En cuanto llegaron los que quedaban pasaron los veteranos. Hermes-senpai nos informó sobre el estado de Bebi-senpai. Pobrecita, esperaba que se pusiera bien pronto. Es mala pata caer el primer día de cole.

Bosch nos preguntó sobre los nombres. En cuanto Diana contó sobre el suyo y luego me miró, hablé.

-Jeje. ¡Y mola mucho! A mí me pusieron Cráter, el cual coincidía con el nombre que propuso el chico hada.- dije mientras le daba una palmadita suave a Iván en el culo. Esperaba que no se lo tomase a mal.- Tengo ganas de ser veterano solo para poner nombres yo también.

Luego Sara habló sobre la Gaceta del Liceo. ¡Habíamos salido en el periódico de la escuela!

-Guau, a ver. -dije a Sara mirando el periódico.- Se me marcan los músculos, ¿eh?

¿Por qué dije eso? No tenía la necesidad de vacilar delante de nadie. A lo mejor la confianza en mí mismo que gané el día anterior había dado pie a eso...

-Jeje, es bromi. Tú sales muy sexy. -le dije a Sara.- Y Moussa también sale guay, claro. 

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11/05/2016, 20:05
Iván Auriol

-¡AAAGHHH, DROIDES!

El inesperado grito asustó a Iván, que ya estaba en el reino de la semi-vigilia cuando había empezado a sonar el despertador. Intentó incorporarse rápidamente, y solo consiguió golpearse la cabeza contra algo más duro que su cráneo. ¿El qué? No recordaba que hubiese nada sobre su cama.

Cuando consiguió abrir los ojos lo suficiente, descubrió que se había estrellado contra el techo. Por alguna razón, durante la noche había flotado a la deriva hasta allí arriba, y menos mal que no estaba la ventana abierta, o vete tú a saber dónde habría acabado.

Se dejó caer poco a poco sobre la cama, en la que las sábanas habían caído durante la noche hechas un higo cuando él se elevó, quedando sentado ante ella, masajeándose la frente.

- No más que yo. – le respondió a Rudy – Au.

Un escalofrío le recorrió el cuerpo y se le puso la piel de gallina. Viendo que Rudy dormía en ropa interior, él tampoco había sacado el pijama de la maleta, y realmente no le había hecho falta mientras estuvo tapado en la cama, pero ahora que estaba destapado y consciente, le entró frío.

Se vio tentado de vestirse directamente, porque si se tapaba con las sábanas no habría quien le separase de ellas de nuevo, y estaba bastante perezoso. Se quedó allí sentado en la cama, haciendo cábalas con una mano en la frente y el otro brazo cubriéndole las costillas como para resguardarse del frío, hasta que vio que Rudy cogía una toalla e iba a ducharse. Era el primer día, no podía ir hecho un cochino con la misma ropa interior del día de ayer…

Sacó una toalla y la dejó apoyada en la silla mientras se hacía la cama y preparaba la ropa que se pondría. Pronto se quedó sin gran cosa que hacer mientras esperaba, así que se echó la toalla sobre la cabeza y cruzó las piernas en el aire como un indio, flotando a media altura, esta vez con ambas manos bajo los sobacos.

¡Ahora voy yo! – Dijo, cuando Rudy por fin volvió, flotando de esa guisa hacia el pasillo – No te vayas a desayunar sin mí.

Se dio una ducha rápida, intentando no mirar demasiado a nadie. No estaba acostumbrado a eso de las duchas públicas, y realmente le picaban la curiosidad los alumnos no del todo humanos. De todas formas consiguió superar el trago sin incidencias, y volvió de nuevo flotando a la habitación, aunque esta vez con la toalla alrededor de la cintura. Rudy ya estaba preparado para salir, así que Iván se cambió a toda velocidad para no hacerle esperar, y momentos después ya estaba vestido con una camisa a cuadros, pantalones de camuflaje, zapatos de día a día, el inseparable pañuelo púrpura atado en la muñeca, y el pelo empapado.

Flotó tras Rudy, y se sirvió una manzana y un brick pequeñito de zumo de melocotón, optando por lo sano después del atracón del día anterior, aunque no le quitaba los ojos de encima a los croissants de Rudy (después de partirse de risa cuando Moussa le obligó a convertir su manzana en puré), y casi se le salieron de las cuencas al ver a un alumno que había abierto una berlina por la mitad y la había rellenado de crema de chocolate. Se contuvo, no se hizo uno para sí… Pero se anotó mentalmente la receta. Definitivamente desayunaría eso… Otro día. O quizá para merendar… ¿más tarde?

Rudy volvió a la habitación, a ver esos dibujos que le gustaban. Iván le dejó haciendo lo suyo, y simplemente abrió la ventana y se tiró por ella. Él haría lo suyo, volar.

Empezó a recorrer los jardines exteriores, cotilleando al resto de alumnos oculto desde su camuflaje, pero el tráfico aéreo era mucho mayor en aquel lugar, no solo de gente que volaba sino también de gente saltaba, o que lanzaba sus poderes al aire. Ser invisible era peligroso, así que se quitó el camuflaje y dejó de cotillear, decidiendo esta vez volar a toda velocidad por el simple placer de hacerlo.

Poco a poco fue volando más y más rápido, haciendo quiebros en las esquinas de los edificios, rodeando postes, siguiendo la trayectoria de un cable que supuso que era de teléfonos, y esquivando pájaros suicidas que no estaban muy de acuerdo con que él viajase en dirección contraria, por lo visto.

Tuvo que hacer un giro mucho más brusco de lo esperado para no estamparse contra una gaviota (lo cual hubiera resultado fatal para amos) y de golpe estaba demasiado abajo como para pasar sobre un tejado, así que tuvo que descender más y pasar por el arco que había debajo. Entró  por los pelos, rozando con el hombro el muro de la derecha, lo que le envió rebotando hacia la izquierda y acabó en cierta manera andando a cuatro patas en la pared, intentando reequilibrarse. Casi lo había conseguido cuando una súbita ráfaga de viento le impulsó hacia adelante a toda velocidad y sin ningún tipo de control, estampándole finalmente con la copa de un árbol al que se quedó enredado, boca abajo. Segundos después una chica de su edad emergió de debajo del arco, cabalgando otra ráfaga de viento a toda pastilla. Solo cruzaron miradas unos segundos, pero la expresión de desdén de la chica fue bastante obvia. Por si acaso no se daba cuenta de su desagrado, le llamó Torpe justo cuando pasaba por su lado, dejándole allí colgado.

Le costó un buen rato descolgarse del árbol, tenía que tener cuidado de no desgarrar la ropa (ya había estropeado una de sus pocas camisas nada más llegar al sitio), tenía un par de manchurrones de resina en las mangas, así que voló de nuevo hacia la habitación que compartía con Rudy, que todavía estaba viendo sus dibujos. Tiró la camisa al cubo de la ropa sucia con una mala ostia bastante notoria, sacó otra de la maleta y sin decir gran cosa, volvió a salir por la ventana, poniéndosela en el aire.

Se volvió a cubrir con su camuflaje, y volvió a recorrer el exterior del Liceo, buscando a la rubia a reacción. La encontró un buen rato después, cuando ya estaba a punto  de rendirse e ir ya con su grupo. Estaba haciendo monerías con un chico que parecía un sátiro con alas, volando sobre una fuente, esquivando los chorros de agua, mientras un coro de chicas les animaba.

Con una sonrisa pérfida Iván se puso en posición, y cuando la chica estuvo en posición, voló a toda pastilla hacia ella, cayendo casi en picado. El camuflaje se disipó enseguida, pero ya no importaba. Iván aterrizó sobre la espalda de la chica tanto con los pies como con las manos, aprovechando para impulsarse de nuevo a los aires, y empujándola ella – por la cosa esa de acción reacción que se suponía debía haber estudiado – a una velocidad alarmantemente alta hacia la fuente, en la que se zambulló con un gran salpicón.

- ¡Ui! – sonrió Iván, reequilibrándose – Que torpe soy…

La chica rubia, empapada y cabreada, sacó la cabeza del agua y empezó a hacer gestos con las manos hacia él. El aire se volvió turbulento enseguida, amenazando con derribarle, pero por suerte estaba cerca del límite del alcance de la chica – o ella no tenía intenciones del todo homicidas – porque pudo escapar. Esta vez con una sonrisa en la boca.

Minutos después se reunió con sus compañeros del Grupo Cuatro, adoptando su postura acostumbrada: con las piernas cruzadas y flotando a la suficiente altura como para mirar a la gente a los ojos.

- ¡Hola petardos!

Cuando Bosch llegó le dedicó un saludo con la mano, pero le distrajo recibir una palmada en el culo de Rudy. ¿Qué? Ah, estaban hablando de él. Ya que Rudy se había tomado las confianzas, Iván hizo lo propio y se montó a caballo en su espalda, mirando el periódico por encima del hombro del colombiano.

Estaba hojeando el diario cuando una ráfaga de viento les sacudió. Por suerte Rudy estaba hecho de otro tipo de pasta, de la que crea cráteres, en concreto, así que el chico ni se inmutó. No le hizo falta mirar para saber a quién encontraría, pero lo hizo igualmente. Allí estaba la chica rubia, corriendo detrás de otros alumnos, con una ropa totalmente distinta y el pelo chorreando, disparando dagas por los ojos. Iván le sonrió y le enseñó el dedo anular, cubriéndose con el cuerpo de Rudy para que el señor Bosch no le viera hacer el gesto.

- Gracias tío – le susurró a Rudy – Admiradoras.

Es toda la explicación que le dio.

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12/05/2016, 08:01
Aitor Zumalacárregui

Aitor, el aparentemente frío y tranquilo genio vasco, podía sorprender por las noches por sus sueños inquietos. A menudo tenía pesadillas terribles, hablaba con voz de otras personas, sudaba y se notaba que mientras soñaba no podía controlar el terror que tan fácilmente desechaba cuando estaba consciente. Algo extraño pasaba en su cabeza. Por suerte para él su compañero de habitación no tenía un sueño mucho más tranquilo, así que probablemente había pasado desapercibido. Además, para cuando Moussa se levantó Aitor ya llevaba un par de horas despierto.

-Espero no haberte molestado -le dijo desde su cama, donde estaba cómodamente instalado "jugando" con su tablet. Una tablet que había cambiado en algunos pequeños detalles durante la noche. Una tablet con la que encendió la luz del baño y el agua caliente antes de mover un músculo fuera de la cama. Es lo que tiene el insomnio, que uno trata de entretenerse como puede. En fin.

La mañana progresó ordenadamente: se duchó, se vistió con pantalones, camisa blanca, un par de bolis y zapatos de vestir (pero cómodos), su imagen gritando a los 4 vientos que era un empollón. Curiosamente el día anterior había vestido más "relajado", por así decirlo. Tal vez era que ahora estaba en curso académico, se habían acabado las vacaciones. O tal vez quería dar una buena impresión a los profesores. O ambas. En cualquier caso, en vez del típico cuaderno, bolis de diferentes colores y calculadora, Aitor sólo portaba su "nueva" tablet. Conociéndole seguramente el aparato sería mucho más versátil que cualquiera de esos anticuados elementos. Luego fue a desayunar (cereales, zumo, algo de fruta; evitó aquellos productos que eran probadamente nocivos para la salud pero que la gente consumía con desenfado) y finalmente se retiró a la habitación a "hacer deberes". Trabajos para sus dos carreras universitarias, consulta de artículos científicos y ensayos diversos, envío de dudas por correo electrónico a algunas eminencias en diversos campos y, por supuesto, preparar el campo para sus dos doctorados. Deberes...

Cuando por fin se reunió con sus compañeros del grupo 4 para ir a las clases, todavía "jugaba" con su tablet. Debía tener una buena batería. Sobre todo teniendo en cuenta lo que la hacía trabajar (y a la velocidad a la que lo hacía, porque a veces sus manos parecían un borrón sobre la pantalla del aparato).

Le entristeció cuando Hermes les comentó que Salara todavía no sólo no había despertado, sino que no lo haría por sus propios medios. Si no llegaba esa ayuda que habían prometido, el propio Aitor pensaba hacer su parte. La pequeña alienígena no se merecía estar incapacitada por algo que no tenía apenas nada que ver con ella. No se lo había buscado, había sido un villano el que lo había causado sin más. De todas maneras siempre le había interesado la telepatía y la neurología, esa sería una magnífica oportunidad de ayudar aprendiendo. Pero no dijo nada.

-Es verdad, Moussa, sales tan bien parado en el periódico que casi parece que la reportera está coladita por ti -comentó en voz alta cuando La Gaceta del Liceo hizo acto de aparición. Lo había dicho en tono neutro y sin dejar asomar apenas la sonrisa hasta un par de segundos después. ¡Milagro, el vasco también sabía bromear!

-Buenos días, señor Bosch, me alegro de verle en buen estado -y aquí acabó su discurso. No se sentía muy animado, prefería que fueran los otros los que llevaran el peso de la conversación. Tenía cosas en las que pensar.

Eso sí, al comentario de Diana sobre su nombre, elegido por Rudy, no pudo sino alzar ligeramente las cejas. ¿Había algo entre ella y el sudamericano? ¿Lo habría? Sin duda existía la posibilidad, al fin y al cabo eran adolescentes hiper-hormonados. ¿Y entre Iván y aquella chica del pelo mojado? Desde luego no estaban perdiendo el tiempo.

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12/05/2016, 11:45
Señor Bosch

Cuando varios mencionaron el buen estado que aparentaba, el Señor Bosch simplemente respondió con un amago de sonrisa – que no llegó a materializarse – y un escueto:

- Gracias.

El subdirector reaccionó a las palabras de Moussa con una mirada severa.

- Para nada – dijo en respuesta a lo de la carta más baja -. Simplemente no había más mentores disponibles y alguien debía encargarse de vuestro grupo.

Miró al frente mientras seguía hablando.

- Y yo soy el único que puede cumplir con sus obligaciones al mismo tiempo que se encarga de vosotros.

Como ya habían advertido antes los componentes del Grupo 4, Moussa era la única persona que conocían que era tuteada por el Señor Bosch.

- Mi nombre en clave, de cuando aún estaba en activo, es “Bunshin” – dijo con cierto deje de orgullo en la voz -. Y no, no puedes ver mi katana. Es solo una herramienta para situaciones que la requieran. Nada más.

Ante las palabras de Sara, Bosch alteró su impoluta postura para encogerse de hombros.

- No somos amigos, señorita Carrión. Soy su profesor. Y el de ustedes también.

Siguió escuchando a los componentes del grupo que desearon comunicarle sus nombres. Asintió levemente con la cabeza, en señal de aprobación.

- Cuando llegué aquí pensaba que todo ese ritual era simplemente una manera de burlarse de los noveles – comentó mientras los miraba -. Pero me alegro de que los veteranos se tomen en serio lo de los nombres.

En su viaje se toparon con multitud de estudiantes de la escuela. Parecía que se encontraban en el periodo de recreo, así que nadie estaba en clase en ese momento. Así pudieron comprobar los componentes del Grupo 4 que las reacciones frente a Bosch de los estudiantes eran variadas.

Algunos le saludaban animadamente. Otros lo evitaban. Él simplemente respondía con sutiles gestos con la cabeza, sin mostrar mucho afecto realmente. Bosch siempre se mantenía distante pero atento.

No tardaron en llegar a una sala de material situada en los pisos inferiores. Estaba llena de uniformes, uniformes del Liceo.

- Cada uno de los uniformes está preparado para adaptarse a los poderes del portador. Es posible que algunos de ustedes no lo necesiten realmente, pero supongo que le puede ser útil a gente como el señor Moya.

Bosch miró fugazmente al piroquinético.

- Guay – respondió el aludido -. Estaba cansado de acabar con la ropa chamuscada.

- Los uniformes son extremadamente resistentes, por lo que deberían poder soportar toda la acción en la que decidan inmiscuirse. Además permiten amplia libertad de movimiento. Y no deberían pasar frío ni calor con éstos puestos.

El subdirector les seguía hablando de los uniformes mientras extraía uno de una caja que había sobre la mesa. Venía perfectamente plegado, por lo que lo extendió en el aire frente a los estudiantes, para que lo vieran bien.

Como ya habían visto el día anterior, los uniformes eran básicamente monos más o menos ajustados de un discreto gris oscuro. Sobre el corazón llevaban el escudo de la escuela, y debajo de éste había algo grabado. Cuando se fijaron en el uniforme en concreto que Bosch sostenía, los noveles vieron que ponía “Zenitram”.

- Me temo que este es el del señor Zumalacárregui – dijo Bosch mientras se lo tendía a Aitor – Los uniformes se usan solo para las clases de Educación Física, Entrenamiento de Combate y Técnicas de Rescate Civil, además de en las excursiones. No es necesario que los lleven puestos a todas horas.

En la caja había un uniforme para cada uno de los componentes del Grupo 4, todos con sus nombres en clave grabados en el pecho.

- ¿Alguna pregunta?

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12/05/2016, 13:07
Moussa Dakar

Vaya nombre más raro tenía Bosch, aunque claro, llamarse como los frigoríficos tampoco es que fuese muy molón. Por otro lado, todos parecían mostrar cierta sorpresa al ver tan en buen estado al subdirector. Moussa no se había percatado de ninguna herida visible, por lo que prácticamente, había olvidado el mal estado en el que se lo encontraron. Aunque claro, eso no evitó que el viejo se comportase como un ninja, saltando y luchando por todo el Liceo el día anterior. Así que Moussa había supuesto que el viejo estaría bien. Además, seguro que contaban con alguien con la capacidad de sanar heridas en el Liceo.

Poca a poco, todo el grupo se fue reuniendo y el pasillo se llenó de comentarios. Algunos le hicieron gracia, como cuando Sara sugirió que Bosch y él eran amigos. El subdirector no tardó en responder y desde luego, Moussa no iba a ser distinto.

-Es más bien mi carcelero.    -Indicó con cierto toque de fastidio a al vez que cruzaba los brazos y fruncía el ceño en un gesto de lo más desproporcionado, tratando de mostrar enfado. Aunque en realidad y pese los problemas del día anterior, se alegraba de haber acudido al Liceo.

La gran revelación vino de nuevo por parte de Sara, cuando indicó que salían en el periódico de la escuela. Así que con una rápida teleportación se puso junto a la muchacha para ver bien la noticia. Aquello era muuuuucho para leer, pero puesto que hablaban de ellos, se obligó a leerlo. La noticia le hizo sentirse extraño, la verdad era que le hacía sentirse bien consigo mismo. Tal vez ser un héroe no fuese tan malo después de todo, si lograba encontrar la forma de ganar pasta o de no tener que preocuparse por el dinero, tal vez repetiría eso de salvar vidas.

-¡Jo,Jo,Jo! Somos la nueva sensación del Liceo. Además parece que ya se han dado cuenta de que Moussa es el amo. Bueno...   -Se obligó a decir.   -...somos los amos quería decir, todos.    -Si sus compañeros habían tratado de hacer un esfuerzo por aceptarlo, él debía de poner también de su parte, aunque claro, eso le iba a costar un poco.   -Aunque me parece que Rudy conoce a la reportera eh, esa foto es un posado claramente jeje. Oye...¿Está buena? La reportera digo jeje

Moussa no hizo mucho caso a Bosch en lo referente a la Katana. Si mal no recodaba, el viejo la guardaba en su despacho, así que un día de estos pasaría para echarle un ojo. Incluso se le ocurría la idea de que Iván la volviese invisible y así tomarle el pelo a Bosch. Aunque claro, primero tendría que saber si Iván estaría dispuesto a algo así. Entonces, como respuesta divina, pudo ver cómo el chico hada alzaba su dedo contra otra estudiante que lo fulminaba con la mirada. ¡Si! aquello era genial, seguro que el chico hada se apuntaba a lo que Moussa denominaría, la guerra de los supergrupos. Se le ocurrían muchas bromas que gastar al resto de los equipos, pero con Iván en su bando, podrían ser imparables.

-Pssss   -susurró para llamar la atención de Iván y que Bosch no lo escuchase.    -Pensé que sería yo quién empezase la guerra contra los otros grupos, pero cuenta conmigo para darles una lección.

Poco después, todos estaban recibiendo sus uniformes. El ir todos iguales les quitaba un poco de personalidad, aunque les hacía parecer más un equipo. Aún así, Moussa arrugó la nariz al ver el color gris del mono.

-¿No los tenéis en colores guapos? ¡Ey! Tengo una propuesta...¿Y si cada equipo elige un color para su uniforme? Así será más fácil distinguir a los diversos equipos y la guerra de equipos será más sencillo...Eh...quiero decir, que si practicamos con otros equipos será más sencillo distinguir aliados de enemigos y además, podríamos ponerle en la espalda el símbolo del equipo o algo así. ¡A qué es genial! Si es que soy el amo...Oye Rudy, tu sabes mucho de estas cosas y te mola dibujar y eso ¿No? Podrías diseñar algún escudo o símbolo para el equipo, ya sabes, como tienen los vengadores y eso.   -Moussa se había emocionado con aquella idea y como era habitual en él, estaba tratando de imponérsela al resto, sobretodo a Bosch. Aunque supuso que el viejo seguramente se negaría y pondría cualquier objeción, así que se decantó por ofrecer una alternativa.    -Y si no podemos teñir los monos para librarnos de este gris tan feo, al menos podríamos llevar una banda en el brazo con el color del equipo. No sé, como hacen los futbolistas para marcar al capitán del equipo. Pero lo del símbolo en la espalda molaría, eh. Seguro que si propones esa idea, todos los estudiantes estarán de acuerdo y te verán como un tío guay.

Lo que no dijo, es que si se negaba, trataría de convencer a todos los estudiantes de hacer todo aquel asunto del uniforme. Si lograba tener éxito, serían todos los estudiantes contra los profesores, por lo que al final, suponía que estos últimos tendrían que ceder y permitirles el uso de uniformes personificados para cada equipo.

-Ya que estamos encerrados aquí, por lo menos que no seamos todos iguales. Ya que parecemos una secta ¿No crees?

De pronto una lucecita se le encendió a Moussa en la cabeza, no estaba seguro de si era una revelación o una completa estupidez, pero no se paró ni un segundo a pensarlo, simplemente comenzó a soltarlo en voz alta.

-Encerrados aquí...¡Eso es! ¿Y si pudiese despertar a Salara? Escucharme todos, sobretodo tu Zenitram, que eres el más listo. Pero acabo de darme cuenta de una cosa. Megamind nos encerró en el Liceo y anuló a los telépatas ¿No? Vale...¿Por qué hizo eso? Lo primero que se me ocurre, es por miedo a que le dejasen la cabeza como una patata. Lo segundo, es que pretendía hacer algo en la escuela sin que nadie se enterase. Quizás haya un espía o algo así, quizás un saboteador en nuestras filas. Pero bueno, eso es otra cosa, a lo que voy es que Megamind por lo que sé, es un genio de los robots y esas cosas. Anuló las señales y usó una granda go´auld para dejar a todos inconscientes. Pero los telépatas sufrieron otro tipo de ataque. Hasta ahora no han despertado y nadie sabe el motivo. Todos creen que algo les atacó y ya...pero ¿Y si siguen bajo ataque? Es decir, puede que Megamind dejase algún dispositivo en la escuela que los mantenga bajo ataque y eso les impida despertar. Propongo coger a Salara y sacarla de la escuela. Puedo teleportarla a unos cinco o seis kilómetros de la escuela. Si mi teoría es cierta, despertará y sino, no habremos perdido nada por intentarlo ¿No?

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12/05/2016, 15:29
Iván Auriol

Iván se quedó a lomos de Rudy, seguro de que el chico era lo bastante fuerte como para ni siquiera notar su ya de por si exiguo peso, mientras seguían al señor Bosch hacia sus “uniformes”. Iván estaba seguro de que alguien le había dicho algo acerca de los mismos, pero no lo recordaba así que solo tenía su imaginación como punto de referencia, y por alguna razón temía que fueran mallas ajustadas de colores chillones, a lo corredor de fondo.

La conversación que Bosch les daba le distrajo. Sobre todo lo de que era el único que podía cumplir con sus funciones a la vez que se encargaba de nosotros. ¿Qué quería decir eso? ¿Tenía un clon sentado en su oficina estampando documentos mientras él se paseaba por ahí? Si tenía un clon… ¿Cuantos podía llegar a tener? Por alguna razón la idea de una horda de Bosch luchando como chinos le resultó tan aterradora que un escalofrío le recorrió la espalda. Este hombre era demasiado severo y estricto (o al menos lo aparentaba) como para que el mundo pudiese soportar a más de uno como él.

Como si quisiese darle la razón, Bosch mencionó entonces que no eran amigos. Borde – pensó, bufando. El hecho de que le llamasen Bunshin no le sorprendió, un nombre chino para un tipo que se movía como un chino con una espada china maldita. Simplemente el hecho de que se negase tan rotundamente a mostrar su arma – un arma exótica y difícil de ver en España, por no hablar de una maldita – solo consiguió despertar en Iván ganas de ir a donde fuera que la tenía y sacarla él por cuenta propia. No lo haría, más que nada porque estaba seguro de que Bosch se enteraría sí o sí y no quería tener que aguantarle enfadado, y también por eso de que la maldición y tal. A saber qué significaba realmente eso.

Entonces Moussa llamó su atención, susurrándole. Iván se separó de Rudy, y flotó al lado del senegalés, escuchando con una sonrisa de oreja a oreja lo que este le comentaba.

- Oh yo no la he empezado tampoco. Pero puedes estar seguro de que pienso terminarla.

Iván concentró algo de su energía mística en el puño cerrado, queriendo demostrar que estaba preparado para no dejar títere con cabeza en la susodicha guerra, disipándola rápidamente para que no se percatáse Bosch.

Y entonces llegaron al almacén donde estaban los uniformes, y Bosch sacó uno.

- Guau. – Exclamó Iván, cogiendo el que tenía su apodo y extendiéndolo ante él - ¿Los tienen a rayas? Vamos a parecer los Dalton. ¿No nos harán picar encadenados por los pies para las vías del tren no? – Pasó el dedo por el bordado con su apodo, Vent, y le sorprendió que no fuera algo impreso y estampado. - ¿Dónde están los niños encadenados que han bordado los nombres durante la noche?

Exabruptos aparte, tampoco le parecían tan mal. Sosos y sobrios, si… Pero era mucho más lógico que hiciesen esas prendas holgadas y que se podían fabricar en masa, a tener que hacerles súper-trajes ajustados a cada uno lo bastante bien como para que escondieran los michelines o realzase las curvas del o la que lo necesitase.

La idea de Moussa de teñirlos, o al menos bordar algo era realmente atractiva para Iván, aunque no le preocupaba tanto el gris como la “uniformidad”. Era el hecho de ir todos iguales lo que le desagradaba. Aunque “secta” no es lo que Iván hubiera dicho, exactamente, sino prisión… O condenados a servicios sociales. A recoger cacas de perro y limpiar pintadas.

- ¡Secundo la moción!

Entonces Moussa perdió la cabeza. Ellos eran solo unos críos, ni siquiera podían conducir o votar (algo que le hacía especial ilusión a Iván. Votar.), porque se suponía que no tenían el raciocinio suficiente. La escuela estaba plagada de adultos con súper poderes, súper inteligencias, y una profesora robot. Estaba seguro de que cualquier cosa que ellos pudieran decir, ya la habían pensado ellos y o la habían probado sin éxito o la habían descartado por estupidez.

- ¿Tenemos que ponernos esto ahora entonces? ¿De vuelta a las habitaciones para cambiarnos?

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12/05/2016, 16:43
Rudy Vergara

En cuanto Iván se me subió encima entre en un modo relajación tensa. Era como cuando alguien se apoya en ti, te gusta como te hace sentir, pero no te quieres mover por si acaso el que se esta apoyando ya no está cómodo. Pero con toda la naturalidad que pude le cogí de las piernas para que no se resbalara. 

-Pu-pues no... Bueno, creo que es la que me puso el nombre en la ceremonia, pero no la conozco. Es monilla. Supongo que me pillo en algún momento de tensión, jeje. -le contesté a Moussa cuando preguntó sobre la reportera. Daba un poco de repelús saber que alguien te había estado estudiando y observando. Al menos fue para algo espectacular. Moló como quedó mi nombramiento.

Después Moussa le comento algo a Iván y este bajo de mi espalda. Dejó un olor afrutado, o eso me pareció.

Entramos en el almacén guiados por Benshin. Que por cierto, ¡Menudo nombre!. Era muy guay, sonaba a ninja total. Intenté pensar en el panorama de superhéroes a ver si lo podía situar, pero solo lograba sonarme un poco. Después de eneñarnos el primero, me puse a buscar el mío. En cuanto lo encontré dije:

-Oh, my god. Seguro que estos monos están hechos de partículas inestables. -dije mirando a Aitor de reojo. En realidad no estaba seguro de que eran las partículas inestables, pero sabía que los superhéroes científicos lo usaban para todo.- Están bastante guays. Parecen de superhéroes. Pero creo que le falta algo...

Miré a las chicas del grupo. ¡Rudy, cierra la boca! ¡No digas nada! hubiese pensado si no tuviese las hormonas tan revolucionadas.

-Eh, chicas. Seguro que con esto se marcarán las...-entonces me di cuenta de lo que estaba saliendo por mi boca. Miré rápidamente a Bosch. Veloz como el rayo me quité las gafas. Me estaba sonrojando y eso significaba ojos calientes. ¡Cambia de tema, cambia de tema!- Qui-quiero decir. ¿Qué son de marca? Sí, de marca. O... Bueno. Por cierto, Señor Bosch. ¿Podría tunearla añadiendo mi capa al menos? Es que me vendría bien acostumbrarme... Y quedaría guay, jeje. ¿No?

Esperaba que me dejara, la capa de Hiperión era algo realmente importante. Si la llevaba sentía como si Hiperión me estuviese observando. Ya le decepcioné una vez, debería empezar a enseñarle lo que puedo hacer.

-Por cierto, Zenitram. ¿Pensaste en lo de las gafas? -dije mostrándole las mías con la mano. Luego me las volví a poner.- Estaría muy chido si fuesen resistentes al calor. Y que se abriesen cuando vaya a disparar la Visión Atómica. Así no me las cargo si se me olvida quitármelas, jeje. Por cierto, hay un material, ni idea del nombre, que usa mi mamá en sus pendientes. Entonces cuando le hacen fotos siempre sale su cara distorsionada. ¿Algo así molaría, no? Jeje. Pero no hay prisa, eh.

Y le di un puñetazo amistoso en el hombro, un poco más fuerte de lo que debería, pero sin llegar a hacerle daño. 

-Uy, perdona, la emoción. -me disculpé al genio.

Por suerte, para prestar atención en otra cosa, Iván preguntó si nos los teníamos que poner ahora.

-No, meloncín. Ha dicho que nos lo pondremos para Educación Física, Entrenamiento de Combate y Técnicas de Rescate Civil. Y ahora toca... Mmmm. -miré el horario.- Introducción a la Superciencia. ¡Guay!

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12/05/2016, 21:00
Sara Carrión

Las palabras del señor Bosch cada vez encajaban más, así que tuvo que descartar la idea de un nuevo metamorfo. Habría sido divertido asistir a un duelo de metamorfos, pero no iba a ser el caso.

- Va a ser usted un excelente senpai, señor Bosch.

Sonrió inocentemente. No había podido resistir la tentación de decirle aquello en plan broma. Tenía aspecto de que lo hacía por obligación, pero sí que sería un gran tutor. Más experimentado que los novatines de los otros grupos.

Pudo ver a Iván comportándose de un modo que no esperaba de él. Tenía aspecto de ser un muchacho serio y amable, cuando en realidad era más bien rebelde. Quizá por su naturaleza faérica. Quizá fuera eso lo que le hacía pensar cosas raras, como que Magneto era un gran hombre. Pero no quería darle vueltas a eso. Tampoco era importante.

Unos instantes después, cuando pudieron ver al final los uniformes, el rostro de Sara se iluminó, ¡por fin podía verlos!

Ella se acercó para buscar el suyo y acariciarlo como si fuera un tesoro.

- Son preciosos, el gris es un color maravilloso. Muchas gracias, señor Bosch.

Estaba encantada porque parecería una superheroína. Y ellos no lo sabían, pero llevaba algunos meses haciendo fitness pensando en el momento de vestirlo y que le quedara perfecto.

- Ya veremos a tí qué te marca. Quiero decir, qué marca marca.

Se rió y le guiñó un ojo, siguiendo la broma. Ella esperaba que con el uniforme pareciera una mujer fabulosa como Tormenta. O como Hécate. Que no llevaba traje, pero de llevarlo, seguro que le quedaría espectacular.

- Vais a estar todos fabulosos, ya lo veréis, pareceremos un gran equipo. Y claro que nos distinguimos en muchas cosas, aunque vistamos parecidos. Quizás los otros grupos tengan un color diferente, quién sabe. Seguro que sí, ya lo veréis. Y si no, ya pensamos algo. Unos guantes y un cinturón. O unas cintas en los brazos, como decías, eso quedaría super bien. El caso es que cada equipo se tiene que diferenciar en algo, sí.

Ella tomó su uniforme y lo dobló, llevándolo en sus brazos. Era una pena que no pudieran vestirlo todavía.

 

 

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13/05/2016, 03:00
Diana Castelló

Diana no prestó atención alguna a lo que se hablaba o dejaba de hablar mientras caminaban de camino al lugar al que los llevaba el Señor Bosch, las cosas que hablaran los demás entre ellos no eran de su incumbencia, aunque la chica tuviera un oído muy fino, ni se inmutó por los comentarios. Al llegar y ver los nuevos uniformes se emocionó bastante, no le importaba el color, ni que fueran todos iguales, la verdad le daba absolutamente igual, lo único que le importaba era que por fin formaba parte de algo, quizá sus aspiraciones no quedaran tan lejos. Su madre siempre dijo que podría llegar a ser una espía incluso mejor que ella, así que eso intentaría, haría lo posible por ser parte de aquel mundo, aquel mundo que llevaba admirando desde niña.

Alzó su uniforme hasta la altura de sus ojos y se mordió el labio inferior con una pequeña sonrisa de medio lado, si hubiera sido en otro momento habría gritado, pero no en aquel sitio, ni con aquellas personas. El hecho de que estuvieran adaptados a los poderes de cada uno la intrigó, ya que ella de por si podía cambiar su indumentaria sin problema alguno... pero quizá si algún día conseguía disminuir o aumentar su tamaño, el uniforme lo haría con ella. Definitivamente le encantaba la idea.

Al oír las afirmaciones de Moussa, la chica asintió levemente, no es que le importara el color, pero un poco de personalización -además de su nombre heróico - nunca vendría mal.

- Para ser sincera, no creo que sea posible, aunque no digo que la idea no me agrade, que lo hace... pero quizá lo que buscan en la escuela sea precisamente eso, que no se diferencie los diferentes estratos de la sociedad, no se.- La chica en realidad no pensó mucho antes de decirlo, pero quizá fuera ese uno de los problemas a los que se enfrentaban la escuela -. aunque siendo un uniforme solo para las clases de deporte... lo dudo.

La chica no dejó ni por un segundo de observar su uniforme, lo miró de arriba abajo, quedándose con todas y cada una de las costuras de aquel uniforme... ¿lo admiraba? ¿o estaba planeando otra cosa?. Segundos más tardes la indumentaria de Diana cambió, y se transformó en una copia exacta de su uniforme. Se miró de arriba a abajo, observando como le quedaba... definitivamente estaba asombrosa. Y por si alguien se lo preguntó, si Rudy tenía razón, el busto de la chica se vio marcado a conciencia, y en aquel traje parecía que tenía aun más. No pareció que estuviera incómoda en ningún momento con aquello puesto... claramente se sentía a gusto.

- ¿Y bien? .- Volvió a mirarse de arriba a abajo -. ¿Que tal me queda? .- dio una vuelta sobre sí misma -. Si quieres Moussa podríamos ver como quedan las modificaciones que quieras hacer antes de hacerlas, si es que están permitidas las modificaciones claro .- Esta última frase la dijo con un tono más bajo, todo el mundo podría oírla, pero sentía que debía hacerlo... no sabía porqué.

Probó a hacer estiramientos, debía comprobar si aquel traje era tan cómodo como parecía a simple vista... aunque lo suyo solo fuera una recreación. La chica parecía aún más flexible que durante el combate, aunque Rudy pudo verla en todo su esplendor en varios combates en que solo se encontraban ellos dos. Aparte de estirar las manos y las piernas, también parecía muy flexible.

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14/05/2016, 10:37
Señor Bosch

Bosch escuchó atentamente las propuestas de sus estudiantes. La expresión de su rostro no varió en ningún momento, siempre serena pese a las reacciones y palabras del Grupo 4. Una por una, respondió a las cuestiones que le habían planteado.

- El color de los uniformes es este – dijo al respecto sobre la cuestión del color – pero no os preocupéis por distinguiros del resto de equipos. Normalmente, cuando hay algún tipo de competición entre equipos, el color del uniforme varía. No me preguntéis cómo, es cosa de Esther. Pero eso no va a ser un problema – miró fijamente a Moussa -. Así que nada de teñirlos.

Entonces, cuando el senegalés propuso lo de sacar a Salara de la escuela, la expresión del subdirector se reblandeció – aunque sólo un poquito.

- Me alegro de que te preocupes por tu mentora, pero por ahora está en buenas manos. Esta mañana a primera hora ha llegado la señorita Summers, del Instituto Jean Grey – informó a los estudiantes -. Está atendiendo a los telépatas en la enfermería. Puede que pronto tengamos una pista de cómo debemos proceder. Quién sabe, quizá vale la pena probar lo que propone Moussa. En todo caso, después de clase podréis ir a visitar a la señorita Bebi, si lo deseáis.

Luego se dirigió a Rudy.

- Se permite el uso de accesorios siempre y cuando cumplan con una finalidad práctica o sean necesarios para el estudiante. Una capa, me temo, es algo meramente estético. Además podría entorpecer sus movimientos, señor Vergara.

Aquello último lo dijo con un tono severo que no admitía réplica. Pero claro, luego Rudy podía hacer lo que quisiese siempre que Bosch no se enterase.

- La finalidad del uniforme – dijo finalmente para todos – es la de proporcionarles su primer – espero por su bien – traje adaptado a la actividad superheroica. Como ya pueden haber comprobado, enfrentarse a un ejército de robots con ropa de calle puede ser sumamente incómodo. El uniforme cumple varias funciones.

Bosch comenzó a enumerar con los dedos. Primer dedo.

- Es un traje cómodo, flexible y resistente que no les entorpecerá de ningún modo durante su actividad física, además de que se encuentra adaptado a sus poderes.

Y segundo dedo.

- Les permite reconocerse entre ustedes como miembros del mismo equipo, así como permite a los demás reconocerlos como superhéroes. O, en este caso, estudiantes del Liceo. Ahora mismo se conocen entre ustedes, pero puede que más adelante se vean obligados a trabajar con otros estudiantes que no conocen tan bien, de forma completamente improvisada.

Quizá los estudiantes habían esperado un tercer punto, pero no lo hubo.

- ¿Les queda claro?

Tras responder las últimas preguntas que los estudiantes pudiesen tener, Bosch salió de la sala, encabezando la marcha hacia su primera clase.

Ésta vez el viaje fue más corto, pues el aula a la que se dirigían se encontraba ya en los pisos inferiores. El lugar era conocido para los adolescentes que seguían al subdirector. Se trataba del pasillo donde estaban las aulas de tecnología, allí donde se habían visto envueltos en el ataque de Ratchet.

Mientras andaban por el pasillo, con enormes ventanales que daban al patio, los componentes del Grupo 4 pudieron ver a los estudiantes en el exterior de la escuela. Charlaban, jugaban, o hacían uso de sus poderes libremente. Dos estudiantes hacían carreras en el cielo, viendo quién podía volar más rápido. Y un grupo más allá jugaba al balón prisionero con un balón que parecía absorber los poderes de cada uno.

Pero lo que más les sorprendió a los noveles no fueron las demostraciones de poder ni los juegos. Al contrario, fue una figura oscura y discreta que se encontraba de pie en uno de los extremos del patio.

Vestido con un traje elegante y con su severa expresión, el Señor Bosch vigilaba a los estudiantes durante el recreo.

En el interior del pasillo, guiándoles, también estaba el Señor Bosch. Caminaba tranquilamente, sin perturbarse por la extraña situación que estaba aconteciendo.

- Es aquí – dijo finalmente, deteniéndose frente a una puerta y haciendo un gesto con la mano para que entrasen en el aula - ¿Por qué ponen esa cara? – preguntó extrañado.

César, al menos, miraba intermitentemente al Bosch del patio y al Bosch que tenía delante con la mandíbula desencajada.

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14/05/2016, 10:42
Sara Carrión

Pudo ver a Diana adoptar el uniforme rápidamente, gracias al uso de sus poderes. Sara sintió un pinchacito de envidia al ver cómo lo lucía, y también advirtió lo pegado que quedaba ese uniforme al cuerpo. Más que las mallas de fitness. Aquello era diferente y llamaba demasiado la atención. Ya a su abuela le daría algo de verla con las mallas, no quería imaginar lo que pasaría si algún día salía en la televisión con el uniforme. Se iba a ganar una buena bronca. Razón de más para convencerles pronto de que allí le hacía falta un móvil y algo más de ropa. Tenía que volver a llamarles.

La joven seguía atesorando el traje mientras acompañaba a Bosch por los pasillos y él negaba que la capa fuera un elemento práctico. La capa hacía parecer al héroe más ancho, por ende, más fuerte, y así amenazaba mejor a los criminales. ¡Tenía sentido!

Cuando dijo aquello de Jean Grey a ella le picó el gusanillo de ir a conocerla.

- ¿No tenemos un momento para ir a la enfermería a que nos firme los uniformes? "Dedicado a los D-Men, la nueva generación de héroes". Sería genial, señor Bosch.

Ella ya intuía que no iban a dejar que la molestaran, pero se apoderó de ella el ánsia. Sólo que Sara iba siguiendo como una corderita a Bosch y no iba a alejarse si no le daba permiso. Pero por eso mismo, le puso mirada de corderita triste, cosa que tampoco sabía si funcionaría.

Luego pudieron ver a los otros. Eso explicaba en parte el tema de las heridas sanadas. En algún lado habría uno de ellos herido, o quizá la espada le habría curado, además de multiplicarlo.

- Señor Bosh, es usted como el superhéroe todo de azul de cuyo nombre nunca me acuerdo. A ver si nos enseña el truco, así podríamos formar varios grupos nº 4.

Esperó que ese poder no le viniera de la espada, porque como algún chico travieso cuyo nombre no quería decir la obtuviera, podría ser el apocalipsis.

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14/05/2016, 15:29
Aitor Zumalacárregui

Aitor seguía al grupo con su dignidad y falta de emoción característica. Podría haber desfilado con paso militar y su movimiento hubiera dado la misma impresión. No arrastraba los pies, no ponía malas caras, no bamboleaba los hombros como para ocupar más espacio, ni los encogía tímidamente. Su lenguaje corporal no se correspondía con el de un adolescente corriente. Probablemente tenía más de robot que de persona, al menos para algunos de sus compañeros de instituto (ni que decir de la gente con la que había topado previamente en su vida).

Cuando Moussa comentó lo de sacar a Salara, por mucho que lo hubiera dicho él, no le pareció una mala idea. Científicamente correcto: eliminar posibles causas para avanzar hacia la resolución de un problema. Pero el sr. Bosch comentó que ya estaba allí la señorita Summers, una superheroína "oficial" (si es que eso realmente existía), así que ya estaba en buenas manos. Sin duda le gustaría hablar con ella... y con Salara, si recobraba la consciencia. Sí, tenía ganas de que eso sucediera. Le alegraría el día. Después de clase iría a verla y, ya puestos, a conocer a la señorita Summers. Llevaba tiempo queriendo hablar directamente con telépatas y esa era una buena oportunidad

Respecto de los trajes, pasaron varias cosas. Bosch sacó el suyo, precisamente. Eso casi era innecesario. Estaba bien para mostrar que nuestros apodos habían sido incorporados, pero un traje que se adaptara a nuestros poderes... los poderes de Aitor/Zenitram eran mentales. Ningún poder exudaba de su cuerpo, no había transformación alguna, ni generación de energía ni nada, nada en absoluto que implicara la necesidad de llevar un traje de partículas inestables. Bueno, si cabía una posibilidad:

-Sí, Cráter, son trajes de partículas inestables, como los de los 4 Fantásticos. Imagínate que la antorcha humana acabara desnudo cada vez que usara sus poderes... Mr. Fantástico las ideó y desde entonces son bastante populares entre los grupos de superhéroes. Valen bastante, por cierto, y, Moussa, no creo que reaccionaran demasiado bien a un tinte, lo más probable es que acabaras con el tinte en el suelo o en tus manos, pero no en el traje -añadió a modo de consejo velado.

El comentario del sudamericano sobre que se marcarían las... hizo enrojecer empáticamente al genio vasco. Él, en realidad, estaba perfectamente serio, pero su cara decidió avergonzarse por él. Esto fue rematado por Diana, Ms. Justice, que decidió ponerse el traje metamorfoseándolo. Vale, si ella no llevaba puesto el traje sino que lo había imitado... estaba desnuda. Aitor trató de tragar, con pesadez, pero sentía un nudo en la garganta.

Avergüénzate, Aitor, eres capaz de afrontar una muerte probable, pero enrojeces como un adolescente cualquiera cuando ves/oyes/piensas en pechos o en chicas en paños menores. Manda narices. Y mientras tanto Sara siguiéndole el rollo a Rudy. A ver cuánto tarda esto en progresar hacia un "besódromo-tocódromo".

-Lo de las gafas lo tengo ya pensado, pero viendo que los uniformes son de moléculas inestables, se me plantean varias nuevas posibilidades, nunca he trabajado con ellas y, depende de si tengo acceso a ellas o no, tendría que acabar de diseñarlas de una u otra manera. Tiempo al tiempo -sentenció, respondiendo a la pregunta de Rudy sobre sus gafas.

Simultáneamente el joven genio también estaba pensando tanto en la capa (que podría hacerse retráctil y casi con vida propia si se invertía suficiente tiempo y material en investigación) como en el color: si Esther era capaz de cambiar el color de los trajes, es que existía la manera de hacerlo. Si puedes cambiar los colores, también puedes hacerlo sólo en parte, así que no debía ser tan complicado "pintar" un mensaje, un logo o algo así, por no hablar de cambiar de color el traje, claro. Pero Aitor era discreto y no iba a hablar de ello delante de un profesor, y menos delante del Sr. Bosch.

-Creo que les ha sorprendido su capacidad de tener dos cuerpos simultáneamente. Lo que no estoy seguro es de si son copias suyas o variantes temporales. ¿Podría aclararlo? Sólo por saber, de cualquiera de las dos maneras resulta fascinante, Sr. Bosch.

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14/05/2016, 15:52
Moussa Dakar

Una sonrisa cómplice se iluminó en el rostro de Moussa ante la respuesta de Iván. Estaba seguro de que juntos se harían con un nombre en la escuela que perduraría durante décadas. Serían el terror que azotaría a los estudiantes con mil y un bromas. Aunque por otro lado, estaba seguro de que César seguramente también se apuntase. Sara parecía ser demasiado correcta como para meterse en algún jaleo de ese tipo. Rudy tenía el alma de un héroe, así que no creía que se uniese al equipo de las bromas. Aunque si le contaban que habían visto a alguien maltratando a algún animal y que querían darle una lección, seguro que se apuntaba. Bueno vale, era un truco muy feo, pero si la ocasión lo requería, lo haría sin dudarlo. Lo mismo pasaba con Aitor, alguien con su intelecto no se pondría a gastar bromas a otros estudiantes, así que tendría que plantearle todo aquello como una especie de reto intelectual a ver si así picaba. Por último quedaba Diana, pero aún no lograba entenderla demasiado. Casi que hasta le acojonaba un poco, pues le parecía la típica chica que tras aplastarte la cabeza con un pie-yunque, se iba a comer un helado tan tranquilamente.

Dejando a un lado todo aquel asunto, Moussa se sintió defraudado al escuchar que no podían cambiar los colores de los trajes. Bueno, salvo Diana, que ella podía cambiar su apariencia a voluntad. Eso le hizo preguntarse si esa sería su verdadera forma. Por lo que sabía, bien podría ser una vieja llena de arrugas en su forma original, que había vuelto al colegio para ligarse a algún yogurin. ¡A saber!

Iván por su parte hizo una descripción más acertada de los monos grises que ahora deberían de portar para algunas actividades, ante lo cual, Moussa volvió a asentir.

-¡Ya te digo! Parecemos presos. Como los Dalton esos...ey   -Dijo de pronto tras volverse hacia Sara- -...¿De eso viene lo de los D-Men, no Sara? ¡De los Dalton! jajajaja En fin Diana, parece que no vamos a poder hacer esas modificaciones...por el momento. Aunque parece que a Rudy no le importaría seguir viendo como te queda el uniforme jeje.

Con su traje en las manos, Moussa lo observaba con detenimiento. No importaba las veces que lo mirase, el color gris no le gustaba nada. Por lo que cuando Sara indicó que a ella le encantaba soltó un..."Pelota" ejem ejem

Aunque el peor momento de todos llegó cuando indicaron que los trajes estaban hechos de moléculas inestables. Aquello provocó que el senegalés casi se tornase pálido y alejó el traje de su cuerpo todo lo que pudo.

-¿Inestables? Eso es lo que se dice en las pelis cuando algo puede explotar. ¿¡Nos habéis dado unos trajes bomba!?

La expresión de Moussa era una mezcla de sorpresa, enfado y miedo. No le gustaba lo más mínimo eso de llevar un traje que pudiese explotar en cualquier momento, así que lo hizo desaparecer teleportandolo hasta su habitación. Era el primer sitio que se le había pasado por la cabeza y donde suponía, no haría daño a nadie en caso de que explotase.

Dejando a un lado la completa ignorancia de Moussa, el muchacho simplemente se encogió de hombros al escuchar que pasaban de su idea de sacar a Salara de la escuela. Por lo visto había una tía en la escuela, que venía de otra escuela y que también era telépata. Bueno, esperaba que se recuperase pronto, pero no podía permitir que Bosch viese que se preocupaba por ella, así que se cruzó de brazos y apartó la mirada.

-Yo solo decía lo de Salara para que despertase y así fastidiar a Megamind. Chiiiissstttt.

Tiempo después, ya cerca de su nueva clase, comienzan a encontrarse copias de Bosch por todas partes. Aquello era un fastidio, pues el viejo tenía ojos en todas partes...literalmente.

-¿Veis? Yo puedo ir a todas partes, pero él está en todas partes. Por eso es mi carcelero. Aunque me uno a la petición de Sara, quiero poder crear dobles míos. ¿Os imagináis un ejército de Moussa? Molaría la leche.