Partida Rol por web

El Liceo: Escuela de Superhéroes

Capítulo 2: Horario escolar

Cargando editor
24/05/2016, 00:34
Narrador

Cafetería del Liceo, una hora y cuarto más tarde...

- Bueeeeeno – dijo Fantasma, sentándose en la mesa -. Parece que no hemos podido reunirnos todos. Se ve que las chicas tenían que encargarse de un asunto… Y el chico de intercambio tenía que hablar por Skype con su familia.

El Grupo 4 se encontraba en la cafetería con parte del Grupo 5. Se habían reunido en una mesa bastante grande como para caber todos, aunque del Grupo 5 sólo estaban poco más de la mitad. Ni Tramuntana ni Égida estaban con ellos. Y otro más no había podido reunirse con ellos para comer, una pena.

- A ver, esa parejita de ahí son Silvano y Juno – Fantasma señaló a un chico y a una chica que estaban sentados al otro extremo de la mesa -. Se ve que ya se conocían de antes. Qué casualidad, ¿eh?

Los aludidos saludaron sonrientes. Parecían bastante corrientes los dos.

- Él…

El otro chico que quedaba del Grupo 5 alzó una mano para saludar. Sus ojos eran de un color dorado intenso, con luz propia.

- Hola chicos, encantado.

- … es Augurio – Fantasma frunció el ceño ante la interrupción-. Es muy raro contarle chistes – les confesó a sus nuevos amigos -. Se ríe antes de que acabes de contarlo.

- No puedo evitarlo… - se quejó Augurio.

- Ya ya… Bueno, y nuestra encantadora amiga – Fantasma se recostó en su asiento y le pasó el brazo por encima de los hombros a la chica que había junto a él, el último componente del Grupo 5 que quedaba por presentar – de los que se habían presentado a la comida, claro -. Es Abeja Reina.

De entre todos los componentes del Grupo 5, Reina era la más llamativa. Era una muchacha de unos catorce años con un par de las de insecto, además de unas antenas. Se había ganado el nombre al revelar que podía controlar mentalmente a los insectos.

- Un placer – dijo ella mientras miraba a los componentes del Grupo 4.

Su mirada se detuvo en Iván.

- ¡Anda, tú eres el de las luces de colores! – juntó las manos –. Tú poder es muy bonito – elogió con una sonrisa.

Desde el otro extremo de la mesa, Juno pareció interesarse por sus nuevos amigos.

- ¿Y vosotros cómo habéis acabado aquí?

Cargando editor
24/05/2016, 15:03
Sara Carrión

Al terminar la clase de ciencias y escuchar la pretensión de Aitor, Sara le miró de reojo como si no entendiera bien lo que estaba planteando.

- Cielo. No creo que haya que separar el grupo en dos según un concurso, sino equilibrarlos un poco. Si Diana y tú sois los mejor entendidos en temas de ciencia, porqué no formamos dos grupos encabezados por vosotros dos. Imagina que un día entramos en la base de operaciones de un villano, habrá que dividir grupos en dos equilibrados, pues esto viene a ser lo mismo.

Dejó ahí aquella alternativa, aunque ella pensó en algo que llevarle al chico, para que no pensara que había falta de interés en la asignatura de ciencias.

Avanzó un poco el día, pudiendo pasar un rato agradable con fantasma y el resto del grupo cinco. Era un grupo bastante curioso y bastante místico. Los nombres le parecían derivados de mitologías y criaturas. Al final, iba a resultar que no había tanto científico en la academia.

- Yo he venido para convertirme en superheroína y ayudar a la gente. Cada vez que veo muertes en las noticias se me hiela la sangre y quiero hacer algo por evitarlas.

No quería que la gente muriera y debía haber un conocimiento profundo bajo ese convencimiento.

- Pero es un secreto. Haced el favor de no contarlo. Es decir, es un secreto para mis abuelos. Ellos quieren que yo sea abogada, o juez. Mi abuelo se dedicaba a eso y piensan que es lo mejor para mí. Una vida de lucha no es una opción, pero yo creo que sí lo es.

Sonrió levemente. Le parecía una idea estupenda.

 

Cargando editor
24/05/2016, 23:55
Moussa Dakar

Aitor era el único que parecía encantado con el proyecto que la robo-tirana les había impuesto. A él desde luego no le hacía ninguna gracia, después de todo, no tenía ni idea de...bueno, de nada en general que pudiese ayudar a mejorar las defensas. Tenía ideas, tal vez interesantes o de lo más disparatadas, pero sabía que sería incapaz de llevarlas acabo por su cuenta. Aunque aquello tampoco le importaba mucho, él quería aprender a controlar bien sus poderes, después ya vería que hacer con su vida.

-¿Te mola la idea de tener que hacer un trabajo, Aitor? Yo no tengo ni idea de esas mierdas, así que si alguien va a ir conmigo lo tiene jodido. Pero tengo montones de ideas buenas para mejorar este sitio. Por ejemplo, si vamos a dar toda esa mierda de viajes en el tiempo, podemos desarrollar un sistema de aviso por si hay ataques. Es decir, todos los días a una hora, enviamos un mensaje al día pasado indicando si hemos sufrido o no un ataque. Así que nosotros enviamos un mensaje al pasado, pero nuestros "yos" de mañana, nos lo mandan a nosotros. Si el mensaje no llega, pues será que la escuela está jodida. Si llega, pues significa que todo está bien. Ummmmm ¡Ah, si! Se podría instalar un sistema de hologramas por toda la escuela, que vuelva locos a los atacantes ¡No sabrán qué es real y qué no! También podríamos crear perros gigantescos con armadura y que escupan fuego o algo así. Ummmm aunque lo que sí que necesitaría este lugar sería un lugar seguro, una especie de habitación del pánico y un buen sistema de teleportación. Así si alguien ataca el Liceo, podremos sacar a todos hasta ese lugar seguro.

Lo que le faltaba en conocimientos, lo complementaba con imaginación. Bien era cierto que sus ideas podrían ser descabelladas y una completa estupidez, pero no estaba muy seguro de hasta donde podía llegar la tecnología. Así que no se cortaría ni media y diría todo lo que se le pasase por la cabeza. Aunque eso sería más tarde, ahora tenían otra clase con el león gigantesco. Moussa tenía decidido no volver abrir la boca para que no les mandasen más deberes. Pero no pudo evitar saltar cual fiera cuando vio a Sextus meterse con uno de su grupo.

-¿¡Y tú que sabrás!? Si no es por Salamandra muchos no estarían en la escuela. Fue él quién evitó que muchos alumnos fuesen calzinados por los lanzallamas de los robots de Megamind. Incluidos varios de los que estamos aquí. Así que me río de esas estadísticas tuyas. ¡Chisssttt!

Frunciendo el ceño con claro gesto de enfado, el senegalés se había tomado las palabras de Sextus como una ofensa hacia uno de sus compañeros y eso desde luego, no le había gustado lo más mínimo. Por lo que se pasó la clase enfurruñado y pensando en traer un ovillo de lana gigante el próximo día que tuviesen clase con él o tal vez, le teleportase un armario para ver si con suerte, volvía a Narnia con su primo Aslan.

Más tarde, ya en la cafetería, Moussa se mantuvo en silencio permitiendo que el resto se relacionasen. Augurio llamó su atención ¿Realmente podía ver el futuro? Con algo así podían ganar mucha pasta en las apuestas, tendría que tantearlo más tarde para ver que pensaba el vidente de esa idea.

Cargando editor
25/05/2016, 02:18
Diana Castelló

Tras la clase de E.S.T.H.E.R. las demás clases no pintaban tan bien. Cuando oyó a Moussa quejarse del trabajo que les había encomendado la profesora, Diana sonrió y miró al chico y si dirigió a él.

- A mi la verdad es que me resulta interesante que nos hayan mandado a hacer ese trabajo .- Dijo con gracia -. Pero si no te gusta la idea de que nos manden deberes, no piques a los profesores, porque tienden a cabrearse, aunque E.S.T.H.E.R parecía bastante tranquila.

En aquel momento comenzó la marcha hacia la siguiente clase guiada por una paloma de la red de la profesora de tecnología, la verdad es que el sistema de defensa era escaso, pero al parecer había sido efectivo durante bastante tiempo, así que lo que debían hacer era buscar una forma de que no se pueda aislar a E.S.T.H.E.R de la red de seguridad del instituto.

Al llegar a la clase y ver al profesor de ética, Diana se extrañó, habría enarcado una ceja, pero era demasiado respetuosa como para mostrar signos de incredulidad... si aquel iba a ser el encargado de impartir aquella clase, tendrían sus razones, y aquel profesor era interesante en muchos sentidos, así que se encargaría de estudiarlo a conciencia.

Al igual que en la primera asignatura se sentó en la parte delantera de la clase... si iba a aprender y a atender, ¿que mejor forma de hacerlo que poniéndose en primera fila? Tomaría aquello por costumbre para el resto de asignaturas. Cuando el profesor nombró la disconformidad de S.H.I.E.L.D para con el Liceo la joven metamorfa se tapó la boca... si pudieran haber visto debajo de aquella mano se habrían dado cuenta de que la chica estaba sonriendo, a saber que era lo que se le pasaba por la cabeza.

La clase transcurrió con muy poca, por no decir ninguna, participación de Diana en ella, pero bastante tranquila, salvo por alguna subida de tono por parte de Moussa, cosa que no era de extrañar ya. Y ya era la hora de almorzar, si dirigió a la cafetería para encontrarse con su grupo y con aquellos que se dignaran a aparecer del equipo 5, y así lo hizo. Llegó tarde, pero no porque se hubiera perdido, sino porque había tenido que pasar por la habitación... cosas de chicas.

- Siento llegar tarde .- Se sentó y puso su carpeta encima de la mesa -. Mi nombre es Diana, encantada de conoceros .- No esperó que nadie dijera su nombre de nuevo, sino que esperó a que alguno de sus compañeros los nombrara en alguna parte de la conversación.

Llegó casi a punto para la pregunta estrella de la tarde... ¿Porqué estaban allí?

Nadie salvo Sara se había aventurado a hablar, así que se decidió a ser la siguiente.

- Pues yo...- Pensó un momento, pero no parecía que estuviera mintiendo, sino que le costara recordarlo, cosa bastante rara -. Estoy aquí porque mi madre tuvo que salir de viaje por cuestiones de trabajo y no tengo más familia directa. Estuve a punto de quedarme con unos amigos de su oficina, pero normalmente tienen demasiado papeleo que hacer como para cuidar de mi... aunque en realidad no lo necesite, se valerme por mi misma.- En aquel momento se retorció la parte baja de la camina con la mano, ¿rabia? quizá -. Pero mi madre es demasiado protectora, y además, sabría que aquí aprendería mucho acerca de mi misma y de la gente como nosotros, y aprendería valores que ella cree que no podría inculcarme... aunque no sea cierto.

Acto seguido se calló y esperó a que los demás contaran su historia, pero probablemente prestara más atención a lo que ocultaban que a lo que realmente decían.

Cargando editor
25/05/2016, 11:17
Aitor Zumalacárregui

Moussa, como siempre, intentando hacer trapicheos. Había gente que en 2 días podías saber cómo actuarían siempre (que no es lo mismo que saber qué harían exactamente a cada momento; para eso, en este caso, hacía falta un adivino de los buenos). No le dio la menor importancia. Si alguien quería seguirle "el rollo", era su problema. Ya no eran niños pequeños, debían aprender a equivocarse.

Después vino la clase de Ética superheroica. Más allá de la apariencia leonina y la especial dicción del profesor, la materia en sí era simple filosofía aplicada, una simplificación de problemas éticos enfocados a una actividad concreta: la vida superheroica. Aitor, por supuesto, se sentó en la primera fila, pero eso no le hubiera evitado bostezar si no hubiera tenido la capacidad de concentración que tenía. Además, no le tenía miedo, sabía que el profesor no les haría ningún daño.

Estaba claro, muy claro para Aitor, que aunque hiciera mil preguntas, al final había dos en las que tendría que ver de qué pie calzaba el leoniforme: ¿acabarías con la vida de un villano? y ¿es más importante el bienestar de una persona excepcional o el de muchas normales? Con historia de la Tierra como fondo, esto se traduciría en: ¿hubieras acabado con la vida de Hitler? ¿salvarías a 100 personas o a Mozart? (o a un compañero superhéroe). Sería un tema de probable fricción, tanto con el profesor como con los compañeros. Era algo que tenía que vigilar.

Oh, y el complejo de Gran Hermano. La omnipresente SHIELD. También se podía discutir mucho sobre la propia idiosincrasia de dicha organización. ¿Acaso tenía algún tipo de legitimidad real? ¿Hay alguna ley de las que supuestamente tienen que ayudar a cumplir que no se salten para hacer justicia? Estas y otras cuestiones fueron escuchadas con atención por el joven vasco, sin intervenir excepto para responder vagamente cuando se lo pedían (sin implicarse seriamente, o citando a algún autor y eludiendo así el tener que ofrecer su propia opinión).

Una vez ya en la cafetería se reunieron con los integrantes del grupo 5 que no habían tenido la oportunidad de pelearse con Iván... Fantasma parecía un buen chico, Augurio tenía un poder interesante que le encantaría analizar (tal vez se lo pidiera más adelante, cuando hubiera confianza... o incluso, si se juntaba con ellos para el proyecto de super-ciencia, podría ser clave para crear un sistema predictivo de defensa). Abeja reina, a parte de ser chica, también tenía poderes telepáticos, aunque fuera para controlar insectos. Eso también era interesante. Por último, Silvano y Juno parecían corrientes a primera vista, pero sus nombres tenían que ver con los bosques, la vida... nombres clásicos, casi más apropiados para faunos que para personas.

-Entiendo tu postura, Sara, pero de alguna forma tenemos que hacer los equipos y no he pedido que vengan conmigo los que más habilidades técnicas tengan, sino los que puedan ofrecer una buena idea y estén dispuestos a trabajar. Lo que no pienso hacer es hacerme cargo de alguien que no quiera aportar nada. De ahí que reitere mi oferta -contestó a nuestra señora del frío particular.

Depende cómo se mirara, acababa de quedar como un "borde", pero la exigencia de pasarme su idea por escrito hacía que la persona que quisiera venir conmigo tuviera que pensar y esforzarse. Si tenía capacidad de esfuerzo y algo de creatividad, lo demás lo podía sobrellevar.

-En efecto, Moussa, me agrada la idea de tener un reto intelectual interesante. Si me entregas una de esas ideas tuyas por escrito, me plantearé seriamente integrarte en mi grupo. Pero tienes que escribírmela. Y piensa que los demás también me entregarán algo... Por cierto, muy interesante tu planteamiento de los mensajes hacia el pasado, aunque tiene ciertas dificultades, como la teoría de las realidades alternativas. En fin, no me quiero extender, pero tienes ideas interesantes, Moussa, eres muy creativo.

Luego vino el momento de decir porqué o cómo habíamos acabado en el Liceo. Diana fue la primera en dar una explicación... no enteramente satisfactoria. Pero tampoco podía exigirle a nadie decir la completa verdad sobre nada, si no querían decirla.

-Yo tengo un problema con mis capacidades intelectuales, aparentemente genético: soy telépata incontrolado. Mis padres se vieron superados por el problema, especialmente ahora que a mi hermana pequeña también le ha empezado a despertar la telepatía, así que decidieron internarme aquí para ver si era la solución. Si fueran religiosos estarían rezando para que vaya bien, porque yo soy el hermano menos dotado de los dos... -dijo Aitor, permitiéndose una leve sonrisa.

Cargando editor
25/05/2016, 16:01
Rudy Vergara

Cuando se pusieron a hablar del trabajo, Aitor ofreció una plaza en su equipo y Sara intentó organizarlos, solo pude mirarles con una ceja levantada. ¡Quedaban muchos días! Todavía quedaba mucho.

-¡Relax, tíos! Todavía queda tiempo. Pero Aitor, yo no voy a hacer deberes extra, así que seguramente no vaya contigo, sorry, jeje. –me pasé la mano por la barbilla antes de seguir.- Pero oye, tengo un par de ideas muy guays. Ya veremos quién gana.

En realidad no tenía ninguna idea, tal vez algo con robots auxiliares o guardias de seguridad. Pero aun así me parecía algo paranoico tener que preocuparse por la seguridad. Vale que nos atacara un doctor maligno, pero qué demonios. ¡Es una escuela de superhéroes! ¿No debería ser como un examen más?

Luego nos dirigimos a la clase de ética. Una de las clases más útiles si querías ser un buen superhéroe.

Sextus-sensei era alucinante. Parecía sacado de una peli de Dreamworks, pero en real. Al verlo en la batalla pensaba que enseñaría algo como Estrategia de Guerra, Lucha Libre o Armas Contundentes (ojalá hubiesen estado en el programa), pero no algo como Ética.

Fue bastante bien. Daba unos puntos de vista muy interesantes, sobretodo para alguien que temía hacer daño a los demás. Así que en esta, después de unos minutos de admirar lo guay que era, estuve callado y atento.

Después fuimos al comedor y nos sentamos los dos grupos juntos. Bueno, casi los dos. Fantasma nos presentó a los de su grupo.

-Hola a todos. Encantado. Soy Cráter. –dije con una sonrisa. Parecían bastante agradables, aunque Juno me dio un poco de miedo cuando utilizó su poder en la ceremonia. Esa chica era bestial. Faltaron la chica del viento y la de los escudos.- Que pena que no hayan venido Trotamundos, ¿era así?, y Égida. Hubiese molado estar todos.

Abeja Reina, parecía un hada de cuento. ¡Hasta dijo que le gustaron los poderes de Iván! Eso no podía ser coincidencia. Luego Silvano nos preguntó que como habíamos llegado allí.

-Pu-pues… Por el pasillo principal y a la izquierd…–pero me callé al ver que Sara contaba el cómo habíamos llegado a aquí. Siempre tenía que cagarla. Diana y Aitor siguieron, entonces cuando acabaron hablé yo- Mmm… Bueno, puedes buscarlo en Youtube por “Chico del Cráter en Londres”. El MI-13 se puso en contacto con el Liceo, consiguieron una plaza y me mandaron aquí de una patada para que no volviese a cometer un desastre. Por cierto, como molan tus alas. ¿Eres una especie de hada o algo así?

Tenía que recoger datos de todos. Toqué el bolsillo de mi pantalón a ver si seguía ahí mi bloc de notas. Ya había apuntado los poderes del Grupo 4, ahora tocaba de los demás.

Cargando editor
26/05/2016, 03:28
Iván Auriol

Iván se quedó pensativo al oír la sugerencia de Aitor para el trabajo. Sonaba pedante, pero no dejaba de tener razón. Él era el mejor dotado de todo el grupo cuatro para aquella asignatura, y tenerle como compañero sería una gran ventaja. Es más, Aitor no querría tres lastres en su grupo que aprueben solo por el trabajo que él desempeñe, y ese método aunque no era infalible, hacía más fácil escoger a aquellos que realmente hincarían los codos. Tendría que pensárselo.

La siguiente clase fue cuanto menos interesante. Si no por el profesor, extraño aún a ojos del medio-hada, por el contenido de la misma. Volvió a sentarse en segunda fila, con la intención de tomar apuntes y aprender al máximo, pero a los pocos minutos de clase dejó caer el lápiz, perplejo.

Si algo había aprendido Iván en Fae, era que no se podía ir haciendo lo que te daba la gana por el mundo, hay consecuencias para las acciones. En consecuencia, se necesita un código ético y moral, o algún tipo de norma que dicte lo que puede o no puede hacerse. Sin ellos, uno se convertía en lo que sus parientes del otro lado eran… Irresponsables, caprichosos, peligrosos. Pero… Una cosa es pensar que hacen falta límites, y otra que un hombre león blanco con expresión adusta y nombre de legionario romano te dijera lo que estaba bien o mal, lo que tenías que hacer o dejar de hacer. Al medio-hada no le gustó nada, en absoluto, como empezó la clase, atacando a César, y mucho menos como continuó. Un escalofrío le recorrió la espalda cuando se forzó a sí mismo a permanecer sentado y callado, en vez de responderle a Sextus cuando creía que se equivocaba. En gran parte, si no lo hizo, era porque racionalmente sabía que lo que su albino orador decía tenía sentido, él mismo pensaba que hacían falta límites. ¡Pero que mal sentaba que te los pusieran!

Iván miró a las últimas filas a media clase, buscando a César con la mirada, cuando lo encontró, movió los labios sin llegar a pronunciar los sonidos – “A la próxima yo también hago campana”

Cuando la clase acabó, Iván tenía sentimientos encontrados acerca de la misma, así que prefirió no comentar nada con sus compañeros, optando por seguirles flotando perezosamente, rebotando en las paredes y los marcos de las puertas.

 

Por suerte para su casi agrio humor, la rubia a reacción no estaba cuando llegaron a la cafetería. Iván compró una caja de palitos de chocolate de una de las máquinas, y tras llevarse el primero a la boca el mal humor se le fue del todo. Siguió al grupo hacia la mesa, atajando por el aire para recuperar el tiempo perdido, y llegando justo cuando Fantasma empezaba con la ronda de presentaciones. Saludó con una inclinación de cabeza a Silvano y Juno – nombres muy greco-romanos, lo cual daba una ligera idea del origen de sus poderes. Augurio, otro personaje con un nombre bastante esclarecedor, consiguió arrancar una sonrisa a Iván con el tema de los chistes. Intentó imaginarse como sería desde su perspectiva, vivir todo una segunda vez… Y tuvo que dejar de intentarlo cuando presentaron a Abeja Reina. Tenía la imagen de una hada, o quizá una pixie de cuento. Si no supiera por experiencia propia que realmente no son así, habría creído que lo era. Para su sorpresa, ella le dijo que su poder era muy bonito.

Iván dibujó una sonrisa de oreja a oreja cuando le dijo eso, y decidió sentarse cerca.

- ¿Solo mi poder es bonito? – le chinchó un poco, antes de aceptar el cumplido como dios manda con un - ¡Gracias! ¿Quieres? – le enseñó la caja de palitos de chocolate a Abeja Reina, y luego se la enseñó a todos - ¿Y vosotros?

Moussa sacó el tema del trabajo de “Super-ciencias” (que nombre más horrible para la asignatura…), y para entonces Iván ya había decidido qué hacer respecto a la sugerencia de Aitor.

- Hablando de eso. Yo creo que no debería formar equipo contigo Aitor. Si este trabajo es parte de la asignatura, hay que suponer que con las clases que recibamos deberíamos saber suficiente como para llevarlo a cabo. Creo que si entrara en tu grupo, acabaría dependiendo de ti y diciendo que sí a todo, sin pensar realmente en lo que hago. Igual que con el asunto del móvil… si no lo hago yo, no podré aprender.  Y por otro lado… Los grupos se hacen con gente de la clase, no necesariamente de nuestro grupo, ¿No? Podríamos juntarnos por ejemplo Sara, Fantasma, Juno y yo. Solo por dar más opciones y eso. – Se encogió de hombros – Aunque creo que es una pena que el trabajo sea de “Súper-ciencia”. Todas las defensas acabarían dependiendo de la ciencia… Y estaremos todos fastidiados si tiran del enchufe. Tenemos personas que saben magia en el Liceo, y gente con poderes únicos que quizá podrían usarse para eso. Pero al ser un trabajo de ciencias…

- Por cierto Aitor, no te preocupes por mi teléfono. Creo que el Liceo me lo proporcionó… Y voy a pedirle al señor Bosch si puede conseguirme otro, y una camisa de recambio.

 

Luego tocaba explicar cómo habíamos acabado en el Liceo. Iván dejó hablar a sus compañeros, escuchando lo que decían, averiguando CUANTO decían, y cuanto quería decir él mismo. No es que llevase su vida en secreto, pero tampoco le gustaba hablar de según qué temas. Al final, viendo que la mayoría daban una descripción corta y concisa, decidió hacer lo mismo.

- Pues… Mi madre es un hada. Cuando empecé a desarrollar poderes mi abuelo decidió que era su deber secuestrarme y llevarme a mí y a mi padre a Faë para que aprendiese a ser como ellos. Esto fue en el 76. Pasé más de tres años en Faë, hasta que a mi abuelo se le olvidó que quería tenerme allí, solo que al volver no era el 79, sino 2015. Mi padre no tenía ya empleo, obviamente… Pero encontró información de este lugar y les pidió ayuda, a él le encontraron empleo y a mí me han admitido aquí.

Cargando editor
26/05/2016, 13:50
Narrador

Los adolescentes del Grupo 5 escucharon con atención las – escuetas – historias del Grupo 4. Uno a uno, fueron contando la razón por la cual habían acabado en aquella escuela. Todos les escucharon con atención. A veces hacían comentarios, los elogiaban por sus poderes – y por sus actuaciones en la ceremonia de la noche anterior – e incluso Fantasma aprovechaba para decir algo gracioso. Lo divertido de la situación era que Augurio siempre se reía un segundo antes de que abriese la boca, tal como les habían explicado.

Marina intentó participar en la conversación haciendo mímica y escribiendo cosas en el móvil, con la ayuda de Sara para transmitirlas. Como ya habían visto en la ceremonia, su voz volvía locas a las personas, por lo que evitaba hablar siempre que podía. Su madre era mutante, y su padre atlante, por lo que era una especie de híbrido extraño. Estaba muy contenta por encontrarse en el Liceo, y esperaba aprender algún día a controlar su poderosa voz.

Ellos, los componentes del Grupo 5, también contaron sus historias.

Fantasma era un chico completamente normal de un pueblo cercano hasta que un día descubrió que podía volverse intangible. Tuvo un accidente mientras iba en bicicleta por un barrio residencial, un coche se le cruzó de pronto y él simplemente lo atravesó. Fue bastante embarazoso porque acabó desnudo en el asfalto varios metros más allá, pero al menos no había salido mal parado. Suponía que era un mutante o algo parecido. Quiso ir al Liceo para aprender a controlar su poder.

El origen de Augurio, en cambio, era un completo misterio. No era un mutante, ni un inhumano, ni nada parecido. Simplemente tenía el poder de ver el futuro desde que era muy pequeño. Pese a la evidente utilidad de su don, confesó que era bastante incómodo vivir siempre unos segundos antes que el resto de personas. No tenía mucho interés en convertirse en un superhéroe ni nada parecido, pero SHIELD lo localizó y convenció a sus padres para que lo trajeran aquí.

Abeja Reina era arena de otro costal. Ella estaba encantadísima con el hecho de tener poderes y encontrarse en una escuela de superhéroes. Sus padres eran científicos que hacían experimentos con todo tipo de insectos. Unos fanáticos. Ella, cuando era más pequeña, se coló en su laboratorio y se vio expuesta a un suero experimental que sus padres estaban desarrollando. La misteriosa sustancia ni siquiera estaba diseñada para funcionar en humanos, lo más probable habría sido que hubiese muerto. Pero le dio superpoderes, y ahora estaba en el Liceo para poder ponerlos en práctica. De hecho su ídolo es Spiderman.

- Lo siento Cráter, ¡pero no soy un hada! – se disculpó la muchacha.

Silvano y Juno eran una especie de paquete. Aunque sus poderes diferían en su naturaleza, provenían del mismo origen. Los dos habían formado parte, junto a otros adolescentes, de un grupo cuyos poderes venían todos de un antiguo artefacto egipcio. Habían intentado dedicarse a eso de ser superhéroes, pero la cosa no había acabado demasiado bien. Ahora ellos dos estaban en el Liceo para aprender de sus errores. Silvano podía controlar el crecimiento de las plantas y moldear la madera. Y Juno era como una especie de Hulk adolescente. Cuando estaba enfadada – aunque eso casi nunca sucedía – se convertía en una bestia rosada gigantesca.

Todos parecían bastante animados mientras explicaban sus historias. El hecho de encontrarse en aquella escuela, rodeados de gente como ellos, les hacía estar más a gusto. Aunque no todos compartían ese sentimiento.

César parecía algo incómodo durante la conversación. Desde la clase de Ética había estado bastante callado.

- Yo quemé la casa de mis padres… - dijo de pronto, en un momento de la conversación en que nadie más hablaba.

Se hizo un silencio un poco incómodo.

- Joder, el estúpido peluche blanco tenía razón.

El piroquinético se levantó bruscamente de la mesa y abandonó la cafetería, visiblemente molesto.

- Guau, eh… ¿Quizá alguien debería ir a hablar con él? – sugirió Fantasma. Parecía que iba a decir algo más, pero su compañero Augurio lo interrumpió.

- No es un buen momento para chistes.

Cargando editor
27/05/2016, 19:11
Sara Carrión

Lo de la hulka rosa parecía de chiste. Alguien que se enfada y se vuelve rosa... no podía ser verdad. El caso es que Hulka era otra de sus superheroínas favoritas y le picaba la curiosidad por verla transformar y exhibir músculos. Quizá tendrían que enfrentarse ella y Rudy, por aquello de ver qué grupo tenía un mejor forzudo. Eso era una especie de tradición superheróica que estaría bien cumplir.

Salamandra se había marchado con mala cara, furioso al recordar su pasado. Sara miró a Moussa. Lo de César no le parecía nada que no fuera a pasarse en un rato.

- Moussa, tu podrías hablar con él. Unas cuantas frases tuyas y se animará.

No sabía lo que pasaba por la cabeza del muchacho, razón por la que no tenía claro cómo actuar.

- Fantasma, tienes que practicar eso que hace Visión de atravesar con el puño y luego materializarlo. Eso es tremendo. Una vez le vi en un combate contra varios ultrón y fue espectacular. 

Sara era aficionada a ver los canales de televisión, o recorrer Youtube en busca de ese tipo de vídeos.

- ¿Y no van a enseñarnos las mejores tácticas de los superhéroes veteranos? Ya sabéis, las tácticas de coordinación del Capitán América, y ese tipo de cosas. Pensaba que habría análisis de las estrategias que siguen.

Se puso a hablar. Una cosa llevó a la otra y siguió pensando en todo aquello.

- ¿Y legislación superheróica? O todavía hay un vacío legal con eso. Voy a sugerir que nos haga una visita Hulka.

Volvió entonces al inicio, a la figura de la superheroína esmeralda.

Cargando editor
29/05/2016, 15:40
Moussa Dakar

Con las manos entrelazadas tras la cabeza, el senegalés observaba a unos y otros según iban tomando la palabra. Raro en él, se mantenía en silencio mordisqueando uno de esos regalices con forma de rama de árbol. Lo único que realmente revelada su presencia allí, así como la inquietud de su espíritu, era la forma en la que se sentaba en la silla. Pues la mantenía sobre dos patas, mientras se mecía suavemente. Todo parecía marchar bien, pero entonces César soltó aquellas palabras sobre su pasado y se marchó con un humor que era más bien una amalgama de tristeza, ira e impotencia. 

Moussa le siguió con la mirada pero no dijo nada. Pero entonces Sara sugirió que fuese a buscarlo y animarlo, lo cual sin duda le sorprendió.   -¿Yo? Pero si pasáis de mi culo la mitad de las veces que abro la boca...y la otra mitad, os enfadáis conmigo. De todas formas, parece que no te has enterado de mucho ¿No?    -Tras emitir un suave sorbido y mordisquear un poco más el regaliz, prosiguió.    -¿Viste a alguien ayer despidiendo a César? Si perdió el control de sus poderes y prendió fuego a la casa, puede que sus padres resultasen heridos...o algo peor. Aunque también es posible que ahora le teman y se hayan alejado de él...   -Sin más que añadir se encogió de hombros. No estaba muy seguro de qué podría decirle a César para animarle, al igual que tampoco le preguntaría por su pasado, pues eso era cosa de cada uno el contarlo o no. Pero bueno, ya se le ocurriría algo que decir.    -Me haré cargo de él, dejar esto en mis manos. Aunque no me hago responsable si la cosa se descontrola y medio Liceo acabar ardiendo. Por cierto, antes de irme os dejo una pequeña reflexión para todos.    -Alzando una ceja, se quedó mirando a Augurio intensamente durante unos instantes.    -¿Cómo alguien que ve el futuro, cayó en la emboscada de Megamind? Tal vez sea un infiltrado...En fin, os lo dejo a vosotros, yo me haré cargo del lanzallamas humano.

Resultaba difícil saber si las palabras de Moussa eran una verdadera acusación hacia Augurio o si tan solo se estaba divirtiendo de una retorcida forma, tratando de poner en contra a los presentes. Fuese como fuese, no se quedó mucho más allí pues uno de sus característicos portales se formó bajo él y lo engulló.

Cargando editor
29/05/2016, 16:04
Moussa Dakar
Sólo para el director

-¡Taxi para uno!  -Gritó Moussa al aparecer junto a César para instantes después, ambos ser tragados por uno de sus brillantes portales azules. El lugar de destino no fue otro que el tejado del Liceo, más concretamente la torre desde la que el día anterior, Moussa había contemplado los alrededores de la escuela.  -Mola ¿Eh? Desde aquí puedes ver toda la escuela y sus alrededores.

No muy lejos de la torre se encontraba el escondite secreto de Moussa. Se trataba de un pequeño hueco en el que había ocultado una caja. En su interior por el momento apenas había nada, salvo la pluma del director, el ojo brillante de uno de los robots que destruyeron el día anterior y una hoja arrugada llena de garabatos que no comprendía, que había recuperado del suelo de su habitación. Suponía que debía de ser algún proyecto descartado de Aitor y que no lo echaría de menos. Después de todo, los objetos que se llevaba con él nunca eran de mucho valor, al menos los que metía en aquella caja. Era más bien una especie de baúl donde guardar recuerdos, tanto de situaciones vividas, como de personas conocidas.

Aunque en aquellos momentos no estaba allí para ver su colección de objetos raros, sino para tratar de animar a César. Esas cosas nunca se le daban muy bien, pero intentaría aportar su granito de arena. Así que se sentó al borde del tejado, dejando que sus piernas colgasen en el aire.

-El pasado es una mierda...es mejor no pensar en él. ¿Has volado alguna vez?    -Indicó de pronto cambiando totalmente mostrando un estado de ánimo mucho más alegre.     -Bueno, me refiero sin contar lo que hizo ayer Iván. Yo no, pero me gustaría probar...   

Sin decir nada más Moussa se dejó caer. El día anterior ya había intentado algo así, pero el miedo lo paralizó en el último instante. Claro que ahora, después de el extenuante combate contra Megamind, sus poderes se habían fortalecido y ahora los comprendía y dominaba a un nivel, que antes habría creído imposible.

El cuerpo del senegalés desciende a gran velocidad y todo parece indicar que acabará chocando contra el suelo y mueriendo en el acto. Pero a escasos dos metros de tocar el suelo, un portal apareció y lo engulló, haciéndole aparecer a ciento cincuenta metros de altura. Aunque como es de suponer, nada más aparecer, comenzó a caer. El viento le impedía ver bien, pero la sensación de la gravedad llamándolo era inigualable. El descender sin paracaídas era tan emocionante como aterrador. Por lo que comenzó a gritar mientras descendía más y más rápido a cada instante. Finalmente y una vez más, justo antes de volver a tocar suelo, un nuevo Stargate apareció ante él y lo engulló, para instantes después, depositarlo junto a César.

-¡Yujuuuuuu! Es una pasada...deberías de probar...  -Alzando una mano, invitó a César a cruzar el portal que se formó junto a ellos. A la vez, otro segundo portal se abrió en las alturas. Esperaba que si aceptaba vivir aquella experiencia, el subidón de adrenalina le ayudase a olvidar los malos rollos del pasado. Tal vez no fuese la mejor forma de ayudar al muchacho, pero en todo caso la culpa sería de Sara. Después de todo, fue ella quién le envió para tratar de animar a César y puesto que Moussa no era para nada alguien convencional, solo cabía esperar que su forma de animar a César fue de lo más extraña, estúpida, loca y peligrosa. -¡El último en cruzar el portal es un gallina!

Cargando editor
30/05/2016, 09:29
Rudy Vergara

Iba prestando muchísima atención a cada historia que iban contando. Era muy acogedor estar rodeado de gente con superpoderes tan chulos. Ojalá llegara a conocer los poderes de cada alumno de la escuela. Tal vez si entrara en un archivo del Liceo... Se lo sugeriría a Moussa.

Necesitaba anotar todo. Mi idea era crear un archivo de los alumnos. No para nada en concreto, un simple hobbie. Ya lo había hecho con lo superhéroes más famosos (aún así me faltaban bastantes) y ahora tocaba con el Liceo. Pero hubiese sido de mala educación ir apuntándolo todo en el bloc de notas, así que mejor esperarme a cuando nadie mirara. Eran poderes alucinantes. Ya tenía ganas de que nuestros grupos se enfrentaran en alguna prueba. En mi cabeza se empezaban a formar las confrontaciones. ¿Sería capaz de ganar a Juno?

-Hey, si eres la fuerte del grupo, en el algún momento podríamos echar un pulso. En tu forma monstruosa claro, jeje. O sea, quiero decir, monstruosa pero guay. -le dije a Juno. Parecía un poco tímida, pero seguro que se desmelenaría en cuanto se cabreara un poco. 

Me había recompuesto un poco el saber que también había gente descontrolada. Aunque me dio bastante pena César. Seguramente Sextus-sensei no había dicho a mala fe esas cosas, pero entre eso y la conversación de ahora... Entendía que el chico explotara. Bueno, no literalmente, eso habría sido peligroso.

-Pobre, entiendo como se siente... -dije cuando ya se había ido. Luego miré a Moussa.- Dile que estamos aquí para aprender, todos somos un peligro...

Entonces Atajo acusó a Augurio de ser un infiltrado. Con una exhalación y dejando caer los hombros, le dije al chico de los ojos dorados.

-Tranquilo, Augurio. Lo hace a todas horas. No sería Moussa si no acusara a alguien de algo cada tres minutos. Jeje...

Cargando editor
30/05/2016, 19:08
Aitor Zumalacárregui

-Iván, la ciencia también llega a la genética, por ejemplo. En otras palabras, se podrían crear super-perros guardianes, por decir algo. Perdón por lo del móvil, y que sepas que lo de que en Fae pase diferente el tiempo que aquí da mucho en qué pensar.

Iván, un chico curioso. Medio-hada, era evidente mirado en retrospectiva, esas lucecitas, las orejas punteagudas, el chico soñador fuera del tiempo... Por fortuna era mentalmente mucho más estable que aquellos de sangre pura, según cuentan las historias. Porque todo el mundo sabe (o debería saber) que los cuentos de hadas que nos han llegado difieren sustancialmente de los originales, muchísimo más crudas. Los cuentos de hadas son la versión dulcificada, apta para que los niños tengan dulces sueños, no pesadillas.

La intervención de César, realmente, no extrañó demasiado a Aitor. Aunque no conocía la extensión exacta de los problemas para controlar el fuego que pudiera tener el joven piroquinético, estaba claro que el fuego tiene una naturaleza destructiva peligrosa. No habiendo sido capaz de conciliar en su conciencia el incendio de la casa de sus padres, César se levantó airado. "Fogoso", casi se le escapó a Fantasma. Algunos chistes eran buenos por lo obvio, ese era uno de ellos.

Sara salió al rescate, pero dejó caer la pesada responsabilidad de calmar a César en los hombros de Moussa. Pues no era tan mala idea. Era una responsabilidad "buenrollera", por así decirlo, algo que probablemente sería capaz de hacer sin ser una verdadera carga, que le haría sentir mejor, integrarlo en el grupo... siempre que saliera bien, claro. No obstante, el senegalés aprovechó para soltar una "bomba" de las suyas, sembrando la semilla de la discordia en cuanto a Augurio. Por fortuna el razonamiento que había utilizado Moussa era muy sencillo de rebatir: Augurio sólo era capaz de ver unos segundos por adelantado, así que, si carecía de super-velocidad, difícilmente le había dado tiempo a reaccionar de ninguna manera. Ni siquiera habría podido salir de la sala o guarecerse del efecto mental del Auditorio.

-Sara, hay clases de Entrenamiento de Combate, donde imagino que nos enseñarán tácticas. Respecto a lo de la legislación, creo que España, como siempre, va retrasada en eso. En Estados Unidos hacen lo que pueden, pero la vida real siempre va antes que las leyes. Pero donde las leyes no llegan, llegan las empresas: Control de Daños es una empresa con sede social en Nueva York que se dedica a asegurar edificios y empresas contra daños supers (heroicos o villanos) y por lo que sé es viable económicamente, vaya, que funciona muy bien.

Luego Moussa tomó la palabra, diciendo algunas obviedades, remarcando lo difícil que podría haber sido la vida para César. Algo bastante probable, de hecho. Aitor espero a que éste se esfumara, como solía, para intervenir de forma conciliadora tras Rudy.

-Viene de la calle y como él mismo diría, la calle es muy dura, no tenemos ni idea. En resumen, es suspicaz, tiene una dura coraza y tiene miedo a dejar "entrar" a nadie para que no le hagan daño. No se lo digáis pero sed comprensivos, no lo hace con mala intención. Emmm, y tampoco seáis condescendientes, podéis acabar con una tonelada de agua de piscina en vuestra habitación...

Cargando editor
30/05/2016, 22:55
Sara Carrión

No tenía muy claro si Moussa se acabaría integrando, pero le había parecido que comenzaba a acostumbrarse a estar en grupo. Sara sonrió a Aitor. Estaba de acuerdo con las palabras del muchacho. Después, pasó la mirada por el resto de los allí presentes.

- A mi lo que me parece un crimen es que tengamos que hacer gimnasia a las cuatro. Tengo curiosidad por ver el entrenamiento, pero es una buena forma de acostumbrarnos a luchar en cualquier situación por difícil que sea, sí.

Torció el gesto y mostró una sonrisa después.

- O es una forma de hacernos adelgazar. Yo al menos no he comido mucho, por lo que pueda pasar.

Miró de reojo a Rudy, que se había hinchado como de costumbre, pero seguro que él era capaz de asimilar todo aquello rápidamente.

- Sabéis que he estado practicando con mi dominio sobre el frío.

En ese momento, movió su mano derecha hacia Rudy. Una bruma blanca se había condensado en su mano y voló suavemente en dirección al joven, girando noventa grados durante el trayecto, hasta terminar en sus abdominales. Cráter ni sintió el impacto, pues Sara, aunque sabía lo resistente que era, había controlado la intensidad de aquél frío para que semejara una simple brisa invernal.

- Se aprende rápido en este sitio.

La alicantina se permitió divertirse con sus poderes. Pronto tendría que hablar con Hécate y con Averno. Y no sabía qué le iban a decir, de modo que se permitió disfrutar un poco, antes de que llegara cualquier tipo de mala noticia.

Tras aquello, miró fijamente a Iván, centrando la mirada en él. La historia del muchacho le había interesado, por razones que ellos todavía no conocían.

- ¿Y Faë es Arcadia? ¿Es un lugar muy cálido? ¿El sol es más grande allí? No sé, algo distintivo debe de tener.

Interrogó al joven, esperando que le diera pistas sobre algo que ella imaginaba, pero que no tenía porqué ser cierto.

 

Cargando editor
31/05/2016, 04:42
Iván Auriol

Abeja reina no respondió directamente al gancho de Iván, lo que le dejó un poco descolocado, pero se recuperó enseguida, en cuanto la conversación siguió su ritmo. Ya que nadie aceptó los palitos de chocolate, siguió comiéndolos él solo.

Iván escuchó atentamente las historias del resto. Se rió a carcajada limpia con la de Fantasma, imaginándose la situación que describía; se esforzó por encontrar algo divertido que decir con la de Augurio pero sin lograrlo, claramente no estaba a la altura de Moussa; Abeja Reina resultó ser parte de un accidente científico, lo que le llegó a pensar únicamente: “Sabía que no era de Faë”; Luego estaban Silvano y Juno y su historia llamó poderosamente la atención de Iván, intentando relacionar el control de las plantas y la superfuerza con algo de la mitología egipcia, pero sin lograrlo. Luego, por supuesto, llegó el momento de César. La verdad es que no se había parado a pensar en lo que podía suponer su poder y el grado de control que tuviese sobre el mismo, pero de todas formas le pareció que todo tenía sentido, sin llegar a sorprenderle, cuando explicó lo que había sucedido.

Sara envió, poco a más o menos, a Moussa a hablar con el chico, e Iván no pudo menos que estar de acuerdo con su sugerencia. Moussa era bastante… agrio, cuando quería, pero era difícil tomárselo en serio cuando actuaba como un matón, y conseguía el efecto contrario. Y si no lo lograba, tampoco pasaba nada. Probablemente César solo necesitase estar un rato a solas.

Luego Sara empezó a hablar de cosas de superhéroes de verdad y de aprender como ellos. Era un tema que a Iván no le venía muy de gusto, pues se había perdido 50 años de cultura popular y no conocía ni a la mitad, así que desconectó un poco.

Se perdió las acusaciones de Moussa, y los atropellos de Rudy con dar a entender lo que no quería decir, absorto todavía en intentar recapitular lo que sabía de los egipcios, buscando algo que no fuesen personas con cabeza de animal, cocodrilos sagrados, o referencias al Nilo… Mientras que se le mezclaban en la cabeza cosas sobre la película que vieron el día anterior, StarGate.

Oyó su nombre, y aquello le bajó de la luna. ¿Quién? Ah, Aitor.

- Ya bueno. – admitió ante el argumento de lo que la ciencia abarca – Dicho así… Pero sigo pensando que varias capas de defensas de distintos tipos serían lo mejor. El Doctor Rachet este no hubiera podido entrar si a parte de toda la ciencia, que por lo visto lleva mejor que nadie del Liceo, hubiese algo mágico, de lo que no creo que sepa mucho. Pero bueno… Es un trabajo para clase, dudo que pongan en práctica nada de lo que hagamos, al menos de lo que hagamos los que no nos llamemos Aitor Zumala… Zumala…cárregui. Creo. Perdona por asesinar tu apellido. – Se acabó otro palito de chocolate, antes de responder al asunto sobre Faë – Bueno, no se a mí me pareció algo de lo más molesto, todo sea dicho. Me cuesta verlo con otros ojos. Mis amigos de entonces tienen nietos de mi edad, los que aún viven. – Se encogió de hombros, apartando de nuevo la idea de su cabeza – Pero supongo que es una buena forma de viajar al futuro, sin billete de retorno claro. Y eso sin tener en cuenta que Faë es caos… Esta vez el tiempo ha sido más lento, quizá la próxima sea al revés, o te lleve al pasado… Nadie se molestó en explicármelo entonces, pero no me sorprendería.

Uh, el tema cambió a leyes y control de daños… Iván tenía ciertas opiniones al asunto, pero se las guardó para luego, ya que la conversación siguió sin darle tiempo a interceder.

A Sara le daba pereza la clase de gimnasia, lo que logró sacar una sonrisa a Iván. A él no le decía mucho lo de la educación física. Su estado natural era volar, lo cual hacía que hiciera trampa por defecto en muchos ejercicios, y volar (que es lo que suponía que le pedirían) le encantaba y le resultaba tan sencillo como respirar, así que su idea de esa clase era algo así como un recreo controlado.

Sara preguntó acerca de Faë. Dos personas interesadas en el sitio en pocos minutos de diferencia. En otra situación todo el mundo se le hubiera echado encima a preguntar, pero estando en el Liceo pensaba que su historia pasaría desapercibida. Craso error.

- Pues, no me suena nada llamado Arcadia en Faë. – Cerró los ojos, intentando recordar. - ¿Eso no es algo griego? ¿Una ciudad o algo así? – pausó unos segundos, buscando la mejor manera de describir Faë – Pues… Faë es, si hay que creer a mi abuelo, infinito. Cada región es distinta a la anterior totalmente, a imagen y semejanza o del señor del lugar o del grupo de habitantes mayor. La zona en la que viví, dominada por mi abuelo Oren, era doble… Por un lado, era un castillo en una montaña, en una isla en medio de un lago enorme, con el cielo casi siempre descubierto y todo bastante “natural”. Pero si entrabas al castillo y bajabas al sótano, la gravedad se daba la vuelta, y el sótano era en realidad la planta baja de otro castillo al revés del primero, este en una isla flotante sobre un mar de nubes, sin Sol, pero con rayos de luz de colores que se filtran de las nubes que hay en el cielo. Es… raro. En cualquiera de las dos versiones, si te alejabas demasiado entrabas en el dominio de otra persona, lo que nunca sabías exactamente con cual. No es como aquí, que si vamos al sureste siempre encontraremos la playa. Allí hoy una región colinda con otra, y al día siguiente puede ser otra distinta, o la misma. Así que no se, a lo mejor ese Arcadia que buscas sí que está ahí.

 

Iván se encogió de hombros, dando cuenta del último palito de chocolate. Acabada su explicación, mucho más larga de lo que le había parecido en su cabeza, intentó recuperar el hilo de lo que quería discutir antes, encontrando rápidamente el tema en su memoria reciente.

- Escuchad… - llamó la atención del grupo – ¿Soy el único al que le ha sentado mal la última clase? No digo que esté mal que se dé, y está bien aprender a minimizar los daños colaterales, pero no se… Si César quema una casa mientras derrota a una horda de alienígenas comecerebros, o tras una pelea de Sara en la que captura a un supercriminal una ancianita patina con el hielo y se rompe la cadera… ¿No ha valido la pena? Me ha dado la sensación de que querían que nos quedásemos sentados sobre las manos si no estamos 100% seguros de que la cosa no se va a descontrolar y… aunque no entré aquí con la intención de ser Súper-Iván en el futuro, no sé, prefiero una victoria amarga a una derrota por inacción…

Cargando editor
31/05/2016, 11:55
Diana Castelló

Diana escuchó todas y cada una de las historias de sus compañeros con atención, le gustaba aquel tema definitivamente, aunque su historia no tuviera nada de especial, por lo menos no para ella, por lo menos no en aquel momento...

Llegado un punto se quedó absorta pensando en sus vete tu a saber qué cosas... no era algo que sucediera muy a menudo, pero cuando sucedía, podía llevar un rato. Cuando volvió a la realidad ya César se había marchado, y Moussa se estaba teletransportando, parecía que a buscar al otro, por el contexto de la conversación, aunque seguía sin saber porqué había pasado. Se integró en la conversación a partir de que Iván comenzó a hablar de Faë y de sus múltiples peculiaridades, las cuales Diana escuchó con atención... aunque ese mundo estuviera hecho de puro caos, le parecía un lugar asombroso.

- Vaya, Faë parece ser un lugar... pintoresco .- Dijo la chica sonriendo -. Un lugar digno de visitar algún día, aunque supongo que el acceso estará extremadamente restringido.

La conversación continuó por otros derroteros, y la chica dibujó una mueca en su cara cuando se comenzó a nombrar las clases de educación física y la anterior clase con el profesor Sextus.

- Yo creo que la clase de educación física es necesaria, y quizá el horario es irrelevante... se trata de entrenar nuestro cuerpo para vivir situaciones extremas.- Afirmó la chica tranquilamente -. No siempre vamos a estar sentados en el salón viendo la tele si en algún momento se nos requiere, quizá estemos en medio del almuerzo y tengamos que salir con la comida en la boca, así que quizá no esté tan mal el horario...

Esperó un segundo para posibles réplicas y continuó, esta vez comenzó mirando a Iván y continuó dirigiendo su mirada por cada uno de los otros.

- Estoy completamente de acuerdo contigo Iván... con respecto al asunto de no quedarnos de brazos cruzados, pero sí que debemos aprender a minimizar los daños. Imagina que si, por poner un ejemplo, Rudy tiene que tirar una casa abajo, porque dentro hay esos alienígenas que dices, pero también hay personas, quizá evaluando la situación, nos demos cuenta de que si la casa se mantiene en pie unos segundos, esos civiles puedan abandonar el establecimiento, y la misión seguiría siendo efectiva .- Con aquella frase se le generó un nudo en la garganta, que deshizo tras varios intentos -. No creo que quieran que nos quedemos quietos, sino que aprendas a evaluar si el poner vidas civiles en riesgo, de verdad vale la pena, o podemos hacerlo de otra forma.

La chica continuó allí sentada, con las manos entrelazadas sobre las piernas y mirando fijamente a la mesa, quizá se había quedado absorta en sus pensamientos de nuevo, o simplemente estaba dándole vueltas a algo.

Cargando editor
31/05/2016, 12:52
Augurio

Augurio se encogió de hombros ante el comentario de Moussa.

- Eh, no pasa nada – dijo mientras se concentraba en su comida –. Sabía que lo diría.

Pinchó con parsimonia sus macarrones mientras los demás seguían hablando.

- La verdad es que no puedo ver más que unos segundos más allá – confesó, confirmando los pensamientos de Aitor – Así que si no tengo tiempo de reaccionar no puedo hacer mucho al respecto.  

Parecía que iba a decir algo más, pero calló y siguió comiendo.

Cargando editor
31/05/2016, 12:54
Abeja Reina

- ¡Yo me muero de ganas de que nos enseñen a pelear y esas cosas! – exclamó Reina, emocionada -. Seguro que en Entrenamiento de Combate nos hacen luchar entre nosotros y usar nuestros poderes.

Parecía que a la muchacha le encantaba la idea de poder lucir sus capacidades.

Juntó las palmas de las manos y se encaró a Iván.

- Por como lo describes parece alucinante – se refería a Faë -. ¿Se puede visitar?

Cargando editor
31/05/2016, 12:54
Silvano

- ¿No has oído lo que ha dicho de que el tiempo pasa diferente en ese mundo y en el nuestro? – dijo Silvano desde el extremo de la mesa –. A mí me parece terrible como destino turístico.

Las antenas de Reina se curvaron hacia adelante, en respuesta. Parecía su manera de mostrar desánimo.

Cargando editor
31/05/2016, 12:56
Juno

Juno miró a Iván cuando comentó lo de la clase de Ética.

- Yo creo que no se trataba de eso.

Su voz era dulce y aflautada. No parecía para nada el tipo de chica que se convierte en una iracunda bestia salvaje.

- Es como lo que dice Ms. Justice. Creo que lo que el profesor quería decir es que tenemos que valorar siempre las consecuencias de nuestros actos. Hay héroes que se desmelenan en medio de una ciudad y no se dan cuenta de que están causando más mal que bien.

Era algo irónico que lo dijese ella dado su poder.

- Siempre que puedas hacer algo por ayudar tienes que hacerlo. Sólo que tenemos que intentar usar nuestros poderes de manera responsable. ¿No os parece?

Finalizó su pequeño discurso con una amplia sonrisa.