Partida Rol por web

El precio de la milla

Cantina

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04/05/2017, 00:43
Paul Van Horst - 303º de Fezzorn

Como no llegaba nadie del regimiento he tenido que confraternizar sonrió Paul.

No se haga mala sangre, sargento. Después de todo estamos todos atrapados en esta maldita guerra. Lo mejor que podemos hacer es intentar llevarnos bien entre nosotros, los siervos del Emperador. O al menos soportarnos hasta que aplastemos a los herejes y el Monitorum nos envíe a otro lugar.

O al menos intentar no matarnos entre nosotros, que es como acabará esto al ritmo que vamos pensó para sí. 

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04/05/2017, 02:27
A+ Yuri Vasiliev

Por suerte para el 303 de Fezzorn y para la munición de los Comisarios, los Lantanitas del 15º se habían situado bastante lejos de ellos, aun asi, Yuri veía ciertas miradas y sabia que hablarían de ellos, lo mismo que pasaba en su mesa, contaban chistes Así que Yuri se animo, de sobra era sabido la obstinación de los de Fezzorn por sobrevivir, pero la enemistad creada evitaba que lo reconocieran mutuamente, así que se levanto y dijo:- Amigos, sabéis como abren los Fezzornitas un nuevo pozo minero?, algunos dijeron "no", otros se callaron pues lo habrían oído muchas veces y cuando todos le observaron expectantes dijo:- Joder!, a Cabezazos!, las risas fueron instantáneas, contagiosa entre los Lantanitas y estrepitosas, de echo, varias cabezas de otros regimientos miraron sorprendidos como alguien se podía reír así en aquellas circunstancias, pero necesitaban soltar la adrenalina creada en el combate y una buena risa o una pelea era lo mejor. La risa no les llevarían a ningún mal camino, pero una pelea podría llevar a alguno delante de una Bolter de comisario, o un pelotón de fusilamiento, así que era mejor echarse unas risas para quitar el estrés y olvidarse por un rato de los muertos, heridos y los que les seguirían en los próximos días.

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04/05/2017, 13:34

YO dejo caer con fuerza su enorme mole sobre una pobre banca que crujió, chillo y se lamento por la insoportable presión que ahora tenía que soportar.

Metódicamente y sin muchos miramientos respecto a lo que era apropiado y lo que no, YO deposito con mucho mimo el balde de hierro en el espacio vacío que se había hecho a su lado ahora.

De esta forma, tanto YO como Kenny, se sentaron a comer.

La Ogrete fue zampándose toda la comida que llegaba a sus manos, - incluso si esa comida tenía un dueño -, y lo mismo hizo con la bebida.

Sin prestar mucha atención a lo que sucedía a su alrededor, hasta que Paul le hablo:

¿Aún no te has librado de esa porquería, YO? Asúmelo, han matado a Kenny.

Hijosdeputa concluyó entre susurros.

Miro al humano con sus ojos inyectados en sangre, - había furia en aquella mirada -, y con la boca a medias abierta y repleta de comida aun no masticada.

Inicialmente a su mente llego la imagen de ella misma arrancándole la cabeza al humano con sus propias manos para luego usar esta como una bonita jarra para beber.

¡Había dicho porquería a Kenny!, ¡nadie decía porquería a Kenny!.

Pero, antes de que comenzara la carnicería, el humano concluyo de hablar y fue su última frase poética y pletórica de sentimiento la que le llego al fondo – a YO – de sus dos corazones.

Hijosdeputa  había dicho.

´JOSPUTA, respondió YO muy de acuerdo y siguió mascando.

Fue ese el momento para que el humanito llamado Sargento hablase:

YO, ve a las duchas y lávate.

¡GRRRRRRRRRRRRRRRRRR!, le respondió YO volviendo con brusquedad su cabezota al tiempo que le mostraba los enormes colmillos amarillos y peligrosos como si fuera un perro mutante, gigante, que llevaba un polla de negro colgada al cuello y en un estado mental bastante desequilibrado.

¡NO!, exclamo al sargento, ¡YO COME!, ¡HAMBRE!, explico educadamente – a lo Ogrete -, ¡AGUA FEA, COME PRIMERO!, ¡GRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR!.

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04/05/2017, 19:43
Zapador lantanita
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Los zapadores rieron con ganas ante el chiste de Yuri, algunos escupiendo lo que sea que estuvieran bebiendo, mientras luchaban con todas sus fuerzas para no ahogarse y seguir respirando. Por suerte para todos, no parecía haber fezzornitas cerca que decidieran abrir un pozo nuevo a través de sus pechos. Sin embargo, no todo era tan bonito...

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04/05/2017, 19:48
Soldado fezzornita
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Los fezzornitas cercanos a Yo se removieron inquietos ante el estallido de rabia de esta, algunos alejándose ostensiblemente de la misma. No era sabio estar cerca de un ogrete cuando se ponía violento, y probablemente esa era una de las pocas situaciones en las que cualquier soldado buscaría con desesperación a un comisario. Por desgracia, en aquel momento no parecía haber ninguno presente. 

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04/05/2017, 19:48
Lancero selicano
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Los lanceros comían distraídamente en sus puestos, sin prestar demasiada atención en su mayoría a los ultramundanos. Rectos y orgullosos, guardaban unos modales en la mesa más propios de la nobleza que de simples soldados, y conversaban por lo general en voz baja entre ellos, riéndose por lo bajo de vez en cuando. 

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04/05/2017, 19:49
Miliciano selicano
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Los milicianos, por contra, prestaban mucha atención a todos aquellos de fuera del planeta, con genuina curiosidad campesina. Aunque seguían notando sobre sus espaldas el peso de tantas décadas de conflicto, un leve atisbo de esperanza brillaba sobre ellos ahora que los refuerzos habían llegado, así que estaban más que dispuestos a empaparse de todo lo que los no selicanos tuvieran que enseñarles. 

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04/05/2017, 19:52
Soldado acechadunas
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Los acechadunas comían en relativo silencio, pues les pesaban unas cuantas muertes en aquel primer día. Después de las convenientes oraciones al Emperador para que velara por las almas de los fallecidos, habían acudido a comer, y muchos recordaban a compañeros caídos, contando alguna batallita o anécdota sobre ellos. 

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04/05/2017, 19:53
Soldado del 13º de asedio
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Los del "Enviudador" también tenían cara seria, y parecían inquietos, algunos aún enfundados en sus armaduras de caparazón de diseño anticuado, o con ellas cerca y listas. Sin embargo, al menos parecía que alguien se molestaba en hablar con alguno de sus miembros, que era más de lo que el resto de regimientos podían decir. 

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04/05/2017, 19:55
Kasrkin del 38º
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Un grupo de soldados altos como torres ocupaba otro grupo de mesas. Las armaduras de caparazón, el pelo cortado al estilo militar de manera uniforme, y los ojos violetas de todos y cada uno de ellos los revelaban como kasrkin, la élite cadiana, que también parecían haber visto su ración de combate. Sin embargo, no parecían preocupados ni decaídos, y hablaban entre ellos de viejas batallas, y de actos heroicos realizados (aunque muchos de ellos a cargo de soldados que murieron mientras los ejecutaban).

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04/05/2017, 20:00
Legionario penal
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En una esquina, un pequeño grupo de legionarios penales devoraban la comida que se les había servido. De gesto arisco, y de orígenes tan variados como los crímenes que habían cometido, prácticamente lo único que les aunaba era el collar explosivo que llevaban todos y cada uno de ellos. De pie, un par de cadetes de la comisaria Burke les observaban con gesto ceñudo... Y lanzaban alguna mirada ocasional hacia Yo, preguntándose si deberían intervenir. Aunque claro, vigilar a aquellos canallas era prioritario, pues nadie sabía de qué serían capaces. 

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04/05/2017, 20:00
Piloto imperial
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Las fuerzas del ala de ataque y apoyo, relativamente escasas, comían junto a los tanquistas de Konig, compartiendo anécdotas y comparando sus vehículos, así como con los artilleros de Koraz II. Parecía que esos distintos especialistas habían congeniado, y charlaban animadamente entre ellos. Probablemente aún no habían tenido que lamentar ni una baja, así que tal actitud no era rara.  

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04/05/2017, 20:03
Soldado de Krieg
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Finalmente, apartados del resto, se encontraban comiendo parte de las fuerzas de Krieg. Se rumoreaba que habían enviado muchos soldados, y desde luego ocupaban una buena porción de la cantina (sin contar el "perímetro" formado de manera voluntaria o involuntaria por el resto alrededor de ellos), y sin embargo allí apenas había unas pocas escuadras. Su actitud era totalmente apática, y comían con aire mecánico, casi como si aquello fuera un mero trámite. Algunos, de hecho, ni siquiera se habían retirado las máscaras, y comían por debajo de ellas, o a través de una pajita insertada en la protección antigases. 

Aquellos que se habían retirado las máscaras mostraban rostros de una palidez mortecina y con una expresión casi ausente, muchos de ellos con un aspecto sospechosamente joven. Aunque desde luego los nativos de ese planeta tenían fama de taciturnos, y por eso el resto tendían a evitarles, procurando ahorrarse la compañía de personas tan extrañas y deprimentes. 

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04/05/2017, 20:18
Sir Henry Clayton.

La Cantina se iba llenando cada vez de más gente. Soldado tras soldado iban entrando buscando nada más llegaban un sitio que ocupar junto a sus regimientos. Allí les esperaban los compañeros con los que compartirían comidas y tiempo de esparcimiento, sin olvidar que llegado el momento hasta la muerte les alcanzaría junto a ellos.

Haytham por su parte estaba acompañado en aquel momento por la escasa comida que aun quedaba en su bandeja y por Radi, su joven adlátere, quien no parecía tan entusiasmado con lo que tenía en el plato.

- Radi, ¿qué haces? No apartes la comida, cómetelo todo. Tienes que recuperar fuerzas.

Pero antes de que el muchacho pudiera hacerle caso entró alguien, o mejor dicho algo, que llamó poderosamente su atención y la de buena parte de los presentes. Haytham apenas le dedicó un instante antes de regresar a su plato, no sin antes dar una colleja a Radi que aún seguía boquiabierto y atento a cada movimiento del ogrete que se acercaba a la mesa de los fezzonitas con sus andares patizambos.

- ¿Cuántas veces te lo tengo dicho, rapaz? Mira sin ser visto, y escucha. Permanece atento pero sin delatarte. - Su tono estaba lejos de ser admonitorio, era casi más paternal que otra cosa.- El Emperador protege a los que se protegen a sí mismos, porque el hombre de fe que valora su vida es más valioso para él que el que la desperdicia.- Esbozó una sonrisa y alzando el índice le siguió hablando.- No lo olvides nunca, muchacho. Y ahora come. No saldremos de aquí hasta que termines.

No había duda de que la presencia de aquella criatura le inquietaba un poco, por no decir directamente que le repugnaba, después de todo era un mutante, un engendro amaestrado. Que estuviera allí luchando contra la herejía junto al resto no hacía sino devaluar a los verdaderos hombres, ¿porque en qué posición dejaba a los hombres puros tener que recurrir a mutantes para combatir la herejía? ¿No era una forma de decir que no podían bastarse por sí solos? ¿Acaso en la guerra contra el hereje todo valía? La respuesta era no. La herejía no se podía combatir con más herejía. Solo el hombre debía luchar por el hombre, solo el hombre puro tenía el derecho legítimo de destruir al impuro. El resto eran atajos y mentiras que tan solo atraían la desgracia. Así se lo habían enseñado y así era.

No obstante la presencia del ogrete no le preocupaba tanto como la tensión entre dos de los regimientos presentes. Y pensando en ello, en las miradas que apenas escondían su rencor, no pudo evitar recordar las palabras del clérigo que lo había instruido durante su infancia:

- "La discordia es el germen de la sedición y la puerta a la herejía. No odies a tu hermano porque el único odio útil y legítimo es contra el hereje y el mutante."

Cuánta razón en aquellas palabras. Al fin y al cabo si estaban en aquel planeta, luchando y muriendo, era justo por ese odio mal encauzado, ese odio fraternal que nunca debía haber sido. Solo quedaba preguntarse cuándo el odio que destilaban aquellas dos mesas de la cantina se tornaría en guerra abierta entre dos planetas y cuántos hombres leales al Imperio morirían en ella.

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05/05/2017, 00:58
Mallear Krak

Había conseguido dejar su zona de trincheras tan ordenada y apunto como su rango le había permitido, cuando tuviesen a bien mandar algún mando hacia allí podrían solicitarse mejoras. Pero por ahora tenía tiempo de visitar la cantina y quitarse el sabor del barro de la voca. 

Aunque al llegar al puesto habilitado, empezaba a sentir que las trincheras rodeadas de enemigos y esto eran algo por el estilo. Cientos de soldados de baja alcurnia se encontraban ocupando los bancos, taburetes y mesas de la cantina .... Sagrado Emperador ... hasta alguien había sacado un ogrete y lo tenían allí. No había orden ni estilo en lo que veía, modales escasos e inexistentes, partes de equipo y armamento sin estar en sus debidos contenedores.

- Así que esto es la gloriosa guardia imperial.... Mascullo, mientras me acerco al resto de mis compañeros lanceros.

Me siento con el resto y empiezo a comer, solo podía pensar que tipo de pecado nos había llevado a tener que solicitar que esta panda de desarrapados acudiese a ayudar. 

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05/05/2017, 07:45

- "Salve, Monsieur Krak. Siempre es una bella mañana, aquella en la que nos despertamos, aún vivos para luchar por la Gloria del Imperio." -

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05/05/2017, 14:22
Mallear Krak

" Buenos días señor Schroeberg. Aun no cante victoria, ya veremos como va yendo la mañana". "Aunque nos queda la esperanza de que siempre luchamos bajo la luz del Emperador". ¿Ha visto alguna unidad que merezca la pena o por el contrario son como lucen?.

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05/05/2017, 14:38

- "Mucho me temo que si el Enemigo luciera uniformes de la Guardia Imperial, yo no sabría diferenciarlos..." -

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05/05/2017, 18:06
Albius Vespillo - 13º Asedio

Albius devoró su ración metódicamente, comenzando por un lateral y, fila a fila, con rapidez, acabando con todo el plato, conforme haría en la vida real si hubiera establecido un punto de tirador ahí y se hubiera posicionado de tal forma que.....

Salió de su ensoñación al terminar la ración, escuchando de nuevo la algarabía que se estaba montando por momentos en la cantina, cada vez más llena. Para su sorpresa, la Ogrete estaba sentada cerca, demasiado cerca, con un pene colgando de su cuello y una cabeza "plantada" en algo con tierra. Un sargento de su unidad hizo aparición en escena y se puso a darle órdenes, llamando la atención del soldado  Van Horst por estar hablando con ellos, a lo que el soldado le respondió bien, no tanto como a él le hubiera gustado, claro.

Albius, siempre optimista, meneó la cabeza y se alegró de al fin estar en un sitio donde su unidad pudiera demostrar su valía, y, por que no, de estar en un sitio donde poder confraternizar con el resto, poder al fin, vivir esos momentos que se pueden tener entre combate y combate, antes de llegar al momento último, al definitivo, al glorioso momento que todo soldado de bien intenta retrasar lo máximo posible.

Todos los soldados que le rodeaban darían su vida por el amado Emperador, pero todos y cada uno de ellos intentarían retrasar ese momento lo máximo posible, era ley de trinchera. Eso era algo que a todos unía sin dudarlo. Otra cosa es que tu momento llegara antes o después, de una forma u otra...eso ya se vería.
 

Albius se levantó y se acercó a recoger otras dos bandejas de eso que llamaban comida, una para él, otra para la Ogrete. No sólo por cierta camaradería, que también...con esas cosas mejor tenerlas de cara que enfadadas...pero también porque, cuanto antes comiera, antes se iría a ducharse. El olor era casi insoportable...pero no lo diría.

Justo al recoger las bandejas, una en cada mano, pasó al lado de uno de los soldados mundanos, un husar, si no se equivocaba. Escuchó su respuesta a lo que parecía un sargento mundano....y se quedó mirando al bigotudo con una sonrisa en la cara.

El joven, fornido, de un poco más de un metro noventa de altura, de un poco más de noventa kilogramos de peso y con unos buenos músculos bien definidos y una espalda que asustaba estaba a apenas medio metro del husar, en una actitud simpática - ¡Hola!! ¡Encantado de conocerte! Es un honor estar aquí y dar nuestras vidas para ayudar a liberar tu mundo...bueno, otro mundo del Emperador, claro está. En un sólo enfrentamiento tengo ya 25 bajas confirmadas. ¿Qué te parece? No está mal, ¿eh? - le guiñó un ojo, levantando una de las bandejas ligeramente a modo de saludo. Dio un par de pasos para alejarse hacia su mesa, pero se detuvo, retrocedió y se agachó para susurrarle al bigotudo con voz mucho más profunda y amenazante- Por cierto...mira bien éste uniforme, capullo, intenta recordarlo y reza para que yo me acuerde del tuyo si te pones delante de mi punto de mira...porque no sabré diferenciarlo si el enemigo se lo pone...... - ésto último lo dijo imitando con voz burlesca la voz del husar, en voz lo suficientemente alta como para que los más cercanos le escucharan.

- Será gilipollas...encima que nos matamos aquí por liberar su mundo, se pone digno, el muy tontolaba...- refunfuñó de nuevo en voz alta, volviendo a su sitio - Te daba así...¿has oído a ése, Nico? Nos pierden el respeto, te lo digo yo. Vienes, te dejas los dientes y encima se te mofan en la cara. ¡Que te doy!  - dijo mordiendose la lengua e imitando un guantazo con la mano abierta así de lado una vez con la bandeja en la mesa.

Dejando al bigotudo tranquilo, se sentó y extendió la otra bandeja en dirección a la Ogra diciéndole - Toma, más comida, te invito. - de nuevo, una sonrisa. Miró al sargento de Van Horst y se encogió de hombros - así se irá antes a la ducha...y se deshará de... - hizo un movimiento disimulado con la cabeza hacia el pene y la cabeza, algo que era harto desagradable. 

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05/05/2017, 19:32

- "Monsier Barbar Imbécile, me habéis insultado, y como soy la parte agraviada, elijo armas: Duelo con Gran Lanza Monofilo. Vos podéis elegir el momento y el lugar, pero preferiría que fuera ahora mismo, aquí afuera. A muerte si le place a vuestra merced." -

- Tiradas (1)