Partida Rol por web

Una vez terminaron los eventos ocurridos en aquella condenada noche de festividad, las órdenes se distribuyeron rápidamente, llegando a aquellos que no habían tenido ocasión de recibirlas de primera mano: con carácter inmediato se realizarían una serie de entrenamientos especiales, cuyo objetivo era un nuevo plan de ataque pergeñado por el Lord General Hephaestus. Con la salvedad de los nativos de Lantan, los penales y los del 13º de Asedio, que debían realizar entrenamientos por separado.

A esos tres regimientos les tocó esperar un poco más antes de ser recogidos, al menos, dos de ellos. Mientras que los Enviudadores quedaban en la plaza de armas del cuartel, los penales y los zapadores fueron llevados en camiones a las afueras de la ciudad, donde encontraron una explanada, una especie de campo de entrenamiento creado con rapidez, y en el que esperaban algunos adeptos del Mechanicus de nivel menor, así como un hombre con aspecto de Táctico, que aguardó a que todos estuvieran listos.

Sin embargo, había también algo más. Unos pocos vehículos descubiertos, alguna especie de maquinaria cuya parte delantera estaba rematada por una complicada serie de taladros, sierras y engranajes. Taladros de Brecha modelo Hades.

- ¿Habéis visto? - les comentó a sus compañeros, ilusionado, mientras señalaba los taladros Hades - Es como estar en casa, hacía mucho que no veía maquinaria tan familiar - sentimental y morriñoso, el lantanita sonreía con el casco abierto, feliz y con ganas de ver aquellos aparatos en acción - Jajajajá, me pregunto quién será el afortunado de pilotar.

Arthur estaba contento. Además de todos los cachivaches que cargaba, tenía encima además una serie de cantimploras prestadas llenas de licor. Había sacado un galón de una bebida infecta, pero suficiente para un hombre sencillo.

Les llevaron a una explanada y allí vio el taladro de la unidad. Ya casi no se acordaba de ese cacharro que les había acompañado en el viaje por las estrellas. Le hacía pensar en el viejo tractor de Henry McMule, apañado para reventar las barricadas de la policía en la huelga manufacturera del '74. El viejo McMule era un bastardo capaz de coser uniformes infantiles con alambre de espino, pero cuando se ponía en serio con lo de romper cosas, no había quien le ganara.

¿Le dejaría conducirlo Mitchels? Arthur no tenía entrenamiento formal como conductor ni ningun tipo de licencia (aunque si varias recomendaciones de autoridades policiales y judiciales de que no se le dejara acercarse a menos de cien pies de ningun vehiculo a motor, recordó con orgullo), pero cualquier imbécil con dos pulgares y agallas podía conducir, solo había que encararse con lo que querías atropellar y acelerar.

Ni que fuera tan difícil.

El táctico se adelantó, con una tabla de datos cogida bajo el brazo, repasando con la mirada a los presentes.

-22º de legionarios penales de Penitencia y 15º de Zapadores de Lantan-dijo, aunque era más una confirmación propia que un saludo.

-Aquí están, como estaba previsto, de acuerdo a los deseos del Lord General Hephaestus. Como verán los primeros, hemos traído al frente unas máquinas que les serán familiares. Sin embargo, no teman, no hay sobre la mesa que ejecuten ningún asalto suicida contra unos muros llevando estos vehículos-informó, con una sonrisa que intentaba ser tranquilizadora, aunque estaba inquietantemente carente de emoción.

-Se espera de ustedes que se coordinen con el asalto a gran escala que se dará pronto. Y colaboren en su éxito. Para eso están aquí los soldados de Lantan. No van a cargar sobre tierra de nadie. Van a abrirse paso bajo ella, hasta las líneas enemigas, y a ser el martillo que golpee contra el yunque del asalto. Naturalmente, la fecha y localización de esta operación son secretas, y seguirán siéndolo hasta que no sea necesario que esto sea así. 

-Y ahora, les toca entrenar para cumplir. ¿Tienen algo de experiencia en la materia? Hemos hecho algunas lecturas de los suelos, para que se hagan una idea de qué van a tener que taladrar...

Arthur se rascó la cabeza.- Hmmm, yo he conducido tractores y excavadoras de ese tamaño- comentó.- Si eso esta basado en el viejo Land Crawler, lo he usado para alunizajes y va bastante bien- añadió por si servía de algo. No es que tuviera licencia o algo parecido, pero en Blindu las licorerías cerraban demasiado pronto.

-Vaya tela...-dijo el táctico por lo bajo, ante la perspectiva de ver que sólo el penal había respondido. O quizás por lo que había respondido. Era algo que nunca se sabría. 

-En fin, pongámonos en marcha. Usted-dijo, señalando a Arthur-acompañe a ese hombre. Va a familiarizarse con el vehículo. Y les ha tocado también a... Loclan... McNamara... Y Stan-dijo, leyendo una placa de datos-creo que es lo mejor en conductores que Penitencia puede ofrecer, o al menos, lo que nos han mandado. El resto de penales, avancen también. Funciones de apoyo, y aprendan algo si pueden, no conviene no tener reemplazos de conducción. 

-En cuanto a ustedes, acérquense también, pero a este que tenemos desmontado. Les interesa comprender algunas de las partes. No vamos tan sobrados de adeptos como nos gustaría, así que hemos obtenido una bula especial del Magos y podrán conocer algunos de los mecanismos y oraciones básicas... Por si pasara cualquier cosa.

Vitaly se acercó al vehículo despiezado que les enseñaba el Táctico y le puso una mano encima mientras lo observaba con el ceño fruncido, asintiendo y murmurando mientras escuchaba al hombre. 

Aja, aja, entiendo, entiendo- No entendía nada del aparato. Se rascó el mentón, y volvió a asentir - Si, lo veo claro. - Desde luego lo veía más claro que antes pero aún así no tenía ni absoluta idea de que tenía que ver. Pero intentó disimularlo, mal, pero lo intentó. - Si, clarísimo. Pero explícanos tú, para que los otros también lo entiendan. 

Ficks asintió y, con un suspiro, se puso manos a la obra. Se bajó la visera del casco y miró a sus compañeros encogiéndose de hombros, no entendiendo el por qué de la actitud del táctico, a los lantanitas les costaba Emperador y ayuda el abrirse a gente nueva.

- Veamos, esto es un regulador de ¡YAaaay! ¡Retruécanos! Ufff... - se llevó un desagradable calambrazo al primer contacto pero luego hizo lo que pudo por mostrar sus capacidades a sus compañeros -. Creo que, entre todos, podríamos desmontarlo y montarlo de nuevo.

Kolya pensó durante un momento que les iban a llevar a algún lado y pegarles un tiro para "mantener los secretos de la Inquisición", algo que en realidad no podía evitar, ¿o tal vez sí?. Podría luchar...

Pero en realidad les llevaron a un lugar en el que, como dijo Ficks, era como estar en casa.

-Quien diría que tienen este tipo de maquinaria aquí, ¿eh? -comentó mientras se bajaba del vehículo y encendía una vara de lho.

Escuchó lo que decía el táctico y primero no dijo nada, pero no pudo evitar sorprenderse ante el comentario sobre la "bula" del Mechanicus. Tenían que estar muy desesperados o depender demasiado de que esto funcionara como para llegar a ese punto, lo cual no le gustaba mucho. Sabía de explosivos, de estructuras, de túneles y de como levantar o destruir barricadas; pero no de mecánica de vehículos, lo cual quedó demostrado cuando, sin darse cuenta, se tiró un buen rato mirando esa zona descubierta sin saber como proceder.

No pudo evitar soltar una carcajada ante las palabras de Ficks.

-Bueno, creo que unas herramientas apropiadas no nos vendrían mal -comentó antes de mirar hacia el táctico- ¿sería posible tener unas pocas combiherramientas?. Eso nos ayudaría en nuestras labores

Arthur se encogió de hombros antes de montarse en la enorme máquina. Los taladros Hades eran robustos, hechos para aguantar lo que fuera y circular por cualquier tipo de terreno (dado que literalmente se hacían su propio camino). Arrancó a la primera y el irlandiano metió marcha, pero el motor se caló al levantar el embrague demasiado bruscamente. Empezaba bien.

- Venga joder, que hemos venido en serio- se quejó, dando un golpe al gigantesco volante. Volvió a prender el motor y, esta vez, apretó el gas a fondo antes de soltar el embrague, haciendo rugir el motor. Las gigantescas ruedas giraron con furia levantandó grandes terrones de tierra y el vehiculo pesado empezó a moverse con una violenta sacudida. Arthur tuvo que pegar un volantazo para no estrellarlo en el costado de otro de los vehiculos presentes y acabó de morro en una zanja lateral.- ¡Mierda!- exclamó. No era su día

Cuando fueron conducidos fuera del campamento, a una desconocida ubicación para realizar los entrenamientos especiales, el artillero pensó si no los destinarían a un sitio de mala muerte, quizás de castigo, por algún tipo decisión arbitraria del alto mando o la inquisición. Después de todo iban con los penales y eso no aportaba consuelo alguno.

Finalmente terminaron en un lugar en el que, ciertamente, se había preparado maquinaria especial para entrenamiento. Para un futuro asalto. Fedor silbó cuando observó uno de los Taladros Hades, muy conocidos diversos modelos del mismo en Lantan, que al parecer iba a ser protagonista en un futuro asalto. Cuando el táctico imperial al mando pidió conductores, el lantanita pensó que entre sus filas aparecerían unos cuantos, pues llevar ese tipo de maquinaria era algo frecuente en su mundo natal. Para su sorpresa comprobó que ninguno de los supervivientes del 15º tenía nociones de conducción de maquinaria pesada. Aquello era mala suerte y sin duda que numerosos caídos lantanitas en las batallas previas sí que podrían haber dado un paso al frente de estar vivos, pero los que restaban por un motivo u otro, no tenían experiencia en manejar esos vehículos. Tan solo un penal, el desequilibrado McKnife, afirmaba haber conducido algo pesado en el pasado... aunque tratando de arrancar el Hades fue incapaz de ponerlo en marcha.

Estamos apañados. Va a ser un entrenamiento muy largo.

El táctico imperial llamó la atención de los de Lantan para que examinaran un Hades desmontado y comprendieran cómo era por dentro, cómo funcionaba y que características mecánicas poseía. Era todo muy complicado y distinto a lo que él estaba acostumbrado a examinar.

Ufff. Va a ser un entrenamiento muyyy largo.

Siendo sinceros, aquel no fue el mejor de los inicios. Unos zapadores que estaban quizás más acostumbrados a volar cosas que a trastear con ellas hicieron, en general, poco por comprender el vehículo. Kolya estuvo cerca de pillarse los dedos entre unos engranajes, mientras que el resto avanzaban lentamente, con la notable excepción de Fiks. Tras un calambrazo inicial, pareció empezar a comprender los entresijos de aquella máquina.

-En general, no conviene introducir extremidad alguna entre los dientes de ningún engranaje, ni tocar un cable que, por cierto, no debería estar pelado... Pero bueno, los hemos visto peores. Y, siendo sinceros, debemos dar gracias al Emperador de que no haya arbites bajo tierra, o conduciendo así alguien iba a ver ampliada su condena...

-En fin, empecemos con el juego de verdad. Esto va a ser una carrera, quiero que lleguen a aquella bandera de allí lo más rápido posible-replicó, señalando un mástil que se veía al otro lado de lo que parecía un intrincado desorden de planchas y terraplenes.

-Tienen pilotos penales, unos cuantos taladros de brecha, ese auspex y sus conocimientos. Muéstrenme como de rápidos pueden ser.

- ¡Condenado cacharro! - maldijo Fiks, incapaz de sintonizar el áuspex de manera que fuese de alguna utilidad.

Kolya había destacado como el peor mecánico de la historia fuera del mechanicus, lo que lo haría el peor de los peores; pero no le preocupaba demasiado porque ese no era su fuerte. 

-De acuerdo -miró aquel destartalado camino lleno de escombros y que se extendía ante ellos- está bien, McKnife, ¿ve esa pila?. Seguro que si la empuja desde su izquierda podrá desplazarla más fácilmente y abrir camino hacia nuestro destino, aunque no se si será la mejor dirección... -estaba centrándose en como encararse mejor para atravesar ese camino, pero no en si eran las mejores rutas posibles hasta su destino.

Vitaly, acostumbrado a navegar alcantarillas laberínticas, guiaba a su equipo por los caminos mas adecuados.

Fedor asintió a las palabras del táctico y se subió a un Hades, conducido por un penal. Observó cómo sus compañeros, en vehículos similares, movían hacia la bandera indicada tratando de evitar los numerosos obstáculos dejados.

- Tengo entendido que la distancia más corta entre dos puntos es la línea recta, así que todo recto - indicó al penal para que moviera el vehículo directamente hacia la bandera. El artillero era de métodos más expeditivos -. Ahora si esta maravilla hace su trabajo deberíamos perforar los obstáculos cómo un vibrofilo la mantequilla - dijo el lantanita que había visto trabajar a maquinarias similares en Lantan -. No abordes el obstáculo frontalmente. Un trecho antes de impactar sobre él intenta embestirlo con una suave parábola, una suave curva. Atacaremos los extremos, posiblemente más frágiles, y desde ángulos con menor resistencia - comentó al conductor, dándole parámetros que había oído muchas veces de conocidos que sabían del tema pero que él nunca le había tocado llevar a cabo. Hasta ahora.

El vehículo avanzó con sus gigantescos taladros a pleno rendimiento y con mayor o menor dificultad fue rompiendo los obstáculos.

Alguien había colocado unos conos y marcado unas líneas en el duro suelo indicando un circuito de forma muy amable para que Arthur pudiera ignorarlo como había aprendido que había que hacer siempre con las indicaciones viales. Nadie respetaba a los conductores que seguían el manual, así que hizo lo que cualquier buen irlandiano que se preciara. Conducir a toda pastilla por el lado contrario al resto de la galaxia sin cinturón y gritando las indicaciones mediante insultos y gestos obscenos.

- ¡Aprende a conducir, gilipollas!- gritó a una gran roca que esquivó de milagro a medio tunelar.