Partida Rol por web

Jukka sigue esperando, atento a todo 
- Escuche un rumor camino a esta ciudad, dicen que hay algo oculto bajo la mansión Rasivath, pero al parecer los que ahí habitan no saben nada al respecto, ¿tu escuchaste algún rumor de camino aquí? - pregunta tratando de seguir conversando.

-Si. Algo sobre un carpintero que había desaparecido. Pensaba dirigirme al gremio de carpinteros cuando te conocí. Eso y algo sobre un hombre encapuchado recorriendo las calles de Tormentos Cristalinos y amenazando a la gente con la que se encuentra.  Al parecer tiene la apariencia de un muerto en vida.

A esto último no le hice mucho caso. Ya se sabe como es la gente y los rumores...

- ¿Un muerto en vida? como demonios se vería eso - le dice 
- también escuche que hay un mercado negro aquí en la ciudad, se podría hacer buen dinero trabajando algunos negocios en ese mercado, voy a buscarlo después de terminar con esto - 

-Bien. Veamos si concluimos este trabajo y luego podremos decidir si trabajamos bien juntos o si es mejor seguir cada uno por nuestra propia cuenta.

Jukka asiente con la cabeza y luego dice -Ya comienza a oscurecer, tratare de acercarme, si me descubren y tengo que escapar nos vemos en "El Lenguado macerado", recuerda que no nos conviene que sepan de nuestra identidad ni de nuestras intenciones -
dicho esto se encapucha y se prepara para acercarse, sale de ahí para dar un rodeo y acercarse por un costado de la mansión, incluso por atrás de ser posible.

Se mueve rápida y sigilosamente, cual sombra, su ropa obscura y la falta de buena luz disimula su presencia. Se dirige a la ventana mas próxima para echar un rápido vistazo y luego ocultarse bajo la ventana.

-No podrá ser en el lenguado. Allí no soy bienvenido. Te veo en El Bote del Lagarto mejor -dijo antes de que Jukka se alejara.

Jukka vuelve el rostro en señal de haber oído lo que le dice Filos y luego se marcha.

Esta mansión de sólida construcción parece haber sido diseñada para un uso práctico, más que como ostentación de riqueza. Pero también presenta un aspecto algo descuidado, con sus terrenos algo desatendidos y comidos por la vegetación. Su escudo de armas muestra un sabueso plateado, bajo la luna, saltando sobre un campo negro.

Jukka busca por toda la parte de atrás de la mansión alguna forma de entrar, de asomarse, alguna forma de subir a la azotea o una puerta trasera. Por ultimo si no encuentra forma, solo trepa a las ventanas para tratar de escuchar.

Por fin llegaron de nuevo a la casa de los Licorambarino. Lictea arrastraba a Lico del pescuezo. El animal, aunque temeroso de su hermana loba, estaba ya cansado y se resistía a caminar. La druida llamó a la puerta con tres sonoros golpetazos. Estaba de mal humor pues Daélric había desaparecido. Pro un momento le había parecido que miraba con ojos golositos a una prostituta de las tantas que recorrían las calles de la asquerosa ciudad.

- Teníamos una cita con el señor de la casa. Nos citó aquí al atardecer.- Dijo con una amable sonrisa que mostraba sus desastrados dientes, como le había enseñado el bardo.

Llevaba aquí un día y no había hecho más que caminar, y gastar dinero. Tenía poco y no quería rebajarse a trabajo manual por unas migajas, así que mostró su mejor sonrisa.

Así es, aunque no lo parezca.

Filos observó a la pareja de desconocidos que se presentó a la puerta de la mansión. De Ikka ya no encontraba ni rastro, a saber por donde hablaba el falso mendigo.

¿Ya está? ¿Eso es todo? Si entran así de fácil tendremos que probarlo nosotros.

El clérigo siguió buscando a Daélric con la mirada, mientras acompañaba al resto del grupo en el camino a casa de los Licorambarino Y este a donde se ha metido? Ni modo, hay que continuar... hablando mas para sí mismo que otra cosa, el resignarse a no contar con el músico le fué irremediable.

Finalmente, al llegar a su destino, deja escapar un profundo suspiro, un reflejo de tranquilidad por haber llegado sin mayor contra tiempo. Esperó pacientemente a que alguien atendiera a la puerta, Lictea no era una chica de mucha paciencia, así que había de estar al pendiente de usar las palabras apropiadas para no meterse en mas problemas.

Un sirviente abrió la puerta que estaba aporreando Lictea. Con una fingida educación, les indicó que el señor de la casa ya se encontraba allí. Y que le había dejado un recado. Dijo mientras les daba una nota de papel metido en un sobre lacrado, con el escudo de la casa Licorambarino.

Lictea tomó el sobre lacrado con cara de no comprender nada. No entendía los tejemanejes de la gran ciudad. ¿Para qué les citaba allí para luego darles aquella mierda de papel con cera?

- Creo que lo mejor será que vayamos a descansar. - Ya empezaba a tener hambre y Lico empezaba a mostrar los dientes por cualquier tontería, incluso a su hermana. A falta del pajarillo el lobo se relamía y salivaba pensando en los cuartos traseros de Aerion.- No creo que en la Catedral de Pelor nos pongan problemas para pasar la noche. Esta mañana les proporcioné caza y medicinas. Además, aún puedo ayudarles con los enfermos.- La medicina que practicaba Lictea no era muy convencional pero sí efectiva.- Allí podremos ver qué coño quiere este tío y trazar el plan para lo de mañana.- Les quedaba la opción de poder comunicarse, gracias a los dones que la Diosa otorgaba a sus más fieles seguidores, con un cuervo de los que merodeaban en las viñas de los Licorambarino. Eran animales inteligentes y quizá pudieran decirles algo más acerca de lo que allí pasaba y esas huellas del misterioso desconocido.