Partida Rol por web

Esta mansión de sólida construcción parece haber sido diseñada para un uso práctico, más que como ostentación de riqueza. Pero también presenta un aspecto algo descuidado, con sus terrenos algo desatendidos y comidos por la vegetación. Su escudo de armas muestra un sabueso plateado, bajo la luna, saltando sobre un campo negro.

El clérigo volvió a ver aquella edificación y sin mucho que impresionarle, volvió a resaltar, el descuido en el que se encontraba. Se acercó a la puerta y tocó con la suficiente fuerza, en tres ocasiones para ser escuchado.

Muy buenas. Hemos venido para conversar sobre los hallazgos en sus campos. dice a quien le atiende.

Era la tercera vez que iba en busca de Tobías así que no estaba de muy buen humor, como era normal en ella.  Si los había contratado para averiguar qué demonios pasaba en sus campos lo menos que podía hacer era estar localizable. Lictea golpeó aún más fuerte la puerta.

- ¿HAY ALGUIEN?

Lictea apartó a Kranjstar de la puerta y golpeó esta casi como si quisiera derribarla. Era una mujer con poca paciencia y al parecer se le estaba agotando.

El clérigo seguía con la disposición de explicar lo que había ocurrido en los campos, pero prefería que fuera Lictea la que contara los detalles.

Mi señor. expresa el clérigo como muestra de respeto. Todo nos lleva a pensar, que quien haya destruido sus cultivos, lo hizo con la intensión de inculpar a los hombres lagarto. Lo mas probable es que se trate de alguien capaz de manipular a criaturas rectilíneas. le reporta, dejando, luego, una pausa para que asimile la información.

El otro tema que nos encomendó, no lo hemos podido investigar. Ha sabido algo de los ladrones que entraron a su casa? pregunta con curiosidad.

​Buenos días. Dijo Tobías Licorambarino tras ver llegar a los invitados. El sirviente que había abierto la puerta les había conducido hasta la estancia en la que se encontraba el señor. ¿Cómo habéis llegado a esa conclusión? Es decir, como sabéis que no son los propios hombres lagarto los que no lo han hecho. 

Sobre el tema de los ladrones, me temo que no, no han averiguado absolutamente nada, y por suerte ayer nadie entró a robarme. El hecho de haber anunciado los robos a los cuatro vientos ha hecho que se disiparan sus intentos. No solo fueron ladrones, fueron unos asesinos que mataron a uno de mis más leales sirvientes, solo por haber hecho su trabajo. ¡Unos desgraciados! Y no saldrán impunes.

- Tanquilo Lico, tranquiiilo.- Calmaba así Lictea a su hermano lobo que gruñía.- No está dudando de nuestras habilidades, sólo es un hombre de ciudad que no distinguiría una lagartija de una salamandra, ñek, ñek, ñek.- La risa de Lictea era harto desagradable y más cuando la acompañaba de una especie de ronquidos nasales y mostraba sus dientes, que eran horribles. Se adelantó un paso para exponer sus hallazgos.

- Encontramos huellas de varanos, lagartos grandes. Quizá eso haya podido inducir a los profanos que eran hombres lagarto. ¡Pero no!- Aclaró a Tobías como si fuera un niño pequeño.-Y  detectamos también la presencia de muchos cuervos. De hecho, los verdaderos responsables de los destrozos en los viñedos. Pero había algo más. Unas huellas humanoides que acompañaban a las de los varanos y se internaban en el bosque cercano. Un único individuo.- Para Lictea estaba claro y un druida estaba metido en el ajo.- En el bosque perdí el rastro. Krajstar y yo volvimos con un grupo más numeroso pero no íbamos bien equipados y perdimos a uno de los miembros. El rastro llegaba a una cueva tras una cascada. Creo que allí podríamos encontrar más pruebas. Pero si vamos con el equipo necesario., Para eso tuvimos que volver, pero necesitamos algo de pasta.

Cuanto lamento escuchar eso. Siento mucho su perdida. responde de forma solemne, cerrando por un momentos sus ojos para pedir por el alma de aquel sirviente. Deseamos, también, poderle ayudar con eso, pero como lo ha dicho mi compañera, necesitamos prepararnos, comprar equipo e igual comida, para seguir investigando lo que pasó en sus campo. Lo de su sirviente tendrá su momento, de hecho, Lico, el lobo ue usted ve aquí, es bueno para olfatear, tal vez pueda encontrar algún rastro de quienes hayan entrado a su casa. De igual forma, sería preciso mas información sobre la causa de la muerte se su sirviente, el tipo de arma que hayan usado o como han podido acabar con él. De cuantos ladrones o asesinos estamos hablando? Kranjstar busca manejar el mayor tacto para sus palabras, pero sino empezaban a tener algunos datos sobre la otra tarea que le habían encomendado, no tendría caso intentarlo.

- El rastro que encontramos parecía el de un humanoide. Del tamaño de un hombre o una semiorca. ¿Ha tenido problemas con algún druida por  el horrible uso que hace de la tierra ahí fuera?

Seguramente Lictea impresionaría al señor Licor Ambarino con su informe, ella era quien mas claro tenía el tema. Solo hacía falta que el señor Tobias se pusiera a pensar un poco sobre quien podría estar detrás de todo aquello. Estaba claro que no fueron los Hombres Lagarto Cree que sea posible que alguien se vea beneficiado con este problema entre su familia y los Hombres Lagarto? Hay algo en sus tierras o en esta propiedad que sea importante para alguien mas? aquello podría darle sentido al por que ese doble ataque. Arruinan sus cultivos y luego roban su casa. Cabía la posibilidad de que una cosas estuviera relacionada con la otra.

En aquella nota nos pidió que diéramos con el ladrón, pero que fuéramos discretos. Pero Ahora nos comentas que anunció lo de los robos a los 4 vientos y parece que se ha logrado disipar cualquier otro intento. Me surge la duda de saber si hay alguien mas que esté tras la pista del ladrón o ladrones. pregunta el clérigo tratando de aclarar sus dudas.

Entiendo lo de los varanos, dijo mirando a Lico, pero seguís sin decirme cómo sabéis que ellos no estaban controlados por los hombres lagarto. Muchos de ellos hablan la misma lengua que los reptiles, y no solo eso, también dominan muchas técnicas, así que podrían hablar con ellos, e incluso influirles. Puede que hicieran un ejército con ellos. 

Pero cuando hablaron de que era un único hombre, entonces le enraron más dudas, entonces es posible que se trate de un druida, y no necesariamente un hombre lagarto, aunque es posible que él esté tratando de incriminarlos o algo peor. Pero eso sigue sin dejar clara la teoría de que los hombres lagarto no son. ¿Y si ellos contrataron a un druida para que les hiciera el trabajo sucio? 

Siguió escuchando las explicaciones, quizá habían dado con el organizador de todo eso, o quizá con el que habían contratado para organizarlo todo. Por eso aceptó a las peticiones, ¿qué es lo que necesitáis exactamente? ¿y qué fue de vuestro compañero, qué le pasó? Lo siento... terminó diciendo. 

Luego se giró para contestar a Kranjsar, dudo mucho que el lobo sea capaz de olfatear un rastro de hace días... dijo encogiéndose de hombros, pero si queréis intentarlo, no perdemos nada por dejarpos pasar. Fue un corte en el pecho, continuó, le clavaron algo y se desangró. No sé cuántos eran, pero sé que me intentaron robar y se encontraron con mi sirviente por el camino y se lo quitaron de en medio. 

Finalmente volvió a mirar a Lictea, ¿horrible uso? ¿de qué estás hablando? ¿druidas? No me suena tener problema con ninguno. Al menos con ninguno que no se trate de un hombre lagarto.

- El destrozo de sus campos no lo han hecho los varanos sino los cuervos.*- Lictea volvió a armarse de paciencia para explicar a su cliente.- La Naturaleza sigue su propio orden, dentro de el caos aparente que a usté le pueda parecer. Pero sus campos atentan contra toda ley natural.- Sería mejor que Kranjstar no dejara a Lictea exponer sus radicales teorías acerca de la agricultura intensiva. Todo ese orden artificial en el que los humanos colocaban las cepas para obtener un fruto fácil de recoger y en el menos espacio posible era algo aberrante a ojos de una pastora de lobos como Lictea. La mujer , entre unas cosas y otras, dió n puntapié a su lobo ara que empezara a olisquear allá donde Kranjstar le indicara.

Kranjstar terminó por tratar de cambiar el tema sobre el uso de los campo, pero aquello era algo inevitable púes el mismo tenía ciertas dudas sobre ello. -Bueno, se sabe que algunos druidas son un tanto radicales y no les gusta ver como un entorno natural deja de serlo y pasa a ser, de cierto modo, artificial. Pero estando tan cerca de la ciudad un druida no tendría porque molestarse, o si?- aquella pregunta esperaba a ser respondida por Lictea.

Lo que el señor Licorambarino decía sobre el rastro del posible o posibles asesinos, era desmotivante, pero sin duda debería haber alguna forma para encontrar pistas sobre lo que había ocurrido. Pues si Lico no puede encontrar nada, solo quedaría usar algo de magia para siquiera tener un indicio. Tal vez algún conjuro que ayude a localizar objetos o alguno que le pueda poner en contacto con su sirviente en el mas allá y poder enterarse de lo que ocurrió esa noche... Pero en eso no le puedo ayudar. dice el clérigo, finalmente.

Volviendo sobre el tema de los campos, Kranjstar arrugó el rostro y se dispuso a hacer el pedido. En todo caso, lo que nos hace falta es dinero o equipo que nos ayude a sobrevivir a allá afuera. No ha sido nada fácil el seguirle la pista a quien esta detrás del incidente en sus campos. Necesitamos cuerdas, antorchas y lo que haga falta para dormir a la intemperie si no hay de otra, como nos ocurrió. También harán falta algunas raciones de viaje, eso nunca esta de mas. dice al señor de la casa, esperando que si contaba con algunas cosas las pudiera proporcionar o si bien no contaba con ellas, facilitara el dinero para comprarlas.

¿Atentar contra la ley natural? Preguntó dudosamente y con cierta sorna en sus palabras. Luego la miró de arriba abajo y comprendió la clase de persona con la que estaba hablando, sucia, de aspecto salvaje y acompañada de un lobo, debía tratarse de una druida, de una "abrazaárboles" así que sería mejor no discutir con ella, pues no merecía la pena hacer comprender su punto de vista. Era absurdo. Entiendo. Lo dudo, pero lo entiendo. ¿Los cuervos...? Ya... 

Pero está ese humanoide del que habláis, y cuyas pisadas estaban en mis terrenos. Eso tiene que significar algo...

Luego miró a Kranjstar que pareció cambiar de tema y hablar sobre su difunto sirviente. ¿Un conjuro de hablar con los muertos? ¿Eso se puede? La verdad que no soy muy experto en magia, pero os agradecería muchísimo si encontráseis a alguien capaz de hacerlo. 

Después el clérigo volvió a sacar el tema para pedirle objetos necesarios para la investigación. Antorchas y cuerdas puedo daros, y raciones de viaje también aunque mis campos tan solo están a una hora de aquí, no veo la necesidad de que tengáis que acampar a la interperie. Además, dudo que Lictea necesite dormir en una tienda, parece estar muy agusto al aire libre. Dijo cierto "rintintín". Así que no veo la necesidad de tantas cosas.

El clérigo pudo pervivir que la diferencia de opiniones entre el señor Licorambarino y Lictea era enorme. Este último pareció intentar restarle importancia a los comentarios de la mujer lobuna, pero no dejaba de sonar un tanto sarcástico en alguno de sus comentarios. Kranjstar estaba, sin duda, en un punto medio. Él apreciaba a la naturaleza sobre todas las cosas, pero también era de los que usaba cultivos para obtener frutos beneficiosos, aquellos que permitían hacer bien a otros, sobre todos plantas curativas y, ademas, nunca se acostumbró a dormir a la intemperie, tenía su casa en medio del bosque.

Kranjstar volvió a tomar la palabra, luego de que el dueño de la casa terminara de hablara Nos vendrá muy bien el que nos facilite aquellas cosa. Aunque he decir que pese a que Lictea y yo estamos acostumbrados a vivir en entornos naturales, siempre se ha de agradecer un techo en donde resguardarse. Si en sus campos goza de alguno y estos los puede poner a nuestra disposición, estaremos ampliamente complacidos. Estoy seguro que será muy útil para cumplir con la tarea que nos ha encomendado. respondió el clérigo ante el último de los comentarios hechos por el señor Tobias.

Tratando de contener el que los ánimos se siguieran calentando entre el señor de la casa y la pastora de lobos, Kranjstar se apresuró a darle la mano Tobías, en señal de despedida -Hallaremos al responsable del saboteo en sus campos y también buscaré la forma de encontrar a alguien capaz de comunicarse con su sirviente en el mas allá,
pero seguro esto último podría requerir de dinero.- señaló el clérigo, haciendo una corta pausa al final de sus palabras, considerando una posibilidad en su mente. Creo que la sacerdotisa Lyra posee el poder suficiente para tal tarea, pero ya sabe como le va a su templo en estos días. finalizó sin mas que agregar, a espera de que Tobias enviara a su sirviente a traerles los utensilios que dijo que les daría, para luego agradecerle y marcharse junto a Lictea.

Lictea no quería discutir con su cliente así que se limitó a cruzarse de brazos y arrugar el ceño.

- Mmpppff.- Bah...- Claro que ella podía dormir a la intemperie pues lo había hecho toda la vida.- Las huellas llevaban a una cueva cuyo acceso es complicado sin cuerdas. En su interior estará oscuro así que para eso necesitaremos antorchas, aceite y material para encenderlas. Raciones de comida...bueno, cuantos más seamos mejor lo haremos, aunque yo sé cuidarme sola, no quiero que más dejen su vida en esta tarea.- Lictea dudaba mucho que Lyra fuera a cooperar en algo así, pero no lo dijo.

Esta mansión de sólida construcción parece haber sido diseñada para un uso práctico, más que como ostentación de riqueza. Pero también presenta un aspecto algo descuidado, con sus terrenos algo desatendidos y comidos por la vegetación. Su escudo de armas muestra un sabueso plateado, bajo la luna, saltando sobre un campo negro.

Yaotl se aproxima hacia la casa de los Licorambarino. El sol parece seguirle el paso, alzándose desde la otra punta de la ciudad e iluminando la fachada. Al igual que el templo, aquella mansión parecía abandonada. A diferencia del templo, el guerrero esperaba encontrar algún alma que pudiera dar repuesta a sus preguntas.

Sin demasiados remilgos el sauriano atraviesa los terrenos de la noble familia en dirección al edificio. El escudo de los Licorambarino luce sobre la entrada marcado por los años y la sal. A medida que avanza Yaotl observa el interior de aquella casa a través de sus ventanas.

El puño del guerrero golpea rítmicamente la madera al llegar a la puerta principal. Si alguien se encontraba en el interior era probable que acudiera. Así fuera para comprobar que el sauriano no había roto algo con su fuerza desmedida.