Partida Rol por web

Lomenar se resbaló de nuevo al pasar por el borde del río, las piedras estaban demasiado húmedas y se precipitó contra el lago con tan mala suerte que la cuerda que los sujetaba se quebró. La druida se agarró con fuerza a la cuerda que tenía atada a la cintura pero cuando se dio cuenta el agua de la catarata le impulsaba más y más hacia abajo y nadie tiraba del otro extremo. 

Entonces comprendió que tendría que salir de allí por sus propios medios, porque la cuerda no había servido de nada. 

El veterano soldado maldijo para sus adentros cuando en un descuido suyo Lomenar emprendió de nuevo la ascensión sin llevarse las mantas, aquel truco hubiera hecho que la cuerda durase más y no se gastara tan rápido con la posibles caídas pero ahora ay era tarde para lamentos. Seguía atento el ascenso de su compañero viéndola trepar por la pared como una araña sin dificultad alguna, le dio cuerda de sobra antes de que efectuara el salto, aunque este no llegó a suceder. Tras un mal resbalón Lomenar se precipitó al agua y la cuerda, ya dañada por el anterior traspiés, se partió un con sonoro chasquido al frotar contra la roca a toda velocidad. No había tiempo que perder, la semielfa se podía haber dado un mal golpe en la caída y no había forma de saber si podía salir del agua por si sola. Rápidamente Andrei cogió una de las cuerdas en buen estado atándosela rápidamente a la cintura, ligándola varias vece sobre su cinturón para darle más solidez al agarre.-Voy a ir por ella. Kranjstar, Lictea en cuanto notéis tres tirones en la cuerda será que la tengo, subidnos entonces.-dicho lo cual se acercó al borde del acantilado buscando con la vista la mancha que sería su compañera bajo el agua. Tomó aire en varias ocasiones para ensanchar bien los pulmones y poder llegar al agua con el máximo de aguante, cuando le pareció verla en la corriente flexionó las rodillas y saltó lo más cerca de ella que pudo, cayendo de pie sobre el agua uniéndose a las agitadas aguas tras la profunda zambullida. Por lo que le habían contado sus compañeros la corriente era muy fuerte en ese punto, por tanto el no lucharía contra ella sino que se dejaría hundir si ofrecer resistencia en espera de poder agarrar a Lomenar antes de salir del agua por donde la corriente quisiera expulsarle o por donde les sacasen sus compañeros de fatiga. Ciertamente había sido muy descuidados con aquel peligroso ascenso, pero ahora al prioridad era poner a Lomenar a salvo.

Todo había salido mal. El clérigo no podía creer que la suerte de buenas personas se apagara con tanta facilidad.

Lomenar calló al lago y Kranjstar quiso saltar tras ella, pero Andrei le detuvo, pidiéndole una cuerdo. El clérigo sacó su cuerda, la cual contaba con un gancho para escalar.

AGUANTA, LOMENAR! gritó mientras tomaba la cuerda y hacía lo propio para preparase a jalar cuando Andrei le diera 3 tirones a la cuerda.

Lictia! Puedes hacer algo? Algún conjuro, lo que sea. la pastora de lobos parecía muy cotrariada por todo lo qur iba pasando. El clérigo necesitaba hacerla reaccionar.

El grito de Krajstar hizo salir a Lictea de su ensimismamiento. Pero ya era tarde para hacerse la heroína pues Andrey ya se había lanzado en busca de Lomenar. Ya sólo podía esperar pacientemente a que el hombre volviera a la superficie con su compañera rescatada.

- ¡Vamos joder!- La mujer loba no tenía paciencia y lanzó una mirada asesina al clérigo cuando éste le dijo que si no tenía algún as guardado bajo la manga. Había gastado un gran poder para trepar por la cascada y, ¿de qué había servido? Ahora poco podía hacer más que quedarse allí parada como una damisela cualquiera de esas que habñia en Tormentos Cristalinos y que tanto despreciaba la druida.

Lomenar sintió que la cuerda perdía tensión y que estaba en un grave peligro, ya que apenas sabía nadar... casi sin pensarlo pidió ayuda a la naturaleza en la forma de una criatura que pudiera ayudarla....

Tras resbalar, la druida cayó estrepitosamente en las frías aguas del lago por segunda vez. Se reprochaba mentalmente su torpeza... no iba a poder llegar a la cueva, al menos no habían corrido grandes riesgos al usar las cuerdas. De pronto la cuerda a la que Lomenar se aferraba perdió tensión, quedando floja entre sus manos...

El pánico asaltó a la muchacha... apenas sabía nadar y la corriente era muy fuerte, además de que las frías aguas hacían sus movimientos aún más torpes. Luchaba por mantener la cabeza fuera del agua, pero sabía que sin ayuda apenas podría aguantar. Seguramente le esperaba el mismo destino que su amiga había tenido anteriormente.

Se sentía entumecida mientras se dejaba llevar por la corriente hacia la cascada, centrándose exclusivamente en mantenerse por encima de las embravecidas aguas y respirar, a sabiendas que en cuanto alcanzase la caída del agua sería rápidamente arrastrada hacia el fondo.

- ¡Madre ayúdame! - pensó, mientras una figura grisácea se materializaba a su lado.

Debe haber algo que podamos hacer... dijo luego de ver que Lictea reaccionaba. Será mejor que tiremos de la cuerda entre los dos, una vez Andrei de la señal. dijo Kanj, ofreciendo parte de la cuerda a Lictea para que estuviese preparada.

El clérigo miró al lago fijamente. Te pido clemencia. No buscamos desafiar tus fuerzas. Luego, una idea llegó a su mente. Puedes comunicarte con algún animal que pueda nadar sin problema sobre estas aguas? preguntó a Lictea.

Andrei era un joven muy impulsivo y sin pensarlo mucho se lanzó al lago equipado con la armadura que llevaba puesta. El soldado pudo sentir como el peso de la armadura le lanzaba hacia abajo y como la fuerza de la catarata lo arrastraba aún más. La situación para él se estaba complicando mucho más que para Lomenar que para cuando todos quisieron darse cuenta ya había llegado al borde del lago .

-Por la madre, ¡se hunde!- Lictea se llevó la mano al rostro horrorizada. Otra vez no. Dos de sus compañeros luchaban en aquella endiablada corriente de agua. La Naturaleza podía darte la vida pero también quitártela. Afortunadamente se había atado la cuerda a la cintura.- ¡Vamos, hombre, tira!- Espoleó a Kranjstar para que tirase junto a ella.

Kranj sonrió cuando vió que Lomenar llevaba al otro lado del lago. Justo en ese momento, se relajó demasiado. Pasó completamente por alto el que Andrei esta en peligro. No sé hasta que sintió un fuerte jalón de la cuerda, cuando reaccionó y agarró con fuerza la cuerda. Sin embargo, apenas y podía mantenerse donde estaba sin ser arrastrado él.

Por suerte, Lictea tenía mejor capacidad para ayudar a sacar a Andrei del agua -Tiremos al mismo tiempo de la cuerda! A mi seña: tira... tira... tira...- el esfuerzo coordinado de los dos, deberían ser suficientes, aunque mas ayuda lo haría mas efectivo.

Lomenar no podía concentrarse. El agua, el frío, el pánico... demasiados factores contra los que la muchacha era incapaz de luchar. Quería convocar criaturas que le ayudaran pero era imposible centrarse en la complicada coreografía física y mental que conlleva la invocación.

En su desesperación movía agitadamente manos y pies intentando mantenerse a flote, hasta que en uno de esos movimientos notó que tocaba fondo. Sus esperanza renacieron... el esfuerzo, las corrientes o la buena fortuna habían hecho que se desplazara lo suficientemente cerca de la orilla. Intensificó su esfuerzo hasta que, completamente agotada, consiguió salir del mortal lago.

Temblorosa, aterida de frío, estaba a cuatro patas sobre la orilla vomitando el agua que había tragado cuando fue consciente de los gritos de sus compañeros. Iba a indicarles que estaba bien y que el peligro ya había pasado cuando se dio cuenta que los gritos no eran por ella.

En un heroico gesto, Andrei se había arrojado al lago para intentar su rescate, pero con las prisas del momento lo había hecho con su armadura y el galante caballero se había hundido como una piedra.

- Oh Dioses... Andrei... no!!!!

Aún temblando, Lomenar se incorporó y corrió en la medida que sus ya escasas fuerzas le permitían. No podía evitar que lágrimas de rabia corrieran por su rostro. No iba a permitir que otra vez un compañero perdiera la vida en el lago maldito, se dijo para si misma, mientras agarraba la cuerda para tirar junto con sus compañeros.

Finalmente Andrey no necesitó la ayuda de nadie para poder salir del lago. Por mucho que todos tiraban de la cuerda, el soldado era suficientemente fuerte como para nadar a través de las aguas y salir de allí.

A pesar de que había tragado algo de agua se encontraba en perfecto estado y pudo salir de la corriente sin problema. Eso sí, ahora todos volvían a estar en el mismo punto que antes, solo que ahora con más hechizos gastados y algunas de las cuerdas rotas.

Al zambullirse Andrey s dejó arrastrar por la corriente en lugar de resistirse a ella, contuvo la respiración tanto como pudo y al llegar al fondo pudo ver como Lomenar se alejaba nadando de la zona más peligrosa. Cuando se dispuso a salir algo llamó su atención por el rabillo del ojo, momento en el cual creyó se atacado por alguna especie de extraño pez, sin embargo su apuro duró tanto solo unos instantes había sido solo un alga enredándose en su cabellos. Ya había sacado el cuchillo casi como un acto reflejo pero los nervios le jugador una mala pasada, perdiendo para del aire acumulado en sus pulmones y viéndose obligado a tragar agua en su ascensión a la superficie. Se impulsó en el fondo tan fuerte como pudo, nadando como el pecho rugiendo en busca de aire fresco, creía que su caja torácica iba cuando por fin alcanzó el tan ansiado aire fresco.

Cuando rompió la superficie del cristalina lado tuvo que detenerse entre toses y arcada unos instantes, antes de ver a Lomenar a salvo en la orilla dirigiéndose allí a nada para reunirse con ella frenado así su carrera. Salió del agua empapado echándose el pelo hacia atrás mientras escupía todavía un poco de agua.-¿Estás bien?Tenias a Kranjstar muy asustado, parece que no has necesitado mi ayuda. Imagino que como druida tienes más de pez en tus venas que yo.- sonrió cómplice felicitándole por salir airosa de la caída poniéndole una mano en el hombro. Animándola a que la acompañara a reunirse con el resto.-Bien esta lo que bien acaba, reunámonos con el resto antes de que se preocupen innecesariamente. Vamos a tener que buscar otra ruta para acceder a la cueva, al menos hasta que recuperéis vuestra magia pero por el momento lo mejor será que nos sequemos antes de que cojamos una pulmonía.-el veterano se alegraba de que su compañera estuviera bien, al fin y al cabo ellos habían tenido un gran gesto con su hermana. Como ya había dicho anterior mente el soldado había dado su palabra de que siempre les agradecería el gesto y no había dudado ni un momento en arrojarse a las frías aguas para salvar a su compañera, definitivamente era una hombre con cierto carisma el cual dejaba que sus acciones hablasen por si mismas en lugar de sus palabras. No podía negarse que en sus tiempos hubiera podido tener el respeto de sus hombres.

En cuanto Andrey salió del agua y se acercó a Lomenar, la espontánea muchacha le dio un abrazo, sin pensarlo. Un instante después ya se había separado:

- Gracias. - La muchacha estaba agradecida por el gesto que había tenido, pero el tono pasó a un reproche - Tienes que pensar más en ti y en tu hermana. ¿y si hubieras muerto ahogado? - Una vez más la imagen de su compañera ahogada le perseguía como una obsesión, temblaba solo con pensar en ello. - No podría ni mirarle a la cara.

Pero, por suerte, todo había salido bien. Regresaron junto a sus otros dos compañeros e inmediatamente se tiró a los brazos de Kranjstar.

- He pasado mucho miedo. - sentía el calor que salía del cuerpo de Kranjstar y al ser consciente que se lo estaba arrebatando se separó un poco, ella entraría en calor en breve - Debemos regresar, aprovisionarnos, reparar la cuerdas, recargar los hechizos. - Realmente llevaban de todo para acampar. - Quizás podríamos poner una trampa aquí, pero tanto Lictea como yo hemos dejado mucho poder en el intento de escalada. Una retirada a tiempo es lo más prudente. Vive hoy y lucha mañana.

Dejó que la idea rondase a sus compañeros. Si acampaban a las afueras de la ciudad o en la propia hacienda de los Licorambarino estarían relativamente más seguros que en mitad de los campos.

- ¿Alguien habita la casa? Quizás nos dejen pasar la noche allí. - poco a poco iba entrando en calor y el tono azulado de su piel se iba perdiendo. Ya no temblaba.

Ante el tono de reproche de la joven semielfa Andrey no pudo más que esbozar una sonrisa de sorna.-Claro que tengo que pensar en mi hermana¿qué debería haberle dicho la próxima vez que la viera?Si he podido curarte pero a costa de dejar morir a una amiga mía por no tener el valor de arrojarme al agua para intentar salvarla. Entonces sería yo quien no pudiera mirarla a la cara ni a ella, ni a mi mismo¿Es eso lo qué debería haber hecho?Pues por mucho que me lo pidieras jamás lo haría, yo no soy así. Solo hice lo que tenía que hacer, ni más ni menos.-volvieron con el resto sin mayores problemas.Le hacia gracia ver a aquellos dos tan acaramelados, esperó un tiempo prudente para los saludos y luego se unió a Lomenar en el intento de trazar un nuevo plan de acción.-No creo necesario volver a la ciudad, yo puedo arreglar la cuerda esta noche, aunque perderemos algunos metros debería ser más que suficiente para alcanzar nuestro objetivo. No sabía que hubiera una casa en los viñedos, ene se caso si que sería mejor volver allí Lictea y tú tendréis que dormir toda la noche para recuperar vuestros dones así que una debería hacer la primera guardia y la otra la última. Kranjstar y yo cubriremos el resto, tal vez si la fortuna nos sonríe esa criatura aparezca por la noche en los campos de los Licorambarino, dependiendo de lo que sea podemos intentar asaltarla o sencillamente informar de manera veraz del tipo de criatura al que nos enfrentamos. Pero volver a la ciudad me parece totalmente innecesario.-esperaba a que se pronunciasen los otros dos para ver hacia donde se dirigían.

- Yo tampoco se si hay alguna casa - La verdad es que Lomenar no había caído en ello - pero creo que estaremos más seguros en los viñedos que aquí al lado del lago. En todo caso si dudamos podemos acampar a las afueras de la ciudad.

- No me suena que hubiera casa alguna.- Lictea había estado muchas veces ya en los campos de los Licorambarino. Dejó caer su culo en el suelo enlodado mostrando que estaba derrotada.- Me jode mucho tener que irnos con las manos vacías una segunda vez.- Al menos no había muerto nadie.- Estoy con Andrey. Podemos quedarnos esta noche. Deberíamos vigilar la entrada para ver si logramos ver si alguien sale de la puta cueva de los huevos. Y si podemos seguirlo. ¿Qué opináis?

El clérigo dio un respiro profundo cuando, por fin, Lomenar llegó a su lado. Yo también. Temí perderte. dijo mientras la abrazaba.

No podemos seguir arriesgandonos de esta forma. Tal vez haya otra manera; otro camino... fue entonces cuando cayó en cuenta de que literalmente había otro camino. Podemos intentar ver en que resulta ese otro sendero que encontraste.

Cuando se empezó a hablar de una casa en los campos, él clérigo agrego. Creo que si hay un lugar bajo techo en el que podríamos descansar. Seria cosa de decir que trabajamos para el señor Licorambarino expulsó Kranj.