Crystal sonrie divertida al ver el enfado del guardia. Le deja que se explique y luego atraviesa las imponentes puertas de la ciudad.
Mientras avanza, observa todo a su alrededor, fijándose con detalle en con cuantos guardias se cruza, como de preparados parecen y que armamento llevan; detalles que puedan interesarle en futuras incursiones nocturnas. También analiza cómo está distribuida la ciudad, los barrios que parecen acomodados y los más pobres.
Durante unos instantes se siente tentada de ir al Cuervo de Plata, la cara posada de la que le ha hablado el guardia, aunque finalmente decide que es mejor tomarse las cosas con calma y no empezar llamando la atención o intentando dormir sin pagar en una posada así. Así que se dirige a El Lenguado Macerado, que tiene pinta de ser un establecimiento mucho más asequible.
Cuando llega se acerca a la barra, se sube de pie a un taburete para conseguir asomarse y pone la mejor de sus sonrisas.
-Muy buenos días, buscaba alojamiento, ¿tienen habitaciones?
Lleváis ya un largo recorrido por los caminos que llevan hacia la ciudad, ambos tenéis razones muy distintas para estar allí.
Ante vosotros se alzan una muralla de piedra, fabricada con grandes bloques de caliza. La muralla es enorme comparada con el tamaño de la ciudad.
La muralla tiene varias torres que protegen aún más la zona de los posibles ataques.
Finalmente vuestros caminos se juntan en la entrada de la ciudad. Un puerta de 18 metros de alto con forma de una gran "H", una pasarela sobre la carretera flanqueada por dos torres. Una gran puerta de hierro está cerrada para controlar el acceso a la ciudad por las noches, pero durante el día permanecen abiertas.
Al llegar justo a la entrada os encontráis con dos centinelas que montan guardia en la puerta. Uno de ellos con una pose rígida y estricta da un paso al frente y os dice.
- Buenos días, señortia. Soy el encargado de la entrada de Tormentos Cristalinos, si sois residentes mostradme vuestra tarjeta. Sino es necesario que me paguéis la tasa de entrada. Tan solo son 5 pc por cabeza.
Os dice mientras saca un saquillo de su bolsillo y extiende la otra mano.
Parecía que la joven Raellia por fin llegaba a aquel lugar. Las murallas tenían un aspecto impresionante, pero decidió que aquello no debía intimidarla. A pesar de que le gustaba más la sencilla vida del campo, debía pasar, allí seguramente encontraría más injusticias que combatir y más gente que ayudar. Al dirigirse a la puerta, recibió el saludo del guardia y su mensaje, y respondió con una impecable sonrisa:
-Buenos días tenga usted también, amigable guardia. Me temo que no soy residente... ¿cinco piezas de cobre? Lo cierto es que no voy muy holgada económicamente... ¿es totalmente necesario?
Si hace falta tirada de diplomacia, dilo.
- La tasa es para todos igual. Usted verá si le es necesario entrar o no. Pero de ser así tendrá que pagar la tasa. Si no, ya sabe por donde puede volverse. Aunque no creo que después de haber recorrido tanto le merezca la pena darse la vuelta.
-Lo entiendo, amigable guardia.
Rebuscó en su bolsa de monedas, y sacó una pieza de plata. Se la tendió con una sonrisa y dijo:
-Tome, pero quédese una pieza de cobre más para usted. Estar aquí fuera tiene que ser agotador, y seguro que presta un valiosisimo servicio a la ciudad.
- ¡Oh vaya! ¡Muchas gracias! Veo pasar a mucha gente a la ciudad pero nadie había tenido un gesto tan generoso, todos me han puesto siempre muy mala cara al pedirles el dinero, pero yo no tengo la culpa, son órdenes de mi señor. ¡Muchas gracias, otra vez! ¿Cómo puedo recompensártelo?
Sonrió otra vez.
-Sé que usted sólo cumple su trabajo, señor guardia. ¿Pagarmelo? No es necesario... pero si insiste... soy nueva en la ciudad, y me gustaría saber que partes son más recomendables y cuales menos... y dónde encontrar un templo de una deidad piadosa y justa, o que al menos tenga buenas intenciones.
- Tormentos Cristalinos no es una ciudad peligrosa en sí, bueno por la noche quizá se vuelve un poco, pero por el día no hay nada que temer por las calles. O así debería. Cuide de no ir al Mercado en horas puntas, pues es posible que le roben, pero quizá eso sea lo único que ha de temer. En cuanto a eso, hay muchos lugares religiosos en la zona, aquí se adora principalmente a Kord, a Pelor y a Boccob, y también a Obad-Hai.
-Uhm...-tras una rápida meditación, la paladina se decidió.
-Pelor. ¿Podría indicarme dónde está el templo de Pelor, amigable guardia?
Ante vosotros se alzan una muralla de piedra, fabricada con grandes bloques de caliza. La muralla es enorme comparada con el tamaño de la ciudad.
La muralla tiene varias torres que protegen aún más la zona de los posibles ataques.
Finalmente vuestros caminos se juntan en la entrada de la ciudad. Un puerta de 18 metros de alto con forma de una gran "H", una pasarela sobre la carretera flanqueada por dos torres. Una gran puerta de hierro está cerrada para controlar el acceso a la ciudad por las noches, pero durante el día permanecen abiertas.
Dos guardias custodian la entrada al otro lado de la puerta. Y parecía que no eráis el único grupo que se encontraba ante las puertas.
Tres desconocidos se encontraban en las puertas con el grupo. Bueno, si no se meten en nuestros asuntos. Piensa para Intissar sus adentros.
Les permite pasar antes para que hagan sus cosas, ya harían las suyas más adelante. Intissar se reune con sus dos compañeros, observando a los otros tres.
Supongo que hemos venido a los mismo... - les digo a todos, aunque observo cómo esos tres se apartan un poco dejándonos paso.
Alcé mi mirada para contemplar tal muralla, enorme a nuestros ojos y custodiada por dos guardias.
Me acerco a ellos y les pregunto:
Hola, me gustaría saber si nos pueden indicar hacia dónde deberíamos ir para encontrar a Lady Sheeva.
Intissar mira con desconfianza al hombre del pelo pajizo y de inmediato, intentando mostrarse parcialmente amable, se gira hacia sus compañeros.
¿Os suena ese nombre? Volviéndose a girar hacia el hombre. A mi no me suena de nada. Lo siento.
¿Quien es Lady Sheeva?... Creo que diferentes caminos nos traen al mismo punto...
Miro a mi hermano y a Zarus y digo: A nosotros nos han informado de la presencia de hombres lagarto que impiden la limpia entrada a la ciudad...
Hemos venido a informarnos... antes de hacerles frente...
¿Teneis alguna información sobre ese tema?... Toda información era poca, antes de enfrentarnos a aquellos seres...
-La verdad es que no sabemos nada. ¿Puede tratarse de un error?-Pregunto extrañado.
-Caballeros-digo dirigiendome al guardia- ¿seria tan amable de indicarme donde puedo encontrar a Lady Sheeva? Mis camaradas y yo nos hemos perdido, o al menos eso creo.
Extrañado de que aquel hombre de cabello dorado les dirigiese la palabra, Zarus se pone por delante de Layla para que se hiciese notar que le estaba resguardando, ya unos tipos en una ocasión le intentaron faltar el respeto y esta ves no estaba de humor para soportarlo.
Ya cuando su pregunta se hizo mas clara e Intissar la reformulo, la actitud de Zarus paso a estar un poco menos prevenida -No conozco a tal dama-
Layla pregunta abiertamente sobre nuestra misión, pero aquellos sujetos no parecen saber nada.
-Debemos continuar, no creen?- pregunta a Layla e Intissar.
Zarus tenía razón, si los hombres con los que se habían encontrado no tenían ninguna información de valor estaban perdiendo el tiempo ahí parados.
Sí, será lo mejor.
Aunque Intissar no se mueve realmente del sitio, esperando que Layla o Zarus tomen la iniciativa, al fin y al cabo, él no sabía de dónde habían venido y ellos sabían hacia dódne dirigirse.
Los guardias no saben nada de lo que estáis hablando, ni nada sobre los hombres lagarto ni nada sobre Lady Sheeva, así que cada grupo continúa su camino sin hacer caso a los demás.
Cuando los dos grupos llevan varios metros recorridos tres hombres les cierran el paso. Un hombre armado con una espada y dos que están detrás de él les apuntan con unos arcos. El de la espada os habla amenazadoramente.
¡Alto! Varios de mis hombres están apostados en el camino, deteneos y dadnos vuestras pertenencias si es que no queréis ser heridos por mis soldados.
No, no son hombres lagarto. XD
Si atacais, Iniciativa, ataque y daño.
Ante vosotros se alzan una muralla de piedra, fabricada con grandes bloques de caliza. La muralla es enorme comparada con el tamaño de la ciudad.
La muralla tiene varias torres que protegen aún más la zona de los posibles ataques.
Finalmente vuestros caminos se juntan en la entrada de la ciudad. Un puerta de 18 metros de alto con forma de una gran "H", una pasarela sobre la carretera flanqueada por dos torres. Una gran puerta de hierro está cerrada para controlar el acceso a la ciudad por las noches, pero durante el día permanecen abiertas.
Dos guardias custodian la entrada al otro lado de la puerta. Y parecía que no eráis el único grupo que se encontraba ante las puertas.
Cuidado con los destinatarios, salen por defecto otros que no sois vosotros. Así que tened cuidado.