Partida Rol por web

Ví cómo los arqueros dejaban de apuntarnos con sus armas y eso me tranquilizó, nunca se sabía lo hábiles que podrían llegar a ser...

Por mi parte no habría ningún problema en bajar las armas, pero cuando pronunció un nombre le pregunté:

¿Quién es ese tal S.Cuthbert?

Vi como se marchaban, rápido aquello no me olía bien... además soltaron una especie de colgante a su salida, con paso moderado me acercaba hacía el colgante mientras mi mirada lo esudriñaba sin apenas fiarme de aquello, mi mano derecha seguía tapando la herida que la flecha había causado en mi brazo.

No miré a nadie tan solo abancé...

Por fin eramos libres de seguir con nuestro camino, aunque mi hermana había sido herida y no me había vengado. Sin duda otra afrenta más a mi familia. La sangre me ebullía, pero ya poco podía hacer, excepto proteger a mi hermana.

Veo como los malechores, en su huída, dejan caer un extraño objeto al que se acerca mi hermana con calma, pero dedicida. No tengo más intención que ir con ella y protegerla de lo que pueda venir. Hago un gesto a Zarus para que me siga. Debemos mantenernos unidos.

Avanzo a la carrera y tan deprisa como puedo hacia el colgante para ver si puede darnos alguna pista acerca de lo que esta gente trama. Por otro lado, si no nos la da a nosotros quizás se la de a la guardia. No hay un segundo que perder.

En cuanto llego, cojo el colgante y lo examino.

Al ver que dejan caer un colgante me lanzo a por él como una centella, al ver que la muchacha se esta acercando demasiado  me lanzo por el suelo alcanzando el colgante. Me levanto de un brinco, sonriendo y pensando porque era tan importante para esa dama.

Zarus mira todo a su alrededor, en especial pone un momento de atención a los que susurran y hablan en secreto, no era prudente dejar que ningún detalle se escapara. No paso mucho para que el grupito de arqueros se diera a la huida, tan aprisa que ni cuenta se dieron de lo que dejaron caer. Layla no parece pensarlo 2 veces para ir en busca de aquel colgante, Zarus se dispone a protegerle ante cualquier ataque o peligro, Intissar también hacia lo mismo.

Ya cuando iban un poco avanzados vio como varios de los presentes se movilizaba a toda prisa para ir por el objeto que se encontraba en el suelo. Observando el rostro de angustia de Layla al notar que tal vez no podría alcanzar el colgante antes que otro, Zarus se dispone a ir por él -Debe ser que le gusta mucho ese tipo de cosas. Muy bien iré por él! no entiendo porque las mujeres son tan complicadas, pero definitivamente no podría soportar ver su rostro triste por no consiguir lo que quiere- suspira al concluir su meditación.

yuju!!! pelea por el colgante!!!!! ¿Quien desenvaina primero?

Al intentar sacar mi estoque para capturar el colgante, una mano fugaz lo coge antes. Cambiando su objetivo, mi estoque señala en dirección a Zarus y puntuo:

-Caballero, no creo que sea buena idea que coja ese colgante, llevo meses buscandolo y ahora que lo tengo delante de las narices no voy a permitir perderlo de nuevo. Disculpe, pero le pido amablemente que me lo entregue.

Zarus mira con extrañeza al sujeto que le apunta con el estoque. Luego de escuchar sus palabras mira el colgante con algo de escepticismo -Tan valioso es?- dice casi hablando para sí. Lo sube con su mano a la altura de los ojos de quien le apunta -Que tiene de especial este colgante para que lo quiera tan desesperadamente?- luego de eso hace un extraño movimiento de su mano con el y como por arte de magia lo desaparece -Creo que merezco saberlo, no?- al siguiente instante cambia su arco de mano hace el ademan de sacar una flecha y cuando su mano regresa a la vista de todos es el colgante lo que se muestra en lugar de una flecha -Al menos que me explique, no veo forma de comprobar que usted tenga alguna relación con esta joya mas aya de la que cualquiera de nosotros podría tener-

La situación volvía a ser peliaguda. Salíamos de la sartén para caer ¿al fuego? El tiempo lo diría. Su estoque aún estaba en su mano y no perdería la ocasión de usarlo si era necesario. Su hermana no debía de correr peligro.

Ver a Zarus coger el talismasn me hizo esbozar una gran sonrisa... sabía porque lo hacía, llevaba haciendolo desde que nos bajamos del carromato, debía de recibir ya una muestra de gratitud...

Pero lo haria después... me situe junto a Zarus y apoyé mi mano sobre su brazo y le dije con un amplia sonrisa: Tan hábil como siempre Lazarus...

Miro con cara picara al hombre del estoque y digo: No encuentro relación entre este colgante y usted, salvo que lo vió en el suelo al igual que nosotros... y como bien sabe, el que lo coge se lo queda... es la ley de la calle...

-La ley de la calle dice otras muchas cosas.-Digo levantando mi espada y lanzándola contra el cuello del arquero.-La primera de ellas es que una bravuconada como esa puede salir cara. ¿No estáis de acuerdo?

El colgante nos lo robaron los asaltantes antes de que ustedes llegaran. si pretenden hacer lo mismo escudandose en la ley de la calle no queda sino batirse.

la tirada oculta es de "intimidar" pues intento intimidar al arquero con mi ataque. Tiro engañar también por lo del robo de los ladrones.

-Estoy totalmente de acuerdo con usted señorita, pero tambien es cierto que todo lo que sube al bolsillo puede volver a caer al suelo.

Lanzo un estocazo a Zarus.