Partida Rol por web

Expedición al castillo de Ravenloft

1 de diciembre del año 750

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11/04/2016, 21:36
Natalija Yanoff

Por el dintel de la puerta, la madre de Ivalic fue la siguiente en salir tras Katta.

¿Qué pasa, princesa? ¿No dijiste que habías visto a tu hermano?

Ambas se quedaron en el medio de la calle, a escasos veinte pies de los establos, buscando como un par de pasmarotas. Eso alargó la incómoda reunión de las seis personas (dos de ellas desnudas y tres de ellas ciegas) que se agazapaban tras el carro.

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11/04/2016, 21:40
Valicia

Valicia se giró de cintura para arriba mirando al enano con renovado interés.

Uno de los niños canta, ¿el otro? Es igual, háblame más de Helene. ¿Casada? ¿Padres através de los cuales hacerle daño? ¿Hijos que destripar mientras la obligo a mirar? ¿Un gato doméstico que colgar de un árbol? También quiero saber dónde vive... dónde pasa Helene las noches...

A lo largo de todas esas preguntas, los licántropos no detuvieron su avance. Tres de ellos llegaron a la altura de Varikov, obstruyendo con sus cuerpos la incorporación de los demás. Esos tres lobos metamorfos lanzaron dentelladas al aire, cerrando sus fauces justo a medio pelo de nariz de Varikov.

Alto, dejadle responder...

Los tres cambiaformas en forma animal quedaron gruñendo, soltando un aliento sabor a almizcle en la cara de Varikov.

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12/04/2016, 15:43
Ivalic Yannof

Alguien tiró rápido de él e Ivalic se dejó llevar lejos de su hermana para que nada de lo que había pasado fuera descubierto, el niño pensaba que era mejor así, que no merecía la pena preocupar a su madre o a su hermana sobre todo cuando nada podían hacer y en un par de días volvería a recuperar la vista, aunque si tenía que quedarse en casa se enterarían tarde o temprano. Pero aquella era una de esas cosas que era mejor posponer lo máximo posible de todas formas.
Por el olor a paja y excrementos de animal Ivalic supuso que se encontraban en el establo, no es que sus sentidos hubieran aumentado como estaba deseando, era simplemente que el olor resultaba demasiado evidente y reconocible, tan reconocible como la voz de Margarita y luego la de Viktor. Ivalic no sabía que estaba pasando pero le sonó un poco a cuando su madre le pillaba haciendo algo que no debía, probablemente cosas suyas pues tan solo parecía que Margarita se encontraba mal.

-Lo siento Margarita ¿Ya estás mejor? ¿Que te pasa? Cuando tengo fiebre mi madre...
-Ivalic escuchó la voz de su hermana, seguida de la de su madre y se agachó instintivamente, aunque no tenía ni idea de si lo podían ver o no, aquello de estar ciego era muy confuso. Se llevó un dedo a los labios.- Shhhh, por favor no les digáis que estoy aquí, no quiero que me vean, por favor, por favor. Estábamos buscando a Gertruda por el bosque y nos encontramos con un hada, tenía la piel azul ¿Sabéis? me salpicó los pantalones y yo me asusté y salí corriendo, ella debió asustarse también y entonces la buscamos otra vez y estaba bañándose en un lago y se enfadó y nos lanzó un hechizo que nos dejó ciegos, pero gracias al cuervo Hurn y al Señor Varikov pudimos huir porque la mujer azul tenía muchos elfos lobo que nos perseguían, ellos los despistaron y la señora Helene nos trajo al pueblo, luego nos encontramos con Stara y nos ayudó, pero se fue a casa de Gertruda a ver si había vuelto ¿La habéis visto vosotros?

Notas de juego

Vampiros, hombres lobo, hadas azules, necrarios, zombis... ¿Pero Viktor engañando a Stara? Se me ha roto algo dentro.

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12/04/2016, 17:20
Helene

-Ivalic, calla -siseó Helene que dirigió una mirada furibunda a Viktor-. En cuanto a ti, ya hablaremos -aquello no prometía nada bueno-. Ahora vístete, sal ahí fuera y llévate a otra parte a la familia de Ivalic. Si te preguntan por nosotros, diles que nos hemos ido.

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12/04/2016, 19:58
Herr Urik von Teudeldorf

Agachado, guardo silencio ante una situación tan incómoda como inconveniente. Esto me recuerda el valor de la humildad.

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12/04/2016, 21:56
Viktor Litmunova

¿Stara? No, no la he vis... Sí, señora Helene. Ahora salgo.

Viktor se vistió a prisa y corriendo, pero aún tardaron menos la madre y la hermana de Ivalic en volver al interior de la casa y cerrar de nuevo la puerta. La calle quedó bastante vacía para ser más tarde de las siete de la tarde. Margarita estaba abochornada. A pesar de que Ivalic dijo que se habían quedado ciegos (información que podría llegar a contar a Natalija en un momento de cotilleo), se cuidaba mucho de taparse mientras se vestía. Ivalic habló en plural, ¿y si no era sobre los tres varones sino solo sobre dos de ellos?

Como dije... No era lo que parecía, y... Por favor, no le diréis nada a Stara, ¿verdad?

Margarita levantó la mirada al escuchar a Viktor mencionar a su esposa, entre apenada y llena de culpa. Finalmente, la prima de Bobby al fin terminó de vestirse, haciendo ademán de irse. Si no querían nada más de esos dos amantes furtivos, no tendrían problemas en conseguir que Viktor les cediese el carro.

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12/04/2016, 23:11
Herr Urik von Teudeldorf

- "Yo no he visto nada. Sin embargo, recordad que soy un paladín. Si me preguntan directamente no puedo mentir sobre lo que sé o sospecho." -

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13/04/2016, 15:57
Helene

-Si no has visto nada entonces no sabes nada y nada más contraproducente que la sospechas sin fundamento y aún más darles alas. Nadie preguntará nada y de hacerlo, un prudente silencio de tu parte bastará, Urik -dijo una Helene seria y con cara de ajo, una cara que no podían ver-. Os ayudaré a subir, uno a uno. Y después, saldremos con la mayor premura. A ver si los caballos nos dan la ventaja que hemos perdido aquí, aunque primero pasaré a recoger a Vjelkus.

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13/04/2016, 21:21
Vjelkus

Cinco minutos después, los cuatro valientes y el cobardica de Vjelkus viajaban en el carro al ritmo marcado por el sonido de las riendas al restallar sobre el lomo de los dos caballos, por las calles de Barovia.

...y, como os decía, Stara no volvió a la carpintería-finalizó Vjelkus, sentado en el pescante junto a su madre.

Siete y media de la tarde, aproximadamente. El tiempo se les echaba encima, a la misma velocidad con la que el sol saltaba en dirección a las montañas Balinok. Podrían ponerse a buscar a Stara, ir a buscar a Ludovico a su guarida o ir a la desesperada, directamente a la colina de Lysaga para tratar de evitar lo inevitable.

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13/04/2016, 22:23
Herr Urik von Teudeldorf

- "Tenéis razón, Frau Helene, no he visto nada." - Agacho la cabeza con tristeza. ¿Qué llevará a un hombre que tiene la felicidad a su alcance a ponerla en riesgo de esa manera?

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13/04/2016, 23:42
Varikov el Trampero

-El otru, respondió Varikov con los ojos cerrados para no ver más a los licántropos, pero que no lo impedía "disfrutar" del aliento de los chuchos, el otru ye el puñetero fiu de Helene, ho. ¿Puedo mirar yo tamién mientres lo destripes? Da igual... Dormir dormimos xuntos. Non yo con ella, que los dioses llíbrenme, tol grupu. Comemos xuntos, vamos d'un llau a otru xuntos, caga... eso non, por suerte. 

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14/04/2016, 16:21
Helene

-Y es como seguiréis si no damos con Ludoviko. Lo siento, toca elegir. O devolveros la vista o ir a Lysaga y seamos claros, a ciegas no puede irse. Incluso con nuestros ojos bien sanos somos torpes, así que a por el medio vistani -el chasquido de las riendas acariciando las grupas de los caballos restalló en el aire.

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14/04/2016, 16:44
Parriwimple Indirovich

Volvía a ser todo demasiado confuso para Parriwimple. Había, por supuesto, escuchando las extrañas conversaciones entre unos y otros, pero si a su confusión intrínseca se sumaba su ceguera extrínseca... Bien, incluso para alguien voluntarioso como el grandullón era excesivo.

Para colmo, de su amiga Gertruda, ni una palabra.

Nuevamente sintió la pena, la desolación enorme por la ausencia de Guiseppe. Había tanto que lamentar. Una carga pesada se había instalado en su corazón e, incapaz de encontrar un nombre para ese sentimiento confuso, profundo, cargado de dolor, intentaba no pasarlo mal.

Pero no sabía como.

Así que guardaba silencio.

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14/04/2016, 17:06
Ivalic Yannof

-Yo no le diré nada a Stara si tu no le dices nada a mi madre y a mi hermana.

Ivalic no sabía que no debía decirle, pero se conformaba con que el nuevo carpintero no dijera nada sobre su pequeño problema de visión.
Después se limitó a dejarse ayudar para subir al carro y emprender de nuevo camino, aunque no sabía donde irían. En la primera parada recogieron a su amigo Vjelkus que traía la mala noticia de que Stara no había regrasado a casa aún.

-Seguramente la madre de Gertruda le ha preparado una merienda como hizo con nosotros y está allí comiendo leche y galletas. Ummmm... Ahora me comería yo también. ¿Y tu Vjelkus?

La Señora Helene como única adulta con visión decidió poner rumbo en busca de Ludovico. A Ivalic le gustaba la idea pues su amigo seguro que podía ayudarles.

-El padre Danovich no podrá ayudarnos hasta mañana así que esta noche no podremos ver nada. ¿No dará tiempo a todo? Encontrar a Ludovico, detener el ritual y buscar a Arik y Layla... Son muchas cosas para una noche.
-En cualquier caso, y salvando las pequeñas conversaciones que tenían, viajar mucho sin poder ver nada era un peñazo, así que el niño comenzó a aburrirse y de vez en cuando preguntaba.- ¿Falta mucho para llegar?

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17/04/2016, 14:28
Vjelkus

La carreta pasó el puente y torció para meterse entre los árboles. Sus ruedas siguieron por las mismas roderas creadas por el carromato gitano del mercader Ludovico... por lo menos hasta la gran roca con las marcas de la espada del vampiro Kavan. A partir de allí, ni a izquierda ni a derecha del camino existía suficiente espacio entre los árboles para avanzar con el carro.

Podemos desenganchar a los caballos. Llevamos al señor Parriwimple en uno, y a Ivalic y al señor Urik en otro. No tenemos silla de montar, pero podemos guiar a los caballos despacio...

Del otro lado de la gran roca, encontraron los maceteros intactos, pero habían quitado los brotes arrancados y ahora solo presentaban una capa de tierra oscura.

Mucho más lejos, el ruido del riachuelo. Parriwimple, Ivalic y Urik notaron que los caballos bajo ellos habían dejado de avanzar. Vjelkus se aclaró la garganta, dispuesto a explicar a los ciegos lo que él veía...

Los... Hay un reguero de sangre. Va desde los árboles a nuestra derecha hasta el riachuelo, a la altura de un cepo de osos cerrado que sobresale un poco del nivel del agua. Tiene... ugh. El cepo aún tiene una pierna. De la otra orilla hay varios cuerpos tendidos, con ropas oscuras, están muy lejos. Quizás estén todos muertos, ¿no, máma?

La capa y la capucha de Ludovico también eran oscuras, de modo que podría tratarse de alguna de las víctimas de aquel... de aquello que había pasado. En total, tres cadáveres en el llano del meandro y una pierna en pleno río. Pasado el llano, el repecho da al risco tranquilo en el que se refugiaba Ludovico la última vez, y más allá, las Brumas siempre perennes.

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17/04/2016, 14:54
Valicia

¿Su hijo?

Uno de los licántropos se transformó en elfo. Flaco y desnudo, pero por las orejas sí, se trataba de un elfo. O de una elfa con poco tetamen, Varikov trató de no mirar por debajo de la cintura. Aquel elfo, susurró al oído de Valicia advirtiéndole de que el sol estaba a punto de ponerse.

Tienes razón-asintió-. Escúchame bien, enano... Eres feo, gordo, paticorto y desagradablemente barbudo. Hasta tienes un tic, como una parálisis facial o algo, que hacer que uno de tus párpados se cierre menos que el otro, y es como si tuvieses los ojos de tamaño desigual. No cumples los criterios estéticos que me gustan en un subalterno. Ni por todo el oro del mundo dejaría que te transformases en un enano lobo, porque luego serían mis bosques los que tendrían que soportar tu presencia. Así que... adiós.

Uno de los lobos le rasgó el estómago, con sus fauces. Otro le mordió un brazo y tiró para desencajarlo del hombro y que se desprendiese. Y así, a dentelladas, Varikov fue pelado como una cebolla, sin llegar a ver la luna llena, ni a vengar a su lobo Farkash. Así terminó su historia, en un rincón apartado del pantano, sin gloria ni triunfo, y con un anonimato casi absoluto... salvo por los comensales que se estaban dando ese festín.

- F I N -

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17/04/2016, 18:50
Ivalic Yannof

A pesar de sus esfuerzos preguntando una y otra vez nadie parecía saber si quedaba mucho para llegar, incluso llegó a pensar que lo habían dejado solo en el carro, aunque de repente este paró y su amigo Vjelkus indicó que ya no podían seguir más adelante, no al menos con el carro, ahora tendrían que ir a caballo.

-Herr Urik, usted y yo seremos compañeros de caballo, ¡Que bien!
-Palmeteó a su alrededor intentando buscar algo o alguien.- Vjelkus ¿Ya estamos en el bosque? ¿Podrías buscarme una vara para que me apoye y pueda usarla para saber si hay obstáculos cerca? Así me será más fácil caminar.

Desprendidos del carro los viajeros siguieron andando, ahora debían estar realmente cerca del escondite de Ludovico. Fue su amigo el que volvió a romper el silencio y lo que dijo no fue agradable.

-¿Un cepo de osos como el que me pilló a mi la pierna? Alguien más debió caer en una de las trampas de Ludovico... Deben haberlo encontrado. ¿Pero quienes son? ¿Los reconoces Vjelkus?

Ivalic tragó saliva, se alegraba de conservar su pierna y que no hubiera quedado atrapada en el cepo o si no ahora sería un ciego cojo.

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17/04/2016, 19:44
Herr Urik von Teudeldorf

- "Sin duda esbirros del Mal, Ivalic. Parece que consideran a Ludovico una seria amenaza si se han tomado tantas molestias. Debemos registrar la zona, comprobar si queda alguien vivo, o si podemos ayudar a Ludovico de alguna forma. Aunque sea enterrándole, si tan sólo encontramos su cuerpo sin vida..." -

Desmonto despacio y con cuidado y espero a que alguno de los que todavía pueden ver me guíe.

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17/04/2016, 19:50
Ivalic Yannof

Las palabras del paladín eran duras, esperaba que Ludovico no estuviera muerto, el medio vistani le caía muy bien, le iba a enseñar trucos de magia, les regalaba cosas y siempre que podía les ayudaba, perderlo sería trágico en todos los sentidos.
Se agarró bien a la silla de montar para no caerse cuando Herr Urik comenzó a moverse para bajar, después se sintió muy solo allí arriba.

-¿Usted cree que Ludovico es uno de esos hombres? Espero que no, era nuestro amigo... ¿Alguien puede ayudarme a bajar?, no quiero que el caballo me lleve por ahí y luego nos perdamos...

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17/04/2016, 20:06
Herr Urik von Teudeldorf

Guiándome por el sonido de su voz, cojo a Ivalic y lo deposito con cuidado de pie en el suelo.