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Finales y principios

[Capítulo 4] Laberinto de misterios

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24/09/2020, 00:10
Clementine

La mano de Macbeth se le antojó cálida, si bien no pudo ocultar el pesar que asomaba tras sus pupilas. Su sonrisa, era un bálsamo. Clem se cubrió con la manta, protegiéndose del frío, dedicando un agradecido asentimiento a Axel, antes de escuchar al antiguo profesor. 

No era la primera vez que se encontraba a si misma, escuchándolo atentamente. Pero sí una de las pocas en las que el tema de conversación era capaz de mantenerla con los ojos bien abiertos, y el pecho encogido- ¿La Hermandad Blanca Osiríaca?- preguntó, repitiendo, cautelosa, como si dijera alguna clase de blasfemia. Era cierto que Macbeth había mencionado a gente sabia, con la que deseaba consultar lo que Clem le había contado. Pero jamás había oído hablar de esa entidad. Asintió, cuando Macbeth hizo mención a la reunión, pensando que se quedaría. Que necesitaba escuchar lo que esa gente tuviera que decir- ¿Cuáles son las intenciones de esa Hermandad?- cuestionó, no sin cierta preocupación, tragando saliva, antes de oir mencionar a Nick, y a sus posibles secretos. A las pinturas. A Jedd. A esos "precursores".

- Yo tengo esta suerte de... Visiones. De momentos de iluminación u obnubilación, de los que ya te hablé. Pero... No soy la única que tiene acceso a fenómenos poco frecuentes. -indicó, tras haber asentido, dándole permiso silencioso a Macbeth para que pudiese terminar su frase- Es extraño, o quizás no, que nos hayamos juntado en un grupo en el que lo excepcional es la norma. No sabemos si también Nick tenía... Alguna suerte de cualidad excepcional -apuntó- En cualquier caso, Jeff sabía que íbamos a juntarnos. Lo encontré, hace años, cuando aún vivía con mis Hermanos. Y en ese momento no entendí lo que me decía pero hoy sé que se refiere a quienes hoy me acompañan.-dijo, con un suspiro.

Y nunca había oído hablar de esos precursores. ¿Qué son? ¿Quiénes son?- preguntó- ¿Tienen algo que ver contigo, o con esa Hermandad? ¿Y con la Treceava?

 

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24/09/2020, 00:49
Clementine
- Tiradas (1)
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24/09/2020, 00:51
Narradora

En el momento en que ella misma pronunció la palabra «precursores» un recuerdo le vino a la mente. La voz de la mujer de su visión, Marjolein. Era así como esa voz la había llamado a ella, a Clementine, repetidamente: precursora.

- Tiradas (1)
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24/09/2020, 01:00
Clementine

Clem pareció recordar algo, justo al terminar de hablar- Espera un momento... La mujer de mi visión.-dijo, mirando hacia Macbeth- Marjolein me llamaba precursora, al hablarme. - apuntó, ligeramente empalidecida. 

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24/09/2020, 03:08
Trish
- Tiradas (1)
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24/09/2020, 03:13
Trish

Trish abrió bastante los ojos al oír que el hombre pretendía explicar todo lo averiguado. No sabía si eso era mucho, pero desde luego era mejor que lo que tenían hasta el momento. Y cuando empezó a contestarle específicamente a ella arrastró un poco el culo, acercándose.

Aquella revelación sobre Nick, sorprendentemente, no la cabreó, como sí había hecho el primer día que había hablado sobre el hombre con Macbeth. Al contrario. Le ayudó a comprender un poco más el secretismo y al hombre completo que era con todos sus claros y sus oscuros, que tampoco eran pocos. Incluso sonrió un poco, segura de que tarde o temprano le habría hablado de aquello. No lo dudó ni por un momento. Y en ese momento se sintió un poco en paz.

Tampoco le molestó que Macbeth hubiera hablado de ellos a esa gente. Asintió al oír aquella invitación, haciéndole saber que ella querría quedarse.

Finalmente, Trish dudó un instante qué contarle sobre lo que podían hacer. No iba a poner en su boca las cosas de los demás, desde luego. Pero se decidió a confiar. Si confiaba en Nick y Nick en Macbeth, estaba bien. Era suficiente. No se paró a pensar en por qué un hombre nunca le había contado al otro lo que Trish podía hacer.

—Yo... Puedo entrar por una puerta, y salir por otra distinta, aunque está en la otra punta de la ciudad—le dijo. No era lo único que podía hacer, pero con eso bastaría para que entendiese a qué se refería—. Lo he hecho sólo unas pocas veces. Pero las últimas semanas ha sido más a menudo, y siempre que me ha hecho falta ha sucedido. Y alguna vez al hacerlo he tenido la sensación... De que había un motivo para eso. De que tenía que hacer algo. Aunque puede ser una tontería.

Dicho aquello se quedó un momento pensativa, dándole vueltas a lo que había dicho Clementine. Luego se dirigió a Macbeth, ignorando por un momento el concepto de precursores y pasando a cosas que le intrigaban de verdad.

—La mujer de su visión —dijo entonces—. ¿Podía ser la madre de Robin? ¿Se puede hablar con los muertos? —Durante un momento miró a Macbeth, dubitativa—. ¿Sabes algo de una cruz? Creemos que está en Pequeño Tokio. Y en la cripta de la Comunidad encontramos un objeto que parece una parte de algo más grande, estaba guardado allí. ¿Sabes qué es?

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24/09/2020, 03:36
Axel Montenegro

Axel sonrió al ver que Trish se cubría obedientemente, protegiéndose del frío, y al ver que además le agradecía por la manta decidió premiarla con un cariñito en la cabeza. Si es que era muy buena chica, no cabía duda. También le dedicó una sonrisa a Clem al ver que le agradecía, feliz de haber podido ayudarla en algo.

Respecto a Macbeth, no había que ser un genio para notar que al hombre no le había gustado mucho que dejaran la decisión de qué decir en sus manos, así que Axel se decidió a hacer preguntas. Las que se le ocurrieran, claro, porque sinceramente, no entendía mucho de lo que pasaba y aunque los Morris solían poner las cosas en común, seguía sintiendo que se perdía la mitad de las cosas. No solo por lo que le costaba creer algunas, sino porque hasta que se había mudado, él había vivido una vida muy tranquila sin misterios ni pinturas proféticas.

Tienes mi palabra, Macbeth, no diré nada de lo que se hable aquí. - le aseguró, pues entendía lo drásticas que podían ser esas sociedades secretas, aunque él no hubiese escuchado jamás de esa en particular - La gente esa, de tu sociedad, ¿sabe algo más? - preguntó, sintiendo curiosidad por si sería mejor quedarse a preguntar más o ya con hablar con él lo tendrían todo - Sobre el resto... yo no he oído hablar de precursores hasta ahora que lo dijeron ustedes - anunció refiriéndose a Macbeth y Clem - y tampoco sé hacer nada fuera de lo normal. No sé que tengo que ver yo con esos poderes misteriosos. - se encogió de hombros.

Si Clem, o nosotros, somos precursores... ¿Quien hizo las pinturas? ¿Hay más precursores, sea lo que sean? ¿Que se supone que hacen los precursores? - preguntó, frunciendo el ceño ligeramente. Igual se había confundido, pero tampoco era que alguien pudiera cumplirlo por ello, ¿no? - ¿Y cuando las hicieron? Porque parecían viejísimas. ¿Y que es ese lugar? ¿De donde sale esa luz? ¿Como supo la luz a quien dejar pasar y a quien no? - porque quien dijera que eso no era una buena alarma, es que no tenía idea de la vida - ¿Ese lugar, el de la iglesia, es algún lugar especial? - total, si Trish podía teletransportarse, quizás existían los portales también. - ¿Y que tienen que ver las fases lunares con todo esto? ¿Por que hay tantos dibujos de lunas? - añadió, pues aunque adoraba aquel maravilloso satélite natural, los dibujos sí eran un poco llamativos como para no significar nada.

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24/09/2020, 09:21
Cassandra (Cass)
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

Puedo tirar por los precursores? Puedo? Puedo?  XD   La hago a ver si hay suerte  ^^

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24/09/2020, 11:06
Morgana Whiterocks

Morgana dejó el libro sobre el banco tras echarle un vistazo. Le intrigaron aquellos jeroglíficos, símbolos y retratos, pero cuando Macbeth comenzó a hablar lo depositó en su sitio. Tomó entonces la manta que le tendía Axel, agradeciéndoselo con la mirada, aunque de momento también la puso en el banco.

Escuchó atenta. Sociedades ocultas y precursores. Macbeth y Nick. Secretos que guardaban. Como todo el mundo, encerrados en una caja profundo en el pecho o en la razón. ¿Quién no guardaba secretos?

Negó con la cabeza en silencio. Ni idea de esa Hermandad. Negó de nuevo. Ni idea del tema de los precursores. Caminó unos pasos mientras sus amigos comenzaban a soltar pregunta tras pregunta, vigilando con más atención los alrededores, intentado vislumbrar si los estaban vigilando. Comprobó su pistola como solía hacer con cierta frecuencia.

Torciendo el gesto, interesada y extrañada por las cuestiones que se planteaban una a una, no dijo nada. Pensativa, se interrogaba a sí misma qué clase de “poder” o habilidad tenía ella. Observó a Axel, que también desconocía cualquier misterioso don que pudiera ofrecer al mundo. Sin embargo, aparecían en esas pinturas.

Recordó la última pelea que tuvo semanas atrás en el bar, y aquellos dos cortes que debieron hacerle mucho más daño que el sufrido. Consideró entonces que en realidad logró esquivar el golpe directo. Pero y si…Desde aquel día pensaba en acontecimientos anteriores, en los combates y luchas en los que participó. En la explosión en el campamento años atrás que solo la tuvo retenida una semana en el hospital…

Sacudió la cabeza y alejó esas imágenes y disquisiciones, regresando a la realidad. Se movió una vez más, unos pasos detrás de su interlocutor, como si estuviese de ronda o patrulla, oliendo el aire y su aguda vista alerta fijándose en rincones, tumbas y vegetación.

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24/09/2020, 11:51
Cassandra (Cass)

Cassandra se mantuvo sentada viendo a unos y otros interactuar y sonrió cuando su hermana comenzó con las preguntas. Al oír a Macbeth centró la vista en él y fue sopesando y analizando todo lo que decía, le frustró no tener ni idea de la Hermandad que citó y de la que parecía que en breve conocerían a algunos de sus miembros, porque por supuesto que ella se quedaría, ni a rastras se la llevarían del lugar donde obtener más información. La mención de que Nick formaba parte de ella produjo una presión en su pecho, no por no saberlo si no por lo que habían perdido con su muerte, no sólo un amigo, la figura paternal del Morris y quien los mantenía unidos, si no quizás una pieza fundamental en la incógnita del porqué ellos se debían juntar.

Con la pregunta sobre los precursores un latido se instaló en sus oídos, probablemente debido al aumento del bombeo de su corazón ante la inminencia de una revelación, trató de respirar pausadamente para que ese loco músculo se relajase de nuevo y no gastase demasiada energía, le daba en la nariz que la iba a necesitar esa noche.

Entonces llegó el momento en el que las lenguas se desataron y dio comienzo la lluvia de preguntas y de teorías. El cerebro de la buscadora empezó a ordenarlas en una lista imaginaria según a ella le parecieron más relevantes, preparadas para poner a su lado las respuestas que esperaba que el profesor les daría. Llegado un punto intervino con algo que todavía no había sido tocado, lo acababa de descubrir esa tarde, no le había dado tiempo de hablarlo con nadie antes salir y por el camino no era plan de decir según qué cosas.

—Dinos todo lo que sepas de las 110 katanas, o secta de las Trece Lunas, como prefieras llamarlas. No puede ser casualidad que algunas de sus miembros estén en Pequeño Tokio, justo el mismo lugar que cierta Capilla; que estén consagradas a la Luna, esa que se repite en el mural del techo de la Cripta hasta en trece ocasiones; y que para mantener el equilibrio entre el Orden y el Caos deban proteger a la decimotercera encarnación del astro nocturno. ¿Sabes qué hay en esa Capilla de Pequeño de Tokio a la que Nathaniel fue con Robin? ¿Él también era de vuestra Hermandad?

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25/09/2020, 02:41
Narradora
- Tiradas (2)

Notas de juego

Las tiradas de obtener información siempre ocultas, plis :P. Cass no ha oído eso de precursores nunca, ni idea.

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25/09/2020, 02:43
[McAvoy] Macbeth

Las comisuras de los labios de Macbeth se tensaron en una pequeña sonrisa al escuchar la primera pregunta de Clementine sobre la Hermandad. 

—Buscar respuestas, usar el pasado para comprender el presente, proteger el conocimiento. Esas son nuestras intenciones. 

Luego se quedó callado, escuchando con atención. Asintió a las palabras de la predicadora y con un leve gesto de sus párpados tomó nota mental de sus preguntas. Con su último apunte acerca de su visión, un brillo pasó por la mirada del hombre, como si aquello confirmase algún pensamiento privado. 

Pasó entonces su mirada hacia la siguiente que intervino, Trish, y no ocultó la sorpresa que le hizo alzar las cejas al escuchar su asunto con las puertas. Negó con la cabeza cuando ella dijo que podía tratarse de una tontería, y luego escuchó también sus preguntas y las de Axel, aunque no parecía que fuese a responder tampoco en aquel momento. Se las guardaba para el final.

Escuchó también a Cassandra y algo de lo que dijo lo dejó pensativo algunos segundos. Cuando la mujer terminó, Macbeth negó con la cabeza. 

—Nathaniel no pertenecía a la Hermandad —dijo en primer lugar—. Aunque me consta que a Nick le habría gustado. Pero Nate siempre prefirió ir por libre, sin dar explicaciones a nadie. De las actividades de Nathaniel y Robin no sé nada, lo siento. —Se quedó pensativo un instante—. He oído hablar de una capilla en Pequeño Tokio. Dicen que es un lugar donde la paz te inunda y te invita a la meditación. Pero nunca he estado allí, así que no sabría deciros más. 

Su mirada se desvió hacia Axel entonces. 

Los miembros de la Hermandad que van a venir hoy no saben más de lo que os pueda contar yo ahora. Pero igualmente estáis invitados a participar del cónclave. 

Pasó entonces a responder a algunas de las preguntas de Trish.

—No sé nada de ese objeto, ¿lo tenéis aquí?. Y tampoco sé nada de esa cruz, sólo lo que Clem me contó.

Al mencionarla, la miró a ella durante un par de segundos, antes de continuar hablando.

—Desde escritos muy antiguos se habla de personas especiales, personas con un destino que cumplir. Hombres y mujeres excepcionales, a las que el cosmos, algún dios, la providencia, o como queráis llamar a las fuerzas que rigen la naturaleza, reserva un papel especial. Al contrario que la mayoría de la humanidad, no son meros espectadores, sino agentes del cambio, piezas fundamentales de un engranaje mayor. —Su tono había adquirido cierta cualidad pedagógica a medida que iba dando aquellas explicaciones—. Se les han dado muchos nombres. Uno de ellos es el de precursores

»Cuando Clem me habló de su visión empecé a investigar sobre el tema. Sospechaba que ella podía ser una de esas personas marcadas. Ahora pienso que tal vez todos lo seáis —dijo, mirando también a Trish, quien había hablado de su sensación—, o quizá sólo algunos entre vosotros. No lo sé. Mi Hermandad no tiene nada que ver con esos precursores, más allá de recoger escritos y comentarlos, como de cualquier otro tema relacionado con el misticismo. 

Carraspeó un poco y se puso en pie. Cuando habló de nuevo, lo hizo dando pequeños pasos distraídos, como si el movimiento le ayudase a explicarse. 

—Preguntáis sobre la Luna. Es un tema tan extenso como para hablar durante varias noches. —Respiró despacio—. Luna. Lilith. Titánide Febe y diosa Hécate. Es la Gran Madre y la primera mujer. —Miró a Clementine y le sonrió, ella ya conocía ese discurso—. La Luna para muchas culturas, la diosa Tierra para otras. Fue adorada por muchas de las primeras sociedades tribales como creadora y dadora de vida. Esto se puede ver en las esculturas votivas, esparcidas por todo el mundo. —Dio algunos pasos distraídos, sin dejar de hablar—. Lilith es la diosa de las visiones y la intuición, de los bailes alrededor de la hoguera; es el símbolo de tiempos salvajes. Ella representa la libertad, la fuerza femenina, el cambio, la creatividad, el caos y la incertidumbre. Ella representa la era de Acuario.

Se llevó las manos a la espalda y deshizo los pasos que había dado. 

—En el otro lado de la balanza tenemos al Dios Sol. El patriarcado. La Palabra encarnada. Representa el orden, las normas, la ley, la imposición, la rigidez, la obediencia y el castigo, la acumulación del conocimiento y las estructuras sociales. Él representa la era de Piscis.

»En la Hermandad creemos que estamos en pleno cambio de era. El fin de la era de Piscis es inminente, el orden que mantenía el mundo se ha resquebrajado. El declive de la civilización, el derrumbe de la economía, la política, los ejércitos, las ciudades... incluso la ciencia. Es el paso del paradigma masculino de orden e imposición a un enfoque primigenio, lunar, femenino. A este suceso lo llamamos el Plenilunio. 

El hombre disfrutaba hablando, explicando aquella porción de conocimiento como si hubiera retrocedido veinte años y estuviera en un aula, delante de sus alumnos. 

Esta introducción nos lleva a una figura que se repite a lo largo de las generaciones, en cada época de la historia. Los avatares de la Luna siempre se representan como mujeres de cabellos pálidos, que nacen con una luna dibujada en la piel. Hay testimonios documentales de hasta doce de estas mujeres, estas encarnaciones, y con cada una de ellas la fase de esa marca lunar ha ido creciendo. La primera representación de la que se tiene constancia es un tapiz de la provincia china de Hua. Se habla de que la decimotercera Luna dirimirá la lucha entre el Sol y la Luna. Que traerá el Plenilunio y el fin de la era de Piscis. Hay quien cree que la decimotercera será la última. 

»Pero también se habla de estas mujeres como partes, fracciones de una misma cosa. Hay algunos textos en los que se habla de la última como la treceava. Antes de ella hubo otros doce avatares, doce lunas incompletas. Su llegada completará el ciclo de algún modo que se desconoce. Traerá el Plenilunio, el apogeo de la Luna.

Paseó su mirada por cada uno de los jóvenes, estudiando sus rostros, pero se notaba que no había terminado. 

No sé mucho sobre la Secta de las Trece Lunas, aunque he oído hablar de esas mujeres alguna vez. Protectoras de las encarnaciones, compañeras de las avatares. Me temo que sabes más de ellas que yo —le dijo a Cass—, pero desconfía de las casualidades, Cassandra. Los hilos no se tejen solos. 

Dio un par de pasos más, continuando con ese paseo tranquilo que le ayudaba a pensar. 

—Sobre la cripta sólo puedo aventurar hipótesis. Ya sabéis que ni siquiera fui capaz de entrar en la última cámara, la de la luz. —Frunció un poquito el ceño y apretó los labios en un gesto que tensó la cicatriz de su mejilla y la hizo más visible—. No sé quién hizo las pinturas, ni cuándo. Pero apostaría a que las personas allí representadas tienen algo que ver con esos precursores, esas piezas del destino. No sé qué es ese lugar, ni de dónde sale la luz o cómo funciona esa magia.

»Pero algunos compañeros creen que la inscripción del arco podría estar escrita en Elohim, la lengua celestial, el idioma del Irkalla, el lugar del que se dice que proceden los alados. De ser así... quizá esa cripta sea un resquicio de aquello. Una grieta o un reflejo... estoy aventurando, ya lo dije. —Negó despacio con la cabeza—. No sé si hay más precursores, hasta hace muy poco ni siquiera tenía evidencia alguna de que existieran en realidad. Y no sé qué se supone que debéis hacer, cuál es vuestro lugar en todo este entramado. Sospecho que a esa pregunta sólo podéis responder vosotros mismos, buscando en vuestro interior.  

Exhaló el aire por la nariz y regresó al banco para tomar el termo y verter un poquito de su contenido en la tapa. Se lo bebió despacio y luego se lo pasó a Clem, con un gesto para que lo hiciera rodar entre todos. Miró entonces a Trish, con una sonrisa pequeña en los labios.

—Después de todo esto, creo que hablar con los muertos en medio de un trance, es un detalle menor. No conocí a la madre de Robin, no sé si era ella, pero es algo que podría creerme perfectamente. ¿Tú no?

No parecía una pregunta que necesitase una respuesta, sino que era más bien algo retórico. Sus ojos se pasearon una vez más por todos ellos, a la espera de una nueva andanada de preguntas, si aún les quedaba alguna, o algún comentario sobre el discurso que les había soltado del tirón.

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26/09/2020, 11:20
Morgana Whiterocks

Macbeth les soltó muchísima información. Observó al hombre mientras le daba aquella charla o conferencia, y no pudo evitar que una sonrisa ladeada se le escapase en la cara. El antiguo profesor disfrutaba con este momento, con la atención recibida por un puñado de alumnos que no tenían idea de qué les hablaba pero que bebían de cada una de las palabras que su boca pronunciaba.

El silencio era sepulcral, acorde al lugar y a la atención que prestaban.

Se quedó con aquello de personas especiales junto con el comentario de Cass acerca de las 110 katanas. Secta de las Trece Lunas. Al final resultaría que sí deberían ir de excursión a Pequeño Tokyo. Se pasó la lengua por los labios y acto seguido se mordió el inferior, quedándose así un rato.

Miró con atención a sus amigos, paseando la mirada verde intrusiva de uno a otra. Todos eran especiales. Todos tenían algún don. Seguramente Axel también. Y ella misma. Aunque lo desconociesen. Sintió un escalofrío que le recorrió la espalda desde las cervicales hasta la última vértebra. Y no era por el ambiente gélido del cementerio. Los temblores la alcanzaban desde su interior, un helado viento la atravesó de lado a lado, agitando su corazón y sus pensamientos. Se estremeció y después movió cada uno de sus miembros como si quisiera desentumecerlos, en un intento de quitarse de encima la sensación ominosa de presión y desazón que dominaba su cuerpo. E incluso su mente.

-Somos precursores. Estamos representados en esas jodidas pinturas. Pudimos entrar allí. Tenemos…ellas tienen poderes que las hacen especiales.

Su tono, su mirada, su actitud, denotaban el convencimiento de lo que acababa de expresar. ¿“Y ahora qué”? Preguntó, muda, cuando Macbeth posó su pensativa mirada sobre ella.

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26/09/2020, 14:04
Morgana Whiterocks
- Tiradas (1)
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26/09/2020, 14:25
Narradora
Sólo para el director
- Tiradas (1)
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28/09/2020, 04:38
Axel Montenegro

Acabaría con dolor de cabeza. A estas alturas ya tenía claro que acabaría con un dolor de cabeza que ni mil rodajas de patatas crudas podrían aliviar. Lo sabía, lo daba firmado... pero la curiosidad le podía. Es que era tan fácil como levantarse e irse, pero ¿como iba a querer hacer eso? Esto cuando menos sería una historia buenísima, y cuando más, el sentido de su vida. Tenía que quedarse.

Le costaba imaginarse como agente del cambio, como un engranaje de algo mayor, o alguien que reservaba un papel especial en la historia. Axel Magno, conquistador de la nada. ¿Que gran destino podía tener que cumplir él? Si es que no tenía nada muy especial, ninguna habilidad como la de los otros chicos, nada que lo señalara como el Elegido como en esas películas malas de los noventa. Él sobrevivía, eso era lo que hacía. Podían preguntarle a cualquiera. Como una cucaracha, resistía apocalipsis, disparos, golpes, y las peores torturas. La historia no contaba nada sobre las cucarachas, sino sobre los hombre que caminaron sobre ellas.

El plenilunio no sonaba tan mal. Solo deseaba que hubiese llegado sin arrasar con todo y todos a su paso. Un cambio más sutil, más agradable... aunque suponía que no podía ser. Recordaba las cosas como eran antes. La gente en el poder no lo cedía voluntariamente, no. Él también había pedido ayuda por favor. A la gente en el poder no le pedías que te lo cediera, se lo arrebatabas, y luego pasabas a la siguiente.

Entonces... ¿Hay un pedazo de cielo con nuestras caras pintadas? - alzó una ceja. Nada mal. Mucho más de lo que pensaba lograr en su vida, ciertamente.

Tra eso, bajó su mirada un momento. Buscar la respuesta en su interior. ¿Como coño se suponía que hiciera eso? Si algo tenía claro era que él no era un héroe, que era un cobarde, y que no pintaba nada en esa historia épica. ¿Que podía haber en su interior que le diera una pista de qué hacía vivo aún más que, como siempre, sobrevivir?

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28/09/2020, 14:09
Clementine

Clementine se iba quedando boquiabierta, a medida que escuchaba. Era cierto que una parte del discurso la había escuchado ella misma, semanas atrás, pero lo nuevo, lo añadido, la turbaba profundamente y provocaba que se le erizase la piel.

- Entonces… ¿Nosotros somos esos… Precursores? - dijo, en lo que quizá era una pregunta retórica- Yo he sentido más de una vez… Que algo superior a mí, me guiaba, o me indicaba dónde tenía que estar. La última vez, fue hace unas pocas semanas, mientras el resto visitaba la cripta. Kane… También lo sintió, en el mismo momento. -indicó, no sin que le supiese amarga la mención del pistolero- Supongo que hablas de eso, cuando mencionas al destino. Y que quizá por eso, porque nosotros seamos esos agentes del cambio, podemos entrar en esa cripta. Quizá hay algo en esa luz que emanan las paredes, que nos reconoce. No lo sé. Yo… -dijo, suspirando- Si miro hacia atrás, encuentro hechos que no soy capaz de explicar, salvo a través de la voluntad de Dios. Ni siquiera sé cómo acabé en mi Iglesia, junto a mis Hermanos. Sólo, de pronto, estaba allí. Como si antes no hubiera sido consciente de mis pasos. - confesó, observando al antiguo profesor. 

- En cuanto al objeto, estaba en la cripta. Iba en un contenedor de metal. Era... Como la cabeza tallada de un animal. Un carnero, o algo similar. Y parecía estar hecho para encajar con otra pieza. Tenía un hueco, y un resorte.-explicó, no viéndole sentido alguno al secretismo, después de que se hubiese mencionado la existencia del mismo. Aunque sí temiendo por la integridad de Macbeth, al saber todo aquello- Está a buen recaudo, pero supongo que te lo podemos enseñar en algún momento.

 

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28/09/2020, 18:59
Cassandra (Cass)

Las palabras del profesor fueron erizado uno tras otro todos los pelos en el cuerpo de Cassandra, las hipótesis se iban amontonando en su cabeza con cada nueva aportación, eran nuevos hilos de los que tirar, nuevas preguntas y un universo infinito de posibles respuestas.

Se encontraba escuchando lo que Macbeth decía con una parte de su mente mientras la otra estaba inmersa en una vorágine de pensamientos, algunos descabellados pero no por ello los descartaba, ya no. —No hay casualidades—. Ella que siempre había sido tan analítica y una devoradora de información se asemejaba más a lo que el hombre decía sobre la era de Piscis que al caos de la de Acuario, cómo iba a ser una agente del cambio, pero la mención de Lilith y sus visiones la tocó de lleno. ¿Y si toda su vida había estado equivocada? —No hay casualidades Cassandra—

Las aseveraciones de Morgana hicieron que todo fuera más real, que la pequeña parte de su cerebro que se resistía a aceptar aquella locura y parecía su Pepito Grillo particular se quedase sin argumentos y callase; si alguien tan pragmática como ella aceptaba que la única explicación posible era aquel cuento ancestral, quién era ella para seguir resistiéndose.

Buscó en su interior como les aconsejó. ¿Y si había confundido el anhelo que sentía? ¿Y si no estaba enfocando sus emociones bien? —No hay casualidades— La frase volvió a repetirse en su mente, parpadeando a intervalos como si fuese un cartel de neón, recordándole una y otra vez todo lo que le había pasado en la vida y en lo que había desembocado. Un pensamiento se reveló contra eso —Mi futuro lo decido yo—, pero tal y como apareció ese insumiso otro le siguió —No estoy obligada a ello, sólo es un camino— ella decidía si lo seguía o se apartaba, aunque fuese cual fuese su decisión debería vivir con las consecuencias que tuviese. Pero es que ya no podría ignorarlo, saberlo era un detonante en sí mismo y por eso mismo no podía no hacer nada, ella podía poner en marcha el cambio; no sabía dónde llevarían sus acciones, si hacia algo mejor o algo peor, pero no podía seguir esperando.

Miró a sus compañeros y escrutó sus rostros desde el fondo oscuro de su capucha, tres de ellos tenían poderes, visiones o algo; y tres de ellos seguro que también sólo que aún no lo sabían. Como le pasó a ella hasta lo que sucedió en su hogar con Trish, pensaba que eran simples sueños, pesadillas causadas por sus miedos, hasta que uno se hizo realidad segundo a segundo. Entonces recordó aquel incidente con Skyler y un escalofrío la recorrió, sus ojos buscaron otros claros y sonrió al recordar lo que le dijo la mujer cuando se lo contó, tenía razón pues todos habían querido ostiarla en un momento u otro. Tendría que investigarse para saber si ocultaba algún otro don.

—Parece que sí Clem, y todos nosotros Morga. Vosotros tres ya podéis pensar en cualquier cosa que os pareció rara en su momento pero a la que no le disteis importancia. Seguro que hay algo.

Volvió a mirar al antiguo profesor y aprovechó que parecía que estaba bien informado para hacer otras preguntas.

—¿Sabéis quién puede estar intentando que el Plenilunio no llegue? Tal y como están las cosas, de Acuario queda más bien poco. ¿Puede que haya alguien que sepa de todo esto y no quiera el cambio, quién se beneficia?

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29/09/2020, 00:43
Trish

Envuelta en aquella manta, Trish escuchó con atención. Se sintió tentada de preguntar más cosas sobre lo que a Nick le habría o no le habría gusto... Pero aquello no trataba de Nick. De repente parecía que aquello trataba sobre el mundo entero.

Durante unos segundos se quedó con la mirada fija en el frente, pensando sobre todo lo que Macbeth había dicho. Aquello ponía en orden sentimientos y sucesos que no podía explicar. No era una explicación científica, desde luego, pero era algo. Por unos segundos se planteó qué diferencia habría entre ellos y otros, como Skyler, o si aquello tendría alguna clase de componente genético. Ya se lo había planteado en otras ocasiones, pero aquella vez era diferente. Ahora lo que buscaba tenía un nombre y contaba con más datos. Llevó sus ojos hacia su hermana un instante

Las intervenciones de sus compañeros le dejaron ver que estaban como ella: asumiendo. La muchacha volvió a quedarse pensativa un instante. Tenía cada vez más clara la idea que empezaba a formarse en su cabeza... Pero no parecía que fuese la que se suponía que debían valorar.

—Pero... —empezó entonces, frunciendo el ceño—. ¿Y si no queremos que haya ese cambio? —preguntó, antes de volver a mirar a Cassandra—. Vale que como estamos ahora prácticamente sólo se puede ir a mejor. Pero sabemos que antes las cosas no eran así, antes la gente vivía mejor. Es normal que quieran impedir que esto avance. —Volvió a mirar a Macbeth—. Contado como lo cuentas, la era de Acuario parece la caña, pero venimos de un tiempo en que las cosas funcionaban. Es decir... ¿De verdad tenemos que ser los precursores de ese cambio?

Hizo una pequeña pausa.

—Entonces, los alados aparecieron más o menos en el cambio de era —valoró en voz alta—, y evidentemente, tampoco es casualidad. ¿Significa eso que estarán presentes en toda esta nueva era? —Miró de nuevo a Macbeth, con el ceño fruncido otra vez—. Esto de las eras, ¿es algo cíclico? ¿O hasta ahora se vivía una cosa desde siempre, y ahora se supone que pasamos a otra para siempre? ¿Y... Hay otras cosas escritas en su idioma? ¿Hay alguien que pueda traducirlo?

Todas aquellas ideas cada vez incomodaban más a la inventora. No era capaz de concebir un mundo donde la ciencia quedase desfasada, reemplazada... ¿Reemplazada por... qué? ¿Por cosas inexplicables? ¿Por ignorancia, o por nuevos sucesos?

—No entiendo lo que dices de la ciencia —añadió entonces—. ¿Es porque va a haber cosas como la cripta o nuestras capacidades, que la ciencia no pueda explicar? ¿O porque las cosas que ha explicado hasta ahora van a cambiar? Y... ¿se supone que esa decimotercera encarnación, está viva? ¿Y que las de antes ya están muertas? Porque si es así, supongo que un paso lógico sería buscarla.

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29/09/2020, 03:18
[McAvoy] Macbeth

El hombre detuvo su mirada en Axel cuando habló el violinista y alzó un poco un dedo al intervenir.

—Es sólo una hipótesis mía, sin muchos argumentos sólidos que la sostengan. En todo caso —puntualizó—, no hablamos de «cielo» o «infierno» como podría entenderlo la fe de Clementine. Los alados vienen todos del mismo sitio, lunares y solares. Tratar de separarlos en ángeles y demonios es caer en la misma trampa de ceguera que ha tenido aprisionada a la humanidad durante siglos.

Después su atención se enfocó en Clem, a la que escuchó mientras desgranaba su experiencia. Asintió con la cabeza y su interés se acrecentó al escucharla hablar del artefacto que había mencionado Trish, aunque al final se encogió de hombros. 

—Me encantará echarle un vistazo, investigaré, a ver si puedo averiguar qué es. Pero investigar algo así puede llevar meses —advirtió—. Creo que esas sensaciones de las que hablas vienen de esa parte de vosotros que debéis escuchar. Aunque también supongo que no todos estaréis igual de preparados para percibirlo, o tendréis la misma sensibilidad. O incluso puede que no todos tengáis la misma disposición o las ganas.

Tras decir aquello se centró en las preguntas de Cass y Trish y esperó hasta que la muchacha terminó antes de hablar de nuevo. 

—Hay algo que tenéis que entender. Los alados no «aparecieron» ahora. Tenemos documentación que indica que llevaban entre nosotros desde siempre, ocultos entre la humanidad. Si salieron a la luz fue en parte por la tecnología, pues el vídeo del que seguro que habéis oído hablar se hizo viral a nivel mundial en cosa de minutos. Y en parte porque la sociedad ya se estaba yendo a la mierda desde antes. Si me preguntáis a mí, diría que, sencillamente, ya no tenían motivos para ocultarse. 

»Pero durante siglos se han dedicado a moldear la opinión pública, la imagen de ellos y de sus enemigos. Cassandra, ¿quieres saber quién podría estar interesado en que el Plenilunio no llegue? La respuesta es sencilla: los solares. Los solares han dominado durante toda la era de Piscis. Han hecho un mundo a su imagen y semejanza. Ellos son los grandes perjudicados si la fuerza lunar se alza. 

»Os pondré un ejemplo —dijo, volviendo a prepararse para un largo discurso—, el mito del matadragones. A lo largo de los siglos, a través de diferentes culturas y en todos los rincones del planeta, se ha contado esta misma historia en la que un protector de los humanos derrota a un monstruo terrible, que suele hacer referencia, más o menos sutil, a la Luna. Según el mito babilónico, el joven dios Marduk asesinó a Tiamat, la gigantesca serpiente origen del caos primigenio y amante de Kingu, la Luna. Tiamat es una bestia, una diosa creadora pero al mismo tiempo madre de demonios.

»El señor del cielo en el hinduismo, el dios Indra, luchó y venció heroicamente a la serpiente Vritra, «el que todo lo cubre», el primero de los dragones, de origen demoníaco y responsable de las sequías. En la Anatolia de la Edad del Bronce, los hurrianos creían que Taru, el rey del cielo y la tormenta, aniquiló al dragón Illuyanka a pesar de sufrir graves heridas.

»Y esta misma historia se repite en el mito griego de Zeus acabando con Tifón, terrible dragón cuya estatura alcanzaba las estrellas. Este monstruo era hijo de Gea, la Tierra Madre, fuerza femenina primordial. Por si fuera poco, este dragón descendiente de la diosa madre dio a luz a monstruos terribles como la esfinge o la quimera.

»También en la antigua Grecia se contaba que Apolo, hijo del padre de los dioses, Zeus, y la titánide Leto, mató a la serpiente Pitón, un dragón enviado por la celosa diosa Hera. En esta leyenda no solo encontramos el conflicto de claros referentes masculinos y femeninos (Zeus y Hera), sino que Apolo se ha relacionado con el titán solar Helios, el Sol Invictus romano.

»Para hebreos, judíos y cristianos, el dragón representaba el mal, la ruina y el pecado. Ahí aparece de nuevo Marduk, esta vez como el arcángel Miguel. En el libro del Apocalipsis puede leerse esta batalla. Sigfrido en la mitología escandinava, Beowulf en la germana, San Jorge para el cristianismo, Tristán en la Europa medieval y muchos otros no son más que variaciones de la misma historia. Muchos nombres para un mismo paladín, pero una única guerra. Contada, siempre, por quienes tenían el poder: aquellos auspiciados por el Sol. 

Había estado dando pequeños paseos mientras decía todo aquello, sumergido por completo en su disertación. Al terminar carraspeó y volvió a servirse un poco de infusión del termo. Se la bebió y después se centró en la más joven del grupo. 

—Si no queréis que suceda el cambio, no lo provoquéis —dijo, haciendo un gesto hacia ella con sencillez—. Supongo que vais a tener que reflexionar y encontrar vuestro lugar en todo este entresijo. Y eso solo lo podéis hacer vosotros. No sé si cada uno por su cuenta, o todos juntos. Supongo que eso también dependerá de vosotros. Creo que las fuerzas de la naturaleza pueden empujar en una u otra dirección, pero la voluntad humana, el libre albedrío —Miró a Clem por un instante—, eso es mucho más fuerte. —Cerró el termo con dedos largos y ágiles—. Es mi opinión, nada más. 

Sus ojos pasearon de nuevo por todos ellos, como si estuviera evaluando el ánimo de una clase llena de alumnos adolescentes antes de continuar disertando. 

—Toda la historia documentada de la humanidad ha tenido lugar en la era de Acuario. Anteriormente hubo otras eras, eso es lo que creemos, pero este es el primer cambio de paradigma que van a ver hombres y mujeres tal y como los entendemos hoy. En cuanto al Elohim... me temo que no hay nadie que pueda traducirlo, salvo... —Miró hacia el cielo— ellos. Hay constancia de otras inscripciones que se cree que son Elohim, pero nunca he tenido la oportunidad de verlas, solo he leído menciones a ellas en libros o textos antiguos. 

Se sentó en el banco y apoyó la espalda en el respaldo al pasar a otra de las preguntas de la joven. 

Me refiero a que la ciencia, igual que otros pilares de la sociedad, se ha derrumbado. Los laboratorios, todos los avances, las investigaciones... nadie fabrica medicinas o tecnología. En otros tiempos, todos llevábamos pequeños ordenadores en el bolsillo, Trish, del tamaño de un teléfono. Pero eso se acabó. La ciencia se ha derrumbado tanto como la economía. 

»Y sí, las anteriores encarnaciones se supone que están muertas, o desaparecidas. En algunos escritos no queda muy claro ese punto. En cuanto a la decimotercera... No sé si está viva, o si no ha nacido aún. Os estoy contando lo que hemos podido extraer de leyendas, de resquicios en otros escritos. No hay nada certero ni seguro en todo esto. Pero creo que si tuvierais que buscarla, lo sabríais. O, simplemente la encontraríais, el universo la pondría en vuestro camino. 

Para ese momento el hombre parecía algo cansado de hablar, las sombras del cementerio se alargaban y el cielo ya empezaba a perder el azul para teñirse del añil aterciopelado de la noche. Macbeth empezó a encender las velas de las lámparas con un mechero zippo, se quedó una cerca de sus pies y pasó las otras dos a sus oyentes. Sus ojos volvieron a recorrer todos los rostros, en busca de alguna nueva pregunta. 

Notas de juego

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