Partida Rol por web

Enya tenía la mirada perdida, aun pensando en las palabras de la profesora, cuando escuchó que algunos mencionaban la lechucería. ¡Me olvidé de enviarle una carta a papa! Pensó mientras se iba tras Gabriela e Ithan.

- ¡Yo también tengo de ir a la lechucería! -

-¡Hola hermanita!.-Saludo con la mano.-Me alegra ver como has mejorado. ¿Has escrito a papá?

Miro a mi alrededor a ver que hacen los demás.

-¿Has hecho amigos en tu casa?-Le pregunto con una sonrisa.

Byron sonrió de nuevo al ver la ejecución de su conjuro. Pero las palabras de la profesora se clavaron en su mente cual una estaca en el corazón. Byron miró a William con preocupación. Lo que le dijo la mujer esa... Había sido simplemente despreciable.

Escuchó a unos y a otros hablar cuando surgió el tema de ir a ver a la profesora Lovegood y Byron alzó las cejas, iba a decir algo cuando unos y otros empezaron a cortarle. Por fin William preguntó si veníamos los de Ravenclaw y se hizo un mini silencio.

- No hace falta...- susurró, casi inaudible.- No hace falta ir al mapa...- repitió con los colores subidos de tono cuando todos lo observaban.- Yo fui ayer a hablar con la profesora Lovegood. Sé el camino.

Pero realmente era buena idea ir a quejarse el primer día de una profesora que ya llevaba años ejerciendo? Si hacían eso había una alta probabilidad que la tomase con todos ellos y una bastante baja que se suavizase por temor a represalias o regañinas de su jefe. Sin embargo todo aquello no pudo salir de su boca.

Christopher se mantuvo aparte cuando todos decidían ir en comandilla a quejarse a la profesora Lovegood. Se encogió de hombros, ésta no era su guerra y, aunque quizá un tanto hirientes, no habían sido para tanto, al menos desde su punto de vista.

Todos se fueron marchando y él se quedó en la clase. Recogió sus cosas y salió, pero en otra dirección.

-Yo también voy con vosotros-dijo Kelly animada ante la proposición de Ithan. Se sentia contenta con sus nuevos compañeros, lo cierto es que habian congeniado bastante bien. Además los alumnos de Ravenclaw también eran muy simpáticos.

Siguiendo con su hermano siguió al resto a volver a ver aquel mapa que tan bien le había venido para encontrar la clase de encantamientos. - Ya conozco a muchos de mi clase, son muy interesantes y amables. Me encanta el colegio! Vamos nos perderemos si no jejeje - Tiró de él para no quedarse atrás.

-Eso, vamos al comedor y asi podemos charlar tranquilos.

Dicho esto, me vuelvo a Edward y Will.

-Chicos, estaré un rato con mi hermana. Os veo ahora en la mesa del comedor. ¿Vale?

La clase de Encantamientos es una de las asignaturas de primer año que se imparten por la profesora Green en uno de los salas de la primera planta del colegio.

Encantamientos consiste en manipular las mentes de los demás, influyendo en su comportamiento o controlándolo. Los encantamientos se dividen en dos clases, de Compulsión y Hechizos.

Los conjuros de compulsión obligan a su receptor a actuar de una forma o cambian el funcionamiento de su mente. Algunos de estos conjuros determinan las acciones del receptor o los efectos que sufrirá, otros te permiten determinarlas personalmente en el momento del lanzamiento y otros te conceden un control continuo sobre el receptor.

Los hechizos hacen cambiar la opinión que el receptor tiene sobre ti, normalmente, le hacen verte como a un buen amigo. 

Este tipo de conjuros son muy útiles en los enfrentamientos o duelos mágicos y pueden solucionar un combate en un santiamén, pero si el receptor del encantamiento posee una gran fortaleza, unos buenos reflejos o goce de muy buena voluntad te resultará mucho más complicado manipularle.

Sin lugar a dudas, la pequeña profesora Helen Green, maestra de la casa Slytherin era la profesora que más hondo os había calado. Si algo habíais aprendido de ella era a ser formales y estrictos. Ella no permitía ni conversaciones en el aula, ni muestas de entusiasmo, ni alegría, ni prácticamente nada.

Parecía que lo mejor era entrar con un gesto serio e ir directamente al pupitre. Y este año la clase no parecía muy diferente. Allí estaba Helen Green, sentada encima de la mesa, al tiempo que golpeaba con su varita la palma de su mano. Con sus ojos verde esmeralda os iba mirando uno a uno, al tiempo que observaba donde os colocabais cada uno.

Cuando consideró que era la hora de empezar la clase, apuntó con su varita a la puerta y la cerró con algún tipo de Encantamiento. El picaporte brilló y un suave "clic" se oyó.

Por alguna extraña razón un escalofrío os recorrió la espalda, estaba claro que aquella sala había sido mágicamente cerrada y que ni un efectivo alohomora lograría transformar ese encantamiento.

La profesora os sonrió, pero no de forma amable y pícara, sino de forma seria e intimidatoria. Después dio un gran brico para caer de la mesa y uno a uno fue andando por donde estabais sentados. Durante aquel verano, algunos de vosotros habíais dado un fuerte estirón y eso hacía que Helen Green, la profesora gnomo pareciera aún más baja. Pero, a pesar de eso, parecía que este año imponía más.

Con un nuevo gesto de varita apuntando hacia la pizarra, se dibujaron unas palabras "Morfetium".

Bienvenidos un año más a la clase de Encantamientos. Espero que durante este año hayais practicado los conjuros del año pasado, porque el nivel de esta asignatura va a haberse aumentado considerablemente. El año pasado aprendisteis conjuros débiles y mediocres, pero hoy aprenderéis un conjuro que en malas manos y combinados con otros, podría llegar a matar a una persona. Hoy aprenderemos el encantamiento que todo mago usa cuando no puede descansar y que todo mago usa durante un duelo cuando quiere acabar con su enemigo en un instante. O incluso que algún mortífago usaba para acabar con sus víctimas de forma sencilla y sin preocupación.

Hoy aprenderemos el conjuro de sueño, Morfetium. Colocaos por parejas, dijo mirandoos inquisitivamente. El año pasado ya me dediqué a dejar notas por la sala común, pero creo que este año no hace falta ¿verdad?

Cuando esteis con vuestro compañero, apuntadle bien, sujetad la varita de forma firme y recta y gritad alto y claro: y en ese momento, un elfo doméstico se apareció en mitad de la sala y la profesora lanzó el conjuro sobre él. ¡Morfetium Groopy! Y el elfo doméstico, a pesar de haber alzado su varita para esquivarlo, quedó completamente dormido.

Entonces la profesora se acercó a él y arrastró su varita por todo su cuerpo. El elfo parecía totalmente vulnerable y fue entonces cuando comprendisteis que no se despertaría, y si no lo hacía, la profesora Green podría acabar con él si lo hubiese querido.

Luego alzó su mirada brillante sobre vosotros y os dio el visto bueno para comenzar la clase. Adelante, ¿a qué estais esperando?

Joey llegó a clase. Esa profesora no le gustaba nada y su cara no mostraba lo contrario. Con cara de pocos amigos entró en la clase y escuchó las palabras de la profesora y observó el conjuro. En verdad era muy complicado aquello que se suponía en la clase de hoy y no estaba seguro de que fuese capaz de hacer el conjuro. Aún así habría que intentarlo. Mirando a Diana le propuso ser su compañera:

-¿Probamos?

Entonces movió la varita y conjuró:

-Morfetium Diana. Dijo para darse cuenta que no había salido bien.

-Vaya. Dijo decepcionado. Es muy complicado

Diana entró en la clase tan feliz como una perdiz, la profesora gnoma era la más seca de Hogwarts, casi siempre estaba con cara de vinagre, pero eso a Diana le daba igual... los conjuros que enseñaba estaban chulos.

Así que se sentó al lado de Joey y atendió todo lo que pudo, nada más comenzar a explicar, Diana se dio cuenta de que era mucho más difícil de lo que parecía... estaba claro que segundo de magia no podía igual de fácil que primero, pero aquello no la desanimaría.

- Claro Joey... venga... vaya, no te ha salido del todo bien, no te preocupes es que este conjuro es difícil. Voy a intentarlo yo.

Diana ensayó varias veces antes de lanzarlo y decidida probó suerte.

-MORFETIUM JOEY... ups... ya estamos empotes a mi tampoco me ha salido- declaró sin perder la sonrisa ni desanimarse- vamos a tener que ensayar después de clase- resolvió animada.

Gwen entró en la clase con su habitual elegancia, en aquella ocasión compartían clase con Gryffindor, los primeros en practicar eran como siempre Joey y Diana... pero parecía que en aquella ocasión no habían tenido mucha suerte. Aguardó a que llegara Perry y se pusiera a su lado.

- Venga compañero... me toca... Morfetium.

Perry entró enclase con el rostro serio, en parte pro la seriedad de la profesora Green y en parte por el cabreo que había pillado con su hermano. Además le tocaba emparejarse con Gwen con la cual no pasaba por su mejor momento. La desazón se le fue pasando un poco a medida que la profesora explicaba el conjuro que iban a aprender. Era justo el estilo de magia que le gustaba a Perry así que el resto de cosas se le fueron pasando de la mente. Cuando Gwendolyn le avisó se puso en guardia con la varita en posición de defensa. Aguantó como pudo las ganas de dormir, de cerrar lo spárpados que le pesaban como losas de hormigón, pero finalmente logró resistirse.

- Buen intento Gwendolyn, pero no suficiente. Ahora te toca a ti.- Le quedaban las dudas sobre si su compañera de casa le habría despertado si el hechizo hubiera hecho su efecto. Imitó los movimientos de la profesora, que había estado ensayando antes, y trató de ejecutar el conjuro. Estaba confiado pero el hechizo tenía su dificultad. Aún así pronunció las palabras con ganas.-¡Morfetium Gwendolyn!

No estaba siendo el día de Gwen, el conjuro no había funcionado con Perry y cuando el chico se preparó para practicar con ella lo hizo de manera certera.

Maldición era Gwen quien tenía que enviar a Perry a la enfermería no al contrario...

Desde el instante en el que vio como la profesora dejó inconsciente a su objetivo supo que sería incapaz de hacerlo bien. No sin ayuda, gracias a la cual tampoco estaría muy convencida de que pudiera hacerlo.

-Bien, acabemos con esto rápido, Di- dijo, intentando que su voz no sonara muy fuerte ni sus palabras abundantes. A la señorita Green no le gustaban los niños charlatanes- morfetium, Diana.

Cuando su varita emitió un zombido apagado, no se sorprendió. Estaba convencida de cual sería el resultado antes de hacerlo.

Selena asistió estoica a la clase de encantamientos. Aunque la profesora se esforzó en hacer la clase lo más oscura posible, su tía ya le había advertido de ello, así que la pequeña se concentró en los movimientos y la palabra de mando, el resto lo apartó de su mente.

Cuando lo indicó, Selena sacó su varita y se fue con su pareja habitual, Colin. -Preparado? Morfetium Colin!

El hechizo salió bien e impactó contra el Ravenclaw...

La profesora comenzó paseándose en primer lugar por la pareja formada por Joey y Diana, y tras ver como ambos erraban en sus conjuros chasqueó la lengua a modo de desaprobación. Pero cuando escuchó a la chica ponerse a hablar como una cotorra, ahí fue cuando le empezaron a chirriar los dientes.

Sabía que esa pequeña era una desobediente, pero lo que no esperaba era que no hubiese aprendido nada del año pasado. Así que la apuntó con la varita y gritó. ¡10 puntos para tu casa, señorita Salcedo! ¿Cuántas veces hay que repetir que en esta clase no se habla?

Luego miró a la joven pelirroja, Gwendoline parecía una chica muy traviesa pues a pesar de haber elegido como compañero a Perry decidió lanzar el ataque a Joey. Gracias por tratar de hacer que se callasen, jovencita. Pero hay que ser obediente y seguir las normas, no te sancionaré por esto. Pero para la próxima cumple con lo que se pide en la clase. De sobra era conocido que la profesora Green tenía ciertos favoritismos por unos y no por otros, y no sancionar a Gwen había dejado clara su postura.

Luego contempló como Perry lograba dormir a Gwendoline y sonrió. Buen trabajo, jovencito. Has logrado hacer el conjuro y además has logrado dormir a tu compañera. Eso merecen 20 puntos para Ravenclaw. Dijo sin mucho entusiasmo. Después no se molestó ni en mirar a Elisabeth, sabía cuál iba a ser el resultado del conjuro y no dio más señales de ello. Simplemente la ignoró.

Por último contempló a Selena, y sin decir mucho más añadió. Como siempre, un trabajo excelente señorita. 50 puntos para su casa.

Cuando todos los alumnos presentes terminaron la clase, escribió un par de nombres en la pizarra:

Sr. Noah y Sr. Aldridge

Ambos pierden 25 puntos por no presentarse a la clase. Si quieren aprobar tendrán que presentarse en mi despacho el lunes antes de comer y con una excusa debidamente firmada por el director. Y a los Gryffindor, aplicaos más, o este año no pasaréis de curso.

Y tras esas últimas palabras, la gnomo Helen Green, profesora de Encantamientos y maestra de la casa Slytherin se marchó de allí sin decir absolutamente nada más.

Para alguien como Perry era duro ver como Selena lo sobrepasaba en cada clase que daban. Esta era la clase que mejor se le daba y, sin embargo, Selena le había superado con creces. Entendía que la chiquilla pudiera levantar ciertos recelos entre los alumnos de otras casas. Era simplemente casi perfecta en lo que a la magia se trataba, lo cual despertaba en Perry, le gustara o no, un sentimiento de celos. Sin embargo su sentido del compañerismo era superior a cualquier otra cosa y se forzó por aguantarse.

Lo que tengo que hacer es trabajar más duro y que me sirva de acicate.

- Genial, felicidades chicas.- Dijo un poco forzado ante sus dos compañeras.- ¿Qué le habrá pasado a Colin?- Esos puntos perdidos le hacían hervir la sangre. Después se acercó a los leones.- Si queréis podemos practicar ahora con menos presión jeje.- La presencia de la profesora a pesar de ser tan pequeña era grande. No olvidaba que Eli le había echado un cumplido sobre sus gafas en clase de Transformaciones. Se las quitó y usó la camiseta para limpiar los cristales.- No sé que es mejor si que la profesora Green te ignore o te haga caso jaja.- Hacía referencia a que había ignorado a Eli pero a Diana le había quitado puntos.

Como siempre la asquerosa profesora green les había quitado puntos por nada. Joey creía que disfrutaba quitándole puntos a Gryffindor y que no se iría contenta a descansar después de clase hasta que no les hubiese quitado todos los puntos posibles a su casa.

Y así fue. Diana no se había portado mal en clase pero aún así le había quitado puntos. Cualquier excusa era buena para hacerles perder puntos. Joey chirrió los dientes de rabia y su puso rojo. A punto estuvo de cometer una estupidez y utilizar un conjuro con la gnoma, pero había aprendido de otros años y se contuvo. Además que un conjuro lanzado por un chaval contra un profesor poco efecto tendría y sobre todo les habría quitado todos los puntos posibles.

Así fue que cuando se fue se acercó a Diana para tranquilizarla:

-No te preocupes Di, esa profesora es tonta. Ya no sabe que hacer para quitarnos puntos. Si llega a nacer algo más tonta habría nacido animal. Que asco le tengo a la pitufa esa. Ojalá se la coma un troll.

Entonces se acercó Perry y les ofreció ayuda. Joey se giró y le miró agradecido. La verdad que exceptuando la chica con el palo de la fregona metido en el culo, los Ravenclaw eran muy simpáticos y Selena y Perry que eran los chicos más listos del castillo estaban en esa casa. La verdad que Joey se sentía algo tonto cuando estaba al lado de uno de los dos, pero al menos no eran altaneros y parecían no tener problemas al tratar con gente algo más torpe mentalmente que ellos.

Así fue que le agradeció el gesto:

-Creo que es un conjuro muy difícil. No creo que sepa hacerlo. ¿Podrías repetirlo tú antes para fijarme bien? como la profesora es más enana que una seta no he podido ver bien sus movimientos.

También aprovechó para felicitarles sinceramente, el conjuro era muy complicado, pero al parecer no habían tenido problemas ninguno de los tres en conjurarlo perfectamente:

-La verdad que lo habéis hecho muy bien. Sois muy listos y se os da muy bien la magia. Enhorabuena. Además con lo complicado que es que la profesora Green de puntos y no los quite, vosotros habéis sumado todos. Sois unas máquinas. Creo que me compraré unas gafas a ver si me hago más listo, jaja.

La última broma Joey la soltó sin maldad pero bien era cierto que quizá podía sentar mal a Perry si se pensaba que se estaba metiendo con él. Aunque no era esa la intención de Joey sino más bien hacer una broma para relajar el ambiente, si era cierto que la boca del pequeño Stone a veces le traicionaba.

- Jajaja, cómo te pasas.- No pudo evitar reír ante la broma de Joey sobre la profesora. No era partidario de utilizar los defectos físicos de una persona para mofarse de ella, pero a veces sentía que la profesora Green se ganaba a pulso la animadversión de los alumnos.- Sí es difícil, la verdad, pero no se nos puede dar bien todo. Yo soy un paquete en otras cosas pero reconozco que encantamientos se me da bien de por sí, aunque no estudie mucho.- La cosa es que además estudiaba mucho, pero eso se lo guardó para él mismo. Tras los cristales de sus gafas ortopédicas Perry había observado a los alumnos de Gryffyndor. La verdad es que no eran muy buenos en esta asignatura, pero de ellos, era Joey el que le parecía más talentoso.-Creo que si te esfuerzas un poco podrás hacerlo. Pero debes aplicarte más, concentrarte en lo que estas haciendo. No dejes que el cabreo con la profesora te desanime sino todo lo contrario, que te estimule para cerrarle esa bocaza, jaja.- Sacó la varita e imitó de nuevo los movimientos recién aprendidos.

- ¡Morfetium Joey!- Se imaginó que era el soberbio "Classicus" dándoles sus lecciones a todos. - ¿Ves? Ahora  imagínate que soy la profesora o alguien que de veras te moleste - Se quitó las gafas y se las tendió.- A lo mejor te dan suerte.- Sonrió demostrando que sabía encajar perfectamente las bromas, sobre todo dependiendo de quien vinieran.