Partida Rol por web

Morpho salió de clase con la satisfacción de haber realizado bien el conjuro.

No recuerdo muy bien si tengo algo que recuperar, asi que salgo con mis compañeros en direccion a la recuperacion por si acaso.

-Os acompaño.-Digo saliendo tras mis compañeros.

¿Su alumno más aventajado? Venga ya... -pensaba cuando daba los puntos. Al menos esta vez no se había cebado mucho con la gente. No mucho.

-Gracias Cassius, tú también lo has hecho genial -busqué con la mirada a Daphne y Sara y alcé el pulgar dando a entender "clase superada sin incidentes", lo que ya era todo un éxito- Os veo en el comedor -dije a todos mientras salía de la clase.

La clase de Encantamientos es una de las asignaturas de primer año que se imparten por la profesora Green en uno de los salas de la primera planta del colegio.

Encantamientos consiste en manipular las mentes de los demás, influyendo en su comportamiento o controlándolo. Los encantamientos se dividen en dos clases, de Compulsión y Hechizos.

Los conjuros de compulsión obligan a su receptor a actuar de una forma o cambian el funcionamiento de su mente. Algunos de estos conjuros determinan las acciones del receptor o los efectos que sufrirá, otros te permiten determinarlas personalmente en el momento del lanzamiento y otros te conceden un control continuo sobre el receptor.

Los hechizos hacen cambiar la opinión que el receptor tiene sobre ti, normalmente, le hacen verte como a un buen amigo. 

Este tipo de conjuros son muy útiles en los enfrentamientos o duelos mágicos y pueden solucionar un combate en un santiamén, pero si el receptor del encantamiento posee una gran fortaleza, unos buenos reflejos o goce de muy buena voluntad te resultará mucho más complicado manipularle.

Ithan entró en el aula, y se quedo algo parado al ver a la profesora. Ante los comentarios de Eli, esperaba alguien más.... imponente. Por desgracia, la primera mirada que cruzaron le dejo claro que no había que comersela de vista, y que era mejor... no hacer el imbécil. Al menos, por un rato. Se sentó en la mesa junto Enya.

Incluso cogió a Albo y lo metió en la mochila, acercandose a su pupitre, quedadnose quieto, callado, atendió a la explicación de la profesora. Cuando esta hizo llamar a un elfo domestico, le llamo la atención, siguiendolo con la mirada. Le recordaba a Farrell. Entonces vió como la profesora lo atacaba, y se puso en alerta automaticamente, con los ojos como platos. Memorizó los movimientos, y todo lo necesario.

Se agachó, y de la mochila saco la bolsa de componentes, sacando unas hebras de lan, sujetandolas en la mano derecha mientras sacaba la varita, en su mano izquierda. Bueno, Enya, alla vamos.... ¿Preparada? Le preguntó, dejando unos segundos para que le confirmara, y entonces, alzó la voz. ¡¡Agotattem!! El rayo salió de la varita, en dirección de la chiquilla.

Enya llegó a clase y se sentó junto a Ithan. La profesora podía ser bajita, pero asustaba solo con su fría mirada. Enya prestó mucha atención a lo que dijo la profesora, no quería tener de preguntarle que repitiera algo.

Parecía que Ithan iba a ser el primero en probar el hechizo. - Si - Dijo firmemente a Ithan. Poco después Ithan lanzó el hechizo directamente a Enya, y esta cayo al suelo. - Funciona... - Dijo Enya mientras se levantaba. El golpe la dejó un poco aturdida así que se apoyó en la silla. - Dame un minuto y pruebo yo. - Le dijo a Ithan.

Después de un par de minutas Enya ya se encontraba mejor. - Bueno, ¿Estas listo? - Le preguntó a Ithan mientras sacaba una bolsa con los componentes para el hechizo. Enya le dejó tiempo a Ithan para prepararse y cuando este estuvo listo Enya dijo - Agotattem - mientras hacía los mismos movimientos que habían hecho la profesora e Ithan antes. Un rayo salió de la varita de Enya directamente hacia Ithan.

Ithan abrió los ojos de par en par cuando vió a Enya caer. Se había pasado, y dió un par de pasos hacia ella, ayudandola a ponerse en pie ¿estas bien? Le preguntó en un susurro, mientras se separaba de ella, y la dejaba apoyarse en la silla, concediendole esos minutos que le pidió.

Dale. Asintió con la cabeza, humedeciendose los labios, y entrecerrando los ojos, observando fijamente la varita de Enya. Cuando esta pronunció el hechizo, y vió como el rayo iba hacia el, no pudo evitar alzar la varita, serio, cuando el hechizo le golpeó. Cerró los ojos, y no fue hasta pasado unos segundos, que los abrió.

Aun estaba de pie, mirando a Enya, había aguantado el hechizo. Asintió con la cabeza, confirmandole que lo había hecho bien.

Selena entró junto con quien sería su nuevo compañero para la clase. El pelirrojo había hecho muy buena impresión con las primeras frases así que el enfado hizo que no se diera cuenta de la situación en la que estaba la clase. Aquella habitación tan sencilla contrastaba profundamente con el resto de habitaciones del castillo. Se dirigió a sentarse cuando la profesora les hizo callar y hacerles atender su pequeña demostración. La joven entonces se dio cuenta de lo pequeña que era aquella profesora, no más alta que el elfo doméstico que había entrado. Se preguntó para qué habría entrado un elfo doméstico en la clase, hasta que se precipitó al suelo atontado. Aquello impactó a selena, no sabía si podría apuntar aquella varita contra su compañero.

Se colocaron en posición mirándose. Selena comenzó a tirar hebras de lana mientras hacía gestos con su varita y gritaba Agotattem. Al principio no sucedía nada, hasta que por fin el giro se pareció al de la maestra, la voz - Agotattem! - , la varita soltó un chorro de luz y las hebras prendieron. El objetivo Arnold vio acercarse el chorro de luz mientras al fondo Selena sonreía feliz de haberlo logrado.

Kelly entro en clase y se sentó en uno de los pupitres que tenía dos asientos vacios para que Gabriela se sentara en el otro.

La profesora le parecía algo curiosa y no le causó demasiada buena impresión, parecía bastante severa y lo mejor sería hacerlo bien.

Sacó su libro de encantamientos y buscó el conjuro que había escrito la profesora en la pizarra, después vio la demostración. No le gustó nada tener que atacar a su compañera ya que eso la hacía sentirse incómoda, sin embargo que la dejasen atontada un rato no la preocupaba demasiado.

Terminada la explicación desenfundó la varita, comprobó que tenía los materiales necesarios y los sacó de la bolsita de ingredientes, carraspeó y miró a su compañera con ojos de disculpa.

-Agotattem –dijo con claridad mientras lanzaba las dos hebras de lana. Un rayo salió disparado hacia su compañera a la par que las dos hebras se consumían.

Gabi entró junto a Kelly animadamente a la clase, pero cuando vio la mirada que le dio la profesora, decidió que lo mejor sería aparentar mucha seriedad. Su decisión fue confirmada después de escuchar la explicación que dio La profesora Green.

-Al parecer esta va a ser una de las clases más duras.- Pensó la niña.

Asintió cuando Kelly sacaba la hebra de su bolsa y le dijo. -Estoy lista.- Acto seguido la otra niña lanzó el hechizo contra ella.

Tuvo que reprimir las ganas de evitar aquél chorro de luz que no deparaba algo bueno según lo que vio que sucedió con el elfo doméstico. Entonces alzó involuntariamente su mano con la varita alzada, sintió cómo el hechizo llegaba hasta ella y... ¿Nada?

-¡Qué raro!- Pensó, quizás podría haberse desplomado como vio que otros hacían, pero no, apenas sintió un ligero cosquilleo.

-¡Uf!- Le dijo a su amiga con los ojos muy abiertos. Entonces, ya más tranquila y sonriente, sacó la varita y buscó la hebra de lana en su bolsito.

-Bueno, aquí voy ¿preparada?- Le preguntó a Kelly. Cuando ella asintió, Gabi hizo el encantamiento:

-¡Agotattem!- Dijo al tiempo que hacía los mismos movimientos que vio hacer a la profesora.

Llego a la clase de buen humor como últimamente con mis amigos, pero al entrar en la clase y ver a la profesora, la mezcla de sorpresa e intimidación hace que me calle y vuelva a bajar la cabeza. Voy hacia un sitio con mis compañeros y simplemente atiendo a la explicación. Durante toda ella estoy tentado de preguntar qué son, porque obviamente no son personas como las que estoy acostumbrado a ver. Tengo que aprender todas estas cosas, quiero saberlo todo de este mundo ya.

Cuando la explicación termina me quedo pensando.

¿Nos están enseñando a hacernos daño? Bueno, no parece que haya salido muy dañado.

En cualquier caso me da miedo hacerle daño a Ed, que está frágil. Cojo mi varita algo tembloroso y busco en mi bolsa de ingredientes la lana. Cojo aire y miro a Ed.

- N- n- no... t- trataré de no hacerte daño, ¿vale? - Miro de reojo a la profesora. Casi me da más miedo no hacerlo y me tranquilizo racionalizando el hecho de que si nos hacen aprender esto, muy peligroso no debe ser. - A- a ver... - Cojo aire profundamente y cierro los ojos, concentrándome en hacer el hechizo. Hago el movimiento.

- ¡¡Agotattem!! - Exclamo, y de pronto las hebras se queman al mismo tiempo que un rayo sale en dirección a Edward para impactarlo de lleno.

Llego a la clase casi con la lengua fuera acompañado de mis compañeros William, Helios y Willow, se nota que estoy en mal estado físico y bastante frágil.

Al entrar en el aula me encuentro bastante cómodo con el tipo de sala que es, con cosas sencillas y normales. Veo al Weasley que vi en el callejón Diagon y voy a saludarlo cuando me percato de las miradas inquisitivas de la profesora, de modo que aborto el plan y simplemente alzo un poco la mano en señal de saludo.

Acto seguido me dirijo tras William a los asientos que ha elegido y me siento esperando la explicación, la profesora parece seria y directa, lo cual es bueno, estoy convencido de que debe tratarse de una profesora bastante buena, aunque desde luego podría intentar tener un ambiente más agradable en el aula, solo mejoraría la situación.

Ver flotar el libro es bastante interesante, estoy convencido de que el muchos colegios los profesores hubiesen matado por poder hacer flotar su libro para señalar la lección a explicar a los alumnos, pero claro, con magia todo es posible.

Al echar una mirada hacia mi compañero observo que tiene cara de estarse haciendo algunas preguntas, y caigo en la cuenta de lo que debe ser. Aunque yo tampoco es que haya tenido grandes contactos con criaturas como la profesora, las he visto en libros y las he estudiado, por lo que asumo que se trata de un gnomo o de algo muy parecido, igual que cuando el pequeño elfo doméstico aparece, la verdad es que me da mucha pena todo el sistema de esclavismo que hay en torno a esa especie, no me parece nada justo, aunque está muy arraigado en la sociedad mágica. Es curioso que los muggles aboliesen el esclavismo hace ya tanto tiempo, y sin embargo la sociedad mágica siga contando con él cuando debería ser más avanzada legal y socialmente. Diría que debido a las facilidades que otorga la magia se han estancado como sociedad y probablemente avancen mucho más lento que los muggles en esos aspectos.

Según estoy pensando en eso, la profesora termina la explicación y yo por tanto de tomar apuntes de lo que va diciendo.

No quiero tener que usar este hechizo con Will, ¿y si le hago daño? No...

— No te preocupes — Respondo a mi compañero mientras me pongo en posición para recibir su conjuro, y tal y como ha indicado la profesora, desenfundo la varita para poder resistir los efectos.

Al ver las hebras quemarse y el rayo salir de la varita de William, instintivamente cierro los ojos previendo un impacto que me hará caer al suelo. Veo dos luces acercándose y de nuevo un sonido estruendoso... Siento una leve desubicación y necesito retrasar un pie para no caer al suelo, pero abro los ojos solo un poco confundido.

— Vaya... — Digo sorprendido y asumiendo que no le debe haber salido el hechizo muy bien cuando lo he conseguido resistir. — Qué sensación más rara... creo que lo he resistido tal y como ha dicho la profesora, porque me he sentido un poco raro. — Realmente no creo haberlo resistido, pero no quiero minar el autoestima de mi compañero diciendo lo contrario.

— ¿Pruebo ahora yo? — Pregunto mientras meto la mano izquierda en la bola y saco los ingredientes necesarios.

Me quedo mirando unos segundos a William, no quiero lanzar el sortilegio y aturdirlo, es mi amigo, ¿no? ¿se supone que los amigos hacen esas cosas?

Un momento después pienso que aprender un hechizo así puede tener sus puntos positivos, puedes defender a un amigo de algún agresor, o incluso defenderte a ti mismo.

— ¿Preparado? — Pregunto agarrando con fuerza mi rígida varita, y en cuanto recibo su respuesta hago el movimiento terminando apuntando hacia él. — ¡Agotattem! — Exclamo y solo un instante después las hebras se desvanecen carbonizadas solo dejando tras de si un leve humillo, aunque ni siquiera lo miro, solo observo como un rayo disforme salía disparado desde su varita hasta impactar en su compañero. ¡Vamos Will! ¡Resístelo!

Willow llegó junto al resto al aula, y no pudo evitar fijarse en la profesora. Desde que habían dicho que era estricta había sentido una gran curiosidad sobre su aspecto. Y la verdad era que si no fuese por el gesto que parecía permanente en su cara, nadie diría que era estricta. Su rostro y su pelo llamaban especialmente la atención de Willow.

Después de su análisis (el cual trató que no durase demasiado por miedo a que la profesora se percatase) miró al resto de los compañeros que había en el aula. Gryffindor. Lo agradeció. No le gustaba juzgar a la gente tan pronto pero... la mayoría de los Slytherin no le parecían demasiado simpáticos. Ni de fiar.

Pobre Aiden. Él si que es un buen chico. Suspiró.

Tras colocarse en un asiento libre (y cercano al resto de Ravenclaws) que encontró, se colocó allí esperando a que Helios se acercase.

Al ver la demostración no pudo evitar sentirse algo mal por el pobre elfo doméstico, y por Helios, esperaba que fuese capaz de defenderse.

- ¿Preparado? -Tragó saliva y cogió la bolsita de ingredientes, de la cual sacó unas hebras de lana, tal y como había dicho la profesora Green y tras sacar la varita y agitarla pronunció el hechizo apuntando a Helios: - ¡Agotattem!

Byron llegó a clase tranquilamente y se sentó en el primer sitio que pudo. Mientras los demás acababan de llegar, sacó su libro y lo abrió por la página que tocaba: el primer encantamiento. Aún recordaba como ese había sido el primer conjuro que había leído de entre todos los libros del primer año de Hogwarts. Había practicado los movimientos bastante, pero no tenía muy claro si lo haría tan bien. Hoy estaba cansado. Muy cansado, en su cara se notaban las ojeras de no haber dormido bien, y, pese a ello, intentó concentrarse mientras repasaba mentalmente y físicamente los movimientos y el tono que ponía en el libro.

Cuando por fin llegaron el resto de alumnos y empezó la clase, Byron prestó mucha atención a la profesora. Iba directa al grano y por faena, sin rodeos y eso le gustaba. Byron miró a Christopher y le sonrió, ese era el primer conjuro que había visto, y le hacía ilusión practicarlo por fin. No es que los conjuros de las otras clases no fuesen interesantes, pero este en particular le hacía ilusión llevarlo a cabo.

- Empezaré yo si no te importa. - dijo mientras cogía su varita e inspiraba profundamente.Antes de ejecutar su movimiento recordó paso a paso cada uno de los movimientos y los detalles de la entoncación. Por fin sentenció su conjuro con un movimiento fluido y un claro- ¡Agotattem!

Veo que se queda ligeramente aturdido, lo que me hace pensar que he hecho el hechizo bien, aunque a lo mejor no lo suficiente porque parece haberlo resistido. Miro hacia la profesora durante un segundo, esperando aprobación, pero enseguida me doy cuenta de lo absurdo de mi proceder. Sonrío a Ed.

- Bueno, a ver qué dice la profesora Green. - Le contesto, algo inseguro. Asiento cuando me pregunta que estoy preparado. - Adelante, te toca. - Añado.

Cojo aire e intento relajarme. La verdad es que me da algo de miedo, pero decido que esa inquietud debo utilizarla para poder resistir mejor el envite de su magia. Lo oigo hacer el encantamiento y cierro los ojos fuertemente, apretando también los puños, concentrándome en evitar que me atonte. Noto que me da y durante un segundo noto algo de vacío en el estómago, como si fuera a hacer efecto, pero me resisto.

No, no, no, no, no... No hagas el ridículo. Otra vez no.

De pronto dejo de notar esa sensación y aunque aún me noto algo raro, como si me hubiera tropezado en un escalón muy alto y hubiera conseguido guardar el equilibrio en el último momento, estoy bien.

- ¡Guau! Vaya... creo que lo has hecho bien, porque lo he notado por un momento, pero he conseguido resistirme. - Levanto el pulgar en señal de aprobación con una sonrisa.

Le pareció que el hechizo habia salido bien, pero no habia hecho efecto a su compañera, lo cual la tranquilizó.

Se preparó para recibir el hechizo de su compañera, vio el rayo salir de su varita e impactar contra su pecho con tal fuerza que se elavo un poco y cayó hacia atrás inconsciente.

Arnold entró en clase, y lo primero que le llamó la atención fue la profesora, incluso tuvo que evitar reirse al verla, llevandose las manos a la boca. No tardó en ponerse junto a Selena, cuando esta le lanzó el conjuro, y se quedo mirandola, esperando algun efecto. ¿Ya esta? Vaya... Ahora me toca a mi... ¡Agotattem! Dijo, apuntando con la varita hacia Selena.

Selena se quedó mirando atontada como su hechizo no le afectaba a su compañero pelirrojo. Algo molesta con sigo misma por hacer un hechizo no se dio cuenta de que Arnold consiguió terminar también el suyo poco después. Selena sintió un cosquilleo pero el hechizo parecía carecer de fuerza o su enfado con sigo misma era tan fuerte que no se sintió sus efectos. Se quedó mirando curiosa hacia la varita de Arnold y sonrió. - Creo que aún no tenemos poder suficiente para hacherlo bien jejej - Miró a su alrededor su hermano aún no lo había conseguido y estaba a ala espera de verle en acción.

Christopher se puso frente a Byron, su compañero y asintió a sus palabras. Se preparó para resistirse al conjuro. Sintió cómo éste le impactaba, pero no se sintió débil, lo que le dio más energías.

¡Guay! ¡Cómo mola! Venga, ahora es mi turno, Byron. ¿Listo? preguntó y, hasta que su compañero no le dio la señal, no atacó.

¡Agotattem!