Partida Rol por web

Longbottom se quedó sorprendido ante la baja participación de la clase, aunque tras ver lo que había sucedido el día anterior, se podría decir que era comprensible. Algo preocupado fue viendo como uno a uno, los pocos alumnos que habían asistido, se presentaban frente al armario del Boggart.

El primer Boggart resultó ser un Harry Potter en su más tierna adolescencia, portando trofeos y la snitch, una escena, que quien la había vivido, como el mismísimo profesor, no pudo evitar sacarle una sonrisa. Habían pasado ya muchos años, y tras el conjuro de Ward, fue hasta divertido volver a ver a su viejo amigo.

Después fue Sara, una niña que parecía haber sido abandonada, y efectivamente el Boggart representó a sus padres, haciéndola recordar terribles momentos de su infancia ya olvidada. La niña reaccionó por poco, y fue capaz de mandar a esos padres de mentira directos hacia el armario.

A continuación fue Morgana la que se presentó voluntaria, y ante ella apareció uno de los miedos más comunes en la mayoría, no solo de magos, sino de muggles también: Perder a los seres queridos. Y efectivamente, allí había un alumno en condiciones similares a las de las lechuzas en el atentado de Halloween. Pero la pequeña tejona rápidamente fue capaz de transformar esa escena en una más cómica, pues la situación no parecía que fuera tan terrible como la había imaginado.

De los últimos fue Daphne, una niña cuyo miedo era muy común entre las brujas pre-adolescentes, miedo al rechazo de la sociedad, pero lejos de sentirse intimidada, fue capaz de hacer menguar a los alumnos que la habían atacado, y con cada grito que iban dando, se iban haciendo más y más pequeños hasta quedar a seres insignificantes. Tan insignificante como Daphne se había sentido al principio de aquel encuentro.

El último de todos fue Mircea, el chico rumano y solitario, un niño que cargaba en su sombrero una gran cantidad de temores, preocupaciones y cargas familiares, pero lo que se materializó fue una puerta que escondía algo deseoso de escapar. Algo había en el interior de aquel niño, que lejos de querer imaginarlo, se había bloqueado así mismo lo que fuera ello, hasta tal punto que el boggart no fue capaz de materializarlo, sino más bien representar la situación que el joven tenía en su cabeza. Desde luego que sería mejor no abrir esa puerta... ¡Y sería mucho mejor abrir el armario de las gemelas Padurearu, que parecían tener guardada media vida dentro!

¡Excelente! ¡Excelente! Gritó Neville aunque muy decepcionado por la poca asistencia a clase. ¡Daphne! ¡50 puntos para ti! ¡Has logrado eliminar a tus miedos reduciéndolos casi hasta la nada! Dijo entre risas recordando las voces casi inaudibles de los enanitos. ¡Genial! No había podido evitar reírse durante toda la clase, las situaciones habían sido francamente cómicas. ¡10 puntos para los demás! ¡Y decidles a los que no se presentaron, que les espero el domingo! Y que si quieren practicar el conjuro, enseñádselo, pero el Boggart estará en mi despacho hasta que me deshaga de él.

¡Nos vemos el sábado!

La felicidad por superar su gran miedo se vio aumentada cuando el profesor Longbottom premió su hechizo con ¡50 puntos! No se lo podía creer. No estaba acostumbrada a destacar en clase, pero estaba claro que esa asignatura se le daba bastante bien, era muy diferente a Duelo.

Ahora que estaba más tranquila, pensó en los boggarts de los demás. Había entendido sin problemas los de Morgana y Sara; la una tenía miedo a perder a un ser querido y la otra al abandono y a la falta de cariño de sus padres. Pero no comprendió los de los chicos. ¿Perry tenía miedo a Harry Potter? ¿Tan intimidante era el ex auror para el niño? Y el armario de Mircea la dejó completamente confusa. ¿Qué guardaba dentro de ese armario que tanto pavor le inspiraba? Al menos, todos habían conseguido superarlo. No todos eran capaces de enfrentarse a su mayor miedo y salir victoriosos. Y se había reído con los resultados.

- Ha sido una clase interesante, ¿verdad? –les dijo a todos los que estaban. Eran poquitos y se conocían todos. Bueno, todos no... Morgana era nueva-. Una pena que no haya venido más gente. Perry, ¿es verdad lo que dicen de que Selena y Gwen se han ido del colegio? En nuestra casa también hemos tenido bajas: Oliver y las amigas de Morgana –Le señaló a la niña para que supiera de quién hablaba, puesto que él no la habría visto nunca.

Esa clase la había dejado algo más animada, aunque cada vez que reía algo en su interior le provocaba una punzada en el corazón, como recordándole que no se le permitía aún ser feliz; estaba de luto. Le apetecía dar una vuelta, despejarse un poco y hablar con Sara de todo. Pero no iba a poder ser. Tenía recuperación con Longbottom ahora. Había ido a su despacho el día anterior, pero se encontró con que la había suspendido por el baile y aplazado a ese martes.

- Y yo tengo que ir ahora al despacho del profesor Neville. Ay, qué pocas ganas. Ojalá nos hubiera recuperado ayer, cuando estaba con más ánimos –Comenzó a recoger las cosas, aunque con algo de parsimonia. Pero se obligó a pensar que cuanto antes terminara con eso, mejor. Además, era DCAM, se le daba bien. Seguro que lo conseguía por muy triste que se sintiera.

Ya había escuchado por sus hermanas que los nietos del célebre Harry Potter andaban por la escuela y lo cierto es que no había sentido nunca la necesidad de hablar de ello con Perry. Y visto su claro sentimiento de inferioridad con respecto a su abuelo, sería un tema claramente tabú a partir de ahora. Aplaudió su conjuro, aunque no rio con él, al igual que no haría con ninguno del resto. Ridiculizar un miedo no era gracioso, era doloroso, pues no conseguía arrancarte la espina, tan solo clavarla más.

Sintió pena por Sara y su interminable sucesión de parejas que la menospreciaban. Sabía que la niña había pasado el último verano en casa de Ardeen y que antes de Hogwarts había vivido en un internado católico, pero aparte de eso no sabía nada más de la niña. Resultaba una chiquilla demasiado difícil de tratar que se escaqueaba a la mínima y con la que resultaba difícil hablar sin que metiera de por medio sus creencias. Tampoco rio con su conjuro, aunque igualmente lo aplaudió.

El turno de Morgana sí que podía sentirlo como algo propio. El miedo a perder a un ser querido... Él ya lo había vivido y a cambio perdió dos años de su vida, poco pago para conseguir salir con vida mientras su padre y su hermano morían. Fue en ese momento cuando comenzó a temer que llegara su turno.

Con Daphne ocurrió lo mismo que con Perry y Sara. Aquel sentimiento de sentirse poco valorada, la certeza de que allí fuera había gente que la menospreciaba. Y aquello la verdad es que tenía poco de real, pero como ocurría con los temores, no hacía falta que algo fuera cierto para que tuvieras miedo. Daphne era una gran bruja y aunque era cierto que tenía problemas con duelo, en las demás asignaturas sobresalía y señal de ello era la forma magnífica que tuvo de resolver con su conjuro. Aplaudió a su amiga como hiciera con los otros tres, mientras sonreía.

Tras enfrentarse a su propio boggart, se alejó esperando que la clase acabara. Aquello había sido demasiado difícil y demasiado peligroso. No podía quedarse allí con sus amigos. Salvo sus hermanas, en ese aula estaban reunidas las personas más importantes para él en Hogwarts y por nada quería hacerles daño. Fue abrirse la puerta y Mircea salió corriendo mientras los demás comentaban la clase.

Ya, bueno... comentó la muchacha a las palabras de su amiga. Guardó la varita mientras miraba con desconfianza al armario. A mi no me ha gustado nada esta clase decidió, negando con la cabeza. Se rascó el brazo y recordóa Victoria, su amiga de la infancia. ¿Qué habría sido de ella? ¿Dónde estaría?
Creo... sí, voy a la biblioteca. Tengo que terminar los trabajos. Os veo después

Muy interesante sí.

Aunque se había sentido como desnudo, pero no era el único, claro. Pero claro, ver lo de los demás, sus más temidos miedos, era como espiar a través de una mirilla. Quería más.

- Sí Daphne, es cierto. Y no sólo ellas. También Colin.- Dijo sin parecer demasiado afectado. Pero se guardaba en su interior la rabia que sentía. Rabia por que sus compañeros, aunque con algunos no se llevara bien, se iban llevándose consigo los puntos para la casa. Eran unos desconsiderados y les odiaba por ello.- ¿Tú cómo estas?- La pobre Daphne había perdido a su mascota en la masacre.- No me gustaría que también te fueras, la verdad.- Aquella clase había tocado la fibra sensible de Perry. El ravenclaw miró a un lado y a otro en busca de Mircea.- No me lo puedo creer. ¿Dónde se ha metido Mircea? ¿Qué guardaría tras aquella puerta?- El avispado Perry no había perdido de vista al boggart de Mircea. El misterioso chico hacía que su curiosidad estuviera desenfrenada. Le preocupaba Mircea. La noche de Halloween se había quedado como paralizado.- ¿Has hablado con él de lo que le pasó la noche del baile?

Ver los miedos de los demas, me había resultado de lo más curioso y, si no fuese por lo cotilla que soy, seguramente también hubiese sido incómodo, al fin y al cabo, eran los miedos más profundos de cada uno, y eso era algo realmente íntimo. El que más me había llamado la atención de todos había sido el boggart del hermano de las gemelas, Mircea. Nunca se hubiese esperado ver algo así.  Extraño, realmente extraño...

- Ha sido una clase muy entretenida, sí. -Afirmé con la cabeza mientras comenzaba a recoger mis cosas.- Por lo que veo ha habido fuga masiva... -Prosigo, al escuchar que no éramos los únicos afectados en cuanto a pérdidas de alumnos, aunque era bastante obvio. Ese año Ravenclaw iba en primer lugar, a veces en segundo, depiendo de las que armaran los Slytherin y sin embargo, ahora, estaban últimos. Debió ser un duro golpe. Me pregunto cómo harán para recuperar su puesto. El día no tiene más horas para pasarlas estudiando. Sonreí para mí misma.- Ánimo Daphne. -Le dediqué una sonrisa. Seguramente sacase la recuperación sin problemas, pero nunca estaba de más dar palabras de apoyo. Al menos si esa persona te caía bien, claro.

- Bueno, yo me voy, que tengo pendiente ver a mi hermano y compañía. Y encantada, por cierto. -Me despidí con la mano y le dirigí una última mirada a Perry antes de salir.

Daphne despidió a Sara con cara extrañada-. Nos vemos –dijo mientras la miraba salir en silencio. Qué rara está, igual le ha resultado incómodo descubrir sus miedos ante el resto de la clase. Muchos se sentirían débiles, vulnerables. Pero Daphne no lo veía así. Al fin y al cabo, mostrar a los demás que puedes vencerlos te hace más fuerte.

- Bueno, es normal que la gente esté aterrada. Aunque peores cosas han pasado en este colegio. No deberían descuidar su educación así –Pero era decisión de ellos. No sabía qué había pasado con esos alumnos. ¿Estudiarían en casa, en otro colegio? Era una pena, pues muchos de ellos habían dejado en Hogwarts a un montón de amigos preocupados. Y quién sabía si volverían a verse o a hablar con ellos.

- Yo estoy algo mejor, gracias. El disgusto inicial se pasó, aunque, claro, sigo bastante triste –respondió a Perry-. Tranquilo, que yo seguiré aquí. Me asusta bastante lo que ha pasado, pero no voy a marcharme –le dedicó una mirada amable. Además, ese boggart le demostró a la tejona que era más fuerte de lo que pensaba, así que no iba a dejarse amedrentar por el psicópata que andaba suelto. Y mucho menos por la gente que se riera de ella por su altura, aunque eso nunca hubiera ocurrido en la realidad-. Y espero que tú tampoco te vayas, Perry, que también le has dado una gran lección a tus miedos. Así que nada de huir como el resto de aguilillas, ¿eh? –le dijo con una sonrisa que le arrugaba la nariz.

Cuando Perry mencionó a Mircea, Daphne se giró y comprobó que ya se había marchado sin despedirse-. Qué raro. Antes de la clase estaba bastante bien. Le pregunté si le pasaba algo, que estábamos preocupados por lo que le ocurrió anoche, pero me dijo que no era nada. No me lo terminé de creer, claro, pero no quise insistirle –También pensó en el armario de su boggart. Era de lo más extraño y no tenía ni la más mínima idea de qué podía guardar en su interior-. Es un chico misterioso, siempre lo ha sido. Podría ser cualquier cosa.

- Gracias, Morgana. Espero tener suerte –Había practicado el hechizo y no había tenido problemas con él, así que iba con bastante confianza. Pero no sabía cómo su estado de ánimo podría afectarle al resultado-. Yo también me voy, que no quiero llegar tarde –Salió del aula hacia el despacho del Profesor Longbottom.

- Hasta luego chicas.- Se despidió de Daphne y Morgana. Pues se había quedado igual que estaba con la información que le había dado Daphne. Ya habría otra ocasión de pillar al esquivo rumano.- Yo me voy también a ver su encuentro dónde se han metido los demás.

Enya llegó a una de las clases que peor se le daban y encima recordó que no había recuperado el Flámatte de cuando había estado enferma. Por tanto, decidió hacer como decía el profesor y esperó con cara de pocos amigos a que alguien le lanzara un Flámatte. Mientras esperaba, se dirigió al Prof. Longbottom.

- Disculpe profesor Longbottom, la última vez estuve enferma y no pude venir. También falté a muchas clases, por lo que he ido haciendo recuperaciones y no he podido con esta. ¿Cuándo puedo hacer la recuperación?

Kelly, preocupada de poder llegar tarde no se entretuvo en su camino a clase de Defensa Contra las Artes Oscuras, con tan buena suerte de que cuando llegó allí solo estaba Enya.

Dejó sus cosas junto a ella -¡Hola¡ -saludo-Creo que nos harán ponernos por parejas, ¿te pones conmigo? -la preguntó.

Cuando comenzó la clase a Kelly la tranquilizó en parte saber que lo que había atacado a sus animales ya no estaba allí, aunque no sabía hasta que punto aquello era cierto o una simple estratagema para que no cundiese el pánico.

El hechizo que les iban a enseñar hoy le pareció muy útil, quizás si lo hubiesen aprendido antes no se habrían sentido aquellos días tan inseguros mientras caminaban por los pasillos del colegio.

Enya vio llegar a Kelly, con la que se había sentado en muchas clases. Parecía dispuesta a participar con ella... El problema es que ella no iba a poder hacer mucho y le daba un poco de vergüenza.
 

- Hola Kelly. Estaría genial poder hacer el conjuro por parejas... Paró unos segundos. Lo único es que no vine a la clase anterior y no puedo lanzar el Flámatte. ¿Podrías lanzarme el Flámatte para que yo me proteja? Me harías un favor enorme si me lanzas el conjuro para que practique el Protego. Luego si quieres te acompaño a buscar a alguien que te pueda ayudar. Seguro que alguien se presta a ello.

- Es por allí. - Señaló a un chaval de tercero en la puerta, indicandole quien sabe qué, que había hecho que perdiera algo más de tiempo en el pasillo. - De nada, hasta luego. - Se despidió, levantando la mano con una media sonrisa, y acabando por entrar en clase.

Lo primero que hizo es mirar a su alrededor, buscando el mejor sitio para dejar la mochila. Dejó la mochila sobre una de las mesas del final, tomando la varita y acercandose aEnya y Kelly. - Hola chicas. - Le saludó, mucho más animado que las dos últimas semanas. La explicación del profesor no le convenció. Podía estar en lo cierto, pero él mismo acababa de reconocer que el error de la última vez fue "olvidarse" del asunto por que durante un tiempo no había pasado nada.

Lo que fuera, podría haberse marchado o seguir allí.

Prefirió no pensar en eso y buscar un compañero para practicar el conjuro. Se acercó a las chicas de su casa, cuando Enya explicó que no podría lanzarle el conjuro. - Yo me encargaré, no te preocupes Enya. Kelly, con permiso... prepárate. ¡Flámatte! - Le apuntó con la varita, lanzando un potente conjuro contra su compañera de casa para que pudiera practicar el protego.

Entre en la clase, acompañada por mis compañeros de Slytherin. Al menos parecia que, dentro de lo que cabia, las cosas comenzaban a volver a su cauce.

Miré a mi alrededor, nada más llegar, y alcé una mano, sonriendo a Ithan, nada mas verlo alli, acompañado por Enya y por Kelly. Me acerqué entonces a ellos, con la mochila en el hombro, dejando las cosas junto a los Gryffindor- Hola... No me ha dado tiempo a pillarte en el Gran Comedor.... - dije a Ithan, con una media sonrisa, mientras miraba tambien a las dos chicas- Hola chicas, me alegro de veros... ¿que tal todo?

Hacia bastante que no coincidiamos. Las ultimas semanas habian sido bastante malas para todos nosotros y lo cierto era que en general, nos habiamos aislado bastante.

Esperé entonces a que el profesor explicara, y a que Ithan lanzara aquel Flamatte, para acercarme a el, varita en mano.- ¿Probamos? - le propuse, sonriendole, mientras me retiraba algunos pasos, para poder ser yo en aquella ocasion quien le lanzara el conjuro.

Después de lanzar el conjuro a Kelly, asentió a Kendra, saludandola con la mano según se acercaba. - Hola Kendra. Claro, comienza tu. - Le pidió, poniendose en guardia y preparandose para parar el conjuro. En cuanto Kendra lanzó su conjuro, Ithan lo paró tal y como había dicho el profesor. - ¡Protego! - Y no perdió tiempo en devolverle el conjuro.

- ¿Estás preparada? ¡Flámatte Kendra! -
 

Asterope llegó a clase con decisión, pero, al mismo tiempo, temiendo lo que podía pasar dentro. Esa asignatura le gustaba muchísimo y sabía que las posibilidades de fallar el hechizo eran bastante altas con esa varita. Pero lo que tuviera que ser, sería. Ya había tenido bastantes fracasos en esas dos semanas, otro más no la amargaría mucho más.

Saludó educadamente a Ithan, Enya y Kelly cuando entró-. Buenos días –A Enya le señaló la chapa con el trébol que se había puesto en la túnica.

Se sentó en la mesa y escuchó a Longbottom. Al menos este les informaba un poco de cómo iba el tema de las mascotas que, al parecer, más bien no iba. ¿De verdad era posible que entre tantos magos y brujas adultos nadie pudiera hacer nada? Con todo lo que habían conseguido algunos niños... Le daba igual que la lechucería estuviera abierta. Ella no pensaba entrar en mucho tiempo, así que obvio toda esa parrafada, esperando a que terminara para comenzar con la clase.

Pluma en mano, comenzó a tomar apuntes sobre lo que decía el profesor del Protego. Un conjuro interesante, sin duda. Pero tenían que lanzarle a otro alumno el Flámatte. Lo que le faltaba. Como si no fuera suficientemente difícil sacar un conjuro, ahora tenía que lanzar dos.

Miró a Linc-. Puedo intentar lanzarte un Flámatte, a ver si lo consigo –dijo algo alicaída mientras apuntaba a su compañero-. Flámatte –No salió nada de su varita, como era de esperar-. Qué asco de varita... Inténtalo tú, a ver.

Sonrei, al ver como Ithan paraba mi conjuro sin demasiados problemas. - Bien hecho, si señor. Me toca. - dije, preparandome para recibir el conjuro de Ithan, que no tardo en llegar, con una enorme potencia, tal y como habia sucedido con el que habia lanzado a Kelly- ¡Protego Ithan! -exclame, casi de forma inconsciente, casi haciendome a la idea de que sería imposible parar aquel conjuro tan potente.

Sin embargo, al parecer, pronuncie mi conjuro con mucha mas energia, con más fuerza de lo que habia imaginado,en direccion al Flámatte de Ithan, buscando frenarlo.

Asenoc llego a clase con Gabriella e Ithan. Escuchó la explicación con mucha atención y tomo notas sobre cada detalle.

Escribía todavía en su libro de conjuros cuando sus compañeros ya estaban practicando.
Prácticamente habían terminado  en el momento en el que levanto el rostro buscando a alguien con quien practicar.

Vaya. Otra vez me he quedado solo. Por eso casi no me conocen en clase. Hehe.
En fin…

Colegas… ¿podría alguien lanzarme su mejor Flámatte por favor?

Mientras esperaba… cogía la varita con la firmeza de costumbre.
Su padre solo había estado con él para enseñarle magia. Todo lo demás le había parecido irrelevante.

Cuando sea tan buen mago como el… quizás pase más tiempo conmigo…

Debo hacerlo bien. ¡Debo hacerlo perfecto!

-No pasa nada, te lanzaré Flamatte para que practiques y luego buscaremos a alguien- dijo, justo cuando llegó Ithan, que las debía haber escuchado y propuso hacer el conjuro juntos - Hola Ithan- saludó, contenta de ver que parecía más animado que los días anteriores -Genial, podemos hacerlo así.

Poco después llegó Kendra junto con el resto de Slytherin y se acercó también a saludarles -Hola Kendra- la saludo- Muy bien- dijo con una sonrisa. Asterope también saludó y Kelly le devolvió el saludo afectuosamente, no hablaban demasiado a menudo pero sentía cierta afinidad hacia ella.

Se preparó para recibir el conjuro de Ithan -¡Protego! -dijo para poder interceptarlo, el conjuro al parecer funciono pero el hechizo de Ithan, fue mucho más fuerte que el suyo y consiguió darle de lleno.

Kelly parpadeó cegada, intentando que se le pasase el efecto pero este tardaba más de lo habitual. -No veo nada...-