Partida Rol por web

-Vale, voy con vosotros -dije siguiendo a mis compañeros de casa

Nikolay permaneció sentado mirando a sus compañeros y a los alumnos de Slytherin. No se había fijado como iban las casas, pero si estaban tan contento supongo que iran muy bien.

Se dirigió al patio con sus compañeros, si necesitaban practicar era hora ya.

Sera momento de que me retire, faltaba poco para la otra clase. Tome mis cosas y me retire del salon mientras observaba mis compañeros tambien irse.

Sale de allí. No le caen bien ni los Slytherin ni el profesor. Ella no es la madre de sus compañeros y no tiene que irles detrás para que vayan a las recuperaciones. No es su culpa que no hayan ido ni se hayan acordado de aprenderse el hechizo. Ellos son los que han fallado y ella es la que se ha llevado la bronca por su culpa.

Está entre irse al patio o irse a la sala común a practicar un poco ella sola... así que decide irse a la sala común porque está un poco enfadada por culpa del profesor.

La mayoría de los comentarios que se escucharon aquella mañana giraban en torno a la extraña aparición de un hombre lobo en el baile de Halloween y sobre el terrible incidente de los caramelos.

Aquella mañana, Neville se mostraba algo cansado, daba la sensación de no haberse afeitado por la mañana y que tampoco le había dado tiempo a asearse. Tenía un pequeño arañazo en la cara y grandes ojeras.

- Buenos días, queridos alumnos. Lo primero de todo quería hablaros sobre el incidente de anoche. Ya no tenéis que preocuparos por ello, el hombre lobo ha sido abatido y ya no tendréis que preocuparos por él.

Quería deciros que, en torno a nuestro colegio existe un bosque, que siempre se ha llamado El Bosque Prohibido, este hombre lobo habita, o mejor dicho habitaba allí y no sabemos como, esquivó las protecciones del castillo y se introdujo en él. No os preocupéis, pues anoche estuvimos reforzando todas ellas para que no vuelva a suceder.

Pero espero, que con esto os hayáis dado cuenta de lo importante que es la magia en este mundo. La magia nos ayuda a defendernos, en especial la asignatura de Defensa Contra las Artes Mágicas. Aquí aprendemos conjuros de protección que nos ayudarán a defendernos de ataques como los de anoche.

Y ahora, creo que ya va siendo hora de que abramos el libro por la página correspondiente y practiquemos el conjuro que toca hoy.

El profesor agacha la cabeza, toma su libro y lo abre y comienza a leerlo como si no tuviera muy clara cuál era la lección que correspondía a aquel día. El profesor Longbottom parecía cansado y agotado, pero ponía todo su empeño en llevar a buen puerto aquella clase.

Hoy toca el conjuro de "Protego". Este conjuro nos servirá para protegernos de determinados ataques mágicos, se materializa como barrera invisible que nos protege del conjuro lanzado. Hoy vamos a practicar con el conjuro de la clase anterior.

Así que, por favor, poneos por parejas, si uno de vosotros se queda libre puede ensayar conmigo.

Colocaos uno frente al otro y lanzáis el conjuro "Flámatte" sobre vuestro rival. Después, alzaréis la varita de esta forma y haréis un gesto de muñeca hacia vosotros. De esta forma. El profesor os muestra los gestos determinados del conjuro para que lo aprendáis. A la vez que os protegéis debéis decir claramente "Protego". 

Aquellos que no asistieran a la última clase y no pudieran aprender el conjuro Flámatte, por favor que se pongan en aquel rincón y solo se preocupen de tratar de protegerse de los ataques que les lancen sus compañeros.

¡Veamos qué tal os sale! ¡A practicar!

El profesor solo os había dado los gestos y las palabras, adecuadas, pero estaba tan cansado que se le había olvidado hacer el conjuro en sí. Pero ahora, no os quedaba más remedio que practicar sin más.

Diana entro en la clase mirando de soslayo al profesor. De todos era al que más temía por la dureza de sus palabras, quizás era una percepción tonta suya, pero el caso es que era con diferencia el más crítico con la casa de los leones y pese al caracter alegre y despreocupado de Diana, había cosas que si llegaban a tocarle.

Sin embargo en aquella ocasión cuando miró sus heridas se preocupó por él. Dado que era el profesor de defensa había participado activamente en la caza del hombre lobo. Tenía que haber sido una caza dura, así que se acercó a él mirándolo con cierto temor, en la creencia de que le soltaría otro de sus duros comentarios, y mirándolo a los ojos se atrebio a decirle.

- No he tenido tiempo de practicar Flamatte porque he estado recuperando otras asignaturas. Si no hay ningún alumno que me lance el conjuro me gustaría practicar protego con usted- después se metió la mano en el bolsillo de la túnica y le ofreció la manzana verde- es la única clase de manzanas que me gustan. Usted tiene mal aspecto y mi mamá dice que las manzanas tiene muchas vitaminas...

Después sin esperar respuesta y algo más nerviosa de lo habitual se reunió con el resto de sus compañeros para ver si alguno estaba dispuesto a lanzarle Flamatte.

- Chicos, ¿podría alguien ayudarme con esta clase? todavía no se realizar Flamatte- dijo en general, le daba igual si le ayduaba alguno de sus compañeros de Gryfindor o de Slytering quien se ofrecía.

Eli estaba un poco nerviosa.

Había entrado a la clase casi como una sombra, y al escuchar al profesor, se sintió empequeñecer un poco más.

Como si una procesión se tratara, Eli se encamina al rincón de los atrasados en clase, ya que el mágico conjuro de sueño la había dejado fuera de lugar por varios días. Aquello era... incómodo, pero más le valía ponerse las pilas para recuperar también aquella clase. - Seguro que algún Sliceryn se ríe de mi... ni siquiera he pedido ayuda para practicar ese conjuro.

Así pues, sujeta su varita con más fuerza, aprieta las mandíbulas mientras repasa mentalmente la pronunciación de aquel conjuro, y espera a ver si algún compañero puede lanzar el conjuro de la clase anterior contra ella. 

Algo le decía que aquello sería más complicado que otras clases...

Tras la charla del profesor, me preparé...

Le dije a Cassius:

Comienzo yo primero...

¡Flámatte Cassius!

Llego a clase y observo las heridas del profesor lo cual solo puede acordarme del hombre lobo en el baile. Y como mientras dos serpientes tratábamos de atacar los supuestos héroes salieron despavoridos. Bueno o directamente se morían de risa de ver como los únicos que nos podían proteger estaban inconscientes.

Escucho con atención lo que dice el profesor. Justo lo que me imaginé, un conjuro que no conozco. Mi giro hacia Morpho. Si quieres practicas atacándome, pero no se usar el flamatte. Me encojo de hombros, mientras sonrío.  

Tú realiza el nuevo conjuro, que me ataque alguien a mí y yo ya lo practicaré...

Veo a Morpho atacarme con velocidad y entonces hago memoria de lo que nos ha explicado el profesor. Muevo la mano tal como el nos explicara y grito ¡Protego!

Un potente escudo me rodea inhabilitando el ataque de morpho.

¡Genial! grito al ver como logro realizar el conjuro. Morpho gracias, te atacaría pero como te explique no se el flammate. Si quieres te mando un Flamine Fulminis, le pregunto de forma inocente.

Nikolay entro en la clase y vio a Eli sola mientras Diana se iba con el profesor, se acerco a ella y le sonrió levemente.

- ¿practicamos juntos Eli?- se colocó en frente de ella sacando la la varita- No recuerdo Flamatte, si tu sabes sería mejor así me enseñaras, si no podemos pedirle a alguien que nos ayude.

¡¡Uauh!!, menuda defensa - dije entusiasmado.

Mejor que otro me ataque, jeje.

- Niko, lo siento... yo no fui a la última clase, así que no puedo, pero creo que tú si viniste. ¿No quieres intentarlo? A Diana no le salió, así que no puede ayudarnos.

Y añade más bajito - Aunque si lo haces flojito, mejor... no se si me va a salir, este hechizo es muy difícil para mi.

Niko hizo memoria y se dio un golpe en la nuca sacando levemente la lengua.

- Es cierto, tengo la cabeza algo en el aire, perdona... Bueno ¿lista?- Apuntó con su varita a Eli y la movió de forma pausada para recordar bien el hechizo- Flámatte Elisabeth.

Eli, algo temerosa, planta bien los pies en el piso, de cara a su compañero, que había conseguido recordar el conjuro. 

Pero entonces... ¿Porqué tenía esa sensación en la garganta, como si algo le dijese de antemano que no le iba a salir?

Cuando dio el conjuro que se le venía encima, ya no quedó mucho más espacio a consideraciones morales

- ¡ Protego Nikolay ! - Sabía que lo había dicho bien. El movimiento no era incorrecto tampoco, pero tal vez un segundo más tarde de lo que debería. Sea como fuere, no funcionó. - ¡Hayy!! - Poniéndose las manos delante de los ojos y parpadeando para tratar de evitar quedar cegada. Le picaban los ojos un horror, pero al menos no había acabado completamente confusa. 

- Bueno... supongo que al menos no es tan malo como en la clase de duelo ¿No? - Sonríe, tratando de animarse, aunque enseguida baja la vista - Creo que nunca me va a salir este conjuro... Gracias Niko, a ti te sale muy bien. Quizás me puedas ayudar a practicar Flámatte en algún descanso entre las clases.

Nikolay se acercó a su compañera y la puso el brazo en el hombro, se estaba tomando demasiadas confianzas con ella, mejor dicho con todos los de griffindor.

- Claro... pero voy a ver si alguien me puede ayudar con el hechizo, luego iremos al patio y te ayudare a practicar Flámitte- Buscó en los presentes a alguien conocido o al menos que pudiera pedirle sin problemas ayuda y vio que Amon entraba en la clase, sonriendo nuevamente, se acercó al chico de Slythering.- Ey Amon, ayúdame con el hechizo, luego te ayudare yo y así todos contentos.

Sam escuchó con atención las palabras del profesor sin dejar de mirarle a la cara.

Miente fue lo que concluyó. Podía entender por qué lo hacía; esa clase estaba llena de niños llorones que, como se enterasen de la verdad, saldrían corriendo a sus casas.

Me posicioné delante de Arthur.

Prepárate. ¡Flámatte!

Morpho esperó a que alguien le lanzase el hechizo para que él pudiese protegerse...

Cuando Arthur llegó al aula junto con Cassius y Morpho todavía faltaba gente por llegar. Saludó al profesor antes de ocupar su pupitre, aunque este parecía abstraído y no respodió.

Más tarde, estando ya todos reunidos, mientras explicaba la lección, se le hizo más evidente si cabe que no había pasado una buena noche. Sin duda "abatir" aquel monstruo debió resultar agotador para el profesor. Incluso podía ver una pequeña cicatriz en su mejilla que no recordaba de antes, seguramente fruto de la pelea con el licántropo.
Arthur torció la boca en una mueca disgustada. "¿Se suponía que aquél hombre les enseñaría a protegerse?, si era incapaz de afrontar a un solo licántropo y a buen seguro con la ayuda del resto del claustro sin salir totalmente indemne es que no era demasiado bueno en su materia...", aquella idea turbó su mente como una nube de tormenta. ÉL quería aprender solamente de los mejores.

Cuando finalmente les tocó el turno de practicar ocupó su puesto frente a Sam y le dedicó una sonrisa desafiante.

-Muéstrame lo que sabes...

Casi de inmediato la chica lanzó su ataque. Arthur gesticuló tal y como había hecho Longbottom al tiempo que exclamaba el conjuro.

-¡Protego!

Algo debió ir mal pues el escudo protector se manifestó como una neblina débil que fácilmente travesada por la deflagración de Sam, cegándolo.

Arthur se cubrió la cara con el brazo y permaneció con los ojos cerrados, sumido en una oscuridad con centenares de lucecitas flotantes durante un par de minutos hasta que pudo recobrarse.

-Buen tiro -elogió a su compañera- me toca la revancha... ¡Flámatte!

Aunque sin demasiada potencia, del extremo de su varita extendida brotó una explosión de luz con la fuerza suficiente para suponer un problema.