Partida Rol por web

 Selena se despojó de sus objetos y guardó con cuidado la escoba en su sitio. Cuando la dejó una sonrisa se instaló en su cara al recordar el pequeño vuelo. Seguro que tendría buenos sueños esa noche.

Sin entretenerse demasiado, se puso el pijama y se tumbó en la cama. Estaba impaciente para que el dia siguiente llegara.

Gwendoline entró por la puerta a toda velocidad, intentado que no la parasen por el camino. Cuando llegó se quitó las ropas de forma íntima, no le gustaba que la vieran desnuda, pese a que eran niñas, y pequeñas todas aún, y pese a que tenía un buen cuerpo para su edad, tenía bastante vergüenza con respecto a eso.

Ha sido un día muy productivo.

Afirmó para sí misma, y se echó a dormir, pero no antes de colocarse el pijama.

Amanecer del Día 3 - Tercera semana del mes de Septiembre

Gwendoline se levantó de manera abrupta, estaba decidida a llegar esta vez a clase, y con tiempo. Cogió ropa de su bolsa de mano, un precioso conjunto, que pena que fuese el que tuviese que llevar siempre. Miró a su mascota, y le sonrió. Le había tomado cariño, pese a que había sido para chinchar a sus padres.

-Hola, chiquitina. ¿Cómo estás?.- ​ Saqué una comida específica para ella de mi túnica, y se la dí, quizás tendría hambre si no. -Debo irme, pero prometo volver luego, ¿Vale? Es que ahora yo también tengo clase, y tengo aún que asearme, desayunar y ir con rapidez hacia la clase.

Se introdujo en el baño, donde rápidamente se peinó (pero lo hizo bien) haciéndose una cola, pues no tenía tiempo para otra cosa. Se sonrió a sí misma y salió de la habitación.

Que hambre...primero pasaré por la sala común, pero a prisa. No quiero demorarme en un lugar donde quizás no haya nadie...aunque si hay alguien debería quizarme...¡No sé que hacer.

Suspiró, y entró a la sala común.

Selena se despertó sin mucha dificultad. Se aseó y se vistió con calma. Ya había cogido el ritmo de los horarios matutinos y se despertaba con el tiempo suficiente.

Cogió las cosas necesarias para el día y bajó contenta por las escaleras. Tenía ganas de hacer la clase de transformaciones.

Entro arrastrando los pies y disfrutando de la ultima galleta que me quedaba, sentía que la cabeza me iba a explotar por una jaqueca, me aclaro la garganta y me meto en la cama. Concilio el sueño relativamente rápido, pero me veo perturbada por horribles pesadillas. 

Amanecer del Día 4 - Cuarta semana del mes de Septiembre

Selena se despertó de golpe. Había estado soñando algo, borroso. Comida quizá?

Se frotó los ojos, aun tenía sueño, pero pronto empezaría la primera clase.

Optó por ducharse con agua fría para despertarse del todo. Se aseó bien y luego se recogió el pelo en una pequeña cola.

A la hora de vestirse, optó por ir ligera, pues tenían clase de duelo otra vez y si tenía que correr, prefería hacerlo sin impedimentos.

Una vez lista, bajó a la sala común.

Me levanto de la cama con pereza, acudo a ducharme. Realmente me sentía bien hoy, cualquier cosa que haya tenido ayer, se había ido, fuese lo que fuese, y ahora podría volver a la vida escolar sin ni un problema.

Me visto al salir de la ducha, recojo mis cosas y bajo a la sala común. 

Gwendoline se despertó sobresaltada con una desagradable sensación en el ombligo. Cuando se llevó la mano para rascarse se dió cuenta de que Sherezade había salido de la jaula y había acudido a despertarla

—Pero..¿qué? ¡Oh no! Llego tarde...—pensó la chica mientras se levantaba de un salto. —¿Porqué no me han despertado? No si está claro. Hacer amigas no es lo tuyo

—AY—gimió la chica al sentir un fuerte golpe en la cabeza. Con las prisas,la habitualmente tranquila Gwen, había saltado de la cama y se había golpeado la cabeza contra el dosel. Aún lagrimeando, la chica comenzó a vestirse con rapidez mientras murmuraba compulsivamente —llego tarde...llego tarde...llego tarde

Cuando por fín había terminado de vestirse, Gwen se frotó la cabeza. De nada servía que fuese ahora a clase. Bueno sí...de perder puntos para Ravenclaw y teniendo en cuenta que aún no había ganado ninguno...mejor hacer otra cosa. Finalmente y tras pensar un poco mientras se peinaba y se recolocaba bien la ropa, decidió ir a la biblioteca. Allí podría estudiar tranquilamente hasta que empezase lña siguiente hora y poder incorporarse a las clases sin perder puntos. La niña extendió la mano hacia la serpiente, que reptó por su brazo escondiendose en su túnica.

—Vamos Sherezade— murmuró mientras, como siempre se preguntaba si la serpiente podría comprenderla aunque ella no lo hiciese —a estudiar transformaciones....aunque parece que hoy no es mi día.

Una de las pocas cosas de la magia que interesaba a Gwendoline era poder llegar a transformarse algún día en animago, aunque aún no tenía muy claro el animal en el que le gustaría poder convertirse. De hecho, Gwen deseaba poder convertirse en cualquier cosa, aunque eso no era muy legal, que dijesemos. De todos modos aún quedaban años para eso y, tenía que aprender muchas cosas de magia aburridas antes ¿Porque los otros niños estaban tan entusiasmados con la magia?

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GWENDOLINE ENTRA DE NUEVO

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Gwendoline entró de nuevo en la habitación que, afortunadamente estaba vacia, y se sentó en su cama. Allí se sentó con las piernas cruzadas y cerró las cortinas de la cama para que nadie la viese. Allí, escondida y por fín sóla sacó de la jaula a la serpiente para que pudiese reptar a gusto mientras estuviese ella en la habitación estudiando lo que iban a enseñarla en la clase de "adivinación." La niña comprobó el reloj muggle que llevaba en la muñeca y puso la alarma para no llegar tarde de nuevo.

Segundos despues, estaba inmersa en aquella tarea, intentando olvidar todo lo que la había ocurrido los últimos días. Señalando con un libro el pérgamino murmuró "Leg Magien"

Para su sorpresa, un texto comenzó a aparecer en la página en blanco. Gwen estaba sorprendida, el hechizo le había salido a la primera.

Bueno...tendré que ir a hablar con la señorita Lovegood

Gwen entró en la habitación y cerró las pesadas cortinas para que, cuando las otras chicas entrasen, pensasen que estaba dormida. Aprovechando la soledad y la poca luz que aún había, Gwen pasó el rato leyendo el libro y jugando con Sherezade. Sin lugar a dudas era el momento más tranquilo que había tenido en todo el día

Selena entró y fue derecha a cambiarse. Se puso el pijama, acarició a Fluffy y se durmió en su cama.

Amanecer del Día 5,

Viernes

Primera Semana del mes de Octubre

Gwen se levantó, con pereza y estiró su cuerpo con fuerza. Para sorpresa de la niña se dió cuenta de que se había acostado con la ropa. Rapidamente, se desvistió y se duchó, arrojando la ropa sucia a unos cestos para que los elfos domésticos se encargasen de lavarla. Envuelta en una toalla y con los pelirrojos mechones cayendo sobre el cuero cabelludo, echó un vistazo a sus compañeras de habitación mientras revolvía el baul buscando otra túnica que ponerse. Selena parecía despertarse poco a poco, pero Morgan estaba profundamente dormida. Por uno momento, Gwen pensó en despertarla
 

Que se fastidie...ella no me despertó a mi.-se dijo a sí mismo mientras soltaba a la serpiente para que reptase por donde quisiera y bajaba corriendo las escaleras al gran comedor.

-Aalehop! La niña saltó de su cama con energía y se fue a duchar. Cuando volvió, Gwen ya no estaba en el dormitorio y Morgan no tenía ningún indicio de irse a despertar. "Le habrá afectado ese extraño virus mágico que corre por el colegio?"

Selena estaba ligeramente preocupada por su compañera y por el hecho de que el virus fuera contagioso.

Acabó de peinarse y vestirse, cogió las cosas necesarias para el día y se dirigió hacia el comedor.

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GWENDOLINE ENTRA

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Una vez en su habitación, Gwendoline dejó cuidadosamente los libros en su cama y recogió a Sherezade en su manga. La niña la hizo un gesto para que no se moviese y fue a salir de la habitación. Sin embargo, antes de salir vio que Morgan seguía en la cama y, aunque aún seguía enfadada, trató de despertarla. Al ver que era incapaz, decidió ir a avisar a la enfermera cuando saliese del despacho del profesor. Ante todo, Gwen tenía muy buen corazón y no podía ver como la nadie sufría.

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GWENDOLINE SALE

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