Partida Rol por web

Harry Potter y la Nueva Generación

Escaleras

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16/10/2012, 23:33
2ºG - Elisabeth Henman Suarez

Eli estaba boquiabierta desde que vió al cuadro saltar de un cuadro tas otro, no se atrevia a decir nada de nada; y ya cuando encontraron la estatua del dragón que hablaba, estaba congelada, no era capaz de reaccionar, admiraba tanto a Diana y a Seth por ser tan capaces de reaccionar, tenía mucho que aprender de ellos.
Eli sólo es capaz de correr porque Diana la coge del brazo cuando el Dragón estornuda, al llegar al final del pasillo

Dios chicos que emocionante!!! no me lo puedo creer, hemos ganado un superamigo!!!!Seth espero verte pronto, Diana esperame

Notas de juego

Eli sale hacia el comedor
Perdón chicos he estado sin tiempo, pero oye os ha quedado genial los posts.

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17/10/2012, 01:12

Hasta la próxima ^^

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19/10/2012, 03:24
Director

Notas de juego

He de reconocerlo, muy grande la escena. Buen trabajo. Ahora que la capa de invisibilidad dudo que la encontréis. XD

Pero por este tipo de roleo tarde o temprano habrá beneficios, aunque sea a modo de puntos extras para la casa.

:)

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19/10/2012, 03:45

Notas de juego

Casas ^^

XDD

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19/10/2012, 04:36
Director

Notas de juego

Casa, tú no cuentas :P 

XD

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19/10/2012, 05:21
Director

Notas de juego

Ya lo he pensado, os encontráis tres ranas de chocolate. Así que haced tiradas de 1d10 cada uno y esos son los cromos que os han tocado.

Hacedlo en el hilo de dudas.

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02/01/2014, 01:07
Director

La Gran Escalinata, normalmente conocida como la Escalinata de Hogwarts, es una estructura gigantesca en el castillo de Hogwarts, usada principalmente para acceder a cada planta del castillo, incluyendo las mazmorras. Hay cientos de cuadros cubriendo las paredes de la torre, algunos de los cuales esconden pasadizos secretos a otras zonas dentro del colegio. Las múltiples escaleras de la Gran Escalinata llevan de planta a planta y terminan en el séptimo piso. Las escaleras tienen la costumbre de moverse por el recinto para cambiar su desembarco, normalmente cuando un estudiante tiene prisa.

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02/01/2014, 01:20
1ºS - Asterope Bletchley

Nadie que conociera el cuadro de Vindictus Viridian que colgaba en la Escalera Principal entendía cómo ese hombre había llegado a director de Hogwarts. Cierto que fue un excelente mago, pero sentía cierta aversión hacia los estudiantes. Cuando no había nadie, mantenía un semblante serio y tranquilo. Pero, cuando los pasillos se llenaban de críos chillando y correteando, su rostro se descomponía y adoptaba una cara de total desagrado. De no ser por la importante tarea que cumplía ahí su cuadro... La peor pesadilla de Vindictus se hizo realidad cuando una alumna, Myrtle, murió y quedó convertida en fantasma del castillo para toda la eternidad. Lloriqueos y gritos a todas horas. Afortunadamente, no pasaba mucho por allí.

Así que, curso tras curso, soportaba a los pequeños y maleducados aprendices. Por suerte, no muchos se paraban a molestarlo. Pero, de vez en cuando, alguien se atrevía a plantarse delante de su retrato. Claro que él nunca abría la boca. Solo así conseguiría ocultar su secreto. Aunque no quisiera reconocerlo, muchos de esos niños eran demasiado listos. Era mejor no darles ninguna pista.

Pero no siempre podía quedarse callado. Aún recordaba, como si fuera ayer, el día en el que unos alumnos de Gryffindor se enteraron de lo que custodiaba su pintura e insistieron en pasar. ¡Hasta le amenazaron con pedirle a la espantosa Myrtle que se lo visitara de vez en cuando para fastidiarlo! No tuvo más remedio que ceder ante ellos.

Acabó el plácido verano y empezó el curso. En los primeros días, Vindictus observaba a la nueva hornada de magos y brujas que habían llegado. Ese es un maleducado, su madre debería lavarle la boca con jabón; ¿Por qué grita tanto esa niña? Ni que estuvieran matándola; Mira a la otra, corriendo por los pasillos como una bestia salvaje; Menudas pintas llevan esos dos, en mis tiempos les habríamos colgado hasta que aprendieran a llevar bien puesta la corbata. Ninguno parecía agradarle, como de costumbre. Solo le gustaban los estudiantes cuando dormían o estaban dentro de las aulas.

Ahora reposaba tranquilo, aunque sabía que no por mucho tiempo. La hora de clase había terminado y, en breve, la escalera sería un hervidero de alumnos...

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02/01/2014, 01:35
1ºH - Erzsébet y Orsolya Padurearu

Había pasado toda una semana, con su fin de semana y todo y las gemelas podían casi garantizar que conocían todos los sitios visitables y abiertos a los alumnos de la escuela. Pero realmente no sabían como empezar a buscar los sitios secretos. Aunque las cocinas estuvieran ocultas detrás de un cuadro y la sala común de los Hufflepuff detrás de unos toneles, aquello no era suficiente. Eran sitios conocidos y estaba claro que los sitios ocultos debían estar bien protegidos.

En una de esas inspecciones, sorteando a Filch junior a unas horas en las que seguramente debían estar dormidas, habían recalado en los aseos femeninos de la primera planta. El día anterior habían escuchado al Fray Gordo y al caballero ese semi-decapitado hablar de una fantasma que seguía sin concienciarse con su muerte. Y por eso habían ido a los servicios.

Myrtle, que así era como se llamaba la fantasma, era un auténtico hallazgo; una perfecta dama de tragicomedia. ¿Quien mejor que una fantasma molesta para desvelar secretos de la escuela? Lamentablemente la fantasmilla huyó llorando cuando Erzsébet la preguntó que como podía siquiera seguir cuerda si no podía comer... Por ahí no iban a conseguir nada.

¿Te imaginas que todos los cuadros tuvieran algo detrás? ¿Como el de la cocina?, preguntó Orsolya.

Las pequeñas se habían acercado a un pequeño cuadro de una mujer en enaguas y trataron de levantar el cuadro para ver si había algo detrás. La retratada salió huyendo del cuadro, con un grito de ¡Impúdicas! No había nada detrás. Lo malo era que no podrían levantar todos los cuadros, porque había algunos demasiado grandes.

Fue esa idea, la de que hubiera sitios secretos detrás de todos los cuadros las que las llevó a recorrer la gran escalinata del colegio aquella mañana, revisando cada cuadro que estuviera a la altura de un adulto

¡Hola, buenos días!, saludaban a todos y cada uno de los cuadros. ¿Qué tal estáis hoy? Somos Erzy y Orsi, encantadas de conocerte/conoceros.

Se presentaron a todos y cada uno de los retratados, fueran magos humanos, de otras especies o animales. Algunos contestaban de forma animosa, otros con un ladrido, un maullido o un relincho. Hasta que llegaron a un cuadro de un mago que parecía sentado en un pupitre. Si no supieran que todos los cuadros del colegio eran de movimiento, hubieran pensado que aquel era un cuadro muggle.

¡Hola, buenos días!, saludó esta vez Orsolya, que era a quien le tocaba. ¿Qué tal estás hoy? Somos Orsi y Erzy. ¿Y tú quien eres?

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02/01/2014, 13:26
1ºS - Asterope Bletchley

Vindictus removía una poción que tenía entre sus manos cuando vio aparecer a un par de niñas idénticas. Al momento, cesó su actividad y se quedó quieto, como hacía siempre que venían alumnos. Con la mirada al frente, clavada en la pared que tenía delante, notó a las pequeñas pararse ante cada cuadro que encontraban y saludar. Sus voces chillonas y su entusiasmo no agradaban al antiguo director de Hogwarts. Qué niñas tan raras. ¡Están alterando a mis vecinos! Odio cuando los estudiantes se hacen los simpáticos. Siempre traman algo. Siempre...

Para disgusto de Vindictus, las gemelas le incluyeron en su ruta pictórica. Él, manteniendo el semblante serio, no respondió. Quizás así decidieran seguir su camino rápido y molestar a otros.

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02/01/2014, 15:29
1ºH - Erzsébet y Orsolya Padurearu

Hola, saludó de nuevo Orsolya. ¿No me oyes?

A lo mejor es sordo, adivinó Erzsébet. Probemos a hablar el idioma sordomuggle.

E imitando una a la otra, como si tuvieran los movimientos ensayados y realmente significase algo, se pusieron a hacer gestos con la mano, gesticulando expresivamente con la cara -¡más aún!- para dar a entender que eran alumnas de primero y andaban buscando cuadros que escondieran sitios secretos. Aunque por los movimientos, podía más creerse que el significado era que tenían hambre, sueño y que las gustaba bailar. Además de nadar en pijama y correr sobre carbones al rojo vivo.

No, parece que tampoco es eso, a lo mejor el cuadro está roto, sugirió Orsolya mientras golpeaba el marco.

O sea un mago un poco tonto, expuso Erzsébet, entrecerrando los ojos para ver si de esa forma veía algo extraño en el cuadro. Rascó la superficie del lienzo con las uñas, probando si así se despertaba al igual que cuando sus gatas se quedaban dormidas por las noches.

Hola, hooooooooola, ululó Orsolya.

Bună dimineaţa, mă auzi?, probó Erzsébet

Ayúdame, a ver si podemos mover el cuadro, le pidió Orsi a Erzy.

Poniéndose una a cada lado, tiraron de los bordes, pero ahí se quedó, como si estuviera fosilizado para la eternidad.

Sí, está claro que esconde algo, se concienció Erzsébet. ¿Como conseguimos que nos deje pasar?

¡Ya sé!, dijo Orsolya tras iluminársele la bombilla. A lo mejor es como el cuadro de las cocinas. Allí hay que chupar el rabo de la pera para que se abra. A lo mejor hay que chuparle la nariz para que cobre vida y nos deje pasar.

Pero está muy alto, se lamentó Erzsébet. ¿Y si te subes a mis hombros, crees que llegarás?

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02/01/2014, 16:46
1ºS - Asterope Bletchley

Vindictus escuchaba a las muchachas, aunque seguía mirando fijamente al infinito. Como siempre, mantenía el pico bien cerrado. Cuando empezaron a moverse como si les hubieran lanzado una maldición mal pronunciada con una varita rota, no puedo evitar bajar los ojos y avergonzarse por las nuevas generaciones de magos. ¿Sordomuggle? En mi vida he visto un espectáculo tan abyecto. Estos alumnos se superan cada año.

Por fin cesaron su peculiar baile y Vindictus creyó haberse librado de ellas. Seguramente ya se den por vencidas. ¡Qué equivocado estaba! No solo no se rindieron, sino que las niñas empezaron a toquetear su cuadro. ¡¿Cómo osan?! ¡Me están dando golpecitos! ¿No les enseñan modales en clase y a respetar las obras de arte? Encima insultan a mi persona... "Un mago tonto". Ni siquiera saben con quién están hablando. Menuda lengua que tienen.

Cuando Erzsébet rascó la pintura, Vinductus se movió un poco, como acto reflejo. Cada vez más enfadado y alarmado por el comportamiento de las pequeñas, le costaba trabajo mantener su quietud. Se pusieron a parlotear en un idioma extraño. No solo no se cansaban, sino que les surgían nuevas ideas para atormentarlo.

¿Que quieren mover mi lienzo? ¡No! ¡Saben que escondo algo detrás de él! ¿Cómo lo han averiguado? ¡Seguro que Myrtle les ha dicho algo! Como siempre... ¿Que quieren pasar? ¡Valiente proposición...! Mis bisagras guardan una espléndida sala no apta para cualquiera. Y menos para dos mocosas repelentes. Ellas ni siquiera tienen un trofeo con su nombre ahí dentro.

Tanta insistencia estaba volviendo loco a Vindictus, que agarraba con fuerza su poción con la esperanza de contenerse. Pero cuando una de ellas propuso chupar su nariz, el hombre no pudo aguantar más.

¡Por las barbas de Merlín, quietas! ¡Ni se os ocurra deshonrarme de esa manera! Con cada palabra que pronunciaba se estremecían las pinceladas de su cuadro. Esas niñas parecían tener un don innato para irritar a Vindictus. ¡Está bien, está bien! Las señoritas ganan. Os dejaré entrar al cuarto que hay detrás de mí. Pero cerrad la boca de una vez y mantened vuestras manos y lengua lejos de mí, por favor. Y no se lo contéis a nadie. No quiero que los estudiantes estén pululando todo el santo día por aquí. Con una expresión de derrota, hizo girar sus bisagras hasta descubrir un gran umbral que conducía a la legendaria y oculta Sala de las Recompensas.

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02/01/2014, 19:07
1ºH - Erzsébet y Orsolya Padurearu

Erzsébet se agachaba para ayudar a que su hermana se aupara a sus hombros, mientras aquellas dos cabecitas pensantes maquinaban qué otras cosas podían hacer para conseguir acceder al sitio secreto que debía haber allá atrás: Dedicarse a decir palabras sin ninguna relación entre sí para tratar de adivinar una contraseña secreta. Cantar canciones de todo tipo de estilos por si era una melodía la clave. Restregar el cuadro con aceite para desvelar posibles dibujos escondidos. Probar hechizos... ¡Suerte para Vindictus que aún no habían aprendido ninguno de duelo!

El grito que claramente no se esperaban hizo que las niñas se cayeran de culo al suelo. Alzaron los ojos sorprendidas al ver al hombre del cuadro hablar al fin. Y no solo eso, sino que además habían conseguido lo que buscaban... Dos idénticas sonrisas alumbraron sus rostros.

¡Muchas gracias!, exclamaron ambas.

Cuando salgamos, hablaremos..., le avisó Orsolya en un tono dulce, que al mago debió parecerle aterrador.

Y contentas, entraron por el umbral misterioso, emocionadas al no saber qué podían esperar.

Notas de juego

A la Sala de las Recompensas!

Muchas gracias a Sordas del Mal por esta liaison, =)

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03/01/2014, 19:32
1ºH - Erzsébet y Orsolya Padurearu

Al salir, las chicas estaban algo sucias. Con telarañas en las trenzas, con la túnica gris en vez de blanca y con manchurrones por la cara y las manos, pero irradiaban felicidad.

Parloteando sin cesar, esperaron a que el cuadro se volviera a colocar en su sitio. Mientras, vieron a Mircea bajando por las escaleras, debía estar por el cuarto piso e iba lento, como si no tuviera prisa por llegar a donde quiera que estuviera yendo. Ambas encogieron los hombros, ellas eran las primeras que sabían que su hermano era muy raro, incluso más que ellas mismas y aún así le querían más que a nadie del mundo.

¡Es genial!, empezó Erzsébet, ¿como se llama el cuarto?

Sí, es verdad, es magnífico, siguió Orsolya. ¿Como te llamas tú, quien eres?

¿Cual es la contraseña para entrar?

¿Cuanto fue la última vez que alguien entró?

¿Por qué esos premios no están expuestos?

¿Por qué...? ¿Por qué...?

Las crías eran un sin fin de dudas.

¿Te importa que limpiemos el cuarto y montemos una fiesta ahí dentro?, terminó por decir Erzsébet como si aquello fuera lo menos importante, pues lo dejó para lo último.

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03/01/2014, 20:19
1ºS - Asterope Bletchley

Vindictus resopló aliviado cuando las gemelas entraron en la sala. Por fin se acabaron los parloteos y las vejaciones a mi pintura. De vez en cuando, saludaba a sus compañeros de otros cuadros, con una cara más relajada que antes. Por suerte, no había muchos estudiantes a la vista, así que no sufrió otro tormento como el de hacía unos instantes.

Un tiempo después notó cómo la puerta se abría desde dentro. Allí estaban otra vez esas maleducadas que, además, ahora venían con una capa extra de polvo por encima. Serán cochinas... Ni se han molestado en tener cuidado ahí dentro para no mancharse. Al instante, las dos empezaron a hacer un sinfín de preguntas sin dejar tiempo al pobre cuadro para responderlas. Era increíble que pudieran respirar de lo rápido que hablaban.

Cuando Vindictus escuchó la palabra "fiesta", su cara se contrajo. ¡¿Fiesta?! ¡Esto no es un salón de baile, señorita! Aquí no se pueden organizar fiestas de ninguna clase. ¿Queréis saber qué lugar es ese? Es la Sala de las Recompensas, un lugar donde se guardan los mejores logros de aquellos que han morado en este castillo. ¡No podéis ultrajar así un cuarto con tal fascinante historia!

El profesor Viridian daba bastante miedo, aun siendo bidimensional. Estaba claro que él no iba a poder hacer mucho si se empeñaban en montar algo dentro de su cuarto, pues ya habían descubierto su talón de Aquiles. Pero quizás, si las asustaba un poco, no tendrían ganas de volver y menos con una legión de ruidosos alumnos que organizaban juergas ilegales. ¡No, no, no! Yo, el Profesor Vindictus Viridian, no permitiré tal cosa. Os responderé al resto de cuestiones, pero que no se os pase por esas cabezas volver aquí. Solo entra quien yo decida. No podéis usar magia ni contraseñas conmigo. Yo y solamente yo tengo control absoluto sobre el flujo de personas que pasa a la Sala de las Recompensas.

Estos premios no están expuestos por... ejem... porque solo los magos y brujas más notables y con capacidad para descubrirlos pueden admirarlos. Son demasiado importantes para los ojos mundanos. La realidad era otra y Vindictus no quería reconocerla... Por lo menos no en voz alta. Lo que había ahí dentro era una serie de trofeos y condecoraciones ridículos cuyo valor no era mayor que el de un pergamino usado. Claro que vosotras no sois merecedoras de ese honor. Habéis accedido no por vuestras nobles habilidades, sino por vuestro don para sacarme de mis casillas. La última vez que entró alguien aquí fue hace un poco más de cuarenta años. Unos cuantos más lo habían intentado en ese periodo, pero ninguno había averiguado las debilidades del antiguo director, así que se rindieron rápidamente sin conseguir su objetivo.

Cuando terminó de contestar a las niñas, se agachó un poco para dedicarles una mirada llena de odio. A Vindictus no le gustaba perder sus particulares batallas contra los estudiantes. Si queréis limpiar la sala, sois bienvenidas. Pero nada de fiestas. Volvió a erguirse y se despidió. Venga, idos rápido. ¿No tenéis clase ahora? Estaba deseando perderlas de vista.

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04/01/2014, 12:47
1ºH - Erzsébet y Orsolya Padurearu

Cuando escucharon que no se podía montar una fiesta ahí dentro, pusieron cara de enfurruñadas, con morros de pato y todo. Hacía mucho que un adulto no las reprendía de aquella forma. Y sabían que la única forma de lograr sus objetivos era jugando el papel de crías lastimeras.

Aflojaron el ceño fruncido, levantaron algo los labios y entrecerraron los ojos, como si estuvieran a punto de llorar. Con la capa extra de suciedad que llevaban encima, realmente presentaban un aspecto tristón y achuchable.

Pero Vindi, dijo Erzsébet tartamudeando un poco con la voz, como si realmente estuviera a punto de quebrarse. ¿Qué otra forma que incentivar a los nuevos alumnos a ser mejores que enseñarles los Grandes logros de los magos de épocas pasadas?

El paripé de las chicas era digno de admiración. Nunca solían tener que recurrir a aquel as bajo la manga, porque normalmente conseguían lo que querían con embustes fáciles de rebatir.

Nosotras solo queremos ser buenas brujas, se lamentó Orsolya, dejándose caer al suelo sobre sus rodillas y tapándose la cara con las manos.

Si conseguimos que la gente conozca ese cuarto, puede que vuelva a ser conocido. Que las vitrinas brillen más que los de la sala de trofeos. Erzsébet mantenía el tipo, sabía que en aquella escenificación una tenía que derrumbarse rápidamente y la otra seguir al borde de las lágrimas.

Solo quiero ser recordada por cosas importantes como las que hicieron esos alumnos, salía desde detrás de aquella cortina de dedos, donde Orsolya estaba interpretando su gran papel.

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04/01/2014, 13:21
1ºS - Asterope Bletchley

El espectáculo que presenció Vindictus fue lamentable. Dos brujas, alumnas del mejor colegio de hechicería del mundo, llenas de porquería y lloriqueando como niñas malcriadas. ¿Este es el futuro que le espera a la magia? ¿Dónde quedaron el saber estar, la valentía y la fortaleza de antaño? Qué pena de generaciones...

No me llames Vindi, señorita. Me llamo Vindictus, aunque para unas estudiantes como vosotras debería ser Profesor Viridian. El hombre no podía más con ellas. Le desagradaba ese comportamiento y la debilidad que mostraban las pequeñas. ¿Es que no había suficiente con una Myrtle, que ahora aparecen dos más? Si queréis ser buenas brujas, deberíais dejar de molestar a los nobles cuadros de este castillo. El cuarto nunca se creó para ser conocido; todo lo contrario. ¿Es que no me habéis escuchado? Solo unos pocos tienen el derecho a visitarlo.

Pero no se daban por rendidas. Al contrario, seguían sollozando cada vez más y mostrando rostros descompuestos por la tristeza. ¡Por Paracelso, qué asco! Van a seguir así hasta que ceda, lo sé. Al pobre Vindictus no le quedaba otra opción que desistir. Al fin y al cabo, pensó, ¿qué más dará lo que hagan en la sala, si no hay nadie que vaya a echar de menos esos premios absurdos y olvidados? Y así recibo yo un poco de tranquilidad. ¡Bueno, callaos ya! Dejaos de tanto pucherito. Podéis montar lo que queráis dentro. ¡Pero no se os ocurra molestarme más! Cuando vengáis, os abriré la puerta a cambio de que no me dirijáis ni una sola palabra. Ya he tenido suficiente con la migraña que me habéis provocado hoy. ¡Hala, para clase las dos!

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04/01/2014, 13:47
1ºH - Erzsébet y Orsolya Padurearu

Al separar sus manos, la cara de Orsolya que surgió de detrás carecía de lagrimas y sin embargo ahora mostraba una sonrisa resplandeciente. Una sonrisa que mostraba una copia idéntica en el rostro de su hermana.

Se pusieron a bailar, al conseguir lo que habían estado buscando con aquella maravillosa actuación. Aún seguía sin haber adulto que las plantase cara. Aunque la razón que Viridian hubiera tenido para ceder era la de no aguantarlas y no por lástima, no importaba, el objetivo estaba conseguido.

Muchas gracias Vindi, luego volvemos para que no te sientas solo, le agradeció Erzsébet. Además, tenían que probar a convencer a los elfos domésticos a que las ayudaran en las labores de limpieza: ellos harían el trabajo y ellas dirigirían.

Sí, hablaremos de los majo que eres y verás como no habrá hora que alguien no venga a hacerte la eternidad encuadrada más amena, rio Orsolya con su propio chiste. Encuadrado... ¡hilarante!

Y más felices que unas perdices, las crías al fin se fueron. ¿Qué hacer? ¿Volver al lago a quitarse toda esa suciedad? ¿O quizás mejor a los dormitorios a ducharse y cambiarse de ropa antes de la comida? ¡Una difícil elección! Era mucho más cómodo pasar de todo e ir a comer tal cual. Un poco de polvo y mugre no le hace daño a nadie.

Notas de juego

¡Aaadios!

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09/02/2014, 21:59
1ºH - Erzsébet y Orsolya Padurearu

No queda nada, no queda nada, comentaba emocionada Erzsébet según subían por las escaleras.

¿Crees que ya está todo listo? ¿Habrán llegado las anfitrionas sustitutas, el grupo de la hermana de Nadia y el bailarín? ¿Las bebidas? ¿Y la comida?, Orsolya preguntaba por preguntar, porque ella al igual que su hermana sabía que todo estaba dispuesto.

Oye... ¿crees que ya podemos volver a jugar al agotattescondite?, preguntó Erzsébet que justo en ese momento era el único lamento que rondaba su cabeza.

Yo aún no quiero arriesgarme, dijo Orsolya llevándose una mano a la cabeza.

Cuando al fin llegaron a la sexta planta y se pusieron enfrente del cuadro de Vindi, ambas levantaron una mano en señal de saludo, a la vez que sacaban los morritos.

¡Hola Vindi! ¿Ha habido mucho tráfico por aquí?, preguntó Erzsébet. Ya queda nada, espero que estés a la altura y te vistas con tus mejores galas.

Podrías traerte a uno de esos geniales perros del cuadro de la cacería y ponerte un traje con cuello gorguera, quedarías genial, le animó Orsolya.

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09/02/2014, 22:55
1ºS - Asterope Bletchley

Vindictus padecía un agobiante día, pues hoy el estrés reinaba en su planta. Ahora por la tarde parecía que las cosas se estaban calmando y estaba justo deseando que esa situación se prolongara, cuando su más temible pesadilla multiplicada por dos apareció por la escalera. Y, cómo no, parloteaba en estéreo.

Durante la última semana, las gemelas no habían hecho más que entrar y salir de su sala cual viento huracanado. No se atrevía a preguntar qué hacían dentro, pero por el ruido, no estaba seguro de si adecentaban la sala para una fiesta o para convertirla en polvorín. Por si fuera poco, habían convencido a varios elfos de la cocina para que las ayudaran en su tarea. Estudiantes, muchos estudiantes... Como no tengo suficiente con soportarlos de día, ahora me los traen también por la noche. A ver si termina ya este ajetreo y me dejan tranquilo.

Cuando escuchó a una de ellas llamarle "Vindi", se le saltó el tic nervioso del ojo que le había aparecido en los últimos días. Vindictus, si no le importa, señorita. Carraspeó ligeramente y, muy a su pesar, respondió a sus comentarios. No tenía ninguna gana de conversar con esas niñas infames, pero el recuerdo de sus lenguas acercándose a su pintura aún le estremecía el cuerpo, así que no tuvo más remedio que ceder y hablar.

En efecto, ha habido mucho movimiento por mi sala hoy. Y, no se preocupe, un servidor es un caballero que sabe comportarse. Algo que, obviamente, ya no enseñan en esta escuela. Los niños y niñas galopando, vociferando y amenazando a los ilustres personajes de los cuadros es buena muestra del deterioro de la educación en Hogwarts.

No traeré, bajo ninguna circunstancia, a ningún personaje de otro cuadro. Y mucho menos a un inocente cánido. Una fiesta no es lugar adecuado para perros. El pobre ya tiene suficiente con que su dueño sea un necio borracho, como para traerlo a una juerga prohibida. Y, por supuesto, pasó por alto los consejos de "moda" que las dos criaturas perversas le ofrecían. Gorguera... Menudas ideas. Ya en mis tiempos los que la llevaban estaban anticuados.