A medida que el Sombrero Seleccionador iba nombrando las casas a la que pertenecía cada alumno, la gente de la mesa que correspondía a vuestra casa vitoreaba vuestro nombre y os hacía señas para que os unierais a la suculenta cena.
En la mesa había gran cantidad de manjares. Cualquier plato que podías imaginar estaba preparado en aquel banquete de bienvenida.
Esta escena para que os vayáis conociendo. A medida que se llegue al día 25 se irán apagando las velas flotantes del techo y será hora de que cada uno se vaya a su dormitorio.
Esta escena es para que os vayáis conociendo los miembros de la casa.
Sam sabía que estaría en esa casa, así que cuando se quitó el sombrero y dijeron su nombre, sonrió de una manera educada y se dirigió a la mesa que le correspondía, entre los aplausos de los que allí estaban.
Se sentó entre los compañeros que ya habían sido elegidos y les saludó a todos
Soy Sam Seeworth, encantada de conoceros
Vaya, soy la única chica. Mejor, no habrá competencia, jajaja pensó la chica mientras miraba a sus compañeros
Lo único que sentía era que aquel chico que había conocido en el expreso no estuviera en Slytherin. Tenía un pasado interesante y a ella le interesaba conocerlo
El sombrero seleccionador ha hecho lo que tenía que hacer...
Cuando me pusieron en Slythering, miré a Gwen y Alexandra, dos de mis compis de vagón que me cayeron bastante bien, y les sonreí. Esperaba volver a verlas pronto pues me parecieron unas chicas agradables.
Me aproximé junto al resto de los alumnos de esta casa y me senté en uno de los asientos que había libres. No me gustaba demasiado que me aplaudieran, que la gente vitorease, pero bueno...Agaché la cabeza un poco, algo tímido, pero siempre percatándome de lo máximo posible de las conversaciones y cuchicheos de los de mi alrededor.
Me llamo Morpho, un placer - les dije.
Cuando gritó el nombre de Slytherin, ví el sitio donde aplaudían asique supuse que ese sería el mio, me dirigí con una sonrisa amplia y divertida, no parecían malas personas.
Llegué y me senté saludando y estrechando manos de los que me las ofrecían, así daba gusto entrar en algún sitio.
Pero entonces me sentí un poco triste al ver que dos de mis compañeros de vagón estaban en otras casas... no había problemas por relacionarme con ellos, ¿no?
Entonces ví que también ponían en Slytherin a Edwar, al menos alguien que conocía.
Se terminó la selección y ya estábamos todos en la mesa nueva.
-Buenas, soy Amon -digo con una sonrisa amplísima.
Sam se giró hacia el primer chico que se presentó
¿Eres de Inglaterra? Porque tu nombre no es común de esta zona. ¿Eres extranjero?
Soy, o eso es lo que me dijeron mis padres, australiano, de un pueblo. Tuve que hacer un largo viaje para venir aquí, así que espero que valga la pena... - le contesté.
¿De dónde eres tú?
¿Por qué Hogwarts admite tanto inmigrante? ¿No tienen otros colegios más cerca?
Yo soy del mismo Londres. Y tú dijo volviéndose al otro chico ¿de dónde eres, Amon?
Sonreí ampliamente antes de contestar
-Yo nací en Nürnberg, en Alemania, pero nos mudamos a un pueblo cerca de Belfast y he vivido ahí desde entonces
Comencé a servirme un poco de esa carne asada que tenía tan buena pinta.
-¿Y tú de donde eres? ¿los dos tenéis familia aquí, en Hogwarts? yo soy el primero de mi familia en venir, mis padres y demás fueron a Dürmstrang -disparó las dos preguntas e hizo el comentario tras lo que comenzó a atacar esa carne asada y a servirse un poco de ese zumo que tenía a mano- esta comida está buenísima
Que asco, otro inmigrante. Bueno, por lo menos tiene una familia más interesante
Toda mi familia ha ido a Hogwarts, y siempre a esta casa a Slytherin. ¿Y cómo es que no fuiste a Dürmstrang?
Al escuchar la casa, el joven fue a sentarse tranquilamente, casi ni ruido profeso, aun que alguien bien atento, podría jurar haber escuchado un -Hola soy Edward-
El joven se sentía bien, cosa que no manifestaba, sabia que había logrado entrar a donde toda su familia estaría y ha estado, por lo que tan pronto escuchaba murmullos de lo que serian conversaciones entre sus presentes, este alzaba la cabeza en busca de una cara conocida donde seguro habría aprobación.
Pufff, pues a mí la carne no me gusta nada...Prefiero estos ricos zumos y esta fruta tan apetitosa
Hola a los dos - les dije a los recién sentados.
Contesté a Amon:
Que yo sepa no...Y, por cierto, ¿tenéis hermanos alguno?
Soy hija única... Al menos que me hayan contado soltó Sam con un ligero tono sarcástico hacia las frases de Morpho, que parecía dudar de todo lo que le habían dicho
-Yo tengo una hermana pequeña -dijo entre bocado y bocado- y no fui a Dürmstrang porque también me enviaron la carta de Hogwarts y quería ir a un sitio nuevo y probar, también se habla muy bien de este colegio, asique... -dejo la frase sin terminar para beber un trago.
Cassius sonrió cuando supo donde iría, con paso decidido, se encaminó a la mesa y se sentó con los que serían sus nuevos compañeros.
Buenas noches, me llamo Cassius, un placer.-tras escuchar las preguntas, añadió.- Yo soy de Inglaterra. Y no, no tengo ningún familiar en el colegio.
Disculpar las negritas, desde el móvil no me deja ponerlas
-Yo tengo un hermano- dijo con tono orgulloso y dejando de lado el tono tímido que anteriormente tenia -El es un año mayor que yo- termino comentando.
-¿Si? ¿y en qué casa está? -me estaba dando el banquete de mi vida, hacía tiempo que no me dejaban comer así- ¿te ha comentado algo sobre las clases? ¿son difíciles? en realidad con que no sean aburridas...
A mí, mientras no me enseñen a barrer... Vine con un chico en el tren. Decía que sabía algunas conjuros. De barrer, fregar, limpiar... Sí sabía, la verdad, estuvo bien lanzarle una bola de papel y ver cómo la recogía...
-¿Sí? vaya... entonces no creo que tenga complicado aprender otros nuevos si ya sabe hacer algunos
Entre bocado y bocado, Cassius escucha a sus nuevos compañeros.
Bueno, sin duda parece que vera un mago dotado, pero creo que coincidimos conmigo en que prefiero conocer hechos útiles de verdad.
Cassius observó las reacciones de los demas.
Cassius, qué cosas dices contestó Sam con cara de horror Esos hechizos también son útiles... ¡Para los sirvientes! ¡Jajaja! empezó a reírse con ganas
Estuve a punto de decirle que, más que en ninguna casa, encajaría mejor de conserje. Pero me divertía tanto ver cómo recogía lo que yo tiraba al suelo... ¡Jajajaja!