Partida Rol por web

Aiden sonrió al ver la Lechuza de Ludmila, en verdad era un animal fantástico y envidiaba el hecho de que su familia poseyera una estirpe de lechuzas Y la mia la compré hace tres dias... Bueno, a lo mejor Gorbash es el primero de una gran dinastía de lechuzas

Cuando Ludmila envió a Kevlar entregar la carta, comenzó a contarle a Aiden sus preocupaciones acerca de Linc y Anthony. El joven escuchaba atentamente, un poco ruborizado por la imagen que la chica tenía sobre él, pero estaba totalmente de acuerdo en que la forma de actuar de sus compañeros debilitaba a su casa. - A mi también me preocupan. Anthony es demasiado agresivo, y sus gracias ya nos ha costado puntos. Y el problema que veo en Linc es que parece que no le importa las clases, por lo que él dice sólo le interesa vuelo y duelo El hecho de que las dos palabras fueran prácticamente iguales le hizo gracia a Aiden, pero en seguida continuó con el tema - Necesitamos que se motive con el resto de asignaturas. También me preocupa su pelea, que eso nos debilita como casa, como familia, pero parece ser que ahora se llevan mejor.

Aiden apenas había tratado con chicos de su edad, así que no sabía muy bien qué esperaba Ludmila que hiciera para ayudar a sus dos compañeros - Haré todo lo que esté en mis manos para ayudarte con ellos, por Slytherin.

Cuando estaba terminando de hablar, Amon entró en la Lechucería con una carta en la mano para enviarla y les saludó - Hola Amon. Ludmila estaba enviando una carta. Yo sólo la acompañaba para ver a mi lechuza y para hablar un poco.

Ludmila entornó sus ojos mientras hablaba. Sabía que no se había equivacado y la percepción que el niño tenía era la misma que ella pensaba. -Gracias, me gustaría que te integres un poco más con ellos, que compartas más cosas. De esa manera los podrás influenciar un poco más. Pero ten cuidado, mira que tanto Linc como Anthony pueden llegar a ser muy persuasivos...Si tienes alguna dificultad...cortó la frase cuando Amon entró a la lechucería...

-Hola Amon...dice con un gesto educado de su cabeza. No había escrito a mí tía abuela así que la tarea está cumplida. Arruga sin querer su naricita otra vez. Todavía no entiendo porqué no se limpia la inmundicia del suelo. Hay algún fin para ello o es simplemente negligencia? pregunta más a Amon molesta por ello. Un simple hechizo imbuído en el inmueble lo solucionaría, o un elfo asignado, o una escoba muggle.

Amon se encogió de hombros- ni idea, la verdad es que tampoco es que me preocupara mucho, yo no vivo aquí -dijo señalando a las lechuzas- respecto a lo de Linc y Anthony, bueno, ganar la Copa de la Casa está bien, pero centraros en vuestros estudios propios, que serán los que marquen la individualidad -esbozó una ligera sonrisa- al fin y al cabo, si ellos no quieren poner de su parte, acabarán expulsados de la escuela. Es su problema.

-Tienes razón en lo que dices Amon, aunque creo en el funcionamiento en conjunto, y los logros y fracasos de cada uno de nosotros repercutirá tarde o temprano en la general de nuestra Casa. Y no lo digo precisamente por la Copa. Claro que no le gustaba ser segundona en nada, a todos les gustaba ganar, pero no era esa la finalidad de que los chicos se unan. Era importante tener un objetivo claro, y ellos parecían no tenerlo. 

Mira con cara de asco evidente una inmundicia que chorreaba por uno de los laterales de la estancia. -Por cierto Amon, he escuchado que el pasado fuiste uno de los mejores...dice la blonda interesada. Tienes acaso alguna materia favorita o en la que te has destacado? 

Aiden no tenía ninguna preocupación con respecto a lo persuasivo que pudieran ser Anthony y Linc, su padre había intentado inculcarle sus prejuicios toda su vida, pero no lo había conseguido, aunque fingía que si. Esa era la mejor estrategia, hacerles creer que estás de acuerdo con sus ideas, pero en realidad pasar. - Me integraré, no te preocupes.

Se tomó su tiempo para llegar a la lechucería, pues aunque tenía el mapa que le había dado Ithan no tenía ninguna prisa y quería admirar el castillo a cada paso que daba.

Una vez allí, se sorprendió al no encontrarse sola, aunque unos segundos más tarde se dio cuenta de que era una tontería pensar así, puesto que al ser el inicio de las clases lo más normal era que los alumnos fuesen allí a menudo para mandarles cartas a sus padres.

- ¡Hola! -Saludó de forma entusiasta. Había dos que conocía y uno que no, por lo que supuso que era mayor.- Me alegra volver a coincidir contigo, Aiden. -Le dedicó una sonrisa. Habían compartido un par de clases, pero en esas ocasiones era mejor no cruzar demasiadas palabras por las posibles reprimendas de los profesores.

Al ver que eran todos de la misma casa, pensó que quizás molestase, así que simplemente se giró y comenzó a mirar el lugar. Era tal y como se lo esperaba. Había muchas cacas y eso en cierto modo le daba cierto encanto.

Sacó la carta de la mochila y miró a las lechuzas presentes, hasta que dio con una que le llamó especialmente la atención. Era completamente blanca, salvo por un par de puntos negros a cada lado de la cabeza. Parecía estar ruborizada, de una forma extraña. Se acercó a ella y tras acariciarla le acercó la carta al pico.

- Lo siento, con las prisas no he traído nada. Prometo volver más tarde, o si no mañana y compensarte. -Le susurró. Al ver que la lechuza respondía cogiendo la carta y emprendiendo el vuelo, Willow sonrió feliz mientras la veía partir.

La carta dice así:

Hola a todos!

Siento haber tardado tanto en escribiros, pero me estaba acostumbrando a todo esto. El castillo es enoooooooorme (pero aún no me he perdido, mamá, no te preocupes), ¡y las clases son fascinantes! Aunque me he despistado un poco en Transformaciones... ¡pero lo arreglaré!
Ya he conocido a varios compañeros de distintas casas, aunque aún no coincidí con ningún Hufflepuff, al menos después de la Selección. Los de Slytherin tienen pinta de ir oliendo mierda por ahí (lo siento, Clover), aunque no todos, en el tren coincidí con uno que se llamaba Aiden y era muy simpático, no parece encajar con el resto de compañeros... Pobre.

¡Ah, si, yo estoy en Ravenclaw! ¿Sabéis? Para poder entrar en la Sala Común tenemos que ser resolver un acertijo, ¡es muy divertido!
Mis compañeros son todos muy simpáticos, ¡e incluso comparto casa con un nacido de muggles! Se llama William, y el pobre parece muy tímido y nervioso con el tema magia, pero tiene potencial.

Bueno, os dejo, que tengo que ir a cenar. Espero que estéis todos bien, y no os preocupéis, prometo escribiros más a menudo.

Os quiere, Willow.

pd. Greeny os manda lametones.

-Sí, quedé el segundo mejor de todo Primero, pero este año están todos muy fuertes -dijo sonriendo- así que dudo que consiga repetir el puesto. El consejo que os puedo dar es intentar sacar todos los conjuros en la clase o en las recuperaciones, así no ntendréis que ir a los exámenes finales, además de que si váis a todas las clases siempre es mejor -esbozó una sonrisa- no faltéis.

-Hola -saludó al chico que entró con el uniforme de Ravenclaw- buenos chicos, yo os dejo ya, nos vemos en el comedor.

- ¡Hola! Respondió Aiden sonriendo a Willow. Le sorprendía que ella recordara su nombre, habían coincidido muy poco y no era un chico que destacara mucho. - Bonita lechuza Le dijo mientras la joven de Ravenclaw acariciaba al animal. Iba a añadir algo más, pero Amon empezó a contar su experiencia del año pasado, y Aiden concentró su atención en el joven de segundo.

Aiden tomó nota mental de los consejos de Amon, y en el momento en el que mencionó lo de las recuperaciones se llevó la mano a la cabeza ¡Artes Quiméricas! Había olvidado que hoy era el día que la profesora Lance le dijo que se presentara ante ella para mostrarle que había practicado el Sonitus. Por suerte aún tenía toda la tarde, así que el problema no era tan grave - Muchas gracias por los consejos, por mi parte espero no faltar a ninguna clase.

-Hola. Ludmila responde educada al saludo de la chica rubia que entró en la lechuchería. Su mirada parecía perdida y sus movimientos eran muy extraños. La recuerdo de la clase de Artes quiméricas, era ella quien conjuró ese sonido tan extraño. Se quedó un segundo de más intrigada en ella, con el mentón en alto.

Al igual que Aiden, dejo de prestarle atención para seguir con la conversación con Amon. -Claro que sí, gracias por tus consejos Amon.

-Creo que terminamos aquí. Creo que volveré al comedor Aiden. Vienes??

- Si, ya va siendo la hora de comer Antes de salir acarició por última vez a su lechuza y le prometió al oído que iría verla más a menudo - Hasta luego Willow, nos vemos por clase.

Da media vuelta y sale de la estancia con Aiden en dirección al Gran Comedor

Queridos papá y mamá:

¿cómo estáis? Sé que prometí este año escribiros más y por eso os envío esta carta. El curso ha empezado y tenemos nuevos compañeros en la casa. Otra vez vamos últimos en la copa, pero empezamos muy bien. Íbamos segundos el primer día. El caso es que la profesora de Sitheryn tiene manía a los leones. Hoy mismo le ha quitado puntos a Diana sin motivo. Yo creo que disfruta mucho haciendo que la gente lo pase mal. Lo bueno es que a mí ya me da igual. 

Este año el colegio es mucho más duro. Las clases son más complicadas y los nuevos conjuros muy dificiles. Además ya no somos el grupo unido que éramos antes. Noah se ha vuelto algo más independiente. Diana y Eli le bailan el agua a las serpientes y hasta creo que les caen bien. ¿Cómo puede a alaguien caerle bien una serpiente? Papá, explícaselo a mamá para que lo entienda. ¿A qué es imposible?

Bart está como siempre, revoltoso, pero no os preocupéis que cuidaré de él.

¿Podríais mandarme unas ranas de chocolate? Me gustaría repartirlas entre los amigos de la casa y a ver si así volvemos a ser todos amigos como antes.

También tengo pensado ser el mejor jugador de Quidditch y este año con la asignatura de libre elección creo que aprenderé mucho más. Ya veréis que orgullosos vais a estar de mí. Cuando sea famoso y rico os compraré una casa enorme con piscina y zona de juegos y con todo, ya lo veréis.

Os quiere mucho y os echa mucho de menos,

Joey

Al llegar Joey vio a Selena que también iba a enviar una carta o eso parecía:

-¿Qué pasa, preciosa? ¿A ponerte en contacto con tus padres? Yo también. Dijo señalando el papel que tenía entre las manos.

-¿Qué tal os van las clases? Si necesitáis algo no dudéis en decirlo. Somos los leones torpes, pero no se nos da tan mal. jaja.

Mirando la hora comentó:

-Creo que tenemos que ir a comer o no llegaremos a clase. ¿Vienes? 

Dijo a la par que depositaba su carta para que el buho la llevase a casa.

- Hola Joey!- Dice sorprendida por que hubiera alguien más. - Si tengo que decir a mi padre que he perdido dos clases es que el colegio es tan grande que me pierdo viendo cosas. Oh muchas gracias, te pediré ayuda alguna vez no lo dudes - Sonrió y se fue a por su lechuza. Esta se dejó acercar y atar la carta. - Ve a casa y dásela a papa.- La dio un beso en el lateral del cuerpo y la despidió. - Bueno tengo que ir a comer! no puedo llegar tarde otra vez. Ahora te veo Joey

Hola papá, Hola mamá!

El colegio es increíble, estamos aprendiendo mucha magia y el castillo es inmenso. Tan inmenso que me he perdido dos clases, pero es que me pierdo y siempre hay algo increíble que ver. No es mi culpa, tantos amigos que nunca nos aburrimos. Helios parece estar pasándoselo muy bien, hay tanto chico como él como esperaba. Esos de Ravenclaw...

Estoy en Grifindorf! son increíbles y la verdad es que hay mucha gente muy maja que me está ayudando mucho.

Ya os contaré más cosas en cuanto pueda, un beso!

Selena

Aprovechó que se había quedado sola para practicar un hechizo antes de irse. Sonitus parecía una buena opción. Quizás así pudiese comenzar a entablar una buena relación con las lechuzas del lugar, aunque no tenía muy claro si funcionaría con ellas, pero todo era probar.

- Sonitus. -Movió la muñeca de forma suave y mientras pronunciaba el hechizo se concentró en el sonido que emitían las lechuzas, visualizando cómo este salía en dirección a la punta de la varita y llenaba el lugar.

Contenta por haber logrado realizarlo aunque no del todo satisfecha por haberlo hecho por los pelos, cogió sus cosas y salió de allí dirección el Gran Comedor.

Sara llegó la primera, pero rápidamente se arrepintió. No se llevaba bien con los animales, y que una lechuza pasara por su cabeza nada más llegar, reafirmó sus miedos.

Oh... Ardeen, yo escribo desde aquí fuera dijo sacando papiro, pluma y tinta. Se apoyó en la pared y empezó a escribir.

¡Queridos señores de Ardeen!

Soy Sara, ¡Sara Lago! Estuve este verano en su casa, ¿se acuerdan? Yo sí, porque fueron muy gentiles y buenas personas conmigo. Me llevaban a la Iglesia y todo. ¿Saben qué, señores de Ardeen? Creo que hay una capilla en el colegio este año. El otro día escuché las campanadas, pero aún no he conseguido encontrarla. ¡Qué pena!

Ardeen y yo vamos muy bien en las clases. Hay algunos conjuros que no nos salen, ¡pero son cosas de Dios! Estoy segura que al final Él nos ayudará y no tendremos ningún problema. ¡Seguro, seguro!

Ardeen, ¿quieres decir algo...?

Empezó a escribir esa frase, pero en realidad quería decirla en alto.

¡Uy! Ardeen, ¿quieres decir algo a tus padres?