Partida Rol por web

Historias de Horror I.

SA: 3 - Refugio de Soñadores.

Cargando editor
22/08/2017, 01:59
(SA) Gheorghe Mykas.

EL REFUGIO DE SOÑADORES:

INVIERNO, AÑO DESCONOCIDO.

DÍA DESCONOCIDO (DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR), MES DESCONOCIDO.

HABIENDO AMANECIDO (ENTRA LUZ POR LAS CLARABOYAS DEL TECHO).

SECADERO.

Gheorghe no había pegado ojo, en una vigilia incesante, guardando a todos los presentes de los posibles horrores de aquel lugar. Al menos, de aquellos más mundanos y que podrían combatirse con el acero y la determinación de todo buen paladín. Por supuesto, aquello no hizo mucho por dejarle descansado y fresco, pero no se encontraba realmente mal, y a juzgar por el estado del resto, sin duda era de aquellos que se encontraban más enteros, si no el que más. 

Miró con preocupación a Anciano Sabio, no gustándole nada la tos del venerable clérigo. Debían arriesgarse con los guardias, y tener fe en que les dejarían salir de aquel lugar... Y quizás conseguir así unos jergones, incluso un fuego con el que calentarse, y algo de comida.

-Sin duda lo más sabio es moverse. Ayudaré a caminar a los que se encuentren más débiles, si así lo requieren. 

Cargando editor
22/08/2017, 12:41
SA: Los Eones son Extraños.

EL REFUGIO DE SOÑADORES:

INVIERNO, AÑO DESCONOCIDO.

DÍA DESCONOCIDO (DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR), MES DESCONOCIDO.

HABIENDO AMANECIDO (ENTRA LUZ POR LAS CLARABOYAS DEL TECHO).

SECADERO.

- El resto de la tarde y la noche transcurrieron sin incidentes ni ataques externos.

- Gheorghe ha permanecido despierto y vigilante durante toda la noche como centinela principal, aunque ocasionalmente otros le acompañaron en su guardia. Cerca del alba se le cierran un segundo los ojos, pero se fuerza a abrirlos haciendo un gran esfuerzo de fuerza de voluntad.

- Poco antes del Alba, Velkan y el Doctor Vandel se quedan también dormidos, y cuando abren los ojos ya no son ellos, sino que son Réquiem y Enterrador.

- Anciano Sabio ha dormido fatal, presa de unos horribles Terrores Nocturnos que cree que no padecía anteriormente. Consecuencia sin duda de la traumática experiencia de la muerte a manos del Hombre Andrajoso en la pesadilla de ayer, tras la que despertaron todos en la Sala de Calderas. Siente que tiene una tos áspera y desagradable, que brota desde los mismos pulmones. No consigue además concentrarse lo suficiente como para alcanzar la voluntad de Pharasma.

- Nigromante al despertar se siente hambriento y dolorido. Ha pasado muy mala noche, con pesadillas que apenas puede recordar al despertar, aunque sospecha que el recuerdo le irá viniendo lentamente a lo largo del día y eso será todavía peor. Tormento de Tinieblas, que se ha levantado en plena forma, ayuda al mago a desentumecerse y a flexionar los músculos con unos ejercicios y estiramientos. Poco después, Nigromante ya puede estudiar con la ayuda de su cuervo familiar y su libro de conjuros, para preparar sus conjuros diarios.

- Réquiem no ha podido recuperar sus conjuros diarios, parece ojeroso y cansado, a la par que pálido y demacrado. Sin embargo, ha comido y sus heridas han sido atendidas por medios tanto mágicos como mundanos. Además lleva unas ropas limpias, viejas, pero bien cuidadas, que Gheorghe reconoce como pertenecientes a su viejo amigo, el Profesor Lorrimor. La herida de su garganta sigue vendada, y no está del todo curada, pero ya está muchísimo mejor. Ahora puede recuperar su espada ropera noble y su manuscrito de obras inacabadas. No tiene su anillo de oro con sello nobiliario.

- Enterrador parece agotado y cansado, y también bastante herido, aunque cuando desapareció estaba claramente agonizando. Lleva puestas unas ropas como las de Réquiem, que le están un poco pequeñas, pues él es bastante más corpulento que el joven Réquiem. Le acompañan su fiel maza pesada y su farolillo encantado con luz mágica; y casi se siente feliz de recuperar su manta blanca de hospital.

- Tormento de Tinieblas recuperó ayer por la tarde los objetos dejados atrás en el armario donde estaban los dos ciempiés: Una linterna ojo de buey (con aceite). Un martillo (herramienta, apenas útil como arma). Tres mantas de invierno blancas. Tres metros de cadena. Unos grilletes. Un viejo collar de plata deslustrada de poco valor.

Notas de juego

// Salen de escena: Doctor Vandel, Velkan. - Siguen en: Presumiblemente en Ravengro.

// Entran en escena: Enterrador, Réquiem. - Proceden de: Casa de Kendra Lorrimor, Ravengro.

Cargando editor
23/08/2017, 20:45
(SA) Anciano Sabio (Sebastián Moro).

EL REFUGIO DE SOÑADORES:

INVIERNO, AÑO DESCONOCIDO.

DÍA DESCONOCIDO (DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR), MES DESCONOCIDO.

HABIENDO AMANECIDO (ENTRA LUZ POR LAS CLARABOYAS DEL TECHO).

SECADERO.

El viejo permaneció unos instantes en aquella postura, bocarriba, con los ojos cerrados, tratando de relejarse y de mantener una respiración estable, que no le hiciese toser. Entonces aquella imagen se le vino a la cabeza. Abrió los ojos de golpe y se sentó tan rápido como sus fuerzas le permitían.

Con la mirada buscó a Velkan y a Vandel, miró a todos los presentes y se restregó los ojos con fuerza, para volver a mirar de nuevo. - No puede ser... -susurró el viejo y miró a su guardaespaldas.

- Tormento, hijo mío... - tenía la voz tomada, pero pudo hablar con un tono normal, audible para todos. - ... No solo debo tener fiebre, sino que además tengo alucinaciones... - la voz sonaba cansada. - ¿No estoy viendo a Velkan y al doctor con el aspecto de Enterrador y Réquiem? - los miró nuevamente y parpadeó con fuerza, tratando de que la alucinación se esfumase.

La tos volvió al anciano por la postura tan incómoda que había tomado para poder ver a sus compañeros y se recostó de nuevo. - Hijos míos... creo que este sitio me está afectando demasiado a la cordura y me estoy volviendo loco. - susurró aferrándose con fuerza al Símbolo de Plata de Pharasma.

Cargando editor
23/08/2017, 21:04
(SA) Tormento de Tinieblas.

EL REFUGIO DE SOÑADORES:

INVIERNO, AÑO DESCONOCIDO.

DÍA DESCONOCIDO (DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR), MES DESCONOCIDO.

HABIENDO AMANECIDO (ENTRA LUZ POR LAS CLARABOYAS DEL TECHO).

SECADERO.

Tormento había plegado una manta y la había puesto en el suelo, a modo de colchón, para que Anciano Sabio se colocara sobre ella y después cubrirse con otra. Antes siquiera de que pudiera decirle nada al respecto, el viejo comentó lo de sus alucinaciones. Tormento se volvió en la dirección indicada y simplemente asintió con la cabeza. Parecía como si nada pudiera sorprenderlo en aquel lugar tras lo ya vivido. Miró a Nigromante a su vez, buscando su mirada, y cuando se hallaron le hizo un gesto que su compañero sabría interpretar perfectamente.

-No es una alucinación. Es la realidad. Igual que se fueron, han regresado y diría que en mejor estado del que tenían al desaparecer. Y ahora, vas a obedecerme - la manta plegada la dobló aún más y la colocó junto a la pared-. Ven y siéntate aquí. Con tu pecho enfermo, tumbarte hará que te cueste más respirar y las flemas podrían darte un susto si se quedan atascadas. Envuélvete en la otra manta y aguarda unos segundos hasta que regrese. Pero antes, una pregunta. En el maletín, ¿hay algo que pudiera ayudarte en la enfermedad? Si no lo sabes, mira en él. 

Dio unos pocos pasos, hasta la posición de los dos recién llegados. Se acuclilló junto a ellos y les sonrió, un gesto que en Tormento era más inquietante que afectuoso.

-Me alegra veros aquí. Y más que nada me alegra veros vivos. Pensé que nunca ocurriría -los miró fijamente a través de su vendaje-. Si deseáis algo, no tenéis más que pedirlo. Pero, ¿Y Buscador de la Verdad?

Cargando editor
23/08/2017, 21:42
(SA) Enterrador (Anselmo Paddock).

EL REFUGIO DE SOÑADORES:

INVIERNO, AÑO DESCONOCIDO.

DÍA DESCONOCIDO (DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR), MES DESCONOCIDO.

HABIENDO AMANECIDO (ENTRA LUZ POR LAS CLARABOYAS DEL TECHO).

SECADERO.

Y un parpadeo más tarde retornaba a las lúgubres ruinas del sanatorio. Se encontró a sí mismo tumbado, tapado por una manta conocida, y se reincorporó rápidamente. El acto hizo que un dolor abdominal se hiciera patente y le recordara la fea herida que aun tenía.

Observó la imagen de sus antiguos compañeros de fatiga, yaciendo agotados o enfermos, en el secadero. Su mirada se movió buscando al enfermo loco que encadenara hace unos minutos. ¿O fueron horas?. Fuera lo que fuese el tiempo entre el "aquí" y el "allí" transcurría de manera muy distinta, así que esperó que su reo no llevara allá una eternidad. También buscó el cadáver del miserable cambiaformas que lo apuñaló vilmente y casi destripó a Buscador. Si el grupo descansaba, posiblemente significaba que habrían acabado con la amenaza.

Su visión quedó obstaculizada por Tormento que se acercó a él, se agachó poniéndose de cuclillas y saludando en plural. Enterrador descubrió que junto a él yacía Requiem, que como él también había decidido volver.

- El sentimiento es mutuo - replicó el vigilante a la que se levantaba con un leve gruñido de dolor, ganando de nuevo visibilidad completa del lugar -. Pues ya que ofreces, un buen pedazo de pastel sería de agradecer - respondió al ofrecimiento del púgil con cierto humor -. O una cura para esta herida - mostró su torso vendado, levantándose una camisa que portaba en vez del despedazado pijama -. Respecto a Buscador, no estaba en situación para retornar - aclaró, abriendo los brazos levemente, mostrándose a sí mismo y su mal estado, y dando una idea de cómo debía estar el compañero ausente como para no haber sido capaz de retornar.

Dejó a Tormento y se acercó hacia el viejo Sabio, tumbado y tosiendo, observando su lamentable estado. Su mirada también se posó en Nigromante, maltrecho. El caballero Gheorge parecía mucho más entero.

- Hola aquí. He vuelto. Y con obsequios - dijo el hombre con una sonrisa mientras desataba un hatillo asido a su cinturón y abriéndolo mostraba diversos alimentos y un frasco con agua -. No es gran cosa, pero servirá para ir tirando - comentó mientras dejaba disponible a los presentes la adquisición de lo que necesitaran.

Lanzó una mirada fugaz hacia Requiem, esperando que él también hubiera hecho acopio de alimentos en la casa del profesor, antes de volver de nuevo su atención al resto.

- ¿Algo nuevo desde nuestra ausencia?

Cargando editor
24/08/2017, 00:31
(SA) Réquiem (Alexei Mykephoros).

INVIERNO, AÑO DESCONOCIDO.

DÍA DESCONOCIDO (DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR), MES DESCONOCIDO.

HABIENDO AMANECIDO (ENTRA LUZ POR LAS CLARABOYAS DEL TECHO).

SECADERO.

<< De nuevo en el infierno…  >>

El rostro de Réquiem era pálido, pero algo en su  interior había decidido aceptar su destino. En su memoria estaba aquel extraño sueño que había tenido en el sofá de la casa de la señorita Lorrimor. El  sanatorio en ruinas con aquellas misteriosas nieblas amarillentas, un lugar tétrico que tal vez esconda más secretos de lo que podría llegar a imaginar. Ese impulso y aquella conocedora sensación, como si fuera algo que estuviera arraigado a su propia alma. Fue ese el momento del intercambio, sabía que aquel individuo llamado Velkan podía volver con  las personas que le habían salvado la vida, curándolo.

Los ojos del poeta observaron al Anciano Sabio – Saludos – una triste sonrisa se dibujó en sus labios, Réquiem volvió a encontrarse con sus antiguos compañeros. La sonrisa duró unos segundos, ya que se fijó en el estado del señor de avanzada edad. No hacía falta ser un gran detective para deducir que lo estaba pasando mal, aquella situación les superaba con creces pero por el momento  seguían vivos. Se giró, fijándose en otro individuo, lo reconoció ya que se trataba de Tormento de Tinieblas. – Yo también me alegro de veros a vosotros, aunque en el otro lado se estaba mucho mejor – las sinceras palabras desbordaban por la boca del hombre. Réquiem se incorporó para recolocarse los ropajes que llevaba puestos. Réquiem se fijó en Enterrador, como ofrecía los suministros que les habían proporcionado en la casa de Kendra Lorrimor.

Es verdad, traemos unos pocos suministros. Nos vendrán bien para sobrevivir en este lugar infernal – se agachó un poco abriendo los trapos que envolvían los alimentos que les habían proporcionado.

Afirmó – Cierto, ¿Cuánto tiempo ha pasado desde la desaparición de Buscador de la Verdad? – esa pregunta acompañaba a las palabras de Enterrador.

<< He de sobrevivir, encontrar la forma de recordar mi pasado y salir de este lugar >> 

Cargando editor
24/08/2017, 01:32
(SA) Gheorghe Mykas.

EL REFUGIO DE SOÑADORES:

INVIERNO, AÑO DESCONOCIDO.

DÍA DESCONOCIDO (DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR), MES DESCONOCIDO.

HABIENDO AMANECIDO (ENTRA LUZ POR LAS CLARABOYAS DEL TECHO).

SECADERO.

Y, de repente, los dos compañeros que conocía habían desaparecido, suplantados por aquellos que les suplantaron a su vez en la casa de la señorita Lorrimor. En un mísero parpadeo habían cambiado su lugar de nuevo. El paladín suspiró con cierta exasperación, aquellos viajes eran confusos y no le agradaba el cambiar continuamente sus acompañantes, más aún sin conocer bien a varios de ellos... Si es que conocía bien a alguno, pues cuanto más se esforzaba en recordarlos, menos parecía conseguir. 

Al menos los reemplazos habían traído comida, tal como había aconsejado el señor Paddock antes de que Gheorghe fuera abducido por la niebla amarilla. 

-Ha pasado una noche, creo, si es que mi aparición en este lugar fue inmediatamente después de la desaparición de quién estuviera aquí. ¿Qué ha pasado en Ravengro? ¿Están todos bien?

Cargando editor
24/08/2017, 10:08
(SA) Tormento de Tinieblas.

EL REFUGIO DE SOÑADORES:

INVIERNO, AÑO DESCONOCIDO.

DÍA DESCONOCIDO (DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR), MES DESCONOCIDO.

HABIENDO AMANECIDO (ENTRA LUZ POR LAS CLARABOYAS DEL TECHO).

SECADERO.

Miró la herida que mostraba Enterrador y trató de interpretar lo que subyacía en sus palabras.

-¿Insinúas que habéis regresado porque habéis sanado? Al menos lo suficiente como para seguir de pie -aquello era extraño. Había una voluntad, un poder que los arrastraba de un lugar a otro en base a su estado físico y capacidad de sobrevivir en la realidad en la que se hallaban. Cuando sus vidas peligraban, desaparecían sustituidos por otros. Cuando se hallaban fuera de un peligro de muerte inmediato, retornaban ocupando el lugar de quienes habían tomado el suyo con anterioridad. Sin duda, eran títeres de esa voluntad que parecía haberles marcado un destino y un objetivo que deberían cumplir y que era desconocido para ellos-. Tal y como dice el paladín, Buscador de la Verdad desapareció en el día ayer. En cuanto a esos alimentos, nos vendrán bien. No hemos comido nada desde que despertamos en la sala de calderas. Pero al menos, hemos acabado con el número de cambiaformas que se nos pidió. Anciano Sabio está enfermo tras pasar la noceh aquí, aunque el resto nos hemos recuperado un tanto. Ahora es hora de tomar decisiones, aunque quizá fuera mejor hacerlo con el estómago caliente -comentó-. ¿Qué os ha ocurrido en vuestra ausencia?

Cargando editor
24/08/2017, 11:36
(SA) Enterrador (Anselmo Paddock).

EL REFUGIO DE SOÑADORES:

INVIERNO, AÑO DESCONOCIDO.

DÍA DESCONOCIDO (DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR), MES DESCONOCIDO.

HABIENDO AMANECIDO (ENTRA LUZ POR LAS CLARABOYAS DEL TECHO).

SECADERO.

Enterrador negó con la cabeza a la pregunta de Tormento.

- Cuando caí aquí, fui consciente de que algo quería alejarme de vosotros e intenté resistirme. No lo logré. En cambio, cuando la niebla apareció en el otro lado quise regresar. No hice nada para evitarlo, y creo que hubiera podido hacerlo - comentó mientras comenzó a examinar a Anciano Sabio.

El vigilante, como hiciera en casa de los Lorrimor, asistió a Buscador de la Verdad cuando apareció moribundo. De alguna manera, aunque no lo recordara, poseía conocimientos sanitarios que espontanea y eventualmente afloraban. Se frotó las manos para calentarlas y las colocó en el pecho del viejo. Tras sentir y escuchar un rato asintió.

- En efecto, sus pulmones se están congestionando. Este lugar frío y lúgubre es lo peor que le puede pasar. Necesitamos sacarlo de aquí y buscar un sitio mejor donde tratarle y se reponga - afirmó, estando de acuerdo con el análisis de Tormento -. Por de pronto bebe un poco de agua y trata de comer algo. Tu debilidad es uno de tus peores enemigos, Anciano - le animó, ayudándole a reincorporarse, semisentado, y acercándole comida y bebida.

Mientras ayudaba al viejo, Enterrador contestó a las preguntas del pugil.

- Supongo que George, Velkan y Vandel os habrán contado casi todo lo que ocurre en el otro lado. Buscador está tratado y cuidado, pero aun muy herido e inconsciente - informó a los presentes -. En la casa se pretendía tomar acción para resolver el tema del semiorco, pero los constantes ires y venires de la gente lo hace francamente difícil. Cualquiera está sujeto a ser traído o enviado de un lado a otro en cualquier momento - dijo a la que miró unos instantes al paladín -. Todos están bien. No hay novedad desde que viniste aquí. No ha pasado tanto tiempo. Solo decir que el transcurso del tiempo de un lado a otro es caótico y rara vez coincide. Pueden pasar unos minutos allá y aquí transcurrir horas. Y viceversa - informó al caballero después de las deducciones realizadas en casa del fallecido profesor.

- Si se ha conseguido el número de cambiaformas exigido por los guardias de la barricada creo que, tras unos momentos de buen desayuno, partamos allá. También aconsejaría que no consumiéramos todas las viandas. No sabemos si podemos necesitarlas más adelante - aconsejó a los presentes, haciendo un gesto a Requiem en el que señalaba su hatillo y la no necesidad de abrirlo.

- Por mi estoy agotado. Aun no he pegado ojo. Agradecería unos momentos de descanso detrás de las barricadas, si es posible - dejó caer.

Cargando editor
24/08/2017, 19:06
(SA) Anciano Sabio (Sebastián Moro).

EL REFUGIO DE SOÑADORES:

INVIERNO, AÑO DESCONOCIDO.

DÍA DESCONOCIDO (DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR), MES DESCONOCIDO.

HABIENDO AMANECIDO (ENTRA LUZ POR LAS CLARABOYAS DEL TECHO).

SECADERO.

El viejo mira a Tormento cuando este le ordena lo que debe hacer. No dice nada, pues sabe que es por su propio bien, pero una nueva pregunta surge en su mente. ¿Hace cuanto que nos conocemos? Esta no es labor ni preocupación de un guardaespaldas... Mientras el hombre preparaba su nuevo catre, el viejo revisó el maletín. - Nada útil salvo que sea para realizar algún tipo de cirugía. Coser heridas o amputar miembros.  - Tosió un poco.

Una vez Tormento dejó lista la manta, el viejo se trasladó y se quedó en la postura que el hombre le dijo, aunque seguía prefiriendo estar completamente tumbado. Miró a los recién llegados y les saludó con un débil "Bienvenidos". Mientras hablaban unos con otros, poniéndose al día, el viejo cabezota se recostó un poco más, hasta que llegó Enterrador a su lado.

Después de examinarle confirmó las palabras de Tormento, haciéndole incorporarse de nuevo. El viejo agradeció de buena gana los manjares que Enterrador le entragaba. Y es que después de dos días sin comer y enfermo como estaba, hasta un pedazo de pan duro sería un manjar digno de un Dios para el anciano. - Muchas gracias, hijo mío. Que Pharasma te bendiga. A los dos... - dijo mirando a Réquiem un instante para luego darle un pequeño bocado a la comida y comenzar a masticar despacio, disfrutando del sabor del alimento que Enterrador le había dado.

- Pero... decidnos una cosa... -dijo el viejo después de tragar aquel bocado, con voz fatigada. - ¿Cómo sabíais que volveríais ya? ¿O es que íbais cargados con la comida todo el tiempo, hijos míos? - preguntó el anciano con curiosidad, tras lo que tosió un par de veces, bebió algo de agua y volvió a morder aquel delicioso manjar.

Clavó su vista en Enterrador unos instantes. - Hijo mío... creo que esto te será de más utilidad que a mí... al menos mientras siga en este estado. - Arrastró por el suelo con las fuerzas que le quedaban, el maletín de cirujano. - El instrumental esta bien, aunque habría que limpiarlo a conciencia antes de usarlo... - tosió nuevamente debido al esfuerzo de empujar el maletín y hablar a la vez. Se tomó su tiempo para recuperar una respiración más tranquila. - A saber con que lo usaron antes. - añadió y volvió a centrarse en los alimentos, dando las gracias a Pharasma en silencio, por traer de vuelta a los desaparecidos en mejores condiciones y cargados de comida.

Cargando editor
24/08/2017, 22:12
SA: Los Eones son Extraños.

EL REFUGIO DE SOÑADORES:

INVIERNO, AÑO DESCONOCIDO.

DÍA DESCONOCIDO (DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR), MES DESCONOCIDO.

MEDIA MAÑANA.

SECADERO Y DESPUÉS PASILLO HACIA EL SUR.

- El grupo desayuna las raciones traídas consigo por Enterrador y Réquiem. El primero propone racionarlas, pero lo cierto es que tampoco son tantos y varios de vosotros estáis realmente hambrientos, y algunos debilitados, por lo que finalmente se consume toda la comida, pues es necesario para recuperar fuerzas.

- Después, de un modo tedioso y algo laborioso, el grupo reúne los tres cadáveres de Dopplegangers, incluyendo el de la "Enfermera" que estaba bajando por la tolva, en la Sala de Calderas.

- Pocas horas después, podéis arrastrar con telas rotas los cuerpos hasta la barricada Sur.

- El único problema inmediato es que uno de los que fueran vuestros portavoces ante esos hombres, Buscador, ya no está, y ha sido reemplazado por Gheorghe.

Cargando editor
24/08/2017, 23:10
(SA) Enterrador (Anselmo Paddock).

EL REFUGIO DE SOÑADORES:

INVIERNO, AÑO DESCONOCIDO.

DÍA DESCONOCIDO (DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR), MES DESCONOCIDO.

MEDIA MAÑANA.

SECADERO Y DESPUÉS PASILLO HACIA EL SUR.

Enterrador tomó el maletín que Anciano Sabio le extendía. Lo abrió y encontró diverso instrumental, en su mayoría manchado de sangre, pero en buen estado. El vigilante vio más allá de su siniestro aspecto y valoró los diversos utensilios contenidos.

- Unas pinzas, dos escalpelos, un serrucho, agujas e hilo, paños... - fue enumerando conforme miraba los diversos bolsillo interiores, sacando y mostrando algunos mientras jugueteaba con ellos entre sus dedos, con notable soltura y a pesar de no recordar cómo los conocía ni cómo había aprendido a usarlos. Pero lo sabía -. Gracias Anciano, trataré de darles un buen uso. Después de limpiarlo, claro - agradeció con sinceridad mientras contempló como todos comían con avidez. Pronto los alimentos de su hatillo desaparecieron, pero no el hambre, dando uso también a las reservas de Requiem.

- A alguien se le ocurrió que entre tanto ir y venir sería un detalle traer algo de alimentos a este lado, donde la gente estaba muy necesitada - dijo con una sonrisa al viejo clérigo -. Así que todos nos equipamos con una pequeña cantidad de provisiones, a la espera de que, si éramos traídos a este lado, podríamos ayudar a los presentes combatiendo amenazas y aplacando el hambre - explicó aun sonriente. No obstante cayó en la cuenta de algo, conforme los presentes se iban levantando para enfilar a la barricada con los cuerpos de los cambiaformas.

Enterrador se puso en pie, miró un determinado rincón con cadenas y señaló el lugar.

- El demente que até ¿Qué ha sido de él? - preguntó al ver los grilletes pero no a su dueño.

A la par observó el cadáver del paciente semidevorado y del ghoul. Recordó algo y se acercó a este último, arrancando un botón de su casaca destrozada y limpiándolo de la sangre que lo cubría, tratando de ver algún símbolo debajo. Tal vez el de la institución sanatoria que podría arrojar alguna de luz sobre su ubicación.

Cargando editor
25/08/2017, 05:50
(SA) Réquiem (Alexei Mykephoros).

EL REFUGIO DE SOÑADORES:

INVIERNO, AÑO DESCONOCIDO.

DÍA DESCONOCIDO (DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR), MES DESCONOCIDO.

MEDIA MAÑANA.

SECADERO Y DESPUÉS PASILLO HACIA EL SUR.

Réquiem hizo un movimiento con la cabeza para saludar a su supuesto hermano llamado Gheorghe, aún le costaba creer que el Paladín era familiar suyo. Alexei no se interpuso en la información que ofrecía Enterrador a los nuevos compañeros. – Yo aceptaría de buen grado poder dormir tras las barricadas, me encuentro también agotado y cansado – era cierto, el poeta seguía debilitado y su cansancio se hacía presente en las ojeras que mostraba su pálido rostro.  

Durante unos minutos se quedó revisando los suministros que tenía envueltos, tampoco era mucha cantidad pero lo suficiente para poder alimentarse. Escuchó las palabras del señor Paddock y luego se fijó en el rostro de los presentes –Deben de estar hambrientos, será mejor recuperar las fuerzas – dijo el poeta ofreciendo la comida que había traído.

Después de alimentarse, Réquiem ayudó a los presentes a juntar los cadáveres de Dopplegangers y así poderlos llevar a las barricadas, no se esforzaba mucho ya que tenía presente su débil estado a causa de su enfermedad y no quería malgastar energías si no era estrictamente necesario.

<< Las muestras de los cambiaformas, los soldados con las ballestas, ahora lo recuerdo todo. Casi muero por  la petición de aquellos hombres >>

Escuchó la pregunta de Enterrador y se giró observándolo, viendo como arrancaba lo que parecía un botón de su casaca, allí recordó la conversación en el otro lado que hablaban sobre una especie de marca. Réquiem se acercó a Anselmo Paddock y se colocó a su lado - ¿Es la marca o símbolo que hablaste en casa de la señorita Lorrimor? -  no respondió a la pregunta de él ya que el dramaturgo caído en desgracia no se encontraba presente.

Réquiem se giró mirando a los presentes – Deberíamos pensar en una cuartada, Gheorghe no se encontraba con nosotros cuando aquellos soldados nos pidieron las muestras de los cambiaformas y recuerdo que no eran muy comunicativos - 

Cargando editor
25/08/2017, 12:03
(SA) Enterrador (Anselmo Paddock).

EL REFUGIO DE SOÑADORES:

INVIERNO, AÑO DESCONOCIDO.

DÍA DESCONOCIDO (DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR), MES DESCONOCIDO.

MEDIA MAÑANA.

SECADERO Y DESPUÉS PASILLO HACIA EL SUR.

Mientras esperaba una respuesta a su pregunta sobre el paradero del paciente doblemente ido, atendió a la pregunta de Requiem y opinó a su consideración sobre Gheorghe y su repentina aparición.

- En efecto, este es el símbolo del que hablé en la casa de los Lorrimor - afirmó mientras seguía frotando con la manga de su camisa el botón para quitarle los restos de sangre seca -. Respecto a Gheorghe... Bien, podríamos decir a los de la barricada que en nuestro primer encuentro él se hallaba algo más alejado. En otra habitación y fuera de su vista. Algo que, por otro lado, es totalmente cierto - dijo el vigilante con una sonrisa aviesa.

Cargando editor
25/08/2017, 12:16
(SA) Nigromante (Dyonisius).

EL REFUGIO DE SOÑADORES:

INVIERNO, AÑO DESCONOCIDO.

DÍA DESCONOCIDO (DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR), MES DESCONOCIDO.

MEDIA MAÑANA.

SECADERO Y DESPUÉS PASILLO HACIA EL SUR.


La brusca aparición (o mejor, la brusca reaparición, o el fin del conjuro de transmutación, o lo que fuera) de Enterrador y de Requiem llenaron a Nigromante de estupefacción. ¿Qué ganaba ese ser que les acosaba si es que esto era obra suya en darles tregua, en permitirles recuperarse? ¿era quizás el acto lleno de malicia del felino que juega con la presa? ¿era el deseo de desestabilizar, no tan sólo a ellos, sino también a esos otros que estaban al otro lado de las desapariciones? 

Desgraciadamente no había datos todavía para tener una respuesta, y mientras comía con avidez las escasas provisiones traídas por los recién devueltos, no dejaba de pensar, con una preocupación evidente que las toses y el malestar de Anciano Sabio no hacían sino acrecentar. 

Sin decir palabra, ayudó a transportar a los doppleganger y, también sin decir palabra, se dispuso a reanudar la marcha junto a sus compañeros. La ausencia del paciente no le molestó. Supuso que el paladín había debido liberarlo, o que tal vez él mismo había logrado escapar. Le parecía bien. 

Nadie debía estar atado de ese modo sin haber hecho nada malo, y mucho menos si el motivo de atarlo era ser distinto, o estar enfermo. No era una idea, lo reconoció, demasiado racional. ¿Tal vez algo de su pasado desconocido le hacía pensar así? ¿y no era el planteárselo quizás demasiado analítico?

Meneó la cabeza. 

Me alegro de ver que habéis vuelto y estáis bien, Enterrador, Réquiem. ¿Habéis averiguado algo respecto a vuestro pasado, y tal vez, respeto a nuestro pasado común? En cuanto a la aparición de Gheorghe, creo que tenéis razón: basta con decir que estaba en otra habitación y fuera de su vista, lo que es cierto.  Y sólo si se dan cuenta, lo que puede no darse. Esperemos tener suerte. No podemos seguir aquí dentro.

Cargando editor
25/08/2017, 12:46
(SA) Gheorghe Mykas.

EL REFUGIO DE SOÑADORES:

INVIERNO, AÑO DESCONOCIDO.

DÍA DESCONOCIDO (DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR), MES DESCONOCIDO.

MEDIA MAÑANA.

SECADERO Y DESPUÉS PASILLO HACIA EL SUR.

La comida vino bien, aunque Gheorghe procuró dejar la mayor parte para los que verdaderamente la necesitaban, y comer solo lo imprescindible. Asintió ante las palabras del señor Paddock, con preocupación, aunque también bastante confuso. ¿Al final iban a comprobar lo que ocurría con el semiorco? A veces tenía la impresión de que no hacían más que dar bandazos confusos, en una dirección y la contraria instantes después. Por supuesto que él estaba a favor de investigar aquello, pero dada la fuerte oposición antes de "marcharse", le extrañaba que ahora quisieran hacerlo.

Parecía haber un plan, y también un problema: su presencia. Asintió levemente a la explicación que pusieron sobre la mesa, aunque había un detalle en el que quizás no habían caído.

-No tengo nada en contra de esa explicación... Pero voy enfundado en armadura y con escudo, quizás quieran preguntar sobre eso. 

Cargando editor
25/08/2017, 13:18
(SA) Enterrador (Anselmo Paddock).

EL REFUGIO DE SOÑADORES:

INVIERNO, AÑO DESCONOCIDO.

DÍA DESCONOCIDO (DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR), MES DESCONOCIDO.

MEDIA MAÑANA.

SECADERO Y DESPUÉS PASILLO HACIA EL SUR.

Nadie pareció responder sobre el paradero del reo. Aquello lo incomodó. Le hubiera gustado soltarlo él mismo ya que tuvo la sangre fría de apresarlo él, a pesar que lo detestó. Pero aquel acto, a su ver, fue un mal menor. Se pretendió que no estorbara durante el combate con el cambiaformas y lo más importante: se pretendió protegerlo. De sí mismo.

Ahora no estaba. Tal vez huido, tal vez soltado. Posiblemente vagaría por el complejo y lo más probable es que moriría presa de los monstruos que abarrotaban el lugar o de los guardias que al darle el alto y al no comprenderlo este, lo acribillarían. Enterrador negó con la cabeza y suspiró. Deseó suerte al pobre desgraciado y siguió con el dilema de Gheorghe y su armadura.

- Sigamos diciéndoles la verdad: viniste de fuera, te adentraste en el lugar, nos hallaste y decidiste ayudarnos - propuso el vigilante, encogiéndose de hombros ante una respuesta sencilla y veraz -. Si requiriesen más detalles puedes decirles que partiste desde Ustalav, de Ravengro concretamente, en busca de unos... "conocidos". Tus pasos te llevaron al condado de Versex y de allí has terminado por estos lares - comentó el hombre -. Y creo que, desde un punto de vista, no mientes. Sospecho que estamos en un lugar cercano al condado de Versex, si no en el mismo condado - arguyó el cirujano -. Recopilando información en el "otro lado" nuestros conocidos... - comenzó a explicar señalando con un gesto de barbilla hacia el paladín y por ende a su grupo -... están en Ustalav, en la población de Ravengro, acudiendo al entierro de un amigo en común: el Profesor Lorrimor, a pesar que nosotros no lo recordamos. Como dijo bien Velkan, Lorrimor nos dirigió a todos en una expedición a Osirion, siendo ahí el nexo de unión de ambos grupos y tal vez el origen de estos fenómenos extraños. La hija del difunto profesor envió misivas a los amigos y conocidos del profesor para que acudieran a las exequias. Sus indagaciones dieron con el rastro de nuestro grupo: trabajábamos para el Conde de Versex - afirmó señalando a los miembros iniciales del sanatorio -. El emisario de la srta. Lorrimor fue a buscarnos a la sede del Conde pero no fue recibido y casi echado de malas maneras con el único dato de que ya no trabajábamos para él. Muy sospechoso - terminó de narrar -. Por ello creo, Gheorghe, que tu viaje, de una manera relámpago, ha podido hacerte pasar por esos sitios - afirmó con una sonrisa sardónica.

Cargando editor
25/08/2017, 16:37
(SA) Gheorghe Mykas.

EL REFUGIO DE SOÑADORES:

INVIERNO, AÑO DESCONOCIDO.

DÍA DESCONOCIDO (DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR), MES DESCONOCIDO.

MEDIA MAÑANA.

SECADERO Y DESPUÉS PASILLO HACIA EL SUR.

Tras unos segundos de darle vueltas, el paladín asintió.

-Supongo que podría funcionar. Espero que esos pobres hombres no hayan caído tan hondo en la paranoia como se me ha dado a entender, o puede que no haya modo de salir-replicó el paladín, que de pronto cayó en algo-oh. Acabo de recordar que fue del prisionero. El doctor Querio le liberó, y se fue de aquí en algún momento de la noche. No iba a retener contra su voluntad a ese pobre hombre, aunque espero que haya encontrado donde refugiarse.

Cargando editor
25/08/2017, 18:38
(SA) Réquiem (Alexei Mykephoros).

EL REFUGIO DE SOÑADORES:

INVIERNO, AÑO DESCONOCIDO.

DÍA DESCONOCIDO (DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR), MES DESCONOCIDO.

MEDIA MAÑANA.

SECADERO Y DESPUÉS PASILLO HACIA EL SUR.

Réquiem observó el símbolo que había en el botón que había agarrado Anselmo Paddock, aquella serigrafía no le sonaba de nada, no sabía qué era ni tampoco qué podía representar. – No sé que puede ser… - dijo haciendo referencia al botón. Luego añadió a las siguientes palabras de Enterrador. – Es una buena idea, tiene lógica – siguió mirando a los presentes y atendió a la explicación del señor Paddock, informando sobre lo que sucedía en el otro lado.

- Todo lo que ha dicho Enterrador es lo que sé, de mi pasado no recuerdo nada, algunas ideas difuminadas sin sentido. Verdaderamente es una sensación extraña. Lo que puedo corroborar y es parte de una corazonada… es que en este lugar están las respuestas a nuestros recuerdos. Hemos de seguir hacia delante y en algún lugar lograremos saber quiénes somos realmente. No quiero ponerme pesimista, pero no sé si todos llegaremos a saberlo, solo espero que honremos aquellos caídos. Si entramos en combate, por mi estado no creo que dure mucho, si caigo llevaros este libro y si sobrevivís entregarlo a una editorial, estoy seguro que ganareis un buen pellizco – una sonrisa se dibujó en sus labios, quería animar un poco el ambiente – Aunque esto me ha dado una idea, voy a relatar todas las aventuras para que quede constancia de nuestras hazañas en este inhóspito y tétrico lugar

Alexei siguió la marcha sonriendo a las palabras de Enterrador, todo lo que decía tenía sentido, podía ser una buena cuartada.

- Oye Gheorghe… tú que me conocías. ¿Es cierto que mis vicios eran el alcohol y las mujeres? Pero… ¿Era un buen dramaturgo, no? ¿Famoso? – quería saber si la respuesta de Gheorghe coincidía con la información que había logrado recapitular. 

Cargando editor
25/08/2017, 19:57
(SA) Gheorghe Mykas.

EL REFUGIO DE SOÑADORES:

INVIERNO, AÑO DESCONOCIDO.

DÍA DESCONOCIDO (DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR), MES DESCONOCIDO.

MEDIA MAÑANA.

SECADERO Y DESPUÉS PASILLO HACIA EL SUR.

Gheorghe frunció el ceño y torció el gesto ante las palabras de su hermano relativas a vender sus obras si algo malo le pasaba. 

-¡No seas ridículo! Si está en mi mano, nada malo te pasará. Saldrás de aquí, saldremos todos-dijo, con auténtica convicción. Era cierto que no sabía qué había allí, ni contra qué se las tendrían que ver... Pero no estaba en su carácter, ni en su formación, el rendirse o asumir fácilmente que se estaba condenado. Iomedae mediante, siempre había esperanza para aquellos que luchaban y se aferraban a ella. La pregunta de Alexei, sin embargo, le hizo cambiar el gesto, esbozando una leve media sonrisa y negando levemente.

-Konrad no te ha contado nada, ¿verdad? Supongo que era de esperar. Yo tuve ciertas desavenencias, primero con nuestro padre, y después con el propio Konrad, relativas a su... Modo de vida. Y no tardé mucho en partir para ser entrenado como paladín en Última Muralla. ¿Que si esos son tus vicios? El experto en vicios siempre fue nuestro hermano mayor, pero supongo que podrían serlo. En parte explicaría por qué tuve que salvarte de lo que te salvé.

Y, anticipándose a la confusión de su hermano sobre salvarle, siguió hablando.

-Sí, no lo recordarás, pero lo hice. Hace ya algunos años, y acompañado por Gabriel Alarico, al que creo que conocéis como Buscador de la Verdad, pues así se hacía llamar a veces. Desapareciste, y conseguimos dar contigo, capturado por una vampiresa. Y logramos sacarte de allí. Contigo aún tuvimos suerte...-añadió, con un deje de amargura-hubo otro caso, que ni siquiera Gabriel pudo resolver... El de nuestra hermana. Aún sigue desaparecida.