Partida Rol por web

Jornada 5 (Vishnu)

Para sorpresa de todos los contendientes, la quinta jornada del torneo tiene lugar en un enclave inusitadamente hostil: el abismo de Vishnu, señor de los demonios. Sin embargo, a pesar de encontraros en un nodo del plano del fuego, parece que los conjuros y las plegarias a los que la organización os somete antes de saltar al enorme tatami ardiente os protegen mejor de lo esperado contra los elementos.

Por supuesto, esta vez no hay espectador alguno que pueda seguir el desarrollo del combate.

El conocido como Imperturbable es un hombre silencioso. Lleva una simple túnica de algodón sucia y unas sencillas sandalias. Sobre la vestimenta una sencilla camisa de mallas atada por un cinturón del que cuelga un mangual. Un escudo de madera le sirve para protegerse y un arnés le cruza el cuerpo del que se sostienen varias lanzas cortas.

Su piel está muy bronceada, señal de que proviene de una región soleada y el rostro es serio y, a pesar de su juventud porta las inclemencias de la región de la que proviene. Tiene un cuerpo fornido a pesar de su juventud y unos movimientos rápidos a pesar de la armadura que porta.

Un escudo mellado por varios golpes le acompaña en una mano mientras que en la otra sostiene una lanza.

Savara es una jovencita recien llegada a la adolescencia , casi una niña , robusta y nada frágil . El pelo negro le cae suelto sobre los hombros y en su rostro se adivina la esperada inocencia de su edad . Una fea cicatiz le estropea su juvenil belleza dandole a su cara un desagradable aspecto . Porta una desgastada armadura de cuero tachonado que le queda algo holgada debido a su escasa edad . Las botas de cuero comun y la ropa que se adivina debajo del cuero muestran el humilde origen de Savara .

Savara se coloca encima del tatami con un estoque en una mano y un saco pequeño en la otra . Respira y espera a su contrincante .

Imperturbable se mueve con cuidado y arroja la lanza, pero el arma se pierde entre las ascuas...

Savara avanza con cuidado mientras fija su atención en su contrincante .

Imperturbable saca otra lanza mientras se mueve pero su oponente la esquiva con facilidad.

Savara sorprendida del lento avance de su contrincante vuelve a avanzar y decide lanzar la bolsa que porta contra su enemigo ... Pero la distancia hace que falle .

Imperturbable se acerca mientras saca su arma. Al llegar ante su oponente comienza a estudiarla para lanzarle un golpe preciso. El humo le impide ver con precisión a su oponente, pero aun así su golpe vuelva certero y se escucha el sonido de un par de costillas al romperse.

Savara acusa el fuerte golpe de su adversario , pero pese a todo resiste en pie y no duda en devolver el golpe ...

Imperturbable trata de buscar a su oponente, pero la neblina se la oculta de los ojos...

Savara ve pasar de nuevo el arma de su oponente cerca de su cuerpo pero afortunadamente la niebla ha impedido que este precisara el golpe . Envalentonada por el fallo intenta encontrar un resquicio entre el escudo y el cmisote donde hundir el estoque . Pero el dolor del golpe anterior todavia perdura en ella haciendo inutil su busqueda .

Imperturbable toma una postura defensiva mientras ejecuta un movimiento con su arma. Al ver a su oponente lanza un mazazo pero ella lo ve bien, o no...

Savara nota como la maza del adversario golpea ineficaz su peto y con una gracil maniobra intenta salirse de la guardia cerrada de su oponente . Pero no ha contado con el dolor que le impide doblarse todo lo que deberia ...

Intentado esquivar el seguro mazazo de su oponente saca un bote de su mochila .

A pesar de que intenta golpearla, su golpe no es muy bueno pero Imperturbable la sigue, la observa, coge con seguridad la maza y analizando todos y cada uno de los golpes de su rival asesta un mazazo contra su pecho. Nuevamente el ruido de costillas se oye en el tatami...

El segundo mazazo del joven noquea a la ágil espadachina, que cae a las humeantes brasas inconsciente. Contrariamente a lo que era normal en el resto de tatamis, la victoria de Imperturbable no se ve recompensada con ovación alguna. El silencioso humano gira sobre sí mismo confuso, buscando a alguien de la organización hasta que de pronto ambos contendientes son teleportados a sus respectivas celdas de aislamiento para ser sanados.