Partida Rol por web

Dos semanas antes del incendio.

Se encontraba en una de las mesas de la cafetería del instituto, y esperaba que su compañero asignado para la actividad en parejas de esa semana apareciera. Tenía frente a ella una taza alta de las de anime con tapa, con algún tipo de té frío que no recordaba como se llamaba. Desde que había llegado a Japón no había dejado de probar cosas nuevas, de las que no podía conseguir en Uganda. Conocía a Alexei por algo más que sólo el nombre, puesto que ambos estudiaban lo mismo y coincidían en la misma residencia. Era difícil que el alumno ruso no resaltara, al tener el cabello rubio entre tanto cabello negro alrededor. Freedom podía sentirse relacionada en ese sentido, puesto que tampoco era muy común ver gente de su color por aquellas tierras lejanas. Sin embargo, nunca habían hablado directamente, excepto para saludarse de lejos, o cuando habían los debates en el salón, en el que todos intervenían y a veces se intercambiaban opiniones; pero eso no era lo mismo que hablar frente a frente.

Repiqueteaba con las uñas levemente sobre la mesa, algo nerviosa. Siempre le resultaba algo extraño encontrarse con una persona del sexo opuesto a solas, aún si se trataba de una actividad universitaria. Sentía que eventualmente caerían en el silencio incómodo cuando se dieran cuenta que no tenían nada en común excepto que compartían las mismas materias, y eso le causaba ansiedad. ¿Y si era prejuicioso? ¿Si resultaba que, como muchos otros "machos cabrios" que había conocido en el pasado, encontrara intolerable que una mujer, y además negra, estudiara una carrera como lo era Ciencias Políticas? Se relajó pensando que no sería así, puesto que en sus interacciones en clase no le había visto que fuera de ese tipo de personas. Aún así, estaba nerviosa.

Cuando vislumbró la cabeza dorada de inmediato alzó el brazo haciéndole señas, pero se apresuró a bajar la mano al ver como varias caras volteaban a mirarla. ¿Mucha vehemencia? Era difícil saber cuanto era demasiado en aquel lugar...

Iba de camino a la cafeteria, pensando en mi nueva compañera de trabajo. Freedom. Sin duda no era de las que pasaban desapercibidas. Su piel negra, era todo un reclamo a los ojos, casi tanto como mi pelo rubio, siendo ambos algo realmente a tener en cuenta en este pais, incluso entre los estudiantes de intercambio.

Debia admitir mi interes por conocerla. La poblacion negra no era especialmente elevada en Rusia, y aunque habia tenido el placer de conocer a gente con esa tez, nunca habia trabajado con ellos o hablado sobre temas de politica en si. Al fin y al cabo fue durante mi estancia en Inglaterra y ahi estaba por otros motivos. Cuando volvi fui aun mas consciente del interes que despertaban no solo entre mis amigos y compañeros, sino en general, y debia admitir que Freedom destacaba justamente por uno de los apelativos que mas se usaban en casa. Exotica.

Negra. Mujer. Politica. Desde mi punto de vista era mala combinacion en el mundo reinante en este momento. No porque la considerase inferior, sino por la multitud de tabus y miras estrechas por las que tendria que pasar. Era como saber que vas directamente con dos peldaños menos. La gente asi solia ser resiliente, pero sobretodo debia tener fuerza, mucha para sobrepasar esos handicaps. Todo eso solo reforzaba mi interes por conocerla y ver que habia tras esa sonrisa que solia mostrar en clase y esa tez negra como la obsidiana.

Abri la puerta de la cafeteria. Salude a un par de chicas que salian con una sonrisa amable, mientras no dudaba en mantener la puerta para que pudieran pasar. Tras eso, la cerre con cuidado. No dude en volver mi atencion hacia la cafeteria y no tarde en ver una mano que asomaba un momento por encima de todos los demas. El tono de piel la delato, sin ninguna duda. Devolvi el saludo mientras miraba a los presentes que habian desviado la mirada primero a ella y luego a mi. Sonrisa tranquila, lenguaje corporal confiado y no tarde en poner en camino a donde estaba mi compañera de clase.

No dude en saludar a alguno mas, no porque les conociera, sino porque nuestras miradas se cruzaron.

Una vez en la mesa de Freedom, di la vuelta a la misma para ponerme a su lado. Extendi mi mano, pues solia ser la forma mas internacional de saludar. - Buenos dias. Ya nos conocemos de vista, pero aun asi. Soy Alexei. Es un placer. - La mirada era clara, limpia. La sonrisa amistosa y agradable, de las que te hacen bajar las defensas, de las que te dicen que estas con un amigo.

La estrecharia midiendo como lo hiciera ella, para ver que esperar y si resultaba que saludaba de otra manera, me adaptaria a ello. Los besos no eran lo habitual en muchos paises y no queria incomodar a nadie.

Tras ese momento, señalaria el sitio que habia delante de ella. - Me pondre delante, si no es problema. - El cara a cara era lo mejor, asi podria saber mas de ella mientras la escuchaba hablar. Me movi al sitio mencionado y no dude en mirar la taza mientras me sentaba. Sonrei levemente, sin animo de ofensa o segundas intenciones. - Veo que te estas adaptando a las formas de Japon. - Si no sabia a que me referia, miraria levemente a la taza, para llevar sus ojos en la misma direccion.

No era un fan del anime, aunque era consciente de la subcultura o incluso cultura que se fomentaba y era parte del pais nipon. - De que sabor es? - El ingles era fluido.

Freedom se apresuró a ponerse de pie en cuanto vio al compañero de estudios acercarse. Había estado pensando en cual sería la mejor manera de saludarlo cuando lo vio extender la mano hacia ella. Le sonrió, aún un poco nerviosa, y sin dudar estrechó la mano que le ofrecía, de forma firme aunque no precisamente fuerte. -Freedom Koha. O sólo Freedom. Freedom está bien.- Dijo ella, maldiciendo que se enredara con una tontería como esa. Ya ese primer contacto le decía que no tendría problema de aversión por parte de Alexei, lo que le produjo alivio. Si no mostraba asco o disgusto por tocarla, era que no la consideraba alguien inferior a él. O eso esperaba ella.

A sus palabras, inmediatamente señaló a la silla frente a ella, como si le ofreciera asiento en su propio hogar, a pesar de encontrarse en un sitio público. -Claro, claro, adelante.- Dijo, volviendo a sentarse a su vez, arreglando momentáneamente su falda mientras se sentaba. Alzó la ceja un poco curiosa por la referencia a su adaptación cultural, hasta que vio como señalaba hacia su taza. Sonrió mucho más ampliamente. -Si, bueno... Extrañamente es más efectivo que el café.- Dijo, sosteniendo la taza con ambas manos. -Creo que te negro con fragancia de rosas o cardomomo... de verdad no tengo la menor idea. Pero es fuerte, y está caliente. ¿Tú quieres pedir algo?- Ofreció.

Tenía la libreta de anotaciones sobre la mesa, sin embargo no lo abrió aún, puesto que primero quería esperar unos minutos para tratar con esta persona frente a ella. Dependiendo de su interacción, decidiría si prefería terminar con aquel trabajo pronto y no tener que seguir en contacto con el ruso, o si en cambio podrían prolongar de manera amena el encuentro. -¿Que hay de ti? ¿Sientes que te has adaptado a Japón? ¿Es tu primera vez aquí?-

La forma de apretar la mano me dijo que no estaba acostumbrada a ello, lo cual suscito alguna que otra pregunta, pero no era el momento. Yo aprete con algo mas de firmeza pero al darme cuenta de sus formas, reduje eso mismo, por debajo de lo que acostumbraba para no parecer que intentaba nada. No perdi la sonrisa en ningun momento.

Freedom sera entonces. - Una sonrisa tranquila, que dejaba atras cual posible hecho, como que repetieras tu nombre tres veces en la presentacion. Entonces cai en que ella me habia dado su apellido. - Yo soy Alexei Shishkin. - Educacion y formalidad, eran lo minimo de primeras.

Tras tu aceptacion me sente delante tuya sin dudarlo. Dandome cuenta de que de primeras no habias entendido a que me referia. Deje mi mochila en la silla de al lado, tras asegurarme de que no molestaria a nadie. Sonrei ante su explicacion, acabando por reir de forma contagiosa cuando dijiste lo de que no tenias ni idea. - Bueno la idea de venir a otro pais es conocer y experimentar cosas nuevas, asi que sin duda no te estas quedando atras... aunque no tengas claro que bebes. - La mirada, las formas, el lenguaje eran distendidos y se hacia dificil no sentirse a gusto. Asenti ante tu ofrecimiento. - Si, ahora ire a por un cafe.

Mire en direccion a la cafeterai, donde habia algo de cola en ese momento. Asi que bien podia esperar. Escuche tus preguntas, sin perder la sonrisa en ningun momento. - Creo que estoy en ello, aunque intento al menos acostumbrarme a la comida y a los desayunos que tiene que sin duda pueden ser intensos. Aun asi creo que sin duda lo que mas me ha gustado es esta especie de torilla que envuelve arroz, aun no he conseguido quedarme con el nombre. - Y eso que hablaba japones. Rei levemente por mi torpeza en ese sentido. - Si es la primera vez en el pais. ¿Y tu?

Tras la respuesta y viendo que parecia bastante cordial, no pude evitar querer saber una cosa. - Por cierto ¿a ti no te ha pasado que vas a saludar a alguien y no sabes como hacerlo? Aqui muchos hacen leves reverencias, hay una mayoria que da la mano, pero he visto a muy pocos que den besos. ¿En tu cultura que es lo normal? - En el momento de decirlo me di cuenta de que estaba preguntando sin informar primero. - Vaya, perdon, que mala educacion. En mi caso vengo de Rusia, asi que besos y la mano, es lo habitual. - Ese  trozo de informacion quizas le daria a decirme su pais, sino pues lo preguntaria.

La mujer de piel oscura terminó por sonreír casi por contagio ante la sonrisa agradable de Alexei. Se llevó el vaso de te a los labios mientras asentía a lo que él iba diciendo, casi como si hiciera énfasis en la necesidad de adaptarse a la cultura donde pasarían los próximos meses. Al mirar en la dirección de la cafetería vio que habría que esperar un poco para poder pedir algo, a esa hora habían muchos esperando para entrar a una clase de la tarde o que apenas estaban saliendo de sus clases y querían tomar algo antes de seguir su camino a casa.

Escuchaba las dificultades que el ruso tenía con la cultura y se rió también con él, ella tampoco recordaba el nombre de la mayoría de los platos, a veces se limitaba a señalarlo en la carta las pocas veces que comía fuera de la casa. -También es mi primera vez en el país. Honestamente, es mi primera vez fuera de África.- Admitió, tomando otro sorbo del té.

Comenzó a reír cuando Alexei habló de los saludos. -¡No te haces una idea! O sí, puede que sí te la hagas.- Dijo, sonriendo ampliamente. -En Uganda saludamos a amigos y desconocidos por igual, así.- Puso el té en la mesa y le tomó ambas manos al rubio, sonriendo. -Kale Seebo!- Dijo, estrechándole las manos cariñosamente. Al momento lo soltó, un poco avergonzada. -Básicamente es decir "¡Hola! ¿Como estás?". Lo de los besos si es algo más personal, pero una vez que hay lazos de amistad, no es raro los abrazos y besos en las mejillas.- Dijo, animada. -Si me ha resultado un poco extraño la parte de los saludos acá, retenerme el saludar sonriendo y con familiaridad. Pero bueno, apenas tengo un mes y poco más aquí.-

Bebió otro poco del té, que seguía sin reconocer. -¿Y has visitado algo interesante? La verdad yo no he podido dedicarme a ver la ciudad. Me gustaría pasarme por el puerto, a decir verdad. El olor a mar es muy agradable, aunque un poco fuerte.-

Vaya. - Estaba sorprendido por la forma de decirlo sin mas. - Bueno, hay que admitir que Africa es enorme, asi que es normal no haber salido del continente en si. Hay mucho por ver o descubrir. - Sonrisa tranquila, como quien cree firmemente en lo que dice, puesto que Africa es un sitio especial o asi lo describen libros y peliculas. Ademas de una fuente de recursos. - Si consideramos a Rusia, al menos Moscu, parte de Europa, yo tampoco he salido de Europa hasta esta ocasion. - La cola seguia siendo bastante elevada.

Rei junto con ella, mientras asentia. - Si, creo que si. - Algunos se giraron ante nuestras formas, pero no importo, solo mire a quien mas se quedo mirando y me encogi de hombros, aludiendo a que es lo que habia. ¡No estabamos en la biblioteca! Su confianza me pillo desprevenido, pero cuando iba a soltar las manos, se las tome yo y copie el saludo. - Kale Seebo! - Sonrei tranquilamente, intentando que ese sonrojo o vergüenza que parecia tener por lo ocurrido, pasara. Al fin y al cabo, un poco de impetu era necesario.

Acabe asintiendo ante sus palabras, porque no podia estar mas de acuerdo. - Si los abrazos y besos son bastante comunes de donde vengo, aunque tambien depende de la relacion que tengas con esa persona. - Y alguna cosa mas, pero no venia a cuento. - Si, si te entiendo... no sabes si dar un beso, si un abrazo, si la mano... o toca hacer una reverencia. - Me encogi de hombros de forma animada y graciosa. - Bueno, de todo se aprende ¿no? El choque cultura es importante, asi nos hacemos notar y aprendemos.

¿Visitar? No, como tal no. Alguna vuelta, sobretodo el campus y las zonas de alrededor, pero poco mas. - Sonrei levemente. - Tengo una supuesta lista de sitios donde tengo que fotografiarme, o al menos estar. - Negue con la cabeza, como al quien a quien le han mandado deberes de los divertidos, pero que no sabe que hacer con ellos.

Asi que ya sabes, si te apetece literalmente perderte por la ciudad, avisame, que me apuntare casi seguro. - De nuevo esa sonrisa que clamaba al cielo por ser respondida. y que hacia sentir que todo iba bien y que podia ir mejor.

Señale la cola con la cabeza levemente. - Ahora vengo, voy a por algo de cultura japonesa. - Una sonrisa abierta, mostrando aprcialmente unos dientes blancos.

A los pocos minutos estaba de vuelta con una lata plateada, con un hombre con pipa que ponia "Pride of the boss". - Veremos a ver a que sabe el cafe japones enlatado. - Una cara de expectacion, ante la opcion de como podia salir aquello. - Y bueno, si no soy indiscreto... ¿Por que politica? - Directo al grano y aunque pudiera parecer provocadora la pregunta, las formas y la sonrisa lo desmentian. Solo habia sana curiosidad.

Una franca carcajada surgió de los labios de Freedom al escucharle devolver el saludo. -Okay, okay, me faltó explicarte que ese es el saludo hacia un hombre, hacia la mujer es Naele Seebo*. ¡Pero ha estado bien!- Lo escucho entonces hablar de su propia experiencia al respecto, algo que al parecer compartían en común. No le era difícil reír con franqueza junto a él, lo que decía mucho respecto a cómo se manejaria en el futuro si se hacía político. Acepto la invitación para acompañarlo a visitar la ciudad, si las clases se lo permitían. Luego llegó la esperada pregunta, aunque en su caso no había visto burla o sarcasmo. Le devolvió la sonrisa, aunque la suya era un poco triste.

-Por mucho tiempo la violencia ha sido la principal manera de "hacer política" en mi país. Aun hoy, aunque parte de la ciudad está bastante avanzada en cuanto a avances tecnológicos y de sociedad, empresas medianamente estables, servicios de primera necesidad, todos son conscientes que es posible que en cualquier momento, un nuevo auto-proclamado líder de un golpe de estado, se recrudezcan las guerrillas. Se siga secuestrando niños para volverlos soldados dispensables a quienes amenazan con matar a sus familias si no cumplen. A quienes drogan y lavan el cerebro. Estudio Ciencias Políticas porque creo en que Uganda puede ser un gran país, pero que se puede lograr por el camino de las leyes y el trato humano con otras naciones, a través de la diplomacia. La violencia solo genera más violencia...- Se detuvo, notando cómo volvía a emocionarse con aquel tema, que era su pasión. - Y bueno, dígamos que al igual que muchos otros, quiero hacer la diferencia en el mundo. ¿Qué me dices de ti? ¿A favor o en contra de Putin?- Su sonrisa era casi bromista, aunque espero que no se tomara a mal sus palabras.

Me rei siguiendo su carcajada aunque con menos impetu. Abri la boca y los ojos ante su explicacion denotando mi sorpresa. - Entendido. No pasa nada... Naele Seboo. - Un leve giro de cuello, haciendo hincapie en el nuevo saludo que habia aprendido. - Es posible que lo olvide en breve, asi que lo practicare cuando te vea, para que no se me vaya. - Un poco de broma y un poco de formalidad, pero nada excesivo, solo parecia ser mis forma habitual de ser.

No dude en agradecer sus palabras indicando que lo habia hecho bien. Una sonrisa agradecida, leve pero obvia. Tenia una risa y una sonrisa genuinas, estaba acostumbrado a otro tipo de sonrisas al menos en mi patria, por lo que era de lo mas refrescante y ameno. La aceptacion de la visita, me hizo asentir con la cabeza, como dejando claro que ya era algo a marcar en el calendario.

Suponia que mi pregunta no seria la primera vez que se la harian, pero fue ese leve rastro de trsiteza lo que me hizo centrarme aun mas y ver que es lo que habia detras de una eleccion que viniendo de donde venia no debia haber sido facil.

Escuche atentamente sus palabras. Conocia algo de lo que decia, por el hecho de que me gustaba ver las noticias internacionales y Africa era... un avispero en sus mejores momentos. Asenti, volviendo mi gesto mas serio mientras ella seguia indicando las cosas buenas, pero sin perder la objetividad. Era obvia su pasion y el motivo por el que habia decantado su vida, a una carrera que en su pais podia ser peligrosa como poco. Mi mirada no tardo en derivar a mostrar cierto grado de respeto hacia ella, porque si... sabia exactamente donde se metia y lo hacia con la cabeza alta. Esa aseveracion final sobre la violencia me hizo asentir, mientras ponia mi espalda recta de nuevo, porque sin darme cuenta me habia dejado llevar por la intensidad de su relato. - Si, eso es cierto. Aun asi no es un objetivo facil el que te has marcado... aunque por como has hablado, creo que tienes la voluntad y sobretodo la pasion para hacer que te escuchen, llegado el momento. - Una sonrisa que daba confianza, y que no te disminuia en ningun momento sino al reves. - Creo que cuando te gradues, vas a darles muy duro a algunos militares en tu pais. - Una sonrisa que volvia a tener algo de humor, para romper el momento intenso de hacia un momento, pero sin que se notara mucho.

No esperaba el cambio de tema tan brusco, aunque la pregunta era... algo que siempre salia tarde o temprano. - A favor. - No habia ni siquiera la mas minima duda en mis palabras. Sabia que eso traeria controversia, pero ella habia sido sincera. Aun asi note el tono de rboma, de que no buscaba enfrentamiento, por lo que aunque el tono habia sido vehemente, mis gestos delataban mucha mas flexibilidad. - Es un politico de la rama dura, obviamente no todas sus decisiones son las mejores o creo que se podrian llevar a cabo de otras maneras, pero en el conjunto creo que es un gran estadista, que hace lo que tiene que hacer.

Tras eso la conversacion fue pasando a temas mas mundanos, aunque siempre volvia sobre diferentes temas candentes de la politica, ya no eran tan cercanos como podia ser su explicacion sobre Uganda, o sobre mi propio presidente. La tarde fluyo con mucha facilidad, y al cabo de un buen rato, no tardamos en tener que ponernos en movimiento y comenzar con el trabajo si no queriamos quedar rezagados. - Podemos ir a la biblioteca del campus, alli habra mucho material sobre un tema tan espinoso y seguro que podemos visualizarlo desde el punto de vista del defensor y del acusado. ¿Que te parece?