Partida Rol por web

GRAN SABANA.

Tierra de nadie.

- Rastrojo sale del campamento de instrucción por la desprotegida Puerta Norte, va hacia la zona de corrales de animales de la compañía.

- Hay varios esclavos y mozos de cuadras cuidando de los animales.

- Llega al corral donde están guardados los animales pertenecientes a los Reclutas y ve a Serpiente, Mentiroso y Guepardo hablando con una mujer K'Hlata que lleva un bastón.

- Serpiente está mirando con resentimiento a una mula. La mula parece estar contenga con la presencia de Mentirosa y se deja poner los arreos de carga y las alforjas sin el menor problema.

- Rastrojo llega hasta su propia mula que le mira con una expresión como de: "No voy a volver a dejar que me hagas lo mismo que anoche".

- Al lado hay un camello que parece bastante dócil.

- Ojopocho sale por la Puerta Este y se dirige por el camino que primero va al Este y luego gira al Sur hacia el poblado de los Caimanes Negros.

- ADVERTENCIA DESTINATARIOS: Aunque compartáis escena estáis en lugares físicos diferentes y ni siquiera llegáis a veros.

- Guepardo, Mentiroso, Serpiente y Rastrojo están al norte del campamento de instrucción (fuera de sus límites) en la zona de animales de la Compañía.

Mentiroso ignoró a la defensora, después de echarle un buen vistazo. «Que se encarguen ellos».

Y se sonrió al escuchar al Mago. Cuando no hablaba con él resultaba divertido escucharle.

-El animal está listo. Volvamos al Campamento antes de quedarnos sin sitio. Con su permiso, Hermana.

La mula se dejaba llevar de vuelta al Campamento de Instrucción sin problemas cuando Mentiroso tiraba de ella. Cogerían las cosas de cada uno y las pondrían en un buen sitio. «He tenido suerte de encontrarme a Serpiente, o habría vuelto a elegir el sitio al final del día cuando sólo quedaran los lugares que nadie quiere».

Abrí por completo los ojos que brillaron como dos soles ensombrecidos por delgadas nubes que arreciaban tormenta. Lo había utilizado… ¡Lo había utilizado y esa maldita bruja no tenía derecho a hacerlo! Tan solo logré articular un ronco e ininteligible “¿Qué?” que se me atragantó en la garganta mientras me repetía una y otra vez que la fulana con el palo debía ser una hermana juramentada.

Me recordé escuchando las palabras de mi maestro cuando me hablaba de la importancia de la concentración, así que me concentraría, ¿pero en qué?, en lo único que podía pensar era en perderla de vista. Entonces interrumpió Mentiroso que no podía haber hablado en un mejor momento.

- Perfecto, justo a tiempo. Marchémonos ya y no entorpezcamos más la importante tarea de esta hermana juramentada- dije con velada ironía; la serpiente no podía evitar escupir un poco de veneno.

Dejé que ellos se adelantasen un poco planteándome que quizá podía molestarla de algún modo. Luego me situé en uno de los costados del animal, en el sitio más seguro para evitar sus muestras de afecto.

Hermana se pone tensa de repente, como si hubiese escuchado algo entre los establos de los animales.

Os hace un gesto para que retrocedáis hacia el campamento y acude silenciosa a investigar.

MENTIROSO:

- Puede que hayas escuchado como dos juegos de pasos detrás vuestro. Uno debe haber pisado una ramita seca.

Ante la seña de Hermana, Rastrojo se apura por sacar a su mula de allí.

Apuesto tres piezas de cobre a que es un depredador. Normal, si es que todos estos animales juntos es como un gran festín para una bestia hambrienta.

Ya te vale, Mordiscos. Muévete de una vez. Ngmpfh.

Tozuda. Muévete aunque sea solo lo suficiente como para que el león llene la panza con tus compañeros de corral antes que contigo. O el leopardo. ¡O lo que sea!

Ngmpfh...

GUEPARDO Y RASTROJO no escuchan nada.

- RASTROJO no capta el leve rastro de magia causado por el truco menor de SERPIENTE.

MEDIODIA.

Al principio dio poca importancia a la salida de Hermana. «No encontraría otra excusa para irse». Pero al poco Mentiroso escuchó un ruido. Se volvió para observar y vio a Rastrojo afanosamente sacar a su animal. Preocupado por su camello decidió retirarlo también. O al menos, asegurarse de que no era nada.

-Serpiente, Guepardo, esperad, creo que voy a sacar a mi animal también. Sólo por si acaso.

Y se volvió a por él.

Sigo andando, mirando al cielo y esperando llegar pronto al poblado de los caimanes, a ver si aún me recuerdan por aquellos lares.

Mientras voy pensando en lo que había ocurrido estos meses atrás, casi torturados pero por fin había dado sus frutos, era un Recluta de la Compañía.

Si tras la conversación con la vigilante había estado molesto todo pareció desaparecer en cuanto se alejó de nosotros por un sonido. La seguí con la mirada mientras se marchaba permitiéndome sonreír de nuevo como solo lo había hecho nada más meterme en la cuba para el baño.

- No es necesario que lo muevas: está bien donde está- dije cuando vi a Mentiroso alejarse y dejarme desprotegido ante la mula-. No te preocupes por tu animal, no le pasará nada. Los magos sabemos muchas cosas que a los demás les pasan desapercibidas y esta es una de ellas- añadí en tono solemne.

El Mago parecía bastante convencido de lo que decía.

-De acuerdo... Espero que no te equivoques... Sigamos entonces.