Partida Rol por web

Por fin se pusieron en marcha, algo que había parecido imposible visto lo visto. Cuando atravesó la Puerta Norte y comenzó la marcha, esperó a que el carro saliera y se situó en la posición que Lengua Negra les había marcado a Mentiroso y a él. Y a partir de ese momento, su atención estuvo dedicada al flanco a proteger, los cinco sentidos dirigidos a su misión.

Attar marchaba junto a Uro y Pelagatos, con su mandoble de acero negro al hombro. Aunque su expresión no lo transmitiera, sentía cierto nerviosismo…su primera misión real. Esperaba hacerlo bien. Que sus padres hubieran podido estar orgullosos…

Pero no conocía la misión, de dónde podía venir el peligro, que debían hacer, ni nada…asi que no podía evitar tener la impresión de que algo saldría mal.

Jabalí viajaba junto a Ojopocho, con su armadura nueva y armado con una lanza en la mano y un escudo en la otra, prestaba poca atención al grupo, más atento ante los peligros de la sabana, que a lo que hacía el resto, recordaba con bastante precisión que cuando habían salido en busca de leña se habían mantenido en silencio y no sería él, el que rompiera a hablar ahora.

Caracabra no debe prepararse ni ponerse en guardia, ya hace rato que está alerta, lo que si que hace es dedicarle una mirada llena de intención a la Quinta para que sepa que solo debe hacerle una señal para que actúe. En este momento no le importa nada, solo la protección de Khadesa, y el hecho que Serpiente esté tan cerca no lo tranquiliza, más bien al contrario. 

El frente y la retaguardia parecen bien cubiertos, habrá que estar atententos a los laterales.

Camina de lado, dejando el carro a sus espaldas, fijándose en el horizonte por si ve una silueta recortada contra el cielo, la forma más fácil de ver movimiento por la noche. De vez en cuando va echando miradas hacia atrás para ver cómo están las cosas en el carro, y aprovechando para echarle una mirada al bulto. Sus pasos son silenciosos, cuando la noche esté bien entrada habrá que prestar atención a los sonidos algo difícil para un grupo tan numeroso.

Tiene la nariz tapada a causa del resfriado y le és inútil oler el aire, de no ser así, casi prestaría más atención a los olores que arrastra el viento que a su vista.

Alejado y a la vista del pelotón, en un flanco del carro tal como LenguaNegra había indicado, Ojopocho caminaba con el arco en las manos y una flecha enarcada, la vista puesta especialmente al frente, dando vistazos hacia el extenso lado por el que avanzaba y dando vistazos al resto de la compañía que por ahora avanzaba en silencio, Ojopocho miró al suelo, en busca de algun rastro reciente, la palabra "juego" evocaba que algun grupito de la compañía hubiera salido al rato antes para tenderles una amistosa emboscada, al no recibir las respuestas de LenguaNegra debía sopesar cualquier cosa, pisó un matorral, esperando escuchar una serpiente siseante o ver saltar un conejo sobre el que disparar un proyectil pero al no encontrar animal alguno volvió la vista al frente

Eh Jabalí, a ver si, de camino a donde quiera que vayamos, encontramos algun nido de serpientes o una madriguera de mangostas, querría hacerme unos brazaletes y tener algo de carne que añadirme a la única comida del día que nos dan.

Nos ha costado ser reclutas, y ahora que lo somos, seguimos durmiendo en el mismo lodazal, deberíamos haber comenzado por adecuar el campamento para todos, no sé si queda aún gente enferma, pero aquella tormenta nos enseñó un gran punto débil, deberíamos haber aprendido algo de eso

Eh estás muy callado

- Los Hostigadores y sus acompañantes avanzan hacia el Norte durante todo el resto del día.

- Tan sólo se detienen a descansar cuando ya es de noche.

POR LA NOCHE.

No eh visto nada que merezca la pena ser cazado, aunque considero que tienes razón, lo primero que hubiera hecho yo es acondicionar el campamento, luego establecer unos ejercicios para coordinarnos todos mejor y saber trabajar como grupo, por ahora tenemos muchas individualidades y poca coordinación, si este ejercicio nos enfrenta a veteranos, solo van a necesitar un puñado para vencernos a todos, luego equiparia a todos con las mismas armas excepto los arqueros, a los cuales entrenaría para que no maten a los aliados, no se, son muchas cosas las que nos quedan por hacer y aunque hoy hemos ido en busca de leña, nos estamos embarcando en un viaje por la sabana, con heridos incluidos y ni siquiera se les ha ocurrido ir a cazar. Si esperan extenuarnos a base de frio, hambre y todas las condiciones más duras, veremos cuantos acaban el mes.
Suelo ser callado por naturaleza, la mitad perteneciamos a tribus que se odiaban las unas a las otras, así que hay cierta dificultad, y el elemento aglutinador que debería ser nuestro lider, anda más callado que nunca, no comparte nada con nadie salvo sus mismos oscuros, no veo ningún K'Hlata al mando de nada, incluso cuando ahora ha perdido su segundo.

Khadesa se inclina hacia delante una vez se ponen en marcha, tras guardar de nuevo los pergaminos en la caja. Susurra algo a Rastrojo, que va al pescante, conduciendo el carro según le ha ordenado Lengua Negra.

- Uro ha localizado un lugar excelente para acampar.

- Attar, Lengua Negra, y Uro sienten la compulsión de entrenar duro.

- A cada Recluta le corresponden aproximadamente 6 horas de sueño diarias, contando las guardias.

- Es perfectamente posible sacrificar horas de sueño de 0 a 6, las que cada uno decida.

- Se necesita acumular un total de 48 horas de duro entrenamiento.

Habíamos dejado el campamento y ahora caminamos por la Gran Sabana, rodeando un carro repleto de cosas y con una pitonisa a la que cuidar. Mi posición es 20 pasos atrás del carro, mirándolo, pero principalmente observando los lados y hacia atrás. De vez en cuando miraba hacia adelante y me adelantaba hasta quedar a 10 pasos atrás del carro, pero pronto volvía a mi posición original.

Mi posición es realmente mala pues hacia cualquier dirección que observe, hay compañeros míos mejor posicionados para la vigilancia y la acción, por lo que soy una clase de reserva inútil en medio de la caravana. No me extraña, nuestro líder es un Oscuro de miras cortas, que solo confía en los de su color y que se deja llevar por las apariencias, las que claramente indican que soy tan inútil como miserable. No es ni mi trabajo ni mi intención sacarlo de su error, por lo que hago mi tarea asignada en silencio y tranquilidad, pues voy absolutamente solo en mi posición.

Miro hacia todos lados y me detengo durante la noche, cuando todos se ponen a descansar. Miro a mi alrededor y no bajo la guardia a pesar de la oscuridad y de la calma, pues es en la noche y bajo el amparo de las tinieblas que las bestias atacan con mayor fiereza.

Ya habían salido del Campamento en dirección Norte, y de momento aquella ‘excursión’ estaba siendo tranquilo. Realmente no sabían que esperar, y aunque dudó en colocar una flecha posicionada en su arco lo hizo en cuanto vio que Ojopocho la tenía. Sería un juego, pero mantendría la misma actitud con la que había salido.

- Parece que vamos a acampar –comentó en bajo a sus compañeros. Obviamente el ruido del carromato era suficiente para delatar una posición, pero era bueno acostumbrarse a hacer las cosas bien. De vez en cuando dedicaba unos segundos a mirar más allá del polvo que levantaban, pues parte de su tarea era evitar un ataque en la retaguardia.

Dark... te tiro Escuchar con +2 porque en la ficha sale que compré el Rango a 2. Sin embargo en el Total no me pusiste nada.

- Es una noche tranquila y nublada, bastante oscura, aunque no llueve.

- La humedad ambiental es muy elevada y sopla un viento frío y desapacible.

- Por suerte el lugar de acampada está resguardado en una zona deprimida rodeada de colinas. Incluso hay un pequeño estanque de agua razonablemente limpia donde abrevar a los animales y rellenar las reservas de agua gastadas.

- Estáis a unas horas de viaje a paso de mula del campamento.

- Sólo Lengua Negra, y tal vez unos pocos que nada dicen, parecen conocer el destino final de los Hostigadores.

- Desde luego que esto no parece una cacería nocturna.

- Para empezar estas son tierras de caza de los Caimanes Negros, y apenas hay caza. Casi todos los animales de cierto tamaño se encuentran a otro medio día más de viaje por lo menos.

Attar bebió abundantemente de la charca, tras la caminata estaba sediento. Tras las exigencias normales de una acampada, el guerrero se echó a dormir, pero fue incapaz de pegar ojo.

Quizá era la emoción de la aventura, quizá las dudas sobre que es lo que buscaban hacer o simplemente insomnio. El caso es que no podía pegar ojo. Tras una media hora dando vueltas en el suelo, intentando encontrar una postura cómoda, decidió aprovechar el tiempo. Se puso en pie, y procurando no hacer mucho ruido, comenzó a entrenar.

- Los ojos y oídos de vuestros exploradores no detectan ninguna amenaza inminente.

- Parece que los únicos peligros son el frío, la humedad, y el agotamiento, especialmente de quienes han decidido perder horas de descanso para entrenar duramente.