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London by Night: Crimson Nights

[Anexo][Prólogo] Horse Riding Tales (Constance Gallagher, Morgana Clay)

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05/12/2019, 18:31
Constance Gallagher

-¡Llegamos! -exclamó con una gran sonrisa cuando el carruaje se detuvo. Bajó de él y junto a Morgana, se dirigieron a su casa. No era tan lujosa como la del señor Webb, pero tenía una bonita fachada, un jardín bien cuidado y su interior era verdaderamente acogedor.

Saludó al entrar. No tardó en aparecer su madre, feliz de verla y curiosa al descubrir un nuevo rostro. -Madre, ella es la señorita Clay. Saldremos a dar un paseo a caballo -informó, sonriente. Luego se giró hacia Morgana-. ¿Le importa esperarme aquí un momento? Volveré enseguida -aseguró. Parecía que tenía prisa, pero era la emoción. Llevaba tiempo queriendo salir a montar y por fin había encontrado el momento para hacerlo. Estaba tranquila dejando a ambas mujeres en el salón. La madre de Constance era una mujer atenta y agradable, cercana, que por lo pronto le prepararía un té y le ofrecería unas pastas. Mientras tanto, la joven aprovechó para ir a la cocina y luego a otra habitación, donde saludó brevemente su padre. Regresó con una pequeña bolsa provista de provisiones y un pequeño mantel de tela enrollado en su interior. Tal como dijo, cuando volvió solo habían pasado unos minutos. 

Se podía acceder a las caballerizas des del interior de la casa, pero salieron a la calle, tras despedirse de su madre con un beso y la acostumbrada promesa de que tendría cuidado. Caminaba alegre, como si alguien tirase de su cabeza con un hilo invisible hacia el cielo. De llevar en la mano una cesta con flores, caerían fuera más pétalos de los que habrían quedado dentro.

-Buenos días señora Collins -saludó. Si Morgana miraba en esa dirección vería a una enjuta anciana de cabello cano que aguardaba junto a la verja de su jardín, escrutándola a ella con la mirada. La señora Collins tenía el semblante serio y no respondió al saludo ni con gestos ni con palabras, aunque parecía que Constance no daba importancia alguna a ese detalle.

-¡Bien, aquí es! -sonrió mordiéndose el labio. Abrió la puerta, dando lugar a un espacio amplio y luminoso. La construcción era de madera, lo que aportaba calidez, y se veía ordenado, con las herramientas bien dispuestas y el paso despejado. Se percibía el característico olor de estos magníficos animales, pero de un modo bastante suave, seguramente porque la puerta que daba al patio estaba abierta y mantenía el espacio ventilado. Además, habían pasado a primera hora para limpiarlos y alimentarlos. Aunque estaba equipado para cobijar a cuatro caballos, solo había tres, asomando ya sus cabezas curiosas por las puertas dobles de madera, pues solo las hojas de abajo permanecían cerradas.

Con un elegante gesto, Constance movió su mano en dirección al interior, invitando a Morgana a entrar. Luego cerró la puerta tras ellas y se acercó a saludar a los animales, acariciándoles cabeza y cuello.

-¿Suele usted montar a caballo? -se interesó mientras sopesaba con cuál de ellos su invitada se sentiría mejor-. Estos son Hades y Fantasma -sonrió. Nombres ciertamente poco apropiados para la ocasión, pues Morgana estaba de luto, pero confiaba en que el aspecto y talante de los animales le hiciese olvidar tal circunstancia.

-Fantasma es intuitivo y tiene una gran sensibilidad -explicó, acariciando al hermoso caballo blanco de ojos azules-, puede acercarse si quiere -la animó amablemente, esperando que aceptase. Si lo hacía, aguardaría unos instantes para que ella pudiese acariciarlo también, si quería. -Hades es astuto y de carácter decidido -añadió después, acercándose al precioso frisón negro azabache, al que también colmó con sus atenciones.

 

  

Fantasma                                                Hades

 

-Dejaré que escoja usted. Ambos la tratarán muy bien -afirmó, finalmente-. Mientras se decide iré a preparar mi caballo -la observó para comprobar si estaba conforme y de ser así, caminaría hacia el tordo gris que había más adelante. Unos minutos después, regresaría, curiosa por saber su elección.

-Bien, señorita Clay, Bifröst está listo. ¿Ha tomado ya una decisión? -sonrió, esperando paciente su respuesta.