Escuché las palabras del señor Reid algo molesta, estaba convencida de que mi madrastra era la culpable y no había ninguna otra posibilidad. Pero la señorita Gallaher tenia razón, podía tener un cómplice y si algo que recordase ayudaba a atraparle también darían con aquella mujer
- No recuerdo nada extraño, mi padre me sonrió antes de irme como siempre hacía, es... era un hombre muy afable y me cuidaba mucho, no era la clase de hombre que se ganaba enemigos - dije con un tono triste - mi hermanastro era un buen chico, mi padre siempre decía que me admiraba, que yo era su modelo a seguir... pobre chico... incluso me defendía delante de su madre - En aquel momento caí en a cuenta de algo -Aquella noche mi madrastra no quería que saliese, acaba de recordar que la oí discutir un poco con mi padre y resoplar fuertemente cuando me marche... ¿es posible que no quería que me fuera para acabar también conmigo? dios mio - Empecé a temblar y tuve que sentarme en una silla.
Tras unos minutos cuando pude calmarme un poco escuché la oferta de mi acompañante - Es posible que la acompañe... no tengo a donde ir y ahora me da un poco de miedo quedarme sola... -dije aún preocupada, aquel miedo era real y tangible. Lejos quedaban mis pesadillas y mis relatos, aquel sudor frío era completamente real.