Partida Rol por web

London by Night: Crimson Nights

[Prólogo] Facing Off What Nobody Wants Beyond the Couch (Jackson Moore, Maggie Smith, Mortimer Vane)

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01/07/2019, 19:26
Jackson Moore

Anoto "The Frying Pan" junto a la descripción del susodicho, y lo remarco haciendo dos líneas bajo el nombre del local. Sin duda se trata de uno de los lugares que tendré que visitar para seguir el fino hilo de este caso aunque, por la vaga descripción que ha ofrecido la señorita Meadows, casi cualquier Londinense a día de hoy podría encajar con el posible criminal de patillas.

Agradezco a la invitada de la señorita Smith el tiempo y el esfuerzo invertido en recordar, y me despido agachando levemente la cabeza, simplemente para después cruzar el umbral de la puerta una vez Maggie nos invita a salir, y agradeciendo cortesmente a ésta última su gesto una vez paso a su lado. 

Me mantengo callado durante unos segundos, pues no tengo gran cosa que decir, aunque al llegar a la calle, y sólo tras ponerme el bombín y atusarme ligeramente la ropa, pregunto a mis compañeros si desean acompañarme hacia el siguiente punto de la investigación. 

- ¿Quieren estar presentes durante la visita a la Hospedería donde se alojaba la víctima? 

Muchos otros no hubieran dicho nada y se hubieran ido en solitario buscando sólo para sí mismo los laureles. Yo, en cambio, hace tiempo que aprendí que cuatro ojos ven más que dos, y que nunca sabes cuándo vas a necesitar que alguien proteja tu espalda. 

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01/07/2019, 22:58
Mortimer Vane

Tómese el almuerzo y trate de descansar —recomendó el Doctor Vane a la joven cuando el agente terminó con ella—. Aquí está a salvo, así que intente dormir un poco. Eso le permitirá mantener el ánimo y las fuerzas. 

Daba Mortimer justamente los consejos que él mismo, a todas luces, no seguía. Tras esas palabras se despidió de la mujer, se puso el abrigo y salió al exterior junto a Maggie y el señor Moore. Ya en la calle se giró hacia sus acompañantes al escuchar al policía. Se lo pensó apenas un instante antes de asentir.

Oh, sí —dijo, colocándose el sombrero—. Quizá haya allí algo que pueda darnos alguna pista sobre la relación de la víctima con el atacante. Las cosas y los lugares hablan de quienes los ocupan.

No había terminado de decir eso y sus ojos ya estaban rastreando ambos lados de la calle, buscando algún carro que pudiera llevarlos.

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05/07/2019, 11:03
Narrador

Os despedís de la señorita Meadows y os ponéis en camino hacia la hospedería. La tarde se os echa encima y el sol desciende con una rapidez antinatural, anunciando la pronta entrada de la noche. La oscuridad cae como un manto al girar para entrar en la calle Thrawll. A diferencia del resto de calles que habéis ido dejando atrás en Whitechapel, esta está prácticamente vacía, a excepción de una figura femenina, embutida en un traje negro, bastante ceñido y de falda al vuelo. Llama la atención el sombrero de sinamay que lleva y la especie de sombrilla, abierta que no dejan lugar para una identificación sencilla.

El conductor os acerca hasta el portal de la hospedería, pudiendo comprobar que desde la puerta de entrada ya hay gente excesiva en aquel lugar. Tras bajar del carruaje que os ha traído hasta ahí, al giraros para ver a la mujer de negro, esta ha desaparecido de la escena sin que ninguno de vosotros seáis capaces de recordar por dónde ha podido marcharse. Entrar en la hospedería es un camino denNiños arrebujados contra sus madres, tirados en el suelo, buscando una posición para dormir tranquilos. Hombres desmadejados en el suelo de puro cansancio, Moore incluso es capaz de distinguir algunas heridas en aquellos hombres que podrían significar, con casi total seguridad, su participación en el altercado de la fábrica. Los más favorecidos tienen un cuarto en el que descansar, pero es casi imposible ver una vivienda reservada para una única familia, aunque esta tenga varios hijos. 

Teneís que despertar al responsable de la hospedería, dormido en la silla de la recepción, tras un cristal. Tras indentificaros como policías, o mejor dico, al hacerlo Moore, el hombre se pone de pie con rapidez, adquiriendo una actitud mucho más solícita. Os informa de que la vivienda en la que se encontraba la señortia Nichols se encuentra en el tercer piso, y os da una llave de bronce, llena de podredumbre, bastante envejecida. Subir hasta el tercer piso se convierte en un camino de lamentos, al tener que sortear una cantidad indecible de familias, muchas de ellas con más de tres hijos, recostadas a los laterales de las escaleras y los pasillos. La atmósfera está sumamente recargada, y el olor a sudor, orines y defecaciones está presente por todo el edificio. Hay momentos en los que ni tapándoos la nariz podéis resguardaros de las nauseas que empezáis a sentir. 

Abris la puerta de la casa de Mary Ann Nichols sorprendiendoos gratamente de que el interior está limpio y ordenado. No paraece haber nadie más en el interior de la vivienda, e incluso el olor mejora ostensiblemente y la atmósfera es más clemente con vosotros. La casa consta de un salón-comedor, cocina, baño, tres dormitorios y una habitación cerrada.

Notas de juego

Tirad un Percepción + Investigación dif 6

Para abrir la puerta, si alguno tiene ganzúas Destreza + Hurto dif 8. Si no, puede realizarse con 6 éxitos en una acción extendida usando Fuerza.

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05/07/2019, 13:18
Narrador

Una sensación recorre tu cuerpo al entrar en la calle Thrawl y ver aquella figura femenina en la calle. No sabrías describir qué sensación es, pero si tuvieras que ponerle palabras sería familiar y triste. Por alguna razón, el camino recorrido hasta que el carruaje para, es un camino en el que te sientes sola.

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08/07/2019, 00:56
Mortimer Vane
- Tiradas (1)
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08/07/2019, 23:19
Maggie Smith

El trayecto hasta la hospedería no destaco en nada especial, con el traqueteo del carro Maggie se sumergió en uno de sus habituales aislamientos del entorno, si sus compañeros intercambiaron alguna palabra durante este lo ignoraba. No era que pensara en nada en particular, simplemente se había perdido en algún lugar profundo y oscuro de si misma, aunque pudiera estar enfrascada en hacer encajar las pocas piezas del puzzle que tenían ante ellos la soledad hizo mella en ella. Un frió recorrió su cuerpo provocando que se arrebujara en el abrigo, que la protegía de la notable bajada de temperatura de la ciudad, y que se hundiera inquieta en su asiento. La visión de la mujer no mejoro para nada esa sensación que la acompañaba, es más hizo que su semblante se ensombreciera bajo el peso de la tristeza. Algo que la acompaño cuando abandonaron el carruaje y se dirigieron al interior del la hospedería, guardando un silencio inusual en ella, dejando al agente Moore llevar la voz cantante.

Nada de lo que fueron encontrando a su paso le fue extraño, las abarrotadas escaleras de familias enteras y trabajadores padres tratando de conciliar el sueño. Eso en la gran Londres. Deplorable situación y sin embargo socialmente aceptada como normal. Lo que sí fue peculiarmente llamativo fue el estado del hogar de la señorita Nichols. Sin ademan de ir a quitarse los guantes o el sencillo tocado que, Maggie se movió por la estancía, recorriendo con su ávida mirada cada rincón examinando lo que allí se encontraba.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Parece que en esta partida si me quieren los dados...menos mal

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09/07/2019, 08:31
Jackson Moore

El trayecto hasta la hospedería se me hace ameno, aunque la conversación sea algo inexistente. Miro por la ventana del carruaje mientras toquiteo nervioso el pequeño cuaderno donde apunto las notas de los casos, en tanto que me dejo llevar por las escenas, lugares y personas que pasan a mi alrededor. De entre todas ellas, no hay duda que la más interesante, digamoslo así, es la figura de una viuda en periodo de luto. 

Llegamos al lugar, y bajo del carruaje tratando de apoyar todo mi peso sobre la pierna buena. Hay gente que diría que mi recuerdo de guerra es algo puramente mental, dado que apenas es perceptible a ojos inexpertos, pero en determinadas circunstancias, o con determinados movimiento, siento como una fortísima punzada me atraviesa la rodilla y alcanza mi pecho. 

Aprovecho el trayecto para observar a los presentes, y no puedo sino fruncir el ceño al ver que algunos de los hombres que hay en la zona podrían haber no sólo estado, sino también participado, en el altercado de esta mañana. Con la madibula marcada por el mal genio, entro al edificio delante de mis compañeros, y voy directo hacia el recepcionista, donde golpeo el cristal con el pomo de marfil de mi bastón africano hasta que se despierta.

- Policía -Nos presento, primero de forma bastante brusca dada reciente mosqueo-. Agente Moore, y mis acompañantes: La señorita Smith y el Doctor Vane. Ábranos, por favor, la habitación de Mary Ann Nichols. 

Que no abra la puerta, pero nos facilite la llave, me es lo mismo. Con el pañuelo en la boca, atravesamos los atestados pasillos y escaleras. Escenas donde familias se recuestan a nuestros laterales a medida que pasamos, y cuyos ojos nos miran en unas ocasiones con mirada de cansancio o solicitando ayuda, y otras con miedo y desesperación. La empatía no es en verdad mi fuerte, por lo que intento esquivar las miradas de manera disimulada, aunque creo que tampoco se me da demasiado bien y se acaba por notar.

Sea como fuere, ya una vez en la casa de la difunta, la escena del exterior cambia por completo. Se trata de un edificio de tamaño reducido pero adecuado; adecentada, sin olores en exceso desagradables, y en apariencia bien cuidada.  Antes de dar la primera vuelta y hacer una búsqueda intensiva, echo un primer vistazo a mi alrededor, y me llama profundamente la habitación cerrada. Intento forzarla, y echo mano a mis bolsillos tratando en vano de encontrar algo que pueda ayudarme a abrirla. A punto estoy de envalentonarme y lanzarme contra la puerta, pero una punzada en el pecho me recuerda que hoy he tenido un día muy duro, y que no tengo las costillas para andarme empujando puertas. 

Por ello, y salvo que mis compañeros me lo impidan, me despido momentáneamente y bajo a buscar al responsable, con la sana intención de que sea él quién abra esa puerta o me facilite la llave, o al menos me preste algún tipo de herramienta o palanca que me permita abrirla sin tener que poner en peligro mi integridad física. 

- Tiradas (1)
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10/07/2019, 15:12
Mortimer Vane

Durante el trayecto los ojos del doctor estuvieron más en el interior del carro que en el exterior. Con expresión flemática contempló el perfil de la ensimismada Maggie, fijándose en sus rasgos y pequeños gestos inconscientes. También contempló al agente, aunque con más discreción. Finalmente, echó un vistazo hacia fuera, a tiempo de que la silueta de una mujer  vestida de negro impregnase sus retinas por un instante. 

Mantuvo su porte distante al subir las escaleras, pero hasta tres arrugas se formaron en su ceño a medida que iban pasando entre todas esas personas hacinadas como animales. No era nada que no hubiera visto una y mil veces, pero la imagen era suficiente para que le asediasen los recuerdos del hospital. Para cuando llegaron ante la puerta que buscaban sus labios se habían apretado en una fina línea. 

Una vez en el interior de la vivienda el alivio tardó algunos segundos en relajar la tensión de sus hombros. Sus ojos se movían por el lugar en busca de detalles que atrapasen su atención, y en algún momento alcanzó a preguntarse para qué querría tantas habitaciones una mujer que vivía sola. Se detuvo un instante delante de la puerta cerrada, pero ni tenía la fuerza necesaria ni los conocimientos para abrirla sin la llave, así que optó por dejar aquel asunto en manos del policía y continuar su búsqueda por el resto de la casa. 

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12/07/2019, 15:10
Mary Ann Nichols

Lo primero que te llama la atención es la propia vivienda en sí. El informe ponía que era una meretriz, las meretrices difícilmente consiguen lo justo para comer día a día, mucho menos si es que tienen hijos. ¿Cómo es posible que tuviera, para ella sola, una casa de tres habitaciones? En el quicio de la puerta, tu nariz percibe un tono salino, como de agua de mar... o el regusto una comida demasiado especiada, y es una sensación que recorre la casa a medida que te acercas a una de las puertas. En casi todas las habitaciones un crucifijo corona una pared diáfana, y un par de velas puestas a los lados del crucifijo han dejado marca en la pared, en algún momento.

La casa está limpia, contrasta completamente con lo que has dejado atrás. La suciedad de las escaleras, el ambiente insalubre y el ruido de las personas acomodándose o tosiendo, inunda todo alrededor. Pero el interior de la casa es pulcro, cuidado con esmero. Una mesa grande, con sillas para siete personas se encuentra en el salón comedor. Los platos de comida, previamente vaciados, se encuentran todavía en la mesa. Como si no se hubiera recogido después de cenar el día anterior, restos de salsa reseca, y pan duro quedan alrededor de la mesa, un sofá grande, con un par de butacas a los lados cercan una mesita donde hay una agenda cuyas primeras hojas han sido arrancadas. La encimera de la cocina tiene restos de comida, al parecer nada elaborado, algo de fiambre y pan, y restos de queso en un cuchillo al lado. Son seis camas las que se cuentan repartidas en los dormitorios, una grande, de matrimonio en el más amplio, tres camas de niño en otro, y dos camas de niño, en el último. Por la ropa desmadejada y los juguetes que puedes encontrar, la habitación de tres camas es de niños y la de dos camas es de niñas. 

Un vistazo más de cerca a la agenda te hace ver que se han tomado notas recientemente, a juzgar por la marca, se tomaron con cierta prisa y sin demasiado cuidado. 

No puedes evitar sorprenderte de una de las dos estanterías, que decoran el salón, que están pobladas de grandes libro clásicos, así como de "Estudio en escarlata" de Conan Doyle. Al parecer están ordenador por autor, al lado del libro del escritor escocés, hay un hueco pequeño donde debería haber un libro. También puedes percibir unas marcas de rodadura en la madera del suelo, debajo de la otra estantería. Que sólo tiene un jarrón como decoración.

Finalmente, en el baño, por puro azar, al ir a mojarte la cara, golpeas la pila con tu rodilla haciendo que caiga una pequeña llave al suelo. 

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12/07/2019, 15:53
Mary Ann Nichols

Lo primero que te llama la atención es la propia vivienda en sí. El informe ponía que era una meretriz, las meretrices difícilmente consiguen lo justo para comer día a día, mucho menos si es que tienen hijos. ¿Cómo es posible que tuviera, para ella sola, una casa de tres habitaciones? En el quicio de la puerta, tu nariz percibe un tono salino, como de agua de mar... o el regusto una comida demasiado especiada, y es una sensación que recorre la casa a medida que te acercas a una de las puertas. En casi todas las habitaciones un crucifijo corona una pared diáfana, y un par de velas puestas a los lados del crucifijo han dejado marca en la pared, en algún momento.

La casa está limpia, contrasta completamente con lo que has dejado atrás. La suciedad de las escaleras, el ambiente insalubre y el ruido de las personas acomodándose o tosiendo, inunda todo alrededor. Pero el interior de la casa es pulcro, cuidado con esmero. Una mesa grande, con sillas para siete personas se encuentra en el salón comedor. Los platos de comida, previamente vaciados, se encuentran todavía en la mesa. Como si no se hubiera recogido después de cenar el día anterior, restos de salsa reseca, y pan duro quedan alrededor de la mesa, un sofá grande, con un par de butacas a los lados cercan una mesita donde hay una agenda cuyas primeras hojas han sido arrancadas. La encimera de la cocina tiene restos de comida, al parecer nada elaborado, algo de fiambre y pan, y restos de queso en un cuchillo al lado. Son seis camas las que se cuentan repartidas en los dormitorios, una grande, de matrimonio en el más amplio, tres camas de niño en otro, y dos camas de niño, en el último. Por la ropa desmadejada y los juguetes que puedes encontrar, la habitación de tres camas es de niños y la de dos camas es de niñas. 

No puedes evitar sorprenderte de una de las dos estanterías, que decoran el salón, que están pobladas de grandes libro clásicos, así como de "Estudio en escarlata" de Conan Doyle. Al parecer están ordenador por autor, al lado del libro del escritor escocés, hay un hueco pequeño donde debería haber un libro. También puedes percibir unas marcas de rodadura en la madera del suelo, debajo de la otra estantería. Que sólo tiene un jarrón como decoración.

Un vistazo más de cerca a la agenda te hace ver que se han tomado notas recientemente, a juzgar por la marca, se tomaron con cierta prisa y sin demasiado cuidado. 

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12/07/2019, 15:54
Mary Ann Nichols

Lo primero que te llama la atención es la propia vivienda en sí. El informe ponía que era una meretriz, las meretrices difícilmente consiguen lo justo para comer día a día, mucho menos si es que tienen hijos. ¿Cómo es posible que tuviera, para ella sola, una casa de tres habitaciones? En el quicio de la puerta, tu nariz percibe un tono salino, como de agua de mar... o el regusto una comida demasiado especiada, y es una sensación que recorre la casa a medida que te acercas a una de las puertas. En casi todas las habitaciones un crucifijo corona una pared diáfana, y un par de velas puestas a los lados del crucifijo han dejado marca en la pared, en algún momento.

La casa está limpia, contrasta completamente con lo que has dejado atrás. La suciedad de las escaleras, el ambiente insalubre y el ruido de las personas acomodándose o tosiendo, inunda todo alrededor. Pero el interior de la casa es pulcro, cuidado con esmero. Una mesa grande, con sillas para siete personas se encuentra en el salón comedor. Los platos de comida, previamente vaciados, se encuentran todavía en la mesa. Como si no se hubiera recogido después de cenar el día anterior, restos de salsa reseca, y pan duro quedan alrededor de la mesa, un sofá grande, con un par de butacas a los lados cercan una mesita donde hay una agenda cuyas primeras hojas han sido arrancadas. La encimera de la cocina tiene restos de comida, al parecer nada elaborado, algo de fiambre y pan, y restos de queso en un cuchillo al lado. Son seis camas las que se cuentan repartidas en los dormitorios, una grande, de matrimonio en el más amplio, tres camas de niño en otro, y dos camas de niño, en el último. Por la ropa desmadejada y los juguetes que puedes encontrar, la habitación de tres camas es de niños y la de dos camas es de niñas. 

No puedes evitar sorprenderte de una de las dos estanterías, que decoran el salón, que están pobladas de grandes libro clásicos, así como de "Estudio en escarlata" de Conan Doyle. Al parecer están ordenador por autor, al lado del libro del escritor escocés, hay un hueco pequeño donde debería haber un libro.

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12/07/2019, 15:55
Narrador

El agente Moore, más preocupado por abrir la puerta que de revisar bien la casa, ya que de todas formas, hay más gente haciéndolo y puede ser importante para todos. Baja de nuevo las escaleras, encontrandose con la cruda realidad que había olvidado en el interior de aquella casa. Por desgracia, sube con una simple palanca, pues el administrador no tiene llaves de ninguna puerta en el interior de las viviendas. Tampoco tenía conocimiento ninguno de que había una cerradura interior, pero no se iba a interponer a la labor policial.

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13/07/2019, 19:34
Jackson Moore

Un rápido vistazo al edificio me hace tener más dudas que datos que ayuden en la investigación, aunque podríamos haber dado con el primer sospechoso: Su marido

Por un lado, no recuerdo que nadie mencionara que tuviera hijos, o que estuviera casada, como hace pensar la mesa repleta de cubertería, o las diferentes habitaciones. Sí que tenía familia, pero siempre pensé que serían sus padres, o familiares cercanos, no una buena cantidad de críos a su cargo o un hombre a su lado. 

También podría ser que se dedicara a dar cobijo a otras personas, o a familias completas, aunque dada la organización de la casa y su pulcritud, me da la sensación de que no era un alojamiento compartido. Me llaman la atención ciertas peculiaridades del orden, pero no llego a sacar ninguna conexión.

Así mismo, parecía ser una persona excesivamente religiosa, a decir por la cantidad de crucifijos que tiene decorando las paredes de los cuartos, y dudo que el trabajo que se le atribuye le permitiera por si sola mantener esta vivienda. Esto me hace pensar de nuevo en la idea del marido, que sea quien tenga el presupuesto para pagar y mantener la vivienda. No dejo de pensar en que, si estaba casada, ¿Dónde está él? ¿Y los niños?

Con esa idea en mente, y habiéndome olvidado por completo de la insalubre escena de las escaleras, bajo hasta el responsable con el pañuelo nuevamente en la boca habiéndome dado de bruces nuevamente con la realidad que nos rodea. Me siento realmente estúpido de seguir haciendo este mismo gesto pese a haber presenciado escenas similares en otras ocasiones, pero apenas puedo aguantar este olor a deshechos que lo impregna todo. 

Sin embargo, más estúpido me siento al volver a la vivienda sin haberle preguntado al hombre por la familia de la víctima. Me golpeo la frente a modo de toque de advertencia con la mano que sujeta el pañuelo, y seguidamente lo guardo al tiempo que accedo nuevamente al edificio.

- Amigos míos -Me dirijo entonces a mis compañeros, una vez regreso a la vivienda con la herramienta que me ha prestado el responsable-, creo que habrá que preguntarle al personal si tiene conocimiento de hijos o marido, y de ser así, habrá que dar una orden de búsqueda e investigar al susodicho.

Con la idea de ver qué hay tras la puerta cerrada, voy hasta ella palanca en mano, y no dudo en encajarla y comenzar a forzar el quicio. Una vez rompa el pomo de la puerta, y antes de abrirla para ver su interior, dejaré la palanca en el suelo, me desabrocharé la funda del revólver y, sin desenfundar aún, mantendré el dedo pulgar encima del percutor. Dado el olor que parece desprender, echaré un breve vistazo antes de abrirla de par en par, por si acaso hubiera algo que mejor no dejar a la vista y así evitar herir sensibilidades...

- Tiradas (9)

Notas de juego

He tirado la extendida de fuerza haciendo uso de la palanca. He pifiado la primera, y no sé si ocurre algo, pero he tirado el resto y creo que la última sobraba, pero bue...

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13/07/2019, 20:41
Mortimer Vane

Mortimer paseó por la casa en silencio, deteniéndose en algunas estancias para mirar algunos detalles con más atención, aunque sin detener su examen para comunicar ninguna conclusión por el momento. 

Cuando ya hubo terminado se fue hacia el lavabo para refrescarse. Y desde allí escuchó la voz del agente que regresaba de la planta baja. Desde fuera pudieron escuchar el tintineo de algo metálico al caer al suelo y un momento después el doctor apareció con una llave pequeña en la mano. Vio a Moore forcejeando con la palanca y la puerta y se la ofreció. 

Pruebe con esto —sugirió—. Estaba escondida en el lavabo y algo ha de abrir. Algo importante, si se han tomado su tiempo para esconderla. 

Después su mirada buscó a Maggie, como si simplemente quisiera asegurarse de que estaba allí y estaba bien, pero en cuanto la localizó volvió a mirar al policía. 

—La señora Nichols estaba divorciada, según ponía en el informe —recordó—. Aunque bien podría tener ahora otro compañero. O tal vez algún cliente adinerado que la quisiera bien. —Enarcó un poquito las cejas, casi imperceptiblemente, al matizar—. Muy bien, si le pagaba esta casa. 

Aún quería comprobar un par de cosas, pero decidió esperar un instante por si la llave encajaba con la cerradura de la puerta. 

—Cuando termine con esto he encontrado un par de cosas que me gustaría mostrarles. 

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14/07/2019, 00:27
Narrador

Quizá es el agotamiento, quizá es el cansancio del día sumado al pinchazo en la pierna por subir y bajar tres pisos varias veces. Pero un estruendo metálico os sobresalta, tanto al señor Vane, como a Maggie. Al parecer, al ir a colocar la palanca en la puerta, para tratar de forzarla, esta ha caído pesadamente contra el suelo tras el tirón del agente. Tras agacharse para recogerla, Mortimer alcanza al agente de la metropolitana para entregarle el hallazgo, después de observar la situación. Una llave pequeña, cuya cabeza es un corazón tallado. Probarlo no va a ser un impedimento y, afortunadamente, al introducir la llave en la cerradura, esta gira sin ningún tipo de problema. La puerta se abre, dejando accesible una habiración amplia y oscura a la vista.

El sonido de una cuerda al tensarse anuncia la llegada de un proyectil.

Quizá un oído entrenado hubiera podido escuchar un mecanismo accionarse cuando Moore trató de forzar la puerta, pero el sonido de la palanca contra el suelo y la distancia entre la puerta y los otros dos compañeros le jugó al policía una mala pasada. Un virote de madera avanzaba contra él, apuntado a su mismísimo corazón.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Si os muevo antes de que podáis hacer algo, podéis narrar lo que hacéis previamente y os contestaré sin problema. (A menos que influya en la acción propia que estéis viviendo, no habrá ningún problema)

El daño en realidad son 3 puntos de Letal, con lo que no hay tirada de absorción.

Moore, tira un Destreza + Alerta Dif 7 con 2 éxitos restamos 1 de daño, con 4 restamos 2, con 6 te daría tiempo a esquivar el ataque por completo.

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14/07/2019, 09:42
Jackson Moore

- Teniente, ¿Me oye? -Escucho a lo lejos, muy a lo lejos, la voz del cabo Taylor mientras me zarandea para que no me duerma o entre en shock. Intento mantenerme consciente, pero el dolor hace que mi esfuerzo acabe siendo insuficiente. Creo que trata de taponar la herida que sangra profusamente del pecho, y que me hace gorgotear sangre, pero no estoy seguro. Un enemigo desconocido me había disparado a larga distancia. No lo vi venir. No puedo mover la pierna derecha, y me temo que seguro estará rota, o algo peor, pues he caído colina abajo desde varios metros-. ¿Está bien, señor? ¿Me oye? ¿Moore? No, no, no se vaya. Quédese conmigo, señor. Míreme Moore, míreme... ¡Médico! -Oigo como grita el cabo, aunque ya apenas puedo mantener los ojos abiertos-. ¡Sanitario! ¡¡Sanitario!! 

Entre gritos de auxilio y disparos de rifles caí sumido en un profundo sueño en plena batalla por mantener el control de aquella maldita colina a la que llamaron Majuba. Aquella fue la última vez que oí la voz de Taylor, pues moriría horas después junto con el propio general tratando de realizar una retirada táctica.

Y ahora me encuentro en una situación muy parecida, la cual ha evocado aquel recuerdo que aún a día de hoy me asalta para hacerme preguntar por qué yo sí pude salir y regresar a casa, pero muchos de mis hombres cayeron bajo el fuego de tiradores enemigos. 

El dolor del pecho es increíblemente doloroso, y el golpe me ha hecho caer de espaldas. La sangre brota e impregna mi camisa y mi chaqueta, pero me da igual. Me encojo en posición fetal por un instante, mientras intento palpar la herida como acto reflejo, pero descubro con gran asombro que lo que parecía un proyectil de bala es en realidad una estaca de madera.

En otra situación me hubiera planteado por qué un estaca, o por qué la meretriz tenía una trampa de estas características en casa, pero no hoy, y menos ahora. Sólo puedo tratar de mantenerme consciente, ya que el dolor, sumado al golpe en las costillas de la mañana, me impide hasta pensar. 

- Maldita sea, joder... argghhh... -Me quejo de dolor, retorciéndome mientras sujeto la estaca ensangrentada- Pedid... Pedid ayuda, por favor. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tiradas pésimas las mías.

3 letal, 2 contundente (Malherido)

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14/07/2019, 20:37
Mortimer Vane

Cualquier cosa que Mortimer hubiera podido imaginar no se habría acercado ni de lejos a lo que sucedió cuando el agente giró la llave y abrió la puerta. Sus ojos se abrieron como platos al ver el virote que se clavaba en su pecho, perdida su habitual expresión flemática para dar paso a una horrorizada incredulidad. ¿Por qué tenía una prostituta una trampa como aquella en su casa?, esa era la gran pregunta. Pero antes que investigador Mortimer era doctor y la duda quedó perdida en un rincón de su mente ante la urgencia del hombre herido.

—¡Moore! —exclamó al reaccionar, arrodillándose a su lado—. Quieto. Estese quieto. 

No tuvo remilgo alguno en abrirle la camisa y palpar con los dedos. Trató de sujetarlo con ambas manos para poder ver la herida y valorar la profundidad a la que se había clavado el virote. Porque según lo dentro que estuviese el primer paso sería sacarlo o no. Maldijo mentalmente por no haber cogido su maletín esa mañana cuando lo llamaron desde la comisaría. Pero en cualquier caso, iba a tratar de contener la hemorragia, eso era fundamental. Luego aplicaría sus conocimientos de primeros auxilios y podría valorar qué debían hacer. Si era una herida superficial él mismo podría coser la herida. Si era algo realmente grave necesitarían material hospitalario y sólo podría estabilizarlo para el transporte.

—¡Maggie! Busca toallas limpias y un barreño con agua. Busca algún desinfectante y material de costura. Puede que tengamos que llevarlo a un hospital, así que estate preparada. 

- Tiradas (1)
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15/07/2019, 00:27
Maggie Smith

El amargor de la pestilencia de las escaleras perduraba en el paladar de Maggie al recorrer en silencio la casa de la víctima, cuyo pulcro estado aliviaba esa sensación. Los tres inspeccionaron el lugar, aunque la atención de Moore pronto se volcó en la puerta cerrada abandonándolos para buscar una manera de abrirla, dejando a Vane y a ella solos. El Doctor mostró la misma minuciosidad que ella al explorar cada rincón. Encontrándose cada uno en lugares opuestos cuando el agente Moore regreseo, palanca en mano.

La atención de Maggie estaba en la zona que servía de salón, parada junto a unas estanterías mientras su mirada recorría los títulos que allí se encontraba. Estuvo tentada de tirar del lomo de uno hacía ella pero fue el hecho que faltara un libro lo que alimento más su curiosidad, anotando los títulos y autores en su mente preguntándose si el que faltaba estaría cerca. Esa pregunta fue la que le hizo volverse tras examinar la otra estantería. Allí se encontraba dejando el intercambió de cavilaciones entre sus acompañantes, no dejando que sus pesquisas le impidieran formarse sus propias conexiones y teorías.

Dejando atrás a los dos hombres, frente a la puerta, su atención se centro en la agenda sobre la mesita cercada por dos butacas. Alargo sus dedos enguantados para tocar la superficie de esta y abrirla con sumo cuidado.

-arrancadas...-susurró de manera imperceptible, acariciando allí donde las hojas habían cortadas de manera brusca.

Un vistazo más de cerca al tomarla entre sus manos le indico que se había escrito con cierta prisa e inmediatamente se puso a buscar en el interior de su bolso un lapicero que poder usar para rebelar lo que pudiera ocultar aquellas hojas. Intención que se vio frustrada ante el estruendo sonido de la palanca al deslizarse de las manos de Moore al suelo. Estruendo que la sobresalto haciendo que se girara hacía ellos y volviera junto a Vane. Lamentando que Moore estuviera más interesado en aquella habitación cerrada que en lo que el resto pudiera reverlar, así que guardo la agenda y observo como introducía la llave en la cerradura.

Según avanzaba hasta posicionarse justo tras Vane, al que agarro disimuladamente de la manga de su chaqueta al sobrecogerle ese repentino sentimiento de tristeza que la había acompañado toda la mañana. Desde que su madre había acudido a su mente al levantarse, pasando por la inspección del lugar del crimen, como al ver la silueta de la viuda en la calle, un mal presentimiento parecía arraigarse en su pecho. Este parecía incrementarse al ver como, finalmente, se abría la puerta de la habitación y la tragedia se desataba.

-¡Dios santo! - fue todo lo que pudo articular al ver caer a Moore herido. Había visto muchas coas en aquellos dos años, aún así la impresión del momento se quedo grabada en su mirada horrorizada.

Vane reacciono con reflejos expertos mientras ella se limito a asentir y buscar todo aquello que le había pedido. Regresando con las toalla y el barreño con agua, lo más fácil de localizar de todo. *

-Aguante señor Moore, esta en buenas manos - dijo arrodillándose junto a él - ¿que puedo hacer?

Notas de juego

*¿puedo encontra todo con facilidad o prefieres tirada?...aunque el material de costura es fácil que lo lleve ella misma en su bolso aunque sea minimo (emergencias ya sabes)

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18/07/2019, 14:59
Mary Ann Nichols

El sonido seco de un objeto penetrando la piel humana, el sonido ahogado de un quejido arrancado al expulsar el aire de los pulmones por la inercia del objeto y el regero de sangre que deja Moore contra la pared detrás de sí mismo, es todo lo que tenéis en mente mientras se llevan al agente a un hospital cercano. Por fortuna seguía estando consciente cuando llegaron los alguaciles, escoltando a los sanitarios. La policía no suele tener muchos remilgos a la hora de disparar primero y preguntar después cuando uno de sus hombres está en apuros. 

De la habitación cerrada salieron cinco niños, tres niños y dos niñas. Los hijos de Mary Ann Nichols, que se habían escondido en el interior de la habitación como les había pedido su madre si alguna vez entraban en su casa desconocidos. El mayor tiene apenas doce años y ninguno de ellos tiene conocimiento de que su madre ha fallecido. Al menos eso intuís al escuchar a los pequeños preguntando por su madre, nerviosos por lo que ha pasado. Poco o nada pueden contestar, porque en verdad, nada saben, al menos esa es la impresión que os da al escucharles responder a los agentes que se han movido hasta la casa, pues ninguno sabe, a ciencia cierta, ni a qué se dedicaba su madre. Sólo saben que por la noche ella se marchaba a "trabajar", y que la echan de menos. También se sienten muy mal por lo que le ha pasado al "señor del suelo" y que ellos no querían que "eso pasara"

Encontrar un barreño, agua y toallas limpias no fue un problema. En la cocina y el baño estaba todo lo necesario, a simple vista como para poderle tratar las heridas. Fue la pericia del doctor Vane, que demostrando una serenidad y destreza impecables pudo parar la hemorragia de Moore antes de lamentar nada más grave. Maggie, tras entregar todo lo que le habían encargado, sólo podía observar y rezar para que no tuviera que ser testigo de una pérdida más. Con la herida controlada, bajó las escaleras con rapidez para pedir ayuda. Afortunadamente para ellos, el hospital más cercano estaba bastante cerca, por lo que sus gritos de auxilio, fueron llevados por diferentes personas hasta aquellos que de verdad podían socorrerles, y la ayuda no se hizo esperar. Tras unos minutos de tensa incertidumbre, Moore estaba siendo trasladado a un hospital adecuado, no al más cercano, para tratar sus heridas. 

El agente que se queda tomando notas en la casa, antes de salir, os informa de que el agente Moore es trasladado al St Mary's Hospital. Al haberos identificado Moore como "compañeros" no ponen ninguna pega con que sigáis con la investigación en la casa, aunque él mismo empieza a investigar aquella extraña habitación. 

Notas de juego

A partir de ahora dejad de marcar a Jackson.

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25/07/2019, 00:07
Maggie Smith

Lo inverosímil de la escena vivida había dejado a la joven Smith sumida en el más absoluto silencio en el tiempo tan solo reaccionando ante las peticiones de Vane. Solo este le hizo ver a través de sus palabras para con los niños, que habían aparecido en escena, su papel en el consuelo de estos mientras el estaba ocupado con Moore. Trato con esfuerzo de consolar a los pequeños a su particular manera, comprendía las emociones humanas pero eso no quería decir que fuera empática por naturaleza, aún así eran niños que habían perdido a su madre y eso si lo comprendía.

Todo se sucedió a gran velocidad en cuanto Moore estuvo estable y la ayuda llego. Se pondría bien y eso debía ser todo un alivio, en especial para los niños1. Pues no quería imaginar las consecuencias si en lugar de herir a un agente de la ley, lo hubieran matado. Si, mejor no pensarlo. Ahora había otras cosas en las que centrar su atención.

La presencia del agente no facilitaba su labor pero ignorando su presencia en la medida de lo posible se acerco a Vane, con quien se dispuso a compartir sus hallazgos previos al incidente. Haciéndole notar la ausencia de un libro en la colección de la estantería llena de libros2 así como la rodadura en la madera del suelo debajo de la estantería contigua, adornada solamente por un jarrón.

-además...- continuo explicando procurando no llamar la atención del agente al hacerlo – encontré esto - acortando la distancia con su amigo sacando de su bolso la agenda que había encontrado en el salón – puede verse que las primeras hojas fueron arrancadas con la misma premura con la que escribieron en ellas – le mostró al abrirla y deslizar uno de sus dedos enguantados por el borde roto – quizá pueda sacar algo en claro utilizando esto – volvió a rebuscar en el bolso que fielmente la acompañaba, sacando de el esta vez un lapicero

Notas de juego

1 a los cuales deduzco que se han llevado las autoridades y no siguen alli ¿no?

2 Si necesita más información, como los libros que hay en la estantería y demás, solo dilo y te lo paso en notas ^^