Partida Rol por web

Extrañado ante la cordialidad de la bruja el pobre bufon no paraba de voltear a todos lados esperando una trampa mas esto no le impidio rechazar la sopa

Gro , gro... ts.. ts.. espectaculo de que espectaculo hablas , estas loca bruja gro gro gro gro

Al parecer su inoportuno sentido del humor se habia acrecentado en contra de la bruja desde el incidente del pozo

Soo... para la reina pensaba yo traer comida ,humanos y animales para que ella haga lo que quiera con ellos pero los humanos , no les gustan los insectos ni las plantas... no se como atraerlos a una trampa , eso si animales estupidos animales de esos tengo varios

Ante esa ultima frace la cara del bufon se ilumino en una sonrisa que apesar de que era macabra mostraba que de momento se sentia el rey del mundo

Atrape , atrape , atrape , en las zonas mas puse un charco de agua , ó si acarrear el agua fue duro , y una red debajo para que se atoraran ó si
Y callo Rubushka callo , una cria de alicornio , un alicornio pequeño , pensar yo sus padres buscarlo pero yo no poder atraparlos asi que regalare el alicornio a la reina y que ella busque a los padres JOJOJOJOJOJO
JOJOJOJOJO
JOJORJOJOR
GRO GRO GRO GRO

Su sonrisa se ensancho mas mostrando sus afilados é irregulares dientes

Ayudarme tu , decirme donde ser la ceremonia y te dejare ver al alicornio
Despues atrapare humanos , despues. Yo el bufon de la reina le llevare un alicornio un ALICORNIO!!!

Evidentemente sus planes de una ceremonia parecian confusos , acaso dejarle tal encargo fue exesivo para el pobre bufon?.
mas la noticia del alicornio , desde tiempos inmemoriables el aire a sido betado para muchos , los pegasos siempre han sido una montura casi legendaria , mas una especie mas rara de la cual solo los exploradores de las tierras montañosas aseguraban aver visto sus sombra , los alicornios similares a los pegasos pero con las habilidades de los unicornios incluido el cuerno , el alicornio
Un ser de esa categoria en manos de las criaturas del paso de Tihua , seres extermiados por la avaricia de sus cuernos y por sus rareza .
El pobre bufon apenas tenia una idea de lo que tenia en sus manos solo sabia que haria a su reina muy contenta

NARRACIÓN PARA ZAGRUL EL OGRO.

Zagrul había invertido mucho tiempo en lo que él pensaba que eran unas diestras e indetectables trampas. Pero en realidad, los puntos clave desde la entrada de la caverna hasta la sala del trono que había creído detectar eran seguramente los menos transitables; aquella trampa en que se suponía que un hilo haría caer veinte estacas talladas sobre hueso humano se advertía a leguas, incluso en aquella oscuridad, y no parecía ser otra cosa que un adorno espeluznante para un festival; en cuanto al foso con estacas… Bueno, le había quedado un cómodo agujero en que defecar.

Así que se hallaba allí sentado en una roca, jactándose y devorando algún tipo de carne, cuando percibió un tenue brillo a su derecha, procedente de algún estrecho pasaje. El ogro arrojó lejos de sí un hueso mondo y lirondo y se dejó llevar por la curiosidad. Era un resplandor dorado que se intensificaba con cada paso que daba. Terminó asomándose a una cueva para descubrir… ¡Vaya! ¿Qué era aquello? Un camino de losetas amarillas que brillaban con luz propia que se perdía en la oscuridad. Y ahora, ¿se suponía que debía seguirlo? Lo cierto es que allá en el fondo, bastante alejados, se oían unos misteriosos ecos metálicos.

-¿Un alicornio? ¿Qué necedades mencionas? – Rubushka percibía que el bufón seguía irritado con ella por lo ocurrido en la Fuente de la Esfinge pero no le hizo mucho caso. Le preocupaba más que algo pudiese salir mal en la ceremonia y que la reina los castigase a todos. –¡La reina te ordenó una cosa muy clara, nada de cazar alicornios! ¡Tienes que idear una obra o narrar una historia que entretenga y agrade a los participantes en el festival! Así que por tu bien espero que eso del “alicornio” no sea más que el título de una canción que pienses cantar.

Zagrul, atraido por la curiosidad y el sonido metálico, el cual le recordaba a un martillo herrero, recojió su trozo de estalagmita del suelo, usandola como mazo, y avanzo por el camino de baldosas amarillas.

SUCESOS DE OTOÑO:

- Parece que el otoño es tranquilo en el Paso de Tihuta. Cuando se corre la voz de que horribles monstruos atacan a las caravanas, el número de las mismas disminuye ostensiblemente.

- Algunos en el Reino Subterráneo opinan que no conviene provocar en exceso a los humanos, pues podrían enviar ejércitos a "despejar" el estratégico Paso de Tihuta.

SUCESOS:

- Parece que el otoño es tranquilo en el Paso de Tihuta. Cuando se corre la voz de que horribles monstruos atacan a las caravanas, el número de las mismas disminuye ostensiblemente.

- Algunos en el Reino Subterráneo opinan que no conviene provocar en exceso a los humanos, pues podrían enviar ejércitos a "despejar" el estratégico Paso de Tihuta.

NARRACIÓN PARA ZAGRUL EL OGRO.

La iluminación, aunque escasa e innatural, le permitía seguir con paso firme. El repiqueteo metálico era mucho más apreciable ahora: sonaba como algo metálico que percutiese en la roca. El ogro, aunque valiente, se sentía confundido. ¿Qué significado guardaba aquella senda dorada? ¿Era obra acaso de esa corte de hadas recién llegadas?

Al torcer un recodo, descubrió que un desprendimiento le impedía proseguir. Los golpes, rotundos y penetrantes, provenían de detrás de aquella muralla fortuita. De repente, unos pedazos de piedra salieron despedidos y la punta de un pico quedó a la vista. Se zafó del hueco y volvió a golpear. El espacio comenzó a agrandarse, hasta que un pequeño desmoronamiento facilitó una abertura por la que apareció…

Saréase era el ingenio fabricado hacía muchos siglos por un hada legendaria, Antiquitera, y su misión era la de supervisar y reparar una antiquísima red de senderos de baldosas doradas, trazados para conectar lugares extraños y misteriosos tanto sobre la faz como sobre el envés de este mundo. El camino había constituido alguna vez un símbolo de sabiduría y de pureza de espíritu; ahora, sólo era un vestigio olvidado que una máquina trasegaba sin descanso.

Blandía un pico. Cargaba a sus espaldas aperos de construcción. Su figura era cónica, maciza y estaba cubierta de abolladuras. Alcanzaba dos metros de altura. Sus extremos resultaban canijos en relación con el resto del conjunto; sus manos y pies consistían en garras de tres garfios, sobrecogedoras, pero no exentas de sutileza. Tan sólo una de las lentes que mostraba en su remate, emitía un brillo ensangrentado; la otra estaba rota. Su boca y narices eran motivos pintados, como en una máscara, muy desdibujados.

Saréase se movía muy desgarbadamente, sus articulaciones rechinaban, no estaba en sus mejores días. Necesitaba combustible: un corazón sangrante, aún latiente, sacrificado en el pequeño altar de su pecho no le vendría nada mal. Y allí delante de sí, por pura casualidad, tenía a un ogro vigoroso.

Zagrul no se dejó impresionar por el extraño artefacto que tenía delante de él, y saltó para asestarle un mazazo con su estalagmita desde arriva.

NARRACIÓN PARA ZAGRUL EL OGRO.

La bestia mecánica, habiendo desestimado el pico como arma, avanzó entre los escombros haciendo girar sus garras, las cuales, por arte de magia, se habían erizado de cuchillas y taladros. Torpe y letal se arrojó contra Zagrul, puesto que codiciaba abrirle el pecho.

Habia pasado tiempo desde que el bufon se habia marchado de la casa de la bruja sin decir una palabra , esa vieja bruja deberia morir
Se dirijio a la entrada de la caverna donde vio con regosijo que dos buitres yacian muertos al intentar hacercarse a la carne putrefacta que ahora tenia mas altura que el bufon , entre un ojo colgante pudo distingir la pelotita blanca que habia hecho sufrir a su araña

Falta poco querida falta poco

Con paso lento por su cjera habia decidido regalar el alicornio despues de hacer lo que la reina queria
Con gran maestria agarro una piedra afilada y al cadaver de un cabrio le habrio las viseras y con la vegija formo un odre el cual lleno de sangre fresca que escurria de los cuerpos mas recientes ya que el sol rapidamente descomponia la carne llenando el lugar de un edor capaz de hacer vomitar al mas fuerte hombre , el edor de la muerte era un perfume para nuestro pequeño amigo
Se dirijio al bosque dispuesto a capturar un niño humano hare que ese niño le cante algo a mi reina
Esta vez agarro la tela de su araña que cubria a varios cuerpos sabiendo que su araña recompondria la tela perdida , mientras caminaba en direccion a los lugares donde habia mas humanos empezo a tejer varias redes que colocaria en el suelo de los campos donde jugaban los niños

Betelgeuse ya se había marchado hacía rato, cuando Roggo la llamó desde la orilla. Ajetreado de aquí para allá, no había sido hasta el atardecer que el barbo había advertido la presencia de una niña que, habiendo picado el cebo de la marmita siempre abundante (la cual se hallaba hacia el este, en dirección a Suceava), se había sumido en un pesado letargo ahíta de lodo y gusanos en Parath Ordine.

Sin perder un segundo, Rubushka hizo aparecer sus agallas de salmón y se lanzó a las aguas, nadando como una piraña que ha olisqueado la sangre. El trayecto su avidez lo hacía eterno. La noche, mientras tanto, había engullido el mundo con grandes bocados.

Rubushka salió de las aguas con un presentimiento de peligro. Pero podían más las ansias, así que se deslizó furtivamente hasta las cercanías de la marmita, y allí descubrió a una niña campesina sucia, con la barriga hinchada de comer barro, desmayada en el suelo. Rubushka se relamió las fauces.

Y sin embargo, la sensación de amenaza persistía. Aquel paraje rozaba las lindes de los dominios de Titania, penetraba en la región de Suceava. Llena de incertidumbre, optó por parapetarse detrás de un árbol y observar antes de internarse en el claro.

¡Acertó de pleno! El gruñido de una fiera rompió el silencio. La niña se estremeció y gimió en sueños. De entre las sombras del sendero del este, despuntaron dos reflejos pajizos, marcando la altura algo gigantesco. Su silueta apenas vislumbrada se aproximaba a la niña.

“¡Mi presa!”, crujió el corazón de Rubushka. Aquella alimaña oportunista pretendía disfrutar de su éxito. El pundonor la empujó a tratar de asustar al intruso. Surgió de la espesura gritando como una banshee, la maraña de cabellos ralos ondeando en torno de su cabeza como una gorgona, las mandíbulas batientes como un cocodrilo…

La bestia no se inmutó. Se detuvo un instante, olisqueando la noche, hasta que sus ojos se centraron en Rubushka. Hizo el amago de avanzar hacia ella. Ahora era más visible, terriblemente perceptible a la incierta luz de las estrellas: se trataba de un monstruo, híbrido de hombre y murciélago, dotado de garras y enormes colmillos; su musculatura se expandía a cada pulso de sus ojos amarillos, plenos de increíble maldad. El cuerpo estaba erizado de púas de hueso que descollaban de su interior. Caminaba encorvado, así que su estatura podía comprender fácilmente los dos metros y medio.

“¡Pies para que os quiero!”, se dijo Rubushka. No tenía ninguna oportunidad de vencer a aquella bestia desconocida. Corrió hacia el río, por fortuna no muy alejado, y se arrojó a la ribera provista de sus agallas de salmón, y entre las cañas permaneció, preguntándose qué era aquella cosa y qué se proponía hacer ahora.

La criatura retrocedió hasta la niña, desentendida de la bruja. La manipuló como si fuese un juguete y le arrancó la cabeza en un santiamén, como si descorchase una botella. A continuación, se arrimó la garganta deshilachada y convertida en un surtidor de sangre y se la bebió enterita. Una vez que se hubo saciado, arrojó el cuerpo y desapareció en la noche.

Rubushka aguardó un tiempo prudencial para emerger. Le echó un vistazo al cuerpo, crepitando de rabia. “Ha quedado muy poco jugoso, sí, pero qué diantres, aún podría hacerse algo de él”, procuraba consolarse. Debía presentarse ante Annya cuanto antes, para narrarle esa intrusión en su territorio de caza. Tal vez la reina pudiese adivinar si aquella cosa era un hada o qué y la manera de combatirla. “Esto no va a quedar así, rufián…”

Que bien, cuanta comida, mi Señora seguro que estara contenta con mi trabajo, seguro que me perdona pensaba Murusures mientras arrastraba a la vaca recien cazada
Este animal estupido ha sido mas facil de cazar que aquel endiablado humano, cada vez que lo recuerdo, pero esa historia es para mi Reina que de seguro se interesa
Murusures estaba contento, su encorvada figura se alzaba todo lo alta que podia, orgulloso, mostrando, para aquel que quisiera ver la horrenda caricatura que era aquel ser de colmillos afilados y nariz ganchuda.
A duras penas arrastraba la res que acababa de cazar hacia su cueva, donde permanecia el humano que cazara unas horas antes, solo que ahora la vida de aqule ser habia expirado
-Vaya, si que son fragiles estos tipos, por un ligero golpecito...
La sangre, ya coagulada manaba de una brecha en la cabeza del desdichado que se habia alejado de sus compañeros y al cual Murusures habia dado caza.
Ato al humano con algo que antaño podia llamarse cuerda, junto a la vaca, y los arrastro a duras penas hacia el salon, donde su Reina esperaba.
El pequeño Murusures, brillante en la oscuridad de los tuneles, portaba una macabra ¿sonrisa? en su rostro y de tanto en cuando saltaba de alegria
-Comida para el banquete fui a buscar y un humano y una vaca voy a entregar- conturreaba el hada-Comida Murusures va a buscar...
Tras una larga caminata, el luminescente ser llego a la sala del trono, y como el perro que vuelve a las faldas de su dueña, Murusures agacho la cabeza y se arrastro, como el fiel vasallo que era, tirando de la cuerda, pero sin exito aparente
-Mi Señora, MiReina, Mi Ama, os he traido lo que me pedisteis, carne de humano y carne de animal, para vuestra gran fiesta, espero...espero...
Murusures no se atrevia a terminar la frase, hasta que su Ama le diera el permiso de hablar.

Annya Titania Rhiannon se preparaba para abrir las Puertas de la Noche.

Hierática en mitad de la sala, sumida en un estado alterado de conciencia, se sumergía en la vastedad de su propia sustancia buscando la Llave que es Máscara, Espejo y Laberinto. Recitaba palabras de poder que trastocaban la trama de la Existencia, acoplando una infinidad de mundos soñados en un mismo plano; con sus dedos ágiles extraía las puntas de mil y un hilos de delirio y componía tapices imposibles en el aire embebido de milagro. Los hierofantes extraviaban sus ensalmos y eran forzados a comparecer ante ella: sombras de dragones, atisbos de quimeras, vestigios de titanes, componían al unísono la insólita geografía de su voluntad.

Pero necesitaba un descanso. Llevaba días enfrascada en la preparación de la ceremonia. Es por eso que Murusures pudo encontrar un camino hacia la reina y no disolverse en el caos topográfico. La nervuda criatura temblaba postrada, adorándola. Su sumisión era perfecta. Titania habló con suavidad, si es que el cierzo puede ser suave:

- ¿Qué me traes, prócer mío?

Después de mi despertar estaba cansado, tenia que recobrar mis fuerzas, pero no sabía muy donde estaba ni que epoca era. Mi mente todavía adormilada del letargo empieza a funcionar y buscar.

Mi alrededor era oscuro, pero eso no tenía mucha importacia hacia mi, mi reino eran las sombras y la oscuridad. Era un lugar muy cómodo. Y allí a mis espaldas estaba eso, el maldito objeto donde me encadenan y me cierran a volutad, no podía ni soportar ese pensamiento pero a la vez no podía vivr sin él. Un colgante hecho por los duendes simple a primera vista, pero engarzado en él un ópalo, ... un ópalo negro. Parecía negro, pero la curiosidad de esta piedra es que parece de todos los colores, destellos de ellos se ven reflejados cuando la vista se fija en él.

El conjuro para tenerme atrapado es muy fuerte y no se puede romper, te tienen que llamar para poder salir. Y después de lo que hice poca gente sabía de mi existencia, y ya no digamos de mi paradero, solo podría haber sido un ser, un ser poderoso y que me detesta, pero que necesita de mi ayuda, eso es lo que estaba escuchando dentro de mi, dentro de mi ser. Ahora que me había llamado no podía hacer nada contra su volutad, estaba ligado a lo que ella me indicara.

Así que mas valdría presentarme ante ella. No tengo problemas pradesplazarme, aún estando es una cueva sin entrada ni salida, un agujero escavado en las profundidades del mundo y sellado. Pero yo no necesitaba puertas para moverme, mientras tubiera sombras y oscuridad me bastanba. Aunque tras mi largo letargo el moverme por las sombras iba a ser complicado.

"Vamos a ver si puedo moverme como antaño, yo he nacido de las sombras, asi que creo que no me costará mucho, lo único que espero es que haya sombras allá donde voy"

Sonrio para mis adentros y me encamino hacia la pared, la oscuridad bañaba toda la cueva y podía salir por donde quisoera. Antes me habia asegurado que el medallon estubiera conmigo, no queria dejar algo así allí abandonado, quería que si alguna vez me volvian a sellar tubieran que trabajr otra vez para constuir otro escondite parecido.

Mi cuerpo empezo a fundirse con las sombras y empezaba el viaje, mi cuerpo la sentía, sentía a Annya Titania, la persona que me había llamado con su poderosa voz y ala que tenía que responder. Mi cuerpo se retorcia para poder viajar por las sombras del mundo hasta ella. Hasta qeu lo vi, vi la sombra de la que salía el sonido de su voz.

La sombra de de una vela me era suficiente, me retorcí, alargue, encogí, mi cuerpo no tenia restricciones adoptaba la forma de fuera necesaria para poder moverme, hasta que llegara a mi destino, donde una forma grotesca empezara a cambiar y formarse mi verdadero cuerpo.

- Annya Titania Rhiannon, hija de la antigua Safne, veo que ya ha sustituido a su madre en el trono. El mundo se mueve mientras yo duermo. Aquí me tienes tras tu llamada dispuesto a darte mis servicios.

Me lanzo hacia la temible maquina solo pensando en destrozarla...

NARRACIÓN PARA ZAGRUL EL OGRO.

Sorprendentemente, el chasis de la bestia mecánica encajó el poderoso golpe del ogro; su contra-ataque no se hizo esperar.

Una res y un hombre muerto: Murusures había mostrado sus capturas ansioso de reconocimiento. Annya había sonreído complacida y accedido a acercarse y acariciar una mejilla marchita al ufano cazador. Pero no hubo tiempo para palabras de elogio: un pálpito había puesto en guardia a la reina. Desde uno de los pasadizos a espaldas del trono acudía a su nariz un penetrante olor a tiniebla, tiniebla viviente. El semi-troll la había imitado, dispuesto a que nada enturbiara su momento de gloria.

De una matriz caliginosa, de un rincón inflado de untuosa oscuridad, se había ido deshilachando una forma, un dúctil recorte de cuerpo había ido surgiendo. Ante ellos había comparecido una criatura de rostro cerúleo y ojos hundidos, de miembros prolongados y elásticos terminados en órganos ondulantes como humo; una negrura brumosa e insistente empapaba su torso, le caracoleaba en torno, se solidificaba y disolvía imitando ora una coraza, ora una luenga capa. En el centro, a la altura del pecho, aunque sofocado, se apreciaba un brillo de sangre.

Annya no tuvo oportunidad de replicar: Rubushka acababa de irrumpir en la sala como una turba de escorpiones. Sobre el hombro izquierdo cargaba el cuerpo de una niña humana, de la mano derecha, atrapada por mechones de cabellos, pendía una cabeza. La bruja lanzaba quejidos y lamentos, y no los interrumpió cuando ejecutó una torpe reverencia.

- ¡Mirad, mirad, Titania, mi reina! ¡Un monstruo, horrible como nunca se oyó, merodeando mis trampas, consumiendo mis presas!

Pero, finalmente, todos enmudecieron cuando una tonada horrísona se precipitó por los túneles hasta sus oídos. El bufón ensayaba sus nuevas canciones para el festival.