Partida Rol por web

Todo sale a la perfeccion, aunque notas que al principio, Belisama se lo piensa dos veces antes de subirse en el bloque de hielo. Segun avanzais por el rio, chocando de vez en cuando con las orillas, aunque sin ir a demasiada velocidad, sientes que por fin vas a llegar a casa, y antes de lo que pensabas. Parar el bloque no sera complicado, en principio...

Justo entonces Belisama se revuelve. Giras la cabeza un poco preocupado, y ves que los labios de la mujer estan morados, y que parece mas debil que nunca. Esta palida y ha cerrado los ojos. Esta rozando la inconsciencia

Eso podria ser un problema. Quizas puedas ocuparte de que Leizhel no caiga, pero si Belisama tambien esta inconsciente, y tienes que preocuparte de los dos, cualquiera podria resbalarse y escaparsete, y enconces podria llegar a ahogarse

Un aura roja rodea a Belisama, y el hielo a su alrededor comienza a derretirse, aunque rapidamente colocas la piedra al lado y deja de convertirse en agua. Pero al acercar la piedra, Belisama frunce el ceño y suelta un gemido. Parece ser que esa piedra la afecta negativamente. Y el hielo creado con esta, tambien. Cada vez esta peor

Pero ya queda poco para llegar al pueblo...

Mientras trato de llevar la embarcación a buen puerto me percato de que Belisama tiene más problemas de los debidos con el hielo y, por desgracia, el hielo también los tiene con ella, auqneu no se queja, no sé si por falta de fuerzas o por respeto.

Sea como sea es una mujer muy fuerte.

Trato de paliar el deshielo de nuestro barco con la piedra, pero eso parece debelitar en exceso a la mujer. Miro a todos los lados desesperadamente y se me ocurre algo.

A lo mejor no ayuda mucho pero, al menos, espero que nos de un poco más de tiempo para llegar a la aldea.... Ya casi estamos....

Tratando de mantener la piedra en contacto con el hielo, muevo ligeramente el cuerpo casi inerte de Leizhel para estirarle las piernas.

Belisama, siéntata sobre las piernas de Leizhel. No pesas mucho, no creo que le moleste. Agárrate con una mano a la rama y la otra... prueba a ponerla en su frente. Ya queda poco para llegar, allí tendrás un fuego cálido al que arrimarte, te lo prometo.

Con un poco de suerte se harán un favor mútuo si el calor de Lehizel y su fiebre puede ser absorbido por Belisama. - Pienso mientras trato de dirigir el "barco".

Belisama no te responde. Notas que parece haberte esuchado, pero no tiene fuerzas para hablar. Tampoco, al parecer para moverse

Ya queda poco...

Tras un momento vuelvo la vista atrás y veo que Belisama sigue inmovil en su posición anterior.

Pero... ¿Qué le pasa?... parece que se ha quedado helada literalmente... tampoco es para tanto...

Trato de moverme sin perder el equilibrio ni hacer que la embarcación vaya a pique e intento ayudar a Belisama a ponerse como le había indicado.

Vamos... ¡Ánimo!... ya casi estamos...

Vaya... parece estar realmente petrificada...

La colocas en posicion, y cruzas los dedos. Tras unos pequeños tumbos, el rio llega a tu aldea

Al principio pasas junto a los campos de cultivo de tus vecinos. Algunos se extrañan al mirar al rio y verte subido en un bloque de hielo, aunque pronto todos comunican la noticia a gritos y te preguntan por lo ocurrido

Poco a poco avanzamos hacia la aldea. Al pasar por los primeros campos algunos conocidos se me quedan mirando extrañados. Les hago un gesto con la mano en señal de saludo por si no me han reconocido.

Al llegar a uno de los campos más cercanos al río, se acerca Keiran y me pregunta que de donde vengo de estas formas con una sonrisa. Después repara en Leizhel y la expresión de su cara cambia completamente.

Amigo es largo de conar. Ahora necesitamos ayuda. Corre a la aldea y avisa a Brannagh y a un par de hombres fuertes.

Percatándose de lo preocupante de la situación, el campesino echa a correr adelantándose al témpano flotante mientras observo como se aleja.

Keiran... ¡qué ganas tengo de volver a comer tus mazorcas asadas!... - Miro a Leizhel y Belisama - Espero que vosotros también tengais la oportunidad de probarlas... Brannagh es un gran curandero, seguro que él sabrá que hacer...

Tras unos minutos llegamos al punto del rio más cercano a la aldea. Allí hay bastante gente reunida. Parece que Kerian se ha excedido un poco con el anuncio de nuestra llega. Aunque debo reconocer que me reconformta volver a ver toda esa gente.

Cuando nuestra embarcación se acerca una de la orillas, agarro la rama "mástil" fuertemente con una mano mientras con la otra saco la mayor de mis dagas y la clavo con fuerza en la tierra. La embarcación se frena brúscamente y se gira hasta chocar con la orilla. Rápidamente dos hombres de los que había entre la multitud se acercan y cogen a Leizhel y Belisama, llevándolos rápidamente junto a Brannagh. Otros me ayudan a mi a volver a tierra y me quedo un momento viendo como el rio se lleva mi pequeño bote blanco hasta un destino incierto.

Mucha gente se agolpa a mi alrededor haciendo preguntas y dándome la bienvenida, pero no los escucho, mi mente está muy ocupada en otros asuntos.

Amigos, habrá tiempo de contar lo sucedido, pero ahora debo ir con mis compañeros. - Digo con los brazos levantados tratando de calmar a los aldeanos. Seguidamente me dirijo hasta la choza de Brannagh.

Mientras unos amigos te ayudan a transportar a los dos heridos, otros miran extrañados a la mujer de cabellos rojizos que te acompaña. Pronto habeis llegado a la casa de Brannagh, que expulsa a todo el mundo, y se queda a solas contigo, los dos heridos, y su joven ayudante, Ygidar. Mientras da ordenes a su pequeño aprendiz, va hablando contigo

Leizhel esta muy mal. Su vida prende de un hilo. Pero la mujer esta fuera de mis posibilidades. No tengo ni idea de que le ocurre, aunque se comporta como si tuviera una fiebre avanzada, o alguna enfermedad mucho peor. Deberias llamar a Laiduth. Quizas el pueda hacer algo

El druida de la aldea vive cerca del poblado, en una pequeña choza subida en una colina, de manera que no llega a estar del todo entre el resto de las construcciones pero tampoco se priva de la proteccion de sus congeneres, y puede entererarse facilmente de lo que ocurre debido a que no esta demasiado lejos. Probablemente haya oido el barullo y haya salido fuera a mirar

Mientras, Brannagh sigue dando ordenes a Ygidar, y antes de que te muevas, te mira preocupado y te dice

Hare lo que pueda, Arzhel. Pero cuando vuelvas deberas explicarme que ocurrio. Estoy trabajando a ciegas. Y sabes de sobra que mis conocimientos son limitados...

Asiento con la cabeza las palabras del curandero.

Confio en que harás todo lo posible. Iré a hablar con Laiduth. Quizás él pueda explicarme lo ocurrido para que yo te lo pueda explicar a ti poruqe, la verdad, es que tampoco estoy muy seguro...

Comienzo a andar hacia la puerta de la choza con cara de preocupación. Ygidar pasa a mi lado con un cuenco de agua caliente y le hago una caricia en la cabeza que el muchacho parece ignorar. Abro la puerta pero, antes de salir, me giro de nuevo al curandero y su aprendiz.

Sé que puede parecer extraño pero... a la mujer... dadle un vaso de agua caliente y una manta y, si le podeis encender la chimenea... mejor.

Sin más explicaciones salgo y dejo la puerta cerrada tras de mi. Fuera me encuentro de nuevo un montón de gente que me mira interrogativamente. Me quedo mirándolos un momento, pero no me salen las palabras. Al poco, y sin mediar palabra, agacho la cabeza y me dirijo a ver a Laiduth.

Em... Bueno, entendido. No creo que le haga ningun mal

Parece un poco sorprendido, pero da instrucciones a Ygidar para que siga el procedimiento y los dos se despiden de ti con un saludo

Entre la multitud que te mira al salir puedes distinguir alguna mirada de apoyo, ya que, aunque no sepan lo que ha ocurrido, no es dificil saber que no hay buenas noticias. Tambien de preocupacion por Leizhel, aunque el sentimiento que prima, es, como te esperabas, el de la curiosidad. Les ignoras y subes hacia la casa de Laiduth, y, aunque algunos te cortan el paso preguntandote que ha ocurrido, otros les retienen y les reprimen, alegando que debes descansar, y que ya habra tiempo de hacer preguntas. Aun asi, muchos no se quedan satisfechos, y, aunque la mayoria vuelve a sus quehaceres, no dudas que algunos tan curiosos (o tan ociosos) como para permitirse hacer un alto en el trabajo te abordaran mientras bajes de vuelta a la casa de Brannagh. Por suerte, nadie impone tanto respeto en el pueblo como el druida, excepto quizas el jefe de la aldea

Llamas a la puerta de Laiduth al llegar y esperas a que abra

Laiduth tarda unos segundos en contestar

Pasa, esta abierto. Es urgente??? Estoy bastante ocupado...

Por suerte o desgracia, esta vez parece no haberse dado cuenta del barullo reinante en la aldea. Que se traera entre manos??? La verdad es que el druida te impone mucho respeto, si bien tampoco acabas de congeniar con el en ciertos aspectos. Aunque a rasgos generales hay una buena relacion entre los dos, y en un pueblo en el que la gente te considera una persona a destacar (a pesar de tu condicion, ya que no ostentas ningun rango ni desempeñas ninguna tarea que te proporcione cierto poder sobre tus vecinos) el druida se interesa en cierto grado por ti

No has entrado, pero conoces de sobra la casa del viejo sabio. Dos habitaciones, una de ellas compacta y pequeña para el lecho y otra un poco mas espaciosa llena de ramitas, de calderos y utensilios extraños, asi como algun que otro pergamino o tunica colgada, y obviando los materiales basicos

Entro en la cabaña abriendo la puerta léntamente, ya que a Laiduth le gusta permanecer en penunmbra y la intrusión de mucha luz de golpe puede molestarle. Tan pronto como entro vuelvo a cerrar la puerta y trato de hacer mis ojos a la peculiar atmósfera del druida mientras busco su figura entre la multitud de objetos que guarda.

Buenos días maestro. Soy Arzhel y, la verdad es que, sí, es bastante urgente.

Laiduth prepara, en uno de sus recipientes, una especie de pocima o caldo, que hierve mientras, abajo, el fuego no deja de lamer con suavidad la parte inferior del caldero. Alza la mirada para verte, y esboza una mueca de preocupacion

De que se trata??? Debo vigilar la preparacion de esta infusion y añadir los ingredientes en los momentos precisos, no puedo perder una hora de trabajo por despistarme debido a alguna minucia...

Entonces deja de hablar, y frunce el ceño

Arzhel... No habias ido de caza con Leizhel??? Volviais hoy, no??? Que ha ocurrido???

Me acerco un poco más al druida con la cabeza gacha y los dedos de las manos entrecruzados.

Sí, bueno, es una historia larga y dificil de contar... Si está muy ocupado mejor lo dejamos para otro momento... pero Leizhel esta herido de mucha gravedad... No sé si Brannath podrá ayudarle, él no puede esperar, ¿quizás usted podría echarle un vistazo a su herida.

Avanzo un paso más y alzo la cabeza.

Si me dice lo que tengo que hacer, yo estaré atento de la pócima mientras usted va a verle.

Leizhel??? El druida parece sorprendido Claro que es importante. Es nuestro vecino y compañero. En que lio os habeis metido???

Bueno, da igual. Perdon por haber sido tan brusco, creia que era algo sin importancia, aunque si hay un herido del que Brannagh no se puede ocupar, por supuesto que ire. Importa mas la vida de uno de los nuestros, por muy poco riesgo que corra, que una simple pocima...

Mientras ha dicho todo esto, ha cogido sus utensilios y su baston, y esta a punto de salir cuando de repente, se gira y te mira, indeciso

Aunque si es verdad que si pudieras hacerte cargo tu me ayudarias mucho... mmmm...

Arzhel, sabes algo de medicina, no?? Y algo de nuestra religion tambien. Creo que alguna vez te he enseñado algo... Y sabes leer un poco, no???

Reflexiona unos momentos, mas hablando consigo mismo que contigo. Sabes que, aunque haga preguntas, en el fondo no espera respuestas, y tampoco te escuchara en estos momentos. Cuando se pone a pensar, es dificil sacarle de las nubes...

Bien

Laiduth se acerca a una especie de estante bajo, hecho de manera tosca, aunque con madera de buena calidad, y coge una tablilla hecha con barro endurecido. Busca durante unos segundos, y la lee de arriba a abajo. Luego te mira, y te entrega la tablilla

No quiero perder mas tiempo, debo ir con Leizhel. Te pido que vigiles la pocion, pero no tienes solo que observarla... Tambien tienes que añadir las hierbas y ramitas indicadas en el momento indicado. Para ello, intenta enterarte de lo que pone en estas paginas... Aqui se explica como preparar la pocion de forma un poco cifrada, pero es lo unico que tengo. Intenta que no se pierda

Despues se va por la puerta, sin añadir nada mas, y sin esperar a que hables, y te quedas solo

Me quedo mirando al druida mientras da vueltas alrededor mia inmerso en sus pensamientos. Después me una tablilla que cojo con ambas manos, un poco indeciso, pero sin vacilar.

De.. de.. de acuerdo, mestro.

Es todo lo que llego a decir tras sus explicaciones antes de que se vaya. Al poco miro la tablilla.

Vamos a ver... tengo que hacerlo bien por Leizhel...

Comienzo a dar vueltas por la choza cogiendo algunas hierbas e ingredientes de entre lo que voy intullendo en la tablilla de Laiduth.

Miras la pocima. Esta humea y burbujea, mecida por el fuego que sale del hueco para la leña, justo debajo del caldero. No sabes si lo has hecho del todo bien, pero en principio, parece que al menos no la has entorpecido. Laiduth quedara sorprendido, la verdad es que no parecia confiar en que la pocima se salvase, y esta no tiene mala pinta...

Entonces, llama alguien a la puerta. Abres, y ves a un joven, palido, mirandote. Le reconoces como uno de los hijos de tus vecinos, joven e inquieto... Aunque ahora parece asustado...

Arzhel... Debes bajar rapido... Laiduth te ha llamado...

Parece asustado. Cuando le preguntas que ocurre, parece pensarselo antes de responder. Despues, mira al suelo, y acto seguido, te mira con miedo. Supones que algo malo ha tenido que ocurrir, porque parece en estado de shock. Al final las palabras salen de su boca, y, tras ellas, se hace el silencio durante unos segundos

La extraña... Esta ardiendo

Observaba la poción con detenimiento, orgulloso de lo que había conseguido.

Bueno, parece que esto está listo... espero...

El sonido de alguien que llama a la puerta me devuelve al mundo. Cuando abro veo a un chico del pueblo pálido.

Chico

Cita:

Echo un último vistazo a la poción para ver que queda bien y me dirijo al chico agarrándolo por los hombros para tranquilizarlo.

Vamos. No te preocupes, es.... normal.... en ella.

Juntos bajamos hasta la cabaña de Brannagh.

El joven te conduce hasta la vivienda de Brannagh, y ves alli a un grupo de gente curiosa, algunos mudos del asombro, otros con una expresion de miedo en el rostro. Te abres paso y entras en la habitacion. Dentro hay varias personas, entre ellas, Brannagh y su familia, asi como su aprendiz, que miran con aprehension hacia el lugar donde esta Belisama. Brannagh empapa en estos momentos un paño con agua y lo coloca en la frente de Leizhel, para bajarle la fiebre, aunque notas que esta mas atento a lo que ocurre en el otro lado de la habitacion

Y es que, junto a Belisama, que en estos momentos esta envuelta en llamas azules y rojizas, como rodeada por una extraña aura, pero sin quemarse lo mas minimo, Laiduth se encuentra arrodillado en el suelo, con los brazos alzados hacia el frente, en posicion horizontal, las manos abiertas en garra, como queriendo atrapar algo, y sudor perlado en la frente

Belisama aun esta inconsciente, pero no yace sobre la camilla de antes. Esta se encuentra en el suelo, calcinada por el fuego, y apagada apresuradamente, probablemente por la gente que habia fuera de la cabaña, que, por cierto, aun sigue trayendo cubos y cubos de agua dentro de esta. Pero te das cuenta de que, si algo evita que todo arda, es Laiduth y su magia. Probablemente es el causante de que Belisama no caiga al suelo, y quede levitando como colgada de unos hilos invisibles. Probablemente es el que consigue que el fuego no queme el techo de madera y paja. No puedes evitar sonreir casi imperceptiblemente. Probablemente Brannagh comenzara a tener mas fe en la magia tras esta experiencia

Una vez entras dentro, Laiduth habla, aunque con esfuerzo, y sin cambiar su expresion

Arzhel... Quien es esta mujer???

Por primera vez te habla con miedo, o incluso con confusion. Es muy extraño que estos sentimientos se den en el druida de la aldea

Tras ver la escena que se había formado en un momento, me acerco al lugar donde están Belisama y Laiduth.

Laiduth

Cita:

No estoy muy seguro maestro. Sé que se llama Belisama y que, tanto Leizhel - miro un memento hacia mi compañero pues, lo que voy a decir, implica que sobreviva y no estoy muy seguro de eso - como yo, tenemos una deuda de vida con ella. Si una sirviente suya no nos hubiese ayudado, no habríamos vuelto.

Dicho esto me coloco el colgante que me dio Salizel para invocar a Belisama y me llevo una mano hacia el bolsito donde guardo la piedra de fuego y la otra al que contiene la de hielo, presto a utilizar alguna si fuese necesario. Me acrco a Belisama lo que más puedo y le hablo al odio.

Belisama, Belisama, ¿puedes oirme?

Belisama abre los ojos con lentitud, y gira la cabeza hasta ti. Te recorre un escalofrio cuando ves que carece de pupilas

... Aleih dar selka...

Nunca habias escuchado ese idioma. Pero Belisama te sigue mirando fijamente, como si esperara que la respondieses