Partida Rol por web

Os adentráis en el templo del Toro, y a los pocos pasos os encontráis a Aldebarán, preparado, como si quisiera combatir. No sabía de quién eran los pasos que se estaban adentrando en la casa, y temía pudiesen ser los de un enemigo, así que estaba preparado por si las moscas.

Sientes a dos personas adentrándose en tu casa. Al poco se aparecen ante ti. Son Marin, caballero del Águila, y tu amigo Mu, caballero de Aries. Se acercan con presteza, como si tuviesen algo que comunicarte, algo de cierta importancia.

Marin, al igual que el resto de caballeros de bronce y de plata, formaban parte de la guardia del santuario, encargados de vigilar que no sucediese nada extraño, y de protegerla en caso de una amenaza que no fuese lo suficientemente importante como para convocar a los doce santos dorados. La cabeza de la guardia era Shaina del Ofiuco, y Marin del Águila era uno de sus principales caballeros.

Y Mu... No en vano era el mayor confidente de Aldebarán entre los 12 caballeros dorados.

Los tres estáis juntos, en el templo de Tauro.

¿Puedes adelantarme algo Caballero de Leo?, he tenido que abandonar mi estancia, dejándola desprotegida por tu llamada, por lo menos me merezco una explicación y adelanto de lo que has de comunicarnos.- decía con un tono serio y respetuoso Camus -

Mu no puede evitar sentir una honda satisfacción al ver al guardián de la Casa del Toro plantado frente a ellos y listo para combatir. Ciertamente, la imponente masa de Aldebarán, parapetada detrás de su armadura, no es algo que inspire precisamente felicidad. Es, de hecho, una visión temible, que golpea la retina con fuerza. Da la impresión de que el caballero es como su propio signo, imparable una vez que se ha lanzado a la carga.

Pero el hecho de que los haya recibido así demuestra que, pese a que reine la paz y Atenea esté de vuelta donde debe estar, ninguno de sus caballeros se ha vuelto laxo ni se ha relajado al cumplir su deber. Como él mismo, el Caballero de Tauro siempre está en guardia y listo para interceptar a cualquiera que se adentre sin avisar en su templo. Bueno es saberlo. Aunque de momento, lo mejor será explicar que hacen aquí, al fin y al cabo no quieren que sospeche. Mu habla primero, como caballero de mayor rango.

Tranquilo, Aldebarán. Soy yo, Mu. Marin viene conmigo. Lamentamos no haber avisado, pero hemos tenido que venir que improviso. Los caballeros de guardia han descubierto algo que consideraron importante. Marin informó al caballero Aioria, y éste le ha solicitado que nos reuna a todos en su templo. Acaba de entregarme al mensaje, y ahora nos dirigíamo hacia allí. ¿Nos acompañas?

-Algo te adelantaré, pero no mucho- te mira, pensativo- Esta mañana ha habido un par de reuniones clandestinas en el Partenón, ante la estatua de Atenea. Y lo peor no es que hayan tenido lugar, ya que la nuestra también lo es, sino quién las ha convocado.

Te mira, como haciendo tiempo hasta que lleguen los demás, pero a la par ves que está deseoso de compartir lo que sabe con sus compañeros.

-Así es- añade Marin, que poco más tiene que añadir a lo que ha comentado su superior, el caballero de Aries- Si puedes acompañarnos, te lo agradeceríamos.

¿quien ha osado reunirse clandestinamente ante la ausencia de Atenea?, a parte de nosotros..,¿debido a algún problema interno?

¿Ya están metiendo las narices los aprendices de caballero otra vez en las Casas Zodiacales, aun cuando está prohibido?,¿ alguna caballero ha mostrado su rostro a alguien?, ¿ problemas Internos en el Santuario o lejos de nuestro santuario?, ¿Algol ya se ha ensañado con los aprendices transformándolos en Piedra?

Que situación o acción , han hecho que se hagan estas reuniones clandestinas, alejados del conocimiento de Atenea por su Ausencia.

¿quién a convocado tales reuniones clandestinas y por qué razón?

Decía  Camus respetuoso, pero en su voz, ya se notaba una pasividad casi molesta e incómoda.

Me plante frente a la puerta del templo de Tauro con los brazos en jarra, concentrado y dispuesto a liberar mi cosmos en cuanto aquel o aquellos que se acercaran realizaran el mas mínimo signo de hostilidad. Es cierto que en este momento la paz reinaba sobre la tierra, pero un caballero jamas debe bajar la guardia, ya que lo que ellos protegen es demasiado importante. Además ya había tenido malas experiencias en el pasado, como la vez que fue atacado y vencido por los caballeros divinos, todo por no estar realmente preparado para combatir.

Finalmente, dos figuras emergen de las escaleras provenientes de la casa de Aries: el propio Mu y Marin caballero de plata del Águila. Mi cosmos comienza a disminuir, mientras yo adopto una postura mas relajada, con una afable sonrisa en el rostro no es necesario que te disculpes amigo mio. Sabes muy bien que la entrada a mi templo siempre estará abierta para ti y que siempre seras bienvenido.

¿Una reunión de todos los caballeros dorados dices? Por supuesto que os acompañare, ¿que clase de caballero sería si faltase a mi deber?. Además, sabes que tengo es sagrado deber de soltar alguna que otra broma para evitar que esos cónclaves sean de lo mas aburridos comento ampliando aun más la sonrisa y guiñandole un ojo a Mu. Dicho esto, me hago a un lado para que tanto Mu como Marin puedan pasar, y así proseguir los tres el camino hacia la reunión.

Oh, sí, cierto. La mayor responsabilidad otorgada a caballero alguno por Atenea, sin duda. Una pesada carga sólo apta para tus grandes hombros, amigo mío- comenta Mu con una sonrisa, gesto por lo demás poco frecuente en él. Algunos de los caballeros más "serios", como Saga o el propio Aioria fruncen el ceño a veces, pero para Mu son importantes estas pequeñas cosas. Las pequeñas cosas que Atenea quiere imponer y que hacer a los caballeros, a fin de cuentas, humanos. Mientras sigan recordando que son humanos en pequeñas cosas como las bromas, probablemente estén a salvo de otra guerra en el santuario.

Adelante. Tú guías- dice, cediendo el paso a Marin.

Los tres partís hacia el templo del León, raudos, pues sabéis que Aioria no os habría convocado por un asunto trivial. Algo ha debido de suceder para que haya pedido que os reunáis con él.

Cuando llegáis a la casa de Leo, a través de uno de los atajos que sólo los miembros más leales de la guardia conoce, y que Marin os muestra sin temor a que la descubráis pues confía plenamente en vosotros, os encontráis al caballero de Acuario, Camus, con semblante serio, charlando con Aioria, cuyo rostro no muestra menos seriedad que la de vuestro compañero, el caballero dorado de los hielos.

Cuando parece que te va a responder, Camus, la respuesta de Aioria se ve interrumpida por el sonido de pasos.

-Parece que el resto de los convocados no se han hecho de rogar- dice Aioria- En breve lo sabrás todo, Camus.

Se queda mirando hacia la puerta de su templo, por donde veis aparecer a Mu de Aries, Aldebarán de Tauro, y Marin del Águila.

Mu saluda brevemente con una inclinación de cabeza a sus compañeros de batalla.

Hemos venido en cuanto se nos ha informado. Confío lo bastante en tu buen juicio como para suponer que se trata de algo urgente. Supongo que los otros no tarden en llegar.

Me se acerca a los dos caballeros y se recuesta contra una columna, dispuesto a esperar a que los demás lleguen. Hace ya mucho tiempo que no se convoca a la vez a todos los caballeros de oro, y en realidad está bastante más preocupado de lo que demuestra, pero no sirve de nada pensar en ello ahora. Es mucho mejor que toda su mente esté enfocada en lo que Aioria tiene que contar.

Me coloco a la espalda de Camus y Aioria, justo entre los dos, y saludo a ambos dándoles una "palmadita" en la espalda con mis enormes manos jajajaja ¿que pasa chicos? ¿A que vienen esas caras tan largas? Vamos, alegraros un poquito, cualquiera diría por vuestras caras que habéis visto un espectro bromeo intentando animar a los presentes y liberar tensiones, pues si bien todos eramos caballeros y habíamos jurado proteger a Atenea, cada uno tenía su propia personalidad, muy diferente en algunos casos, lo cual ya había llevado a pequeñas trifulcas en anteriores reuniones, y deseaba de todo corazón que esta vez no sucediera nada similar.

¿Bueno y que es eso tan importante como para necesitar que todos los caballeros dorados se reúnan una vez más? pregunto a mis camaradas con una amplia sonrisa en la boca.

Camus gira la cara a Aldebaran poniendo mala cara.

No menciones lo de los espectros, Caballero Dorado de Tauro, si me haces el favor.*

Me alegro de volver  a verte, enorme compañero.Bueno, ya faltan menos...¿nos adelantarás algo Aioria? -dice Camus volviendo su semblante serio y mirando a Aioria -

Caballero del Águila, tu compañia ya no es necesaria, busca a los demás, o vigila la entrada de este Sagrado Templo - dice autoritario a Marin -

Mu mira de reojo a Camus, que parece no haberse tomado excesivamente el comentario del caballero del toro. A decir verdad, es un tema que a él tampoco le gusta excesivamente. Camus, precisamente, fue uno de los "espectros" contra los que tuvo que luchar. Es algo, al igual que el tener que plantarse frente a su antiguo maestro Shion, que preferiría no tener que repetir. Por suerte, conoce lo bastante a Aldebarán para saber que es el tipo de comentario que suele hacer todo el tiempo, sin malicia. Le hay que reconocer, la verdad, que poca gente hay entre los caballeros que sepa disipar la tensión como él, pese a que su aspecto físico sea probablemente el más serio y amenazador del de todos los caballeros.

Desde luego, el mundo está lleno de cosas peculiares.

No nos pongamos más tensos de lo necesario- el caballero del carnero habla con todo relajado y conciliador. Todos sabemos que se trata de algo importante, pero no deberíamos dejarnos llevar por los nervios antes de haber empezado siquiera a discutir el problema. Son malos consejeros. A no ser que Aioria tenga algo más que pedir, creo que Marin puede volver a la guardia y nosotros a esperar.

No es tanto las palabras de Camus, pues al fin y al cabo sabe que en el fondo todos los caballeros prefieren olvidar el incidente de Hades- el propio Aldebarán no salió especialmente bien parado, tampoco, pero al caballero de Aries le molesta ligeramente que se emplee ese tono autoritario, tanto entre iguales como con inferiores. Probablemente sus años de vida en el Tíbet y el ejemplo de su propio maestro, el antiguo Patriarca Shion, que siempre le trató como a un igual, influyan bastante en ello.

Tuerzo el gesto ante la fría respuesta de Camus. El caballero de Acuario siempre había sido frío como la estepa Siberiana que le vio convertirse en el defensor de Atenea que es ahora, pero esta reacción había sido más fría de los esperado perdona Camus, no quería molestar, tan solo estaba bromeando respondo incomodo a los comentarios mientras me rasco la cabeza con la mano derecha.

Intento pensar en otra broma o en algo capaz de arrancar una sonrisa de los presentes, pero no parece el momento adecuado, no después de que el ambiente se halla cargado más tras mi desastroso intento, y una nueva broma podría hacer que las cosas se pusieran aun peor. Muchas gracias por traernos Marin. Si ves a Seiya y al resto de caballeros de bronce, salúdalos de mi parte, que hace tiempo que no los veo le digo a Marin como despedida recuperando la sonrisa.

Bueno Aioria, ¿que era eso tan importante que estaban hablando con Camus? le pregunto al caballero de Leo en un desesperado intento de cambiar de tema y hacer olvidar mi desastroso comentario.

Parece que Marin no se esperaba que la echasen de la escena, así que inicialmente se queda ligeramente parada, para luego mover la cabeza en un gesto de asentimiento. Cuando se dispone a partir, Aioria la agarra del brazo y de un solo tirón la vuelve a colocar en donde se encontraba.

-Marin se queda- os dice Aioria, serio. No parece que vaya a admitir otra cosa- Gracias a ella sabemos lo que os voy a contar ahora, así que lo mínimo es tratarla como a un igual.

Una vez que comprueba que ninguno parece oponerse a la presencia de la mujer caballero, Aioria parpadea un par de veces, y luego se pone a hablar con parsimonia.

-Camus ya sabe algo, porque le estaba adelantando algún detalle antes de que llegáseis. Por cierto, de momento no voy a hablar con más caballeros, no en la misma reunión, para no llamar la atención, más tarde me reuniré con otro grupito- os mira, pensativo- Esta mañana ha habido un par de reuniones clandestinas en el Partenón, ante la estatua de Atenea. Y lo peor no es que hayan tenido lugar, ya que la nuestra también es clandestina, sino quién las ha convocado.

Los ojos de Mu se estrechan notablemente. El caballero del carnero está genuinamente asombrado. ¿Una reunión clandestina en el corazón del santuario, sin que ninguno de ellos se haya enterado?. Es prácticamente imposible pensar que nadie pueda cruzar las 12 casas sin alertar a al menos uno de sus guardianes. Salvo, obviamente, que quien las cruce sea ese mismo guardián.

Tampoco es una opción muy creible, ya que aunque es cierto que ahora mismo están celebrando una reunión clandestina, los caballeros de oro no necesitan esconderse... y de querer hacerlo, el corazón del Santuario es el peor sitio a donde ir. Simplemente con que dejaran aviso de cualquier asunto que les reclame, suelen ser libres de ir a donde deseen. Dohko hace ya años que no está en su casa, y el propio Mu, antes de la primera crisis del santuario, pasaba mucho más tiempo en su torre de Jamir que en el templo de Aries.

Eso deja sólo que algún caballero de la guardia les haya guiado por los caminos secretos, como hizo Marin. Pero tampoco es demasiado creíble. Se selecciona a la guardia precisamente por su lealtad inquebrantable.

Algo no encaja.

Es posible que tengas razón en parte, pero ten en cuenta que nosotros no nos estamos reuniendo en el mismo corazón del Santuario. Organizar un encuentro a nuestras espaldas poco menos que bajo la mirada de Atenea es algo tan osado, o tan temerario, que me hace pensar que sea lo que sea que ha impulsado a los reunidos, debe ser de una magnitud preocupante. Pero supongo que sobre eso sólo podemos especular. Dinos, pues. ¿Quién convocó dichas reuniones, y a quién convocó? Probablemente eso sea lo más importante ahora mismo.

Las palabras del caballero del León me dejan desconcertado ¿reuniones clandestinas dentro del santuario? ¿Bajo la mismísima estatua de Atenea? Eso no tiene ningún sentido, no solo hay que atravesar las doce casas para llegar hasta allí, sino que ademas se debe de pasar por los aposentos del patriarca. Es imposible entre hasta tan dentro del santuario sin que los guardias le detecten. ¿O acaso es que un nuevo traidor habita entre nosotros? este ultimo pensamiento hace que un escalofrío recorra mi espalda, recordando lo sucedido cuando la locura se apodero de Saga, caballero de Géminis y este intento conquistar el santuario. Solo cabía rezar a los dioses por que no fuera así.

¿Y quienes son esas personas capaces de reunirse a la sombra de la estatua de Atenea sin que nadie en el santuario se de cuenta? ¿Y que quieres decir con que nuestro encuentro es clandestino? ¿Acaso ahora los caballeros dorados necesitamos escondernos del resto para poder hablar entre nosotros? Habla claro Aioria, ya que las palabras que estas diciendo son graves la sonrisa de mi rostro ha dado paso a una expresión grave, de preocupación. Al parecer una nueva amenaza se cernía sobre el santuario, por lo que el tiempo para las bromas había acabado.