Partida Rol por web

Krona entra como si tal cosa a la subasta. Antes de pasar por el arco detector deja su pistola y su cuchillo para que se lo guarden. Ya tenía claro que no podrían entrar armados dentro. Por fortuna los sables de luz eran dificilmente detectables, por lo que Mudir no soltaria espumarajos por la boca al tener que desprenderse de él. Cogió su llave y se adentró en la "fiesta". De vez en cuando echaba un vistazo a Mudir para ver cómo lo llevaba. Era una persona de acción y estar en una situación así seguramente le revolvería el estomago. Pero había que apechugar. Confiaba en que no montase ninguna escena.

Bueno, será cuestión de ponerse a trabajar.

Se dedicó a mirar la concurrencia por si veía a la joven, a Lia o a Pher. Aunque no confiaba demasiado en ver a este último. También trataba de estar al tanto de las naves que se ofrecian. Despues de todo estaban aquí para comprar una. Habría que hacer el paripé.

Mudir se bajó despacio del aerodeslizador. Comenzó a ver gente adinerada a diestro y siniestro. Les miraba por encima del hombro, con cierto asco. No podía evitar hacer muecas cuando veía a dos hombres abrazarse, siendo los dos perfectamente conscientes de que sólo se estaban haciendo la pelota mutuamente,... esa falsesdad le repugnaba. Pero un pensamiento le mantenia sereno, dentro de unos años, todos ellos se postrarían ante el poder sith. Le temerían, a él en concreto, y eso sería la base sólida de su poder, no hay forma de engañar al miedo, cuando lo sientes, lo sientes, no hay alabanzas en vano cuando piensas que tu cabeza depende de ello. Lo hacen con el corazón, como larvas cuya dependencia esta en tu mano.

Esto consiguió robarle una sonrisa maliciosa durante unos segundos, mientras evitaba quedarse mirando a alguien demasiado tiempo. Krona muchas veces le prestaba más atención a Mudir que al resto de las personas. Mudir reía divertido por dentro, si Murbella estuviera allí, ya tendrían a la chica atada de manos y piernas, y la estarían metiendo en la nave... cuánto tenían que aprender...

Tu decidida frase aturulla al Ithoriano que intenta cumplir con tus deseos, llevandote hasta el interior de edificio, en tu camino por éste ves pantallas que dicen exibir la "verdadera" historia de la Alianza Rebelde y la Nueva República en su lucha contra el Imperio por la Paz y la Justicia Galáctica.

A ti te parece que si realmente son tan buenos de bondad y tan buenos peleando lo raro es que no se hayan hecho ya con la galaxia entera, sin embargo la historia que cuentan es coherente en si misma.

En mitad de una de las salas una mujer vestida con uniforme de gala charla con varios humanos jóvenes y no tan jóvenes.

Ante la insistencia del ithoriano se despide de ellos y te hace pasar a una sala adyacente.

-Buenos días, ciudadano, que sus negocios sean prósperos hoy y que sus descendientes le honren- reconoces esto como un típico saludo Kuati, excepto que donde está la palabra ciudadano iría el tratamiento honorífico del interlocutor.

-Soy Mneta, teniente del cuerpo diplomático de la Armada de la Nueva República, ¿en que podemos ayudarle?

Seguís la ruta marcada por los pasillos el celestial, hasta llegar a unos turboascensores, que os elevan hasta una enorme sala de la que deducís que es la parte de arriba del satélite, una enorme cúpula acristalada.

En ella en el centro hay algunas mesas con bebidas y comestibles, unas pantallas holográficas sujetas a las paredes (que por otra parte parecen por entero vidrieras de cristal) muestran varios tipos de naves y precios de salida.

A través de los cristales veis las nubes de Kuat, suponéis que la panorámica desde las terrazas debe ser aún mejor.

La sala se está llenando poco a poco.

Nada más salir del ascensor un alienígena durosiano (o neimoidiano pensais, quien los distingue) se os acerca y empieza a hablar con vosotros.

-Bienvenidos, bienvenidos, espero que tengan una buena estancia y hagamos grandes negocios- mira vuestros nombres en una lista y os pasa tarjetas que proyectan hologramas de varias cañoneras ligeras.

-Encontrarán estas cañoneras de lo más interesante, y su precio increíblemente asequible, tenemos muchas de estos modelos-dice señalando varias tarjetas- aunque de las de FreiTek solo tenemos dos, que serán subastadas.-

Os deja enseguida con la palabra en los labios para recibir al siguiente invitado... -Lady Azilea, que gran honor, ¿va a comprar tantas naves como la última vez...?-

-"Buenos Días, teniente, que sus negocios sean prósperos también."

Hago una leve inclinación de cabeza antes de tomar aire y continuar.

-"Acabo de llegar a Kuat, y tengo una información muy importante que dar a los representantes de la república en este planeta."

Estiro levemente mi cuerpo para dar sensación de gravedad y continúo hablando de forma lenta y rítmica.

-"Un grave peligro se cierne sobre Kuat y todos sus habitantes, es de vital importancia que me reúna con los jedis que están en Kuat. He sentido su presencia y solamente ellos podrán evitar que ocurra una gran desgracia."

Lia mira a un lado y otro de la gran plataforma. los comentarios sobre compra/venta de naves está en boca de todos. Su dominio sobre el tema, es cero, pero realmente no le importa lo más mínimo. Si tuviera algo que preguntar, sin ocultarlo, preguntaría a ruidosa por el canal privado, para salir de cualquier apuro o simplemente para que viensen que disponía de medios y criados, aunque no estuvieran presentes. Como casi en todos los sitios, lo importante no es ser rico y poderoso, sino aparentarlo.... y en eso Lia, era todo una maestra.

Con su misión en la cabeza, lo primero y primordíal que debía hacer era saber donde estaba, a quién debía hablar y dónde debía ir y moverse en cada situcación (tanto para ver mejor, como para huir). As, usó su poder de la Fuerza de Concentración, para buscar. No quería que la descubrieran usando la Fuerza, pero necesitaba información y sobre todo estar alerta de todo lo que ocurriera en us derredor. Además contaba con la protección que su maestra le había enseñado, el poder de "Ocultación de la fuerza", que ya había activado antes de llegar.

-Disculpe pero no hay jedis en Kuat- dice algo nerviosa- si es tan urgente y tan peligrosa la situación puedo concertarle una cita con el General Koff, el líder de nuestra flota en Kuat, pero necesitaría alguna prueba de que lo que dice es verdad y no me está tomando el pelo-

Sigues la ruta marcada por los pasillos el celestial, hasta llegar a unos turboascensores, que te suben hasta una enorme sala de la que deduces que es la parte de arriba del satélite, una enorme cúpula acristalada.

En ella en el centro hay algunas mesas con bebidas y comestibles, unas pantallas holográficas sujetas a las paredes (que por otra parte parecen por entero vidrieras de cristal) muestran varios tipos de naves y precios de salida.

A través de los cristales veis las nubes de Kuat, suponéis que la panorámica desde las terrazas debe ser aún mejor.

La sala se está llenando poco a poco.

Notas del Mapa

Es una cúpula de cristal, en la parte de arriba del celestial.

Los círculos rojos de abajo son los turboascensores por los que habéis subido, para daros una idea de la escala caben unas diez personas no muy apretadas en cada uno.

Las zonas grises son mesas, en las 4 del centro hay bebidas, en las otras hay sillas como para que se siente gente importante.

Las dos zonas blancas a los lados son terrazas, a las que se accede por unas pequeñas puertas en la cúpula, pero tienen campo magnético que retiene atmósfera (estáis a mucha altitud)

Lo primero que se te acerca es un alienígena obsequioso nada más pasar el Turboascensor...

-Señorita, cuanto honor- mira tu nombre en una lista y te empieza a pasar tarjetas holográficas con preciosos yates espaciales en ella.

-Por favor dese una vuelta y recuerde que podemos realizar cualquier modificación en estas pequeñas joyas, si es que al final las adquiere-

Rápidamente pasa al siguente invitado, para lisonjearle con palabras parecidas.

La sala se está empezando a llenar, todavía no hay mucha gente.

La mujer miente, debe de tener prohibido hablar de los jedis.

Pher no esperaba demasiada resistencia, la República es un gobierno joven y aún demasiado débil como para ignorar amenazas serias, pero probablemente recibías varias todos los días a cual más inverosímil.

-"Lo lamento pero solo puedo hablar con claridad ante los jedis cuya presencia he sentido en Kuat."

Teniente, yo también soy un jedi.

Krona puso cara como de interesarse por una de las cañoneras que hablaba el comerciante. En verdad eran unas buenas naves. En su mejor momento incluso tenía una nave parecida. Luego llego la Rebelión y todo acabó. Pero gracias a los esfuerzos de su maestro pronto volverían los buenos tiempos.
No obstante en cuanto se marchó a adular a los demás compradores Krona se separó y trató de mezclarse entre la multitud. Más que nada para poder observar mayor terreno.

Evitó adrede el pasar cerca de Lia. Ella sería lo suficientemente profesional como para no hacer nada. Pero no dejaba de ser una mujer. Y si las mujeres ya se llevaban por sus emociones cuanto más no una mujer sith.

No estaba evitando a Mudir, pero tampodo iba a estar todo el rato junto a él, ya era mayorcito y sabría cuidarse. No obstante al rato volvió junto a él. Despues de todo se suponia que estaban allí para comprar una nave.

Lia sube a la parte de arriba, zona privilegiada de la celestial, donde se encuentra la nobleza... o por lo menos eso esperaba, hasta que ve subir a la misma a Krona y Mudir. Con unos cuantos miles, dejan pasar a cualquier cucaracha a todos los sitios. Piensa Lia al ver a sus compañeros y, por supuesto, rie.

Nada más subir un tipo raro, adulándola, le pasa tarjetas holográficas con naves. Lia levanta una ceja mirando las tarjetas y niega con la cabeza. El tipo se marcha a lisonjar* a otro, pero Lia, mira al barabel y le dice.- Dile, amablemente que tu señora quiere hablar con él.- Dice Lia a su tremendo compañero.

Después de esto, se percata de algo casi insólito; una mujer parecida (¿o es la misma?... ¿clon?) a la que aniquilaron en la mina, aparece en escena. Las ruedas de su cabeza comienzan afuncionar. Que se encuentren la misma persona en distintos lugares, para hacer "la misma misión" es algo que no tiene nada que ver con el hazar. Alguien intenta conseguir lo mismo que ella... o ellas... o quien maneje sus hilos.... de todas formas estaría bien que "hablara" con ella. Toma nota mental  Lia, mirando a la mujer.

Pero al acercarse el tipo sonríe y le dice amablemente.- Creo que es usted la persona idónea para encontrar lo que estoy buscando.- Le comenta amablemente Lia al jefe comercial.

Mudir miraba a un lado y a otro. Cuando se le acercaba alguien para venderle algo, su mirada acababa por austarles y salían corriendo en búsca de otro cliente que les inspirara más confianza. Mudir no podía evitar sentir asco por aquellos seres, claramente inferiores. Su mirada era oscura, siniestra...

Cuando eso no bastaba, soltaba alguna frase "amistosa" como...

- Jamás compraría un trozo de chatarra como el que tratas de venderme, puede que tu mierda se la trague uno de estos ricachones que hay por aqui. Pero a mi me dan ganas de escupir en tus papeles. Si me interesa algo, ya se lo haré saber a quién tenga que hacerselo saber. Estoy seguro de que tu y yo no volveremos a vernos.

Después vió a Krona acercarse.

- ¿Qué? - lo decía para hacerle saber que todo iba bien, en realidad, solo deseaba poder librarse de él y de sus compañeros. Salir de aquel planeta apestoso y poder tirarle a la chica al lascivo de sus superiores, y que hicera con ella las cosas que tenía en mente. Seguramente su secuetro no sería más importante que los caprichos de ellos, como siempre...Qué asco le daban...

Aunque no consigues formar claramente las palabras en su mente, sí la notas extrañada por la conexión, y con el semblante serio saca su comunicador y da unas órdenes en voz baja.

-Acompañame a mi deslizador, cerca de aquí tenemos una base con varias lanzaderas y creo que debes hablar con el general. -

A continuación te indica la puerta de atrás, que sale a un callejón con varios deslizadores aparcados allí.

-Desde luego, digame que desea- te responde solícito.

En ese preciso momento que piensas en Aeliza su voz resuena en tu cabeza.

-Ve a la terraza-

La sala se va llenando pero todavía no veis a vuestro objetivo, Mudir consciente o inconscientemente consigue abrir un espacio a vuestro alrededor.

Os llama la atención la cantidad de guardaespaldas que hay en la sala, muchos de ellos (los privados que vienen con los invitados) no creéis que tengan armas, pero los guardias de la propia subasta sí.

Sin embargo en vuestros intentos por avistar al objetivo, un humano con la túnica negra y la cara pintada se os acerca, vuestros cuerpos se tensan pero no parece hacer ningún movimiento extraño.

Cuando se pone frente a vosotros, no tarda ni un segundo en abrir la boca.

-Sabría que estaríais aquí, mi maestro no se equivocaba, aunque creía que seríais más... tenemos que hablar.-