Partida Rol por web

Subir a la niña realmente no fue tan mala idea, ya que me agotó en la subida, pero en la bajada, pesaba el doble que los demás niños, exceptuando al gordito que me gustaba señalar.

Sin querer me cruzo por delante de Chester mientras iba adelantando a todos, y le grito:

-¡no te quedes RETRASADO! -en voz mas baja, y sin estar seguro de que me oyese Emily- Tu no eres mi novia, pero agárrate fuerte, que esta carrera la ganamos, por cierto, ¿nos acercamos a ver donde mataron al niño ahora que ya estamos en ruta?

¿Chivata? Así que una de esas dos condenadas mocosas, como solía decir su padre, era la culpable de que a Vincent le hubieses zurrada bien.

Un ¡Joder! salió abruptamente de su boca mientras comenzaba a pedalear pero las horas de ver la televisión y comer dulces y helado hacían mella en Martin, quien apenas cogía velocidad en su bicicleta...

-Tranquilo-digo mientras lo agarro por miedo a caer de la bici-. No me importa lo que digan esos chicos.

No era cierto, no hacía falta que nadie me lo dijera, no era tonta. Mamá tenía razón, era lo único que podía pensar.

-Claro, vayamos, ellos te seguirán- le dije decidida deseando que el comentario del noviazgo se fuera rápido de allí.

Los chicos se subieron rapidamente a la bicicleta para huir de los matones que les perseguían. Danny y Jack, con Emily a sus espaldas llevaban ventaja, seguidos por Lissey, Chester y Martin, quien movía sus regordetas pantorrillas lo más rápido que podía.

Sin embargo, los nervios de Chester por poner en marcha al grupo sumado a sus continuos giros de cabeza para controlar a Vicent y los suyos, desviaron la bicicleta, golpeando fuertemente la de Lissey, que noto como su rueda perdía presión. Al parecer el golpe había pinchado la rueda de la niña. Esta notaba como cada vez la costaba más y más pedalear mientras los matones se iban acercando. Martin, que estaba realmente agotado, y sentía como el corazón le iba a estallar, vio a Chester caer al suelo, pero fue incapaz de esquivarlo debido al agotamiento. Agotamiento que le impidió volver a ponerse en marcha en medio de una cuesta arriba...

Por su parte, Danny, Jack y Emily habían llegado a lo alto de la cuesta, y estaban comenzando la bajada, ajenos a lo que ocurria detras. Emily iba fuertemente sujeta a los hombros de Jack, con la cabeza apretada en su espalda. En un momento dado alzó la cabeza y se quedo mirando la coronilla del chico con esa mirada extasiada que, en ocasiones, ponía en el recreo mientras leía la Biblia... sus manos se alflojaron y el aire, la velocidad y el viento se encargaron de lanzarla unos metros atrás, con los brazos extenidos y la misma mirada en el rostro hasta que cayó contra el duro asfalto haciendose un roto en la media y una herida en la rodilla.

Mientras tanto los tres matones habían llegado a la altura de Chester, que estabe tirado en el suelo y de Martin que, apeado de la bicicleta estaba totalmente confuso sin saber que hacer. En lugar de seguir a Lissey, que seguía penosamente su camino cuesta arriba, los matones parecieron cambiar de objetivo...hacia el chico que estaba tendido en el suelo sangrando abundantemente por los codos.

Vaya vaya vaya...parece que la chivata, el tuberculoso y los demás te dejan tirado....Sólo tienes al gordo...y el cerdito mimado huirá...Oink oink... Dinos donde van esos imbeciles y no te haremos nada exclamó Vicent mientras hacía bailar su navaja...

Porque...¿que nos vaís a hacer?

Siiiii río el chico de la risa de hiena-el cerdito oink oink no debería relacionarse con matarifes como el pringadillo de los codos rojos

Chester tuvo unos segundos para maldecir su torpeza antes de dar con su cuerpo en el suelo. El golpe no había estado mal, y de hecho estaba sangrando bastante por los codos... Pero no pasaba nada si lograba huir de...

"Oh oh..."

Y efectivamente, allí estaban. Y le preguntaban donde iban el resto. El chico guardó silencio mirando a otro lado, el primer motivo es que no quería que el resto también sufrieran. El segundo, que no tenía ni idea de donde iban. 

Martin estuvo tentado de tirar a alguno de los chicos de la bici mientras huían para así asegurarse una salida pero no le dio tiempo mientras Chester caía frente a él y le obligaba a parar.

Cuando escuchó la voz de los matones, supo que las probabilidades estaban en su contra pero eran peores para el tal Chester.

Cabrón. - maldijo hacia Chester, escupiéndole. - Como me hayas arañado la bici, te juro que me pagarás una nueva.

Y por si aquello fuera poco, aquel gordo había decidido también ponerse imbécil.

"No las tienes todas contigo..."

-Hace poco que les conozco, así que no sé donde van...

¿Osea que te acabas de llegar y aún así casi me destrozas la bici? - Martin dio un pasito hacia Chester, sin soltar su bici y sin mirar a los matones, y le señaló con el dedo. - Reza porque ellos no se den cuentan que les da tiempo a ver por dónde se van y quizá hasta atraparlos porque entonces te haré picadillo.

Sabía que Vicent no era el más listo de su clase, por lo que decidió probar a plantar una pequeña sugerencia, como hacía con su madre cuando quería un capricho nuevo.

Los tres matones se miraron por un momento confusos entre ellos. El gordo tenía razón, mas les valía no entretenerse con el "matarife" y perseguir a los otros pringaos pero...

¿Tu de que lado estas, Porky?-pregunto sin quitarle la vista de encima, pero levantando la cabeza para ver si era verdad lo que decía Martin. En aquel momento se dio cuenta de que el chico tenía razón. Los demás criajos habían desaparecido de su vista excepto....

La puta

CHIVATAAAAAAAAA....IR POR LA ZORRA

Vicent, se había olvidado por completo de Chester y Martin y tras lanzar una amenazadora mirada a sus amigos se abalanzaron sobre la bicicleta para alcanzar a Lissey, que parecía tener problemas con la suya

Tras el choque cada vez me costaba más subir la cuesta. El sudor comenzaba a rodearme las mejillas y empezaba a jadear.

"Se me ha roto la bici... Esto no sirve de nada...Me va a pillar y me va a matar."- Pensé dramáticamente.

Las lágrimas que antes había conseguido contener empezaron a ganar la lucha y a mezclarse con el sudor de mis mejillas. Al no ver nada y cada vez costarme más pedalear, salté de la bici patosamente dejándola tirada en el suelo de mala manera. No quedaba mucho de cuesta, podía correr. Era buena corriendo, o eso creía. Y podría subirme a la bici de Chester para bajar rápido, el resto ya no los veía al final del montículo. Al empezar a correr di un rápido vistazo a mis perseguidores, rezando por que hubiesen tenido problemas con sus bicis también.

Cuando Lissey se giró, no vio lo que esperaba ver...los chicos parecían haber estado en problemas. Chester estaba tirado en el suelo sangrando por los codos, y Martin parecía estar asustado aunque había conseguido desviar la atención de ellos de algun modo. El problema es que ahora se fijaban en ella... y rugían mientras se subían en la bicicleta en dirección a la delgada niña rubia.

Martin sonrió a Chester con aire de suficiencia.

Si fuese tú, me levantaría ahora mismo y saldría cagando leches de aquí. - el obeso niño comenzaba a montarse de nuevo en su bicicleta. - Ya me darás las gracias cuando nos hayamos alejado de esos tres...

El chico se dirigió a la bici, pero sin embargo le preocupó lo otro que vio. La chica iba a tener problemas serios.

-Pero, ¿y Lissey? No quiero que le pase nada...

La mirada de Martin se endureció, así como su voz cuando respondió a Chester.

¿Acabo de librarte de que te diesen una paliza, o algo peor, y ahora quieres volver a cabrearles? - miró en dirección a la muchacha. - Los otros cuatro cagados han salido corriendo y aquí nos han dejado, esperemos que se molesten en volver a echar una mano a su amiguita.

¿Sabes a dónde se dirigían?

"Voy a morir. Voy a morir. Voy a morir."

Una idea de última hora, desesperada, cruzó mi mente. No podía escapar hacia arriba, pero...¿hacia abajo?

Cogí mi bicicleta con la rueda pinchada y me subí en ella. Sin pensarlo más, me impulsé hacia abajo cogiendo velocidad y rezando por no estrellarme, intentando guiar el manillar en una dirección lo suficientemente alejada de los matones para que no pudiesen interceptarme.

"¿Y que pasará cuándo llegue abajo? Seguramente ellos girarán y me atraparán, sus bicis están bien... Al menos lo habré intentado."

-A casa de un chico, un tal Paul... Pero no sé donde vive ni prácticamente nada sobre él... No es cuestión de cabrearles, no está bien dejarla sola. ¿Te ha gustado que nos hayan dejado tirados aquí?

El chico se subió en la bici, y cuando volvió a mirar, se encontró con que aquella chica iba a intentar huir hacia abajo... Aquello cada vez le parecía peor idea.

"Pero si logra llegar aquí, quizá podamos sacarla..."

El pánico hizo que Danny pedalease a toda prisa, levantado del sillín, y que llegase al final de la cuesta con el corazón desbocado. Una vez arriba se permitió un ligero descanso, se volvió a sentar y aceleró tomando impulso para la bajada.

Cuando iba por la mitad, decidió echar la vista atrás. Y lo que vio no le gustó nada. El grupo había perdido muchas unidades y sólo alcanzaba a ver a su amigo Jack y a la chica nueva, que se reincorporaba del suelo.

- Oh, vaya. Mierda.

Pero, por lo menos, no se veía ni rastro de los matones. Pegó un frenazo en seco e hizo derrapar la rueda trasera, dando una rápida media vuelta hasta quedarse mirando en dirección a donde había venido.

- ¿Qué pasa Jack? -le gritó- ¿Qué hacéis?