Partida Rol por web

Había pasado ya unos días desde que Jack y Danny habían ido a ver aquella terrorífica película. Los dos chicos no se habían visto desde entonces ya que no habían encontrado tiempo para quedar los dos juntos. Afortunadamente, ya casí habían olvidado el mal trago que habían pasado viendo la pelicula y las dos o tres noches que habían tenido pesadillas. El verano prometía ser tranquilo y divertido.

Los días que siguieron al incidente con la abuela, Danny consiguió atemperar los nervios y volver a un estado casi normal. Uno tras otro, aquellos días fueron pasando y el tedio habitual de las jornadas veraniegas fue adueñándose de las vidas de los Parker. Varias veces sonó el timbre de su casa, pero en ninguna de ellas recibió la esperada visita de su amigo Jack.

Hasta que por fin, en la mañana del cuarto día escuchó las tan ansiadas palabras.

- Danny, es tu amigo Jack que viene a buscarte, ¿qué le digo?

El chico estaba en su habitación, montando uno de aquellos puzzles de numerosas piezas que tantas veces había armado y desarmado, cuando recibió la noticia. Bajó corriendo las escaleras, recibió a su amigo y se despidió con un beso de su madre. 

- Hola Jack, ahora mismo cojo la bici. ¿Vamos a dar una vuelta por el centro?

Espero ansioso en la puerta, hasta que sale, y le pregunto:

-¿Qué te ha pasado, que hace tiempo que no te veo?.  -espero respuesta-

-Buena idea, vayamos la centro, a ver que hay de nuevo.

Aprieto el freno delantero de la bici, levantando algo de polvo con la rueda trasera, y acto seguido, lo suelto para salir haciendo un caballito.

-Te hecho un carrera, el último en llegar se ha de hacer amigo del niño asesino, jajaja

Habían pasado unos días desde que finalizaron las clases y Chester había seguido trabajando duro en la restauración de la capilla. Cada día que pasaba pintando, era un día de autentico terror ya que, aunque no volvió a ver el cuadro moverse no podía evitar recordar los acontecimientos de aquella noche. Además, en alguna ocasión creyó oir alguna risilla, proveniente del pequeño lavadero que había en la capilla. Sin embargo, las veces que había reunido el valor suficiente para mirar, no había nada dentro...

Finalmente, el trabajo de Chester había dado su fruto. El padre Broderick le había dejado su bicicleta y un nuevo día se acercaba. Además, los sacerdotes preparaban comida que se transportaba facilmente, ya que ellos mismos iban a trabajar cada mañana y se llevaban el almuerzo.

Chester estaba relativamente contento, ya que a pesar de sus malos ratos en la capilla, sus esfuerzos no habían sido en vano. Allí estaba: la bici.

No era tampoco nada muy especial, pero para un niño que apenas había tenido nada como Chester, aquello era un auténtico tesoro. Y ahora la tenía con él. Sabía lo que debía hacer, asi que fué corriendo a hablar con los sacerdotes, a pedirles permiso para dar una vuelta.

El padre Brand estaba fuera de la ciudad y el padre Angel se había quedado para terminar de arreglar las tuberías del baño anexo a la capilla donde el sacerdote que ejercía la misa se cambiaba. Cuando Chester le preguntó si podía ir a dar un paseo el hombre, con la cara llena de mugre excepto en las zonas en las que el sudor había pasado respondió

Pues claro que puedes Chester. Para eso te la hemos dejado. Pasa un buen día y ten cuidado ¿De acuerdo?

-De acuerdo Padre Angel, muchas gracias. Tendré cuidado-dijo Chester, bastante alegre. Corrió hacia la bicicleta, contento de poder usarla por fin. Supuso que lo mejor sería encaminarse hacia la ciudad y dar un paseo por allí, asi que montó en ella y empezó a pedalear por el camino.

- ¡Te voy a hacer morder el polvo! -le gritó desde su bicicleta mientras pedaleaba como un loco, intentando rebasarlo.

Danny notaba el aire fresco golpeándole el rostro y la sensación de libertad que le despertaba. Qué lejos quedaba ahora de su mente la experiencia vivida, la película de la momia y todo el horror de los últimos días. Sólo había que hacer borrón y cuenta nueva, y eso, para un niño de once años, podía ser relativamente sencillo.

 - ¡Yuuuuju! -gritó al tomar una curva a toda velocidad y casi llevarse por delante unos cubos de la basura.

20 minutos de pedaleo despues, Chester llegó a la ciudad cruzando el camino cercano al depósito de agua. Cómo siempre, el lugar le produjo cierta aprensión ya que las historias que contaban sobre ese sitio no eran nada agradables. Especialmente cuando se magnificaban en la mente de un niño. Pedaleando más rapidamente, cruzó el "terrible tramo". La ciudad se extendía ante él.

Chester pedaleó tranquilamente por la ciudad. Era feliz con la bici, pero ahora que la tenía y estaba allí, no estaba muy seguro de que hacer. 

Indeciso, decidió dar un par de vueltas por la ciudad, sin ningún propósito en especial más allá de pedalear y disfrutar de la "sensación de velocidad" de la bicicleta. 

Los niños no tardaron mucho en llegar a la plaza. Danny llegó en primer lugar debido a un inoportuno ataque de tos de Jack. Tras un momento tratando de recuperar el aliento rompieron a reir. DUrante su desenfrenada carrera habían estado a punto de atropellar a un perro ymomentos mas tarde a Vicent Price, uno de los matones del colegio. Afortunadamente habían reaccionado rápido y esquivaron al niño -que era increiblemente musculoso para los 13 años que tenía- y esperaban que no les hubiese recnocido. A pesar de ser un año y medio mayor que los muchachos, Vicent iba a su misma clase ya que su padre le obligaba a trabajar y le daba palizas de muerte que en ocasiones le hacían perderse clases y tiempo para estudiar. Aunque para ser francos el chaval no era la aguja más agudo del alfiletero y consideraba los estudios poco más que una perdida de tiempo para nenazas.

-Jajaja, no cuenta esta carrera, te has aprovechado de que me ha entrado tos.- le digo mientras cruzo los brazos- Además, el bobo de Vicent se ha puesto en medio, y el chucho de la señora Smith me ha hecho frenar.

Al cabo de un instante, le replico:

-Además, ya sabes que soy de azúcar, yo no puedo perder. Jajaja - le decía mientras no paraba de reirme-

Después de secarme el sudor, le digo a Danny:

-Vayamos a tomar algo, me ha entrado calor tanto ir con la bici, un batido de fresa sería lo ideal.

- De la que nos hemos librado, si nos llegamos a chocar de verdad con Vincent, nos la cargamos. -se rió, pero no muy convencido- ¿No nos habrá conocido? Espero que no. 

- No he cogido dinero, Jack, con las prisas... - Se rascó los bolsillos para cerciorarse. Danny tenía algunas monedas en un cajón de su habitación, pocas, de las veces que hacía algún encargo y le dejaban quedarse con el cambio y de algún resto de algún regalo de cumpleaños.- Pero si quieres, te acompaño hasta la tienda. Tampoco me apetece mucho tomar nada...

Miró a su alrededor, la Plaza de Derry. Podían sentarse en un banco a que Jack se tomase el batido, o podían coger la bici otra vez y seguir recorriendo el pueblo, o podían dejar las bicis atadas a un árbol y pasear un rato a pie... Podían hacer muchas cosas, con todo un verano por delante.

Le señalo con el dedo mientras le digo:

-¡Uoooh!, eres poooooobre, jajajaja.

Me dirijo hacia la tienda acompañado de mi amigo, y pido un batido con dos cañitas.

-Vamos a sentarnos en un banco a ver quien pasa mientras nos refrescamos, si no ya sabes que me puedo fatigar mucho.

Me siento dando un sorbo al batido por la cañita de color rojo, y le digo:

-Recuerda que la tuya es la de color azul.

Con la lengua fuera, Paul pedaleaba fuertemente, no estaba muy acostumbrado al ejercicio físico, pero el miedo a que Vicent y los demas les alcanzaran le daba fuerzas para pedalear. Con el viento silbando a en los oidos ambos cruzaron la calle Kansas. Lissey apretaba fuertemente a Paul mientras la pequeña mochila donde llevaba su libro la daba pequeños golpes en la cara. Finalmente y tras estar a punto de atropellar a un compañero suyo de clase, Paul viró bruscamente y bajaron barranco abajo por "Los Barrens".

El terraplen no era demasiado pindio pero ninguno de los niños había bajado nunca por un sitio así con la bicicleta por lo que finalmente y a pesar de los esfuerzos cayeron rodando entre la tierra y las zarzas.

Mientras Chester paseaba tranquilamente con la bicicleta dando vueltas por la ciudad pensaba que el mundo se estaba volviendo loco. Para empezar había visto a Vicent y los matones de sus amigos gritar por la calle algo sobre un maldito tuberculoso. Luego habñia visto al tranquilo Danny Parker y al hiperactivo Jack Sick compartir un batido con dos pajitas...cómo hacían las parejas y por último había estado a punto de ser embestido por Lissey, la niña que se había chivado de que su amiga copiaba en el examen y ¿el judio? con una bicicleta rosada. Por no hablar de que había vuelto a ver a Vicent y su pandilla gritando "JODIDO MATACRISTOS".

Parecía que habíamos dejado atrás a los matones, pero mi felicidad no duró mucho. En un instante vi cómo casi atropelabamos a alguien y momento seguido noté que ya no estaba sentada en la bicicleta. En ese momento noté un golpe seco de lado y poco después solo veía colores verdes,a zules y marrones, sobretodo marrones, girar a mi alrededor, mientras me escocían brazos y piernas.

Cuando finalmente paré, y tras un gemido lastimoso, llamé a "mi salvador" antes de ni siquiera incorporarme o mirar alrededor para saber dónde estaba exactamente.

- ¿Paul? ¿Estás bien?

Chester iba tranquilamente en la bicicleta, y parecía que había por allí bastantes conocidos. Los matones parecían estar rondando, y éso no era bueno. A pesar de que Chester era relativamente fuerte para su edad, no tenía ganas de andarse con problemas. Simplemente siguió dando vueltas, aunque se le torció la boca al oir aquello de "jodido matacristos". Él era bastante religioso y consideraba aquello una blasfemia, y además no creía que los judíos en su totalidad tuvieran la culpa de aquello.

Tras media hora tomando el batido y charlando alegremente sin nada más reseñable que ver pasar al "niño asesino" con cara de circunstanias, Jack y Danny decidieron seguir con su paseo en bicicleta por el pueblo en busca de algún lugar tranquilo donde jugar. Primero decidirian el lugar, el juego surgiría despues.

Termino el batido, haciendo bastante ruido, por tener que sorber mientras cojo aire por la cañita, cuando comento a Danny:

-FRRRRUP, Ahhh, riquísimo. ¿Te has fijado?, ha pasado por aquí tu amigo, el niño asesino, y no te ha saludado ni nada, vaya tío mas rancio, jajajaja, y... ¿has visto la cara que llevaba? seguro que acaba de matar a su mascota, jajajaja, ¡ZAS! -nuestro ya conocido movimiento-

Me estiro en el banco, cuando le comento otra vez a Danny.

Estar aquí se me hace aburrido, vayamos a hacer algo divertido, te doy a elegir entre.... mmmmmmm -pensándolo- la biblioteca y... jajaja, es broma, no pienso pisar la biblioteca hasta el curso que viene. Vayamos mejor al... parking de camiones, o al vertedero, igual en el vertedero vemos a la mascota de tu amigo, jajajaja