Partida Rol por web

La capilla del septo de los dioses se hallaba en la Torre de los Cuervos de la fortaleza de Sangre. Estaba situada en la primera planta y en ella había una gran capilla con la estatua de El Guerrero. Tenía un pequeño altar con unos bancos de marfil para sentarse frente a él. Detrás del altar estaba la figura de El Guerrero apoyándose en el mango de una gran espada y gran parte de la figura estaba inmersa en la pared.

El cuerpo de Fiona reposaba en el centro de la sala, rodeada de toda la gente que se hallaba presente en la sala.

El Septón se dirigió hacia la estatua del Guerrero, pero para sorpresa suya, Sebastián no lo acompañó. Insolente, como te atreves a ignorarme en la Capilla y abandonarnos así? pensó mientras contemplaba con indignación como el sirviente se marchaba. Lady Myriah no estaba de acuerdo con esperar mas tiempo, y sus palabras estaban cargadas de autoridad y buen juicio, así que Tiziano apresuró los preparativos para la ceremonia. Encendió incienso y prendió siete velas, el clima de la sala comenzaba a cambiar, dejando atrás las sombras y la descomposición para dar paso a la solemnidad de los signos divinos. Se cubrió la espalda con un lienzo gris con inscripciones y símbolos sagrados, y se paró en la equina de la estrella grabada en el piso de la Capilla, exactamente en la que correspondía al Desconocido. Desde allí se acercó lentamente cantando una letanía a los Siete hasta pararse a un lado de difunta.

- Estamos aquí reunidos para despedir a nuestra amada Fiona. Naciste del norte, de las tierras de los arcianos y los dioses antiguos te bendijeron desde niña. Creciste con humildad y alegría, tu belleza y tu sonrisa nos alegraron a todos- comenzó a decir mientras los demás guardaban silencio - La Doncella acompaño tus días de juventud, y tu vitalidad llenó los espacios de esta Fortaleza dejando una impronta imborrable. Has sido una maravillosa hermana, una buena amiga, una servidora fiel y una excelente persona. Gracias por todo lo que nos has dado - dijo con los ojos vidriosos, posando su mirada en Kyle y Alyra, cuyos corazones estaban destrozados. Lamentaba la ausencia de Evan, sabía que él también sentía un gran afecto por joven.

- Ahora marchas en brazos del Desconocido, hacia un camino al cual todos te seguiremos tarde o temprano. Dejas en nosotros una recuerdo que mantendremos vivo. Viaja en paz y descansa en el bosque de arcianos que te espera, Fiona- se despidió de ella besando su frente e invitó a hacer lo mismo a los demás. Luego se colocó en la cabecera a unos pasos - El Padre hará justicia y castigará al responsable de tu pronta partida - dijo en voz baja antes de guardar silencio, con el rostro ensombrecido.

Tras hablar con Alyra en privado, Sloth no supo qué decir. Sloth era bueno con las palabras, Sloth sabía siempre qué responder a sus protegidas. Pero no en ese momento. En ese momento se sintió tan conmocionado que ni una sola respuesta salió de él. La mente de Sloth trabajaba, enumerando todos los deberes que aún le quedaban por hacer en lo que restaba de día; pero su cuerpo permaneció parado unos segundos, y cuando reaccionó escuchó a Lady Vaelys dar la orden al Septón de decir unas palabras por Fiona.

Sloth se quedaría unos minutos más, por ella. Porque Fiona merecía que Sloth olvidara aunque fuera un instante sus tareas. Así que el jorobado se quedó a escuchar a Tiziano, mientras lloraba con cada certera palabra que salía de la boca del anciano Septón. Era humilde, alegre, trabajadora y leal. Valía mucho más que otras personas que bajo ese techo se encontraban, de eso Sloth no tenía duda alguna.

Cuando terminó la oración, Sloth no podía esperar más. La fiesta debía de continuar. No, continuar no. La fiesta aún no había empezado siquiera. Y había que ponerla en marcha, esas eran las órdenes que había recibido Sloth. Y tenía que moverse rápido.

Se acercó al cuerpo de su amiga, cuya frente acarició con delicadeza. Estaba sucia, tal y como la habían encontrado a los pies de las escaleras. Pero esos detalles Sloth los pasaba por alto- Gracias –susurró el deforme criado con un hilo de voz apenas audible. Fiona había ayudado tanto a Sloth… Y lo único en lo que Sloth podía pensar era que nunca podría pagarle toda esa ayuda.

Sloth se dio la vuelta y dirigió sus pasos hacia la salida de la capilla, siendo consciente de que probablemente esa era la última vez que vería el rostro de su amiga. El deber llamaba a Sloth. El deber siempre llamaba a Sloth.

Cuán fue su sorpresa al encontrarse en la puerta con Lady Lenia, Lady Mira y Ser Galbart. ¡Al fin una buena noticia para Sloth! Un suspiro de alivio salió de los labios del jorobado al tiempo que se acercaba a la hermana mediana. Acarició el suave pelo de la pequeña Mira, a quien dirigió una mirada amable, y luego habló en privado con la dama Lenia, con una urgencia que podía notarse en su rostro.

Cuando terminó su conversación, Sloth se inclinó ante las dos Vaelys y salió de la capilla sin más dilación.

Sintió que Kyler no entendió del todo lo que se le estaba diciendo, era imposible que viajara con el cuerpo hasta el norte, pero debía reconocer que era ignorante sobre el asunto y no sabía si eso sería posible de alguna forma o no, pero no quiso intervenir más, el joven ya se le veía lo suficientemente perturbado como para interrumpirlo de nuevo, Alyra retrocedió un poco par dejarlo moverse, lamentando que su amiga aún estuviera en esas condiciones ¿nadie la había limpiado?, era casi indignante y se sintió culpable por no haber actuado antes. 

Su madre apuraba todo, era su posición como señora, mientras su cuarta hija seguía distante, pues, la conversación con Tiziano antes de entrar le había dejado un mal sabor de boca, no por lo que él le dijo, sino por todo lo que se había revelado en tan poco tiempo, pero en al mismo tiempo, no había certeza alguna. Sólo la mención de la fiesta hecha por su señora madre le hizo soltar pequeña sonrisa, levantando su labio inferior, no porque le alegara aquello, sino porque ya lo detestaba, y movió su cabeza de lado a lado. La suerte ya estaba echada, para bien o para mal.

La llegada de sus hermana y de ser Galbart la hizo salir de sus pensamientos, intentó fijarse como se veía su hermana, pero La Luz menguante de ese sitio y el velo que usaba le impidieron determinar si estaba bien o no, pero por otro lado, era agradable verlos, ellos de seguro ya estaban seguros con lo que harían. Quizás si había boda, serían varias las que se celebrarían antes de que Colina toque la fortuna. La joven movió su labios, y ahora volvió su mirada hacia Fiona, no era justo, su partida y la forma en que los dejó, ¿que habría sido lo que deseaba contarle?, tantas cosas que quedaron pendientes, si ella hubiera estado, Alyra quizás no se hubiera decaído tanto, ella hubiera encontrado la forma de sacarle provecho a todo aquello.

Alyra suspiró y caminó hacia donde estaban sus hermanas y tomó la mano de Mira, poniéndose delante de ella, y abrazándola,  su pequeña hermana había visto demasiado ya, y apenas la vio entrar, la cuarta hija había ido con ella, ahora, apoyando la cabeza de la rubia sobre su pecho. Era la forma en que podría protegería en ese momento, o eso quería pensar.

Cuando entraron la joven Vaelys y Galbart en la Capilla el ambiente era solemne y silencioso, todos los presentes con un profundo aire de respeto se mezclaba con la gran pena de aquellos que habían compartido su vida con Fiona en ese castillo durante todos sus años de estancia. ¿Qué había ocurrido para que ella sufriera tan horrible destino?.

Lenia se encontraba sujeta del brazo del norteño pues aún estaba débil y la garganta aunque había mejorado un poco se mantenía en silencio todo lo posible. El norteño la miró con ternura y palmeando suavemente su mano sonrió suavemente intentando transmitirle ánimo y fuerza, los ojos llorosos de la joven anunciaban la tristeza que la embargaba-Una pérdida terrible, lo siento- susurró al oído de Lenia con tono triste.

El cuerpo de la criada yacía en el centro de la sala, con un gesto de calma. El norteño había conocido a aquella muchacha fugazmente hacia unos años y siempre recordaría aquella sonrisa y amabilidad que ella le brindó, Galbart pensó que aquel lugar había perdido un alma joven y vivaz, luego vio como el criado Sloth se acercaba hasta el cuerpo inerte de la joven susurrando algo que el caballero no llegó a entender, para luego marcharse de la Capilla.

Galbart se acercó hacia la zona central donde se encontraban todos formando un círculo y haciendo un pequeño hueco, se quedó junto a Lenia sin mediar palabra.

El Septón acababa de terminar el responso, encomendando a los Siete el descanso de Fiona. Poco después Sloth se ausentó de la sala y llegaron las hermanas de Alyra. Él había intentado demorar la ceremonia hasta su llegada, pero Lady Myriah había dictado lo contrario, dejando claro la opinión que ella tenía respecto de los que estaban ausentes al momento del oficio. La entrada de Ser Galbert llamó su atención Que hace este hombre aquí, pensó, recordando que la orden de Lady Vaelys había sido clara, solo la familia y sus allegados mas cercanos acudirían allí. Tiziano no disimuló su preocupación por lo inapropiado de su presencia en ese lugar, y clavó su mirada fijamente en él por unos cuantos segundos, luego se acercó lentamente hacia él.

-Ser Galbart, me permite un segundo - preguntó en un tono neutral, mientras tomaba el brazo del señor del bosque oscuro y lo guiaba débilmente hacia fuera del círculo. Miró a Lenia luego y su rostro recuperó su semblante, inclinó levemente su cabeza en señal de respeto por el dolor que seguramente sentía por la pérdida de Fiona. Se alejó solo unos pasos y al pasar cerca de Miria acarició su cabeza con ternura, ella había sido la primer Vaelys en ver el cuerpo de la difunta, sin duda aún estaba impresionada por la triste imagen. Seguía sosteniendo el brazo del Señor de Bosqueoscuro - son solo unas palabras- le dijo, invitándolo a que lo siguiese.

La capilla estaba en silencio, solo se escuchaba un murmullo de lamentos y lágrimas, alumbrados por las velas y enaltecidos por el aroma a incienso que aún había tras la ceremonia. El anciano caminó con lentitud lo suficiente para no hablar frente a los que estaban despidiéndose de la inocente joven. Luego se volteo hacia el caballero que lo acompañaba.

- Gracias por acudir a despedir a Fiona, era una joven alegre y vital, encantadora - dijo en voz baja y con evidente dolor - Cuando esta mañana me dijo que pasaría por la Capilla a hablar de los Siete, nunca imaginé que sería en estas circunstancias- hizo una pausa y miró a Lenia - Esta ceremonia es privada, restringida a los miembros de la familia Ironsmith y Vaelys, es la voluntad de Lady Myriah que lo sucedido no se divulgue,  como seguramente imaginará. Sin embargo veo que se ha hecho muy cercano a una de las hijas de Lord Rhys...- hizo una leve pausa y volteó hacia él - en ese caso es bienvenido, señor- asintió con la cabeza y su rostro se volvió mas amigable, aunque seguía marcado por el dolor.

- Quiero pedirle su ayuda como Señor del norte, creo que solo usted puede hacerlo. Pocas horas atrás estuve hablando con Fiona mientras se recuperaba de la quebradura de pie. Compartimos palabras acerca de nuestra visión de los dioses y se ganó mi aprecio y respeto por su sabiduría y su fe. Ofrecí a Kyle, que tras el oficio, pueda descansar el cuerpo de acuerdo a la costumbres de los dioses antiguos - volteo para mirar la capilla - este lugar no me parece el que ella hubiera preferido para despedirse - 

- No disponemos de un arciano aquí y además lo que vayamos a hacer debe ser discreto, no quiero que el dolor eclipse la alegría de Lenia y sus hermanas, esta fiesta es para ellas y cambiará sus vidas. Sin embargo, mi respeto por Fiona y Kyle es grande y quiero que tengan su espacio de acuerdo a su fe. Puedo disponer de lo que considere necesario, usted es versado en las costumbres del norte y tiene la autoridad para encomendar a Fiona a sus dioses, será algo que su hermano valorará. Puede hacernos ese favor? Que necesita y que lugar le parece mas apropiado para que descanse el cuerpo durante esta noche?- preguntó al hombre.

Kyle escuchó el responso del Septón Tiziano con lágrimas en los ojos, sin apartar la mirada del rostro de su hermana. No era la ceremonia que le hubieran hecho en el Norte, pero era la mejor ceremonia que podía recibir allí. Agradeció las palabras del Septón con un gesto y acto seguido se acercó al cuerpo de Fiona.

Después de que Sloth se despidiera de ella, Kyle se inclinó sobre su cara para besar su frente. - Pronto estaremos en casa. Le susurró sin dejar de llorar. Después, se echó a un lado para que el resto de los presentes pudieran despedirse de ella.

Al entrar en la capilla, el corazón de Lenia se encogió, el ambiente era triste, había gente que creía que la muerte era algo bueno, Lenia creía que la vida era lo realmente bueno. Apenas escuchaba la voz de Galbart en la lejanía, le miró, a pesar de estar a su lado, se sentía lejos, como en su mundo, cuando el Septón se acercó, Lenia hizo un gesto con la cabeza y suavemente soltó el brazo de Galbart, que le había estado haciendo de apoyo.

Una vez se quedó sin apoyo, se sintió debil, triste. Caminó hasta ponerse al lado de su hermana, vio su rostro cubierto, pero no sabía si por su afección o por el dolor de perder a Fiona.

Rodeo el brazo de su hermana Alyra para apoyarse en ella y no se atrevió a acercarse más a Fiona, quería despedirse, pero el dolor era demasiado intenso.

Miró en dirección a Galbart y el Septón, no quería que se lo llevara de allí, le necesitaba cerca.

Mientras permanecían Lenia y Galbart en silencio, éste pudo ver como el Septón se acercaba a ellos con lentitud y escuchó sus palabras con atención,mientras asentía en silencio sin soltar la mano de Lenia en ningún momento.

Obviamente no podía negarse ante la petición del hombre, así que a regañadientes y mostrando una perfecta y solemne sonrisa amable que no deseaba ofrecer, miró a Lenía con ternura-Os debo dejar un instante, pero volveré pronto-dije acompañando las palabras del Septón. Perder su contacto y cercanía se le hizo extraño, pero así debía de ser, que el Septón reclamase su atención no era algo que tomarse a la ligera, así que muy a su pesar, se separó de Lenia varios pasos hasta estar a solas con el anciano.

Galbart escuchó miró a Tiziano mientras hablaba inclinando su cabeza ligeramente hacía el anciano, asintiendo a sus palabras-Sin duda es una situación escepcional y aunque por desgracia no tengamos un arciano aquí, hay un lugar apropiado en el jardín que descubrí en mi primer paseo en solitario-dije en tono bajo para que sólo me escuchase él.

-Existe una pequeña zona boscosa en la que se encuentran unos grandes árboles, centenarios sin duda, podrían llevar su cuerpo allí y que su hermano esté con ella velando por su alma, nuestras ceremonias son íntimas al igual que ésta, no se precisa de mucha gente y sólo de las personas más cercanas a ella sin duda Kyle lo sabrá mejor que nadie-continué-Con eso será suficiente creo yo. Los Antiguos Dioses recibirán su alma y Fiona se unirá a ellos-finalizó con solemnidad y una ligera inclinación de cabeza-Ahora si me permitís y si no os es inconveniente, me gustaría volver y permanecer al lado de Lady Lenia durante lo que quede de ceremonía-dijo con humildad genuina.

El Septón arrancó al norteño del lado de la joven Vaelys, habían sido tan sólo unas pocas horas, pero sentía que llevaba años a su lado sin separarse de ella. Mientras hablaba con el Septón echaba miradas disimuladas a la estancia que parecían observar a todos los presentes pero que en realidad se centraban en una sola persona, aquella muchacha que le había atravesado el corazón y que ahora se encontraba junto a una de sus hermanas, Alyra, cubierta por un velo.

Lenia también miró al norteño, sus ojos imploraban su regreso, ojos asustadizos y tristes reclamaban la compañía y el regreso del hombre de poblada barba. Galbart siguió hablando brevemente con el anciano, era un tema importante, pero para él ahora mismo su prioridad era proteger a Lenia y hablar con su madre. Era imperativo.

Tiziano se mostró complacido por la ayuda que el norteño le prometía - Es un gesto muy considerado de su parte, le estoy muy agradecido, no tenga dudas que Lady Vaelys no pasará por alto vuestra generosidad - le dijo al hombre y luego miró a Lenia, si lo que los unía era más que amistad, entonces la bendición de su madre sería condición necesaria para que sus sueños se concretasen. - La ceremonia concluyó, pueden quedarse el tiempo que consideren oportuno para despedirse de Fiona.  Me alegra saber que Lenia cuenta con un hombre de corazón noble que la proteja - saludó al señor de Bosqueoscuro y luego caminó hacia dónde se encontraba Lady Myriah.

Ser Galbart y Tiziano cruzaron algunas palabras en voz baja para no entorpecer la intimidad que los presentes tenían frente al cuerpo de Fiona. El anciano parecía complacido tras despedirse del señor de Bosqueoscuro, y caminó despacio alrededor de las hijas de Lord Rhys, hasta ponerse a un lado de su señora esposa.

El anciano hizo una respetuosa reverencia hacia la señora de la Fortaleza y se dirigió a ella en voz baja - Lady Myriah, se ha realizado el responso como usted dispuso, Fiona ahora está en manos del Desconocido- la ceremonia había terminado y ahora solo restaba que cada uno se despidiese - Mi señora, tengo que hablar con usted si tiene un minuto - le dijo, y empezó a hablar solo cuando ella le devolvió la mirada.

- Fiona era devota de los dioses del norte, su fe me conmovió y mi respeto por ella se iguala al aprecio que le tenía, y no es difícil saber que ella hubiese preferido partir hacia esta nueva etapa de su existencia bajo las costumbres del norte. Le ofrecí a Kyle respetar eso, él ha servido a esta casa por años de un modo ejemplar, creo que se lo merece. El señor del Bosqueoscuro se mostró dispuesto a realizar una breve ceremonia en una arboleda en un extremo del jardín, sería algo discreto, solo reservado a sus allegados, algo que no tiene porque trascender a los demás invitados pero por sobre todo, sería respetuoso del gran servicio que los Ironsmith prestaron a esta familia. Ser Galbart es realmente un hombre generoso y de corazón noble, creo que es el adecuado para ello. Mi señora, usted aprobaría que tengamos ese gesto hacia la joven Fiona?- preguntó con cordialidad.

- Por otro lado, la Capilla ha sido preparada para la boda de vuestras hijas. Algunas de ellas me expresaron su intensión de contraer matrimonio esta misma noche, lo cual oficiaré con gusto si cuento con la bendición suya y de su marido. Dado el delicado estado de salud de Lord Rhys y las disposiciones del testamento acerca de los derechos de su sobrino bastardo, creo que sería oportuno adelantar la boda para después de la cena, de ese modo esta Fortaleza quedaría en manos de esta maravillosa familia. Le pido tenga en cuenta estas palabras, por mi parte estaré preparado para hacer la celebración en cuanto usted lo disponga - se inclinó respetuosamente al terminar las palabras. Sabía que la señora de la casa tenía un carácter fuerte y autoritario, sin embargo ambas propuestas realizadas en conjunto permitirían que las tierras Vaelys no le fuesen arrebatadas a sus propias hijas, así que esperaba que tomase de buen modo sus palabras.

Cita:

-Por favor, no hace falta que me lo agradezcáis, si puedo aportar algo de paz a la pobre chica y a su hermano, estaré complacido-dijo Galbart mirando a Lenia por un instante-Sois muy amable en permitir que me quede, mi deseo es acompañar a Lenia en éste duro momento y luego...debo encontrar un instante para hablar con Lady Miriah de un asunto de extrema importancia-finalizó el norteño con una pequeña reverencia despidiéndome del sabio anciano para dirigirme de nuevo hacia la joven Vaelys.

Una vez que el norteño finalizó su pequeña conversación con el Septón, volvió con paso silencioso hasta Lenia y se puso a su lado ofreciéndole su brazo para que volviese a apoyarse en él. Miró brevemente a su hermana Alyra, con ese velo cubriendo su rostro, le aportaba un halo misterioso y preocupante ¿hasta qué punto la afección de su rostro sería tan importante como para no mostrarselo a los demás?.

Galbart miró con un gesto compungido y serio a Lenia, su tristeza era claramente visible y dificilmente consolable, pero el norteño lo haría lo mejor que pudiese, deicdió que cuando la muchacha posase su mano, él pondría la suya propia sobre la de Lenia, quizás con él a su lado encontraría el valor necesario para sí poder despedirse de Fiona, pero el gran hombre de espesa barba, tenía muy claro su cometido, protegería a Lenia a toda costa. Algo negro y oscuro acosaba a los habitantes de ese castillo y las hermanas Vaelys eran el principal objetivo.

Lenia pareció relajarse notablemente cuando Galbart volvió junto a ella, lejos de importarlo lo que nadie pudiera decir a estas alturas y sin soltar a su hermana Alyra del brazo, con la que aún no había cruzado palabra, pasó su brazo izquierdo por el antebrazo del norteño, a modo de cadena de unión entre Alyra y Galbart.

Se inclinó ligeramente hacia Galbart por si este quería contarle de que había hablado con el Septón.

Ya con su mano sobre el brazo del norteño, él se sintió más cómo y tranquilo, mostrándole a Lenia una pequeña sonrisa. Mientras se inclinaba hacia ella con disimulo para susurrarla al oído-El Septón me ha pedido consejo sobre como obrar un oficio secreto a los Antiguos Dioses, para que su hermano se sienta en paz, aunque no exista un arciano aquí, el pequeño bosque que tenéis aquí bastará, sólo era eso-dió una ligera palmada sobre la manita de la joven Vaelys-Hablaré con tu madre en cuanto pueda, voy a presentarle mis respetos y pedirle tu mano Lenia-mantuvo la dulce sonrisa un instante, para luego mirar solemne el pequeño cuerpo inerte de Fiona.

Su dulce hermana Alyra acudió a ella en cuanto la vio entrar, tomándole la mano y estrechándola en un abrazo que además de protección le brindó un momento de consuelo, pues no era sencillo enfrentarse de nuevo a esa horrible realidad que tristemente ninguna magia podía cambiar.

La niña sonrió con ternura a Sloth, quien al pasar junto a ella tuvo el amable gesto de acariciar delicadamente su cabello, pero se extrañó un poco de que abandonase la sala. ¿Acaso no se quedaría a la ceremonia? Y es que Mira no se percató que la misma había concluido antes de su llegada.

También el Septón Tiziano acarició su cabecita en un gesto afecutoso que Mira agradeció con una suave sonrisa. Entonces Lenia llegó y cogió del brazo a Alyra, momento en que la pequeña Vaelys aprovechó para mirar más allá. Fiona yacía inánime, tan fría y vulnerable como el momento en que la había encontrado. Un desagradable escalofrío trepó por su espalda recordando el impactante instante en que la halló tendida sin vida en las escaleras.

Cerró los ojos con fuerza, apretándolos, pero antes había visto a Kyle y sus lágrimas resbalando por su rostro. Sólo podía llegar a imaginar el dolor que sentía el joven pero sabía que era inmenso, pues ella amaba a sus hermanas con todo su corazón y la pérdida de cualquiera de ellas sería demoledora.

Miró a Alyra para hacerle saber que estaba bien antes de soltarse suavemente de su mano. No era del todo así, pero era incapaz de negar su calor a alguien que tan desesperadamente necesitaba consuelo, si bien sabía que tal vez ella no consiguiese mucho, pues poco sabía de cómo ayudar en una situación que jamás antes había vivido.

Se acercó al jefe de cazadores cuando éste se alejó de Fiona para dar espacio a quienes quisieran despedirse de ella. Estaba nerviosa y aunque intentaba ser fuerte le temblaba la barbilla, presa de la emoción.

-Lo lo lo lo siento mu-cho -declaró a Kyle con un hilo de voz. Intentaba decir más pero era evidente que no le resultaba tarea fácil- a-ho-ra ella vi-ve en vu vuest-ro cora-zón -dijo sin poder contener por más tiempo el llanto- y tambi-én en el mi mí-o.