Partida Rol por web

Se hizo un silencio incomodo, en efecto todos los ahí presentes miraban mal a la claymore, con razón o no, sus miradas acusaban a Andrea de no cumplir el contrato, de no poder evitar lo que ha venido a evitar, y la madre de la pequeña había pagado las consecuencias.

-Es pastor, supongo que vendrá con el resto.

Palabras mas que amables a pesar del enfado de la multitud en general. Al entrar en la casa, la escena es impactante y sangrienta, pero algo que Andrea recuerda bien. La madre de la niña estaba tirada boca arriba en el suelo, con el vientre abierto y sin intestinos, en medio de un enorme charco de sangre.

Probablemente cuando a los hombres se les pasara el mareo de ver semejante atrocidad procederian a enterrar el cadaver.

Andrea estaba muy descompuesta, e inmediatamente intentó detectar Yokis cercanos, por si aún estaba por los alrededores. Compungida, habló al hombre que le habia respondido.
-No estaba con los demás pastores. Según ellos, habia vuelto hace horas. Es muy probable que sea él. Si le ven, avísenme y no se le enfrenten bajo ninguna circunstancia.
Ese... bastardo es particularmente esquivo, y les juro que vengaré lo que le ha hecho a esta familia o moriré en el intento.

Acabadas esas palabras, y viendo que no habia ninguna pista reseñable en el escenario, salió al exterior. Miró a Andreita y bajó la mirada avergonzada, alejándose. Haría la ronda cerca del pueblo, continuamente pendiente de cualquier rastro de Yoki.

Las caras de sorpresa y dolor no se hicieron esperar, David era un hombre que conocían todos los del pueblo, sobretodo al tener una niña pequeña.

A pesar de los murmullos nadie respondió a la claymore, cuatro hombres entraron en la vivienda y embolvieron el cadaver para sacarlo de allí, luego tres mujeres entraron a limpiar el estropicio. A la noche celebrarían el funeral.

Poco a poco las gentes volvian a sus casas formandose pequeños grupitos donde hablaban y cuchicheaban, y solo la melancolía acompañó a Andrea en su vuelta por el pueblo.

Al llegar de nuevo a la entrada norte, Andrea se encontró con los cinco pastores que recien llegaban ahora, sus caras denotaban tranquilidad, obviamente no estaban al tanto de lo sucedido, uno de ellos se paró a hablar con la claymore.

-Disculpe, ¿Pudo encontrar ya al yoma? ¡No me diga que era David!

A juzgar por su expresión, le conocía.

Andrea mira a los pastores, aún con el rostro apesadumbrado.
Es muy probable. Dijo por no asegurarlo, asi sonaba menos duro La madre de Andrea ha sido asesinada, y solo falta él en el pueblo. Sigo buscándole... y les recomiendo por su bien que mañana salgan lo menos posible, si es que salen. Y si le ven, avísenme enseguida.

Siguió inspeccionando el pueblo. No tenia por donde coger este asunto, si salia, podria encontrarse con que el Yoma volvia al pueblo y mataba a alguien más, pero quedarse de sabueso guardián no iba a solucionar nada, el Yoma no vendría así. Antes de alejarse, cuando todo el mundo dormia, hizo varias rondas por la aldea, tanto por las calles como por los tejados, parándose a inspeccionar rastros de Yoki en las cercanías y lejanías cada pocos minutos, y parándose cerca de las casas, a escuchar que todo fuera bien. Se paraba más a menudo de lo normal al lado de la casa donde habian puesto a dormir a Andreíta, y también entró un par de veces en su casa a buscar cualquier pista que pudiera servir. También vigilaba junto a bodegas o carboneras, por si se escondía en alguno de aquellos lugares, que, más profundos, podrían hacer que un yoma ducho en ocultarse se escondiera completamente, salvo cuando saliese a cazar. Tampoco perdió de vista el cielo, pues no podía descartarse que aquél yoma volase.

Si de madrugada no habia detectado nada, vigilaria también hasta el amanecer los alrededores, sin perder de vista el pueblo, de modo que pudiera regresar en un minuto o menos si sentía de nuevo el Yoki.

Vamos... dá la cara... no voy a dejar que te salgas con la tuya. Y sois demasiado necios para saber cuando tenéis que largaros. Volverás... vaya si volverás.
Andrea llevaba su espada en la mano casi todo el tiempo, y la apretaba con fuerza, tensa, mientras vigilaba cualquier movimiento que su ojo pudiera ver, o cualquier sonido que su oído pudiera percibir. Tal vez solo usaba su habilidad cuando la sentía cerca, y cuando no sentía a Andrea se relajaba y es cuando le detectaba, pero no podia permitirse que matara a nadie más para poder intenar seguir su rastro de nuevo. Si esa teoria era cierta, tendrían que ser sus ojos quienes vieran al Yoma, pues según parecia, sabia esquivar su sexto sentido.

Le dolia no poder ayudar a Andrea, pero tenia un deber importante entre manos. En cuanto a sus remordimientos... ya vendrian a su mente cuando tuviese con la cabeza libre, ya... Lo que no se quitaba fácilmente de la cabeza era el posible sonido del aullido de los lobos. Esperaba que no hubiesen por aquí.

El pastor corrió al ayuntamiento para enterarse mas detalladamente de lo que había pasado, consternado al igual que sus compañeros.

Cuando el sol se iba escondiendo celebraron el funeral de la madre de Andrea, luego la noche cayó en silencio, no hay canciones que cantar.

La situación se había vuelto muy complicada, si el yoma había conseguido escapar pudo optar por simplemente mudarse a una aldea vecina y no volver, o volver cuando la claymore se hubiera ido. En cualquier caso es imposible que un yoma normal pudiera ocultarse en una aldea tan pequeña con la suficiente efectividad como para que Andrea no lo hubiera detectado, o almenos eso dice la experiencia.

Las horas se hicieron largas, Andrea no tuvo problemas para visitar cada rincon de Sarca, es una aldea pequeña apenas le llevaría tiempo, por desgracia no encontró nada fuera de lo normal, en cierto modo es logico, el yoma no estaba ahi desde hace demasiado tiempo.

Pronto los gallos comenzaron a anunciar el nuevo dia y el sol hizo su aparición en el horizonte, los pastores, a pesar de las advertencias de Andrea decidieron salir a cuidar el ganado, al fin y al cabo, puede que si se quedan no les mate el yoma, pero si no salen les matará el hambre. Parece que aquel dia iba a haber menos actividad de la habitual, la completa ausencia de yoki en la pequeña Sarca es lo unico que podría traer dolor de cabeza a la claymore, sobretodo la pregunta ¿Y ahora que? en ultima istancia podría esperar a que apareciera algun mensajero de la organización y comentar lo sucedido, aunque bajo su estricta mirada, pueda considerarse un fracaso en toda regla.

Al cantar del gallo, Andrea dejó de andar, en el linde del pueblo, donde estaba, y se sentó en el suelo, desolada y derrotada, con un suspiro.
Sabia que posiblemente había sacrificado el éxito de la misión y su reputación, pero había mantenido el pueblo a salvo, y aunque racionalmente debía inquietarla el fracaso, la relativa seguridad de los aldeanos la consolaba el alma.

Con la espada en el suelo y los brazos rodeando las rodillas, suspiró con desaliento, aunque sin lágrimas, mirando alrededor, y murmuró para si misma.
-No sé ni como tengo el número treinta. Soy una inútil. Un Yoma fugado, una niña huérfana, y una mujer muerta... De premio, Andrea... de premio...

Chasqueó la lengua y se levantó lentamente, como si todo le pesara, y cogió su espada. Una de las pocas pistas que le quedaban por seguir era el rebaño de David. Los cinco pastores habian vuelto con los suyos, pero el de David debia haberse quedado en las montañas, si el Yoma no habia vuelto a por ellos, cosa que no parecia probable. Tal vez esperase en las montañas a que Andrea se marchase, o se hubiese ido a otro pueblo. El más cercano era, irónicamente, Leto, de modo que pasaría la mañana esforzándose rastreando las montañas, tanta área como pudiese, y si no encontraba nada, tras preguntar por Andrea, volveria a Leto. Posiblemente se cruzase con Rubel por el camino. Eso si el Yoma no se habia encontrado con él antes.

Que Andrea fuese en su busca a las montañas era un movimiento inesperado, obviamente se trataba de un yoma que ya se había enfrentado anteriormente con alguna claymore y conocía bien su forma de pensar y actuar, por lo que este esperaba que Andrea simplemente se fuese o esperara algun tiempo y luego se diera por vencida, al fin y al cabo sabe que tiene la iniciativa, si la claymore va a buscarle a las montañas, Sarca queda desprotejida, si se queda en Sarca, nunca dará con él, en ambos casos gana, o almenos eso cree.

Explorar los alrededores de Sarca no era tarea facil, incluso con la agilidad y rapidez de una claymore el terreno era escarpado y dificil, con mucho desnivel y maleza, apenas hay senderos medianamente seguros, y eso es precisamente lo que le da esa belleza a aquel paisaje, sin embargo en principio la busqueda de Andrea estaba siendo en vano, ni rastro del yoma, cuando la esperanza estaba a punto de abandonar a la claymore, pudo percibir algo, el lugar de procedencia, fue el peor posible: Al norte, donde los pastores paseaban a sus ovejas.

En teoria la distancia es lo suficientemente corta como para que Andrea tenga alguna oportunidad de que no se escape, los pastos son explanadas sin muchos sitios donde esconderse, quizá Andrea quisiese cambiar el metodo de acercamiento esta vez, aunque aun no sabe lo que puede encontrarse al llegar al lugar en cuestión, si bien es seguro que los cinco pastores estaban en grave peligro.

Desde una posición alta, sin haber salido aun de los lindes de la zona boscosa, Andrea puede ver en la enorme explanada a los cinco rebaños en puntos distintos con sus respectivos pastores, nadie mas...

Los bellos parajes de las montañas de Sarca y la fragancia de sus bosques no eran capaces de alegrar el alma de Andrea. Buscaba incansablemente al Yoma, pero todo parecía ser en vano.
El esquivo Monstruo no se dejaba notar por ninguna parte, pero finalmente, para algría de Andrea, le detectó donde era más lógico, junto a los indefensos pastores.
Desde donde estaba podía ver los rebaños, pero aún ni rastro del Yoma. Lo más lógico sería dejar que apareciese para atacar a uno de los hombres, y entonces pillarle por sorpresa, o eso decían algunas de sus maestras, pero solo de pensarlo le daban arcadas.
Reprimió el amargo sabor y descartó por completo el consejo de sus maestras. Sin embargo, salir corriendo detrás de él habia demostrado ser infructuoso, de modo que antes de hacer nada, trataría de averiguar donde estaba. Tenia que poner todo de su parte, pues las vidas de esos cinco hombres estaban en juego, y no pensaba fracasar otra vez.

Desde el linde del boque, Andrea pudo reconocer al yoma. A lo lejos dos de los cinco pastores con los que se cruzó en Sarca hablan tranquilamente mientras de vez en cuando levantaban la mirada para vigilar el ganado, aunque los perros hacían ya ese trabajo. El pastor de la derecha, el que había hablado con Andrea en Sarca, era un yoma, buano, lo es ahora, dado que es tecnicamente imposible que lo fuese por aquel entonces, pues Andrea habría sentido su presencia desde tan cerca, solo hay una respuesta para eso, uno de los cinco pastores restantes, había muerto ya.

El linde del bosque se situa a unos doscientos metros de los dos pastores, y aunque los perros de los pastores estaban atentos, el yoma no parece haberse dado cuenta de la presencia de Andrea a esa distancia, el yoma conversaba, sonreia y parecía moverse como cualquier otro humano en una conversación, al fin y al cabo esa era la habilidad que mas temibles los hacía.

Y otro humano muerto. Su lentitud le estaba costando muchas vidas a Sarca. Aunque les advirtió, no puede dejar de sentirse culpable, y una lágrima cayó por su mejilla mientras miraba la piel de aquél Yoma. Otra familia rota por culpa de aquél monstruo. Andrea apretó los puños con rabia.
Maldito...

Andrea miraba la situación: el Yoma por ahora estaba hablando, tranquilo según parecía, con otro de los pastores. La cosa estaba complicada, pues el monstruo podría tomar al hombre como rehén...
Podría esperar a que se separasen momentáneamente, pero era arriesgado, podría pretender atacar pronto al hombre, al fin y al cabo habían solo cuatro humanos con él, y seria una 'buena' idea matarlos y marcharse de Sarca.

Podría correr hacia él, no era demasiada distancia, pero era un yoma bastante astuto, tenía que pensar otra cosa. Para comenzar, trató de hacerse una idea de su poder.

Desenvainó y se miró refllejada en la hoja, tratando de poner una cara apesadumbrada y decaída, derrotada. Recordó la expresión facial, y envainó, desbaratando un poco su cabello. Antes de salir, sintió la necesidad de alzar una breve plegaria

Dioses del cielo, no permitáis que nadie más de esta aldea sufra. Concededme vuestra bendición para proteger sus vidas...

Abrió los ojos mirando al cielo, y forzó otra lagrimita, que junto con la anterior, darían algo más de veracidad a su aspecto, si es que servía de algo.
No pierdo nada por intentar acercarme un poco. Con suerte, a estas alturas me tiene por inútil y le tentará burlarse de mí.
Se puso en pie y comenzó a andar hacia la pareja con su fingida expresión derrotada, con paso lento, casi arrastrando los pies. Saludó a los hombres con desgana, como si quisiera ir a hablar con ellos, preguntarles algo tal vez, y no se hubiera percatado del Yoma. Cada metro que andase era un metro menos que tendría que correr para alcanzarle cuando se descubriese el engaño. O, si era lo bastante bueno, podría cogerle por sorpresa, aunque no contaba con ello.
Se aseguró de no mirar más a un pastor que a otro, incluso miraba a los demás pastores o los perros de tanto en cuanto.

A unos cian metros, un tercer pastor se aceca junto a su perro con un aire curioso. Coje su vara con ambas manos, apoyandose en ella.

-Claymore, ¿Ha sucedido algo mas?

Parece bastante despreocupado, indiferente, el perro ladea la cabeza mirando a Andrea.

Al fondo, ni el yoma ni el segundo pastor se levanta del sitio y siguen conversando, aunque es evidente que han visto a la claymore y probablemente ese sea su tema de conversación.

¿Estaba siendo efectivo aquel metodo de acercamiento?....

Andrea siguió andando con el mismo paso unos segundos antes de responder. Cuando se paró, alzó la cabeza y miró al cielo con desasosiego.
No... sigue sin aparecer. Tiene que estar a millas de aquí. Al menos rondaré por aquí por si vuelve...
Seguro que aquella "ironía" le encantaba al sádico monstruo.

Miró al hombre que se acercó, fingiendo pesar, y volvió a bajar la cabeza. Seguidamente miró de nuevo a los dos que estaban juntos. Cogió el laúd, empezando a tocar algunas notas realmente tristes, acordes con su supuesto estado de ánimo, que realmente era tenso. Tras unas pocas notas, siguió caminando. Por supuesto, el hecho de llevar el laúd en las manos la haría algo más lenta desenvainando, pero siempre podía dejarlo caer. En cualquier caso, llevar algo en las manos reforzaría la idea de que Andrea tenia la guardia baja.

No he comido nada desde ayer por la mañana, las claymore tenemos más aguante, sí... pero empieza a ser demasiado tiempo, y llevo todo el dia rastreando las montañas... ¿Tienen algo que me pueda echar a la boca, por favor?

Si podía acercarse otro poco más, o incluso a su lado, lo tendría bastante bien para atacar por sorpresa.

Sin embargo, ya sea por desconfianza, por astucia, maldad, o simplemente por creerse las ultimas palabras de Andrea, el yoma toma la iniciativa justo cuando cla claymore esta a unos 15 metros.

Se levanta de forma brusa y se coloca tras el otro pastor a una velocidad que no dicho pastor no es capaz de ver, el yoma, aun en su forma humana agarra la cabeza del pastor y la retuerce en un rapido movimiento, el pastor muere en el acto con su compañero como testigo a lo lejos.

-Yoma- ¡JAJAJAJAJAJA! aqui tienes otra mancha en tu impecable expediente, claymore, asi que llevas dias buscandome, bien aquí me tienes, pense que enfadandote un poco quizá estubieses a la altura, vamos, ven por mi...

El pastor restante salió corriendo a avisar a sus dos compañeros restantes...

Andrea dejó caer el laúd y se lanzó al ataque, había salido peor de lo esperado, pues no había podido salvar a aquél hombre. Ya tendría tiempo de lamentarse, algo que sin duda haría mientras no comprendiese unas cuantas cosas.

En su anterior combate le había quedado claro que la ventaja la daba golpear primero: el herido tenía mucho que perder, pues el dolor y las heridas mermaban la capacidad de combate. Ahora tenia la iniciativa, y no pensaba desaprovecharla.
¡No es por mi expediente, gusano! ¡No entiendes nada! ¡No es el orgullo lo que me mueve! Acudió al poder Yoma que era razonablemente seguro utilizar, y su cuerpo se transformó visiblemente, y con total soltura, acudiendo, para controlarlo, a esa Humanidad que supuestamente podría darle problemas. ¡Es algo mucho más grande que eso! ¡Me mueven la Fé en mi misión, y la Justicia! ¡¡Y EL JUSTO CASTIGO QUE MERECES, YOMA, ES LA MUERTE!!

Descargó con rabia el mandoble sobre el Yoma. Si hubiera utilizado al humano como escudo habría sido difícil, pero el muy necio sólo se lo había puesto más fácil...

Andrea estaba inflamada de un fervor justiciero casi fanático, hinchado de decisión. El Yoma solo tenía que escuchar su voz decidida y cargada de fé en sus creencias para darse cuenta de que su lucha no admitia derrota.

En efecto al iniciativa de Andrea la llevó a propinar un profundo corte en el pecho del yoma, el cual retrocedió emitiendo un gemido de una mezcla de dolor y rabia. Sin embargo esto no era suficiente para acabar con el, pronto se reincorporó y contraataco a Andrea con una velocidad pasmosa, aunque una efectividad mas bien mala, Andrea es capaz de esquivar su primer ataque y el segundo golpea en su hombro sin ningun daño gracias al metal...

Mientras, los tres pastores restantes, condujeronn a sus rebaños lejos y desaparecieron de la escena, Andrea y el yoma quedaron luchando solos en aquel prado.

Las garras del yoma eran mucho mas vistosas y temibles que las de un yoma normal, parece un asesino mas efectivo que la media.

Andrea no siguió hablando, la única comunicación que tenía con el Yoma era una mirada penetrante y ferviente. Pese a que fueran los ojos de un Yoma, desprendían un destello de decisión y humanidad que solo los humanos pueden tener. Solo los que tienen verdaderos ideales. Había demostrado sentimientos, había demostrado cierta incompetencia, e incluso, apareciendo de ese modo, había demostrado debilidad.
Pero ahora estaba claro que hiciera lo que hiciera, dijera lo que dijera, la calma natural y la inquebrantable voluntad no desviarían a Andrea del mejor modo de cumplir su cometido, no caería en trucos estúpidos como enfurecerse o dejarle vivir para contarle una verborrea pedante. No, esa 'debil' Claymore iba a matarle tan rápido como pudiera.

Centrada en el combate, se veía afortunada. Golpeó antes, y no había sido alcanzada, de manera que parecía tener el combate bajo control. Por supuesto, se estaba desgastando rápidamente, pero confiaba en que el combate durase poco. Si su enemigo se debilitaba y el combate se alargaba, tal vez redujese su potencial.

El yoma recibió otro importante corte, el cual alcanzó parte de su brazo y el pecho de nuevo, el veloz yoma intentó contratacar, pero fue inutil, el poder desplegado de Andrea era demasiado, por encima de sus posibilidades, la batalla parecía haberse tornado totalmente a favor de Andrea.

Aunque el yoma parece ser tambien mas resistente de lo normal, es evidente que esta al limite...

Andrea siguió golpeando sin dar respiro. Corte va, corte viene, cumpliendo el cometido para el que había vendido su cuerpo.

Seguía mirándole a los ojos con decisión. Ahora le tenía un poco más cogido
Vaya, gusano, eres rápido. Quizá aún tengas tiempo para unas últimas palabras.
Esperaba que no fuera así, pero por desgracia, este último ataque había sido realmente torpe

El torpe ataque de Andrea no resultó ser ningun problema para el yoma, que a pesar de estar herido, lucha tanto fisica como moralmente contra su adversaria, intentando dar la sensación de estar bien a pesar de la sangre.

Sus ataque volvieron a ser endiabladamente rapido, pillando a Andrea desprevenida en el segundo golpe, la zarpa del yoma alcanzó su brazo y lo sujetó durante unos instantes, sin embargo al intentar tirar del brazo izquierdo de Andrea para arrancarselo, las fuerzas le abandonaron, dejando un arañazó profindo en el biceps que sangra en abundancia.

-Tsk....

El combate parecía bajo control. En efecto, atacar con fiereza desmesurada desde el principio del combate había dado buenos resultados, tal como habia supuesto. El pequeño rasguño no era ninguna molestia, y tal vez el Yoma se diera cuenta al fin de lo inútil de su resistencia. Un solo yoma no era rival para la Justicia, para el ideal que encarnaba Andrea en estos momentos.

No dijo nada a su rival, esquivó sus ataques fácilmente con pasmosa gracia, saltando y girando sobre sí misma, mientras usaba el impulso para descargar un potentísimo golpe muy difícil de esquivar, más aún para un yoma tan herido, casi podría decirse indefenso, si bien... su indefensión no le inspiraba ninguna lástima, pues este no buscaba redención alguna.

Curiosamente, en el corazón de Andrea ahora no había rabia ni espacio para el orgullo herido, tan solo las imágenes de los muertos y la determinación de imponer el debido castigo. No habia odio, él habia buscado una muerte como esa.