Partida Rol por web

Galena jamás se cansaría de ver aquella técnica tan increíble, o bueno, "ver" era un término realmente relativo... lo único que cualquiera habría percibido era que la piedra se había partido ella sóla en el aire aunque la número 28 sabía perfectamente lo que había ocurrido en realidad.
Bajó la vista para observar los dos pedazos de roca durante unos segundos y luego sus ojos pasaron a la mano de su hermana que aferraba a la empuñadura del claymore mientras ésta le explicaba el pequeó secreto.

Flora :

 
Cuando la mano de su gemela se posó sobre su hombro, la guerrera la miró sin decir nada en un principio mientras acudía a su memoria la última vez que había ocurrido eso, y lo que significaba. Apartó la vista a un lado sin atreverse a mirarla...

 
Galena apretó los dientes, qué fácil era hablar, que fácil era prometer las cosas... ¿era capaz de decir lo que pensaba esta vez y mantenerlo? ¿sería capaz de lograr aquello realmente? ¿o volvería a fallar?.
Emitió un gruñido, giró su espada con una sola muñeca y la clavó en el suelo con un golpe seco como si se hubiera enfadado con la propia arma. Luego levantó la otra mano... la cual se quedó un instante en el aire pero al final se terminó posando encima de la de Flora. Su mirada pasó esta vez a observar fijamente el emblema de su propio claymore que permanecía clavado en el suelo, entre las dos.

-Me... ganaré uno...-dijo con un tono tranquilo aunque ligeramente tenso-me ganaré un título... y dominaré el Cortavientos.

Su ceño se frunció y sus dedos se cerraron ligeramente en torno a la mano de Flora como su estuviera amenazando a aquella promesa a cumplirse esta vez a toda costa. Basta de inseguridad, de ser una decepción, de necesitar que la apoyaran.

Dejó de mirar el emblema y esta vez miró directamente a los ojos de la número 7.

—Haré que estés orgullosa de mi.

Parecía como si en aquel momento no existiera nada en el mundo capaz de rebatir aquello.

La anciana comenzó a recoger todos los bartulos cuando Andrea hizo su ultima pregunta.

-Ehmm.... ¿Aquel hombre? no le había visto antes por aqui. Cuidate guerrera.

Si bien la plaza era bastante grande, Andrea no tardó en encontrar de nuevo a Alberth y a Nana, en un puesto donde servían manzanas dulces, ambos tenian en una mano una manzana clavada en un palillo y en la otra la mano del otro. En verdad parecían padre e hija, incluso contando los rasgos fisicos. Sin embargo en ninguno de los tenderetes en los que Andrea preguntó conocían ningun Alberth, no almenos por el nombre.

Por otro lado Andrea puede notar a Cynthia Galena y a Flora aun en la posada o en las cercanias.

Se dibujó una sonrisa hasta casi enseñar los dientes en mi rostro.

-Para eso no tienes que hacer nada...

Finalmente comienzo a andar de nuevo a al posada.

-Vamos con Cynthia, que no quiero dejarla sola en un comedor lleno de humanos jejejeje...

Al entrar Cynthia estaba sentada sola en una mesa al lado de la ventana, bastante apartada, al acercarse Flora miró con aquellos grandes ojos que la daban una apariencia bastante joven y hermosa.

-Cynthia- Oh... hola...

Me siento dejando un sitio a Galena y observo a Cynthia y la bandeja de comida.

-Te cojo una...

Digo mientras hecho mano de una bola de arroz, de todas formas parece que ya ha terminado.

Galena se sintió un poco más tranquila al sentir que aquel gesto era realmente sincero y no algo generado por la lástima. Volvió a coger su claymore y lo envainó a la espalda siguiendo silenciosamente los pasos de su gemela. Aunque había algo que no terminaba nunca de encajarle, aquella distancia que Flora parecía mantener entre "humanos" y "Claymores"...

Anduvo hasta que llegaron a donde Cynthia se encontraba, la saludó levantando ligeramente una mano y se sentó al lado de su hermana cuando ésta le dejó sitio. Miró a ambos lados lentamente.

"¿Dónde se habrá metido Andrea...?".

Recordó entonces la tempestuosa salida de Nana, ¿la habría encontrado?, ciertamente no parecía algo muy dificil teniendo en cuenta que la niña era un auténtico faro de yoki y la número 30, una oteadora.
En ese momento Flora se agenció aquella bola de arroz y Galena perdió el hilo de lo que estaba pensando mirándola de soslayo con una ceja levantada... se mantuvo así uno segundos y luego sus ojos se posaron sobre Cynthia, sobre Flora, y sobre Cynthia otra vez... se hizo otro breve silencio. No le sonaron las tripas de mi lagro, la verdad es que medio trozo de pan no había sido suficiente.

-Esto...-carraspeó al final sin saber muy bien como dirigirse a ella mientras señalaba timidamente la bandeja de comida-¿has... terminado?.

Le daba tanta envidia la soltura que tenía Flora para pedir las cosas, como el hecho de que se estuviera comiendo aquel manjar delante suyo.

En el norte adoraban a aquellas dos diosas gemelas, lo cual no dejaba de ser curioso. En el tenderete, preguntó sus nombres y demás, y cogió una para Galena. Quizá le hiciese gracia, quien sabe.

Pero el que estaba buscando era uno más complicado de encontrar, probablemente. Un medallón de los dioses de Rabona, que acabó por encontrar. Francamente contenta, lo colocó cruzado en la cruz de la espada, de manera que colgase y le recordase siempre por qué estaba luchando. Bien pensado, aquello podría llegar a ser contraproducente, pero... necesitaba algo a que aferrarse, echaba de menos aquél pequeño ángel.

Pensó en Catalina, y lo bien que sabía consolarla aquella lacónica guerrera... ¿Que habría sido de ella? ¿Estaria bien? Eso esperaba...
De aquella vez la habia recomendado prudencia, y no es que hubiera hecho mucho caso, a decir verdad. Tendría que recordarse más a menudo, al mirar el medallón... que la prudencia era tan importante como la convicción.
A ver si esta vez lo lograba.

Salió al encuentro de la pareja, a los que vio contentos comiendo una manzana dulce. Sus ojos se fueron hacia aquél hermoso y misterioso humano.

Cada vez era más extraño lo de aquél Alberth. Tal vez trabajase para Verónica, a juzgar por lo que escuchó mientras estaba... en fin, en el suelo. O a las malas, para Ishley, pero si así fuera... no estarian vivas, ¿no? y si trabajase para la organización... bueno, en ese caso pronto lo sabría.
La cuestión es que cada vez estaba más y más convencida de que Alberth guardaba secretos, y no le gustaban los secretos... aunque tendría que empezar a acostumbrarse a ello, al parecer.

De nuevo se quedó largos segundos mirando a la pareja.

Tal vez esté mejor asi, ¿No? podría comprarle alguna cosita para agasajarla, pero... igual se lo toma que intento comprarla, y es aún peor.
La anciana dijo que mejor que siguiera su curso. Al fin y al cabo es su primera misión.... aun no ha tenido tiempo de tener encontronazos morales ni de hacerse preguntas. Ni siquiera ha estado despierta la mayor parte de la misión, caray.

Bien, todo sea por... llevarnos bien. Llegaría a donde fuese para llevarnos bien. Y desde luego... discutir no lleva a nada... y es mas sensible de lo que sus palabras dicen.

Andrea se acercó a la pareja, tras haber anudado su medallón en la empuñadura,y con el de Galena guardado.

Tomó mucho aire y llegó con las manos a la espalda, colocándose al lado de Nana, mirando el suelo y dándole una patadita a un poco de nieve, acabando aún de pensarse lo que le diria.

Miró a Nana unos segundos, girando la cabeza hacia la pequeña. La había hecho daño y de eso desde luego que queria disculparse. En su expresión tenia los labios fruncidos y los ojos tristes. Unas palabras breves y sinceras tal vez fuesen lo más indicado.

Nana... Lo siento.

Como gesto que esperaba reconciliación, extendió su palma abierta hacia arriba, con los dedos juntos. Una palma que esperaba la de su niña para darla un cálido apretón.

En su fuero interno, Andrea estaba realmente nerviosa, además de arrepentida... entre otras muchas emociones. Esta era la parte mala de los sentimientos, ¿pero y que? Eran sentimientos.

Una vez mas Alberth miró de reojo a Andrea cuando esta se acercaba, y mantuvo la sonrisa, esta vez esperando la reacción de Nana, la cual no se hizo esperar.

-¿¡Que haces aqui!? te dije que..... ¡oh!

Exclamó al ver el colgante, y como de la noche al dia, su rostro se iluminó como si contemplase un angel de verdad, sus pequeños morritos se sobresaltaron y sus ojos se abrieron para admirar el presente.

-...¿Para mi? ahh....

De pronto la belleza de la escena pareció caer por un precipicio cuando instantaneamente Nana volvió a fruncir el ceño.

-¡Espera un momento! ¡Me estas intentando comprar!

Y justo en el momento en el que parecía que Nana haría algo horrible con el regalo, Alberth se agachó para acariciar el pelo de la pequeña. Luego habló con una voz calida y amable.

-Nana, recuerda lo que hemos hablado, me lo prometiste, ¿o no?, venga, hazlo por mi ¿deacuerdo?

A Nana se le hincharon los carrillos y se puso colorada mientras miraba al cielo frunciendo el ceño, pero finalmente , se calmó y guardo el tregalo, acto seguido se separó de Alberth para sentarse en un banco que estaba a unos 6 metros con un gesto orgulloso, esperando que Andrea la acompañara.

Alberth se quedó en el sitio y afirmó a Andrea para que acudiese con Nana, en sus ojos había mas que una simple mirada de complicidad, quizá algo mas profundo...

Andrea sonrió enormemente, con aquella sonrisa que solo 'esa' cazadora era capaz de poner, una sonrisa blanca, expresiva, feliz y aliviada cuando Nana se fue a sentar, dejándola sitio.

Miró a los ojos a Alberth, y le puso la mano en el hombro, asintiendo agradecida
¿Quien eres...?
Suspiró y dio un par de palmaditas en el hombro, murmurándole
Gracias de nuevo....

Sin perder más tiempo, llegó junto a Nana, y nerviosita, se sentó. El colgante no era para ella, pero a la porra con el mundo! Nana quería ese colgante, y le hubiera dado la luna si con eso su niña estaba contenta.

Se sentó a su lado y se acercó despacio, rodeándola con un brazo los hombros, mirando el colgante con ella. A los pocos segundos, puso la mejilla en el pelo de la pequeña

¿Es bonito eh...?
Con la otra mano acarició al tiempo el colgante y la mano de la niña
Dos ángeles que velan por los humanos. Esas somos tu y yo.

Feliz, dio un besito en el pelo a la pequeña y se sentó algo mejor, pero lo bastante cerca para que si la pequeña queria acurrucarse, no tuviera que moverse mucho. Que acurrucarse fuera... tentador.

Supongo que tardaremos en volver a vernos, cariño. Y te voy a echar mucho de menos. Me gustaria que guardases ese recuerdo... Sonrió  Y también este...

Descolgó su laúd y lo colocó para tocarlo. Estaban en mitad de una plaza, así que... bueno, también le serviria para saber qué opinaban los humanos de su habilidad, que siempre era interesante. Que gustase o no, no lo sabia, pero curiosidad iba a despertar...

...que espero que te guste, ni niña...

Sonrió con felicidad y tomó aire...

Don't shed a tear for me
I stand alone
This path of destiny
Is all my own
Once in the hands of fate
There is no choice
An echo on the wind
You'll hear my voice...

Some choose to fall behind
Some choose to lead
Some choose a golden path
Laden with greed
But it’s the noble heart
That makes you strong
And in that heart, I'm with you all along...

*The olde village lanterne
Is calling me onward
Leading wherever I roam
The olde village lanterne
A light in the dark
Bringing me closer to home...

So when you think of me
Do so with pride
Honor and bravery
Ruled by my side
And in your memory
I will remain
I will forever be within the flame...

Now at the journey's end
We've traveled far
And all we have to show
Are battle scars
But in the love we shared
We will transcend
And in that love, our journey never ends...

Don't shed a tear for me
I stand alone
This path of destiny
Is all my own
Once in the hands of fate
There is no choice
An echo on the wind
You'll hear my voice...
You'll hear my voice...

Cuando acabó, sonrió ampliamente mirando a su niña, y... un poco alrededor, a ver si había gustado

Para ti, mi niña...

Ambas se habían sentado una al lado de la otra, eran tan parecidas que daba miedo. Eso si, la forma mas rapido de distinguirlas, es que solo Flora tiene la suficiente confianza como para no tener que preguntar.

-Si, claro, sirvete.

Digo con una sonrisa y vuelvo a mirar por la ventana.

-Sabeis hay algo extraño en todo esto, no puedo dejar de pensar en ello, ¿Estará Ishley al tanto de lo sucedido? si lo está ¿porque no se ha movido?, hemos peinado el Norte y no ha aparecido ni siquiera su "acompañante", no se, tengo un mal presentimiento que no consigo quitarme de encima, es como si se me estubiera escapando algo.

Hablaba a la vez que pensaba, tampoco tenía mucha intención de que me contestasen algo, era solo una reflexión que solo compartiría con Flora, y en este caso, tambien con su hermana gemela.

Flora se limitó a especular para sus adentros...

-...

Al principio Nana se mostraba reacia a la cercanía de Andrea, pero la musica parecía tener esa propiedad magica capaz de hacer lo que las palabras simples no podían.

Cuando Andrea acabó, nana no miraba hacia ella, miraba al lado contrario, escondiendo los ojos llorosos y cojiendo distancia de nuevo con Andrea. Luego se seco los dos luceros para girarse de nuevo con el gesto orgulloso.

-Quiero...

Con gran esfuerzo y no sin bastante verguenza arrancó en un tono muy bajo, casi entre dientes.

-Quiero que toques otra canción...

Su mano jugueteaba timidamente pinzando una y otra vez la madera del banco

-Pero esta vez canto yo ¿vale?

Esperó a que Andrea se preparase y comenzó a cantar una preciosa nana, una cancioncilla infantil que sonaba conmovedora de boca de la niña.

No sabia exactamente el efecto que podria haber tenido en la niña la cancion, y de hecho no estaba muy segura de que le hubiese gustado, pero...

-Quiero... Quiero que toques otra canción...

A Andrea podría habérsele roto la cara con la sonrisa que dedicó a su niña. Apretó los labios intentando no lagrimear, pero era imposible... dos lagrimitas salieron de sus ojos radiantes de felicidad, y una risa salió de su boca cuando soltó el aire que retenía para evitar llorar de alegría, y que le faltó para respirar...

Gracias, Dioses.... Miró un momento el colgante de la niña Gracias diosas del amor... por hacerme sentir... esta felicidad, gracias... gracias por dejarme cantar una vez con mi pequeña... Un millón de gracias...

Tomó aire de nuevo, hinchando su pecho y asintió rápidamente muchas veces, haciendo ondear su cabello de plata.

Claro mi niña... todas... -Se quitó una lágrima- Todas las que quieras...

Sonriendo, colocó atropellada y nerviosamente el laúd en sus brazos, y cuando Nana comenzó, sus dedos, nerviosos, histéricos y jubilosos no acertaron una sola nota de los primeros compases, perpetrando un chirrido molesto.

Ruborizada, pero sin perder la feliz excitación, Andrea rió por lo bajo y siguió con un pequeño tembleque de pies mientras encogía los hombros y miraba a Nana, murmurandola

Perdón... se... se me han ido los dedos... ji.. jijiji.... vuelve a empezar...

Tomó aire de nuevo y se relajó, estirando las piernas un instante, como si a través de las puntas de los dedos de los pies sacase los nervios acumulados de semejantes días y semejante mañana

Allá vamos...

La dulce, dulcísima voz de Nana hacía vibrar el corazón de Andrea, y ese sentimiento transmitió a las cuerdas de su laúd, con los ojos cerrados los primeros segundos, y mirando a su pequeña después. Aquella carita la inspiraba tanto, que fue como si tocase la propia voz de Nana.
El sonido del laúd y la voz de la pequeña se combinaban entre sí para hacer una melodía tan bella y cargada de sentimiento que no era si no un imán para las gentes de la plaza, que comenzaron a congregarse a empaparse del sentimiento que derrochaban aquellas dos guerreras... supuestamente brujas, medio demonio... pero allí estaban, como hermana mayor y pequeña, demostrando que aquellas guerreras misteriosas podían derrochar ríos de amor y de sentimiento...

-Gracias...

Galena cogió la otra bola de arroz y le dió un mordisco sin poder disimular mucho las ganas que tenía.
 

Cynthia :

La número 28 miró en silencio a la oteadora mientras ésta hablaba y cuando terminó, giró ligeramente la cabeza para observar la reacción de su hermana.

"No es la única" pensó casi como si pudiera leer aquel gesto. En cierto modo le preocupaba a la propia Galena  también.

Tragó el trozo de arroz y se quedó un rato en silencio.

-Sí, como si algo horrible estuviera a punto de pasar...-murmuró de pronto con la vista fija en la mesa.

Se dió cuenta entonces de que no habia pronunciado aquello en su fuero interno y sacudió la cabeza. No tenía intención de hablar, pero ahora tampoco podía decir solo eso.

-Eees decir "sí, es raro"-rectificó rápidamente desviando los ojos hacia un lado, su voz volvió a convertirse en un murmullo-si está al tanto, es como si estuviera demasiado seguro...

De pronto una melodia comenzó a oirse proveniente del exterior, practicamente todas las personas de la plaza entonaban una canción, Cynthia y Flora se quedaron mirando por la ventana en aquella dirección.

Sin mas el posadero, sacaba el pan del horno y comenzó a tararear lo que aprecía una cancion infantil.

-Dango, Dango, Dango, Dango, Dango lalala la la la....

Y mas gente comenzo a tararear o a silvar la cancioncilla pero eso no fue lo mas extraño, sino cuando Cynthia y Flora se miraron la una a la otra con una sonrisa de oreja a oreja y una mirada que rebajaba su edad a menos de 10 años.

-Dango, Dango, Dango, Dango, Dango lalala la la la.... jajajajajajaja. Hey salgamos a la plaza a escuchar...

Dijo Flora con una expresión infantil con la que su hermana no la había visto nunca.

-Vamos Galena...

Quizá a Flora se le había olvidado por un segundo que la numero 28 no recordaba nada de su niñez, algo que hasta otras claymores como Cynthia recuerdan y han vivido, como si esa canción representara algo comun a todos los humanos, y en efecto asi era, una canción famosa canción infantil cuya tradición se había extendido por casi todos los pueblos del continente, y practicamente todo el mundo había oido alguna vez.

Esperando que Galena als acompañase, Flora espero a su hermana para ir todas juntas hasta la plaza.

Y finalmente, para mas sorpresa, descubrieron que el centro de aquel acontecimiento, no eran otras que Andrea y Nana, la primera tocando el laud, la segunda cantando con su preciosa voz junto a todo el pueblo de Pieta.

Galena estaba totalmente desconcertada, su hermana la miraba con una sonrisa de oreja a oreja que le recordó totalmente a la de aquella chiquilla inocente de 7 años que jugaba en un columpio...

"¿Qué le pasa?".
 

Vió que Cynthia también parecía entender alguna especie de significado oculto en aquella canción puesto que mostraba en su rostro la misma expresión risueña que la número 7. Por un momento Galena se sintió extraña de que ella fuera la única que continuaba igual.

Flora :

Una invitación de Flora era de las pocas cosas del mundo (por no decir la única) de las que Galena solía aceptar a la primera sin poner pegas.
Aunque no entendía qué diablos estaba pasando, asintió en silencio tragándose lo que quedaba de la bola de arroz y se puso en pié siguiendo a su gemela y a Cynthia hasta la plaza de Pieta... donde entendió menos todavía.
Allí se había formado un corro impresionante, había gente por todas partes y todos tarareando aquella canción. La ventiocho buscó el orígen de la melodía mirando al centro de la plaza.

"¿Nana?" parpadeó al reconocer a la pequeña cantando allí sin más... ¡y la que tocaba era Andrea! "¿Pero qué...?"
 

Miró a su izquierda, Cynthia mostraba una sonrisa mientras miraba al dúo prácticamente tarareando aquello y cuando observó a Flora a su derecha se topó con la misma expreisón alegre.
Por un momento no supo qué hacer, se la quedó mirando mientras las palabras de Andrea en Delenia volvían a su cabeza.

A pesar de ver a mi hermana tan afectada, como un movimiento de lo mas natural, me coloco a su lado casi pegando y cojo su mano, luego hablo de forma que solo ella me oye.

-Mama solía cantarnos esta canción para dormir.

Aprito un poco mas su mano.

-Hermana, que no lo recuerdes no quiere decir que no fueras feliz entonces, ni que puedas disfrutar de ello ahora, en aquel entonces cantabamos juntas y luego dormíamos, soñando a menudo con "La gran familia Dango". Los recuerdos son solo eso, recuerdos, nada en comparación con lo que aun tenemos la oportunidad de vivir, no te lamentes por aquello que no recuerdas, solo alegrate y lucha por aquello que si puedes. Ninguna de nosotras tomó la decisión de convertirse en lo que somos apreciando verdaderamente lo que eramos, sin embargo eso ya no lo podemos cambiar y es un sentimiento doloroso, debes mirarlo por el lado bueno, para ti siempre has sido lo que eres ahora, no llevas esa carga, simplemente trata de disfrutar cada momento, sin pensar en si alguna vez antes lo disfrutaste.

Vuelvo a mirar a Nana y a Andrea, en cierto modo con una enorme curiosidad, de alguna forma estaba segura de que una imagen asi no la vería nunca mas.

Cuando Andrea y Nana terminaron la cancion todas las personas que habían formado el corro alrededor aplaudieron, entre ellas estaban en un pequeño grupo apartado Galena, Flora, Cynthia, y Alberth tambien estaba mezclado entre la gente con una sonrisa, aplaudiendo con una expresión de felicitación hacia Andrea.

Poco a poco la gente fue despejando pero alberth se quedó a cierta distancia, sonriendo, mientras Nana finalmente dio un abrazo a Andrea, admirada por el momento magico, luego se giró para mirar al grupo de claymores que las observaba y saludo efusivamente a las tres. Flora se limitó a sonreir, y Cynthia levantó timidamente el brazo para saludar tambien con un gesto cariñoso a la numero 5.

Ya atardecía, el sol no tardaría en ponerse y el terrible frio nocturno no se haría esperar, Nana le levantó y hablo a Andrea con la calidez a la que le tenia acostumbrada.

-Volvamos a la posada, nosotras no sentimos frio pero prefiero estar en un lugar seco jijijiji.

Justo en el momento que Cynthia saluda con una sonrisa a Nana, en tu cabeza se proyecta de nuevo la terrible imagen, el cuartel general de la Organización totalmente destruido y la imagen de la numero 14 en el suelo, ensangrentada, pero esta vez con un elemento añadido, el cuerpo sin vida de la pequeña Nana. Esta yace a escasos centimetros de Cynthia, con unas heridas similares sobre un charco de sangre, tan solo una mano de Cynthia llega hasta el cuerpo de Nana como si la numero 14 hubiese muerto intentando protegerla, su mano se aferra a la capa de la pequeña teñida de rojo.

Sin embargo la visión no termina ahí, Andrea consigue ver mas cuerpos, entre ellos hay hombres con las ropas propias de los organizadores, los demas son todo guerreras con el uniforme correspondiente, justo cuando Andrea intenta fijarse en sus rostros la visión acaba, pudiendo solo reconocer el cadaver de otra guerrera mas, el de Dietrich, su carcelera, tambien ensangrentada y con heridas atrozes.

A Andrea se le llenaba el alma con aquellas voces y aplausos... y sobretodo con la presencia y la sonrisa de su niña a su lado. Y no menos agradables eran las sonrisas de Flora y Cynthia, que parecían haber disfrutado con la canción. Alberth también estaba por allí.

El abrazo de Nana era lo más agradable que podía pasar a la número treinta, y lo recibió y devolvió con ilusión y alegría, pero de nuevo, sus ojos se cerraron un instante. Al abrirse, de nuevo sus pupilas eran puntos en sus ojos de plata, y en abrazo a Nana se hizo más fuerte....

¿No....... no........... por...que...?

Apretó fuertemente a Nana y le dio muchas palmaditas, ahora de nuevo con los ojos cerrados. Temblaba.
Nana se separó, y Andrea hizo todo el esfuerzo que pudo para mirar a su niña a sus ojos llenos de vida y alegría... aunque los suyos se habian vuelto repentinamente mates.

-Volvamos a la posada, nosotras no sentimos frio pero prefiero estar en un lugar seco jijijiji.

La ilusionada chiquilla no pareció darse cuenta del detalle, y Andrea asintió, dejando que fuesen primero todas las demás... ella caminaría con paso lento y cabizbaja, con los ojos cerrados y arrebujada en su capa, como si ella sí sintiera frio.

El todavía poco familiar tintineo del medallón a su espalda la trajo a la mente el final de una frase.
 

Qué fácil se dice...... y cómo sangra el corazón al intentarlo...
Pero está claro que lo debo guardar para mi y muy pocas, muy pocas personas... y.... solo hablar llegado el momento... solo actuar cuando... sea el momento, pero... pero dioses... qué duro es esto..... qué dificil...

Qué duro, dios mío....  Qué duro...

Murmuró algo y tras despedirse con la cabeza de Alberth, siguió caminando, cada vez más despacio. En su lento caminar, con los ojos de nuevo cerrados, parecía que quisiera demorar lo máximo posible la entrada a la posada. Nana preguntaria, sin duda... que porqué habia tardado tanto. Algo se le ocurriria.

Galena sólo fue consciente del mundo que la rodeaba cuando sintió que la mano de Flora apretaba la suya que se encontraba tensa y agarrotada por completo. Como si tirase firmemente de ella para sacarla de aquel tornado de emociones que tanto la estaba vapuleando sin miramiento alguno.

Apartó ligeramente la mano para dejar a la vista un ojo aunque sus dedos continuaron crispados sobre su cabeza. Miró en silencio a la número 7 escuchando lo que decía mientras trataba de mantenerse serena.
¿Su madre les cantaba aquello? ojalá... ojalá recordas su cara. Ojalá recordase lo que Flora le estaba contando y pudiera acompañarlo con imágenes, pero una vez más eran solo palabras, una vez más era una espectadora en tercera persona. Como siempre, su hermana tenía toda la buena intención del mundo tratando de ayudarla a "levantarse" después de "tropezar" pero lo cierto es que aquello dolía de una forma bastante peor a cualquier herida física, daría lo que fuera con tal de conocer aunque fuese alguna parte de aquello que "sólo" eran recuerdos que debían compartir.

Pese a sentirse tan impotente y tan confusa, aquel apretón de mano pareció aplacar no toda, pero si en gran parte la angustiosa sensación, como si le hubiese devuelto la circulación a sus dedos, normalmente siempre era al revés, no solía sentirse cómoda si la tocaban, pero en aquél momento fue precisamente el contacto de alguien lo que trajo algo de paz a su corazón.
En silencio, volvió a mirar al frente y deslizó la mano con la que se agarraba el flequillo hacia atrás, peinando la blanca melena lentamente y cerró los ojos, se quedó un rato así hasta que finalmente dejó caer el brazo a un lado y suspiró. Los volvió a abrir despacio y giró ligeramente la cabeza para mirar a Flora.

—Me conformo con que tú puedas disfrutar ese pasado por las dos—dijo en un murmullo que sólo escuchó ella y para el cual parecía haberle costado reunir la voz, aquella voz serena, casi sin inflexiones de siempre—...Gracias, hermana.

Por primera vez en mucho tiempo, fue ella quien devolvió el apretón de mano, aunque claro, de todas las personas que había en aquella enorme plaza, la única que pudo saberlo, fue Flora.
 

El grupo de claymores entró de nuevo en la posada, y Nana fue directa a sentarse en una mesa del comedor, Flora por su parte, anunció a las demas.

-Me voy a descansar, que dudo que tarden en darnos nuevas ordenes, que se de bien la noche. Cynthia, acompañame un momento.

Cynthia afirmó con su habitual expresión distraida y acompañó a Flora hasta el piso de arriba. Nana se despidio con una timida sonrisa.

-Que descanseeeeis.

Dijo moviendo la mano a un lado y a otro.

Finalmente quedaron Galena Nana y Andrea solas en el comedor, mientras tanto, la noche había caído y la gente empezaba a irse a sus casas y las luces se veían encenderse por las ventanas. Finalmente Nana se dejó caer con una expresión aburrida encima de la mesa y dijo con bastante poco interes.

-Me pregunto donde pasará la noche Alberth, no está aqui en la posada. Jo espero que pueda acompañarnos un poquito mas, aunque me temo que como tengamos que ir a cazar algun yoma no podrá venir. Uhmmm, espero que sea solo otro viaje.

Dijo con la cabeza recostada sobre un lado encima de la mesa y suspirando.