Partida Rol por web

La aldea de Tarso, situada en al zona media de la montaña, bien protegida de las frecuentes inclemencias del tiempo como ventiscas tanto pos situación como por el muro que la rodea. Lo primero que se distingue es la fortaleza cuertel situada a la entrada pero la estetica en general es bastante monótona.

Antaño la aldea era un lugar importante de comercio pero las montañas cada vez son un lugar peligroso, disminuyendo esta actividad pero aumentando su valor económico, asi como el valor de todo el que traiga noticias de otras zonas.

Sus gentes estan mas que hechas al frio, los abrigos de piel abundan y en general la ciudad está bien preparada para el invierno extremo de esa zona.

La misma entrada a Traso no era demasiado accesible, estaba al final de un camino ascendente con bastante desnivel que serpenteaba por al montaña de un aldo a otro, y la entrada lejos de ser el glorioso y gran porton de las ciudades importantes del continente, era un porton no mas grande que el de la catedral de Rabona y protejido por dos guardias.

Era ya casi de noche, el grupo había llegado antes de lo previsto, el sol aun se resiste a esconderse tras el horizonte, el hombre se adelantó, con un tono bastante alegre ante la llegada a las puertas de Tarso.

-Por fin, hacía tiempo que no tenia un viaje tan animado y sin percances... estoy seguro que Tarso os gustará.

Se detubo ante los guardias.

-Buen dia señores, traigo pieles y raras frutas, ellas vienen conmigo.

Uno de los guardias, al oir "ellas" miró a ambas claymore y su rostro se desencajó y se quedó palido y quieto.

-¿Eh? ¿que le ocurre? ¡ah si! son claymores, no se preocupe estan de nuestro lado jejejeje.

El viajante mantuvo la sonrisa bajo la bufanda y el tono amable.

Galena observaba las fachadas de las casas cubiertas de nieve con gesto distraído, nunca había estado en un lugar así, o si lo había hecho... no lo recordaba.
Camino en silencio junto a Andrea que a su vez se manteía al lado del caballo del humano hasta que finalmente llegaron a la puerta en la que encontraron dos guardias.
La número 28 sintió mientras subian que su compañera le daba un golpecito con el codo aunque en un principio no le dió mucha importancia... hasta que estuvieron más cerca.
Fue entonces cuando reconoció aquel olor inconfundible instantaneamente y su cabeza se giró de golpe hacia el yoma oculto mientras el hombre del caballlo hablaba.

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Galena agarró la empuñadura de su claymore sin miramiento alguno.

—No—dijo de pronto clavando sus ojos plateados en los del tembloroso guardia con una frialdad mortal que también se plasmó en su voz— de la de los humanos sí, de la de él, no...

Lo siguiente que se escuchó fue el sonido de un filo al ser desenvainado.

Aquella sensación la escamaba. De nuevo el olor a yoma. Andrea frunció el ceño y cuando el compañero de viaje no miraba, dio un seco golpecito a la número veintiocho, avanzándose un paso.

En cuanto tuvo al yoma a la vista y vio su reacción, se lanzó a por él sin mediar palabra. La velocidad jugaba siempre en favor del más rápido, no habia que dejar que se transformase. Leyendo su yoki también intentó captar otros yokis en la ciudad. Por si acaso.

La pendiente de la que provenían las claymore otorgó la ventaja mas que justa al sorprendido yoma como para tomar la iniciativa y liberar su poder instantaneamente y atacar a la claymore que se había lanzado primero. Sus garras pasaron cerca de Galena pero sin llegar a tocarla.

En el momento que el yoma se transformó el caballo del hombre se desvocó y entro a la ciudad a galope tendido mientras el hombre hacía lo posible por controlar al enorme equino.

-¡Sooo! ¡Soooooohhhhhh................!

Su vos se perdió hacia dentro de Tarso a la vez que se oye el galope del caballo. El segundo guardia en una mezcla de miedo e indecisión, optó por correr tambien a dentro de tarso y cerrar la puerta por dentro, dejando a ambas claymore y al yoma por la parte de fuera del muro.

Ambas claymore atacaron al yoma pero el mandoblazo de Galena fue esquivado por poco por el gracil yoma, no tuvo tanta suerte con el de Andrea, el cual impactó de lleno en su costado abriendo una herida importante. Sin embargo su unica huida había desaparecido al cerrarse aquel enorme portón. Por lo que decidió luchar por su vida atacando de nuevo a Galena.

Andrea no esperaba rendición, queria acabar de limpiar Tarso cuanto antes, y según sus sentidos, parece que podría hacerse rápido.

Acabemos deprisa, aún nos queda otro dentro.

Tratando de acabar con él antes de que hiriese a Galena, dio un fuerte y rápido golpe vertical al yoma.

Tal vez el otro podamos interrogarlo... ya veremos. Ya veremos

Galena le dirigió una fugaz mirada de reojo a Andrea en cuanto la número 30 dió el aviso.

"¿Otro?"

En ese instante, el yoma la atacó con las zarpas por delante y ella alcanzó a devolver su atención a la lucha y a esquivar de milagro la arremetida.
No hacía falta que su compañera se lo dijera, la puerta se había cerrado, había personas dentro... y otro demonios más, así que volvió a descrargar un nuevo mandoblazo sobre el monstruo.

El corte de Andrea volvió a ser certero fulminando al yoma, la espada de Galena solo cortó un cuerpo moribundo.

La situación se había vuelto algo desconcertante en poco tiempo, ahora solo quedan ambas claymore y el caaver del yoma ante una puerta bien trancada, y la probabilidad de que alguien se haya quedado a esperar al otro lado es bastante baja, mas tratandose de dos claymore. Solo la timida nieve se atrevía a rozar a las guerreras, las cuales no oyen ni un solo alma al otro lado de la puerta.

Pasa un minuto, y luego otro y otro, siempre pueden intentar trepar.

Andrea miró a Galena, comprobando que estaba bien, y asintió con cierto alivio.

Salpicó la sangre púrpura hacia la pared y miró a Galena, asintiendo.

Miró hacia el muro, y comenzó a llamar a viva voz a alguien. Al ver que nadie abría, comenzó a impacientarse.

¡Abran de una vez!!

Al no hallar respuesta, harta, volvió a desenvainar y la emprendió con las bisagras, dio un par de golpes, pero su fuerza no pareció suficiente.

Galena, inténtalo, ya basta de perder el tiempo, se nos va a escapar.

Andrea empezaba a estar bastante harta del Norte, esperaba encontrar al menos apoyo de los humanos... Cielos, estaban ahi para ayudar!!

Galena sacudió su espada a un lado formando un largo chorro de sangre morada en la nieve, luego la envainó y se cruzó de brazos mirando con gesto hastiado la puerta que les habían cerrado en las narices.

"Esto es surrealista...".

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La Claymore enarcó lentamente una ceja sin descurzar los brazos.

"¿Perder el tiempo?, mataremos al yoma y serán capaces de quejarse porque les hemos roto la puerta..."

Ante la insistencia de Andrea, soltó un resignado suspiro y desenvainó el claymore sujetándolo con la diestra, le hizo un gesto con la cabeza a la número 30 para que se apartase y dió un par depasos hasta colocarse en el lugar en el que había estado su compañera. De pronto agarró bruscamente la empuñadura de la espada con ambas manos levantándola por encima de su cabeza... con un gruñido, tensó los brazos y descargó un mandoblazo sobre la bisagra.

Tras el golpe de Galena la puerta se desplomó dejando el paso libre y la visión de la calle principal de Tarso. A unos metros vienen corriendo mas de 10 guardias armados hasta los dientes, que frenan al ver a ambas claymore. Se miran los unos a los otros, buscan al yoma, pero ven el cadaver al otro lado de la puerta. Sin decir nada, parecen calmarse y se hacen a un lado para dejar paso a las claymore, en verdad pasarían por alto lo de la puerta dado que el yoma estaba muerto, solo habría que cambiar las bisagras.

Dos de ellos salieron al otro lado para recojer en cadaver para su posterior icineración. Sin duda no parecen hombres de muchas palabras.

Las claymore serían libres de ir donde quisiesen en la ciudad, desde el mercadillo en el centro, la posada, el cuartel.... eran varias las posibilidades, aunque quizá el yoma fuese la prioridad mas importante.

Andrea pasó por las puertas y miró a los hombres, suspirando.

Lo siento, tardaron demasiado. Nos haremos cargo más tarde.
Se centró un segundo y miró a Galena con expresión de urgencia.

Al centro de Tarso, vamos!

Y echó a correr por las calles, desenvainando y guiando a su compañera hacia donde habia localizado al monstruo, casi ignorando, quizá por vez primera, a los soldados. Y aunque su expresión no lo mostrase demasiado, estaba muy contenta de ello, pues eso significaba que no tendría que contar con ellos de nuevo ni arriesgarles. Solo habia un yoma, y además ella tenia ayuda, y bastante más hábil, a decir verdad.

Galena mantuvo el filo del claymore bajo, aquella reacción cohibida de los humanos ya le era más familiar...
 

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En ese mismo instante Andrea salió disparada como una flecha por una de las calles. La número 28 no perdió un segundo en echar a correr tras ella en medio de un remolino de capa blanca, ya se preguntarían después sobre quién demonios tomaba la iniciativa o no... ahora lo importante era encontrar al yoma.

—No lo pierdas—dijo mientras corría a su lado inclinada hacia adelante con un tono antinaturalmente sereno en contraste con la urgencia de la situación—ha ido a donde más gente hay...

Galena y Andrea llegaron a la carrera y a la numero 30 no le fue dificil localizar al yoma, en la plaza había menos gente de la esperada, mucho menos que la abarrotada plaza de Gohan cuando Andrea llegó a ella.

El yoma estaba ante un puesto y a su alrededor había unas cuatro personas, parecían una familia, padre madre, un niño y una niña. Las claymore reconocieron al quinto sujeto, su aspecto de humano era el de un hombre robusto y alto que por otra parte tambien reconoció a ambas claymore nada mas que estas hicieron su aparición en la plaza. Adoptó su forma de combate, era mucho mas grande que el anterior y mas corpulento, pero lejos de lanzarse a por sus cazadoras, agarró del cuello a los dos niños que estaban a su lado, ante el horror de sus padres, y gritó de forma amenazadora a las guerreras.

-¡Como os acerqueis les mato!

El yoma medía casi tres metros y no solo hizo gala de su fuerza llevando un niño en cada mano como quien lleva un trapo, sino tambien de su velocidad, brincando hacia una de las bocacalles y corriendo a toda velocidad con los niños en sus garras con la esperanza de escapar de las claymores.

Andrea frenó de golpe, y evaluó su poder en cuanto vio que realmente parecía estar muy por encima de la media.

En cuanto cogió a los niños, a Andrea le dio un vuelco el corazón y tragó saliva.

N... no... bastardo...! Bastardo! Bastardo!!

Apretó los dientes y atravesó al yoma con la mirada.

¡Déjalos y lucha, cobarde!

Como era de esperar, el yoma salió huyendo con los niños a toda velocidad. Perseguirle solo conseguiria que aquellos niños...
...
Así que si había una opción de salvarlos, se basaba en seguirle... pero lo bastante lejos como para que pensase que habia funcionado. Por supuesto, no garantizaba que dejase a los niños vivos, pero era la mínima opción que tenian, y habia que aprovecharla.

Miró a Galena

Ese es de los duros. Le seguiremos de lejos no parece que sea bueno rastreando.

Volvió la mirada a los destrozados padres

No escatimaré sangre ni esfuerzos para traerles de vuelta a sus hijos. Se lo juro.

Asintió para reforzar su rápido juramento, uno que estaba muy dispuesta a cumplir, y volvió a mirar a su compañera

Deprisa, que no escape.

Corrió entre los edificios, conociendo o intuyendo su posición, procurando que nunca le quedase al monstruo linea visual contra ellas, y dejando que creyese que les cogía ventaja fácilmente.

Galena se detuvo al mismo tiempo que su compañera y observó cómo el yoma  se llevaba a las dos aterrorizadas criaturas, un pensamiento traidor resonó sin piedad en su cabeza

Los dientes de la ventiocho rechinaron al apretarlos. Aquello parecía una cruel broma de mal gusto de alguna entidad invisible. Cerró los ojos con fuerza durante un instante, sacudió la cabeza y volvió a mirar al frente.

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—Deja de darme órdenes... ¡ya lo sé!.

Andrea no daba crédito ¿Órdenes? Vale, sí, eran órdenes... ¿Pero es que acaso ella no habria hecho lo mismo? ¿No era lo mejor?

Galena alcanzó a la número treinta y siguió corriendo junto ella, que escuchó su pregunta, mientras hacía un gesto de la mano que apremiaba.

Se va de la ciudad a toda velocidad Dijo señalando la dirección.

¿Sabrá lo que hace...? Espero que sí, sí, bueno, debe saber lo que hace pero diablos! ¿Qué puedo estar haciendo mal!? Hemos de seguirle a la fuerza, si no podemos perderlo!

El yoma siguió corriendo hasta alcanzar la muralla, las escaleras que suben a las almenas le permitieron subir de un par de brincos, la roca temblo al aterrizar en lo alto, aun sostiene sin delicadeza alguna los cuellos de los niños, los cueles podría romper como quien rompe una ramita.

Esperó colocando a los niños al borde del vacío por la aprte de dentro de la muralla a que ambas claymore se acercasen lo suficiente como para oirle.

-¡Pagareis por meter vuestras narices en el norte!, ¡brujas!

Dijo asesinando con la mirada a ambas. No parece que vaya a aprovechar su ventaja para luchar, sino para escapar, un matiz de inteligencia que solo comparten los yomas viejos y experimentados.

Andrea apretó los dientes, claymore en mano, mirando a aquel maldito monstruo amenazando esas dos tiernas vidas.

Maldición... maldición... si se los lleva de la ciudad... no los dejara vivir... o los matará el frio nocturno o cualquier animal... qué idiotez...! aún puede... haber una posibilidad... y ya lo alcanzaremos. 

Andrea cogió aire y plantó los pies, bajando el claymore.

¡Está bien, Yoma! Estamos aqui para defender humanos y Tarso! ¡Deja los niños a salvo y márchate!  Dejó una breve pausa   ¡Si vuelves o los hieres, te mataremos!

Frunció el ceño e hizo amago de envainar el claymore.