Partida Rol por web

El corazón del Centinela

14. Reflexión piramidal

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13/01/2013, 20:14
Horus

La imponente figura de Horus se empotró contra el grupo, derribando a uno por la cintura y dejándolo inconsciente contra el suelo con un poderoso golpe. El Vigilante comenzó a defenderse de los golpes de sus contrincantes, pero una navaja le hizo un corte superficial en la pierna.

- ¡No me decepciones, preciosa! - le exclamó Horus para hacerle saber que estaba a su lado

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13/01/2013, 20:18
Felina

Felina intentó defenderse a duras penas. Eran demasiados y, aunque era buena, no tanto como para evitar los golpes de cinco o seis a la vez. Uno le impactó de lleno en las costillas, robándole el aire y dejándola aturdida. Pensó que aquel destello dorado era como una revelación de lo que iba a ser el fin, pero la grave voz de Horus le devolvió el sentido común. No. Todavía le quedaba mucho que mostrar.

Se agachó, evitando un navajazo de milagro, y lanzó una patada contra la cabeza de uno de ellos que cayó de inmediato al suelo.

- Tiradas (1)
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13/01/2013, 20:23
Horus

Horus, con un rugido, golpeó con la rodilla en el la boca del estómago de otro secuaz, cogiéndolo entonces por los aires y lanzando su cuerpo al grupo de Romy. Cayó con fuerza sobre la cabeza de otro de los hombres, quedando ambos inconscientes. Ahora Romy tenía a 4 a su alrededor y Horus sólo a 2.

Los dos hombres de Horus intentaron atizarle con una porra, pero el faraón puso su antebrazo entre medio y paró el golpe con una sonrisa de superioridad. Romy no fue tan afortunada y recibió otro navajazo donde el golpe anterior que le abrió una herida muy fea que consiguió que se tambaleara.

- Tiradas (5)

Notas de juego

Matón 1: 17/18
Matón 2: KO
Matón 3: KO
Matón 4: KO
Matón 5: KO
Romy: 3/18
Horus: 21/30

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13/01/2013, 20:36
Felina

Aquel no era su día de suerte. Aquellos meses, en general, no parecían estar siendo los más afortunados de su vida. El corte fue profundo y dolía a rabiar, pero la ladrona logró sacar fuerzas para mantenerse en pie y no caer al suelo. De reojo vio la sangre. Se asustó. Tenía que salir de ahí cuanto antes.

Retrocedió, buscando la protección del Vigilante y lanzó un zarpazo al aire contra la primera sombra que se acercó. Al menos le hizo retroceder.

-Horus... -masculló, pidiendo ayuda.

- Tiradas (2)
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13/01/2013, 20:56
Horus

Horus ignoró a los dos hombres que tenía a su lado y corrió hasta Romy propinando una fuerte patada en la rodilla de un matón. Éste profirió un grito terrible: era obvio que se la había partido de aquel golpe. Sin poder evitar el shock, se cayó al suelo y quedó insconsciente.

- ¡¡FUERA DE AQUÍ U OS PARTIRÉ A VOSOTROS LOS HUESOS UNO A UNO!! - gritó Horus a pleno pulmón. Aquellos hombres le miraron totalmente impresionados y tras un segundo de duda, salieron corriendo de allí.

El vigilante cogió a Felina que no pudo aguantar más y se precipitaba contra el suelo, sentándola para clavar una rodilla junto a ella.

- Ya está, gatita, se han ido. Creo que has molestado a quien no debías, ¿eh? Respira hondo. - dijo mientras sacaba un pañuelo de entre su traje, taponando la herida del costado de Romy - Ha sido un rasguño de nada. -

- Tiradas (1)

Notas de juego

A 12 de vida estás.

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13/01/2013, 21:10
Felina

Romy notó cómo alguien la sostenía antes de caer. Estaba dolorida y la visión de la sangre le parecía algo irreal e ilógico, como si ella no pudiese sangrar. Era una sensación extraña. Procuró acompasar su respiración y evitó mirar mientras Horus ejercía presión en su costado.

-Si me estuviese quita no me pasaría esto -dijo, como un reproche hacia sí misma, apretando los dientes. Se tomó un momento antes de actuar con propiedad-. Gracias.

Omitió cualquier adorno a riesgo de sonar prepotente. Hubiese preferido que aquel casco de águila fuese redondo y naranja. Se arrepintió incluso de pensarlo. Sacudió la cabeza, todavía atontada por el efecto del sedante, y cuando se sintió un poco mejor trató de levantarse. Su historial médico ya era bastante complicado como para seguir fingiendo atracos y accidentes, así que abría que tirar de sutura casera y muchos analgésicos.

-Puedo yo sola -mintió, tratando de sonar lo más severa posible.

Felina estaba rara. La habían acorralado, golpeado, y no había ni rastro de aquella gracia animal tan atrayente que normalmente tenía. Estaba arisca como un gato.

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13/01/2013, 21:24
Horus

- Toma. - dijo Horus, ofreciéndole un bote de refresco de cola. ¿De dónde sacaba aquel hombre las cosas? Entonces reparó en que llevaba una especie de petate en la espalda - Puede parecerte una tontería, pero te despejará. Y más si te han atontado. No te hagas la loca, te he visto luchar y sabes hacerlo mejor, así que es obvio que te habían hecho algo. -

Debía de ser una de las pocas veces que escuchaba a Horus decir algo así sin prepotencia o superioridad. - Si puedes sola, aprieta bien ese pañuelo y sígueme, hay que curarte eso. -

La llevó a un lado del parque donde les esperaba una gran moto de color negro. Se la señaló con una sonrisa. - Venga, si no has subido nunca, probar una de estas mientras te desangras viva será de lo mejorcito que habrás experimentado este año. - dijo él con aquel tono suyo tan habitual que parecía haber recuperado con facilidad. Se subió mientras Romy se colocaba en la parte de atrás. Tras arrancar, con un rugido empezó a acelerar y se perdieron por las calles de Betlam. Debido a las horas de la madrugada que eran, no tardaron apenas 5 minutos en llegar al destino de Horus: un garaje subterráneo bajo un gran bloque de edificios.

- Esta es una de las casas que uso cuando me pasan cosas como estas: tengo material médico y medicamentos. - le dijo mientras se dirigían al ascensor del garaje

 

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13/01/2013, 22:08
Felina

Felina farfulló algo por lo bajo y le siguió a regañadientes, usando la uña afilada como punzón para abrir la lata. El zarandeo previo hizo que borbotease un montón de espuma, salpicándola. La mujer soltó un improperio en voz alta, alejando el cuerpo de la mano que sostenía la lata. Miró a Horus como si lo hubiese hecho adrede antes de darle un trago.

Ella no era muy ducha a la hora de hacerse ese tipo de curas, y sólo por eso accedió. Si había alternativas, aunque fuese aceptar –más- la ayuda de un Vigilante, era mejor que arriesgarse a una infección. Eso sí, se negó a que hiciese alguna escena y la cogiera en brazos. No tenía tan poca dignidad. Apretó la mano contra el costado y caminó hasta el vehículo de Horus, mirándolo con aprehensión.

-Que bien… -dijo al tiempo en que tiraba la lata a una papelera.

Se subió detrás de él y mientras mantenía la presión rodeó su cintura con el brazo libre, apoyando la cabeza en su espalda por encima de la capa. Cuando la moto rugió, Romy cerró los ojos y se acercó todo lo que pudo temiendo caerse por el camino. Se encontraba mejor, más despejada, y a la vez peor. Aunque el viaje no fue muy largo, a ella se le hizo eterno. Se bajó torpemente –para lo que era Felina- del asiento y le acompañó sin mediar palabra, taciturna. En el ascensor, ya con algo más de luz, examinó la herida sin hacerle demasiado caso al Vigilante, más preocupada por su estado que por dónde la estaba llevando. Emitió un leve jadeo al apartar el pañuelo, ahora rojo, y de inmediato se dio cuenta de que había sido mala idea.

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13/01/2013, 23:22
Horus

Con un pitido las puertas del ascensor se abrieron, anunciando que ya habían llegado a su destino. Horus se adelantó para abrir la puerta, haciéndole un gesto con la cabeza a la ladrona para que pasara.

- Segunda puerta a la izquierda. Túmbate en la camilla y no quiero peros. - dijo de forma autoritaria, mientras él entraba en la primera de la derecha. Mientras Horus cogía parte del material médico que iba a necesitar, Romy se desprendía de su corsé y se subía un poco la camisa interior para revelar la herida, que empezaba a tener peor pinta. El justiciero entró en la sala con gasas, vendas y un par de botes con líquido. Lo que impactó a Romy es que apareció sin su máscara de faraón. - Esa cosa estorba mucho a la vista. Oh, y no hacía falta que te desnudaras tan rápido, prefiero que antes nos tomemos un par de copas. -

Horus tiró el pañuelo que le había dado a Romy y mojó una gasa pequeña en una de las botellas, llevándola luego a la herida. - Ésto va a doler. Pero te la limpiará. -

Efectivamente, aquello picaba sobremanera y Romy no pudo evitar apretar los dientes con fuerza. En más de una ocasión el Vigilante le puso una poderosa mano en el hombro para mantenerla tumbada y quieta. Pero poco a poco la herida se fue desinfectando y el hombre terminó por tapar la herida con unas gasas empapadas en un suero, vendando luego el vientre de la mujer.

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14/01/2013, 00:20
Felina

La ladrona se deshizo de la gabardina y el corsé, dejándolos en la primera superficie que encontró donde no estorbaban. Se tumbó en la camilla y tras remangarse la camiseta interior, esperó. Cuando él apareció no pudo evitar escudriñar su rostro con curiosidad, pero pronto apartó la vista. Le pareció de mala educación después de lo que estaba haciendo por ella. Felina esbozó una sonrisa breve ante el comentario picante, pero nada más. Miró hacia otro lado, resoplando: Con la mano que daba al lado opuesto del corte se aferró al borde de la camilla, el otro brazo lo mantenía por encima de su cabeza, dejándole espacio para maniobrar. Intentó quejarse lo menos posible, pero el ardor le impedía estarse quieta. No protestó cuando Horus la sujetó, y le dio la impresión de que lo hizo con especial cuidado, al igual que al pasarle las vendas entorno a su cintura. Se preguntó si sería médico.

-Gracias, encanto -dijo de forma suave. Se sentó en el borde de la camilla, bajando la camiseta con cuidado sobre las vendas. Después de hacerlo se inclinó hacia él para darle un beso fugaz en la mejilla. Al hacerlo reparó en que el muslo de Horus sangraba-. Otro día te invito a esas copas. Ahora deberías curarte eso.

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14/01/2013, 00:37
Horus

Sonrió ligeramente ante el beso, dándole una palmadita para que bajara de la camilla. - Si lo tuyo era un rasguño, ésto es un arañazo. - dijo mientras él se sentaba en la camilla. Comenzó a limpiar metódicamente su herida sin inmutarse, como si fuera de otra persona, para luego taparla con una gasa en suero y vendar, anudando la tela. Con una palmada, se levantó como si nada de un brinco aunque no pudo evitar poner una leve mueca de incomodidad.

- ¿Y bien? ¿En qué te has metido ahora para cabrear a tanta gente? -

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14/01/2013, 00:53
Felina

Romy comprobó la movilidad de la que disponía mientras él se apañaba la herida. Tendría que volver a casa callejeando y esperar algunos días. Quizá así se le despejase la cabeza. Se acercó a donde estaban sus pertenencias y examinó el corte de la tela. Era limpio, podría remendarlo de forma más o menos fácil antes de tener que cambiarlo. Era horrible la facilidad con la que le estropeaban el traje cada pocos meses. Frunció el ceño, disgustada, y miró hacia atrás para observar a Horus unos instantes.

-Sólo soy una gatita mala con excelentes dotes para el robo. Supongo que será eso -dijo sin atisbo de broma o jugueteo. Se encogió de hombros y volvió a darle la espalda, pensando que ponerse la prenda de nuevo no era buena idea-. Estaba despistada, nada más. No es la primera vez que me mandan una horda de ineptos con la esperanza de que alguno acierte -explicó. Emitió un suspiro que sonó más angustiado de lo que parecía y apoyó las manos sobre la repisa-. Pero gracias por echarme un cable.

Alcanzó la gabardina para ponérsela.

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14/01/2013, 11:19
Horus

Horus alzó una ceja observándola con curiosidad, con los brazos cruzados. - Espero que no tengas intención de ir a ninguna parte, no aguantarías ni cien metros antes de ponerte a sangrar como un gorrino en el matadero. Necesitas una noche de reposo antes de poder moverte sin miedo. Es eso o ir al hospital a que te cosan, yo sólo te he ofrecido una manera discreta de sobrellevar esa herida. - dijo el Vigilante mientras se encaminaba al salón. Hacía ya rato que Romy no sentía los efectos del sedante, pero se dió cuenta que dejó de sentirlos cuando le abrieron la herida del costado.

Una vez allí Horus abrió una pequeña nevera y sacó una botella de vino, echando un chorrito en una copa y dándole un sorbo. - También hay alguna cosa para comer, si te hace falta. -

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14/01/2013, 11:29
Felina

Aun habiéndole escuchado se puso la gabardina como si fuera a irse, tenía frío. Lo hizo con especial cuidado, alertada por las palabras de Horus, y después le siguió caminando despacio. No le parecía tan grave como para no poder llegar hasta su casa, aunque el verdadero problema sería encontrarse con algún maleante.

-No tengo hambre -respondió, moviendo la cabeza en todas direcciones, francamente anonadada. El pequeño apartamento era como el suyo de grande, y de no ser por la vasta cantidad de obras que guardaba en él, el de Horus habría valido tres veces más. El salón tenía una barra americana de esas que le encantaban, y unas amplias cristaleras que le robaron la cordura. El día que se mudara, sería a un lugar así-. Así que este es tu... refugio. Pega mucho con tu carácter.

No era ni de lejos como el de Reed. No. Horus tenía dinero, mucho dinero. Al menos en metálico.

Intentando borrar la sorpresa de su rostro se tumbó en un sofá que más bien parecía un diván, cargando el peso sobre el costado sano. Echó un vistazo bajo la camiseta, temerosa de que se hubiese puesto a sangrar de nuevo. No era el caso, así que resopló y se deshizo del antifaz, lanzándolo a la mesita del centro. Si se iba a quedar allí lo mínimo era estar cómoda.

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14/01/2013, 12:35
Horus

- ¿Y qué carácter es ese, si se puede saber? - preguntó Horus con una sonrisa, dándole otro trago a aquel delicioso vino mientras la miraba - Y no pongas esas caras, sangrarás más si te pegas una caminata, mientras no hagas un tirabuzón para acostarte no ocurrirá nada. -

Cogió de un cajón una barrita energética y se llevó un trozo a la boca para masticar y tragarlo mientras se sentaba en otro de los sofás frente a ella. De no ser porque ella estaba tumbada y llevaban disfraces, la estampa no era muy diferente de la que se vería casi treinta años después, cuando Lana fuera a visitar al hombre bajo la máscara de faraón.

- Por si te lo preguntas, mi madre es enfermera. Me enseñó lo que sé, que por cierto me ha venido muy bien. - comentó él con otro mordisco y otro trago. Con una leve sonrisa divertida, añadió - Iris me contó que pasaste algo peor que esto cierto día que te dispararon estando juntas, ¿no es así? -

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14/01/2013, 14:57
Felina

-La mía prostituta –respondió. No quedó muy claro si era verdad o mentira.

En realidad, había marcado toda su vida el hecho de que su madre fuese una fulana que dejaba que cualquiera se metiera entre sus piernas. Lo único que le había dado, además de su belleza y aquel carácter testarudo, había sido una buena razón para no acabar como ella. Una razón por la que Felina había nacido. De alguna manera le agradecía que la hubiese echado de casa, apartándola de aquella vida.

Se incorporó de nuevo para quitarse la gabardina y echársela por encima. Era una prenda más estética que útil, realmente.

-No todos sabemos esquivar balas. Al menos no tan bien –sonrió-. No es la única cicatriz de bala que tengo. Ni de arma blanca. Pero para no saber nada de medicina he aprendido a manejarme decentemente.

Los accidentes ocurrían y ella lo había aprendido a base de errores. No querer acabar en la tumba era un gran aliciente para tener cuidado y desarrollar excelentes reflejos. No todos podían permitirse una coraza completa, como el Centinela.

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14/01/2013, 15:32
Horus

- No hay diferencia entre un disparo o un golpe. Incluso prefiero un disparo, sé que la bala va a ir recta, un golpe puede cambiar de dirección en cualquier momento. - dijo el Vigilante tranquilamente mientras miraba por la ventana, como si lo que dijera tuviera algún tipo de sentido. Aunque fuera una locura la ladrona tuvo reconocer que lo que decía, al menos la segunda parte, era cierta. - Cuento con que sepas, de lo contrario ya estarías muerta... y sería una verdadera pena. -

- Por cierto, aquí hay dos habitaciones, así que no te preocupes, no tendrás que dormir en un incómodo sofá. - Romy se preguntó que a qué clase de sofás estaría acostumbrado el faraón, pues aquel sofá era una gloria bendita

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14/01/2013, 15:53
Felina

Romy se recogió el pelo tras la oreja y le sonrió. Sentía debilidad por los caballeros que se arrojaban ante las balas para salvarla, con el añadido de que este se estaba tomando muchas molestias para darle un lugar confortable en el que descansar. También podía haberla llevado a casa en su flamante moto, pero por alguna razón le dio la impresión de que quería que se quedase. Apretó los labios conteniendo un escalofrío.

-Me conformaba con este diván, pero si ese es el caso, prefiero la cama -dijo, guiñándole un ojos. Volvió a incorporarse otra vez, esta con algo más de dificultad. Se sentía dolorida e iba a agradecer enormemente la calidez de unas sábanas-. Y si no te importa, prefiero ir ya. Estoy cansada.

Se levantó del sofá y le miró, expectante.

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14/01/2013, 17:41
Horus

- Es normal. Descansa, yo me terminaré antes el vino. Nos vemos mañana. La segunda puerta, pero ésta vez la de la derecha - le dijo con una cálida sonrisa mientras ponía un LP en el tocadiscos que había en la sala.

El sonido de la música era tenue y aunque podía poner alguna pega, en cuanto cerró la puerta de su habitación la música dejó de escucharse: parecía que las habitaciones estaban insonorizadas, otro derroche más del hombre de color.

La noche transcurrió tranquila y Romy se sumió en un sueño reparador en el que no pudo evitar echar de menos a Reed, ya fuera por tenerle a su lado o esperar a que llegara. Por suerte para ella el cansancio la atacó pronto y cayó rendida.

La mañana llegó rápido para ella, que durmió hasta casi el mediodía. Al levantarse descubrió que Horus estaba mirando por la ventana, en silencio. Llevaba unos pantalones elegantes negros y una camisa blanca, más parecía estar en una cena de etiqueta que en uno de sus apartamentos.

- Buenos días. - dijo él cuando escuchó que la puerta se abría, mirándola con una sonrisa - ¿Estaba todo de tu gusto? -

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14/01/2013, 21:56
Felina

Romy se despidió con una tímida sonrisa y desapareció tras la puerta tras darle las buenas noches. No se acostó directamente, no quería dormir. Afinó el oído y se entretuvo con la música un rato sentada en la cama, mirando el cielo oscuro a través de la ventana hasta que Horus pareció retirarse también. Entonces se desvistió y coló entre las sábanas, agradeciendo el calor que estas le brindaban. Se sintió extraña, como si algo estuviese mal con el hecho de estar en el mismo piso que Horus compartiendo su amabilidad. Echaba de menos a Reed, escuchar cómo se levantaba y andaba intentando ser silencioso, cómo se acurrucaba junto a su espalda en la estrecha cama y la abrazaba. La ladrona se tumbó de costado y puso la almohada en su misma dirección para abrazarla, como si le faltase algo. Intentó no darle demasiadas vueltas, y tras varios minutos se dejó llevar por el sueño.

Aunque el sol y su cuerpo debía empujarla a despertarse, su ritmo circadiano se había acompasado para que eso ocurriese entorno a las doce del mediodía, hora a la que, como esperaba, abrió los ojos para contemplar la habitación bañada por la luz. Suspiró y se removió, intranquila. Tenía hambre, dolor y una persistente sensación de soledad que se desvaneció sólo en parte al recordar dónde estaba. Con pesadez y lentitud se levantó para vestirse y salir. Le impresionó la extraña apariencia de un Horus vestido de calle. Sonrió.

-Buenos días -contestó, amable. Estaba de mejor humor que la noche anterior. Se acercó a la mesita donde todavía reposaba su antifaz-. Ha faltado el desayuno. Pero para eso hay que hacer pago previo, normalmente -rió.