Partida Rol por web

Abrumado por la batería de preguntas de Rudy, Daniel alzó las manos con una sonrisa.

─Va va... ─sonrió aún más ─Yo sólo he querido adelantarme para informaros y que podáis verla cuanto antes. Os explicaré lo que sé de camino, pero el resto de detalles los tendrá que dar ella. ─Hizo una leve inclinación de cabeza─ Poderoso Thoth, si nos disculpáis.*

No le dedicó palabra o gesto alguno a Álvaro, imaginó que ya había tenido más que suficiente y no era cuestión de hacer leña del árbol caído. Encabezando la marcha en dirección al exterior, Daniel fue explicando lo que había sucedido.

─En realidad, todo ha sido gracias a Moussa, bien podría haber hecho él solo el trabajo ─se notaba admiración en sus palabras─ Abrió un portal hasta un punto en el desierto donde encontramos lo que parecía un cráter y señales de lucha, probablemente fue donde Álvaro combatió con Khonsu. Allí, Moussa vio algo que sólo él era capaz de detectar, y después de unos minutos... tendríais que haberlo visto.

Daniel gesticuló como si clavara los dedos en el aire y abriera una puerta invisible con todas sus fuerzas. No era el mejor actor del mundo, pero quedó claro cómo su compañero senegalés había abierto una fisura en el espacio.

─Allí estaba Rita. Estaba agotada, y más... mayor, ¿sabéis? Su pelo estaba más largo, y parecía cambiada. Parece ser que se escondió en el plano astral para escapar de Álvaro y que estos dos días para ella han sido muchos más, como si el tiempo corriera de forma distinta ─aunque tenía dudas sobre lo que comentaba, parecía aliviado de haberla encontrado─ Está agotada, por eso se ha quedado con Moussa y Sara en el edificio que nos han prestado para descansar. Tened un poco de paciencia con ella, ¿vale? Imagino que tiene que acostumbrarse a todo esto.

Al haber encontrado a Rita, dejaba de ser necesario para el Grupo 4 hacer tratos con Omnis. Álvaro yacía arrodillado en el centro de su celda, sin siquiera percibir qué era lo que estaba pasando fuera de ella.

Una vez se hubieron puesto todos al día, Thoth se encaró hacia ellos. Su poderosa voz resonó tanto en la sala como en sus mentes.

- El interrogatorio puede continuar en otro momento - concedió, cuando los jóvenes tuvieron intención de marcharse.

El dios posó una mano sobre el cubo, que de nuevo volvió a tomar aquella apariencia negra y opaca que habían visto al principio.

Thoth los observó fijamente desde sus catorce metros de altura mientras se internaban en el portal de Moussa, regresando hacia el dormitorio donde los heliopolitas los habían alojado.

Rita estuvo un largo minuto en silencio, observando la ciudad. La mención de la preocupación de las familias hizo que frunciese el ceño, pero no hizo ningún comentario al respecto.

Era como si no tuviese nada que decir o manifestar al respecto. Quizá, durante su encierro en el Plano Astral ya había tenido tiempo de lamentarse y reflexionar sobre ello. De hecho, incluso parecía aliviada.

- Si el Liceo volase sería bastante guay, ¿no creéis? - preguntó, esbozando una amplia y sincera sonrisa.

En ese momento, Rita soltó una carcajada. No era la misma de antes, pero tampoco se había perdido para siempre.

Un sonido de succión se escuchó en el interior de los dormitorios. Parecía que los demás habían regresado. Era hora de reunirse y de hablar de lo importante. 

El Grupo 4 al completo se reunió con Rita, en la sala común de las dependencias donde los heliopolitas los habían alojado. Estaba sentada en un sofá, entre Sara y Moussa.

Lo primero que pudieron apreciar los que todavía no la habían visto, es que Rita estaba cambiada. Su cabello era visiblemente más largo, le llegaba hasta la mitad de la espalda. Estaba muy delgada, y tenía unas marcadas ojeras. Diana, que acostumbraba a memorizar involuntariamente la mayor parte de los detalles del físico de los demás, advirtió que era unos cuatro centímetros más alta que la última vez que la había visto.

Aunque lo más chocante no era su cambio físico, sino el mental. Rita siempre se había caracterizado por su gran personalidad, capaz de llenar una habitación por completo. Ahora se la veía apagada, sombría.

Al verlos a todos sonrió ampliamente, pero su expresión estaba cargada de tristeza.

- Me alegro de que estéis todos bien - dijo a modo de saludo -. Ya me han contado lo que ha pasado con Álvaro… - agachó la cabeza -. ¿Qué vamos a hacer con él?

Esa idea de Moussa de tener un Liceo volador era muy divertida, le sonrió cuando comentaba aquella cosa, asintiendo.

- Me parece que al final lo tendrán que rodear con un campo de fuerza.

Sí que la escuela recibía ataques con frecuencia pero esa era la vida del superhéroe, siempre algún villano intentaba atacar. Como iban por separado, los buenos terminaban por vencerles.

Al poco entró el resto del grupo, así que Sara se mostró otra vez sonriente. Ya podían ver que Rita estaba bien aunque cambiada y afectada anímicamente. Ella había visto ya algún tímido afloramiento de la personalidad anterior. Lo importante era que seguía siendo la chica bondadosa de siempre.

- Con Álvaro, pues yo diría que dejarlo aquí. Si Thoth no quiere que esté en Heliópolis, aún así necesitaríamos preparar otro lugar para él. En fin, no creo que se pueda construir una prisión portátil permanente así como así.

En el fondo estaba asumiendo que esos dioses tenían sus limitaciones. Sabía de Thor por ejemplo y no lo podía hacer todo. Estos egipcios aunque vencieron a Omnis debían de necesitar energía para mantenerlo cautivo y ahí es donde Sara no sabía si querrían que se lo llevaran.

- A lo mejor ya ha dicho algo Thoth estando con vosotros.

Hasta que no hablaran los demás tampoco iban a saber cómo estaba la situación. La chica suspiró con suavidad, esperaba que estuvieran cerca de volver al Liceo.

Me dejé caer en uno de los sofás. Al caer rendido, me di cuenta de todo el cansancio que llevaba acumulado. 

Rita estaba...  Bueno, estaba que ya era decir. No parecía la misma. Con el pelo más largo y más alta, daba esa sensación de cuando ves a alguien después de mucho tiempo. ¿Pasaría diferente el tiempo en el lugar en el que estuvo? ¿O pasaba más lento en Heliopolis?

-Thoth nos ha dicho que los poderes de Omnis parecen ser de origen... Divino. -dije arqueando las ceja, como si no entendiese del todo lo que quería decir "divino" en este contexto.- Dice que es comparable al poder de los otros enemas. La única forma de tenerlo bajo control es con otro dios.

Encogí los hombros.

-Había pensado, que, bueno, digo yo, eh. -esperaba no quedar como un tonto.- ¿Hécate se supone que es un diosa, no? Y tiene esas cadenas chulas. Tal vez ella pueda someterlo.

─Ennead ─reprendió cariñosamente con una sonrisa─ Y estoy de acuerdo. Por muy poderosos que sean los habitantes de Heliopolis, Álvaro es un problema de la Tierra, no de esta dimensión, y somos nosotros quienes debemos lidiar con ello. Hécate puede viajar entre dimensiones, si pudiéramos contactar con ella, podría acudir aquí y ayudarnos a regresar con él a nuestro mundo.

Se volvió hacia Rita, a quien no sabía cómo le estaría afectando la conversación pues había sido quien había tenido que escapar in extremis del mutante.

─Cuando estés lista, claro. Ya sabemos que los portales de Moussa pueden causar inestabilidad y tú necesitas recuperarte.

Al atravesar el portal y ver allí a Rita, la metamorfa corrió hacia donde se encontraba, reprimió el abrazarla, pero se notaba que lo habría hecho si tuviera algo más de confianza con ella. Casi sin conocerla, Oráculo se había lanzado al a ayudarla para que no cayera en el portal descontrolado, y aunque al final hubieran caído igualmente, le parecía que le debía algo.

- Lo importante es que tú estés bien, eras la que estabas desaparecida.- Sonrió. Por un momento desatendió a Rita y fijó su mirada en Moussa-. Y si no hubiera sido por la insistencia de Moussa quien sabe lo que podría haberte pasado... Lo siento .- Dijo alternando la mirada entre ambos -. Creo que el cansancio hablaba por mí.

En realidad sentía su forma de actuar por el hecho de que de verdad hubieran encontrado a Rita, pero el grupo necesitaba un descanso urgentemente.

- Deberíamos ir a descansar, y ya mañana decidimos lo que hacer, porque no creo que estemos en condiciones de hacer viajes interdimensionales... y Rita creo que lo necesita mil veces más que el resto.- Sonrió mientras le ponía una mano en el hombro -. Mañana decidiremos lo que hacer con Álvaro, y hablaremos con Toth para dejarlo todo bien atado. Aunque si algo está claro, y de hecho es algo que comentó el Dios del Conocimiento, es que si Álvaro se quedara aquí, tendríamos que mantener alguna clase de comunicación entre los dos mundos por si las cosas se torcieran.

- Me gustaría que Omnis se pudriese en ese cubo por toda la vida - confesó César, que había estado especialmente silencioso hasta aquel momento -. Pero creo que tenéis razón - admitió mientras miraba a Rudy y a Daniel -. Ese tío es peligroso, pero es nuestro problema, no el de esta gente.

> También tengo ganas de volver a casa, lo antes posible - añadió.

Cuando Daniel y Diana se dirigieron a Rita, ésta los recibió con una ligera sonrisa.

- Tenéis razón, deberíamos descansar primero.

Era cierto que el Grupo 4 estaba en las últimas. ¿Cuántas horas llevaban sin dormir como era debido?

La única vez que habían podido reposar durante un rato relativamente largo fue cuando encontraron a Edjo y Nkosi, junto a la enorme pirámide del desierto.

Tenían temas importantes que discutir, pero quizá era el momento de descansar. Mañana sería un nuevo día. Podrían hablar de nuevo con Thoth, y puede que con Isis. 

Al día siguiente, Templo de Thoth

El descanso en las mullidas camas heliopolitas había sido reparador. Uno a uno, todos habían caído rendidos tras la conversación con Rita.

Después de un desayuno a base de abundante y variada fruta, los guardias de armadura dorada fueron a buscar a los adolescentes. Venían en nombre de Thoth, y los acompañaron al Templo del susodicho.

Aquella mañana, Rita se veía bastante más saludable. Sus ojeras habían desaparecido, y la limpia y sencilla ropa heliopolita le daba un aspecto bastante más cuidado que el que había mostrado la noche anterior. Llevaba el largo pelo recogido en una trenza que Marina le había hecho antes del desayuno.

Aunque se la veía mejor, la actitud de Rita seguía siendo apagada, sombría. Sonreía cordialmente y hablaba con cierto interés, pero todos podían percibir que, en el fondo, la Oráculo del Liceo ya no era la misma persona.

El viaje durante el día a través de Heliópolis fue igual de interesante que durante la noche. Bajo la luz del sol, los grandes monumentos y templos podían se apreciar en todo su esplendor. Las calles estaban llenas de gente, heliopolitas vestidos con tonos blancos y crema.

A pesar de encontrarse en medio del desierto, no notaron que hiciese un calor excesivo.

Una vez llegaron al Templo de Thoth, unos sacerdotes los acompañaron a la sala donde se encontraba la prisión de Omnis. Allí, como en la noche anterior, los esperaba Thoth.

El colosal ser encaró su cabeza dorada de ibis hacia los jóvenes.

- ¿Habéis tomado una decisión? - preguntó, con una voz retumbante y tono insistente. 

La noche anterior

"Enema es... otra cosa", le vino a la cabeza a Aitor, pero prefirió abstenerse de hacer comentario alguno, ya había marcado demasiado a Rudy últimamente.

Oráculo estaba bien, mejor de lo que hubiera estado si Atajo no hubiera sido tan vehemente con el asunto de su búsqueda. Ahora ya sólo quedaba un asunto pendiente en aquella dimensión: Omnis.

─Si tienen los elementos apropiados, y por su tecnología me atrevería a aventurar que sí, podría adaptar una de sus barcas con unos generadores de alta potencia, tal vez atómicos, para mantener la prisión funcionando aún en movimiento. Podemos informar a Omnis que la prisión ahora es portátil y que vuelve a casa, pero que si se intenta fugar estallará y la potencia de la explosión será de una pequeña bomba nuclear autocontenida. Puedo trabajar en ello con Toth y lo tendríamos listo, seguramente, para mañana.

"Bomba nuclear" era un término sobreutilizado y, a día de hoy, infravalorado, pero su significado y la potencia explosiva devastadora que suponía, resultaba aterrador para quien supiera entenderlo. El hecho de que Zenitram hablar con tal calma de una cosa así casi daba más miedo que la propia bomba. ¿Cómo alguien como él podía tratar un tema como aquel de esa manera tan fría y trivial?

En la reunión con Toth

─Depende de algunos factores. Aunque estamos de acuerdo en que Omnis, vuestro prisionero, es responsabilidad de nuestra dimensión y por tanto debería volver con nosotros, nos planteamos que su traslado puede ser catastrófico. Por ello, antes de arriesgarnos a que se escape y acabe con la vida de muchos, probablemente incluida la nuestra, nos preguntábamos si pudiera adelantarse uno de nosotros a nuestra dimensión para informar a una de nuestras diosas de nuestra dimensión y que ésta nos ayude con el traslado. La otra opción, si el viaje dimensional no está disponible de una manera tan trivial, es construir unos generadores que mantengan su prisión en funcionamiento aún desligada del templo. Tengo las especificaciones bien meditadas ─dijo tocándose la sien con un dedo─. Si nada de esto fuera posible, preferiríamos volver a nuestra dimensión sin Omnis. 

La noche anterior, cuando por fin todos se reúnen, pueden ver como Moussa está completamente exhausto. Su participación en la conversación se limita a una única frase, que pronuncia cuando Diana se dirige a él.

-Si todos estamos ahora aquí, fue gracias al esfuerzo del grupo. Todos hicimos un buen trabajo, pese a las cosas que pasaron...o se dijeron...

Todos están tan cansados, que es mejor dejar las conversaciones incómodas y difíciles para cuando todos se encuentren descansados y con las ideas claras.

El descanso resulta de lo más reparador y el humor de Moussa es de pura alegría al despertar. Lleno de energía, es de los primeros en bajar a desayunar, aunque su sonrisa se desvanece al cruzarse de nuevo con Rita. El verla tan apagada y tras saber todo lo que ha sufrido, le hace sentirse realmente mal. En cierto modo, todo aquello es culpa suya al tratar de enviar a Omnis a otra dimensión. Claro que por sí mismo no pudo haberlo hecho, pero gracias a la magia de Estigia el portal se abrió y todos fueron arrastrados. ¿Qué podría haber hecho diferente para librarse de Omnis y que nadie saliese herido?

Esa pregunta le corroe por dentro, por lo que su humor se torna más bien algo triste. Durante el desayuno todos hablan sobre lo que pueden o no hacer con Omnis. Él simplemente no sabe cual puede ser la mejor opción. Sus compañeros disponen de mayor idea sobre situaciones así, por lo que apoyará la decisión de los demás.

-Ya he impuesto demasiadas veces mi opinión sobre otros asuntos, así que aceptaré lo que la mayoría decida. No me siento con fuerzas para elegir entre dejarlo o llevar.

Tras dejar clara su postura y una vez se presentan ante Thot, Moussa se encoge de hombros y se vuelve hacia sus compañeros. Aunque sobretodo, mantiene un ojo sobre Rita para comprobar su estado. Supone que estar ante Omnis puede ser algo muy duro para ella.

Antes de separarse para irse a dormir, Aitor propuso fabricar un dispositivo para contener a Álvaro, y si bien a Daniel le parecía magnífico que el vasco estuviera de acuerdo en trasladarlo a su propia dimensión, no le convencía del todo su propuesta de una bomba nuclear portátil y así se lo hizo saber─ Colaborar con Thoth en este aspecto me parece una buena idea. Isis ya nos hizo saber que harían lo que estuviera en su mano para que regresáramos a nuestra realidad, y viendo la tecnología de este reino no dudo que podáis crear algo juntos lo suficientemente duradero. Y que no nos haga detonar a todos─ se permitió bromear.

Cuando se presentaron frente al Dios del Conocimiento y Aitor tomó la palabra, el inglés no considero necesario hacer comentario alguno. Decir algo más sería redundante puesto que se habían puesto de acuerdo la noche anterior y que cada uno dijera lo que pensara daría una mala impresión delante de alguien de quien esperaban ayuda.

Estaba de acuerdo con la mayoría de que había que descansar y que Omnis podría llevarse a su dimensión sólo si tenían garantías de que no escaparía. Creyendo que todo iba a ir bien pudo ir a limpiarse un poco antes de probar las camas de aquél increíble lugar.

Finalmente la noche transcurrió, que no fue poco. Pudieron dormir algunas horas para a la mañana siguiente poder asearse con algo de calma y lucir uno de aquellos vestidos egipcios que quizás resultaban un poco llamativos de más, pero su ropa estaba ya bastante desastrosa después de los muchos rigores del día anterior. La llevaba consigo doblada por no dejarla en aquél mundo.

La joven observó el grupo. Ahora actuaban más como tal, con Moussa más tranquilo lo que dibujó una sonrisa en la alicantina, ampliada un poco después cuando Aitor, que ya no era el líder según él, exponía todo el asunto a Thoth. El genio vasco solía hacer aquello así que Sara miró al resto transmitiendo que Aitor era incorregible, para después mostrarse serena ante el dios del conocimiento, quien seguramente les comprendería y ayudaría a manejarse con Omnis. Era necesario mantenerlo controlado.

Claro que aquello de que Álvaro tenía naturaleza divina era bastante extraño. Bien podía ser un semidios, o un dios encarnado. No le gustaba que quedaran cabos sueltos pero ese tema ya lo habrían estado hablando los demás sin ella presente y quizás pudiera sacarlo de nuevo cuando estuvieran en la Tierra, con Hécate.

Pronto estarían de vuelta en casa. Seguro que estaban muy preocupados por ellos y que la hechicera trataba de encontrarlos a través de las dimensiones. Si existían tantas y tantas, no sería posible que les encontrara, pero tenía la seguridad de que estaría ahora ocupada con eso. Y Alberto andaría de bajón. Para terminar, su hermana, se preguntaba qué estaría haciendo ella. Si aquella separación forzosa no habría tenido alguna consecuencia desastrosa. Los vivos estarían preocupados pero seguirían enteros, mas su hermana a saber qué estaría pensando o haciendo.

Cuando los demás se despertaron, yo ya no estaba en la habitación.

Poco antes de que amaneciera, me había levantado y sigilosamente, para no despertar a mis compañeros, salí del dormitorio. Subí a la azotea y oteé el horizonte, buscando el punto donde saldría el sol.

Me quité la camiseta y me tumbé allí. Con los brazos extendidos y boca arriba esperé a que saliese el sol. 

-Soy una maldita planta. -susurré. Luego me reí de mi propia broma.- Jeje.

Para recuperar mis fuerzas  y mis poderes, tendría que estar un tiempo absorbiendo energía solar. No sabía cuanto tardaría en recuperarlos completamente. Mamá tardó un par de días cuando luchó contra papá... Plasma. Mis poderes no eran tan poderosos como los de Wrecking Mom, así que esperaba que fuese rápido.

Después de un tiempo ahí arriba, cuando oí movimiento en los pisos inferiores, me levanté.

Me di un baño y me puse una de las túnicas que nos habían dejado los heliopolitas. Resultaban bastante cómodas la verdad, mucho más que la ropa rota, sucia y maloliente que llevaba. Al menos no vine con la ropa elegante de los demás. 

Luego bajé a desayunar. Parecía que el ambiente se había calmado y volvíamos a ser el mismo grupo de amigos de siempre.

Nos acompañaron al templo de Thoth, era el momento de tomar una decisión. ¡Menos mal que esta vez coincidíamos todos!

Ahora el problema era ver como hacíamos el traslado.

-Mmmm. -dije pensativo cuando Aitor propuso como hacerlo.- Al controlar él la jaula... ¿No podría acompañarnos hasta nuestra dimensión? Y así entregársela en mano, directamente, a Hécate.

Así se correrían menos riesgos y no dependeríamos de la suerte de que lleguemos de una pieza.

-Si no... Podríamos contactar con ella, que venga y luego nos acompañe. -propuse como segunda opción.- ¿No?

Después de unos días moviditos, Diana descansó como un bebé en brazos de su madre. Realmente necesitaba aquel descanso, y al día siguiente, al igual que el resto se encontraba con mejor cara y de mejor humor... bueno, todos menos Rita, que seguía igual que la noche anterior, aunque más aseada.

Tras un copioso desayuno para reponer las fuerzas que le faltaban se dirigieron hacia el templo del dios del conocimiento y plantearon su plan, aunque cada uno a su manera, aquello era un avance a como se había encontrado el grupo el día anterior, en parte por su culpa.

- Al fin y al cabo quien tiene la última palabra en todo esto es usted Dios Thot.- Concedió la metamorfa -. Aunque si puedo dar mi opinión, la idea de traer a Hécate aquí y que Thot la estudie y diga si trasladarlo es viable me parece la mejor opción.

Después de aquella intervención Diana no pensaba decir nada hasta que se resolviera todo, y esperaba que fuera pronto, seguro que todos estarían muy preocupados por ellos... o al menos, aunque suene egoísta, así lo esperaba.

A su debido tiempo, todos los que quisieron pronunciarse lo hicieron. Thoth escuchaba, observándolos desde lo alto con su inexpresivo rostro de ibis.

Su enorme pico iba de arriba abajo, con suaves movimientos de asentimiento, a medida que meditaba sobre lo que le decían sus pequeños visitantes.

- Cuando me hablasteis ayer de los “dioses” - dijo con un extraño énfasis - de vuestro mundo, decidí consultarlo con la Diosa Madre. Ella también opina que deberíamos colaborar con ellos en este asunto. Si esta diosa es capaz de contener al sujeto, estamos de acuerdo en que lo llevéis de vuelta con vosotros.

> Aunque es una lástima - dijo de pronto Thoth, interrumpiendo el tono de su sereno discurso con un lamento que, dicho por un dios, resultaba bastante inesperado -. Me complacería estudiar de cerca a este espécimen durante un tiempo más.

Thoth miró hacia el cubo negro, cuyo interior quedaba completamente oculto para los que observaban desde el exterior.

- Y hacer algunos experimentos… - admitió, con un tono que causó a algunos un escalofrío.

Thoth no hablaba de Omnis como lo haría de una persona. Para aquel ser de catorce metros, poderes divinos y mente alienígena, Álvaro no era más que una rata de laboratorio. Una rata peligrosa, pero no por ello menos fascinante.

- También me interesa el poder de vuestro compañero, el de las aperturas dimensionales - dijo mientras volvía la cabeza hacia el grupo, aunque no le dio tiempo a decir nada más pues, de pronto, alzó la cabeza hacia la gran puerta por la que el Grupo había entrado minutos antes.

Durante unos largos segundos no pasó nada. El Dios parecía haberse quedado petrificado, observando algo más allá de la cámara en la que se encontraban.

Entonces, las grandes hojas negras de la puerta se abrieron hacia el interior de la sala, dejando pasar una cálida luz dorada que contrastaba enormemente con la fría iluminación azulada del templo.

Dos figuras dispares se recortaron contra la luz que provenía del exterior. Una enorme, grande y estilizada. Isis, la Diosa Madre. Y una pequeña - que en aquel contexto era de tamaño corriente - y de ropajes vaporosos, una familiar. Era Hécate, la profesora del Liceo. Vestía su túnica de estilo griego, que parecía moverse y ondear en el aire con vida propia.

Por ingenio o fortuna, sus anfitriones se habían adelantado a la petición del grupo de contactar con alguien de su propio mundo.

Hécate había mantenido hasta aquel momento una postura recta y una actitud exquisita. Pero al ver allí a sus estudiantes, la profesora perdió la compostura y se llevó las manos a la boca. Un amortiguado grito de alivio y sorpresa retumbó en la cámara de contención. La profesora de blanco se lanzó hacia al frente, prácticamente a la carrera, para encontrarse con sus estudiantes.

- ¡Estáis aquí! - gritó mientras ponía una mano sobre el hombro de Marina, la persona que más cerca tenía -. Gracias a los Cielos que estáis todos de una pieza - dijo mientras paseaba la mirada por el grupo, hasta que sus ojos se detuvieron en Oráculo.

La profesora calló de pronto, y le sostuvo la mirada a Rita durante unos segundos. Se acercó a la joven y la rodeó con los brazos. Todos advirtieron como Hécate ahogaba un sollozo repentino.

- Estáis a salvo todos, ya ha pasado - dijo para todos mientras apoyaba la cabeza de Rita en su pecho -. Os voy a llevar a casa.

Isis entró también en la sala, y aunque su caminar era mucho más sereno que el de la profesora, sus pasos resonaron de forma acorde a sus dimensiones.

- Ahora que estamos todos reunidos - anunció con su serena y relajante voz -. Podemos estudiar qué hacer con el prisionero.

- Su idea es llevarlo de vuelta a su mundo, como habíamos discutido ya - informó Thoth -. Si deseáis trasladar mi prisión necesitaréis una gran cantidad de energía, durante el transporte y en su nuevo emplazamiento - explicó, aunque aquella información ya se la esperaban.

Eso se podía solucionar con los generadores que Aitor había ideado.

- ¿Queréis llevarlo de vuelta a la Tierra? - preguntó Hécate, sorprendida. Quizá creía que los Ennead eran perfectamente capaces de contener aquella amenaza, o quizá había esperado que el grupo querría estar cuanto más lejos de él mejor.

> Podemos llevarlo con nosotros - accedió Hécate mientras elevaba su tono de voz para hablar con Isis y Thoth -. Lo contendremos en nuestro mundo. Mis estudiantes han decidido bien, es nuestra responsabilidad. Pero… Mientras acabamos de resolverlo, quiero que ellos puedan volver a su hogar. Ya han pasado demasiado tiempo lejos de casa.

- Como dije en su momento, son libres de regresar a su dimensión de origen - dijo Isis mientras asentía solemnemente.

- ¿Os parece bien? - preguntó Hécate a los jóvenes.

La aparición en escena de Hécate supuso un respiro monumental para Aitor, inesperadamente liberado de una carga de cuya responsabilidad le acababan de librar: devolver a todo el grupo de terrícolas a su dimensión de origen. Tal vez no se lo había pedido nadie, pero era algo que sentía que debía hacer.

Pese a todo seguía quedando el asunto de Omnis. Hécate había sintetizado muy bien lo que sucedía: habían pasado un calvario para llegar a Omnis a otra dimensión donde quedara anulado y ahora querían llevárselo con ellos. Parecía contradictorio, pero aquello formaba parte de madurar. omnis era su responsabilidad, así que no podían, simplemente, trasladar el problema a otros. Ya tenían suficiente con sus propios problemas. Seth, desde luego, parecía un problema más que considerable. lo que le llevaba a otra cuestión si quería ser coherente con su pensamiento.

─Si le parece bien, profesora ─dijo en voz alta el genio vasco dirigiéndose a Hécate─, yo me quedaré con uste para diseñar y construir un transporte seguro para Omnis a nuestra dimensión. Encontrará que mi familiaridad con la tecnología enneadiana le resutará muy valiosa.

Estaban comentando que necesitaban a Hécate para mantener cautivo a Álvaro. Ella era la más poderosa de toda la academia, una diosa como Thoth, o una hechicera que había alcanzado el nivel de una diosa. Entonces la aludida apareció en la sala, lo que dibujó al instante una sonrisa en Estigia.

En cuanto tuvo ocasión abrazó a quien consideraba su tutora. Una de las mujeres que más admiraba, quizá la que más.

- Qué bien verla. Estamos aquí. Han sido dos días duros pero los hemos aguantado. La esfera que me dio y los poderes de Moussa se combinaron y nos trajeron a esta dimensión cuando Omnis estaba a punto de... acabar con nosotros.

Iban a poder terminar con todo aquello en tiempo récord. ¡Enseguida estarían en casa de nuevo! Lo mismo ni los abuelos se habían enterado de la desaparición.

- Sí, yo me quiero ir cuanto antes. Temo un poco por mi familia.

Principalmente por su hermana, a quien estaba deseando lanzar un mensaje y esperaba que siguiera por el Liceo, vagando pero entera. "Suerte que no sepa aparecerse, seguro que le habría dado un susto a Alberto."