Partida Rol por web

Seguisteis avanzando, con el eco de las últimas palabras de aquella voz, obligados a juntaros más por las condiciones del terreno. Sin embargo, apenas un par de minutos después, los ecos malignos dieron paso de nuevo a la voz.

-Eso es… ¡Eso es! ¡Habéis venido!-dijo con auténtica alegría-me alegro de que os unáis a nosotros. Me alegro de que elijáis ser partícipes de sus grandes bendiciones… En la muerte encontraréis vida… Y en la vida, encontraréis muerte. ¡Bienvenidos al ciclo del renacimiento!-exclamó finalmente. Y con aquellas últimas palabras, la luz verde se intensificó, para luego desaparecer.

Durante unos largos segundos no ocurrió nada, y buena parte de los guardias presentes esperaban que siguiera así. Sin embargo, los Poderes Ruinosos parecían haber tomado tierra en aquel planeta, y pronto el suelo se estremeció. Al principio levemente, aumentando después, con burbujas y chorros de neblina saliendo del suelo pantanoso. Y, por desgracia para las fuerzas imperiales, no fue lo único que surgió.

Desde dentro de los cráteres, de entre el barro, del agua lodosa, de los restos de anteriores trincheras… De todos lados, se alzaron al cielo unas manos cadavéricas, manoteando para salir y dejar paso al resto de sus cuerpos. Los muertos se alzaron, por todas partes, a miles… Con una conciencia maligna brillando verdosamente en sus ojos muertos, descompuestos, pero animados con un siniestro propósito y aún más siniestro poder. Por los gritos que llegaban de detrás, parece que la retaguardia también se había visto sorprendida por aquel alzamiento masivo y repentino.

Ahora se trataba de matar o morir… Si es que aquellas cosas podían morir.

Un escalofrío recorrió su cuerpo cuando vio como se alzaban esos cadáveres. No. La Guardia no pagaba lo suficiente para esto; pero tenía que mantenerse por su honor y por su orgullo. No sería un lantanita el que huyera, además que los sonidos también venían de su retaguardia.

-¡ATENTOS LANTANITAS! ¡ESTABLECER POSICIONES Y VIGILAR LA RETAGUARDIA! ¡FEDOR, SI VES UN BLANCO CLARO DESPARRAMA A ESOS SERES CON UN MISIL, SOLO UNO! ¡POR LANTAN!.

Kolya intentaba arengar a sus tropas para que no se retiraran. Había muchos enemigos y muchos aliados, pero le preocupaba su flanco derecho, cubierto por los acechadunas que estaban muy cerca del enemigo, demasiado cerca para esos tiradores.

-¡ZAPADORES! ¡CUBRID EL FLANCO DEL CORAZÓN DE ACERO! -ordenó al otro pelotón para que protegieran el blindado y, así, poder tener un flanco asegurado- Los que tengan armas de area usadlas con cuidado, no quiero muertes entre nuestros aliados por nuestras armas.

Fedor oyó como alguien berreaba algo cerca, pero no entendió nada. Su mente se hallaba embotada por la visión de millares de cadáveres reanimándose. Durante un instante se quedó paralizado, pero acto seguido sus instintos de supervivencia reaccionaron.

- ¡Vamonos cagando leches! - exclamó aterrado, principalmente a Liudmila - ¡Cojamos cobertura... detrás de los blindados o nos despedazaran! - gritó mientras aferraba con fuerza a Olga y echaba a correr hacia el tanque más cercano, alejándose de los grupos de reanimados cerca de su flanco izquierdo. Y así perderlos de vista.

-¡Esas cosas se levantan!- Oigo al sargento decir algo pero todo me da igual huyo de la horda enemiga y me cobijo en la cobertura mas cercana. Me pongo en posición fetal detrás de la cobertura-Dios Emperador sálvame- Repito como un mantra esperando que alguien me salve 

Vitaly iba a volver a gritar algo inspirador para los lantanitas y ofensivo para los de Fezzorn a partes iguales, pero cuando ve las hordas de zombies salir por todos lados, no se lo piensa y sin decir ni una palabra echa a correr en la misma direccion que Fedor, en completo silencio. 

Había conseguido sobreponerme a la maldita voz aquella, pero de repente aparecieron Zombis!, zombis por todos lados, sin parar se levantaban del terreno ahuecandolo y dejando grandes surcos en la tierra, aquellos debían de ser los muertos de algún día anterior, tapado por las inclemencias del tiempo y la tierra, Cuando vio aquellas caras esqueléticas con las cuencas vacías y el odio clavado en algo que no estaba se quedo helado, frio y grito como nunca lo había hecho, Vomito incontrastablemente caer el bolter pesado que llevaba en las manos y cayendo de rodillas mientras seguía vomitando por aquella visión que tanto miedo le producía.

De pronto la tierra cobró vida, los muertos se alzaban entre ellos  oh Dios Emperador protégenos, el sargento permanecía impertérrito gritando órdenes, pero Atkin echó un vistazo a sus compañeros y no estaban mejor que él, de hecho se encontraban bastante peor. 

Sentia un gran temor al contemplar aquellas criaturas, pero ya sabía lo que ocurría si te apresaba el pánico durante el combate, tenía que luchar si quería salir con vida de esta, desenfundó su pistola láser y disparó al enemigo más cercano, aún estaba por ver si su unidad estaría en condiciones de combatir.

Al surgimiento de los zombies le siguió el caos: gritos de pánico, desvanecimientos, incluso un par de unidades, una de acechadunas y otra de lanceros, se rieron histéricamente mientras disparaban como locos, alcanzando a otra unidad de zapadores. Sin embargo, en medio de los actos de terror y locura, también hubo espacio para el heroísmo. Aunque solo fuera por aquellos primeros segundos, las fuerzas de Konig se ganaron una mención por la forma en que segaron no muertos con sus blindados, allanando en mucho el camino. 

Los krieg en general demostraron de que pasta estaban hechos, y con la plegaria del sacrificio recitada a gritos, se lanzaron a por los zombies o dispararon contra ellos desde sus posiciones. 

Mención especial merecían también el grupo del 13º, así como una de las unidades de zapadores y otra de acechadunas, que causaron auténticas carnicerías entre las hordas no muertas. 

Aún con todo, más que los zombies, el miedo era su mayor enemigo. El frente de batalla corría el riesgo de romperse, y de hecho algunos soldados intentaron desertar. Por suerte para todos, el Emperador había velado por ellos, en forma del sagrado comisariado, y pronto estos rectos hombres y mujeres actuaron. Varias ejecuciones sumarias, así como amenazas retransmitidas por todos los canales respecto a lo que ocurriría si veían a alguien flaquear, consiguieron que las fuerzas imperiales que no estaban incapacitadas en aquel momento recobraran algo parecido a un aire marcial y profesional. 

No es que solo estuvieran sufriendo los efectos de esa maldita situación disforme, sino que algunos se habían vuelto locos.

-¡MALDITOS SEÁIS! -gritó- ¡MORID COMO HÉROES O COMO TRAIDORES! ¡ELEGID! -gritó Kolya mientras, intentando servir de ejemplo para los suyos, alzó la escopeta y disparó tres tiros contra la horda que tenían delante- ¡LANTANITAS ABRID FUEGO O MORID EN LA VERGÜENZA!

Luego, rápidamente se puso en contacto con el mando.

-Mando, la situación es un caos. No solo se están levantando los muertos para luchar contra nosotros, sino que una unidad de Acechadunas y una de Selicanos nos está disparando. ¿Los tratamos como enemigos o los dejamos para el comisariado? -ya estaba hecho; pero en esa situación no iba a ser él el primero en disparar a unidades aliadas teniendo enemigos delante; pero si no respondían en este instante, habría que tratarlas de una forma u otra.

Fedor comenzaba a retroceder cuando escuchó el bramido del sargento Kolya. Su exigencia a vivir, un tiempo a lo sumo, como traidores o morir como héroes supuso una bofetada para el artillero, haciéndolo parar en seco. Se giró y miró por un momento a su suboficial al cargo de la escuadra.

- Joder... tiene razón. Parezco un fezzornita... - rezongó avergonzado, parpadeando y volviendo en sí. Ante la primera impresión de ver a las hordas de reanimados, el lantanita sintió la necesidad de huir. No obstante, ahora, le dedico una nueva mirada para contemplarlo en su totalidad y apogeo. Y paradójicamente el pánico no lo dominó, a pesar que cierto grado de miedo no lo abandonó.

- Mierda... son un huevo - dijo entre dientes mientras miraba de lado a lado la linea que conformaba el avance imperial y podía verse desbordada en diversos puntos por la marea putrefacta. Posteriormente realizó una rápida mirada a su alrededor y observó una leve hondonada junto a ellos. El retroceder unos pasos no les había venido mal del todo -. ¡Liudmila, cagando leches a esa altura! ¡Y ve sacando un beso de Olga! - bramó el zapador mientras se movía unos pocos metros hacia el lugar levemente elevado y desplegaba el soporte de su lanzamisiles, apoyándolo en el suelo y mirando por la mirilla telescópica un buen lugar para depositar un saludo para esa escoria putrefacta.

Yuri paro de vomitar, pero su cuerpo le respondía a regañadientes, con las pocas fuerzas que tenia consiguio mirar al rededor y vio a su nueva compañera a su lado con cara de preocupada, Yuri sonrio y la dijo, prepara el Bolter pesado, estoy echo un trapo pero me pondré bien, aunque ahora tu debes prepararlo todo para cuando tengamos un hueco al que disparar a esos hijos de puta. Les haré tragar todo lo que he vomitado en plomo.

Vitaly se recompuso del terror inicial causado por los zombies, básicamente porque le aterrorizaba aún más morir ejecutado como un cobarde a manos de los comisarios. Haciendo de tripas corazón, y con un grito de guerra inarticulado, desenfundo su escopeta y avanzó hasta colocarse junto a su sargento, abriendo fuego con su arma contra la horda más cercana.

Por Lantan! Por el decimoquinto! Por el Emperador! 

Aunque pareciera mentira, aquellas cosas podían caer. Aquí y allá se iban abriendo huecos donde las apelotonadas multitudes de cadáveres semidescompuestos caían, destrozadas por disparos y explosivos. No todo estaba perdido, y los ánimos aumentaban algo conforme se incrementaban las muertes de enemigos. Por supuesto, no se iban sin cobrarse ningún coste en vidas en muchas ocasiones, y el fuego amigo, esta vez involuntario, también se cobró algunas vidas imperiales. El incidente más grave en ese sentido tuvo que ver con la profusión de disparos láser por parte de los krieg en la zona central de las líneas imperiales, que le costó al "¡Arde, zorra, arde!" recibir un duro castigo en su retaguardia, empezando a soltar humo. Algunos se temieron lo peor, pero a juzgar por como la tripulación siguió disparando, no parecía que fuera a estallar en breve... O eso, o sus tripulantes estaban totalmente desquiciados, cosa que no sería extraña con tal nombre. 

Por su parte, Nikolai consiguió contactar con el mando, aunque con una nutrida cantidad de interferencias.

-Re...ita, Lantan. ¿Muertos... levantan? ¿Hemos oído bien? ¿Se han re...lado otros regimientos? Siga órdenes... isarios en ese caso...

Acabó con los dos zombis restantes de un grupo antes de sonreír de forma irónica.

-¡Sí, Mando! ¡Los Muertos se están Levantando! ¡No, Mando! ¡No hemos recibido fuego de parte de otros regimientos! -confirmó Kolya por la radio al Alto Mando antes de continuar.

-¡Lantan, seguid al Mal Despertar y cubrirlo, es nuestra mejor oportunidad! ¡Zapadores, cubrid al Corazón de Acero! ¡Yuri, Fedor, Atkin y Vitaly! ¡Intentad contener la masa que se acerca a los Acechadunas! ¡Si cae el flanco estamos perdidos y tenemos que seguir avanzando! ¡Todos fuego a discreción!

Avanzó unos pasos antes de alzar la escopeta de nuevo y lanzar tres disparos contra esos malditos zombis.

-¡Mando! ¡Un fuego de artillería en las coordenadas que os mando no vendría nada mal para liberar el flanco sur del ataque!

Ya controlado el vomito y repuesto, veo como Yulenka acaba de terminar de colocar el Bolter en el trípode, así que me acerco y cogiéndolo fuertemente, reviso con la vista el cargador de munición que este bien encajado. Mientras digo a mi pardilla: - Yulenka, Sujeta el Bolter con fuerza, que aunque tenga el tripode vamos a hacer saltar calaveras como si fueran bolos de bolera.
Luego busco un objetivo y al ver que ya ha caído la amenaza mas cercana voy a por la siguiente que ademas asi apoyo a nuestros compañeros los Acechadunas que están jodidos.
Así que sin mas espero ha que haya un hueco mientras digo:- Agacharse que disparo!!!! y aprieto con rabia el pulsador a la vez que escupo con rabia algún trozo de vomito que aun me quedaba en la boca.

Fedor inspiró y expiró repetidas veces, aunque sin gran intensidad, conforme localizaba el punto donde deseaba dejar caer "el beso de Olga". Escuchó las instrucciones de Kolya, pero supo que él no podría cumplirlas: lanzar un misil para intentar apoyar a los asustadizos acechadunas supondría impactar a la misma unidad aliada o a otras. No había manera, en aquel frente donde diversas unidades imperiales combatían próximas unas con otras, lanzar nada de área sin causar bajas aliadas. Tendrían que reaccionar y repeler a los enemigos próximos por sí mismos y la ayuda del Emperador.

No, su vista estaba centrada en hordas más lejanas acercándose. El artillero prefirió debilitar las oleadas aun lejanas y desbaratarlas antes de que rompieran contra las lineas imperiales. Bombardear zonas donde no causaría fuego amigo.

Como hiciera en la lucha contra los traidores en las trincheras, el lantanita buscó un punto donde su proyectil alcanzara al mayor número de hordas enemigos. Y creyó ver uno. En ese instante dejó de respirar durante unos segundos y su dedo, finalmente, accionó el gatillo.

El misil se desvió unas pocas pulgadas del lugar deseado provocando, invariablemente, el devastador efecto deseado. Una onda expansiva arrasó con todo lo que encontró a su paso en el área de efecto del explosivo.

Olga había hablado.

- Alaba al Emperador y pasa la munición - recitó el artillero, indicando a Liudmila que volvieran a alimentar a Olga con otro misil.

Sí, Sargento - Grita a pleno pulmon tras escuchar sus ordenes mientras comienza a moverse a cubrir el flanco - Tragad plomo Lantanita, capullos momificados!

El sargento se hacía escuchar en mitad de aquel caos, y eso era suficiente como para que el asustado Atkin lograra algo de paz en su mente, apuntó a la masa de zombies que se aproximaba  a los acechadunas desde por el este y asestó un certero disparo en una de las cabezas que se bamboleaban al son la macabra melodía que producían sus propios cuerpos.