Partida Rol por web

Haytham no había terminado de llenar de nuevo sus pulmones cuando el haz del láser alcanzó su objetivo dejando un ennegrecido boquete allí donde el traidor había tenido su pecho.  El hereje se tambaleó sorprendido recorriendo un par de metros justo antes de que su cuerpo inerte se desplomara contra el suelo.

Hacía tiempo que había dejado atrás la impulsiva juventud aprendiendo en el camino que de nada servía regodearse por el trabajo bien hecho, no cuando cada segundo podía suponer la diferencia entre el fracaso y el éxito. Había acertado. Fin. Lo había derribado de un solo tiro. Perfecto. Pero aun quedaban más enemigos allí donde había muerto aquel perro y Haytham tenía la intención de que todos ellos sufrieran el mismo destino que su compañero.

Sin apartar la mejilla de la carrillera y con un movimiento fluido que solo podía ser el resultado de la experiencia, el acechadunas apuntó y disparó de nuevo.

Ahmed respiró hondo y volvió a colocar su arma apuntando a su objetivo. Aquellos tipos corrían muy rápido, y además en zig-zag. No eran tan tontos como podía pensarse, y lo peor es que detrás venían muchos más.

El francotirador efectuó un segundo disparo, pero el ruido, los gritos y, sobre todo, los quejidos de Yasira hicieron que su concentración no fuera todo lo buena que debería.

Ahmed erró el tiro y maldijo en silencio, dispuesto a preparar su arma para otro disparo. No podía dejar que aquellos infieles llegaran hasta las trincheras.

Poco a poco el pitido iba en descenso para dar paso a ruidos más secos. Disparos laser. La sangre salía por sus oidos y boca.

La conciencia volvía en Korlo, pero muy lentamente.

-¿Botas.......Botas, a las armas...Botas ¿Dónde andas?. -No hubo respuesta

El sargento se sintió orgulloso del trabajo de sus hombres al ver como los traidores iban cayendo. Puede que él mismo no hubiese hecho gran cosa, pero varios certeros disparos habían logrado tumbar a una cantidad considerable de traidores. Él mismo volvió a apuntar y disparar con su arma, sin embargo, esta vez falló el disparo por mucho. 

Otra ronda de disparos, bastante efectiva para los tiradores de la unidad, aunque menos para los soldados regulares. Más bajas, aunque dos de los traidores que habían aparecido al principio ya se encontraban peligrosamente cerca de la trinchera.

En ese momento la estática de la radio que lleva Fátima chasquea, aunque en esta ocasión no se trata del Lord General, si no que es una voz de mujer.

-Aquí la capitana Sylvia Coteaz, a todos los oficiales y suboficiales en el frente. Les comunico que tenemos a punto la artillería, lista para disparar a los objetivos cuyas coordenadas nos indiquen. Sin embargo, dado que debemos cubrir mucho terreno y no tenemos tantas armas ni artilleros, y que nuestra munición es muy limitada en estos momentos, les ruego que se lo piensen dos veces antes de solicitar un ataque, y que escojan bien sus objetivos. 

Ardeth trata de alcanzar al miliciano traidor mas cercano a el, pero al cambiar de objetivo lejano a uno tan cercano falla su disparo por bastante.

Se oculta lo mas rápido que puede para tratar de pasar desapercibido.

53 de bono en HP:

+10 arma precisa,

+10 por media de apuntar

+10 por corto alcance

+10 por disparo único

-20 (porque has puesto que tenemos -20 a disparar)

-10 apuntar a la cabeza (serían -20 pero reduzco el penalizador en 10).

Total: 63.

Ahmed inspiró hondo y mantuvo la sangre fría. A pesar del aluvión de enemigos que se acercaban a toda velocidad sobre las trincheras, sabía que debía mantener la calma y hacer lo que mejor sabía: poner una bala entre ceja y ceja de cada enemigo.

Recolocó levemente la posición del láser y apuntó de nuevo.

- Junto a mí. – Murmuró a Yasira para que no se alejara a más de un metro de él. Quizá pronto tuvieran invitados en la trinchera y contra la superioridad numérica era mejor permanecer juntos y tener a un compañero que te cubriera las espaldas.

Entonces captó a otro enemigo en el punto de mira, y Ahmed disparó de nuevo.

Enterrado y herido.

La suerte no sonríe a todos, pero su caso era algo a medio camino. Necesitaría ayuda medica urgente. Quizás en el futuro su destino cambiara a mejor. Pero la realidad de la guerra siempre ponía la cara de la moneda del lado más oscuro posible.

-¡Adelante muchachos, casi los tenemos! ¡Por el Emperador!-exclamó el sargento Hallaifi, intentando motivar al resto de acechadunas de la trinchera, pero lo cierto es que los números del enemigo no ayudaban demasiado a que aquello diera resultado. 

Era el momento. Con esos grandes grupos de traidores a las puertas, había que sacar las armas pesadas, así que el heavy gunner echó mano del lanzamisiles, cargado ya con un misil de fragmentación, y empezó a apuntar a uno de los grandes grupos de traidores que se acercaban. 

Aunque la avanzadilla estaba prácticamente aniquilada, la presencia de los grandes grupos no auguraba nada bueno para los acechadunas, que ya casi los tenían encima. Solo Haytham decidió intentar poner solución al asunto, arrojando una granada contra uno de ellos, mientras que algunos soldados disparaban en semiautomático sus rifles, intentando acabar con los traidores. Mientras tanto, Ufiqh preparaba su lanzamisiles, con la esperanza de que aquello valiera para acabar con un buen número de infieles. 

53 de bono en HP:

+10 arma precisa,

+10 por media de apuntar

+10 por corto alcance

+10 por disparo único

-20 (porque los grupos grandes vienen corriendo y tenemos -20 a disparar)

-10 apuntar a la cabeza (serían -20 pero reduzco el penalizador en 10).

Total: 63.

Ahmed inspiró hondo. Vio venir  a numerosos enemigos. Corrían hacia ellos en grupos más o menos compactos, y procuraban moverse en zigzag. Eran demasiados y tarde o temprano alcanzarían las trincheras y llegarían al cuerpo a cuerpo.

Pero Ahmed tenía suficiente experiencia. Sabía que debía tener paciencia y seguir aprovechando la habilidad de su arma. Apuntó a la cabeza de otro de los traidores que corrían hacia ellos y disparó.

Tras tomarse un par de segundos más para apuntar, Ufiqh abrió fuego con el lanzamisiles, y el proyectil voló directo a su objetivo, impactando con una gran explosión cuyos límites quedaron muy cerca de las propias líneas acechadunas.