Partida Rol por web

Oh, sí. Dijo a Gruujam, Este forjado también le anda buscando. Dijo señalando a Socar. Estaba a punto de darle las instrucciones pertinentes para dirigirse a la taberna de Ankus, pues aquí ya no está. Estaba esta mañana, ha tenido que pasar la noche con nosotros porque su taberna salió ardiendo, pero no se donde se encuentra ahora mismo. Después terminó dándoles la dirección exacta para dirigirse a la Taberna del Erizo Borracho, propiedad de Ankus.

    Socar miró de soslayo a la semiorca, no le hacía mucha gracia tener que ir acompañado y, de haber tenido la posibilidad de reflejar en su rostro expresión alguna, esta sería la de reprobación. Así que se quedo lo justo para esperar la respuesta que tanto había costado sacar a la maldita clériga para poder desaparecer de aquel burdo templo y dirigirse a donde deseaba llegar. Apenas perdió tiempo en despedirse antes de ponerse en marcha hacia la taberna del Erizo Borracho esperando que su intuición no le hubiera fallado.

Esta impresionante catedral se alza sobre los edificios colindantes, y quizás sea la estructura más alta de todo Tormentos Cristalinos. Desde luego, es uno de sus rasgos más impresionantes. Los muros de piedra blanca de la catedral se elevan casi 100' sobre el nivel del suelo, y la gran cúpula de metal rojo y naranja que remata su estructura cuadrada añade otros 50' más a su altura. El radiante símbolo dorado de Pelor adorna los muros del templo, proclamando su fe con orgullo y sin sombra de duda. Pero a pesar de su grandiosa apariencia, el edificio parece un tanto abandonado e incluso algo sucio.

La propia catedral es básicamente un gran espacio abierto interior, que consiste en un púlpito central rodeado de numerosos bancos. Sus grandiosos ventanales mantienen el interior bien iluminado durante el día y, por la noche, un enorme símbolo sagrado de Pelor suspendido de la cúpula irradia varias llamas continuas. Con la oscuridad, el resplandor de este símbolo brilla como un faro a través de la cúpula de metal, convirtiéndola en un punto de referencia de noche igual que de día.

Se asienta en un complejo amurallado que también actúa como hospital de la ciudad. Varias residencias de enfermos se alinean en el muro oriental; los ciudadanos enfermos o heridos convalecen aquí bajo el cuidado de los sacerdotes de la iglesia. Hasta hace poco, estos cuidados se cobraban a precios muy razonables, pero la mala racha que atraviesa a iglesia ha obligado a los sacerdotes a subir sus tarifas.

Quizás había llegado el momento. Su largo retiro en el Templo había sido fortalecedor, y había aprendido a esperar, a ser paciente. Sin embargo, ahora empezaba a sentir que ya no era suficiente. Su caridad había aumentado, pero también su curiosidad. Porque sanar a los fieles e infieles que se acumulaban en las dependencias del ala de curación, intrigaba.

Escuchar a los heridos mercenarios, a los aventureros caídos...

Se arrodilló ante Pelor, y le pidió consejo. O no, o puede que solo necesitara confirmación. Oró, meditó. Y cuando se levantó del suelo, había tomado una decisión. Saldría de los muros protectores y confortables de nuevo, e iría en pos de su vida, de su día a día.

Asomé la cabeza fuera de las enormes puertas de la Catedral. No tenía miedo, pero sí que estaba nerviosa. Demasiado tiempo enclaustrada allí dentro...

Me decidí, no era cuestión de andar replanteándome las cosas una vez más. Esa noche había visto desde la ventana de mi celda una extraña columna de fuego que ascendía de la zona donde estaba La Cabra de Mimbre, más o menos. Podía ser un incendio, y haber algún herido. Y quizá necesitaran un sanador, o un sacerdote...

Esta impresionante catedral se alza sobre los edificios colindantes, y quizás sea la estructura más alta de todo Tormentos Cristalinos. Desde luego, es uno de sus rasgos más impresionantes. Los muros de piedra blanca de la catedral se elevan casi 100' sobre el nivel del suelo, y la gran cúpula de metal rojo y naranja que remata su estructura cuadrada añade otros 50' más a su altura. El radiante símbolo dorado de Pelor adorna los muros del templo, proclamando su fe con orgullo y sin sombra de duda. Pero a pesar de su grandiosa apariencia, el edificio parece un tanto abandonado e incluso algo sucio.

La propia catedral es básicamente un gran espacio abierto interior, que consiste en un púlpito central rodeado de numerosos bancos. Sus grandiosos ventanales mantienen el interior bien iluminado durante el día y, por la noche, un enorme símbolo sagrado de Pelor suspendido de la cúpula irradia varias llamas continuas. Con la oscuridad, el resplandor de este símbolo brilla como un faro a través de la cúpula de metal, convirtiéndola en un punto de referencia de noche igual que de día.

Se asienta en un complejo amurallado que también actúa como hospital de la ciudad. Varias residencias de enfermos se alinean en el muro oriental; los ciudadanos enfermos o heridos convalecen aquí bajo el cuidado de los sacerdotes de la iglesia. Hasta hace poco, estos cuidados se cobraban a precios muy razonables, pero la mala racha que atraviesa a iglesia ha obligado a los sacerdotes a subir sus tarifas.

Andrei no pudo más que maravillarse ante aquel inmenso edificio, ayudando a su hermana a caminar se dirigió contento hacia las escalinatas que conducían a la catedral, al fin y al cabo estaba seguro de que en este sitio podrían sanar la aflicción de Margaret. Por fin veía la luz al final de camino, aunque tuviera que trabajar de sol a sol le devolvería la salud a su amada hermana. Observó con calma aquella construcción y encontró muy útil que las luces sirvieran como una referencia en mitad de la noche, tomó buena nota de ese detalle pues si debía moverse por los alrededores de la ciudad ese hito podría ser la diferencia entre perderse o no.

Se fijó en el muro oriental donde parecía que se dirigían los enfermos, viendo allí al sacerdocio y el bullir de actividad decidió dirigirse en esa dirección. Se sentía pequeño al lado de tan sacrosanto templo, aunque no estuviera en su mejores condiciones el templo se seguía imponiendo respeto, tal vez el no fuera el mejor ejemplo para Pelor pero siempre había tratado de llevar una vida digna sirviendo de forma recta durante sus años de servicio. Acercándose al final de la cola esperó a que alguno de los sacerdotes pasasen cerca para poder dirigirse a él con el debido respeto.-Perdone, discúlpeme buen hombre somos recién llegados de Villamar, mi nombre es Andrei Dragunoff y esta es mi hermana Margaret hemos venido de tan lejos en busca de la luz de Pelor para que me ayuda a sanarla de la enfermedad que la aflige. No es mucho cuanto tengo pero haré lo que sea para pagarles sus atenciones ¿a quien podría dirigirme para tratar tan incomodas cuestiones? Por favor, imploró su ayuda en nombre de nuestro señor del sol.-agarrando a la muchacha para que no diera un traspiés ambos de arrodillaron hasta tocar con una rodilla en el suelo, esperando expectantes las indicaciones del sacerdote.

El grupo junto con Aire hizo rápidamente el camino a la Catedral de Pelor, buscando alguien más que quisiera unirse a su misión. Por el camino aprovechó para intentar convencer a Aire.

- ¿Aún tienes la idea de ir a la aldea? ¿Por qué no te unes a nosotros e intentamos ver qué es lo que sucede en los campos de los licorambarino? Después podríamos acercarnos a la aldea y ver si les podemos ayudar.

Era demasiado temprano como para que hubiera mucha gente en la Catedral aparte de los sacerdotes y los habituales del lugar. Justo al llegar Lomenar observó a un extranjero que traía a una chica enferma. Su primera reacción fue acercarse a ayudar, ya tenía memorizado un conjuro de curación que podría ayudarla, al menos un poco, pero el hombre ya estaba pidiendo ayuda a los sacerdotes por lo que la druida la dejó en manos de los mismos.

Con el tiempo había aprendido a ser respetuosa con las creencias de los demás. Ella usaba magia natural y apenas hubiera dado un pequeño alivio a la chica, necesitaba algo más poderoso.

Posiblemente la muchacha tendría que pasar un tiempo en la catedral. Los ojos expertos de la druida observaban que el mal que tenía la chica no era algo fácil de curar. Quizás podría convencer al hombre que la cuidad que les acompañara mientras durara la convalecencia de la misma. Por su aspecto parecía un guerrero curtido.

Se presentó.

- Buenos días, mi nombre es Lomenar y me acompañan Lictea y Kanjstar. - señaló a sus acompañantes - Estamos buscando compañeros para resolver una investigación que afecta a una de la familias más importantes de la ciudad. Creo que tu hermana va a estar algún tiempo en la Catedral, quizás podrías unirte a nuestro grupo.

- Si hay recompensa o beneficios, se reparte entre todos por igual, pero no se asegura nada.

Andrei se sorprendió un poco cuando aquella chica se dirigió directamente a ellos acompañado por sus dos acompañantes, uno de ellos claramente un sacerdote. Se levantó de nuevo, ayudando a su hermana a incorporarse antes de dirigirse a los recién llegados.- Buenos días tengáis, mi nombre es Andrei, Andrei Dragunoff ella es mi hermana Margaret; me alegra ver que esta ciudad es tan hospitalaria con los extranjeros. Sois la segunda persona que me ofrece trabajo y eso que acabamos de llegar, ciertamente estaba preocupado por no encontrar medios con los que poder pagar el tratamiento de hermana, empiezo a desdeñar esa posibilidad. Os agradezco tal oportunidad.-con esto hizo una leve pausa y le ofreció la mano a los tres.-Es un placer conoceros y ciertamente estoy interesado en vuestra propuesta pero primero debo velar por la salud de mi hermana, una vez puedan visitarla en la clerecía y decirme de que se trata podré empezar a dedicarme a la cuestión de conseguir los fondos para su cura. Antiguamente serví en la guardia de Valdemar, mi disciplina y mi espada pueden estar con vuestra causa pero me gustaría saber algo más de antemano a poder ser.

Soy consciente de mis limites y mis capacidades, no desearía ser un estorbo, ni tampoco implicarme en una causa demasiado espinosa con una familia importante de la ciudad, a veces la nobleza no tiene una gratitud tan sincera con aquellos que le sirven como cabria esperar. Aunque debo reconocer que para aspirar a un cargo en la guardia de la ciudad u obtener la ciudadanía, una carta de recomendación me sería muy favorable; sino os es molestia contadme cuanto podáis mientras espero en la cola para ser atendido.-el tono de aquel hombre era afable, su voz parecía una tan juvenil para su edad. Tanto por vestir un uniforme como por sus modos, modales y maneras se notaba que era una soldado, un hombre educado, cortes y en cierto modo cargado de esperanzas por ver mejoría en la salud de su hermana. Aparentemente parecía de carácter noble y sincero.

Lomenar hizo un resumen rápido de la situación:

- Los Licorambarino han estado sufriendo destrozos en sus campos de viñedos. Según Silark, el embajador de los hombres-lagarto, los Licorambarino les culpan a ellos de ello, pero se encontraron huellas de varanos, lagartos grandes, y la presencia de muchos cuervos. Concluimos que los que habían dejado esas huellas serían los responsables de los destrozos en los viñedos. Pero había algo más. Unas huellas humanoides que acompañaban a las de los varanos y se internaban en el bosque cercano. - recordó bastante bien el resumen que Lictea les había hecho de sus averiguaciones antes de que ella misma llegara a encontrarse con su amiga.

- La investigación en el bosque fue un desastre. Se desató una tormenta y fuimos amenazados por unos lobos. Encontramos un refugio en una cueva de difícil acceso, pero no todos conseguían llegar, incluso tuvimos un muerto. Tuvimos que regresar. En la cueva encontré un oso disecado, pero no pude meterme más al interior. Se veía un pasadizo que se ensanchaba al fondo.

- Ahora estamos mejor preparados y llevamos equipo para investigar la cueva. Regresaremos y terminaremos la investigación.

- Respecto a la recompensa... Silark, el embajador de los hombres lagarto, comentó que quizás podría recompensarnos si demostrábamos que ellos no tenían nada que ver con los destrozos, pero no exigimos nada, será lo que tengan a bien darnos...

El hombre necesitaría dinero para cuidar de su hermana. Lomenar se dio cuenta que, en realidad, no tenían nada que ofrecerle. Como druida sus necesidades eran escasas y gracias a las últimas recompensas tenía suficiente dinero para permanecer en la ciudad mucho tiempo... no había pensado en la recompensa por esta misión, la verdad es que no le importaba mucho. Lictea estaba ayudando a los hombres lagarto y era su amiga, además... de alguna manera no podía dejar que la muerte de Lilypurr no hubiera servido para nada.

- Como ves no hay nada seguro, la verdad... tendrás que pensar si quieres arriesgarte a venir con nosotros o tentar la suerte con otras ofertas de la ciudad.

Lictea fue despotricando de Reknar todo el camino hacia la Catedral de PElo.

- ¡Qué decepción! Pues no lo hacía mal el jodío. Seguramente sea demasiada mujer para él...¡Ay!...- Negaba con la cabeza y a veces peteaba con fuerza algún guijarro del camino sin importarle quién se ponía de por medio.- Ay Lico, tú eres mi hermano lobo, parece que el único macho que me aguanta.- Tiraba con fuerza del pelaje del lobo que gimoteaba. Sin embargo agachaba las orejas y metía el rabo entre las piernas, pues como su hermano lobo debía fidelidad a su hermana.

Al llegar a la Catedral la mujer loba buscó con la mirada a la Suma Sacerdotisa. Como siempre aquello estaba lleno hasta las patas y no tardaron en toparse con otro de los múltiples pedigüeños que acudían a la Catedral en busca de sus cuidados.

- Lictea soy yo,eso es. Déjame a tu hermana a ver si puedo hacer algo por ella.- Hablaba como si el hombre fuera a pasarle un pesado fardo. Y es que  eso le parecía a la salvaje mujer. Las mujeres lycantropoi eran fuertes y rudas, y aquella persona no parecía una mujer sana a sus ojos.-  Así aliviamos la carga de los sacerdotes de Pelor, que no es poca.- Lictea ya había trabajado para el templo buscado caza y prestándoles sus sanaciones a cambio de techo y comida. Sabía de lo que hablaba. Sin esperar a que el educado joven le diera permiso se acercó a la mujer y comenzó a olfatearla.de arriba a abajo y a meterla mano bajo la ropa sin consideración alguna. Aún así, parecía que sabía lo que se hacía.

Andrei escuchó con calma a Lomenar contar su historia analizando todos y cada uno de los pasos que habían dado, pensando en que habría hecho él en su lugar. No pudo evitar mirar de soslayo a los dos lobos que acompañaban a aquella mujeres del bosque pensando en que habría sucedido con la manada que les atacó en el bosque. Retomó la palabra con calma y gesto serio.-Lamento mucho la perdida de vuestro compañero, espero que sus dioses le tengan en gracia. Y decís que se trata de alguien que lleva cuervos y reptiles con él ¿alguna clase de chaman o druida tal vez? De todos modos un animal acorralado en su madriguera siempre será más fiero y luchará sin miedo hasta la muerte si es atacado allí. Creo que si le tendiéramos una emboscada en los viñedos o durante su recorrido podríamos cogerle por sorpresa, le haríamos luchar en nuestro terreno, bajo nuestras condiciones teniendo nosotros las ventaja y si lograse escapar herido sabríamos seguro donde se retiraría. -en ese momento cuando vio como aquella mujer sucia y jorobada se acercaba a su hermana como si esta fuera un jamelgo cualquiera sencillamente dio un paso hacia adelante para interponerse, no quiso hacer gestos bruscos ni cogerla de la muñeca pensando que alguno de los lobos podría abalanzarse sobre él por puro instinto de protección. Ahora centraba su atención en ella.-¿Qué sucede en la catedral que parece algo descuidada?¿A qué te refieres con la carga de los sacerdotes?- había un pequeño deje de miedo en sus preguntas. Todo este viaje para nada, no podía ser que tras tantas penurias la iglesia de Pelor no pudiera ayudarles, no podía creerlo.-Agradezco tú oferta Lictea pero dudo que puedas hacer nada por ella, prefiero evitarle molestias innecesarias a ella y a ti. Su enfermedad le impide respirar bien, se fatiga mucho, tose sangre y come con dificultad lo cual la debilita aún más; hasta ahora el único paliativo han sido unos vahos curativos hechos con una mezcla de inciensos y extrañas hierbas. Era un tratamiento que no podíamos mantener por eso decidimos viajar hasta aquí en busca de un remedio permanente.-cuando hubo impedido que lictea se acercase trato de retomar el hilo pero algo más preocupado por lo que allí acontecía ¿cómo podía reírse así el destino en su cara?-Si esperáis a que mi hermana sea atendida y la acomode os acompañaré, una carta de recomendación de un embajador abre más puertas del oro y al vez su generosidad o la de los Licorambarino me pueda facilitar algunas referencias.-hizo un gesto sobre su uniforme para recalcar que lo llevaba, aunque no portase los colores de la ciudad se parecía mucho y llevaba unos pequeños emblemas similares a rangos.

El clerigo escucho con atención las palabras de Andrei, mientras veía con distancia a su hermana. Parecía seriamente afligida por un mal respiratorio. Deseó poder hacer algo por ella, pero sabía de sobra que no tenía lo necesario para hacer desaparecer su enfermedad; solo Lyra, la sacerdotisa del templo podría, pero lo haría.

El templo estaba en quiebra, regalar ese tipo de curación, estaría fuera de base. Kranj se acercó a donde Lictea "examinando" a Margaret, -Que tal le vez?- terminó por preguntar el clérigo, mientras el examinaba, con cierta distancia, la respiración agitada de la chica. Lo mas alarmante ocurrió cuando esta tocio y dejó escapar algo de sangre a la palma de su mano. -Parece grave...- se dijo para sus adentros, mientras disponía a dirigirse a donde se encontraba la sacerdotisa para informarle del caso. -Iré a buscar a Lyra.- le expresa a Lomenar, para no alejarse de subito de ella.

Una vez con la sacerdotisa, Kranj le explicó lo que había logrado observar de la chica enferma -Si estuviera en mis manos la curaría, pero no tengo el poder suficiente para desvanecer su mal. Seguramente, usted si pueda hacer algo por ella.- le dice esperando su respuesta.

Enseguida ayudó a su hermana a tratar de reducir su ataque de tos, durante el camino en la caravana había estado en reposo absoluto y eso les dio una falsa sensación de mejoría; sin embargo el dinero que le permitía comprar los vahos se había esfumado hacia tiempo junto con el resto de sus ahorros. Tras pagar el viaje tan solo le quedaba lo puesto, incluso tuvo que recurrir a malvender la vieja coraza de su padre para poder llegar hasta Tormentos Cristalinos.-Gracias por vuestra mediación Padre Kanjstar, no conozco a Lyra pero por favor decidle que me pongo a su entera disposición para cualquier cosa que haya de menester; tan solo le pido a cambio de que sane el mal que aflige a mi hermana. Se lo suplicaré de rodillas si fuera preciso.-la voz del guerrero se rasgó por un momento mientras abrazaba a su hermana contra su pecho tratando de reconfortar a Margaret con unas palmaditas en la espalda; esperando así acalladas las malditas toses. Se podía intuir por el brillo de sus ojos la desesperación de aquel hombre, destino a enfrentarse a un mal para el cual no tenía armas con las que combatir, la rabia de la impotencia lo devoraba por dentro no podía rendirse ahora, no cuando había llegado tan lejos. Tragó saliva, inspiró con fuerza y recuperó la compostura mientras se enjugaba las tímidas lagrimas.

Permaneció en su sitio en la cola velando dese lejos a Kanjstar en su charla con Lyra, sin saberlo aquellas dos personas tenía el destino de Andrei en sus manos. Aguardó paciente la respuesta junto a Lictea y Lomenar con claro nerviosismo, tratando de alejarlo mientras charlaba con ellas.-¿Tenéis alguna sospecha sobre quien puede estar detrás del asunto de los viñedos?¿Hay alguien que salga beneficiado en crear tensiones entre los hombres lagarto y la ciudad? Imagino que al ser druidas sabréis si alguno de los vuestros no está de acuerdo con esta alianza, aunque tal vez sea demasiado obvio.-aún tratando de ser educado notaban como seguía la conversación de los clérigos por el rabillo del ojo. 

El clérigo intercambió las palabras necesarias con la sacerdotisa, para que esta tomase partido en la situación de angustia de los 2 hermanos. Por lo menos esperaba escuchar de ella alguna indicación, tal vez guardase algún pergamino o podía darle las pistas necesarias para invocar la magia que pudiera contener aquella enfermedad.

-Sé que el templo no esta en sus mejores momentos, pero no podemos dejarla simplemente morir. Alguna cosa ha de poder hacerse.- expone Kranj a la sacerdotisa.

Lomenar observaba con Kranjstar observaba a la chica y luego pedía consejo a Lyra. Era todo un profesional y a Lomenar le agradaba especialmente su dedicación a los demás.

Por su parte Lictea había "manoseado" un poco a la chica, siguiendo su estilo, pero parecía que tampoco había llegado a ninguna conclusión. Lomenar podía curar heridas, pero una enfermedad estaba por encima de sus posibilidades.

- Tranquilo Andrei, has traído a tu hermana al mejor sitio posible - consoló al guerrero - Estoy segura que la atenderán de la mejor manera posible.

Poco a poco parecía que Andrei se iba dando cuenta de la dejadez del templo, de como los necesitados se agolpaban en la cola y junto a los sacerdotes; un leve desanimo recorrió su rostro pero rápidamente se recompuso ante la fugaz mirada de su hermana. Tenía que aguantar, debía mantener la esperanza por ella si se rendía ahora ya no habría vuelta atrás.-Seguro que si, ya verás Margaret todo se arreglará muy pronto te pondrás bien.-dijo conciliando a la muchacha mientras le tomaba la mano en cándido gesto.-Agradezco tus palabras de apoyo Lomenar, aunque parece que la fe de Pelor no está en su mejor momento ¿sabes a qué se debe? El señor de la luz y la esperanza siempre me ha dado parte de sus fuerzas y sus dones para continuar con mi camino, veo justo que si hay algo que este en mi mano para devolverle los muchos favores que me ha brindado, trate de hacerlo cuanto antes. No se me caerán los anillos por ponerme a limpiar el templo si así me lo pidieran.-la charla le ayudaba a no pensar y a aliviar los nervios, la espera por el resultado de la charla entre Kranjstar y Lyra le estaba carcomiendo por dentro.

Ante las palabras de Andrei, Lomenar miró el templo, viendo como siempre una gran mole de piedra que significaba porco para ella... Se paso la lengua por los labios porque no sabía qué decir. No quería ofender a Andrei y mucho menos a Kranjstar que era un clérigo devoto. Estaba bastante incómoda.

- Yo... - forzó un poco la sonrisa intentando quedar bien - ...no se mucho de Dioses...

Yo me encargaré de ella. Dijo Lyra a la que había ido a buscar el sacerdote. Yo soy la suma sacerdotisa de Pelor y efectivamente veo que tu hermana se encuentra muy grave. Como cualquier lanzador de conjuros, la catedral de Pelor tienen una serie de tarifas cuyo importe es destinado cien por cien al mantenimiento de la misma y de nuestra fe. Dijo mirando directamente a los ojos. Nuestra mayor preocupación es saber por qué han descendido tantos nuestros fieles, son muchos los que trataron de investigar el motivo de ello, pero nadie nos ha traído respuestas claras. Podemos encargarnos de tu hermana, aplicarle cuidados intensivos y que se quede aquí con nosotros el tiempo que haga falta siempre y cuando tú nos ayudes en esta misión. La otra opción sería lanzar un conjuro para quitar esta enfermedad, pero el precio sería de 30 piezas de oro.

Antes de que Andrei pudiera negarse, Lictea empezó a toquetear el cuerpo de su hermana con las manos sucias. Parecía que no era muy ducha en los cuidados hasta tal punto que Margaret parecía que podría enfermar más si la loba seguía metiéndose donde no la llamaban. Por suerte, la chiquilla ya estaba en manos de Kranjstar y especialmente de Lyra y ésta, con mucha educación, le pidió a la pastora que apartara sus manos para dejarle trabajar. Los escasos cuidados de Lictea solo habían servido para empeorar ligeramente a la muchacha. Aquello seguro que no le haría ninguna gracia a Andrei. Daba la sensación de que Lictea era como una niña que llegaba a una tienda y se ponía a toquetearlo todo sin mucho sentido y poniendo todo patas arriba. 

Con Lictea dejando a Margaret tranquila, Lyra contestó a Andrei sobre la situación de la Catedral. En las últimas semanas hemos perdido muchísimos fieles, son escasas las personas que vienen aquí a rezar y aún menos las que quieren donar algún dinero para la causa de Pelor. Sin ello no somos capaces de mantener en buen estado la Catedral, pues es vieja y necesita muchísimas reparaciones. De ahí la decadencia que es más que evidente. Algo le ha tenido que suceder a nuestros fieles, algo que haya impedido que sigan viniendo aquí, pero hasta ahora no hemos sacado nada en claro. Concluyó encogiéndose de hombros, dando cada vez más el tema por perdido.