Partida Rol por web

Turno 413

Todo se precipitó tan pronto como Larrid se acercó a identificar a los viajeros. Apenas habían descubierto quiénes eran, sus compañeros en avanzadilla, cuando dos flechas cayeron cerca del rohir; Grimbeorn no tardó en comprender cuál de sus suposiciones había sido acertada. ¡Un cebo para ponerles al descubierto!

El nuevo escenario requería de todos sus sentidos alerta, por lo que el animista dejó marchar el poco poder que había empezado a canalizar para hacerle un gesto, desde su posición, a Larrid y a Gwalin para que salieran del círculo de luz de la fogata. Allí eran objetivos más claros para un tirador, por lo que permanecer en él sólo aumentaba las posibilidades de que fueran alcanzados. El norteño confió en que ambos fueran conscientes de ese riesgo y aprovechasen para alejarse.

Tras su silencioso aviso, su atención se centró en la posición en que habían caído las flechas. Esperaba poder determinar una zona más concreta en la que empezar a buscar a los tiradores a partir de la dirección y ángulo en que se habían clavado.

Turno 413
Percepción

Edan observaba atento. Quería averiguar la procedencia de las flechas fijándose en el modo en que se habían clavado, y tratando de saber donde estarían los tiradores. Todo lo que pudo averiguar, es que definitivamente provenían del este, del lugar hacia el que se dirigían.

Turno 413
Percepción

Grimbeorn observaba atento. Quería averiguar la procedencia de las flechas fijándose en el modo en que se habían clavado, y tratando de saber donde estarían los tiradores. Siguió la posible trayectoria y entonces lo vio, al menos a uno de ellos. No supo diferenciarlo bien, pero pudo ver a alguien oculto tras unos arbustos, con un arco en la mano. Preparaba otra flecha.

Turno 413

La tensión podía palparse en el aire mientras Larrid se acercaba a las figuras encapuchadas. Todos podían sentir que algo iba mal, pero eran incapaces de determinar de qué se trataba exactamente... hasta que llovieron las flechas. Leofred quedó desconcertado por unos segundos hasta que se dio cuenta de que les habían tendido una trampa y habían sido tan necios para caer en ella.

- ¡Los caballos! Sin ellos estamos vendidos. - Tenía muy presentes a sus monturas desde que había notado la ausencia de las de sus compañeros en la hoguera. Los orientales eran jinetes, y, ya fuera para perseguirlos o para huir, los necesitaban, algo de lo que sus enemigos seguramente ya se habrían dado cuenta. El bardo apenas dedicó una mirada a su alrededor en busca de las figuras ocultas de sus enemigos antes de correr en pos de sus caballos*, recordando moverse de un lado a otro por si llovían más flechas. Tenía la certeza de que los animales corrían más peligro que ellos en aquél momento.

RESOLUCION TURNO 413
Asalto 2
 

El sol aun no azotaba con fuerza, pero su luz clara alumbraba intensamente un despejado cielo. Apenas había nubes, y la helada hierba seguía humeando bajo los rayos del amanecer.

Todos estaban en posición, tensos tras la caída de los dos proyectiles, de los que Larrid había escapado. Una nueva flecha silbó en el aire, el guerrero estaba en peligro. La flecha no cayó demasiado cerca, nuevamente se había librado de acabar como un alfiletero. Larrid comenzó a retroceder, mientras Gwalin ya iba en camino. Escudo embrazado, el enano no dudó en interponerse entre Larrid y las saetas en un acto tan valiente como temeroso.

Leofred, bien escondido, pensó en las monturas. Las habían dejado solas y comenzó a correr hacia ellas. Lo hizo con cierto miedo a las flechas, zigzagueando en su avance, pero manteniendo la vista en su objetivo. Desapareció de la vista del grupo.

Grimbeorn se mantenía agazapado, bien atento y en silencio, tratando de averiguar la procedencia de los proyectiles. La posición de los tiradores era incierta, aunque si estaban atentos, podrían saber de dónde estarían. Edan también escrutaba hacia donde el sol comenzaba a salir, y el mismo lugar del que parecían provenir los disparos. Enfrente del rohir estaba Hallfrid también escondido, desde su posición, más cercana al enano y a Larrid, tampoco era capaz de ver nada. La claridad que había no facilitaba las cosas, y los primeros rayos del sol comenzaban ya a cegar la visión. Tal vez el enemigo hubiera tenido eso ya en cuenta.

RESOLUCION TURNO 413
Percepcion
 

Grimbeorn, en realidad, sí que distinguió algo. Vio como un tipo, aunque no pudo determinar si se trataba de un oriental, cargaba un arco. Estaba a algo más de veinte metros de él, y tan solo a unos quince de su compañero Edan. Coloco una flecha y tenso la cuerda, pero no disparo aun.

Turno 414- Asalto 2

Edan permanecía agazapado entre los arbustos cuando una nueva flecha silbó en el aire. Sus ojos se movieron prestos, tratando de desvelar la posición de los arqueros. Pero el sol le cegaba precisamente en aquella dirección.Cerdos astutos..rumió para si mismo. Habian caido de lleno en su trampa.

Todavía permanecía en sus retinas la imagen de Freagulf y de Ional. El joven dunadan era apenas un muchacho. A Edan le apenaba el destino de sus amigos, pero en aquel preciso instante se encontraba lo bastante asustado como para evitar pensar en otra cosa que no fueran los orientales. El sudor le resbalaba por la frente, pero ni tan siquiera se atrevió a secarselo para evitar realizar ningún movimiento extraño. Su vista estaba fija en el Este, y su brazo armado, dispuesto a saltar como un resorte ante el primer movimiento sospechoso que vislumbrase entre las hierbas altas.

Escuchó la advertencia de Leofred, pero no se atrevió a responder. Por un instante temió que otros le siguieran abandonando su posición y dejándolo aislado de su grupo, pero podia observar a Hallfrid y a Grimbeorn desde donde se encontraba, ambos se mantenian ocultos como él. Eso lo reconfortó.
Larrid y Gwalin se encontraban a salvo por el momento, pero ya habian sido expuestos. Debian dar con los arqueros cuanto antes, o todos perecerían en aquellas tierras malditas.

Tres flechas. pensó, aquello suponía al menos dos tiradores, probablemente 3. Habria más sin duda, el resto podrían estar acechandolos en ese preciso instante. Hizo una breve panorámica hacia los lados para ver si percibía algun movimiento extraño.

Turno 414, Asalto 2

Leofred era consciente de que podía parecer que estaba abandonando a sus compañeros, pero sus sospechas sobre el peligro que corrían las monturas eran superiores al resto de sus preocupaciones.

¿Cómo podían unos jinetes ser tan hábiles escondiéndose? Les habían pillado con la guardia baja, totalmente desprotegidos y por sorpresa. Es posible que fueran conscientes desde el principio de que tenían a un rastreador tras su pista. El bardo solo era capaz de divagar sobre cómo los orientales se habían adelantado a sus movimientos, y casi esperaba tropezarse con alguno en su camino de vuelta. Agarró con fuerza la ballesta, temiendo que él y los demás terminasen compartiendo el destino de Freagulf e Ional.

Turno 414- Asalto 2

Gwalin se posicionó al lado de Larrid haciendo de parapeto humano a su líder. Escudo y hacha en mano el guerrero parecía una mole petrea dificil de traspasar. Aun así tenía cuidado de esconderse de las flechas de sus enemigos, oponiendo en todo momento su escudo en la dirección de donde venían las flechas.

-¡Agachate lo que puedas!, no soy muy alto, pero detrás de mí estarás seguro -le sugirió Gwalin a Larrid mientras se movían hacia atras alejándose del fuego.

Si bien ya se habían mostrado por lo menos se esconderían de la hoguera que era el punto de referencia para los arqueros. Allí, habían dejado a sus compañeros como trampa humana a la que acercarse...y habían caído. El enano sentía un ira que le ardía en lo más hondo. Su mente solo quería venganza por lo que habían hecho a sus compañeros. Pero era veterano y sabía que no podía correr y cobrarsela. No, tenían que ser cautos y acechar a sus enemigos con cuidado. Sabían que estaban por el este, coincidiendo con la salida del sol y así tener ventaja cengandoles a ellos.

-Tenemos que flanquearles -dijo a Larrid mientras se movía-. Ya que estamos desperdigados usemos esa ventaja para acecharles unos por una lado y otros por otro. ¿Qué opinas? -preguntó el enano a Larrid sin dejar de fijarse en el entorno por si veía a sus enemigos o algo que les delatara su posición.

-Y no me gusta que Leofred se haya ido solo a por los caballos. Si le cogen solo estará perdido. No podemos separarnos pues uno a uno nos matarán facilmente -pensó en alto cuando vio desaparecer a Leofred para asegurar las monturas.

Turno 414, asalto 2

Agazapado entre la maleza, Grimbeorn sintió cierta satisfacción cuando avistó a alguien armado con un arco. No fue capaz de distinguir si se trataba de un oriental pero, al menos, era ya un objetivo potencial. Desde su posición, gesticuló hacia Edan para llamar su atención e indicarle la posición del tirador. Confiaba en que el eothéod viera sus indicaciones y se moviera; entre tanto, el animista comenzó a moverse con cautela para envolver al tirador. Pero no se centró exclusivamente en aquel sujeto. El norteño creía que tenía que haber al menos un segundo arquero, a juzgar por la velocidad con que se sucedieron las dos primeras flechas. Así que aprovechó su movimiento para otear los alrededores mientras avanzaba entre arbustos, con el escudo al frente y utilizaba la lanza para tantear lo más sigilosamente posible matojos a uno y otro lado de su ruta.

Tueno 414 ~ Asalto 2

En una de aquellas ojeadas que el rohir deslizaba hacia atrás, vió como Grimbeorn le hacia señas desde el otro lado. Edan se alarmó y rápidamente centro su atención en el lugar que el hombre de los bosques le indicaba. Parecía que había encontrado a uno de los tiradores.
El joven tragó saliva y respiro hondo por la boca. Ya te tengo, escurridizo hijo de puta.
La luz del sol deprendia destellos cegadores de las hojas de los arboles. Edan levantó ligeramente el escudo para cubrir su rostro y evitar que le molestase en los ojos. Esta vez, estaba dispuesto a ver a aquellos salvajes.

Turno 414
Percepción

Edan miró hacia el lugar señalado por Grimbeorn. Aunque se fijó en cada detalle, buscando en los huecos de los arbustos, o esperando ver una cabeza asomar tras un montículo, no pudo ver nada. Sabia que no estaban muy lejos, pero no acertó a encontrar su objetivo.

Turno 414
Percepción

Leofred alzó la cabeza esperando ver las monturas delante suyo. Pero no vio lo que buscaba, los caballos debían de estar escondidos en alguna hondonada o tras los arboles. Tendría que acercase mas...

Turno 414
Asalto 2

Larrid era un soldado, y aunque normalmente no se veía en situaciones como aquella, sabia cuidarse. Sin hablar se agacho un poco mas, ya estaba tras el escudo del enano y si quería estar a cubierto tras el, tenia que buscar una posición mas baja.

- Maldita sea, no se como he podido caer así... - se maldijo asumiendo la culpa - No podemos ponernos a tiro, esos despreciables tienen muy buenas puntería - dijo dudando sobre la idea de Gwalin - Hay que hacerlos salir, o descubrir donde están, antes de lanzarnos a por ellos - aseguro - o acabaremos todos ensartados - su mirada se desvio casi sin querer hacia los cuerpos de sus compañeros.

- Leofred sabrá cuidarse, mas le vale - dijo con una cara de desaprobación.

Turno 414
Asalto 2

Dos nuevas flechas surcaron el cielo. Dos nuevos silbidos malintencionados cortaron el aire en dirección al enano y el soldado que se parapetaba detrás. Volvían a provenir del este, difícil lo tenían con el sol de frente, para averiguar donde se escondía el enemigo.

Turno 414
Asalto 2

Una tercera flecha apareció, desde mas cerca de lo que el bosquimano pudiese darse cuenta. No estaba lejos, iba con mucha fuerza, bien dirigida, y buscando el cuerpo de Grimbeorn

RESOLUCION TURNO 414
Asalto 2
 

Grimbeorn comenzó a avanzar, directo hacia el lugar que había señalado a Edan. El bosquimano iba agachado, tratando de mantenerse fuera del campo de visión de su objetivo. Él había visto a uno de los arqueros, y se encaminaba hacia el objetivo. Dos flechas fueron lanzadas de nuevo. Una de ellas venía desde la posición que escrutaba Edan, y que el animista le había indicado. El rohir no logro ver nada, pero Grimbeorn sí que pudo contemplar como salía el proyectil del arco enemigo. Las dos saetas iban directas hacia el enano, que logró esquivar la primera. La segunda le dio de refilón en el costado derecho, haciéndole sentir un ligero dolor, su cota de malla le previno de ser ensartado, pero del impacto. Larrid, detrás del enano, se concentraba en seguir la trayectoria de las flechas, por si Gwalin no lograba detenerlas o el tiro lo rebasaba.

Tanto Edan como Hallfrid no dejaban de esforzarse en descubrir a alguno de los arqueros, pero o estaban demasiado lejos, o muy bien escondidos. De cualquier manera, ambos permanecían ocultos y seguros, y probablemente así seguirían si no descubrían su posición.

Grimbeorn se detuvo tras unos arbustos, su objetivo seguía en su campo de visión, cuando una tercera flecha lo golpeó de lleno en el brazo derecho. Su protección de piel de huargo logro eludir que la flecha lo atravesase de lado a lado, pero no pudo evitar que el impacto le causase un fuerte traumatismo bajo la armadura. El intenso dolor lo hizo arrodillarse, quedando expuesto y desorientado.

RESOLUCION TURNO 413
Percepción

Grimbeorn comenzó a caminar, tranquilo, tratando de mantenerse fuera de la vista del arquero. Cuando llevaba unos metros, pudo ver por el rabillo del ojo a un segundo arquero. Pero ya disparaba contra el enano, cuando sintió un tercer flechazo. Un tercer enemigo estaba demasiado cerca, a solo seis metros del bosquimano. Aturdido como estaba poco podía hacer, había quedado expuesto.

RESOLUCION TURNO 414
Asalto 2
 

Leofred se separó del grupo, decidido a llegar hasta las monturas fue zigzagueando con cautela, manteniéndose semiagachado y tratando de ir lo más rápido sin forzar la carrera. Quizás hubiera sido rápido correr a grandes zancadas, pero prefirió ir con cuidado de no tropezar y sobre todo de esquivar las flechas.

Dejó a atrás a sus compañeros, había avanzado más de una veintena de metros, cuando escucho el relinchar de su objetivo. Los animales debían estar tras unos arbustos más adelante, en algún tipo de hondonada, bien escondidos. Pero no sabía que podía encontrarse, si los orientales los habían rodeado, quizás ya hubieran capturado sus medios de trasporte, tenía que ser precavido

Turno 415, asalto 3

En ocasiones, tener razón no era gratificante. Especialmente cuando la suposición del animista acerca de más tiradores en la zona sólo era recompensada con un dolor agudo y penetrante en el brazo. Mientras caía de rodillas, procuró que su lanza quedara apuntada en la dirección general de la que provino aquella tercera malhadada flecha antes de derrumbarse; un recordatorio de por donde podía moverse otro enemigo para cuando estuviera en condiciones de incorporarse.

Sin embargo, permanecer allí, casi inmovilizado por el dolor, le dejaba expuesto. Sólo tenía unos momentos para decidir qué hacer. Si seguía erguido, lo más probable era que le volvieran a disparar. Y con lo que le costaba dar un paso, moverse rápidamente sería aun más complicado y no le garantizaba suficiente movilidad como para dificultar el tiro a sus rivales. Se apresuró a tambalearse y se desplomó al suelo. Confiaba en hacer creer que le habían abatido. En el peor de los casos, alguien podía acercarse a confirmarlo e intentar rematarle; en el mejor, le darían por muerto y seguirían disparando a objetivos más lejanos.

En todo caso, Grimbeorn apretó los dientes, como si eso le ayudase a soportar el dolor, mientras comenzaba a musitar una letanía para suplicar fortaleza a Araw, con los ojos en el cielo pero todo lo atento que su condición le permitía estar a cualquier movimiento en sus inmediaciones.