Partida Rol por web

Finales y principios

[Capítulo 2.1] Retornos, reuniones, revelaciones.

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19/09/2018, 21:54
Trish

Trish no iba a decirlo en voz alta —no de momento—, pero esa sensación al pensar en Nick no le había gustado nada. Se había asustado y preocupado aún más que antes y todo su cuerpo bullía con la prisa de quien sabe el valor de cada segundo. Tac, tic, tac, tic... La sensación constante en su cabeza, esa que siempre estaba ahí, se había convertido de repente en una cuenta atrás, y ni siquiera sabía dónde estaba el límite. Sentía ganas de gritar, pero sabía que eso no serviría para llegar más rápido. Y dejó de lado de inmediato su parte del plan de desviarse para buscar a Morgana. Sabía que Cass, Skyler y ella no eran los más idóneos a la hora de defender a nadie... Pero tendrían que valer. Y si no, se arriesgarían. Nick y Robin se lo merecían.

Los pensamientos de Trish mientras abandonaba el Morris abandonaron al escritor y se centraron en su amigo. Le costaba no reprocharle mentalmente aquel viaje. ¿Acaso no le había dicho ella que era peligroso? ¿Acaso no le había dicho que esperase? Sin embargo, sabía que no era culpa del chico. Era aquel mundo, que se iba a la mierda. El peligro acechaba en cada esquina, y uno nunca sabía qué día iba a ser el último. Trish sólo podía esperar que aquel no lo fuese para ninguno de ellos.

Notas de juego

Cambio de planes.

Uso Voz interior para hablar con Robin.

Paso de Morgana, me gustaría usar Puerta oculta para ir allí en cuanto Robin me dé datos del sitio, si me los da. Eso sí, me faltaría un puntico para poder llegar los tres. Supongo que no puedo mandar a Cass y a Skyler y quedarme yo, ¿no? ¿Me fiarías un punto, máster? ¿Porfi, porfi, porfi?

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19/09/2018, 23:02
Axel Montenegro

A pesar de que no se arrepentía de ofrecerse a ayudar, tarde se dio cuenta de que tendría que dejar todas sus cosas allí. No era práctico ni cómodo si querían viajar rápido que él anduviera con mochila, y si acababan en pelea tampoco quería a su violín a menos de un par de kilometros del conflicto. Si el instrumento había sobrevivido prácticamente intacto hasta ese punto, no era precisamente porque se diera el lujo de descuidarlo a la primera de cambio, aunque en casos como aquel no había mucha más opción.

Estrechó la mano de Daniel asintiendo, en un compromiso silencioso. Axel no era particularmente corpulento o musculoso, pero sin duda alguna haría todo cuanto estuviera en sus manos por cuidar a las chicas que acompañaba, especialmente tras ver aquella armonía en que el grupo se desarrollaba, lejos de egos contraproducentes y hacia un bien común.

Tras despedirse del chico aprovechó que Skyler había ido a hacer otras cosas antes de salir para ir hacia su mochila rápidamente y sacar un bastón de metal retráctil que guardó en el bolsillo delantero de su pantalón, dejando que solo parte de este sobresaliera. Acto seguido se puso varias capas de abrigo, incluidos bufanda, guantes y un abrigo de lana, y se apresuró de vuelta a donde estaban las chicas. 

La mirada de Skyler le hizo sonreír con la comisura de los labios, pero las palabras siguientes de Trish se la borraron enseguida, haciéndole alzar una ceja extrañado hasta que asoció una con la otra. Sin embargo no escuchó nada sobre el tema de parte de la adolescente, y aunque su sospecha era fuerte, no quiso poner palabras en sus labios - ¿Están seguras de que no me necesitan? - preguntó esperando la respuesta de cualquiera, lanzando una breve mirada a Cassandra y luego a Daniel. A la primera porque le parecía simplemente mala idea ir dos con una que se podía poner a convulsionar en cualquier momento, y al segundo porque esperaba que apoyara la idea contraria y las convenciera de ir acompañadas, daba igual por cual de los dos.

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19/09/2018, 23:34
Cassandra (Cass)

Cassandra salía detrás de su hermana oyendo a medias que Skyler los acompañaba y que al final Daniel se quedaba, por un instante pensó en acompañar al joven en su espera pero las imágenes, que se habían grabado en su mente, la impulsaban a ir. Tenía que ver por sí misma si aquello era así, entonces no podría dudar de lo demás. 

Recibió el beso de Daniel casi sin darse cuenta mientras volvía a prestar atención y asintió a sus palabras, más por puro reflejo que por haberlas escuchado. Su mandíbula se apretó con la mención de Nate y ante la posibilidad de curación en el Morris bajó los ojos al suelo.

-Estaban con Nate y Katia. -volvió a decir dando por bueno el lugar -Morgana iba a ver a los de McAvoy, seguro que la encontraremos cuando vayamos, -aunque posiblemente ella no esté tan dispuesta a hacer este viaje a ciegas, pero... -si hace falta vendrá con nosotras. 

No añadió nada más, ella no iba a decir quien se quedaba y quien las acompañaba, nunca se había metido en esas decisiones y no iba a empezar ahora. No cuando discutir solo los retrasaría más que otra cosa.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Siento lo escueto, ando liada con lo del seguro por la inundación y se ha juntado con cambio de administrador   u_u

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20/09/2018, 16:35
Narradora

Cassandra estaba bastante segura de que nunca había estado antes en el lugar que se le había mostrado en esa extraña visión. Y con lo poquito que había visto era muy difícil saber dónde podía estar. Ya sólo dentro de la ciudad había parques tan grandes que podían parecer bosques, sobre todo teniendo en cuenta que ya no había un gobierno que se encargase de la jardinería de las zonas públicas.

Mismamente junto al Major Morris estaba el parque Jackie Robinson en el que la maleza crecía salvaje y descuidada. Y ese era un parque pequeño, pero a lo largo y ancho de Nueva York había muchos más grandes que ese, parques, clubs de campo, campos de golf... Eso sólo sin salir de la ciudad. Cassandra no había salido nunca de ella, ni siquiera había dejado Manhattan hasta esa misma mañana, pero se decía que una vez se abandonaba el asfalto de la Gran Manzana había bosques tan grandes que uno se podía perder en ellos y no llegar a encontrar la salida. 

Pero lo de la vaca... Recordaba haber oído hablar alguna vez sobre que en el campamento donde se había criado Robin ahora tenían una vaca. Cassandra tenía la sensación de que de algún modo ese animal tenía algo que ver con que Robin y Skyler viviesen en el Morris, aunque no llegaba a comprender la lógica detrás de aquello o tal vez le faltaba información. 

- Tiradas (1)
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20/09/2018, 16:40
Skyler

Cualquier otro día las mejillas de Skyler se habrían coloreado con aquel gesto cariñoso de Daniel, pero a medida que la prisa de Cassandra se iba contagiando en los demás, el rostro de la rubia se iba quedando cada vez más pálido, haciendo que el azul celeste de sus ojos resaltase aún más. 

Viendo que Daniel y Axel se quedarían en el centro, ella se hizo con la última de las bicicletas y sosteniendo el manillar intervino en la conversación. 

Morgana no está con los de McAvoy, está con Clementine, Kane y los niños en la Comunidad. Lo dijeron en la cena. 

Resopló entre dientes y meneó la cabeza. Cambiaba el peso de una pierna a la otra, inquieta, cada vez más nerviosa. 

En el Unhood tienen una vaca —aseguró—. Y está en un claro en el parque Eisenhower, que es como un bosque. Hay un almacén grande de madera y barracones de madera y de cemento. Tienen que estar allí, seguro, porque anoche Robin me dijo que iba a ir a ver a Nate. Yo sé ir, pero está bien lejos. Espero que no le den más ataques a Cassandra por el camino, porque yo no me voy a parar a esperarla si Robin está en peligro. Vamos ya, joder. 

Con esas palabras siguió a Trish hacia la puerta, dispuesta a largarse ya mismo, pero antes de salir echó un ojo hacia Axel y negó con la cabeza. 

Quédate tranquilo. Llevo una navaja y alguien se tiene que quedar aquí, mejor dos que uno. Enséñale a Daniel lo del Paganini ese —propuso, como buscando algo para dejarlos entretenidos y poder marcharse sin más conversación—. Luego ya votamos lo tuyo, adiós.

Notas de juego

Trish, Cass y Skyler salen de escena. 

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20/09/2018, 17:45
Narradora

Notas de juego

Nos vamos a: [Capítulo 2.2] Sugar Hill.

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20/09/2018, 17:45
Narradora

Las tres chicas se marcharon dejando atrás a Daniel y Axel, los dos solos para cuidar del refugio en ausencia de prácticamente todos los habitantes del Major Morris. El silencio pesaba en un lugar que normalmente solía estar lleno de conversaciones, risas, discusiones... de gente y de vida, en definitiva.

En la cocina había quedado abandonada la olla en la que Skyler había comenzado a cocer algunas verduras y la preocupación que había impregnado los últimos minutos desde que Cassandra había sufrido ese extraño ataque aún flotaba en el ambiente, dejando un poso de incertidumbre en las gargantas de los dos hombres. 

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21/09/2018, 00:01
Daniel Green

Daniel olfateó el aire y después miró a Axel. Se encogió de hombros.

-Mujeres. No hay quien las entienda. Creo que por eso me gustan los hombres. Son demasiado complicadas pese a que afirmen que son sencillas. Lo que huelo debe ser la comida que Skye, debía estar preparando. Lo mejor que podemos hacer es terminar de prepararla e ir acondicionado esto para una posible emergencia médica. Además, si tienes intenciones de pedir asilo, mejor que vayas conociendo esto y trabajándote el estómago de los inquilinos de este paraíso. Y si tienes preguntas, aprovecha. Mucho me temo que en unas horas esto se va a convertir en un caos y si la premonición de Cassandra o lo que fuera, se hace realidad... No habrás llegado en el mejor momento. Venga, vamos a la cocina. 

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21/09/2018, 02:04
Axel Montenegro

Encogiéndose de hombros dejó que las chicas partieran, sin estar del todo seguro sobre si encontraba consuelo o no en que Skyler portara una navaja. Lo que sí estaba claro era que incluso abandonándolo había logrado sacarle una risa divertida al escucharla hablar sobre lo que había tocado antes para ella con tanto entusiasmo como para instarlo a compartirlo, así que ahora solo quedaba esperar, otra vez, a que todos volvieran. Empezaba a hacerse una idea clara de la dinámica de esto. 

Para su suerte, el silencio se quebró con la charla del chico que había quedado junto a él, y como introducción una confesión algo gratuita pero que no tenía razón alguna para incomodarle. - Dame un segundo - respondió cuando Daniel le invitó a ir a la cocina, yendo a su mochila de una carrera y sacando de ella la producción de leche y huevos de un día de Madre Laura - Traje esto, y si lo dejo ahí se echará a perder - le explicó, ahora sí siguiéndole hacia la cocina y dejando lo que había traído sobre la mesa. 

Sobre lo que decías... - sonrió, disculpándose por la interrupción - Yo ya dejé de entender a todo el mundo hace un tiempo, así que si eso anulara mis gustos estaría en problemas - bromeó riendo inmediatamente después - ¿Te importa si sigo yo con la cocina? Para no sentirme como invitado inútil, ¿sabes? - sonrió de medio lado, sin esperar respuesta para acercarse a prender el fuego con naturalidad. Sin duda se le veía cómodo en la cocina, por rudimentaria y simple que fuera en esta ocasión, como si el hecho de sostener la sartén ya le diera más confianza de la que ya tenía. 

En cuanto a preguntas no se me ocurren, pero si quieres soltarme alguna tú para conocerme más antes de votar, no hay problema. O si quieres contarme algo que deba saber sobre ustedes o sus costumbres, claro, que te lo agradecería. - su sonrisa se amplió con sinceridad. Después de todo, en tierras desconocidas, la más mínima guía era útil. 

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25/09/2018, 16:20
Daniel Green

Daniel recogió la leche y los huevos dejados por Axel sobre la mesa. Sin duda, un pequeño lujo solo al alcance de unos pocos, y ahora con el bebé, esa ración de leche sería más que bienvenida.

-¿No prefieres guardarlos? Dudo que nadie ponga pegas a tu entrada en el Morris, pero si ocurriera, tal vez prefieras llevártelos contigo. Son una buena moneda de cambio -dijo Daniel-. En cuanto a la cocina, toda tuya. Sin problemas. Y si necesitas algo, no tienes más que pedirlo. Lo único, ¿te apetece una infusión? Voy a prepararme una, así que no es trabajo añadir un poco más de agua.

Empezó a cacharrear y tras retirar un cazo, lo llenó con el agua del cubo que estaba en la cocina.

-Enciende el otro fuego también, por favor -pidió al tiempo que debaja el cazo en la zona de trabajo y se volvía para coger un frasco de cristal que contenía hojas secas de menta-. ¿Preguntarte para luego votar si te quedas o no? No creo que sea el más adecuado para ir indagando en vidas ajenas y juzgar en base a ello -sonrió tranquilamente-. En cualquier caso, imagino que cuando pidas quedarte, dirás qué es lo que te ha llevado a tomar esa decisión. Eso me bastará para tomar una decisión. Y por lo que respecta a la gente de aquí o nuestras costumbres, mejor no adelantar nada. Y no, no es por ocultarte cosas ni hacértelo más difícil. Más que nada es para que no tengas ideas preconcebidas o una percepción parcial de la realidad. Si te quedas, lo descubrirás por ti mismo. Si no te quedas, ¿para qué llenar esto de información que no te va a servir de nada? -señaló al tiempo que con el índice tamborileaba sobre su cabeza.

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27/09/2018, 03:24
Axel Montenegro

La oferta de Daniel sobre guardarse las cosas por si no le aceptaran le hizo sonreír, ya mostraba ser mejor persona que bastantes otros que habrían tomado los regalos y los habrían guardado antes de darle siquiera oportunidad de pensar en otra posibilidad. En cambio, el chico se la exponía por si no se le había ocurrido. - Normalmente te diría que sí, pero tienen un bebé con ustedes... no creo que alguien necesite esa leche con más urgencia. - Al menos, no alguien que conociera, y eso ya hablaba bastante de su interés sobre que recibieran esa leche por sobre los Morris. - Y te aceptaré la infusión. El café de achicoria no me dejó muy buen sabor en la boca. - bromeó con una sonrisa alegre, tomando nota de la generosidad de los habitantes del centro de salud. La amabilidad que mostraban, tan cotidiana en otros tiempos y tan escasa hoy en día, le provocaba un sentimiento de nostalgia cálido en el pecho.

A la orden del chico prendió el fuego, vigilando las verduras mientras el veinteañero disponía de las hierbas para preparar la bebida. Sus ojos se posaron en él con curiosidad al escuchar que no quería saber nada de su pasado o de quién era, haciendo incluso que dudara de su buen juicio. Se conocían casualmente, sí, pero básicamente era un completo extraño y la fe ciega del muchacho en que era una buena persona que no ponía en riesgo la seguridad de su refugio le tomó desprevenido. Agradecía la confianza, sin duda, pero de ser un asesino agradecería muchísimo más el descuido. 

Quizás exageraba. A fin de cuentas, había un par de personas en el grupo que habían tratado con él antes, y no era tan alocado pensar que pudiesen haberlo mencionado tras alguna de sus visitas. Quizás por eso Daniel confiaba sin mayor necesidad de interrogatorio, y ahí estaba él cuestionando medidas de seguridad en vano. 

Supongo que evitar prejuicios es buena idea - concordó sonriendo mientras cruzaba los brazos sobre su pecho con la intención de esperar más cómodo que las verduras se cocieran, sin embargo, al hacerlo había notado lo mucho que acolchaba la ropa que llevaba, lo que le hizo recordar que se había vuelto a poner las mil capas de abrigo en vano. - No soy un gran fanático de entrar a oscuras a algo, pero por otra parte... Si no hay misterio, ¿donde queda la diversión? - bromeó ampliando sonrisa en sus labios. Dejando de reclinarse sobre la pared cercana, se quitó mientras hablaba la bufanda, guantes y mil abrigos que usaba para no congelarse - Si no me los quito luego cuando salga acabo enfermo por no tener con qué abrigarme más, y no estoy en condiciones para darme el lujo de una gripe - se justificó, riendo un poco. 

Entonces, ¿de qué quieres hablar? - preguntó directamente, doblando la ropa a medida que la iba dejando sobre una esquina de la mesa - Porque si te sigues negando a mis temas de conversación, estas van a ser las horas de espera más largas de nuestras vidas - comentó en tono jocoso, mirándolo de reojo mientras se quitaba el último suéter que lo separaba de su atuendo normal y corriente. 

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29/09/2018, 10:33
Daniel Green

Daniel sonrió divertido. El agua hervía ya, así que arrojó un puñado de menta y el olor de la misma se extendió refrescante por la cocina.

-Dudo que te estés lanzando a esto a oscuras y sin cierto grado de apadrinamiento. Si te has decidido por el Morris tendrás tus razones. Cuando yo llegué, fue por mediación de Trish. Sabía que quería un cambio en mi vida y me ofreció la posibilidad de venir aquí. Es cierto que me habló de sus gentes y demás, aunque si he de serte sincero, vine por ella. Este es un mundo donde los amigos no sobran y cuando encuentras uno, mejor estar cerca -dijo-. Y para hablar, mejor hacerlo sin guión, ¿no? -echó una carcajada risueña-. No se trata de boicotearte ni nada parecido, ni que estemos en silencio hasta que la tropa llegue -sirvió la infusión en dos pocillos y ofreció uno a Alex-. Así que dime, ¿de dónde eres? ah, y si necesitas algo para eso -comentó señalando el puchero donde había estado cocinando SkYler-, no tienes más que pedirlo.

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03/10/2018, 20:30
Daniel Green

La taza calentaba las manos de Daniel, que esperaba paciente la respuesta de Axel. Sabía por experiencia que todas las preguntas eran sencillas pero que las respuestas podían no serlo tanto. Muchas veces exigían desvelar cosas que no deseaban airearse y a fin de cuentas, Daniel no era sino un simple conocido con el cual apenas había cruzado unas palabras.

-Tenías razón cuando decías que podían ser las horas más largas de nuestras vidas -dijo acompañando su comentario con una risa suave y agradable-. No quiero inmiscuirme en tus asuntos así que no es necesario que me respondas. ¿Quieres que te enseñe el huerto? -comentó pensando que aquello podía agradarle y desviar la conversación hacia otros temas más banales-. Es nuestra pequeña joya. De allí prodede esto -afirmó elevando la taza con la menta.

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04/10/2018, 04:44
Axel Montenegro

El fuerte olor a menta llenando la cocina le sacó una sonrisa al hacerle pensar en su abuela. Desde que había sido solo un crío, recordaba a su abuela ofreciéndole agüita de menta como remedio universal. Era la cura para todo mal, ese remedio casero infalible que se pasa de generación en generación, con una pizca de ingrediente secreto que jamás llegó a conocer pero que hasta el día de hoy sospechaba era un poquito de pimienta. La fórmula era sencilla. ¿Te dolía la cabeza? Agüita de menta. ¿Tenías gripe? Agüita de menta. ¿Estabas mal del estómago? Agüita de menta. ¿Tenías frío? Agüita de menta. ¿Tenías hambre? Agüita de menta. Para lo que fuera, agüita de menta. La excepción era para dormir, donde le podía tocar de toronjil o de menta, dependiendo de lo que a su abuela se le ocurriera era la razón que no le dejaba dormir. 

De fondo, escuchaba hablar a Daniel sobre como había llegado al Morris, y de como era buena idea mantenerse cerca de los amigos. Axel asintió, aunque no dijo nada, intentando mantener ese recuerdo de una vida anterior fresco en su mente por el mayor tiempo posible al tiempo que una sensación cálida se esparcía por su pecho. Tomando el pocillo de manos del chico sonrió con agradecimiento y se llevó la taza improvisada cerca de la nariz para cerrar los ojos y respirar su aroma. Hacía siglos que no sentía ese olor, mucho menos así de fresco. Quizás incluso desde la última vez que su propia abuela le había servido una, porque la última vez que recordaba haber probado la simple receta había sido al menos unos años antes de la peste neonatal, luego de eso obtener menta seca en bolsas de té ya era un milagro. 

Llevándose la taza a los labios bebió un muy breve sorbo, perdiéndose un poco en el momento por unos segundos antes de caer en cuanto se había abstraído de la conversación con el chico que estaba junto a él. El sabor había roto la ilusión, similar pero no idéntico al que recordaba, y le había permitido volver a poner los pies en la tierra un poco. 

Una sonrisa nostálgica se dibujó en la comisura de sus labios antes de volver a abrir los ojos y, sin perder la expresión de auténtica felicidad por ese simple detalle, mirar a Daniel de reojo. Nadie que hubiese vivido en el mundo de antes sentiría el más mínimo arrepentimiento o vergüenza por interrumpir su vida actual con un recuerdo así de absorbente, y él no sería la excepción. 

Lo siento, no te inmiscuyes en nada, es que hacía siglos que no bebía una agüita de menta - dijo estas últimas palabras en español - No me esperaba esto cuando dijiste infusión - sino más bien agua de cedrón, de manzanilla, o incluso un té. - No puedo ni siquiera empezar a explicarte cuanto lo extrañaba. - confesó dejando que su sonrisa creciera hasta mostrar los dientes. 

Soy de Puerto Rico de alma y sangre, pero de Estados Unidos por parto. Pensado en San Juan, nacido y criado en el Bronx. - bromeó con una risa agradable y un guiño - Mi familia era de allá, pero cuando yo nací ya llevaban como diez años aquí - explicó un poco, para no sonar como loco - Aunque te diría que podrían haber pasado dos siglos y aún así no dejarían que se les pegara lo gringo. ¿Y tú de dónde eres? - preguntó con curiosidad, aunque su atención se desvió de golpe. 

Recordando las verduras de pronto, las pinchó con un tenedor para ver cuanto les faltaba - Uff, por poco - comentó sonriendo. Si se hubiese distraído cinco minutos más las verduras se le pasaban, un poquito más aún y ya tenían puré de comida. - Sobre el huerto... ya me hicieron el tour por las instalaciones, y está precioso - sonrió de oreja a oreja - Con sistema de riego y todo, eso debe ahorrarles un montón de tiempo - comentó - Peero, si quieres podemos ir a buscar algún poquito de albahaca para darle un poco de sabor a esto. Te pediría laurel, pero no me pareció ver ningún árbol, así que mejor no me pongo ambicioso - añadió en tono divertido. Cualquiera podría ver que el solo poder optar por echarle especias a la comida con libertad ya le parecía alucinante. - ¿Sal y pimienta tienes? Uh, y ajo. Mmm, ¿hay ajo? - total, acabó por concluir, en pedir no había engaño.

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08/10/2018, 13:43
Narradora

Cuando el paso que había comenzado en una calle de las afueras de Queens terminó y el pie volvió a pisar el suelo, los tres muchachos y la vaca no estaban en el interior de esa nave medio derruida, sino en lo que un día había sido el vestíbulo del Major Morris. A su espalda tenían la puerta principal y alrededor el sitio que al menos dos de ellos habían terminado por considerar su hogar. 

Notas de juego

Venimos de: [Capítulo 2] No hay lugar como el hogar

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08/10/2018, 13:44
Narradora

Notas de juego

Venimos de: [Capítulo 2.2] Sugar Hill

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08/10/2018, 16:22
Narradora

Major Morris, 13 de noviembre de 2037, 14.00.

Había pasado tan sólo un cuarto de hora desde que Axel y Daniel se habían quedado solos y se habían metido en la cocina, pero el olor apetitoso de las verduras cocinándose ya flotaba en el aire cuando escucharon el sonido de la puerta principal del refugio abriéndose y a continuación los pasos de varias personas. Seguramente no habrían esperado encontrar lo que vieron al salir al pasillo. Trish había vuelto, llevando la bici por el manillar, pero no estaba sola.

Robin iba con ella y un paso por detrás de él había una chica de unos quince años. Tanto él como la chiquilla tenían la ropa y la cara llenas de manchas de barro, sangre y hollín. Sin embargo, lo más sorprendente era el animal pues junto a ellos había una vaca bastante flaca mirando a su alrededor como si buscase alguna brizna de hierba que masticar. La chiquilla desconocida tiraba de una cuerda que rodeaba el cuello de la vaca y en la otra mano tenía una prenda de tela que parecía un abrigo. 

 

No había dado tiempo aún a que nadie reaccionase cuando la puerta principal se abrió de nuevo para dar paso a Cassandra y Skyler, que parecían haber llegado a la carrera a juzgar por lo acaloradas que parecían. Cada una tiraba de una bicicleta. 

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08/10/2018, 16:33
[Titans] Hope

—¿Pero qué...? 

La  muchachita fue la primera en romper el silencio que se había formado en el antiguo vestíbulo del centro. Miraba alrededor, con los ojos muy abiertos y redondos y la boca también entreabierta por la sorpresa. Su expresión era de total confusión y su mano, que estaba entrelazada con la de Robin, tiró un poco del chico, acercándose a él como si fuese el único ancla de cordura que le quedase. 

—¿Qué...? ¿Dónde...? —No parecía capaz de terminar ninguna de las preguntas que se formaban al mismo tiempo sobre su lengua—. ¿Qué...?

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08/10/2018, 19:39
Daniel Green

-Mi madre era irlandesa. Del Bronx. Y de allí soy yo también. Así que algo tenemos en común -dijo al tiempo que se encogía de hombros dubitativo-. No te sé decir con exactitud. El inventario de todo ese tipo de cosas lo lleva Robin. Sal tenemos. Y me suena que laurel también. Es cosa de trastear un poco entre estos botes y seguro que algo encontramos. En cuanto al ajo, habría que mirar en el almacén...

Y entonces, el ruido de la puerta abriéndose y el murmullo de voces invadiéndolo todo le interrumpió.

-Parece que han regresado -dijo extrañado por el poco tiempo transcurrido-. Baja el fuego y vayamos a verles. A ver en qué ha quedado la visión de Cassandra.

Poco después se enfrentaba a todo un cuadro. Robin acompañado de Trish y una muchacha desconocida, Cassandra y Skyler y una vaca. Pero la sangre y barro no pasaron desapercibidos en la somera mirada de Daniel al grupo.

-¿Estáis bien? -dijo dirigiéndose a Robin y acercándose a él para observarlo más de cerca-. ¿Trish, Cassandra? -esperaba que ellas ofrecieran luz en aquel asunto. La recién llegada empezó a balbucear, confusa, ante el cada vez también más confuso Daniel-. Estás en nuestra casa, la casa de Robin y nuestra -dijo consciente de cómo le agarraba de la mano. Miró una vez más a Trish, encerrada en un momentáneo mutismo. No creía que trajera buenas noticias pese a la presencia de Robin.

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09/10/2018, 02:47
Trish

En cuanto Trish atravesó aquella puerta volvió a sentir ese vacío en el estómago y ese cosquilleo en el cráneo. Todo parecía cargado de electricidad estática, de energía, y al llegar al Morris miró alrededor con un leve brillo en los ojos. Sin embargo, su expresión no tardó en volverse taciturna. Tenía pinta de haber estado llorando.

La muchacha de pelo azul llevaba en una mano el manillar de la bicicleta y en la otra, enganchada a través del meñique, una de las manos de Robin. Y al parecer este llevaba de la mano a la otra chica, y ella a la vaca. Pero en cuanto estuvieron en suelo seguro Trish soltó la mano del pelirrojo y bajó la mirada al ver llegar a Daniel con sus preguntas y a los demás. Probablemente él nunca la hubiera visto así antes. Ni siquiera contestó a nada de lo que dijo el chico.

En lugar de eso Trish inspiró el aire de aquel sitio y su mirada se perdió un instante en lo que la rodeaba, como si buscase algo sin mucho espíritu por encontrarlo. Sus ojos se fijaron en un punto en dirección a las escaleras y se revolvió, claramente incómoda.

En lugar de mirar a cualquiera de los habitantes del Morris Trish se centró en la recién llegada. Caminó hacia ella y trató de tomar sin arrabatárselo el abrigo que llevaba en la mano. Después caminó hacia su habitación lentamente, dispuesta a estar sola. Sólo dijo a los demás tres palabras que para ella aún resultaban demoledoras.

—Nick ha muerto.