Partida Rol por web

Al entrar en la clase, observó que había dos grandes figuras, la del profesor y un muñeco feo, pero feo, feo. Buenos días señor Knower.

Se parece a mi padre - pensé malvadamente.

Si lo que hay que hacer es juntar nuestro poderes, hagámoslo - se dijo. Ahora más que nunca, la unión hace la fuerza. Apuntó con su varita hacia esa cosa y gritó:

¡Reducto maniquí!

La muchacha llegó con toda la calma del mundo a la clase. Aún así, llegó la segunda, sólo Morpho estaba allí. Había decidido saltarse la comida, pues no sabía muy bien la hora que era ni lo que tardaría el profesor en cerrar la clase.

Hola, Morpho.

Dejó su mochila sobre una de las mesas y sacó su varita. Miraba con poco disimulo a cada uno de los que entraban en la clase. Ni sonrisas ni saludos salieron de la muchacha. Su gestó sólo mutó ante la llegada del profesor.

Esperaba un conjuro más agresivo, pero no lo obtuvo. Sí, podía ser un hechizo útil... Pero ella no había ido a esa clase por esa birria.

Pero no podía hacer nada. Agitando la varita al igual que el profesor, lanzó el conjuro.

Reducto

Li entra en el aula y como siempre hace hace una reverencia al profesor al entrar tras lo cual se coloca en su sitio en una de las mesas mas adelantadas. La chica observa con interes la clase pero cuando el profesor pone la postura de esgrima se queda un poco extrañada, ella no conocia la esgrima, conocia en lugar de ello la lucha con espadas china.

La chica observa a sus compañeros hacer sus movimientos y realizar el hechizo, ella se queda esperando pacientemente a que le tocase mientras repasaba mentalmente lo que el profesor les habia dicho, por lo que parecia tenian que hacerle mucho daño al muñeco, asi que mira atentamente mientras todos lo hace.

Finalmente llega su turno y se coloca en el lugar frente al muñeco, por lo que habia visto primero tenia que poner una pose de ataque con espada, primero intenta imitar la pose del profesor, pero no le salia, asi que decide tomar una pose mas tipica de su pais

Mira fijamente y se concentra en el objetivo con su varita por encima de su cabeza preparada, y dice:

- Reductio

Con fuerza mientras apunta y mueve su varita de color rosa como si se tratase de un arma y fuera a acuchillar a su enemigo. 

Llegué sin resuello a clase, y miré mi reloj, deseando que no llegara tan tarde como supuestamente me revelaban las agujas. Fue en ese momento cuando me di cuenta de que las agujas no se movían.

Gemí y gruñí, cerrando los ojos, y teniendo ganas de destrozar el reloj bajo la suela de mis botas, pero preferí entrar en clase, y olvidarme de él.

Saludé al profesor con un gesto de la cabeza, y dejé la mochila en un rincón. Cogí mi varita, dispuesta a lo que nos pidiera el profesor, y lo escuché atenta con una sonrisa en los labios. No habría que añadir que Duelo era una de mis asignaturas favoritas, aunque no era del todo una lumbrera.

Alcé las cejas cuando anunció la noticia. No iríamos contra nuestros compañeros. No lucharíamos varita contra varita. Pestañeé varias veces, dubitativa, y con alguna que otra pregunta en mi mente, y miré al profesor con el entrecejo fruncido sin entender del todo lo que el profesor quería que hiciéramos.

—Oh— dije, escueta, al ver el maniquí. Quise acercarme más y verlo mejor, pero intuí que al profesor no le iba a gustar mucho que estuviera cerca de un objeto que iba a ser blanco de varios hechizos.

Me emocioné de manera increíble al ver cómo apuntaba el profesor con su varita al maniquí, hacía aquel gesto tan elegante, y pronunciaba el hechizo con voz clara y alta. Ahogué un grito cuando el brazo del maniquí cayó al suelo con un ruido sordo.

—¡Uala!— dije, emocionada.

Cogí mi varita con fuerza, y fui viendo cómo los demás compañeros iban haciendo el hechizo. Hice una postura también elegante, o, al menos, así me lo pareció a mí, aunque quería también dar un aspecto algo chulesco, y pronuncié el hechizo con voz alta, casi gritando:

—¡Reducto Maniquí!

Perry no era de esos que no soportaba usar los hechizos contra los demás, y menos cuando le ponían a las serpientes delante, así que lamentó el nuevo cariz que había tomado la clase de duelo. No le gustaba colaborar con los Slytherins pero la promesa de puntos extras y su sentido de la competitividad era superior a todo aquello. Sacó la varita y observó los movimientos del profesor Knower. No parecía nada del otro mundo el hechizo pero a la vez muy útil. Se pegó a Eyre pro si acaso la situación acabara en una batalla campal.

- Este hechizo sí que me gusta.- Le dijo sonriente y ajustándose la gafas sobre el tabique nasal.- Vamos a ello.- Los alumnos se pusieron en marcha pero Perry decidió esperar un poco. Cuando vio a Eyre pegar semejante "pepinazo" no pudo evitar reír a carcajadas e imitar las expresiones de su compañera.- ¡Wuala! Ahora yo...

- ¡Reducto!- Dijo con ganas, haciendo que partes del maniquí se hicieran astillas.

Llegué apresurada a la clase de la clase de Duelo, la practica propuesta por el Profesor Knower parecía interesante.
Lo saludo, con respeto. -Me disculpo por la tardanza. Trataré de hacer mi mejor esfuerzo Profesor.-.
Tomó asiento y espero a ver el desempeño de mis compañeros hasta que el fin, tomó mi varita y apunto al triste maniquí. –Reducto Maniquí- Y quedó mirando con pena al pobre muñeco.

James había llegado detrás de Lì a clase. Era una de sus favoritas, quizás la segunda detrás de Vuelo. No tenía buena cara ni de lejos. Estaba constipado, se notaba. Si completamente bien de salud no le salían las cosas, así menos. Sacó su varita y apuntó al maniquí. Acompañó un movimiento limpio de muñeca con una seca pronunciación.-Reducto Maniquí.- De la punta de su varita salió un rayo de luz que impactó en el maniquí resquebrajándolo un poco.

Luego se acercó a Lì.- ¿Cuándo acabe la clase...- Se giró y puso la mano delante de su cara Achís.- Si me puedes ayudar después con el hechizo de por la mañana.

Li sonrie levemente a James y le dice:

- Si... sera un placer ayudar...te con el hechizo esa clase no se me da mal, al contrario que esta jeje

Sonrie tocandose un poco el pelo poniendo expresion un poco rara, ya que no le gustaba ser mala en clases, sin embargo tenia aceptado que el duelo magico no era lo suyo

James se alegró de que Lì le fuera a ayudar con el hechizo. Aunque él también podía hacer algo por ella:

Si quieres yo te ayudaré en este hechizo a ti. Bueno, a ti y a quien lo necesite claro.

Li agacha levemente la cabeza y dice:

- Fēicháng gǎnxiè..esto..muy gracias..no, muchas...muchas gracias, porque creo que no lo he hecho bien con la magia

Se queda mirando el muñeco y como todos parece que han logrado algo menos ella y dice:

- No soy muy...gran...peleadora de duelo

Luego de terminado el hechizo, me quedo en silencio, realmente no sabía cómo puntuaría el profesor mi actuación en clase. Ya había cometido muchos errores al pensar que lo había hecho bien, para después comprobar que no era así. Escucho a James y a Lì húaL, hablar sobre practicar el hechizo. Pero guardo silencio, algo avergonzada. Ya Perry me había ofrecido su ayuda y no había logrado mejorar mucho en las prácticas.
De todos modos, no me vendría mal algo de ayuda. No quiero que sigan restando puntos a la casa de Raven, por mí culpa.

Susurré casi pensando en voz alta.

¡Ayyyys! ¡Por qué poco! Gritó el profesor emocionado porque casi lo consiguen los alumnos. Seguramente, dijo mirando a la oriental, si te hubiera salido a ti el conjuro, seguramente lo hubierais logrado. Igualmente habéis hecho un trabajo excelente, y estoy francamente emocionado por ello. ¡Sois unos jóvenes extraordinarios! ¡Excelente, excelente! Dijo aplaudiendo mientras contemplaba el estado en el que había quedado el maniquí.

La pena va a ser que no os pueda dar esos extra que os prometí. Aún así, os merecéis unos cuantos, en especial Eire que ella solita ha dejado al maniqui casi hecho añicos. ¡Enhorabuena, porque van 50 puntos para tu casa! A los demás, os doy simplemente 10 puntos, y a ti, dijo mirando a Li, a ti te los daré cuando vengas el domingo a recuperar el conjuro. Y... ¡no os olvidéis de avisar a Ryan! Ha faltado también a la clase, así que os premiaré si sois capaces de recuperarlo este domingo.

¡Enhorabuena, jovencitos, estoy muy orgulloso de vosotros! Gritó emocionado mientras se marchaba de allí dando saltitos de alegría.

Miré a Perry lanzar su hechizo, y lo felicité, divertida, pensando en el buen trabajo que había hecho, y en los puntos que nos conseguiría para la Casa.

Me gustaba aquella clase, y me gustaba ver cómo, poco a poco, el maniquí se iba quedando sin extremidades para después, casi estar totalmente destrozado.

Salté de alegría cuando todos hicimos los hechizos, y señalé una de las partes del maniquí de las que parecía salir un poco de humo blanco. Sonreí, divertida, y miré a Perry, señalándole el lugar.

—Mira, lo hemos destrozado— dije, mordiéndome el labio inferior para evitar reír a carcajadas—. Bueno, casi lo hemos destrozado enterito.

Escuché la resolución que daba el profesor, y lo miré con los ojos brillantes, expectante. Creía que nos iba a dar los puntos extras, pero vi que nos habíamos quedado a las puertas. Di un pisotón al suelo, algo frustrada, pero seguí sonriendo. De todos modos, había sido divertido desquitarse con el maniquí.

Fue entonces cuando me quedé con las cejas levantadas, y la boca entreabierta. El profesor me daba todos esos puntos a mí. A mí sola.  Por lo que había hecho.

—Gracias, gracias— dije, sonriendo, y aguantando las ganas repentinas de saltar sin parar.

Qué guay, qué guay, pensaba, mientras el profesor seguía dando puntos. Qué guay.

Miré a Perry cuando el profesor comentó la ausencia de Ryan. Seguí con la mirada al profesor cuando se marchó, y recogí mis cosas, mientras preguntaba a Perry.

—¿Por qué no habrá venido?— inquirí, mientras me colocaba la mochila al hombro, y la varita dentro—. Tendremos que ayudarlo para que recupere la clase.

Me terminé encogiendo de hombros, y miré a Perry.

—¿Qué harás ahora? ¿Quedaste con tu hermano y su amigo, no?

Morpho felicitó a la chica de Ravenclaw.

¿Alguien podría ayudarme ahora con un conjuro de transformaciones?, es el Mejoratem Voluptatem.

Li escucha las palabras del profesor, realmente se sentia mal porque no lo habia conseguido pero ya el hecho de que no hubieran conseguido los puntos extras por su culpa le hicieron sentirse aun peor, la chica mira al suelo mientras siguen las conversaciones, estaba realmente avergonzada por lo que habia sucedido:

- Por mi culpa no se ha podido hacer...no...soy lo suficientemente buena, soy una vergüenza...

En silencio asiente a lo que le termina diciendo el profesor sin levantar la cabeza y coge sus cosas sin decir nada a nadie, trata de no mirar a nadie a la cara y siempre con la cabeza baja coge sus cosas y sale del aula casi corriendo

- Sí, quedé aquí con mi hermano.- Y más le vale no darme plantón.La ausencia de Ryan era molesta pues con él podrían haberlo conseguido. No sólo eso sino que ahora tendrían que enseñarle el conjuro en su tiempo libre. A veces la gente podía ser una desconsiderada. Crystal al menos había venido y lo había intentado. Se acercó a ella para animarla un poco.- Anímate Crystal, ya verás como con un poco de práctica te sale. Si quieres practicar este u otro hechizo ya sabes.- Dijo mientras daba la espalda a las serpientes.

Escuché la respuesta de Perry, y asentí. Me acordaba de que había quedado finalmente con su hermano, y sonreí ante ello, me había caído bien, y parecía simpático.

—Estupendo, entonces— dije, mirando a Perry—. Seguro que le eres de gran ayuda— indiqué. Sentí una pequeña punzada de envidia, aunque seguí sonriendo. Tener un hermano con el que poder compartir ciertas cosas, y que pudiera ayudar cuando fuera necesario, era muy buen regalo.

Suspiré, algo nostálgica, y escuché la pregunta de aquel alumno de Slytherin.

—¿Mejoratem Voluptatem?— repetí, acercándome a él—. Yo puedo ayudarte— dije, señalándome—. A mí también me costó, pero es muy sencillo, ya lo verás— lo animé, riendo—. Tú, concéntrate, tranquilízate, y llévate la varia hacia la cabeza. Pronuncia las palabras claras, sin miedo. Y, nada— finalicé, sonriente—. Espera tu cana aparecer. 

Gracias Eire. Primero necesito volver a ver cómo lo haces, luego lo haré yo.

Asentí ante la indicación de Morpho, y saqué la varita, sonriendo.

—Vale, espero que me salga— dije, sacando la lengua, porque no las tenía todas conmigo—. A mí también me costó mucho, y también me ayudaron.

Me aclaré la garganta, me llevé la varita hacia la cabeza, y dije con voz clara:

—¡Mejoratem Voluptatem!

Pestañeé varias veces, y le enseñé mi cabello a Morpho.

—¿Ves la cana?— le pregunté, divertida—. Significa que ha salido— lo miré de nuevo, sonriente, y lo señalé con mi varita—. Venga, prueba tú, a ver qué tal.