Partida Rol por web

Ni siquiera los puntos ganados sirvieron para levantar los ánimos de Mircea. ¿De qué servían los méritos personales si sabías que habías hecho daño a un amigo? El gesto de Oliver solo recibió una señal de asentimiento con la cabeza como toda respuesta.

Al ver que Daphne salía presurosa, Mircea se decidió a seguirla e intentar interceptarla. Tenía que hablar urgentemente con ella y era algo que no podía esperar. Fue entonces cuando se fijó en el gesto de Oliver. Indeciso, Mircea se quedó en el pasillo que daba al aula viendo como se alejaba Daphne.

Oliver vio como Mircea parecia tener intencion de marcharse pero se detuvo. Apreto entonces el antebrazo de Ardeen ligeramente, indicandole que esperara- Espera un momento. - se disculpo, echando entonces a correr hacia Mircea. Se detuvo, cogiendo aire, frente a su amigo, mirándolo, con preocupacion-  Mircea...¿Estas bien? ¿Que ha pasado antes? .- le susurro. Suponia que Mircea agradeceria que no se enterara todo el mundo de lo que estaban hablando. Lo miró entonces, esperando su respuesta. Aun no comprendia por que habia reaccionado asi en el comedor.

¿Le he hecho yo eso?, soltó de golpe mientras apuntaba con el dedo la figura que se iba marchando. Posiblemente en los dos meses que llevaban en la escuela, ésta era la primera vez que Oliver veía a Mircea triste.

El era fuerte, al menos lo suficiente para aguantar cualquier cosa que le hicieran. Pero si era verdad que lo ocurrido a Daphne había sido su culpa, nunca sería capaz de perdonarse.

Guardo mi varita, y tras ajustarme la corbata, de un verde intenso, a juego con la camisa, me acerco a Ardeen. Habia estado mas ausente de lo normal, observando a las dos chiquillas de Hufflepuff. Me llamaba la atención que habia pasado, y parecía que pasara lo que pasara, Daphne se habia llevado la peor parte.

Apenas hice caso a los puntos que habia repartido la profesora, y cuando dio la clase por finalizada, avance hacia Ardeen, siguiendo con la mirada a Daphne cuando sale de la habitacion. Ardeen. ¿Estas bien?  Pregunto, mirandola con el ceño ligeramente fruncido. Me gustaria que hablaramos despues, si quieres. En un rato iré al patio. No le dice de que, hace una leve reverencia con la cabeza, con una media sonrisa, y se da la vuelta, cogiendo su mochila y abandonando la sala levantando la mano.  ¡Hasta luego!  Y en cuanto salgo al pasillo, comienzo a correr para alcanzar a Daphne, siguiendola a toda prisa.

Me cruzo con Mircea, en el pasillo, a quien sonrio ampliamente, señalandome los ojos y luego a el, cuando veo que nadie mas nos mira. No entendia que hacia corriendo hacia afuera, y ahora pararse alli.

¿Quien podia entenderlo, si hasta de tanto en tanto le da por hablar en raro?

Oliver no sabia que responder a Mircea. En cierto modo si, habia sido el, pero no habia sido intencionado... Solo habia sido un accidente. Negó, finalmente. -No Mircea... No fuiste tu. Perdio el equilibrio y se dio con la mesa. Ha sido un accidente, ¿vale?- intentó suavizar la cosa, al ver al chico tan triste. Y luego apoyo una mano en su hombro, conciliador- ¿Que te ha pasado? ¿Por que has saltado asi? Parecía como si te hubiera hecho algo horrible...

Mircea negó con la cabeza, imitando el gesto de Oliver. Agradecía sus palabras, pero su amigo estaba siendo demasiado bueno con él. Mientras, vio como primero Daphne y después Cassius desaparecían de su vista. Ya era tarde para ir detrás de ella.

Un accidente causado por mi. Gracias Oliver, pero sé que por mi culpa perdió el equilibrio. Miró al suelo compungido. No sé como arreglar esto, dijo más para sí, aunque Oliver pudo escucharle perfectamente. Sabía que tenía que resolver aquel desaguisado por sí solo, pero tendría que pensar sobre ello tranquilamente. No, no era el momento de hablar con Daphne, aunque no podría dejar que acabase el día sin hacerlo.

Escuchó perfectamente sus preguntas, pero no sabía si estaba preparado para contestarlas. Solo Daphne conocía sus problemas. ¿Confiaría en Oliver? Aún no lo había decidido. Al menos había conseguido recuperar algo de aplomo, gracias al apoyo de Oliver y a su propia decisión de hacer lo que fuera necesario.

¿Querías que te ayudara con el Flámatte, verdad?, volvió a levantar la mirada hacia su amigo; su tono de voz volvía a ser cortes y algo frío. Vamos a la Sala Común, allí podremos hablar mejor, propuso mientras miraba a través de la puerta de la clase los alumnos que aún no se habían marchado.

Oliver se encogio de hombros, cuando escuchó a Mircea decir que no sabia como arreglaria aquello- Quizás haciendo algo tan simple como pedirle perdon y decirle que fue sin querer. A lo mejor me equivoco,  pero no me dio la sensacion de que Daphne estuviera enfadada contigo... - le dijo, con aire desenfadado. Y después asintio, cabeceando en direccion a la sala comun- Vale, vamos si quieres a la sala comun... Pero alli me cuentas que te ha pasado, ¿vale? Me tienes preocupado. - le reconocio, mirandolo por el rabillo del ojo. Aun no sabia qué habia provocado aquella actitud.- Y, si quieres, te acompaño luego a hablar con Daphne. Ella tambien tenia que recuperar, ¿Verdad? - preguntó, sin tenerlo muy claro, mientras se perdia con Mircea por el pasillo.

Me había quedado preocupado por Daphne, y es más, Sara no había venido con ella, ¿qué habría pasado?. Iba a preguntarla cuando ella salió de la clase, así que supuse que no querría contarlo de momento y mi madre me decía que no estaba bien perseguir a las chicas, por lo que preferí salir de la clase e ir a los Terrenos Exteriores a ver si podía practicar algún hechizo más.

-Nos vemos en el comedor -dije mientras salía del aula.

Chicos voy a la biblioteca - digo a mis compañeros de Slytherin,

Necesito que me ayudéis con unos conjuros, así que si lo hacéis voy con vosotros, si no iré a la biblioteca a buscar como se hacen los conjuros

Arthur se relajó una vez hubo terminado la clase. El bazo se le había quedado algo entumecido por la presión a la que lo había sometido el conjuro. Y desgraciadamente no había terminado de apagarlo ni aunando fuerzas todos los de la clase... quizá si hubiesen estado todos presentes lo hubiesen conseguido. Se preguntaba donde estaría Sam. No era propio de ella quedarse dormida aunque... también a él le había sucedido en más de una ocasión, para su vergüenza pese a considerarse un estudiante correcto.
Antes de abandonar la clase se fijó en que los ánimos entre los estudiantes de Hufflepuff estaban un poco alterados. Cuchicheos, gestos abatidos y una Daphne, a quien recordaba como duelista orgullosa e implacable, que parecía huir de sus compañeros. Para colmo Cassius había salido corriendo detrás de ella. ¿Acaso todos habían perdido el juicio?

El muchacho se detuvo junto a la puerta con James.

-Tal vez podamos ayudarnos mútuamente... -le contestó- te acompaño.

Perfecto - le digo a Arthur

Salgo de la sala sin darle demasiada importancia a mi éxito. Tengo cierta prisa y no quiero perder más tiempo allí si no es necesario.

La Clase de Transformaciones es una de las clases obligatorias de segundo año que se encuentra en la planta baja junto al gran comedor, la asignatura la imparte la profesora Bastet, una extraña mujer felina.

Transformaciones consiste en cambiar las propiedades de alguna criatura, cosa o condición.

Este tipo de conjuros son muy útiles en situaciones de necesidad y muchas veces se usan en momentos de la vida cotidiana.

Sorprendentemente esta vez la clase estaba completamente a oscuras. No podíais apreciar donde se encontraba la profesora, ni tampoco donde estaban los pupitres. ¿Hogwarts se había quedado sin recursos y ahora no iluminaban las aulas? Eso era imposible.

Mientras ibais entrando torpemente a esa primera clase del año, donde estabais casi seguros que se impartía la clase. Pudisteis ver dos pupilas brillantes en el lugar donde el año pasado se encontraba el estrado.

Los que ya conocíais a Bastet, disteis por hecho que sería ella.

Acercaos a mi. Dijo la profesora al tiempo que os ibais acercando poco a poco. Algún que otro tropezón, también algún pisotón, pero al final, más o menos, lograsteis formar un corro entorno a ese par de focos de luz que no iluminaban nada.

De pronto la sala se iluminó tenuemente, de la varita de Bastet salía una pequeña llama que dejaba ver parte del lecho de hojas donde estabais acostumbrados a verla.

Bienvenidos a un nuevo año en Hogwarts, queridos míos. Ya sabéis que aunque sea el primer día no vamos a perder el tiempo y vamos a practicar un nuevo conjuro. ¡Estoy segura que os será realmente útil y que lo usaréis en más de una ocasión!

El nombre del conjuro se llama Vition Apperture. Dice al tiempo que hace girar la varita sobre sí misma y se toca con la punta su poblado entrecejo. Y como comprobareis sirve para que uno mismo pueda ver perfectamente en la penumbra. Es decir, con este conjuro podréis ver con claridad bajo la luz de la luna, con una sola vela prendida en una gran habitación o en lugares con visión reducida. Tened en cuenta que si no tenéis un foco de luz, por mínimo que sea, no servirá de nada. ¿Entendido? Y sin esperar la respuesta de nada, ni de nadie, apagó la llama que iluminaba la habitación dejandoos de nuevo en una total oscuridad.

Perry entró en clase algo confuso por la oscuridad, y palpando con los brazos por delante a la espera de encontrar algún tipo de interruptor.  Al final optó por sentarse y, ya en el suelo, logró vislumbrar unos ojos que brillaban en la penumbra. Interiormente ya estaba maldiciendo al profesor centauro por aquellas clases tan sumamente raras  cuando la profesora habló y Perry se quedó con la boca abierta. No podía creer su suerte,  era otra profesora, la Profesora Bastet. 

-¿No era Bast la diosa de los gatos? Si lo llego a saber hubiera traido a Gladius.- Había dejado a su gato a buen recaudo, pues no quería que el profesor centauro le lanzara un conjuro. Con este agradable cambio se tomó la clase de otra manera, mucho más receptivo.  Fue saludando a los alumnos que iban entrando, al parecer les tocaba con losleones, estupendo. Tenía ganas de verlos. 

Tras las explicaciones de la profesora se quedaron tan sólo con la luz de una llama y llegó el turno de poner en práctica lo aprendido. Con la varita fuera, realizó los movimientos para acabar diciendo las palabras mágicas.

- ¡Vition Apperture!

Afortunadamente, Eli no le tenía miedo a la oscuridad. Aún así, estaba abrumada... la profesora y su conjuro la impresionaron, surgiendo de nuevo dudas en ella, dudas de si era capaz o no de hacer correctamente el conjuro.

Cuando vio que un chico de la otra clase lo hizo, se envalentonó, ella no iba a ser menos. Así que apuntó su varita al único haz de luz visible y pronunció las palabras.

-Vition apperture.

Ya fuera que el nuevo curso le traía nueva suerte o que había aprendido más de lo que ella creía el año anterior, la sala se iluminó y todos pudieron ver su sonrisa. Lo había logrado.

La orcuridad no era algo que me importara así que estaba realmente tranquilo en esa estancia a oscuras mas cuando ví aparecer los ojos de la bastet un escalofrío recorrió mi espina dorsal.

- Eso impresiona. - pienso.

Luego presto atención a las indicaciones de la profesora.

Una vez a casi a oscuras de nuevo vamos intentando realizar el conjuro.

- Veamos que pasa.

- Vition Apperture.

Al instante mis ojos empezaron a ver perfectamente en la oscuridad. Pude ver a Diana Sonriendo y a Perry orgulloso de si mismo. Sin duda ambos habían hecho un buen trabajo.

Joey llegó del comedor dispuesto a comerse el mundo. Llegó casi corriendo, como casi siempre. Tenía el don de llegar justo a todos lados. Cuando de repente se mete en la clase que le corresponde nota que está a oscuras y sin querer ha empujado a algún compañero, aunque no es capaz de distinguir a quién debido a la oscuridad:

-Perdona, tío. Se disculpó Joey ¿Y si hubiese sido una chica? Daba igual, todo estaba muy oscuro para intentar ver nada.

Poco a poco y gracias a las indicaciones de la profesora Joey avanzó hasta el final y pudo ver unos ojos brillantes y titilantes. Escuchó las indicaciones y sacó la varita con tan mala suerte que se engamchó en la túnica y se cayó al suelo. Perfecto...A oscuras y sin varita. Joey se agachó para buscar su varita entre sus compañeros. Algún pisotón se llevó por estar tirado en el suelo y algún empujón se llevaron sus compañeros al intentar buscar Joey su preciado objeto:

-Ay!...Uy!..Perdón!!

Finalmente la varita se compadeció del chaval e hizo acto de presencia:

-Aquí estás!! Dijo triunfante a la par que se levantaba. Sin embargo no tenía clara su posición y al levantarse su cabeza golpeó uno de los pupitres.

-Mierda! Se oyó decir después del tremendo golpe. Joey se llevó la mano a la cabeza. Creía que estaba mareándose del golpe, pero finalmente se concentró:

-A ver si ya la vas a armar desde el primer día.

-Vition Apperture. Dijo a la par que movía la varita. Y parece que funcionó, la oscuridad en la que se encontraban dejó paso a la claridad. Echó un vistazo alrededor para saber su posición y saber a quienes había podido empujar o quienes le habrían podido pisar. Ese conjuro era estupendo.

Diana llegó a clase correteando, normalmente siempre llegaba la primera pero aquella vez se le habían adelantado. Tras ordenar tajantemente a Vicky que permaneciera fuera del aula, la lechuza venía más rebelde que de costumbre y encima había crecido... se adentró en la oscuridad del aula emocionada por comenzar con una clase tan chula.

- Walaaa... menudo par de ojos tan chulos... ¿Eres un gato gigante profesora? ¿Vamos a aprender a convertirnos en animAAAAAAAHHHHH!!!!...- exclamó cuando se llevó por delante una silla y le cayó algo encima, Diana estaba segura que había sido un libro a tenor del inmenso dolor que le ocasionó en su pie.

La chica comenzó a cojear mientras seguía avanzando hasta que finalmente se cayó en lo alto de la primera persona que se le puso por delante... Joey.

- Ups... perdona- le dio mientras tanteaba en al oscuridad y trataba de ayudar a quien había ayudado- ¿Joey?...- dijo después de identificarlo tras revolverle el pelo y meterle sin querer un dedo en la nariz y tirarle de una oreja- perdona... es que no te he visto... Vaya este conjuro parece que mola... voy a probar.

Tras rebuscar su varita entre los bolsillos de la túnica se concentró y exclamó.

- VITION APERTURE... pues no veo ni torta... - dijo decepcionada- Acabo de empezar el año y ya he fallado... Te va a tocar enseñarme este conjuro Joey- le dijo a su compañero mientras en realidad estaba mirando hacia un jarrón del aula, dándole la espalda a su amigo.

Gwendolin entró en la clase con el sigilo de un felino. Cuando se dió cuenta del tipo de clase que era no pudo evitar sonreir para sí misma, parecía que aquel año si que aprenderían cosas útiles...

Escuchó el alboroto de los Gryfindor y negó con la cabeza desaprobadoramente... deberían de estar en primero eran peores que bebes... 

De manera que esquivando los obstáculos con elegancia andando con lentitud y tanteando el terreno con manos y pies, se situó cerca de la profesora, sacó su varita y recitó el conjuro con tranquilidad. 

- Vition Apperture...- susurró, para su sorpresa lo único que pudo seguir distinguiendo eran los ojos de la profesora... cerró el puño sobre su varita, molesta por no haber realizado el conjuro correctamente...