Partida Rol por web

Iré con Marcus-dijo la niña poniendose la mochila al hombro- gracias Perry

La niña no hizo ningun comentario con respecto a aprender artes quiméricas. No sabía porque, pero Selena no la caía nada bien. Quizas fuese por su popularidad o porque seguía resentida por no haberla despertado y hacerla el vacio. Sin embargo no dejó notar sus sentimientos y añadió

Voy a darme prisa que quiero hacer mas cosas

Colin sonrió cuando vio que a Selena le dieron los 50 puntos. - ¡Excelente Selena! - Le felicité. - Yo ahora tengo que ir a recuperación... Así que nos veremos luego. - Entonces se fue hacia la recuperación.

-De acuerdo, suerte a los dos. Contesta Selena a sus compañeros y se despide a la vez de Gwen y Colin. Aunque Gwen parecía haberse ido ya.

-Vayamos con los Gryffindor a practicar. Se puso la mochila a la espalda y siguió a los leones al patio. -Esperadnos Diana, que vamos! Alzó la voz mientras se apresuraba para no perderlos.

Se debate entre si ir al lago para descubrir que se esconde en sus aguas o ir con sus compañeros a ver como practican magia, pero decide que ir al patio parece también interesante, así que sigue a sus compañeros... aunque ella no vaya a participar en la práctica.

Hoy la clase parecía algo distinta de lo habitual. Aquel lugar, que por la decoración parecía más bien estar al aire libre que junto al comedor, estaba llena de gatos y lechuzas. El profesor había tomado prestadas todas las aves de la lechucería y había soltado unos cuantos gatos por la sala.

Los pájaros piaban enfadados por la situación en la que les había comprometido Sarth y revoloteaban entre las cabezas de los alumnos que iban llegando y se iban sentando en los lechos de paja, en los tocones de madera o en el suelo. De cuando en cuando algún aleteo de una lechuza o alguna pata de algún felino os tocaba.

La clase parecía un gallinero más que un lugar serio.

Cuando estabais todos allí sentados y acomodados como pudisteis, el profesor alzó el dedo y os chistó para que no hicierais ruido.

De pronto, desenfundó su varita, la alzó y con un fuerte grito dijo:

¡Amannssus gatos y lechuzas!

Rayos rosados salían de su varita e iban a parar a cada uno de los gatos y lechuzas y entonces los animales se tranquilizaron dando la sensación de que podían convivir los unos con los otros sin ningún problema.

Boquiabiertos y asombrados por el conjuro del centauro os disteis cuenta de que éste aún se mostraba concentrado y cuando bajó la varita y perdió la concentración, las bestias comenzaron a recobrar su estado de ánimo original.

Mientras se iban recuperando os explicó:

Dicen que una imagen vale más que mil palabras, ¿verdad?

¡Oh disculpadme! Que mal educado soy, no os he saludado. Buenos días, queridos alumnos de Hogwarts. Acabais de presenciar el conjuro que amansa a los animales y las fieras e incluso algunas bestias mágicas.

Este conjuro os será de gran ayuda cuando queráis controlar a vuestras mascotas, pues os permitirá que se relajen mientras estéis concentrados. Y cuando dejéis de estarlo, el animal permanecerá relajado hasta que encuentre un nuevo estímulo que lo lo vuelva a excitar.

Como podéis ver es un conjuro cotidiano y que aquellos que viven en granjas seguro que lo han visto hacer a sus padres.

Bien, pues hoy vamos a practicar un poco el conjuro. Como habéis visto yo he sido capaz de tranquilizar a todos los animales, pero yo soy un transformista experto y vosotros unos simples novatos. Así que, lo mejor que podéis hacer es practicar y algún día quizá llegaréis hasta mi nivel.

Prestad mucha atención. Dice mientras levanta el brazo. El gesto es éste. ¿Veis bien todos? ¿Los del fondo, me veis bien? Después pensais en la criatura a tranquilizar y gritáis su nombre genérico o específico, como queráis. Y entonces veréis como un montón de haces de luces rosas saldrán disparadas a tantas criaturas como vuestro conjuro haya sido capaz de abarcar. El conjuro es sencillo, pero cuanto mejor os salga, podréis tranquilizar a más cantidad de criaturas y de más gran tamaño.

¡Todo el mundo a practicar ahora mismo!

Bien... - me dije.

No creo que tenga mucha dificultad - pensaba, siendo algo chulito.

Imité los gesto de nuestro profesor y grité, apuntando a una lechuza oscura, que parecía estar muy nerviosa:

¡Amannssus Lechuza! 

Se calmó al instante...

¡Vaya!, parece que esto no se me da nada mal...

La clase es una locura, toda llena de pájaros y gatos nerviosos. De repente observo como el profesor los calma a todos con un nuevo conjuro que todavía no conozco.

Presto atención a la explicación de como se realiza el encantamiento.

- Bien. No parece muy difícil. - pienso.

Según el profesor termina de dar la explicación me dispongo a realizar el conjuro.

- Amannssus gato. - digo apuntando a un Gato Negro que correteaba tras una Lechuza.

Tímidamente empiezan a formarse haces de luz rosas que se dirigen hacia el Gato, el cual se calma en cuanto estás hacen contacto con su pelaje.

- Bien. - comento. Otra prueba superada.

Diana dejó a su lechuza fuera, en aquella ocasión tuvo que ponerse muy seria con ella pues el ave se había percatado del bullicio animal del interior de la clase y quería entrar, pero finalmente la niña consiguió convencer a su lechuza.

Cuando entró en clase saludó al profesor, a Noah y a un chico de Ravenclaf, aunque no recordaba su nombre. Una vez que el profesor hizo su demostración, Diana se dispuso a hacer lo propio y justo cuando estaba eligiendo  un objetivo, Vicky apareció sobrevolando la clase muy excitada.

-VICKY...AMANNSSUS VICKY-exclamó la niña con desesperación tratando de calmar a su mascota, pero lamentablemente no realizó los mismos movimientos que el profesor y Vicky continuaba reboloteando sin control.

Gwendolin entró a clase con sonrisa siniestra mientras sus ojos se posaban el chica de Gryfindor y su mascota, cuando la chica fallóel conjuro, Gwen desenfundó su varita y apuntando a la pelota voladora con plumas, entonó el conjuro al mismo tiempo que realizaba de forma mimética los movimientos precisos.

-Amannssus Vicky-la lechuza pareció calmarse y entonces se dirigio a Diana y le dijo-deberías tener más cuidado con tu periquito, niña.

Perry lleva a clase de tranformaciones con Gladios en los brazos. Al entrar un olor a granja inunda toda la clase. Lechuzas, gatos y ...el centauro profesor estaban en la clase. Gladius encorvó el espinazo y bufó a un gato que se apoximó a Perry.

- Cálmate amigo.

En eso el Profesor lanzó un hechizo que dejó a todos los animales mansos como agua estancada.

- ¡Oiga...!-Perry iba a reprender al profesor por haber lanzado un hechizo a su gato, pero después se mordió la lengua y se sentó con resignación mientras acariciaba el suave pelo de su mascota, que ahora era de un tono azulado. Escuchó a regañadientes las explicaciones del conjuro y como el profesor se pavoneaba de sus habilidades. Sacó su varita y apuntó a una lechuza moteada que parecía a punto de saltar a por una presa.

-Amannssus  Lechuza moteada- Dijo con pocas ganas pero con mucho coraje.

Al menos la clase era con los Leones. Vio  a la amable Diana y como Gwen realizaba el hechizo sobre su mascota. Eso a Perry no le parecía bien pero reconocía que la pelirroja tenía estilo.

- Ey Diana, ¿cómo estas? ¿esto parece una cuadra eh?- El joven arrugó la nariz mostrando que estaba incómodo entre tanta pluma, pelo de gato y olor a animal. Después se quedó pensativo. Esperaba que el Profesor no se hubiera sentido incómodo por sus palabras.

Diana consiguió atrapar a Vicky, la estrechó entre sus brazos y comenzó a acariciarla.

- Ya está bonita... -le dijo con dulzura, entonces se volvió hacia Gwen para darle las gracias. Algo en su expresión no le gustó, aún así le sonrió- Vicky no es un periquito, es una lechuza... todavía es pequeña, pero crecerá y se hará mucho más grande, ya lo verás- ¿porque había llamado periquito a su lechuza? quiso rebatirle más cosas, pero entonces Perry la saludó- Hola Perry, huele un poco mal la clase sí, pero está muy animada... ya veo que te ha salido el conjuro... yo es que me he puesto un poquito nerviosa, le dije a Vicky que no entrara y es raro... suele hacerme caso, no se le que le habrá pasado, la verdad.

Perry continua hablando con Diana medio en susurros.

- Sí bueno, es normal. Ya había visto a mis padres realizar el conjuro. Pero no me gusta usarlo sobre Gladius, ¿Sabes?. Para mi él es como un amigo, no creo que a la gente le gustara que les controlaran su estado de ánimo con un hechizo , ¿no crees?. - Cuando dice esta última frase no puede evitar  echar una miradita a Gwen. ¿Funcionaría el hechizo Ammanssus sobre ella?. Sin pensar mucho más levantó la mano  para realizar una pregunta al profesor.

- Profesor, ¿este hechizo funciona con humanos o con... semihumanos?

Cuando vio el revuelo que causó la lechuza Vicky se alegró de que su gato no la hubiera seguido hasta allí, no le hubiera gustado practicar con él el hechizo y que saliera mal. Pero sí pensó que debía de praticar con uno de aqeullos gatos por si en el futuro tenía que calmar a Enzo alguna vez.

Eligió a un gato pardo, que parecía estar jugando consigo mismo, saltando y restregándose por el suelo.

-Amannssus, gato pardo- esta vez mantuvo su varita firme, apuntando al gato travieso. Intentó concentrarse, para no reírse por las gracietas del minino y que le pudiera salir bien el conjuro.

Cuando el gato dejó de moverse, más tranquilo, Eli se acercó a acariciarlo.

-Ya no pareces tan salvaje, monín. Te mereces un descanso.

Niko llego a la clase a tiempo para escuchar al profesor, caminó un poco, una lastima que Ulthen se hubiera quedado en el cuarto, aunque le vendría bien por si se ponía nerviosa, era una pena que no hubieran serpientes por ahí. Se acerco a una lechuza que no paraba quita y sacó la varita imitando los movimientos del profesor.

-¡Amannssus Lechuza!- los rayos rosados se lanzaron a por el animal y esta detuvo su incesantes movimientos y calló, moviendo la cabeza de un lado a otro. Nikolay se mantuvo concentrado para que siguiera así hasta que no pudo mas y bajo la varita, y el animal volvió a volverse loco.

-Profesor Melem ¿solo funciona si mantienes la concentración?-preguntó mirando al centauro pensando en que quizás solo fuera por que era un novato.

Joey entró en clase y se entristeció al ver que había tanto animal suelto y él no había traido a Spyke. Entonces salió corriendo y cinco minutos después volvió a aparecer con Spyke bajo el brazo y una gran sonrisa.

-Vaya, no sabía que era el día de las mascotas. Dijo triunfante. Entonces Spyke saltó de entre sus brazos y comenzó a molestar a un par de lechuzas que encontró. En ese momento el profesor explicó lo que tenían que hacer. Cuando Joey volvió la mirada hacia Spyke vió que estaba siendo atacado por un par de lechuzas que le habían escogido como comida del día.

-Eh.... Amannssus lechuza albina! gritó a la par que movía la varita. Entonces una de las lechuzas quedó hipnotizada y la otra sorprendida dejó a Spyke tranquilo, que se revolvió y le mordió una pata antes de salir corriendo a esconderse al lado de Joey.

El muchacho recogió a Spyke y no dejó que nadie se acercase.

-No es para comer. Recriminó a las lechuzas

Selena entró a clase y se quedó maravillada con el espectáculo que había montado el profesor. "Vaya, me recuerda al Nido!" Pensó mientras se le escapaba una sonrisa.

Algunos de los alumnos habían traído su mascota. Sin embargo, ella no había traído a Flurry. "Bueno, tampoco le gustan demasiado los espacios reducidos."

Prestó atención a la explicación del profesor, pero ella ya había visto ese hechizo miles de veces en la granja de sus abuelos.

Sacó su varita e intentó calmar una de las lechuzas, que eran las que más follón estaban haciendo.

-Amannssus Lechuza! La lechuza descendió suavemente y se posó al lado de la niña, expectante. Selena volvió a sonreír.

Ejecutó de nuevo el hechizo un par de veces más, con un resultado similar. Al cabo de poco, la Ravenclaw tenía una hilera de pájaros calmados y mansos.

Llegaba tarde, y cuando entré me miraron todos y me sonrojé de vergüenza. Sin esperar más tiempo me fui a algún lugar de la clase dónde podía estar y sin interrumpir más la clase. Una vez terminó de el profesor de explicar las cuatro cosas nos pusimos a ello.

Habían animales por la clase, había que calmar a uno. Escogí la victima, una lechuza.

¡Amannssus lechuza! - Dije haciendo los movimientos pertinentes al conjuro. Entonces la lechuza se calmó. Sonreí un poco aunque sabía que no podían verme.

Diana no había escuchado nada de lo que Perry le había dicho, entre el griterio de ls animales y la intranquilidad de Vicky, se estaba empezando a poner tan nerviosa como los animales. Tras asentir a lo que fuera que le estuviese diciendo Perry miró a su alrededor, parecía que todos estaban teniendo éxito menos ella, así que trato de alejarse del centro de la clase mientras sujetaba a su lechuza, entonces chocó con alguien, cayó al suelo y Vicky se le escapó de las manos.

-Ay... vaya, hola Colin-le dijo a su amigo, desde el suelo, afortunadamente Vicky decidió quedarse con su dueña mirándola con interés-ahora decides calmarte... pues te has quedado sin chuches-amenazó a su mascota mientras esta se ponía a acicalarse las plumas.

- Vaya hola Diana. - Le dije con una sonrisa. - ¿Puedo tocarla? - Le dije mientras me sentaba a su lado y miraba a Vicky.

-Si se deja, si..- le dijo a Colin mientras atraía a Vicky con una galleta para lechuzas. El ave se acercó dando unos saltitos y se puso a picotear de la mano de Diana-prueba ahora Colin, suele ser una lechuza buena, no se lo que le ha pasado hoy...