Partida Rol por web

Nada más entrar en el dormitorio, Asterope sacó los libros y útiles de trabajo de su mochila y los colocó todos. Luego se quitó el uniforme y empezó a cambiarse. Como Linc se había quedado un rato más en el comedor, no se dio demasiada prisa, pues sabía que podía tardar. Sacó de su baúl el bañador y se quedó mirándolo. ¿Será buena idea meterse en el lago? No sabía qué temperatura habría, aunque siendo aún principios de septiembre, estaba claro que el tiempo aún podía ser agradable. Bueno, no parecía que hiciera mucho frío hoy. Además, las posibilidades de que Linc me tire al agua son bastante altas, así que mejor que lo haga llevando un atuendo adecuado.

Así que se puso el bañador y, por encima, unos vaqueros, la camisa verde y un jersey de lana hecho a mano, por si refrescaba. Entró al baño a por su toalla, que guardó en la mochila vacía, y ya estaba lista para bajar de vuelta a la sala común.

Kendra entro en la habitacion junto a Ludmila, con una enorme sonrisa en el rostro y cierto aire ensoñador que cuadraba con ella tan poco como la palestina roja que llevaba puesta al cuello y que, claramente, no era parte del atuendo habitual de la Slytherin.

-¿Como ha ido la tarde? Siento no haberme unido a vosotros... Al final... se me hizo tarde. - dijo, con una sonrisilla, mientras dejaba sus cosas en su sitio. Y acabó por quitarse el pañuelo para ponerse el pijama solo que, en lugar de echarlo en el baul, con el resto de cosas, lo colgó en el cabecero de su cama, con especial cuidado.

A continuacion se puso el pijama, tras ir rapidamente al baño y cuando volvio lista para irse a dormir, se acercó un momento a su baul, sacando de éste su cuaderno de dibujo y un lapiz.

Y, mientras esperaba seguir charlando con Ludmila, se sento en la cama, tapándose con las sabanas y abrio el cuaderno por la primera pagina sin pintar, esbozando una diminuta sonrisa antes de ponerse a dibujar, con aire concentrado y aquella sempiterna sonrisa en los labios.

Asterope entró empapada en la sala común, donde vio a sus dos compañeras de curso. Hola chicas. ¿Qué tal la tarde-noche? ¿Alguna novedad? Kendra, sin duda, tenía una cara totalmente distinta a otras ocasiones. Se la notaba mucho más feliz.

Sacó la toalla de la mochila y fue un momento al baño a ponerse el pijama y secarse del todo. Cuando salió, dejó colgada la camisa mojada, y que aún llevaba en la mano y los pantalones, que seguían tan calados como cuando salió del lago con ellos puestos. Se sentó en la cama y sacó el libro sobre Encantamientos que había sacado de la biblioteca. Pero, antes se acordó de una cosa.

Por cierto, Kendra, esta noche Anthony ha preguntado por ti. Dijo que tenía ganas de verte... Otra persona habría hecho ese comentario con una sonrisilla pícara en la cara, pero no Asterope. Ella simplemente se limitó a transmitirle el mensaje a su amiga. No sé qué le habrás dado, pero está tranquilísimo. ¡Hasta ha hecho las paces con Linc! Después de Encantamientos quedaron a hablar y, al parecer, ahora se llevan bien. Esta parte sí que la contó alegre y con una expresión llena de orgullo. Sabía que los esfuerzos de todas habían conseguido lo que al principio parecía imposible. Se han unido solo para atacar a los de Hufflepuff, pero es un avance.

Los hombres no son fiables se oyó la voz de Sam al tiempo que la puerta se cerraba. Si queréis dominarlos, no podéis esperar nada de ellos. Se acercó hasta su cama donde Negro le esperaba con una rata sobre la cama muerta y casi devorada. Cogió su cuenco de la comida y se la echó dentro, sacudiendo las sábanas para quitar los restos.

Si hay esperanzas en los Slytherin de primero, sois vosotras, no ellos. Negó, acercándose al baúl y, abriéndolo, echó su mochila dentro.

No esperéis grandes cosas de ellos. O mejor, no esperéis nada. Se sentó en la cama y miró directamente a sus compañeras. Son hombres.

Kendra alzo la vista del cuaderno en el que seguia dibujando cuando escucho a Asterope entrar en la habitacion- ¿Ya has vuelto? Pues si que os habeis dado prisa... - saludo en primer lugar a Asterope. Se centro entonces en su pregunta y, como si llevara años esperando a que alguien le hiciera aquella pregunta, saltó como un resorte. -Pues.... Chicas, tengo que contaros algo... He... he conocido a un chico. - dijo con una sonrisilla y el cuaderno sobre el regazo. Un cuaderno en el que se veia un boceto aun a medias de una persona. 

Y a juzgar por la forma en la que se le iluminó la cara, aquel chico no habia causado en ella el mismo efecto que el resto. - Ha sido una tarde genial. -concluyó, como resumen general.

Fue entonces cuando Asterope le hablo de Anthony, lo que hizo que aquella luz se apagara ligeramente, pero no tanto como para dejar de resplandecer- ¿Yo? Bueno, solo hable con él y le dije que habia otra forma de hacer las cosas... Y bueno, he intentado ayudarle con el tema de los conjuros... Supongo que querra verme por lo de la clase de antes. Me ha alegrado mucho que esta vez el conjuro le saliera a la primera. - reconocio, sin darle importancia a aquel hecho. Lo que si le sorprendio era lo de la "amistad" entre los dos Slytherin- ¿En serio? Eso es genial. Me alegro de que por fin los dos hayan entrado en razón. Buen trabajo chicas. - dijo con una sonrisa radiante, mirandolas a ambas, orgullosa de lo que habian conseguido entre todas.

Y, cuando llego Sam, con todas aquellas sentencias, Kendra acabo por ladear la sonrisa, divertida- Bueno, de momento, al menos, hemos conseguido que no nos quiten más puntos por matarnos entre nosotros. Y eso, ya es un logro. - dijo, de buen humor. En realidad, habian cumplido su primer objetivo. Quizas ahora podrian fijarse uno nuevo.

Asterope levantó la mirada de "Encantamientos Básicos para Mentes Complejas" en cuanto Kendra dijo que había conocido a un chico. No tenía mucha experiencia en estas cosas, pero se imaginaba que cuando alguien soltaba algo así, no era porque hubiera conocido a un cualquiera. De hecho, ella misma había conocido a un muchacho nuevo esa tarde y no tenía la necesidad de ir divulgándolo.

Así que supuso que se trataba de algo más serio y se decidió a seguir preguntando, algo tímida, pues no sabía muy bien qué decirle. ¿Un chico? ¿Y quién es? Desde luego debía de ser alguien muy especial para haberle arrancado esa sonrisa a Kendra. ¿Es de nuestro curso o es mayor? ¿Lo conocemos?

Habría seguido hablando de los progresos con Linc y Anthony, pero vio en la cara de su amiga que, aunque estaba realmente contenta porque se hubiera arreglado todo, ese tema no le interesaba tanto en ese momento. Sí, esperemos que les dure esta amistad y no nos metan en líos.

Luego apareció Sam de la nada y, sin saludar, empezó a despotricar contra los hombres. ¿Y esta ahora por qué nos habla? Después de pasar de nosotras durante tanto tiempo... Es rara con avaricia. Le alegró comprobar que, a pesar de su aspecto psicópata, al menos confiaba en las chicas para sacar adelante a Slytherin. Como dice Kendra, hemos progresado con ellos. Creo que lo estamos haciendo bastante bien. Sobre todo teniendo que controlar a dos elementos como Anthony y Linc.

No he dicho que no lo hagáis bien contestó la muchacha a sus compañeras de dormitorio si no que no podéis bajar la guardia. En cuanto alguien les caliente la cabeza, saltarán y la liarán sin pensar. Y es algo que un Slytherin no se puede permitir. Destacamos por encima de los demás por ser astutos e inteligentes.

Se levantó y se cambió. Cuando se iba a meter en la cama, volvió a mirarlas.

Ah advirtió no alimentaría su "ataque" contra Hufflepuff. No se en qué está pensando Cassius, pero las relaciones con esa casa son bastante buenas. Es muy probable que, si le hacen algo a alguien, ni las buenas palabras de Cassius lo solucionen.

-¿Un ataque contra Hufflepuff? ¿Por lo de antes? - pregunto, algo descolocada, ante las palabras de Sam. Se habia perdido un buen episodio. Lo que estaba claro es que Sam tenia razon en algo, algo que a Kendra no se le habia pasado ni por la cabeza hacer: bajar la guardia. Desde el principio, Kendra tenia claro que, si querian buenos resultados, deberian optar por un seguimiento continuo. Estaba claro que ambos chicos seguian siendo una caja de bombas y que eso no cambiaria de un dia para otro.

A Kendra le parecio graciosa la forma en la que Asterope levanto la mirada para observarla. Sin embargo, eso no hizo que se retrasara a la hora de contestar a su pregunta; más bien se la notaba bastante emocionada, a pesar de sus esfuerzos por mantenerse comedida y sin perder la compostura.

-Es de primero, como nosotros. Y es un chico genial. Nos conocimos esta tarde, en el patio, mientras escribia a mis padres, y lo cierto es que tenemos muchisimas cosas en comun... - comencé a explicarle, como si aquello llevara siglos luchando por salir de mi interior- Si hasta tenemos un hurón idéntico los dos... - añadi, a modo de anécdota- Hemos estado hablando toda la tarde. Y mañana hemos quedado despues de clase de duelo para ir a dibujar... Es increible. Es la primera persona con la que comparto tantas cosas...

Para Kendra, que no estaba acostumbrada a estar con otras personas de su edad, conocer a alguien que compartiera de aquella forma sus inquietudes era algo genial. Y lo cierto es que aquella tarde, ambos habian conectado de una forma increible.

Y, cuando Asterope le preguntó por el nombre del chico, Kendra la miro, aun con aquella media sonrisa en los labios. - Ithan. Ithan Trace Rosier. - dijo, reproduciendo aquellos dos apellidos unidos a una larga tradicion mortífaga. E hizo una pequeña pausa antes de añadir la ultima informacion sobre el chico. Una, sin duda sorprendente- De Gryffindor.

Pues al final resulta que esta chica tiene más cabeza de la que creía, pensó Asterope al escuchar a Sam. Efectivamente, estaba totalmente de acuerdo con ella en que no debían animarles en el ataque a los Hufflepuff. Ese tipo de acciones era más propio de salvajes irracionales, no de Slytherin. Y aunque era cierto que había unido a los dos chicos, Asterope nunca estuvo de acuerdo con el plan. Esperaba que, al final, todo se quedara en palabras. Sabes, Sam, tienes toda la razón. Ese es el problema con ellos, que en cuanto se calientan no hay quien los pare. Es verdad que no hemos empezado bien con los Hufflepuff, pero solo ha sido con un alumno, no con todos. No es prudente que nos enfrentemos a una casa entera. Sobre todo si, como dices, hay ya una buena relación.

Luego Kendra siguió hablándole de ese misterioso chico, de todas las cosas que tenían en común. ¿En serio tenéis la misma mascota? Qué casualidad, Sócrates no es un hurón común. De vez en cuando iba haciendo algún comentario a sus palabras. Así que otro artista como tú... Debía de ser increíble conectar tanto con alguien como su amiga lo había hecho con ese muchacho. Asterope aún no había conocido a nadie con quien compartiera tantas cosas. Aunque supongo que también es interesante que dos personas muy distintas aprendan del otro, ¿no? pensó. Dependerá de lo que busque cada uno.

Cuando le mencionó el nombre, la pequeña Bletchley escuchó la voz de su abuelo en su cabeza, cuando le contaba historias del pasado. Trace... Rosier... ¿Esos no fueron mortífagos en su época? Y, sin duda, adoptó una expresión sorprendida al ver que el chico era de Gryffindor. Otro que, como yo, no sigue los preceptos de su familia. Pues me alegro mucho de que hayas conocido a alguien así. Se te ve muy contenta.

Ludmila hablaba con Kendra, mientras iba y venía del baño a la habitación. Se había soltado nuevamente su larga y sedosa cabellera, y usaba un camisón con unos detalles calados. Les había comentado que había perdido la tarde leyendo en los jardines un tratado de Adivinación que le había aburrido de sobremanera.

Kendra había usado el atuendo delante de todos, evidentemtente no le importaba que la gente preguntara, pero había decidido respetar su intimidad hasta que ella misma se soltara. -Juraba que te habías encontrado tirada por ahí esa palestina...dijo irónicamente la blonda con una media sonrisa cómplice a su amiga. He escuchado el apellido de la boca de mi tía abuela, dice meditabunda Veo que ese chico te ha impresionado Kendra, realmente me alegro por tí...espero conocerlo, a lo mejor tiene algún amigo interesante para mí. Ludmila no hablaba en serio, no quería inmiscuírse con ningún muchacho, eso implicaba tiempo y dolores de cabeza. Ella era fría, calculadora y no tenía experiencia en las cuestiones del corazón. Pensaban que debilitaban la voluntad. Por lo pronto, creo que Asterope ya tiene pareja. Riendo nuevamente mirandola con el entrecejo fruncido en una mueca divertida. Esas excursiones nocturnas ya son una tradición, verdad?...

Escuchó las palabras de Sam atenta y asintió a los de Asterope. -Lo sabemos, por eso hemos intervenido en el asunto y lo seguiremos haciendo. Aunque todavía tengo fe en que se puedan enderezar. Además lo positivo de este...altercado, con los de Hufflepuff fue como ha dicho Asterope, fue que ha unido a Linc y Anthony. Parece sopesar algo nuevamente y después de una pausa dice. Aunque no hemos considerado algo, y es que Aiden, puede ser un elemento que ayude a fortalecer los lazos entre los chicos. Por lo que ví, es un chico tranquilo y meditabundo, podría servir...pensando en voz alta.

Va a la cama y se tapa con la sábana. -Yo tampoco consideré ningún ataque contra los Hufflepuff, las gemelas y otros engendros mutantes bastarán para que les sigan quitando los puntos, sin hacer nada. Aunque pensabamos invitarlos a la fiesta del domingo, claro esta...dice con su voz melodiosa y tranquila a Sam con una sonrisa socarrona.

Tomó un frasquito y tomó el líquido de su interior. Todavía no había hablado con la profesora de Transformaciones...debería hacerlo en algún momento.

Sam no hizo comentario sobre el "novio" de Kendra. No sabía quién era, sólo que no era de Slytherin. Y eso era algo en lo que, aunque no era correcto, no iba a meterse.

Os echaré una mano con Anthony su sonrisa macabra apareció en los labios. Se cómo recordarle quién es y cómo debe comportarse. Y Kendra no quería, pero tuvo que advertirla si mi primo se ha fijado en ti, que no te vea con ese chico. Lo peor para un hombre es un corazón roto.

Se giró para mirar completamente a Ludmila. Su sonrisa había desaparecido, pero una mirada escrutadora se posicionó en su lugar.

Ludmila, me gusta como piensas. Esa forma de utilizar a los demás, sin ningún tipo de reparo, manejando los hilos pero sin que se den cuenta... Perfecto

En ese momento, su gato Negro saltó sobre su regazo, y Sam empezó a acariciarlo.

Ludmila se animó a comentar sobre los diferentes temas. Asterope sonrió cuando la rubia le dijo a Kendra que se alegraba por ella, pero esa sonrisa se le borró de la cara cuando insinuó que ella tenía ya pareja. Enrojeció por completo en un segundo. ¿Pareja? ¿Dices Linc y yo? ¡No, no, no! Solo somos amigos... Yo no quiero ese tipo de relación. Me lo paso muy bien con él, por eso vamos juntos, pero nada más. ¿Novios? ¿Ella? Quizás cuando creciera un poco más. Pero ahora, con sus 11 años, ni se lo planteaba.

Por suerte, cambió rápido de tema. Aiden podría relajar a esos dos, sí. El problema es que hay que actuar rápido. Es un chico demasiado retraído y manipulable. Linc y Anthony podrían hacer lo que quisieran con él, si no intervenimos nosotras antes. Sam volvió a hablar. En ese rato había oído más su voz que en todo el tiempo que llevaban en Hogwarts. Tu mano sería de gran ayuda con Anthony. Como prima suya que eres, lo conocerás bastante bien.

Kendra sonrio, y continuo dibujando en su cuaderno. Queria acabar aquel dibujo antes de dormir. Sin embargo, le alegraba ver que su nuevo amigo habia tenido buena acogida entre sus amigas. - Ya os lo presentare. Pero si, me dijo que gran parte de su familia habia sido Slytherin. A mi tambien me sonaba el apellido... Mi abuelo me habia hablado del suyo-, explico, ante el comentario de Ludmila.

Y estaba a punto de bromear con la chica cuando escuchó la advertencia de Sam sobre Anthony- ¿Fijarse en mi? Pensaba que, como mucho le caia bien, o le parecia guapa, pero nada mas? ¿Tu crees que... que le gusto? - de repente Kendra palidecio. Eso lo complicaba todo. Absolutamente todo. Y es que si algo no queria, era hacer daño a Anthony y que eso, ademas, pusiera en peligro aquella tregua a la que habian llegado.

Afortunadamente, Ludmila continuo hablando sobre los Hufflepuff y Kendra asintio, sumandose a lo que la rubia habia dicho- Yo no creo que sea inteligente vengarse de ellos, ademas tan pronto. Todas las miradas se posaran en nosotros y bastante nos juzgan ya de serie como para encima levantar más sospechas. Como dice Ludmila, tampoco es que necesiten mucho para hundirse... Y, si hubiera que planear algo contra ellos... Mejor más adelante. Sin duda.

En cuanto a lo de Aiden... Es cierto. Podriamos intentar que mediara entre ellos. Eso...... Lo simplificaria todo.

Termino los ultimos trazos del dibujo y lo contemplo, con una media sonrisa, cerrando el cuaderno y dejandolo en la mesita de noche. Acto seguido se acomodo, dispuesta a irse a dormir. Lo cierto es que estaba agotada.

-Madre mia, es tardisimo.. Deberiamos irnos a dormir. Si no mañana no habra quien nos levante...

Sí, primero de Slytherin tendrá futuro añadió Sam metiéndose en la cama

Me alegro que seáis vosotras mis compañeras de cuarto, y no unas remilgadas asquerosas que no saben pensar. No añadió lo de sangresucia por si acaso. Suficiente tuvo con Amon el año anterior.

Buenas noches finalizó la conversación cuando Negro se metía bajo las sábanas de Sam para dormir. La chica se puso de lado, mirando a la puerta.

Lo curioso de la situación es que, justo antes de dormir, un nombre se lo formó en la mente: Arthur...

Sí, los Slytherin tenemos ya bastante mala fama como para que estos la alimenten más. Una de las cosas que esperaba conseguir Asterope era llevar el nombre de su casa a lo más alto, y quitar esos prejuicios de en medio. Bueno, entonces tendremos que trazar todas algún plan para seguir manejando a los chicos. Esperaba que estuvieran tan receptivos a sus controladoras manos como hasta ahora.

Tienes razón, Kendra, es tardísimo. Asterope miró el reloj y se sobresaltó. Esa noche se había alargado más de lo que pensaba. Guardó el libro, se tumbó en la cama y apagó la luz de su mesita. Tan agotada como estaba, no tardó ni dos minutos en dormirse.

Kendra sonrio, ante el comentario de Sam, suponiendo que era algun tipo de cumplido por su parte- Buenas noches chicas. Yo tambien me alegro de poder contar con vosotras. - dijo, mientras se acomodaba entre las sabanas.

Socrates no tardo en salir de entre sus libros para meterse en la cama junto a ella, haciendose un ovillo a su lado.

Y, antes de que pudiera darse cuenta se quedo dormida, con aquella vela perennemente encendida en su mesita de noche.

Ludmila reprimió un bostezo con su pequeña manita. Asintió ante el cumplido de Sam. Esa chica tan extraña se había abierto un poco a ellas, había dejado un tiempo prudencial y las había estudiado. Respetaba eso...

-Buenas noches...y se dispuso a entregarse a los brazos de Morfeo.

Amanecer del día 3

Miércoles

Tercera Semana de Septiembre

Andaba por un camino oscuro, no podía ver más allá de ella misma. De repente, oyó una especie de susurro que venía de por detrás. Se giró rápidamente. Volvió a escucharlo, de nuevo detrás de ella. Quien la estuviera espiando, giraba a su alrededor.

El lugar se iluminó: se encontraba en una especie de pasillo con columnas a los laterales. Por una asomó un libro, que huyó. Asterope lo siguió y, cuanto más corría, más libros aparecían por las columnas. Ahora la niña entendía los susurros: -¡No podrás alcanzarnos! ¡Nunca nos descubrirás! No eres tan lista como él...- Asterope se paró en seco y gritó: -¡¿Cómo quién?!

Entonces, un joven pálido, moreno y de ojos azules salió de la nada. La miró fijamente y le dijo: -Yo los he encontrado todos. Pero tú no podrás. Eres una Slytherin, no tienes capacidades. ¡Los Slytherin no tenéis pizca de inteligencia! No servís para...- El muchacho se iba alejando y su voz apagando. Pero Asterope escuchó lo suficiente como para sentirse ofendida. Le gritó: -¡Las serpientes somos tan listas como los demás! ¡Sí que puedo! ¡Sí que puedo!-

Y, al tercer "¡Sí que puedo!", se despertó. Era la primera vez que soñaba desde hacía tiempo o, por lo menos, la primera vez que se acordaba. Miró su reloj. Era bastante más pronto de lo habitual, pero ya de día, así que se levantó y se fue al baño a pegarse una buena ducha. Cuando salió, ya uniformada y arreglada, apenas recordaba el sueño, solo tenía imágenes difusas de libros y un gran sentimiento de orgullo hacia su casa, pero no sabía por qué.

Preparó la mochila con los libros para las clases del día y, como aún era bastante pronto y no esperaba que sus compañeras se despertaran, salió de la habitación.