Partida Rol por web

Seth se acercó a la mesilla al lado de su cama y sobre otro libro colocó su varita.

- Alarmir sangre! ... no parece muy dificil.. pero en clase de defensa... fallé al conjurarlo.

Muchas gracias Mircea, te debo una.

Tomo el libro de Seth y al abrirlo lo miro.

- Sientes la alarma mental?- Con dificultad ensayo una sonrisa amistosa.

El sonido de mis tripas se impuso en el silencio de la habitacion.

- Oye creo que mejor ire a desayunar, vienes?

Seth se distrajo y quedó con la palabra en la boca al pobre Mircea. La mente estaba en otro sitio...  tras un rato vagueando entre sus pensamientos y volver en sí, su compañero ya no estaba allí.

Seth pasó muchas horas en el dormitorio. Hacía mucho tiempo que no salía de allí, se había entretenido practicando hechizos ya aprendidos, leyendo libros que había traído de casa, escribiendo y descansando . Cómo mucho había salido dirección a la sala común a por algo de comida para picar (ya se sabe... en la sala común de Helga, es algo que no podía faltar) y había pasado allí poco tiempo...

Aunque últimamente se estaba convirtiendo en un chico bastante social, antes de llegar al instituto la soledad había sido una gran aliada de Seth, y ... aunque sólo fuera durante estas horas... el chico habiá vuelto a disfrutar de su compañía, y la de los libros que encontró y trajo desde el desván de su casa.

Dedicaría la mayor parte del tiempo que quedara antes de las clases a descansar. Nunca viene de más en un lugar como este dormir. Son muchas las aventuras que aún están por llegar... mejor afrontarlas con las pilas cargadas.

Amanecer del Día 8

Halloween

Lunes

Última Semana de Octubre

Seth se despertó brúscamente. Esta noche había tenido una horrible pesadilla relacionada con serpientes, una estatua que escupía fuego, su amiga Diana y también aparecía Cassius, el chico de actitud agresiva de Slyhterin. Gotas de sudor frío poblaban su frente. Aún quedaba bastante tiempo para que comenzara la clase... pero no creía que fuera a poder dormír más. Demasiado había descansado ya el día anterior.

Seth se levantó, recogió sus bártulos y se encaminó a los aseos, sin hacer ruido pues sus compañeros aún dormían. Cuando estuvo listo salió de los dormitorios... aún llevaba en su mente imágenes de las pesadillas que había tenido durante la noche... - definitivamente, leer a cerca de magia negra y experimentos escalofríantes tenía cierta repercusión en sus sueños.

Me había distraído con otras cosas la noche anterior, por lo que llegué tarde a la habitación. Creí ver a todos durmiendo así que hice el menor ruido posible hasta llegar a mi cama. A los pocos segundos de acostarme quedé completamente dormido. ¡Vaya que estaba cansado!

Me desperté por unos rayos de sol que se filtraban a la habitación. Estaba un poco desconcertado, por así decirlo, me sentía algo…”corrido”. En la habitación solo estaba Mircea.

Las pesadillas asolaron los sueños de Mircea aquella noche. Preso de temores que creía extintos, el muchacho fue incapaz de conciliar el sueño hasta bien entrada la madrugada, cuando la presión que ejercían sus párpados resultó imposible de ser contrarrestada. Una parte de su subconsciente yacía horrorizada por aquel inexplicable ataque a Amon Engel en el que había imprimado toda su rabia. Desatender la infatigable lucha que mantenía consigo mismo, en pos de escapar de la espiral de timidez que le había caracterizado a lo largo de los primeros días del curso, había sido un error. Aquel furibundo asalto, por el que había llegado incluso a sentir un ínfimo ramalazo de placer, era la única prueba que confirmaba sus peores temores.

"ÉL" seguía allí. A pesar de los pequeños avances del rumano con sus compañeros, su otro yo aguardaba en silencio, a la espera de encontrar un resquicio que le permitiese hacer realidad su voluntad a través de las manos del niño. Mircea no dudaba de que la parte más oscura de sí mismo se había encargado de alimentar artificialmente su esperanza con el fin de que descuidase sus defensas. Había jugado con él, permitiéndole que fugaces imágenes de un futuro mejor poblasen la inocente e infantil mente de su portador. Y a la vista estaba el alcance de su éxito.

El despertador del rumano no consiguió despertarle. Ni siquiera la tenue algarabía de las primeras conversaciones de la mañana, como tampoco el incesante ajetreo formado por sus compañeros mientras trasteaban en sus respectivos baúles en busca de algo que ponerse. Ningún sonido, por muy abrupto que fuera, fue capaz de lograr que el gesto impertérrito de Mircea cambiase lo más mínimo.

Cuando al fin abrió los ojos, y vio la hora que era, el semblante del chico quedó completamente mudo. Se había perdido la primera clase, y aún tenía que dominar varios hechizos para recuperar otras. Rápidamente, aunque tampoco con emergencia, se levantó y se vistió con los cortinajes echados. Cuando salió, vio que Oliver aún permanecía dormido, por lo que decidió despertarlo zarandeándolo con suavidad.

Abriendo la puerta de salida, el rumano suspiró. La semana no podía empezar mejor...

Antes de cambiarme siquiera Mircea salió de la habitación sin decir nada. Tomé del suelo la ropa que tiré la noche anterior para volvérmela a poner. Encontrar a Seth por el castillo me llevaría tiempo como para encima buscar prendas limpias. Además, tan necesario no era. Luego de tomar las cosas para la clase salí corriendo hasta el gran comedor para tomar algo y ver si mi amigo se encontraba allí.

Seth entra en el dormitorio para buscar el nombre del autor de quien tiene los diarios en su casa. Está muy intrigado... por conocer quién fué el autor.  Después se encaminará a la biblioteca para buscar más a cerca de ese señor...

- ahá... Gellert Grindelwald, ok.

Seth, tras cruzarse con las chicas en la sala común...  entra en las habitaciones y se dedica a prepararse para la fiesta. Se pone un traje de chaqueta negro con una camiseta burdeos de cuello maho, era un chico acostumbrado a cierto nivel de "clase" y en el mundo maggle siempre había tenido que asistir junto a sus padres a multitud de eventos. No era un escándalo para él asistir a otro baile... aunque, no era ninguna sorpresa, asistiera sólo.

Salió dirección al comedor.

Oliver entró al dormitorio, bostezando de nuevo, adormilado. Se preguntaba cómo se lo estarían pasando los demás en el baile. Seguro que mejor que él, eso sin ninguna duda....

Siguió divagando sobre cómo andarían las cosas por ahí abajo mientras se ponía el pijama, y se quedó finalmente dormido mientras pensaba en cómo organizarse para ponerse al día con todo. Mañana sería otro día, y había que ver qué les depararía...

Seth llega al dormitorio cansado.
Se mete en la cama...

Parece que había visto a Oliver por allí... hacía siglos que no le veía. No tenía ánimos para nada... se durmió.

Mircea entró en el dormitorio silenciosamente para evitar despertar a los compañeros que pudiesen estar durmiendo. Con parsimonia y los cortinajes que rodeaban su lecho echados, se colocó el pijama primorosamente antes de depositar sus objetos personales en el baúl. Una vez hecho, se fue a dormir.

Amanecer del Día 9

Martes

Primera Semana de Noviembre

Me levanté a la mañana siguiente. Tenía un poco de sueño, pero me alegró ver que esta vez no me había dormido.

Me puse en pie de un salto, corrí a por mi ropa y, tras vestirme, bajé corriendo a la sala común, con intención de ir al gran comedor a por mi desayuno.

Mis compañeros aún dormían cuando salí por la puerta.