Partida Rol por web

 Seth se despierta, como nuevo. Vió como el rabillo del ojo como salía de la habitación Oliver.

 Anoche volvió al dormitorio, tras estar un tiempo en el comedor pensándose si ir o no a la fiesta del bail. Decidió finalmente vagar, y volver al dormitorio. Aquel tipo de actos no eran para él.

Se preparó para la  primera clase de hoy.

Salió de la habitación

Dando las gracias por haberse despertado a tiempo, Mircea se levantó y se vistió con premura. Aunque sabía que aún era temprano, se mostraba reacio al riesgo de volver a perderse una clase. Tomando los libros, varios pergaminos, el tintero y la pluma, los depositó en su sombrero y salió en dirección a la Sala Común.

Dejando escapar un prolongado bostezo el rumano se introdujo en su espacio correspondiente. Una vez sacó el pijama y guardó sus pertenencias en el baúl, cerró los cortinajes para cambiarse sin temor a que nadie le observarse en paños menores. Con mimo, depositó las prendas de su uniforme encima de la mesilla de noche, cuidadosamente dobladas en un ángulo perfecto, y se dejó caer sobre el lecho. 

Mañana sería un nuevo día.

Amanecer del Día 10

Miércoles

Segunda Semana de Noviembre

Oliver casi se quedó dormido... Se despertó sobresaltado... ¡Llegaba tarde a clase! Se vistió corriendo y saliendo en dirección al comedor, para ver si sus compañeros aún estaban allí.

Mircea se despertó, contento al comprobar que no iba a llegar tarde a una de sus asignaturas favoritas. Con total parsimonia, y volviendo a cubrirse bajo el amparo de los cortinajes que acordonaban el lecho, se desvistió y se colocó el uniforme. Dando un ligero y áspero bostezo, tomó sus pertenencias bajo el brazo y se encaminó a la Sala Común en su matutino recorrido para llegar al Comedor.

Oliver entró en la habitación, se puso el pijama y preparó la ropa del dia siguiente. Así podría apurar cinco minutitos mas antes de despertarse. Finalmente se acostó y estaba tan cansado, que en menos de cinco minutos ya estaba placidamente dormido.

Entro en el dormitorio y me meto en la cama tras ponerme mi pijama.

-Mañana será otro día.-Digo a modo de despedida.

Mircea entró en silencio. Intentando hacer el menor ruido posible, guardó las cosas que había usado en la biblioteca en el baúl. Agradecía la oscuridad, pues podía desnudarse sin tener que ir hasta los baños. Se puso el pijama negro y se arrebujo bajo las sabanas.

Mañana sería el día de su renacimiento...

Mircea abrió los ojos. Su pijama estaba empapado de sudor y notaba cada pliego marcándole la piel, salvo en aquella zona de la espalda donde había perdido toda sensibilidad. Aún era muy pronto pero sabía que no iba a poder dormir más. Las pesadillas de siempre le habían acechado durante toda la noche. Despierto era cuando se sentía capaz de controlar lo que ocurría a su alrededor. Mircea, ya tienes el control.

Con movimientos lentos, cogió la ropa adecuada para aquel día y se marchó a las duchas. Aunque estuvo tentado de quedarse horas bajo el agua, sabía que era una responsabilidad y que además era mejor estar vestido para cuando se despertasen los demás.

Tras dejar todo ordenado, cogió su sombrero, el Libro de Duelo Mágico y su varita. Salió lentamente.

A Oliver, en cambio, el que lo despertó fue el señor Bigotes, que le estaba lamiendo los dedos de los pies. Abrió un ojo, sonriendo por las cosquillas que le estaba haciendo y se sentó en la cama, rascandose la cabeza, mientras bostezaba. La verdad es que aquella noche había dormido bastante bien.

Se puso en pie, acariciando la cabeza del señor Bigotes y fue a por su ropa. Se vistió, cogió sus libros y salió en dirección a la sala común. A ver si encontraba allí a alguien para ir a desayunar.

Me despierto con tranquilidad, visto algo cómodo aunque elegante y me coloco mi túnica.

-Listo para un nuevo dia.-Digo saliendo de la sala hacia la sala comun.

Mircea deja las cosas del día bien ordenadas, con los pergaminos manchados a la vista para acordarse de dedicarse a ellos mañana.

Sin separarse de su varita, coge su pijama negro y se dirige a los baños.

Cuando vuelve ya está cambiado y listo para acostarse. Buenas noches Oliver

Oliver llegó a la habitacion, y se puso el pijama a duras penas, antes de dormir. Se dejo caer en la cama, sin taparse ni nada, a peso muerto.

-Estoy hecho polvo... - dijo, con un largo suspiro- Y mañana tengo que acabar el trabajo de los licántropos... En fin.. mañana será otro día... - indicó, con un enorme bostezo- ¡Hasta mañana! - dijo, antes de que los ojos acabaran por cerrarsele y le venciera el cansancio.

-Buenas noches, Oliver.-Digo al llegar a la habitacion.

Me acerco a mi cama y me pongo el pijama con cierta parsimonia y contando con que todo quede perfecto.

Finalmente, me acuesto.

-Buenas noches, Mircea.-Digo antes de dormirme.

Oliver se despertó cuando notó al Señor Bigotes mordiéndole los pies.  Le dio una "patadita", con intención de seguir durmiendo, pero el gato no se dio por vencido. Siguió al acecho, hasta que, por fin, consiguió que el crio se despertara. Se sentó en la cama y se estiró, bostezando exageradamente- ¡Buenos días!- exclamó, en voz alta, al ver que los demás dormian aún.

Se puso de pie, rascándose la cabeza y fue a por su ropa. Después de vestirse, se peinó delante del espejo y cogio sus libros- ¡Vamos chicos, que llegamos tarde a clase! ¡Qué hambre!- exclamó, con su habitual efusivisad, fruto, ni más ni menos que de su hiperactividad. Y, sin esperar siquiera a que los demás espabilaran, salió de la habitación en dirección a la sala común.

-¡Os veo en el comedor!

La voz de Oliver despertó a Mircea. Lo cual era extraño, conociendo los hábitos del chico de despertarse pronto. Había sido una semana muy ajetreada y por fin era viernes. Para algunos eso podía significar descanso, tiempo libre para divertirse y olvidarse de los estudios, pero para Mircea el ver que estaban acabando el mes de noviembre era motivo más que sobrado para esforzarse más aún.

Para cuando volvió de los baños tras darse una ducha rápida y vestirse, Oliver ya se había ido. Se fijó en su cama desecha y en dos rápidos movimientos se la estiró. Tras hacer su propia cama y dejar el pijama guardado, cogió lo necesario para las clases de la mañana y se marchó comedor. Todo sin darse cuenta si Seth andaba por ahí o no.